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Conspiración a la mesa

Conspiración a la mesa
Author: Ángel Samuel de la Torre
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Teorías de conspiración son puestas en la mesa para abordar sus principales puntos. Usted decidirá si creer en ellas o no. (www.conspiracionalamesa.com)
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Durante el largo gobierno de Porfirio Díaz, uno de los periodos más emblemáticos y controversiales de la historia de México, la Iglesia católica vivió un renacer silencioso. Tras décadas de lucha y reformas que parecían haberla marginado para siempre, la Iglesia comenzó a recuperar terreno en la sociedad mexicana, sin embargo, el poder político que una vez tuvo se mantenía fuera de su alcance.En medio del autoritarismo férreo de Díaz, la influencia de la masonería y la llegada imparable de capitales extranjeros, se tejió una relación compleja y llena de tensiones entre el Estado y la Iglesia. Una Iglesia que, aunque parecía derrotada, encontraba nuevas formas de influir en la educación, la cultura y la vida cotidiana. Mientras tanto, el Porfiriato buscaba mantener a toda costa su lema de “orden y progreso”, sin renunciar a la herencia liberal y secular que había definido al México moderno.Este es un episodio fascinante, lleno de contradicciones y alianzas inesperadas, donde la tradición y la modernidad chocaron y coexistieron en una delicada danza que marcó el rumbo del país justo antes de estallar la Revolución Mexicana.
Tras más de tres siglos de dominio colonial, la Independencia de México en 1821 no solo marcó el fin del poder virreinal español, sino también el inicio de una profunda reconfiguración del orden social, político y religioso del país. En el centro de este proceso se encontraba la Iglesia católica, institución que había sido durante el virreinato no solo el eje espiritual de la sociedad, sino también uno de los mayores terratenientes, prestamistas y educadores del reino. Con la caída del Imperio español, la Iglesia mexicana se enfrentó a una realidad inédita: un Estado nuevo, inestable, laico en intención, y deseoso de afirmar su soberanía sobre todos los poderes que antes respondían directamente a Roma o a la CoronaEntre 1821 y 1876, la Iglesia católica en México atravesó una profunda transformación, de aliada central del Imperio de Iturbide, con amplio poder simbólico y material, pasó a ser blanco de los liberales republicanos que la veían como un obstáculo al progreso. Durante la Reforma Liberal, encabezada por Benito Juárez y Melchor Ocampo, el clero fue despojado de sus bienes y funciones civiles, mientras que, bajo el Segundo Imperio de Maximiliano, recuperó brevemente influencia sin volver a su antiguo poder. Ya en el Porfiriato, aunque debilitada legalmente, la Iglesia logró adaptarse y mantener presencia en la vida social mexicana. ¿Cómo logró una institución tan golpeada por reformas y guerras conservar su influencia cultural?
Hablar del papel del papado en México no es solo hablar de religión; es mirar de frente la historia de un país moldeado por la fe, por el conflicto, por el sincretismo y por la necesidad constante de reconciliar el altar y el Estado. Porque en México, la religión no se limita al templo. Vive en la política, en la cultura, en la calle, y sobre todo, en la memoria.
La muerte de un papa no es solo el fin de un pontificado, sino el inicio de un ciclo de misterio, poder y expectativa.Con la muerte de Francisco I, el primer papa jesuita, el primer papa venido de America, se apagó una de las voces más influyentes de la Iglesia en el siglo XXI. Y con ello, se abrió el tiempo de sede vacante: el Vaticano detiene su pulso institucional, los altos cargos de la Curia quedan en suspenso, y los cardenales del mundo son convocados a Roma.En lo más íntimo del Estado más pequeño y más enigmático del planeta, se prepara el cónclave. Un proceso que mezcla espiritualidad y cálculo político, votos secretos y alianzas invisibles. Cada elección papal ha estado marcada por tensiones internas, luchas de poder, y a veces, por sospechas de intervención externa. Esta no será la excepción.Pero esta vez, algo más pesa sobre los muros de la Capilla Sixtina: viejas profecías resucitan. La de san Malaquías, que habla de un “último papa” antes del juicio final. La de Nostradamus, con sus versos crípticos sobre un pontífice perseguido y una Iglesia en ruinas. Para algunos, Francisco era ese último. Para otros, lo será su sucesor.Hoy exploramos qué significa la muerte de un papa. Qué hay detrás del ritual. Qué se esconde entre las sombras del cónclave. Y por qué tantos piensan que esta transición podría marcar algo más que un simple cambio de líder.
Cada año, en un lujoso hotel alejado de miradas indiscretas, un grupo exclusivo de las personas más poderosas del planeta se reúne en total secreto. Políticos influyentes, magnates de las finanzas, líderes de la industria tecnológica y miembros de la realeza debaten a puertas cerradas sobre el futuro del mundo. ¿Qué traman en esas reuniones? ¿Es simplemente un foro de discusión o el epicentro donde se toman decisiones que afectan a toda la humanidad?El Club Bilderberg, un misterioso y exclusivo encuentro que desde 1954 ha reunido a la élite global, ha sido fuente de especulaciones, teorías de conspiración y sospechas sobre el verdadero poder detrás de los gobiernos. Mientras sus defensores lo ven como un espacio para el diálogo y la cooperación internacional, sus críticos lo acusan de ser una cúpula de control que manipula la economía, la política y hasta los conflictos geopolíticos.¿Qué es realmente el Club Bilderberg? ¿Quiénes asisten? ¿Y por qué su opacidad ha generado tanto temor e intriga? Acompáñanos en este recorrido por uno de los encuentros más enigmáticos y polémicos del mundo.
Desde las profundidades del tiempo, surgen relatos que desafían nuestra comprensión del pasado. Historias de seres colosales, de una raza antigua perdida en la niebla de los siglos, recorren las páginas de la mitología y el folklore de los pueblos antiguos. En la Biblia, los llaman Nephilim. En la Grecia antigua, los titanes y gigantes desafiaron a los dioses. Y en los mitos nórdicos, los Jotuns vivían en el borde del cosmos, en un mundo entre gigantes y dioses.Pero, ¿y si estas historias no fueran solo leyendas? ¿Y si realmente existió una raza de gigantes que caminó sobre la Tierra, dejando rastros de su imponente presencia? Desde los relatos de antiguas civilizaciones mesoamericanas hasta supuestos hallazgos arqueológicos en todo el mundo, las preguntas persisten: ¿Quiénes fueron estos gigantes? ¿Dónde están sus restos? ¿Y por qué parece que el mundo ha olvidado su existencia?
En lo profundo del vasto Océano Índico, oculto bajo las aguas tumultuosas y secretos milenarios, se encuentra el eco de un continente que nunca debió ser olvidado: Lemuria. Según antiguos relatos esotéricos, este lugar fue el hogar de una civilización gloriosa, espiritualmente iluminada, y guardiana de conocimientos que podrían cambiar el curso de la humanidad. De acuerdo a estos relatos los lemurianos, como se les llama, no eran simples habitantes; eran visionarios, capaces de manipular energías que la ciencia moderna apenas comienza a comprender. Sin embargo, su mundo perfecto fue arrasado por cataclismos inimaginables, dejándonos solo fragmentos de su leyenda en mitos, sueños y libros canalizados, pero ¿Esta historia es cierta? ¿Cuál es su origen dónde surge?
La importancia de la Atlántida trasciende los límites de la literatura clásica. Desde investigaciones arqueológicas hasta teorías de conspiración y su representación en la cultura popular, la búsqueda de la Atlántida refleja nuestro deseo de explorar los límites de lo conocido y lo desconocido. ¿Es la Atlántida un simple mito o el eco lejano de una civilización real que existió y dejó huella de su existencia?
Agharta, era descrita como un reino subterráneo escondido bajo la superficie terrestre; indicando que su entrada está en el polo norte; y vinculada con la teoría de la tierra hueca, ha sido el centro de teorías esotéricas que la vinculan con un refugio espiritual y tecnológicamente avanzado; donde incluso hay dinosaurios y otros seres mitologicos.
La conspiración de la Gran Tartaria sostiene que, en un pasado remoto, existió un vasto imperio avanzado que abarcaba continentes y unía culturas. Según los seguidores de esta teoría, este imperio poseía tecnologías asombrosas y gran arquitectura, cuyo legado fue cuidadosamente eliminado por élites temerosas del poder de una civilización que superaba a la suya. Se alega que, tras un cataclismo conocido como el "gran reseteo", la historia fue reescrita, borrando toda mención de Tartaria de los libros y relegando su existencia a las sombras de la ignorancia. Sin embargo, detrás de esta narrativa fascinante se esconden vacíos de evidencia y distorsiones históricas que invitan a la reflexión sobre la necesidad humana de creer en relatos que desafían la realidad, revelando así el complejo tejido de nuestra búsqueda de verdad en un mundo cada vez más incierto.
La posibilidad de que existan civilizaciones extraterrestres ha sido una de las grandes interrogantes de la humanidad, suscitando tanto asombro como curiosidad a lo largo de los siglos. Desde los antiguos mitos hasta las modernas narrativas de ciencia ficción, la idea de que no estamos solos en el vasto cosmos ha dado lugar a numerosas teorías y especulaciones. A pesar de los esfuerzos científicos y la tecnología avanzada.Este enigma ha sido explorado desde diversas disciplinas, como la astronomía, la biología y la filosofía, abriendo debates sobre la paradoja de Fermi y las posibles razones por las que no hemos detectado vida extraterrestre. Algunos sugieren que las civilizaciones podrían existir, pero estar demasiado alejadas o en fases evolutivas muy diferentes a la nuestra. Otros argumentan que quizás no comprendemos las señales o que estas civilizaciones eligen no comunicarse. A medida que avanzamos en nuestra exploración espacial y en la búsqueda de exoplanetas habitables, la pregunta sobre nuestra soledad en el universo sigue siendo un desafío científico y filosófico fundamental.
Las pirámides, monumentales estructuras que han desafiado el paso del tiempo, son uno de los legados más enigmáticos y fascinantes de las antiguas civilizaciones. Distribuidas en diferentes partes del mundo, estas construcciones se encuentran en lugares tan diversos como Egipto, México, Perú, Sudán, China, entre otros países. Aunque las más famosas son las pirámides de Egipto, muchas otras han sido descubiertas, revelando la capacidad arquitectónica y simbólica de culturas que, en apariencia, no tenían contacto entre sí.En las últimas décadas, el descubrimiento de pirámides previamente ocultas, ya sea enterradas bajo tierra o cubiertas por vegetación, ha reavivado el interés en estos misterios de la antigüedad. Tecnologías avanzadas han permitido a los arqueólogos identificar nuevas estructuras en lugares como Guatemala y Camboya, revelando que muchas pirámides aún permanecen escondidas, aguardando ser exploradas.Aunque las civilizaciones que construyeron pirámides en diferentes regiones del mundo parecen haber desarrollado estas estructuras de manera independiente, la similitud en su forma y función ha llevado a algunos investigadores a especular sobre una conexión más profunda. Lo que plantea preguntas intrigantes: ¿Por qué existen pirámides en todo el mundo? ¿Es posible que hubiera una red global de comunicación o intercambio de conocimientos que llevó a la construcción de estas estructuras en puntos estratégicos del planeta?
Hoy, más de medio siglo después, la pregunta sobre el regreso a la Luna ha adquirido una nueva urgencia, impulsada por avances tecnológicos y nuevos proyectos internacionales. Programas como Artemis de la NASA, junto con la creciente participación de empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, están revitalizando la ambición de no solo regresar a la Luna, sino también de establecer una presencia humana sostenible. A diferencia de las misiones Apollo, que estaban motivadas principalmente por la carrera espacial de la Guerra Fría, los esfuerzos actuales se enfocan en la construcción de una infraestructura que permita la exploración a largo plazo y sirva como un trampolín hacia destinos aún más distantes, como Marte. La pregunta, entonces, no es simplemente si volveremos a la Luna, sino cómo las tecnologías y las colaboraciones internacionales modernas nos permitirán superar los desafíos que una vez nos llevaron a abandonar este objetivo.