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Mujer Verdadera 365: Canónico
Mujer Verdadera 365: Canónico
Author: Aviva Nuestros Corazones
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Un reto para leer la Biblia de tapa a tapa en un año: el PODCAST MV365. Escucha un breve devocional diario mientras leemos la Biblia juntas. Únete a nosotras leyendo y comentando. ¡Y deja tus comentarios!
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Porque Cristo resucitó, podemos servir a otros con fidelidad y amor, tal como Cristo nos ha servido por Su obra a nosotras. Lee estos capítulos de la carta de Hebreos con nosotras, serás grandemente edificada.
La pregunta no es: ¿pecaste hoy? La pregunta no es, ¿eres perfecta y sin debilidad? Ni tampoco si tienes toda tu vida bajo control. La pregunta es: ¿crees en Jesucristo y en Su mensaje?
La gracia de Dios que nos salva debe producir un tipo de vida distinta, un aborrecimiento por la vida pasada y un anhelo por hacer buenas obras. Las buenas obras no salvan, sino que son evidencias de que Cristo Jesús pagó el precio por nuestra vida..
En este mundo enfrentaremos oposición, persecución, injusticia y dolor; sin embargo, el evangelio de Cristo vale la pena, porque nos da gozo, fortaleza, firmeza y perseverancia frente a toda situación.
El descontento o la insatisfacción es un cáncer muy prevalente, sobre todo en nosotras, las mujeres. Tendemos a hacernos expectativas y, cuando no las obtenemos, nos cegamos a todas las demás bondades de Dios.
Es necesario que seamos mujeres de la Palabra; que conozcamos la revelación de Dios para no ser confundidas y poder vivir de una manera que agrade a Dios.
Los cristianos estamos llamados a vivir una vida sobria, gozosamente esperando y anticipando el regreso repentino de nuestro Señor Jesucristo. Vivir de esta forma confirma la realidad de que somos Sus hijas.
¿Crees de todo corazón que la obra de Cristo es suficiente para tu salvación? ¿Cómo has sido tentada a ceder a esa mentira? ¿Qué has tratado de agregar a la obra de Cristo? Comparte con nosotras.
Cristo se hizo siervo y vivió la vida perfecta que nosotras no podíamos. Ahora nos ha dado Su vida, así que Él es «nuestra vida». ¡Ya no vivimos para nosotras! ¿Acaso no es una buena noticia?
Cuando hay unidad de Espíritu, se demuestra que hay también madurez. Como creyentes, todos debemos buscar el mismo fin: glorificar el nombre de nuestro Dios y ser obreros del Reino, no pelear por cosas que no edifican.
Por gracia somos salvos. No había nada bueno en nosotros y es allí justamente donde Él nos intercepta y nos salva. ¿Lo crees?
Dios no puede ser burlado. Todo lo que siembres cosecharás; el que siembra para la carne cosechará para la carne. ¿Qué estás sembrando?
Una de las palabras que nos describen luego de que venimos a Cristo es «redimida». Qué maravilla es saberme redimida, que alivio trae a mi corazón el saber que eso soy delante de Dios. Y tú, ¿eres redimida?
Cuando estamos frías o cuando somos inconstantes o no estamos dando fruto, es importante que nos examinemos para recordar y reconocer que estamos en Cristo, es decir, somos salvas.
La vida cristiana es una vida de continuo arrepentimiento. Dios nos salvó y nacimos de nuevo, pero aún vivimos en estos cuerpos de muerte y lucharemos contra el pecado cada día. Cada día debemos arrepentirnos...
A través del sufrimiento también aprendemos a no confiar en nosotras mismas, sino en el poder de Dios. Los sufrimientos deben llevarnos a descansar en Dios, en Su consuelo y a encontrar gozo en la esperanza que tenemos en Él para consolar a otros.
La muerte será vencida por la resurrección y el pecado ya no será más. Esta es nuestra esperanza… No hay lugar para el temor o el desánimo. ¡Trabajamos y servimos porque nuestra obra para el Señor no es en vano! Viviremos con Él eternamente.
La iglesia en Corinto era una congregación que se había vuelto arrogante por su conocimiento y dones, y estaban fallando en lo más importante: el amor. ¿Estás creciendo en amar a tus hermanos y hermanas con un amor sacrificial?
El conocimiento es bueno, pero debe ser usado para la edificación de otros, no para su destrucción o menosprecio. Debemos guardarnos de no hacernos orgullosos y vivir de manera egoísta...
Ser transformados en nuevas criaturas es una evidencia de la salvación. Ahora que le pertenecemos a Dios, somos el templo del Espíritu Santo. ¿De qué forma has sido transformada por el Espíritu de Dios? ¡Cuéntanos!





