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Radio Duna | Notables

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El mismísimo Dios convertido en director de cine para algunos, una bestia megalómana cuyo ego superaba por lejos su talento para otros, Stanley Kubrick buscó el ajuste entre habilidad y manía para parir un puñado de obras maestras indiscutibles y otro montón que algunos se empeñan en desmitificar y los demás en defender.
Hay toda una generación de escritores jóvenes, que desarrollaron una corriente literaria llamada steam punk, punk de vapor, porque surge de la idea de futuro de la época victoriana, que asume que la máquina a vapor impulsaría la tecnología, ni la electrónica ni la informática. También muchos científicos reconocen logros inspirados directamente en la imaginación del escritor.Un espacio de Bárbara Espejo.
Julio Verne, desde su curiosidad, estudio y amor por la ciencia, logró descubrir en parte qué sería de la humanidad y el mundo durante el siglo XX. Un espacio de Bárbara Espejo.
A los libros iniciales de Julio Verne, que lo convirtieron de pronto en una celebridad, siguieron, quizás los más memorables. Un catálogo escrito frenéticamente por quien se convertiría en el autor más editado de la historia y cuyo trabajo seguiría publicándose póstumamente. Un espacio de Bárbara Espejo.
Conoce más tarde a Hetzel, un editor que se interesó en sus textos y publica Cinco semanas en un Globo, la obra que lo catapulta y lo estimula a quedarse en ese rincón entre las aventuras, la fantasía y después, la ciencia ficción. Un espacio de Bárbara Espejo.
Comenzaría desde ese día Julio Verne a cultivar una misoginia que iría creciendo y una secreta rebeldía ante lo establecido que intentaría encausar a través de sus fantasías. Un espacio de Bárbara Espejo.
El 6 de mayo de 1980, un coma hepático la fulmina. Sin amigos ni premio nacional, María Luisa Bombal muere sola en una pieza del Hospital Salvador a las tres de la madrugada. Un espacio de Bárbara Espejo.
El 27 de enero de 1941 elige el hotel crillón como punto estratégico, pide que le suban una copa a su habitación. Desde la ventana vigila hasta que ve aparecer a Sánchez. En un momento la autora de La Amortajada está detrás del hombre que le sorbió el seso con una pistola en la mano. Lo llama, apunta y le dispara. Quería matar su mala suerte matándolo pero ni lo uno ni lo otro. Él apenas quedó herido y ella estuvo en la cárcel 4 meses, hasta salir libre por haber actuado con las facultades mentales perturbadas. Un espacio de Bárbara Espejo.
Todo lo que nacía de ella era un bien articulado eco del lamento permanente que se proyectaba desde su existencia atormentada y excéntrica y de su mala, muy mala suerte en el amor. Un espacio de Bárbara Espejo.
Decía que escribía todos los días porque era lenta. Los que la leían le advertían que subestimaba los resultados. La princesa de las letras, le decían. Un espacio de Bárbara Espejo.
La fuente se extinguió a los 89 años, era 1859, sólo se habían publicado 5 tomos de su extenso Cosmos y quedaría así, inconcluso. Nadie se atrevió a terminarlo, ya nadie podría abarcar tanto, sólo él era capaz de atar tantos cabos sueltos en un nudo tan hermoso. El último científico universal, dijeron, el hombre que inventó la naturaleza, y ya nunca habría otro Alexander von Humboldt, que advirtió hasta el cansancio que estábamos equivocando el rumbo: dominar la naturaleza no hará progresar a la humanidad. Un espacio de Bárbara Espejo.
Defendía además que no existían razas inferiores y que todos los seres humanos provenían de la misma raíz. También en eso fue un adelantado. Como en las ideas revolucionarias e independentistas. Hoy se reconoce que Humboldt influyó en el relato nacionalista de las repúblicas nuevas y al describir esos países al resto del mundo, les dio identidad, noción de territorio e hizo visible su independencia para que fueran legitimadas. Un espacio de Bárbara Espejo.
Medioambientalista pionero, advirtió que la humanidad estaba afectando el clima de 3 maneras: la deforestación, la irrigación descontrolada y, como un hechicero que ha visto el futuro enfatizó: las grandes masas de vapor y gas de las industrias. Un espacio de Bárbara Espejo.
Subieron el Chimborazo, el volcán en Ecuador más alto en esa época y las observaciones que hizo Alexander von Humboldt en ese ascenso de la gradación de la temperatura y la estratificación de la vegetación en la ladera, sentaría las bases de la biología moderna. Un espacio de Bárbara Espejo.
En poco tiempo tuvo listo el plan de su expedición pero sabía que tenía que esperar. Una cosa llevó a la otra: tras la muerte de su madre se sintió libre de su compromiso de una carrera tradicional, renunció a su cargo en el departamento de Minería de Prusia, recibió su herencia y se vistió de aventurero. Un espacio de Bárbara Espejo.
El tiempo ha sido capaz de colorear esa especie de fantasma que fue el genio matemático de Ada Lovelace mientras estuvo viva e intentó concretar sus proyectos. Sacar sus iniciales del anonimato fue un primer acto de justicia un siglo después de su primera publicación profesional. Enaltecer su nombre y sus elucubraciones científicas que eran por entonces casi actos de magia ha sido el trabajo de quienes han logrado situarla como referente. Un espacio de Bárbara Espejo.
A pesar de la lucidez científica cultivada por su madre, su comportamiento libertario y promiscuo hacían recordar a su padre. De hecho, la hija de Lord Byron moriría, como él a los 36 años. Y ella, aunque desde que huyó con su madre cuando tenía un mes de vida nunca más lo vio, pidió que la sepultaran junto a ese poeta del que, al final, fue imposible renegar.
Ada Lovelace estaría a la altura de las expectativas de su madre y sucumbiría a la fascinación por las ciencias más complejas. Pero conservaría esa excentricidad tan Lord Byron que haría de ella una aparición todavía más atípica en la Inglaterra de principios del siglo XIX.
Era enero de 1816, Ada tenía un mes de vida cuando, en medio de la noche, su madre la tomó, la envolvió y huyó con ella decidida a borrar toda herencia impetuosa y sentimental en el carácter de su hija. No sólo la apartó del poeta a quien Ada nunca más vería, sino que se obsesionó por darle una educación exigente, lo que en esa época era ya inusual, pero fue más allá de que aprendiera música y francés, quiso también que supiera de ciencia y matemáticas, para pulverizar cualquier asomo de lirismo.
1848 - Henry Thoreau viven entre los bosques y las montañas de Concord, desde donde observa, reflexiona y contesta las cartas que recibe, como las que empezó a recibir ese año de Harrison Blake, un admirador y candidato a aprendiz del autor de La desobediencia civil. Un espacio de Bárbara Espejo.