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La Emprescuela
La Emprescuela
Author: Jesús López
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© 2025 Jesús López
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En este programa aprenderás paso a paso cómo montar un negocio digital. Hablaremos sobre negocios online, productividad, páginas web, publicidad y todo lo que tiene que ver con la creación de negocios online. Suscríbete para no perderte ningún episodio, y visita los cursos de La Emprescuela en www.laemprescuela.com
98 Episodes
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy, número 98 ya, os traigo una herramienta muy chula que creo que os va a gustar. Hemos estado algo más de tiempo de lo habitual sin crear episodios en el podcast, ya que hemos tenido bastante lío en la academia, y no he tenido demasiado tiempo para redactar y grabar episodios nuevos. Así que, hoy vamos a hablar de algo que creo que va a ser interesante para muchos de vosotros: una herramienta gratuita para poner un botón de chat en vuestra web, y mucho más. ¡Empezamos!
¿Qué es tawk.to?
Tawk.to es la herramienta que nosotros estamos usando actualmente tanto en Yo te formo como en La Emprescuela para gestionar los contactos a través de la página web.
Simplificándolo muchísimo, es una herramienta que nos permite poner un chat en la web para que los visitantes puedan contactar con nosotros. Aunque si entramos un poquito más en detalle, veréis que tawk.to es mucho más que eso.
Tawk.to es una plataforma de atención al cliente, desde donde podemos centralizar todos los contactos que nos llegan por diferentes canales en un mismo lugar, y desde la que podremos contestar, chatear o solucionar incidencias.
¿Qué puedo hacer con tawk.to?
A continuación os resumo las funcionalidades principales de la herramienta:
Chat en directo en la web
Mensajería sin conexión
Gestión de tickets
Creación de bases de conocimiento
Para que entendáis cómo funciona, os pongo un símil con Google Analytics. Cada página web sería una propiedad, y cada agente tendría su propia cuenta de tawk.to. Cuando invitamos a un agente a participar en nuestra propiedad, tendrá acceso a contestar a los contactos que nos lleguen desde la web. Esto es especialmente útil si tenemos un equipo, y queremos que sean varias personas las que tengan acceso a dar soporte al cliente.
Cada agente, desde la web de tawk.to o desde la app (está disponible para Mac, iOS, Android y también podemos conectarnos desde un PC) podrá acceder a su cuenta y contestar en remoto.
Pero no solo eso. Cada agente podrá tener acceso a todas las funcionalidades de tawk.to a las que nosotros les demos permiso.
Vamos a entrar un poquito en detalle en cada una de las funcionalidades.
Chat en directo
Si entráis en cualquier página web que utilice tawk.to, veréis que en la esquina inferior derecha hay una burbujita de chat. Pues bien, si los agentes (los usuarios que se encargan de la atención al cliente) están conectados en ese momento, podrán chatear en vivo con cualquier persona que interactúe desde la web.
Así, cuando una persona contacte, podremos recopilar sus datos (que quedarán almacenados en la cuenta de tawk.to) y los agentes podrán contestar en directo. Todo quedará reflejado y centralizado en la app, por lo que a posteriori podremos ver quién ha contestado qué.
Cuando todos los agentes estén desconectados, podremos configurar que aparezca un formulario de contacto normal y corriente, de forma que el usuario sepa que no contestaremos al momento, y nosotros recibamos un mensaje en la cuenta de tawk.to que podremos responder más adelante por email (o como queramos, ya que podemos pedir el teléfono si nos parece mejor). También recibiremos una notificación al email cuando alguien contacte, por lo que no se nos pasará ni un contacto por alto.
Gestión de tickets
Esto es muy pero que muy útil si tenéis que gestionar soporte al cliente. Para que lo entendáis, sería similar al soporte que hacen los hostings. ¿Verdad que cuando tenéis un problema, mandáis un ticket y os asignan una prioridad y os hacen un seguimiento de la incidencia? Pues esto es exactamente lo mismo, y lo podéis hacer desde la misma app.
Para que los usuarios puedan enviaros tickets, podéis hacerlo de dos formas:
Desde la base de conocimientos de tawk.to, donde podréis poner un link a un formulario para enviar tickets (lo veremos ahora)
Reenviando vuestros correos de soporte a una dirección exclusivamente para vosotros de tawk.to, de forma que cuando alguien os envíe un email, se cree automáticamente un ticket.
Desde vuestra bandeja de entrada podréis ver los tickets que tenéis, y podréis asignar prioridades, y ver el estado en el que está cada ticket (abierto, pendiente o cerrado).
Esto lo podéis usar tanto para dar soporte técnico, como para cualquier otra cosa que queráis. Por ejemplo, nosotros en la academia lo usamos para gestionar las dudas de los alumnos. Tenemos una dirección de email para preguntar dudas, y automáticamente llegan a tawk.to, de forma que tanto Laura como yo nos podemos conectar e ir respondiendo las dudas según van llegando.
Los tickets se contestan desde la propia app, de forma que queda reflejado en qué momento se ha respondido cada ticket, y al responder al usuario le llega automáticamente la respuesta por correo. Muy recomendable.
Base de conocimientos
La tercera gran funcionalidad de tawk.to es la creación de bases de conocimientos. ¿Habéis visto herramientas como zendesk, que permiten crear una especie de blog donde podéis responder preguntas frecuentes y hacer tutoriales para los clientes? Pues esto es lo mismo.
Al crear la base de conocimientos, todos los agentes pueden crear artículos y categorizarlos para que los clientes, si tienen una duda, puedan ir directamente a la base de conocimientos a buscar.
La base de conocimientos tiene su propia página (será un subdominio de tawk.to) y se irán publicando automáticamente los artículos que vayáis escribiendo. Además, cuenta con un buscador para que la gente pueda consultar dudas más rápidamente.
Lo mejor, es que todos los artículos están integrados con el chat y la mensajería sin conexión. Desde la propia ventanita de chat, el cliente puede buscar los artículos que vayáis escribiendo en la base de conocimientos (si lo configuráis, claro), de forma que mientras os contacta (o incluso antes) podrá tener acceso a vuestras preguntas frecuentes resueltas, lo que hace que la atención al cliente sea más eficaz.
¿Cuánto cuesta tawk.to?
Podría parecer que el precio para poder acceder a todo esto tiene que ser alto, pero no. No es alto. Ni siquiera es bajo: es gratis.
Acceder a todo lo que os he estado contando en el episodio es gratis. Sí, hay plan de pago, por supuesto, pero es para acceder a algunos detallitos que no son para nada imprescindibles para poder acceder a la herramienta. Con el plan gratuito, podéis crear agentes infinitos, contestar a mensajes infinitos, y usar el chat en webs infinitas.
Lo que hay de pago son algunos add-ons para mejorar las funcionalidades: quitar el logo de tawk.to, que en el dominio de la base de conocimientos solo aparezca vuestro dominio, etc. Pero si no os importa que aparezca la marca de tawk.to, podéis utilizarlo todo el tiempo que queráis, gratis. Y ya os digo yo que merece la pena, la “publicidad” que ponen es muy pero que muy sutil, y la mayoría de vuestros clientes no se darán ni cuenta.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, que probéis la herramienta y que os encaje en vuestros proyectos online. Si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en www.laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de esta semana vamos a hablar sobre sobre un modelo de negocio que me gusta mucho, que nosotros llevamos utilizando bastante tiempo y que es muy interesante para emprendedores que están empezando, pues permite generar ingresos recurrentes de clientes que estarán cierto tiempo con nosotros. Hablaremos de los membership sites. ¡Empezamos!
¿Qué es un membership site?
No sé si lo hemos hablado ya en el podcast o en el canal, pero para los que no lo sepáis, lo resumimos rápidamente. Un membership site es un modelo de negocio online que consiste en captar clientes que compren de forma recurrente, con una recurrencia predeterminada, nuestros productos o servicios.
Normalmente el modelo de negocio se plasma a través de una web, donde los clientes pueden activar una suscripción o comprar el acceso al producto o servicio durante cierto período de tiempo, de forma que podamos tener una especie de comunidad que nos aporte ingresos mensuales, trimestrales, anuales o con la periodicidad que establezcamos.
El apodo “site” viene de que normalmente esto se hace en una web, pero realmente este modelo de negocio por suscripción lleva toda la vida existiendo fuera de Internet. Veamos algunos ejemplos conocidos.
Negocios recurrentes que todos conocemos
Algunos tipos de negocios que son recurrentes y que conocemos fuera del mundo online podrían ser:
Gestorías: la típica gestoría para autónomos que a cambio de una cuota mensual te lleva la contabilidad. Realmente, es muy parecido a montar un membership site.
Academias de idiomas: los alumnos se apuntan a un curso con un horario prefijado y pagan una cuota mensual para acceder a las clases. Volvemos a tener la recurrencia.
Empresas de limpieza: a cambio de una cuota mensual, que se suele calcular por horas trabajadas, tenemos acceso a que venga una persona a limpiar nuestra oficina.
Gimnasios: cada vez más podemos ver la barra libre en los gimnasios. Pagas una cuota mensual y puedes ir en el horario que te digan al gimnasio todas las veces que quieras.
Seguros: a cambio de pagar una prima mensual o anual que se calcula en función de tu riesgo estimado, tienes acceso a una cobertura frente a los riesgos que escojas.
Telecomunicaciones: podemos contratar un pack mensual que nos dé acceso a cierta velocidad de Internet y llamadas desde nuestro teléfono. Volvemos a ser miembros de un grupo de personas que contrata algo a cambio de un pago mensual.
Como veis, todo esto en el fondo son memberships (membresías), aunque no son sites. El modelo del membership site es llevar todo lo que hacíamos y seguimos haciendo en el mundo offline, a Internet. Es como llevar una tienda física a Internet, algo que se ha hecho muy bien con el e-commerce.
Veamos qué tipos de membership sites existen.
Tipos de membership site
Atendiendo a lo que estemos vendiendo en nuestra web, podemos tener 4 tipos de membership site:
Los membership sites de contenido: a cambio de una cuota mensual o anual el cliente tiene acceso a cierto contenido en nuestro sitio web. Este contenido está bloqueado para los visitantes que no sean miembros del membership. El contenido puede versar sobre cualquier cosa, y lo más frecuente es que sea sobre contenido técnico y específico, aunque no es necesario (veremos varios ejemplos que son generalistas)
Los membership site de servicio: a cambio de una cuota recurrente, el cliente accede a un servicio concreto (también recurrente). Este podría ser el caso de la escuela de idiomas, donde los alumnos pagan todos los meses y acceden a cierto número de clases, contenidos, corrección de deberes, etc
Los membership site de producto: este caso quizás es el menos conocido, pero cada vez se hace más. El cliente paga una cuota recurrente para acceder a un producto (físico o digital) también recurrente. Por ejemplo, las maquinillas de afeitar o los cartuchos de tinta.
Los membership site de comunidad: a cambio de una cuota recurrente, los clientes tienen acceso a pertenecer a una comunidad o club, de forma que puedan acudir a eventos, reuniones, a cierto tipo de contenido, a contactos, etc.
Algunos membership sites conocidos
Ahora que ya sabes qué tipos de membership site existen, veamos algunos ejemplos famosos, para que veas que seguramente ya formabas parte de un membership sin saberlo.
Netflix
Quizás el caso más famoso de todos. A cambio de una cuota recurrente, accedemos a un membership site de contenido, donde tenemos a nuestra disposición una ingente cantidad de películas y series mientras estemos suscritos.
Como veis, el membership site de contenido no tiene por qué ser obligatoriamente de tipo específico (como por ejemplo La Emprescuela), sino que puede ser más generalista (películas y series de todo tipo). Eso sí, contra más abramos el abanico más nos va a costar desarrollar nuestro membership (a nivel económico, de tiempo, de posicionamiento, etc).
Xbox Game Pass
Para los que no seáis muy afines a los videojuegos, os lo resumo. A cambio de una cuota mensual, puedes acceder a un catálogo de videojuegos (rollo Netflix), y a jugar online con otros jugadores, a guardar partidas en la nube, etc.
Es una mezcla entre membership de contenido y de servicio, ya que no solo nos dan el catálogo de juegos, sino que podemos acceder a utilizar los servidores de Xbox para jugar online y demás.
La Emprescuela
Esto también es un memberhsip site. ¿Adivinas de qué tipo?
Realmente, el membership es de servicio, mezclado con contenido. Aunque el mayor atractivo son los cursos grabados, la cuota da acceso a poder preguntarnos dudas sobre tu negocio por email, a plantear preguntas en las lecciones, a venir a los talleres online, etc. Por lo que, de forma parecida a lo que hace Xbox, tenemos una mezcla a cambio de la cuota recurrente.
Yo te formo
Aunque no lo parezca, nuestra academia de japonés online también es un membership site. Los alumnos pagan una cuota recurrente (solo que nosotros no lo llamamos sucripción, ni los cargos son automáticos, pero es igualmente recurrente) a cambio de acceder a un servicio. En este caso aunque hay algo de contenido, el mayor atractivo son las clases en directo, el poder asistir a talleres gratuitos extra, los informes pedagógicos trimestrales, la corrección de dudas y deberes, etc.
Como decíamos al principio, cualquier academia de idiomas suele ser un membership, lo único que nosotros lo hemos hecho “site”, al hacerlo todo desde la web. Los alumnos tienen un panel donde encuentran su área de alumno y su contenido, lo que lo hace un poquito más personalizado, y lo centramos todo en la parte online.
Algunas características importantes de un membership site
Para terminar, veamos algunas características que debería tener un membership para que funcione:
El valor ha de ser recurrente: da igual si el membership es de contenido, de servicio o lo que quieras. Lo importante es que si el cliente percibe que paga de forma recurrente, tiene que recibir cosas de forma recurrente. No vale vender algo que se consuma una sola vez y plantar un modelo de negocio por suscripción.
El proceso de inscripción tiene que ser lo más sencillo posible. Es verdad que si vendemos servicios, quizás necesitemos pedir ciertos datos a los clientes y hacerles un pequeño onboarding, pero siempre tenemos que intentar hacerlo lo más fácil posible.
La cuota que pidamos tiene que estar en armonía con lo que aportemos: igual, no sirve poner un precio desproporcionado si no estamos aportando algo desproporcionado. Tiene que haber un equilibrio entre lo que pedimos y lo que damos.
La cancelación tiene que ser lo más fácil posible: una de las mayores preocupaciones de los clientes al apuntarse a una suscripción, es si hay permanencia, si van a poder cancelarlo fácilmente y si no les van a estafar o les van a impedir borrarse. Hay que ponérselo fácil a los clientes para que entren, pero también para que salgan. Y si quieren volver, volverán.
Tenemos que responder todas las dudas posibles antes de que el cliente se suscriba. Esto lo podemos hacer en la homepage, de forma que el cliente antes de hacer el pago sepa exactamente qué se va a encontrar dentro.
Hay que pensar siempre en el cliente. Esto es aplicable a cualquier negocio, pero especialmente en un negocio recurrente. Los clientes tendrán una relación constante con nosotros, por lo que si queremos que se queden el mayor tiempo posible, tenemos que hacer todo lo posible para mejorar su experiencia.
Con todo esto, creo que ya hemos aclarado más o menos qué son los membership sites. Si quieres montar el tuyo, te recomiendo que le eches un vistazo a los cursos que tenemos disponibles hasta ahora, donde podrás aprender a crear la web de tu memberhsip, promocionarla y gestionarla.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, y si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en www.laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de esta semana vamos a hablar sobre 10 profesiones con las que puedes empezar a ganarte la vida sin tener que invertir para montar un negocio. Ya sabéis que nuestro objetivo en La Emprescuela es ayudar a otras personas a emprender, y sobre todo, a emprender sin asumir demasiados riesgos. Hablamos sobre todo de servicios, donde vendiendo tus conocimientos vas a poder generar ingresos de los que poder vivir. ¡Empezamos!
Profesor online
No podía ser de otra forma, la primera profesión que vamos a mencionar es la de profesor. Laura y yo somos profesores online, tanto en Yo te formo, nuestra academia de japonés online, como aquí en La Emprescuela. Y ya veis que se puede enseñar a otras personas a hacer cosas desde cualquier lugar. La enseñanza es uno de los sectores donde más fuerte ha pegado el cambio tecnológico, ya que se puede aplicar prácticamente todo.
Da igual el formato: puedes ser profesor particular, dar clases grupales, vender cursos grabados, montar un membership site o lo que quieras. Al final, el objetivo es enseñar algo concreto a otras personas desde cualquier parte del mundo.
¿Qué se necesita para poder ser profesor online? Pues lo más importante, un conocimiento profundo sobre algo que quiera aprender una masa considerablemente de gente. Puede ser un idioma, puede ser una habilidad (WordPress, por ejemplo) o puede ser una necesidad (por ejemplo, lo que hacen las academias de oposiciones). A partir de ahí, simplemente hay que montar una web y darnos a conocer, ir consiguiendo alumnos poco a poco e impartir las clases de la mejor manera posible.
Diseñador web
En el segundo lugar vamos a colocar a los diseñadores web. Es otro servicio que podemos vender y ejecutar desde cualquier lugar, por lo que podemos crear nuestro negocio de diseño web y vivir donde queramos.
Cuando hablo de diseñador web, me refiero a todo el trabajo que hay realmente detrás de una web. Aquí podríamos diferenciar tres grandes perfiles:
El diseñador: realmente, cuando hablamos de diseño, nos referimos al aspecto visual del sitio web. El diseñador web realmente no toca código, ni plugins ni nada por el estilo. Simplemente se dedica a definir, normalmente en Photoshop o algo similar, cómo va a ser el aspecto de la web. Lo que pasa es que el término de diseñador se ha estirado mucho, y cuando alguien quiere que le hagan una web, suele buscar diseñador web.
El implementador: este es el perfil que podríais querer la gran mayoría de los que podáis escuchar este podcast, si os queréis dedicar a crear webs, claro. Se trata de entender muy bien cómo funciona un CMS (normalmente WordPress) para hacer webs para clientes. El implementador no toca código, pero tiene que ser capaz de crear una web funcional, con un aspecto visual lo suficientemente atractivo (sin tener que ser diseñador). Aquí, lo que necesitaríais fundamentalmente, es ser unos cracks en WordPress, y algo de html y css.
El desarrollador: aquí ya hablamos de términos mayores. Normalmente los desarrolladores son quienes fabrican herramientas, plugins o plantillas para utilizar en la web, o aquellas personas que crean webs a medida, sin utilizar un CMS como WordPress. Esto es bastante más complejo de conseguir a medio plazo, pero lo que suele hacerse es empezar como implementador e ir aprendiendo hasta convertirse en programador.
Si quieres empezar a ganar dinero creando webs, lo más sencillo es hacerse implementador WordPress. Para ello tienes que aprender mucho sobre WordPress, cuáles son las mejores plantillas, plugins y las mejores prácticas, y ser capaz de crear webs eficientes en WordPress. Y con ello, ya podemos empezar a generar ingresos con nuestros servicios.
Un consejo para crear webs, es especializarse en un tipo concreto de web o de cliente, y formarse una marca alrededor. Por ejemplo, puedes ser muy bueno montando e-commerces o membership sites, o por otro lado, puedes ser famosillo entre el mundo de las academias, de los restaurantes, etc.
Asistente virtual
El trabajo de un asistente virtual es facilitar la gestión de un negocio, la atención al cliente u otras tareas, de forma digital. Es parecido a lo que hace un recepcionista en una oficina o en una tienda, con la única diferencia de estar deslocalizado, y poder trabajar para diferentes clientes a la vez.
Normalmente el asistente virtual “vende” cierto espacio de tiempo o cierta cantidad de tareas mensuales a su cliente, de forma que el cliente pueda delegar tareas como la facturación, la respuesta de los correos electrónicos, llamadas telefónicas, contestar mensajes en RRSS, la gestión de ciertas tareas administrativas, o en definitiva, cualquier tema administrativo.
Consultor
El consultor es una persona que sabe mucho sobre un tema concreto, y que asesora normalmente a empresas para gestionar problemas o dudas puntuales y concretas.
El trabajo del consultor puede quedarse solo en la consulta, es decir, que el cliente pueda preguntar al consultor a través de videollamadas, teléfono o correo electrónico, o puede también llegar hasta la implementación. Es decir, que el consultor no sólo proponga una solución, sino que también la ejecute.
La figura del consultor es algo difusa, ya que se ha extendido mucho el término y hoy en día prácticamente cualquiera puede decir que es consultor, por lo que es especialmente importante estar especializado en algo concreto, y tener una marca.
El consultor puede ser consultor tecnológico, consultor WordPress, consultor de marketing, consultor de estrategia, consultor de imagen o de cualquier tema técnico que sus clientes necesiten.
Diseñador gráfico
Un perfil que es cada vez más necesitado es el del diseñador gráfico. Todos los logos, iconos, colores, tipografías y demás que ves en las aplicaciones que usas en tu móvil cada día, o en cualquier página web, tienen que haber sido diseñadas por alguien.
Vivimos en una era tremendamente digital, por lo que cada vez se crean más contenidos, y cada vez se necesitan más perfiles capaces de plasmar toda la parte visual y estética de cualquier herramienta, app o negocio en formato digital.
Algunos tipos de diseño que se pueden necesitar:
Diseño web
Creación de imagen corporativa (logos, colores, tipografías, etc)
Diseño de apps
Creación de activos digitales para negocios (infografías, miniaturas, fotografías, etc)
Aquí lo que más se necesita es controlar las herramientas principales de diseño (photoshop y toda la suite de Adobe), y crear unos servicios con los que podamos generar ingresos vendiendo a empresas.
Traductor
Aunque los traductores automáticos están creciendo cada vez más, se sigue necesitando la figura del traductor humano, y esto es una profesión que se puede digitalizar y hacer desde cualquier lugar del mundo.
Al igual que con el desarrollo web, creo que aquí, por la alta competencia que hay, es extremadamente importante especializarse: traductor de apps, traductor para cadenas hoteleras, traductor de contratos del sector de la alimentación, etc.
Si queréis indagar más en el tema de la especialización, echadle un vistazo al capítulo anterior, donde hablábamos de emprender en actividades que ya busque la gente, y escuchad el episodio 25, donde hablamos de la especialización.
Psicólogo online
La figura del psicólogo es otra que es tremendamente fácil de digitalizar, y que cada vez se está viendo más por Internet. Sobre todo a raíz del confinamiento, donde todos tuvimos que adaptarnos a consumir los productos y servicios desde casa, cada vez es más normal ver este tipo de perfiles digitalizados.
Ya hay muchos psicólogos que pasan consulta online, no es nada nuevo, por lo que, al igual que en el tema de los traductores, deberíamos intentar especializarnos en algo concreto.
Aquí la barrera de entrada más grande para poder ejercer la profesión es la titulación. No cualquiera puede ofrecer estos servicios, como es lógico, por lo que tendremos que tener la titulación correspondiente. Pero, si ya lo estabas planteando, o quizás si incluso ya eres psicólogo, montar la consulta online puede ser una gran idea.
A nivel de inversión, prácticamente no se necesita más que una web, un ordenador, un software de videoconferencias y alguna herramienta ofimática. Así que si quieres ser psicólogo, ¡a por ello!
Nutricionista online
La nutrición también se puede digitalizar. Si te gusta el mundo del fitness, el bienestar y la salud, quizás una idea de negocio que podría encajarte sería ser dietista online. Al igual que con la psicología, es muy importante contar con los estudios y la formación pertinente, por lo que el primer requisito será formarnos adecuadamente y conseguir el título correspondiente.
A partir de ahí, el negocio en sí tampoco requiere de mucha inversión. Se trata de atender a los pacientes para mejorar su dieta y su salud, por lo que podemos tener contacto con ellos a través de WhatsApp, email o videoconferencias, de forma que nos vayan pasando sus métricas y podamos ir mandándoles dietas personalizadas para estar más sanos.
¿Qué se necesita? Una web, software de videoconferencias y de ofimática, y poco más. A nivel técnico es muy sencillo de montar, y al ser servicios recurrentes, con que consigamos unos poquitos clientes ya empezaremos a cubrir nuestros costes.
Community Manager
Por último, un clásico del mundo de Internet: los community manager.
Para los que no lo sepáis, un community manager es la persona que gestiona las redes sociales de sus clientes, de forma que el cliente pueda dedicarse a las tareas del negocio en sí, dejando al community manager responder mensajes, subir las publicaciones, manejar los comentarios, encuestas y todo lo que conlleva la gestión de redes sociales.
Aquí no necesitamos un título en sí, por lo que las barreras de entrada son más bajas. Lo que sí necesitamos es saber muy pero que muy bien cómo funcionan las redes con las que vayamos a trabajar, y tener muy buenas dotes de comunicación.
Con respecto al servicio, tampoco se necesita n
¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de esta semana vamos a hablar sobre un aspecto fundamental a la hora de montar cualquier negocio en Internet: centrarnos en empezar negocios donde vendamos productos o servicios que ya esté buscando la gente. ¡Empezamos!
La importancia de mirar las búsquedas antes de emprender
¿Por qué es tan importante centrarnos en investigar si lo que queremos vender lo busca o no lo busca la gente, antes de empezar a crear nuestro negocio? Como hemos venido diciendo ya en otros episodios, para que alguien compre algo tienen que darse varias circunstancias:
Que la gente tenga interés en resolver dicha necesidad
Que la gente esté dispuesta a pagar para resolverla
Que la gente quiera pagar el precio que pides por ello
Fijaos que si por algún casual, la idea que tenemos en la cabeza no cumple con el primer requisito (el de que la gente tenga interés), nos va a ser prácticamente imposible vender algo.
Ya ni siquiera entro en acertar con el precio del producto, solo nos quedamos en que la gente tenga interés. Y en Internet, el interés se demuestra con las búsquedas en Google. No nos sirve que nuestros amigos nos digan que sí comprarían el producto o servicio. Tenemos que ver con datos que la gente busca resolver dicha necesidad en Google.
Esto nos va a permitir arrancar mucho más rápido, ya que simplemente haciendo SEO y SEM vamos a poder captar visitas que están interesadas en pagar por nuestros productos o servicios. Si por algún casual construimos un negocio que no esté basado en lo que quieren los usuarios, por mucho SEM que queramos hacer, no vamos a atraer visitas hacia nuestra web. Y sí, podemos vender a través de otros medios (por ejemplo Facebook Ads), pero venderle algo a alguien que no está buscando comprar nada es infinitamente más difícil. Lo más sencillo es identificar qué están buscando las personas actualmente, y dárselo. Y simplemente haciendo una campaña en Google Ads nos daríamos a conocer en minutos.
¿Y cómo identifico las búsquedas de los usuarios en Google?
Muy sencillo. El propio planificador de palabras clave de Google Ads nos permite buscar ideas de palabras clave y nos saca una lista de búsquedas mensuales para cada palabra. Es decir, entras en Google Ads, te diriges al apartado de planificador de palabras clave, pones una palabra (por ejemplo, clases de bachata) y ya Google hace el resto por ti.
Te saca un listado de palabras clave relacionadas con la idea de palabra que has introducido, te dice cuántas búsquedas en promedio tiene cada keyword cada mes, si hay mucha competencia, e incluso te dice aproximadamente cuánto cuesta un click en cada una de las palabras clave, atendiendo a la competencia con el resto de anunciantes (ya sabéis que Google Ads funciona como una subasta).
Esto es algo que deberíamos hacer antes de lanzar un proyecto. Es más, antes de ni siquiera invertir tiempo en empezar a crear el proyecto. Es algo que vemos más en profundidad en el curso de estudios de mercado, y que es imprescindible para no crear algo que luego no quiera consumir nadie.
Porque, imagínate. Te tiras un año creando una web y planificando unos productos o servicios, preparándolo todo, para que luego te des cuenta de que has construido algo que nadie quiere. No hay nada más frustrante que eso.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, y si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en www.laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de esta semana vamos a hablar sobre negocios locales. Ya sé que no es un tema que solamos tratar demasiado en este podcast, pero creo que a muchos pequeños empresarios que tengan un negocio presencial, les podría interesar saber cómo pueden digitalizar su negocio (si es que lo necesitan). Así que, allá vamos.
¿En qué consiste digitalizar un negocio local?
Los negocios locales se basan en dar servicios especializados a los clientes que hay en sus proximidades. Aunque pueda parecer que no, muchos negocios locales están hiper especializados, básicamente porque solo suelen trabajar con clientes de la zona, y conocen al detalle lo que quiere la gente local.
Si extrapolamos a Internet un negocio local, sin cambiar la estrategia, no tendría demasiado sentido, y nos encontraríamos con un negocio generalista. Por poner un ejemplo: una agencia de marketing digital. En casi todas las ciudades hay alguna (incluso en muchos pueblos), y sus servicios pueden ir desde el diseño y desarrollo web, hasta hacer carteles, rótulos o cualquier servicio que tenga que ver con lo audiovisual.
Volvemos a lo de antes: esto en Internet, como tal, no tendría mucho sentido, ya que la persona que quiere contratar un desarrollador web, buscará y encontrará en la red decenas, o cientos incluso, de desarrolladores muy especializados en diferentes tecnologías. Ante esta especialización que podemos encontrar en Internet, no nos valdría el pasar un negocio local a Internet sin más.
Pero no es de esto sobre lo que vamos a hablar hoy. Digitalizar un negocio local no consiste simplemente en buscar clientes online. Digitalizar un negocio local consiste en hacer lo mismo que ya se hacía en presencial, pero implementando herramientas digitales. Por ejemplo:
Un CRM para llevar la gestión de los clientes
Un sistema de almacenamiento en la nube para trabajar de forma deslocalizada
Herramientas de comunicación digitales (videoconferencias, chat, etc)
Una web con un área de cliente, donde los clientes puedan ver sus datos y últimos pagos
Una Intranet donde podamos comunicarnos con clientes y empleados
La aceptación de medios de pago digitales
Utilizar la publicidad digital
Vender a través de Internet y enviar pedidos a domicilio
Esto son solo algunos ejemplos de mejoras que se podrían implementar en cualquier pequeño comercio o negocio local de servicios.
¿Y por qué el capítulo de hoy?
Pues precisamente, porque durante el 2020 (y todavía seguimos en 2021) hemos pasado por una pandemia que derivó en un confinamiento a nivel prácticamente mundial, que prohibía a los ciudadanos salir de sus domicilios, y que dificultaba a muchos negocios locales poder dar servicio a sus clientes.
Problemas que se podrían haber solucionado con la digitalización. Durante la época de la pandemia tuvimos que ayudar a varios clientes a digitalizarse. Y, con técnicas como las que hemos visto antes, un negocio local podría haber seguido dando servicio prácticamente igual, con confinamiento o sin él. Tampoco vamos a decir que la digitalización sea milagrosa, pero sí que ayuda mucho.
Que un negocio sea local o no, no tiene nada que ver con la tecnología que utilice. De hecho, si os fijáis en muchas grandes superficies (gimnasios, hipermercados, cines, etc) veréis que están totalmente digitalizados. Desde nuestro móvil, podemos ver las plazas que quedan libres para apuntarnos a la sesión de Bodycombat de las 19:00, podemos realizar un pedido con la compra de la semana para ir a recogerlo a la tienda por la tarde y podemos comprar las entradas del cine para no tener que esperar colas.
Aunque sean grandes superficies, los gimansios, hipermercados y cines siguen siendo negocios locales, no son negocios online, como Netflix o Amazon. El problema fundamentalmente está en las PYMEs. Y no porque digitalizarse sea caro (utilizando ciertas herramientas, puede salir casi gratis). El problema principal es el cambio de hábitos y de mentalidad. Es la resistencia al cambio. La gran mayoría de PYMEs son regentadas por personas de generaciones un poquito más antiguas, y durante lo que llevamos de siglo han ocurrido tantos cambios a nivel tecnológico que la mayoría se han quedado atrás.
Si tienes un negocio local y estás escuchando este episodio, te animo a que poco a poco vayas digitalizándolo (si no lo has hecho ya). No hace falta que sea demasiado rápido, ni todas las áreas del negocio a la vez. De hecho, ni siquiera hace falta que lo hagas tú, si no sabes o no quieres (si buscas en Internet seguro que encuentras gente que puede hacerlo por ti). Pero poco a poco, te animo a que vayas transformando tu negocio.
Y si te animas a hacerlo tú mismo, en La Emprescuela tienes cursos de WordPress para montar tu web, de hojas de cálculo, de Stripe para cobrar por Internet, de Google Ads y Facebook Ads para hacer tus propias campañas publicitarias, y de prácticamente cualquier cosa que necesites para transformar tu negocio en un negocio digital. Local, pero digital.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, y si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en www.laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre los modelos de negocio. Veremos qué es el concepto de modelo de negocio, y algunos de los más utilizados para montar empresas. Empezamos.
Qué es un modelo de negocio
Cuando hablamos de modelos de negocio, nos referimos a la forma y al perfil de cliente al que se dirige la empresa para vender sus productos o servicios.
No es lo mismo vender servicios a un consumidor a pie de calle, que a una empresa, que a una organización sin ánimo de lucro. Dependiendo de la relación que tengamos con el cliente y de cómo nos posicionemos, podremos definir un modelo de negocio concreto para nuestra empresa.
Es muy importante tener claro el modelo de negocio que queremos diseñar, antes de empezar a vender. Tenemos que tener muy perfilado al cliente objetivo, para poder adaptar a él los productos o servicios que lancemos, los procesos de venta, los precios y prácticamente cualquier cosa de nuestro negocio.
Qué modelo de negocio tengo que elegir
La primera gran pregunta que te tienes que hacer es: ¿a quién le estás solucionando un problema? ¿A una empresa, a un cliente particular o a un gobierno?
Lo más sencillo es que diseñemos un negocio que utilice un solo modelo de negocio. Los modelos de negocio más habituales son:
Vender directamente a consumidor final (B2C)
Las siglas vienen del inglés (Business to Consumer) y suele ser el modelo más sencillo, y uno de los más utilizados, ya que los clientes particulares son mayoría en la población y necesitan consumir multitud de productos o servicios.
Básicamente, consiste en vender directamente a las personas de a pie. Da igual lo que vendamos: peluquerías, academias, tiendas de alimentación, abogados, psicólogos, dentistas, talleres mecánicos, etc… La lista podría ser infinita. Es el típico negocio que visitamos en nuestro día a día como consumidores.
Normalmente, es el perfil de negocio más fácil de montar (aunque no siempre), ya que aquí el empresario está directamente delante de los clientes, y se puede saber rápidamente qué necesitan, qué les gusta y qué no, y los procesos de venta, los sistemas de precios y la organización suele ser mucho más sencilla que en otros modelos de negocio.
Vender a empresas (B2B)
Aquí se empieza a complicar la cosa, ya que ya no nos dirigimos a personas físicas, sino a empresas. ¿Y por qué digo que se complican las cosas? Porque el cliente ya no es una sola persona, es una organización.
Y como organización, habrá múltiples personas de contacto y quizás varias personas implicadas en la toma de decisiones, lo que suele hacer que los procesos de venta sean más largos, existan más protocolos para hacer las cosas, quizás tengamos menos poder de negociación con los clientes y tendremos una mayor burocracia.
Ejemplos de este tipo de empresas: hosting, aplicaciones informáticas, consultoras de marketing, suministro de materiales de oficina, empresas de logística, despachos de abogados, auditores, etc…
Los servicios que se suelen vender a empresas suelen ser más complejos (aunque no siempre), y aquí se suele hacer todo bajo presupuestos, contratos, etc. Es decir, no suele ser tan sencillo como crear un servicio, ponerle un precio y venderlo, como por ejemplo podría hacer un psicólogo (aunque hay excepciones y por supuesto se podría llegar a hacer).
Ser intermediarios entre consumidores (C2C)
¿Y qué pasa si me quiero dirigir a consumidores finales, pero yo no quiero vender nada directamente al consumidor final, sino que sea otro quien lo venda? También hay un modelo de negocio para eso. Se llama C2C (Consumer to Consumer).
Este es el típico caso del portal. En Internet podrás encontrar portales para encontrar profesores, peluquerías, psicólogos y prácticamente cualquier cosa que necesites. El portal en sí, lo único que hace es poner en contacto a personas entre sí: en el caso del portal de profesores, ponemos en contacto a profesores que quieran conseguir alumnos, con alumnos que busquen un profesor.
Este modelo de negocio se puso de moda hace tiempo, y en la actualidad ya hay bastantes webs que ofrecen este tipo de servicios, aunque seguro que hay todavía muchísimo por hacer. Destacar también que este tipo de modelo de negocio es bastante complejo, ya que suele tardar bastante en despegar y tenemos que contar con contentar a dos perfiles diferentes: a los que quieren buscar y a los que quieren que les encuentren.
Vender a organizaciones gubernamentales (B2G)
Sí, también le podemos vender al gobierno, ¿por qué no?
Si te fijas en muchos de los servicios que ves a tu alrededor en tu día a día, te darás cuenta de que muchos de ellos suelen ser licitaciones o concursos que organizaciones gubernamentales (ayuntamientos, por ejemplo) sacan para poder suplir una necesidad a cierta parte de la población, de forma que una empresa pueda realizar servicios públicos y vendérselos a dicha organización.
Por ejemplo, en muchos sitios la limpieza de las calles (los barrenderos) son suplidas por empresas privadas que le venden a los ayuntamientos los servicios de limpieza. Así, podremos también hacer negocios con ayuntamientos, diputaciones, con el gobierno central, etc.
Este tipo de modelos de negocio suele ser bastante complejo, ya que en muchas ocasiones no se tiene acceso a los contactos necesarios, y los tiempos, protocolos y burocracia suelen complicarlo todo bastante. Pero, ahí queda.
Vender a empleados (B2E)
Otra forma de generar ingresos con un negocio, es vender a los empleados del propio negocio. Parece un poco raro, pero tiene mucho sentido, y para ello vamos a poner uno de los ejemplos que se pone más a menudo: las aerolíneas.
Si habéis hablado alguna vez con un azafato o azafata, os habrá dicho que tienen descuentos en los vuelos, en los viajes, etc. Al comprar un vuelo con descuento, el propio empleado se convierte en cliente del negocio en el que trabaja.
Al negocio le sale redondo: aumenta las ventas y quizás incluso saca el stock que tenía sobrante (en este caso, vuelos a X destinos), y se ahorra los costes de marketing de tener que captar clientes. Y todo a la vez que tiene a los empleados contentos por poder comprar con descuento.
Esto también lo hacen algunas cadenas de hipermercados. A los dependientes, mozos de almacén y el personal que trabaja en las tiendas, suelen ofrecerles descuentos para comprar con su tarjeta de empleado. Así, el empleado tiene una ventaja extra al trabajar allí, y la empresa evita que sus propios empleados se vayan a la competencia a comprar. Y como decíamos antes, es una estrategia de marketing bastante barata, ya que todos los empleados estarán enterados de dicha promoción, y la empresa no tendrá que invertir en marketing.
¿Qué modelo de negocio elegir para empezar a emprender?
Si eres un emprendedor que está empezando y no tienes experiencia, ni has montado ningún proyecto todavía, creo que lo más fácil es vender directamente al consumidor final (B2C).
En el caso de que tengas un perfil profesional del tipo desarrollador web, ilustrador, abogado o cualquier perfil profesional que pueda vender este tipo de servicios a empresas, podrías optar por el B2B. Aquí, ten en cuenta que normalmente tendrás poquitos clientes, y cada cliente te proporcionará una parte considerable de tus ingresos mensuales, ya que si eres una sola persona, tratar con muchos clientes que sean empresas sería complejo.
El resto de modelos de negocio, para empezar, los veo bastante complicados, ya que suelen requerir de cierta inversión (ya sea en dinero o en tiempo) y hay muchos más factores que podrían hacer que salga mal. Así que si estás empezando, yo me plantearía montar algo que sea B2B o B2C.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy veremos cómo hacer una sección muy importante de nuestro sitio web: la sección de preguntas frecuentes.
Si os fijáis, en la mayoría de webs de empresas (tanto digitales como físicas), y sobre todo en las de empresas que venden servicios, suele haber una o varias secciones de preguntas frecuentes, donde se contestan de forma anticipada diversas posibles dudas que le puedan surgir al cliente antes de comprar. De esta forma, aceleramos el proceso, evitamos que el cliente tenga que contactar para cuestiones que podemos resolver en la web, y transmitimos confianza a los clientes potenciales.
Pero, ¿qué debemos poner en esta sección, y dónde tenemos que mostrarla? Veámoslo.
¿Dónde tenemos que poner un apartado de preguntas frecuentes?
Lo primero que vamos a ver es dónde poner este tipo de apartados. Tenemos dos opciones:
Crear un apartado específico en la web donde colocar la sección de preguntas frecuentes. Normalmente, esto se hace creando una página única para las preguntas frecuentes, y se coloca en el footer de la página web. Si nuestro negocio está muy definido y vendemos un único servicio (por ejemplo, un membership site), podríamos simplemente poner un enlace en el footer para aquellas personas que quieran indagar un poco más sobre qué incluye, qué no y cómo se paga nuestro servicio.
Poner un apartado de preguntas frecuentes en cada página de ventas. Si vendemos varios servicios muy diferenciados, lo más sencillo es que cada servicio tenga su propia página de ventas, y que dentro de cada página (normalmente al final del todo), pongamos la sección de preguntas frecuentes. Eso sí, en cada página de ventas hablaremos sobre las preguntas frecuentes de dicho servicio, no de todo en general. Así no liaremos a los usuarios.
Sobre cómo crear la sección de preguntas y respuestas técnicamente, podemos utilizar bloques de WordPress específicos para ello (si usáis Atomic blocks o Genesis Blocks, tenéis un bloque para mostrar “acordeones”).
¿Qué poner en la sección de preguntas frecuentes de la web?
Ahora sí, vamos a lo que interesa. ¿Qué podemos poner en la sección de preguntas frecuentes? Os voy a dar algunas ideas para que cojáis lo que mejor os encaje con vuestra web:
Podéis hablar sobre en qué consiste el servicio (cuál es la propuesta de valor)
Cómo funciona el servicio (cuál es el proceso para resolver el problema del cliente)
Cuánto cuesta el servicio, y datos concretos sobre precios (si hay permanencia, si hay matrículas o costes para iniciar el trabajo, etc)
En caso de que el cliente tenga que hacer algo desde la web (por ejemplo, si tienes una plataforma, cursos online, ebooks descargables, etc), podéis explicar qué tiene que hacer el cliente para poder acceder a lo que le vendáis
Qué requisitos hay para poder disfrutar del producto/servicio (requisitos técnicos, de conocimientos, económicos, etc)
Si hay soporte en dicho servicio, también estaría bien ponerlo
Garantías, servicio posventa, etc
Cómo se efectúa el pago (si se hace a través de la web, qué métodos de pago se aceptan, etc)
En caso de que sea una suscripción y haya recurrencia, cómo se puede cancelar el servicio
Para qué perfil de cliente va dirigido el producto/servicio
Cómo será el proceso de ventas (primero contactas, luego tenemos una reunión, te mando un presupuesto, etc)
¿Hay posibilidad de cancelación y reembolso? Esto hay que explicarlo
¿Hay algún límite dentro del uso del producto/servicio? Es decir, si se tiene que utilizar en un período de tiempo determinado, límite por usuarios, etc
¿Puedo pedir una factura al efectuar el pago? También podemos ponerlo para generar confianza en los clientes
Si el cliente necesita tener cierto material o herramientas preparadas para disfrutar del producto/servicio, también hay que ponerlo
Todos los datos sobre características del producto/servicio que demos aquí, serán bienvenidos: nº de personas por clase, tecnologías que se utilizan, peso del producto, tamaño, etc…
Si el cliente tendrá que realizar ciertas tareas al contratar el servicio, también tendríamos que mencionarlo
Con todo esto, creo que ya tenéis más que suficiente para crear vuestras secciones de preguntas frecuentes perfectas, así que ¡a por ello!
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre WordPress, que ya sabéis que me gusta mucho, ya que es la herramienta que utilizo para hacer todos nuestros proyectos online. En esta ocasión, nos centraremos en la seguirdad. ¿Es WordPress realmente seguro? Veámoslo.
Qué se dice sobre la seguridad en WordPress
He visto que hay mucha confusión sobre la seguridad de WordPress, sobre todo entre los usuarios más novatos. Por Internet, podrás encontrar opiniones de todo tipo, e incluso hay expertos (o supuestos expertos) en desarrollo web que dicen que WordPress no es seguro.
En parte, y solo en parte, pueden tener algo de razón. Pero como todo en la vida, hay que matizarlo, ya que lanzar esa afirmación al aire sin explicar, confunde a la gente.
WordPress como CMS es seguro. Es más, es muy seguro. Se actualiza constantemente y cuenta con una comunidad increíblemente grande que hace que sea el gestor de contenidos más utilizado de todo Internet. Pero hay dos cuestiones que hacen que los sitios web basados en WordPress puedan ser menos seguros que si utilizamos otro CMS:
Es el gestor de contenidos más utilizado de Internet. Alrededor del 40% de todo internet está construido sobre WordPress, y si hablamos solamente de webs construidas con un CMS, este porcentaje se eleva hasta alrededor del 64%. Esto hace que la mayoría de atacantes y hackers prefieran decantarse por atacar sitios web en WordPress, lo que podría hacerlo “más inseguro”. Para que entendáis los números, alrededor del 80% de los sitios web que se infectan (contando el spam como un ataque), están basados en WordPress. Esto da bastante mala reputación.
Los usuarios que hospedan su propio sitio web basado en WordPress, tienen la capacidad de hacer lo que quieran con su web. Y eso puede usarse para bien, o para mal. Si instalamos cualquier plugin o plantilla en nuestra web sin analizar bien su contenido y no tomamos ciertas medidas de seguridad, entonces sí, podemos llegar a tener un problema. Algo que no pasaría en otros CMS de código cerrado, como Shopify, ya que no tenemos acceso a hacer todo lo que queramos con la web.
Cuáles son los principales problemas de seguridad en WordPress
Para resumirlo de forma sencilla y que todo el mundo lo entienda, hay algunas malas prácticas muy comunes entre los usuarios que crean sus propios sitios web en WordPress:
Usar múltiples usuarios con perfil de administrador
No usar contraseñas seguras en los usuarios
No activar la autenticación de doble factor
No utilizar un cifrado SSL
Perder el acceso al panel de control por un problema en un plugin o plantilla
Tener WordPress, plugins o plantillas desactualizados
No limitar el número de intentos de inicio de sesión
Como veis, cuando un usuario crea una web, tiene que hacerlo pensando en estas y otras cosas importantes sobre seguridad. Claro, si instalamos un WordPress y pasamos de todo esto, WordPress es inseguro. Sin embargo, si lo hacemos bien, WordPress puede llegar a ser todo lo seguro que queramos.
Algunos sitios web conocidos basados en WordPress
Para terminar, y dar un poco de confianza a este gran CMS, os dejo algunos sitios web que quizás conocéis que utilizan WordPress. Si ellos lo hacen, por algo será:
La web de La Casa Blanca
El blog de PlayStation
El portal de noticias de Harvard
La web de los Rolling Stones
La tienda online de Woocommerce
Por supuesto, la web de WordPress
En definitiva, WordPress es un gran gestor de contenidos, que quizás puede tener ciertos problemas de popularidad (también propiciados por la competencia), pero que ocupa el 40% de todas las páginas web de Internet. Quizás no es que WordPress no sea seguro, quizás es que sean los usuarios que lo utilizan, los que lo hacen inseguros.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre una página muy especial de cualquier sitio web que acepte pagos por Internet. Hablaremos sobre la página del carrito. ¿Es esta página necesaria en mi web, o por el contrario puedo eliminarla sin problemas? Veámoslo en detalle.
Para qué sirve la página del carrito
La página del carrito es una página especial que nos encontraremos en la gran mayoría de e-commerces. Esta página sirve para que el usuario pueda ver, antes de ir al checkout, los artículos por los que va a pagar en nuestro sitio web.
Si te fijas bien, lo que se ha intentado hacer es poner ciertos elementos en los e-commerces que sean fácilmente reconocibles por los usuarios, de forma que el comportamiento de compra en una tienda online sea lo más parecido posible al comportamiento en una tienda física.
Si no, ¿para qué narices íbamos a llamar a esa página “carrito”? Normalmente, cuando compramos en una tienda física, entramos a la tienda, cogemos un carrito o una cesta, y vamos depositando allí los artículos, hasta que finalmente llegamos a la caja para pagar (lo que sería equivalente al checkout).
Esto, aunque parezca trivial, está muy pero que muy bien pensado, y ha sido todo un acierto para poder llevar la compra física al mundo online. El usuario sigue teniendo un camino marcado y sabe lo que tiene que hacer para pagar, esto es:
Da vueltas por la tienda viendo productos (el usuario navega)
Va echando los productos que quiere llevarse a casa en el carrito (añade al carrito)
Pone los productos en la caja, y una persona le dice cuánto es el total (el checkout)
Ambos sistemas (tanto el de las tiendas físicas como el de las tiendas online) están muy conseguidos, y aunque lo vemos básico y normal, se ha tenido que pensar y desarrollar mucho para llegar hasta aquí.
Ahora bien, cuando estamos comprando online, ¿ese paso intermedio del carrito es necesario? Pues no siempre.
En qué casos podría eliminar el carrito de la web
El carrito es un sistema muy efectivo cuando tenemos muchos productos, y el cliente suele comprar muchos productos de golpe. Básicamente, porque imagínate tú tener que hacer un checkout para cada producto que quieras comprar. ¿Qué pasa si quieres comprar 10 productos? ¿Tienes que rellenar el checkout 10 veces? Sería desesperante.
En este tipo de webs (normalmente, tiendas online), el carrito es todo un acierto y un alivio para los clientes.
Por el contrario, para otro tipo de negocios online, negocios que tengan muy pocos productos o servicios, y que los vendan normalmente de uno en uno, el carrito es un paso intermedio un poco molesto.
Podría ser el caso de una web que venda un solo ebook, o un solo plugin para WordPress, o que venda uno o dos servicios. ¿Para que diantres vamos a llevar al cliente a una página en la que el 99% de los casos no va a hacer nada, haciéndole perder tiempo para llegar al checkout? En este tipo de casos, lo más eficiente es eliminar el carrito.
Ejemplos de este tipo de negocios:
Profesionales que vendan un solo servicio, o tengan un número bajo de servicios
Academias online que vendan el acceso a unos pocos cursos
Webs de infoproductos con un número bajo de productos
Básicamente, cualquier web en la que el cliente compre las cosas de una en una. Si ese es el comportamiento, puedes eliminar el carrito.
Por el contrario, por favor, no elimines el carrito si tienes un e-commerce, o si a tus clientes les gusta hacer un pedido con muchos productos a la vez. En este caso les estarías complicando la compra.
¿Y cómo elimino el carrito?
Hay diferentes formas de saltarse el carrito, y depende mucho del software que estés utilizando para vender online.
Si utilizas Woocommerce (como yo), te encontrarás con que el propio plugin ya te instala por defecto una página de carrito, y que el comportamiento del plugin al completo depende de esta página. Pues bien, existe un plugin con el que podemos eliminar la página de carrito, pero de la forma correcta (no a lo bruto). El plugin se llama “Disable cart page for WooCommerce”, y modifica el comportamiento de Woocommerce para que cuando el usuario haga click en un producto, vaya directamente al checkout, y si se sale del checkout, ese carrito (que ya no existe) se vacía y vuelve todo a estar como antes. Podéis encontrarlo aquí: https://ve.wordpress.org/plugins/disable-cart-page-for-woocommerce/
Por otro lado, hay herramientas que ya vienen preparadas para trabajar sin carrito. Una de las que he utilizado (con la que empezamos la academia, de hecho), es Classonlive, una herramienta para montar academias online.
Classonlive te crea tu catálogo de cursos, y tiene exactamente este comportamiento: cuando un usuario hace click en apuntarse en algún curso, va directo al checkout (que es como debería de ser en este tipo de webs). Aquí tenéis el link por si os interesa esta herramienta: https://www.classonlive.com/
Por último, mencionaros que intentéis utilizar herramientas que se adapten al flujo de compra de vuestros clientes. Si queréis montar una academia online, un membership site o cualquier web transaccional donde el usuario no necesite un carrito, intentad no poner el carrito. Da igual si lo montáis con Woocommerce, con Shopify o con lo que queráis. Intentad siempre ponérselo fácil a los clientes para pagar.
Por otro lado, no os volváis locos y empecéis a eliminar carritos a diestro y siniestro. Esto solo es aplicable en tiendas con pocos productos, así que si tienes un e-commerce donde los usuarios compran productos de tres en tres y tienes un carrito, sigue con él.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre el fracaso. Más en concreto, sobre qué hacer (y más importante, sobre qué no hacer) si nuestra idea de negocio no funciona y, como decíamos en el episodio anterior, tenemos que dedicarnos a otra cosa. ¡Vamos a ello!
No desesperes
A nadie le gusta que no le salgan las cosas, pero a veces las cosas no salen, es lo que hay. Lo que no tienes que permitir es que te pueda el ego y la rabia porque tu proyecto no ha salido, y no venirte abajo.
La mayoría de proyectos fracasan, es lo más habitual. Tómate este fracaso como un aprendizaje de por qué no ha funcionado, y piensa con calma si quieres seguir emprendiendo o no, o si deberías empezar por un proyecto más sencillo.
Puedes volver a intentarlo (si quieres)
Ya lo hemos dicho muchas veces, tanto aquí como en el canal: emprender no es una obligación. Y que un proyecto no salga, tampoco te condiciona para no poder volver a intentarlo con otro proyecto.
Quizás ahora no has conseguido tus objetivos, pero quédate con todo lo que has aprendido, y en caso de que quieras volver a emprender, utilízalo.
También te puedes encontrar con que, después de este primer intento con un primer proyecto, que quizás te hacía cierta ilusión por cualquier motivo, no quieras volver a emprender. No hay ningún problema con ello, no te lo tomes como algo personal, y busca algo donde puedas invertir tu tiempo y que encaje contigo (por ejemplo, un trabajo que te guste).
Recuerda por qué emprendiste
Para que una idea de negocio funcione, tiene que tener una razón de ser. No tiene que ser simplemente un capricho del emprendedor, sino algo que realmente ayude a la sociedad a resolver un problema concreto.
Aquí en La Emprescuela siempre decimos la misma frase: resolver un problema concreto de una audiencia concreta. Seguramente cuando empezaste sentiste que tú podías resolver mejor que otras empresas el problema al que te enfrentabas. Quédate con eso, y en un futuro, si vuelves a emprender para resolver el mismo problema, afróntalo de una forma más sencilla y práctica.
Normalmente un emprendedor no quiere ser emprendedor porque sí. Siempre hay algo de vocación. Por ejemplo, Laura y yo no queríamos emprender por emprender (seguramente ni siquiera usaba la palabra emprender por aquel entonces). Laura y yo queríamos hacer una academia. No una empresa cualquiera, queríamos hacer una academia.
Y si nos quitas eso ahora y tuviéramos que buscar otra cosa, quizás nos da por volver a emprender con otro proyecto, o quizás no. Quizás perderíamos la razón por la que queremos tener nuestro negocio, y nos buscaríamos un trabajo. La verdad es que no lo sé.
Lo que sí sé es que los emprendedores que realmente consiguen que sus empresas funcionen, son aquellos que buscan resolver un problema muy concreto, a veces incluso por un motivo personal. En nuestro caso, sentíamos que muchas academias no estaban haciendo las cosas como nosotros sentíamos que tenían que hacerse, y nos vimos muy motivados para crear nuestra propia academia.
Nosotros no sabemos sobre empresas de construcción, o de ingeniería, o de cualquier otro tipo. Sabemos sobre academias. Y por eso seguimos con nuestra academia. Quizás, si tuviéramos que crear una empresa de otro tipo, no nos gustaría y preferiríamos trabajar en otra cosa (o sí, la verdad es que no lo sé).
Lo que quiero decir con esto, es que seguramente no eres emprendedor por ser emprendedor. Porque un día te despertaste, viste un anuncio de YouTube donde te vendieron la moto de que ser emprendedor mola y decidiste ser emprendedor. Normalmente, esos ni siquiera llegan a empezar un proyecto. Si realmente te has decidido a emprender, seguramente sea porque el proyecto que querías realizar te hacía algo de ilusión.
Quédate con el problema que intentabas resolver con ese proyecto, simplifícalo, haz algo más sencillo y cuando te sientas listo (si quieres), vuelve a ponerte a ello, pero esta vez haciendo algo más fácil, con un modelo de negocio más simple, y que te permita generar ingresos reales como para cubrir tus costes. No intentes crear un Facebook o un Amazon.
No la líes
Esto es lo más importante de todo. Si después de todo lo que hemos dicho, ves que tu negocio no despega, no consigues validarlo y te estás quedando sin dinero, no la líes. No te dejes llevar por las emociones y hagas una locura para intentar por todas las formas que ese proyecto salga adelante. Es decir, no hagas cosas como empezar a endeudarte para poder continuar con el proyecto.
Si has hecho las cosas bien, es decir, has creado tu DAFO, tu CANVAS, tienes un modelo de negocio claro y sencillo, has creado tu PMV, lo has promocionado, y aún así no consigues vender, u obtienes un feedback negativo, ya tienes las pruebas que necesitas para dar por zanjado el proyecto, o al menos para dar un giro de 180 grados.
No intentes por todos los medios seguir erre que erre, ya simplemente por ego, por no quedar mal y decir que has fracasado, con ese proyecto. No pasa nada, simplemente se decide que ese proyecto no vende, y o bien se intenta hacer de otra forma más adelante, o bien nos dedicamos a otra cosa. Pero por favor, no la líes. No pidas dinero prestado ni hagas cosas que te puedan perjudicar en el futuro simplemente por una idea.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre esa primera fase inicial por la que tiene que pasar cualquier emprendedor para montar su negocio. Al principio, cuando estamos estructurando nuestra idea de negocio y nos lanzamos al mercado, no tenemos ninguna certeza de qué va a ocurrir con nuestro proyecto. Y algo que podría ocurrir (que de hecho, ocurre en la gran mayoría de los casos por desgracia), es que nuestra idea de negocio fracase.
Por ello, hoy vamos a hablar sobre si tenemos que ponernos una fecha límite para evaluar si nuestra idea de negocio ha funcionado o no. Sobre cuánto tiempo tenemos realmente para decidir si cerramos el proyecto y nos dedicamos a otra cosa, o si continuamos trabajando en ello.
Tu negocio muere cuando te quedas sin dinero
Esto lo hemos hablado ya en algún que otro episodio. El único momento en el que un negocio no tiene más remedio que extinguirse, es aquel en el que se queda sin efectivo. Si no hay dinero en el banco, y no eres capaz de conseguirlo, se acabó. Y eso aplica incluso para negocios que funcionan. Si nos quedamos sin liquidez y no podemos conseguir dinero a corto plazo, el negocio muere.
Por ello, el único momento real en el que podríamos llegar a la conclusión de que tenemos que cerrar, y que nuestra idea de negocio ha fracasado, es aquel en el que nos quedamos sin dinero.
Si este momento ocurre, tendremos que buscar otra fuente de ingresos para poder vivir, y normalmente suele ser buscar un empleo. Así que, de momento, dejémoslo ahí: una señal clara de que tenemos que dejar nuestra idea de negocio y dedicarnos a otra cosa (normalmente, un empleo), es que nos hemos quedado sin dinero y el negocio no arranca. Si eso ocurre, búscate un empleo, y si en un futuro puedes y quieres, vuelve a tu idea de negocio, con más efectivo.
La línea roja del primer año
Otro indicador que nos permitirá medir si nuestro negocio tiene futuro, o si por el contrario no hemos conseguido nada y deberíamos dedicarnos a otra cosa, es el primer año de actividad.
¿Qué hemos conseguido en el primer año con nuestro negocio? Si hemos conseguido clientes, y hemos conseguido ingresos recurrentes (aunque sean bajitos), y podemos sacar un sueldo como para poder mantenernos, es una buena señal que nos indica que podemos seguir tirando hacia delante.
Si por el contrario, ha pasado todo un año y no conseguimos vender nada (o prácticamente nada), tenemos una alerta roja que nos está diciendo, que o bien cambiamos algo en nuestra idea de negocio, o bien nos dedicamos a otra cosa, porque seguir tal cual no nos permitirá vivir de ello.
Un año es tiempo más que suficiente para conseguir ingresos (aunque sean bajitos) en un negocio digital lean (no hablamos sobre negocios que requieran una gran inversión de tiempo para poder ponerlos en marcha). Si nuestro proyecto ha sido montar una consulta online de psicología, o de dietética, o una academia (véase negocios que no requieren mucho tiempo para ponerlos a funcionar), y en todo un año no somos capaces de conseguir clientes y de generar ingresos recurrentes, no lo estamos haciendo bien.
Llegados a este punto, podemos hacer dos cosas:
Si tenemos dinero en el banco como para continuar más tiempo, analizar la situación, detectar el problema por el cual no conseguimos ingresos, y plantear una solución a corto y medio plazo para empezar a ingresar dinero.
Si nos estamos quedando sin efectivo, y no vemos probable generar ingresos a corto plazo, es mejor cerrar pronto y buscar otra fuente de ingresos. Ya volveremos cuando tengamos efectivo en el banco, pero lo que no podemos hacer es quedarnos a cero. Aquí, podemos buscar un empleo que nos permita compaginar en cierta medida lo que estábamos haciendo, y seguir poco a poco desarrollando nuestra idea de negocio.
Cómo sé que he validado la idea de negocio
Sí, hemos dicho que podemos darnos el plazo de un año para validar la idea de negocio, pero, ¿qué consideramos como validar la idea de negocio? ¿Si vendo una vez y consigo 1€, he validado la idea de negocio?
Pues hombre, no. Aquí no hay una regla establecida, habría que aplicar el sentido común. Decimos que se ha validado la idea de negocio cuando conseguimos ingresos y clientes recurrentes. Si somos capaces de cubrir todos los costes, nuestro sueldo y vivir de ello llegando al objetivo de ventas mensual que nos hayamos propuesto, entonces sí hemos validado la idea de negocio.
Es decir, antes de lanzar, habremos tenido que hacer nuestro CANVAS, donde detallamos el modelo de negocio. Ahí tuvimos que poner cuáles eran las fuentes de ingresos, y cuántos ingresos queríamos tener para poder vivir de nuestro negocio. Pues bien, si estamos logrando llegar a esa cifra, o acercándonos mucho, podríamos decir que hemos validado el modelo de negocio.
Por supuesto, lo normal es que esa cifra de ventas vaya aumentando poco a poco, hasta que se estabilice en un techo. No hace falta llegar al tope para decir que hemos validado la idea de negocio, pero sí tener cierta certeza de que este negocio es capaz de generar esos ingresos.
Por poner cifras, si somos una sola persona que ha montado un negocio digital lean (que no tiene costes fijos más allá de nuestro sueldo, y poco más), si al año de haber empezado estamos generando 1000€ mensuales de forma recurrente, sí podríamos decir que hemos validado nuestra idea de negocio. Pues aunque aún sean poquitos ingresos y tengamos poquitos clientes, hay gente dispuesta a pagar por nuestros servicios como para generar, al menos, esos 1000€ al mes.
Por otro lado, si estuviéramos generando 50€ al mes pasado el primer año, algo no va bien. Por ello, o bien cambiamos algo en nuestro negocio, o empezamos a dedicarnos a otra cosa.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre Google. En concreto, de algunas técnicas básicas para posicionar mejor nuestra web, y si lo hacemos bien y no hay demasiada competencia… ¡Nos pondremos los primeros!
Cómo posicionar mi web en Google
Lo que vamos a ver en este episodio consiste en SEO on-page, es decir, SEO del bueno. Nada de comprar enlaces ni hacer cosas raras. Simplemente se trata de entender lo que están buscando los usuarios y tratar de responder a través de nuestra web de la mejor forma posible a esa intención de búsqueda. Y haciendo esto, Google querrá mostrarnos los primeros, ya que si nosotros solucionamos los problemas de los usuarios mejor que los demás, Google querrá enseñarnos a nosotros para, en última instancia, ayudar a los usuarios. Vamos a ver algunas técnicas concretas.
Haz una web vertical
Una web vertical consiste en un sitio que hable principalmente sobre la misma temática. Lo que la gente quiere cuando busca en Google es una respuesta concreta, así que en lugar de hacer una web generalista que hable de todo un poco, crea una web especializada en un sólo tema. Y si es un negocio, esto es aún más importante.
Utiliza una estructura de enlaces clara
¿Qué estructura le vas a dar a tu página web? Es decir, ¿vas a crear algunas categorías o pilares principales, que después se van a ir ramificando en cosas más concretas?
Por ejemplo, si tenemos un e-commerce, los pilares serían las categorías de productos, cuyos enlaces se irían concretando en los productos concretos. Google esto lo entenderá fácilmente, ya que si estamos en /camisetas/camiseta-1 queda claro que en el paso anterior del enlace están el resto de camisetas.
Esto lo puedes hacer con tus servicios, con productos o con las categorías de tu blog.
Intenta posicionar una sola URL por palabra clave
Esto es crucial. Si queremos posicionar nuestro servicio de fisioterapia deportiva en Sevilla, hagamos una sóla página para atacar a esta palabra clave, y pongámoslo todo ahí, en lugar de hablar constantemente en todas las páginas sobre fisioterapia deportiva en Sevilla intentando que se posicionen todas por la misma keyword.
Esto se llama canibalización de palabras clave, y es importante tener cuidado ya que es uno de los principales motivos por los que Google no nos posicionará.
Usa las keywords transaccionales
Si tienes un negocio, tienes keywords transaccionales. Estas palabras clave son aquellas que los usuarios utilizan cuando quieren comprar algo (fisioterapeuta deportivo en Sevilla). Céntrate mucho en estas palabras clave e intenta optimizar las páginas que destines a dichas keywords, ya que si alguien utiliza alguna de estas palabras clave en el buscador y te encuentra, es muy probable que consigas un cliente.
Crea contenido para tu usuario objetivo
A largo plazo, una estrategia muy buena para conseguir mucho tráfico de calidad es crear un blog. Es una carrera de fondo y hay que invertir mucho tiempo, pero si empezamos a posicionarnos para las principales búsquedas de nuestros clientes en Google, cuando quieran comprar, es más probable que nos elijan a nosotros.
Por ejemplo, podemos crear artículos, vídeos y podcasts sobre cómo tratar una lesión, cómo entrenar mejor, dietas deportivas, etc. Y cuando el usuario objetivo busque esto, nos encuentre y nos conozca, nos tendrá en su lista de fisioterapeutas para llamarnos si algún día nos necesita.
Asegúrate de que la experiencia en página es buena
¿Navegar por tu web es algo tedioso? Entonces no te vas a posicionar. Google rastrea los sitios web, y analiza las reacciones de los usuarios cuando entran en una página web. Por lo que si detecta que la experiencia en página no es buena, será mucho más complicado que te posiciones.
Por ejemplo, asegúrate de que tu web es responsive, utiliza la tecnología AMP y ordena los elementos en la web de una forma que sea usable. Que dé gusto navegar por tu web.
Asegúrate de que Google puede acceder a tu web e indexarla
Si hacemos todo lo anterior, y resulta que estamos bloqueando a los robots de Google el acceso a nuestra web, no nos vamos a posicionar nunca por muy bien que lo hagamos. Si tienes algún plugin de SEO en tu web, asegúrate de que no estás bloqueando a los robots, y verifica con Google Search Console que las URLs más importantes están indexadas.
Desindexa contenido que sea poco relevante
Al igual que queremos indexar el contenido importante, también queremos desindexar el no importante. Saca de Google páginas como la de política de privacidad, el aviso legal o las páginas de contacto y gracias.
Son páginas que no nos van a aportar nada a nivel de marketing, y en las que estaríamos invirtiendo el tiempo de rastreo del robot de Google si las quisiésemos indexar. Esto también lo puedes hacer con la mayoría de plugins de SEO.
Si quieres profundizar más, te recomiendo que le eches un vistazo al curso de SEO para WordPress aquí: https://www.laemprescuela.com/cursos/seo/
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre cómo vendernos y cómo enseñarle rápidamente a los demás lo que hacemos. Es decir, lo que se conoce como nuestra propuesta de valor.
La realidad de muchos emprendedores es que no saben decir a qué se dedican. Imagina que un día nos encontramos en el mundo físico, y te pregunto que a qué te dedicas, o qué estás haciendo con tu proyecto. ¿Sabrías responderme en menos de 10 segundos? Porque claro, no vale responder con una parrafada de un folio y medio. Eso no se lo traga nadie.
Esto se suele denominar en el mundo cool como “el elevator pitch”, que en cristiano y sin palabras modernas viene a ser un discurso que puedas dar en el tiempo que dura un viaje en ascensor. Si te encuentras en un ascensor con un inversor, o alguien importante (un Bill Gates de turno), ¿le podrías hacer entender en lo que tarda en subir el ascensor lo que hace tu negocio? Vamos a verlo
Crea tu frase
Tienes que tener una frase. Y si no la tienes, cuando termine este episodio, coge un folio, escríbela y pégalo en la pared para que no se te olvide.
La frase es la forma de interiorizar y recordar el objetivo que te has propuesto con tu idea de negocio. Todo negocio tiene que tener un problema a resolver, y si no tienes muy claro el tuyo, es muy posible que te disperses. Aquí un par de ejemplos:
Enseñamos japonés online a personas de toda España
Ayudamos a emprendedores a crear sus negocios digitales
¿De qué negocios estamos hablando? Teniendo una frase como estas y repitiéndotela cada día cuando te despiertes, te aseguro que no te vas a salir de tu objetivo. Y además, cuando te pregunte alguien: ¿a qué te dedicas? Le vas a poder decir: ayudo a emprendedores a crear sus negocios digitales.
Es una frase simple y corta. No intentes irte por las ramas y meter florituras. Escribe algo que cualquier persona pueda entender. Vamos a ver una pequeña técnica para que crees tu frase.
Cómo crear tu frase
Empieza con un verbo: esto implica acción y movimiento, que se vea que estás haciendo cosas reales
No hables sobre ti: por favor, no metas el discurso de “somos líderes en nuestro sector con más de 20 años de experiencia…” En lugar de eso, habla sobre lo que haces por los clientes. Eso te va a definir
Que sea una frase corta: intenta que sean menos de 10 palabras, y que se pueda decir en menos de 10 segundos
No metas tecnicismos: esta frase la tiene que entender cualquiera, tanto un posible cliente, como un inversor o tu madre.
Intenta que se pueda traducir en una profesión entendible (profesora de japonés, consultor de marketing online, etc)
Con todo esto, recuerda: crea tu frase, escríbela, ponla en algún sitio y repítetela constantemente. Interiorízalo, y cuando te lo pregunten… Contestarás con seguridad.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre cómo debemos enfocar nuestro negocio online. Sobre todo en los emprendedores principiantes, es muy común que nos enfoquemos mucho en tecnicismos y en la parte técnica de nuestra idea, dejando de lado lo más importante: validar la idea y sacar el proyecto adelante. Hoy hablaremos sobre esta situación y os contaré nuestra experiencia.
Cuál es la función de un emprendedor
Un emprendedor no nace para aprender al detalle cómo funcionan las cosas, ni para resolver problemas técnicos constantemente mientras desarrolla su negocio digital. La función de un emprendedor es encontrar una idea de negocio que pueda funcionar, validarla y ejecutar el proyecto de la forma más óptima para que esa empresa se sostenga en el mundo real.
Un emprendedor no tiene que ser bueno a nivel técnico. Si lo es, mejor. Pero da igual. Hoy en día hay miles de formas de hacer las cosas, y cualquiera con iniciativa y una visión clara de su proyecto puede ejecutarlo (otra cosa es que luego encaje en el mercado o no).
Cuando un emprendedor tiene una idea, puede apoyarse en herramientas de pago que le permitan crear negocios digitales sin saber de desarrollo web, o incluso puede pagar a alguien para que le cree la web de sus sueños. Lo que importa realmente es que el emprendedor consiga llegar del punto A al punto B.
Por qué no tienes que ser un técnico
Enfocarse demasiado en el apartado técnico de las cosas tiene como desventaja que somos mucho más lentos a la hora de dar nuestros pasos. Está bien querer hacer las cosas lo mejor posible, pero en el mundo del emprendimiento, sobre todo al principio, no podemos pretender que nuestro proyecto sea perfecto a nivel técnico.
Quizás nuestra web no es la mejor del mundo, y quizás hay algún que otro pequeño fallo por aquí y por allá, pero nuestra función como emprendedores no es la de ir arreglando cosas y ser perfeccionistas. Nuestra función como emprendedores es empujar. Y si tenemos que aprender a programar para que nuestro proyecto despegue, pues aprendemos. Pero una cosa es eso, y otra muy distinta es intentar ser el mejor programando, por poner un ejemplo.
No te desvíes de tu objetivo. Sobre todo al principio, tu misión es empujar. Hacer que el negocio avance. No te atasques con detallitos: que si los campos del checkout, que si el tamaño de esta imagen en la web, que si un texto que no puedo traducir… Poco a poco lo irás mejorando, pero los clientes no te van a pagar para que tengas un checkout perfecto. Te van a pagar para que les ayudes.
Cuando tu negocio vaya creciendo y te establezcas de forma más estable, ahí sí tendrás que pasar a ir arreglando detalles y a ser más perfeccionista, pero no al principio. Al principio, tu misión es demostrar que esa idea de negocio tiene sentido, validarla y empezar a captar clientes.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy hablaremos sobre cómo gestionar y resolver conflictos en un negocio. Porque sí, a veces nos encontraremos con conflictos en nuestro negocio, nos guste o no. Y los conflictos hay que resolverlos. Así que veamos algunas formas de abordar conflictos para gestionarlos lo mejor posible.
Qué es un conflicto
Un conflicto es un enfrentamiento entre dos o más personas, normalmente provocado por un malentendido o por no poder llegar a un acuerdo.
Un conflicto no tiene por qué llegar a la violencia física y/o verbal, pero sí suele ser una situación violenta e incómoda para todas las partes, incluidas las que no están involucradas en el conflicto en sí, pero que están viviéndolo desde fuera.
Los conflictos no los podemos eliminar, pero sí los podemos gestionar. No hay fórmulas mágicas para gestionar conflictos, pero vamos a hablar de algunas situaciones comunes y de qué podemos y qué no deberíamos hacer para resolver el conflicto con las menores consecuencias posibles.
Qué tipos de conflictos podemos encontrarnos en un negocio
Un negocio es una organización de personas que se reúnen y trabajan para conseguir un objetivo, a través del cual podrá monetizar y ganar dinero. Y como organización de personas, es normal que de vez en cuando haya roces y conflictos.
Estos conflictos pueden ocurrir entre diferentes partes. Podemos tener conflictos con compañeros, con clientes, con proveedores o incluso con desconocidos en Internet. Veamos los más comunes y cómo podemos abordarlos.
Conflictos entre empleados
Una de las fuentes de conflicto a las que nos vamos a enfrentar como empresarios es a los conflictos entre los propios miembros del equipo.
Es totalmente normal que de vez en cuando haya pequeños conflictos entre compañeros, sobre todo en aquellos equipos donde hay más confianza y los compañeros pueden hablar libremente sobre lo que piensan u opinan. Eso sí, estos pequeños desacuerdos no deberían pasar de ahí.
En el caso de conflictos graves entre compañeros, la persona responsable del equipo es quien debería tomar cartas en el asunto y empezar a mediar.
Lo que debemos evitar al máximo es que se cree mal ambiente en el trabajo, y que los miembros del equipo se lleven mal a largo plazo. Por ello, si nos encontramos ante una situación como esta, algo que podríamos hacer es:
Separar inmediatamente a las personas involucradas en el conflicto. Podemos llevarlas a diferentes salas y hacer que se calmen
Hablar con cada una de las personas implicadas de forma individual, para que nos explique cada uno su punto de vista y lo que ha ocurrido con detalles
Analizar si ha ocurrido por un problema puntual, o si es un problema estructural del negocio y buscar una solución a este problema en concreto
Cuando las personas que han discutido estén calmadas, hacer una reunión en privado y llegar a un punto en común. Explicarle a cada uno por qué la otra persona se ha enfadado, y la solución a la que hemos llegado para solucionar el problema.
Ejemplo: el responsable de contabilidad discute con el comercial porque ha habido un malentendido. Mientras que el comercial le ha prometido al cliente que le harán un precio especial por llevar tanto tiempo siendo cliente de nuestra empresa, la persona de contabilidad se niega en rotundo a emitir una factura por el importe que dice el comercial, ya que no se están respetando los precios actuales y el comercial no ha pedido permiso para hacer la oferta en cuestión.
En este tipo de casos, donde en parte, ambos responsables podrían tener su parte de razón, ya que al cliente ya se le ha prometido un precio determinado y no podemos echarnos para atrás, pero no se está respetando el precio de nuestros servicios, podría haber un conflicto.
Aquí el problema real no es que el comercial haya dicho una cosa u otra, es que no hay un procedimiento ni unas normas para hacer una oferta a un cliente. En este caso, algo que se podría hacer es hablar con ambos responsables, en este caso en concreto emitirle la factura al cliente para desbloquear la situación, y meter en nuestra guía de procedimientos los pasos que debe dar el comercial para poder hacer este tipo de ofertas en el futuro.
Así, ni quedamos mal con el cliente, ni volveremos (en teoría) a volver a estar en la misma situación, ya que explicaremos a todos los miembros del equipo cómo deben actuar en este tipo de situaciones.
Conflictos con clientes
Creo que los conflictos con clientes son los que ocurren con más frecuencia. No por nada en concreto, sino porque suelen ser más, son los que pagan y normalmente no tienen tanto apego a nuestro equipo.
Lo normal, es que no haya conflictos con los clientes. Pero por muy bien que lo hagamos, siempre va a haber malentendidos. Por ello, en concreto con los clientes, la regla que más me gusta es la de “el cliente siempre tiene la razón”, pero con algunos límites:
Si el cliente está disgustado por algo que no nos va a suponer ningún esfuerzo, resolvámoslo y tengamos un cliente contento
Si el cliente se enfada porque no le hemos entregado un producto o un servicio de calidad, es preferible escucharle y arreglar lo que haya mal, volver a empezar o incluso devolverle el dinero, que tener un cliente insatisfecho
Si el cliente se enfada por algo en lo que no tiene razón, ya sea porque no estaba incluido en nuestro servicio o porque simplemente esté equivocado, habrá que explicárselo para intentar que entienda que el problema no es culpa nuestra, pero casi es preferible solucionarlo en ese caso en concreto y tener al cliente satisfecho, que tener una mala crítica o un conflicto. Cuando el cliente esté calmado y la situación resuelta, veremos qué hacer con ese cliente (quizás no nos interese seguir trabajando con él)
Quiero matizar la frase de “el cliente siempre tiene la razón”. En nuestro negocio, tenemos que tener normas claras y formas de hacer las cosas. Y el cliente no puede saltarse las normas a la ligera ni hacer lo que quiera. No es lo que quiero transmitir.
Si el cliente intenta exigirnos más de lo que debería, o intenta saltarse nuestros procedimientos, habrá que explicárselo y hacer que lo entienda para que sea él quien se adapte a nosotros (a no ser que tenga razón, claro). Pero en el caso de que aun explicándoselo y haciéndole ver que no tiene razón, quiera crear un conflicto, hay situaciones en las que es mejor darle la razón, solucionar el asunto y no volver a aceptarle como cliente.
Un ejemplo de algo que me pasó hace mucho tiempo, cuando aún no habíamos montado la academia.
Yo trabajaba en una academia como administrativo. Y una de las normas del centro, es que los alumnos podían recuperar hasta 3 clases por trimestre, de forma que si faltaban a clase por cualquier motivo, tenían 3 recuperaciones incluidas en el precio. Un día, un alumno que ya había gastado sus 3 recuperaciones, intentó que le diésemos una cuarta. Y cuando le dijimos que no podíamos, adivinad qué pasó: que hubo un conflicto.
El alumno en este caso no tenía razón, e intentó echarnos las culpas a nosotros de que no le diese tiempo de llegar a clase (que tampoco tenía razón). De repente se puso en un tono muy agresivo, delante de todo el mundo, y empezó a gritar. En ese momento, aún sabiendo que el cliente no tenía razón y que incluso nos estaba faltando al respeto, lo que hicimos fue hacer una excepción, y darle la dichosa clase de recuperación.
Y la razón es muy simple: mientras él estaba gritando, había muchas personas pasando por la recepción, gente que venía a informarse y otros alumnos yendo a clase. Y es preferible dar una buena imagen, que pelearnos como niños por ver quién tiene razón. Le explicamos que estábamos haciendo una excepción, y que podía recuperar la clase en esta ocasión. Eso sí, dudo que ese alumno volviera a ser aceptado más adelante.
Conflictos en Internet
Por último, y como decíamos hace poco en este mismo podcast, podemos tener conflictos en Internet. Aquí no vamos a hablar sobre las críticas o comentarios negativos en redes sociales, sino sobre clientes o personas que pongan críticas en sitios de reseñas (como Google Maps).
En este tipo de casos en concreto, es muy importante saber gestionar el conflicto, escuchar la queja, y en caso de que la persona no tenga razón, explicarle de forma clara por qué. Pero es casi igual de importante dar buena imagen. Lo que no debemos hacer NUNCA, es pelearnos como niños viendo quién tiene la razón. Eso es indiferente.
De hecho, el cliente que se queja de forma agresiva en un sitio de reseñas, seguramente no volverá a ser cliente. Por lo tanto, aquí la resolución del conflicto no viene tanto por quedar bien con este cliente, sino con el resto. Que las demás personas que lo lean, nos vean como trabajadores racionales y profesionales. Que vean que somos educados, que respondemos de forma amable a las quejas de nuestros clientes, y que si no tienen razón, les explicamos amablemente por qué.
Encontrarnos con este tipo de conflictos incluso nos puede servir para quedar bien ante otras personas que lean las reseñas. Que vean que intentamos dar solución a nuestros clientes, que somos amables y que no nos peleamos con los demás.
Eso sí, cuando vayáis a dar una solución concreta a alguien que pone una crítica en nuestras reseñas, hacedlo en privado. Es decir, contestar al comentario negativo siempre en la plataforma donde se encuentra, para que todo el mundo vea que lo estamos gestionando y no quedar mal, pero haced ver a los demás que nos pondremos en contacto con la persona enfadada de forma individual para ofrecerle una solución.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy vamos seguiremos hablando sobre las cosas malas que pasan en los negocios. Ayer le tocó a los clientes tóxicos, y hoy le toca a los haters de Internet. Hoy veremos algunos consejos para lidiar con la toxicidad de las redes sociales.
El hate en Internet
Para los que no estéis familiarizados con la jerga de Internet, a todo el odio y la ira de los navegantes con los perfiles de las redes sociales se le conoce como hate (odio en inglés). Se dice que hay mucho hate cuando muchas personas critican, son duros o simplemente faltan al respeto a los demás en las redes.
Cuando antes aceptes esto, mejor: vas a recibir críticas negativas, nada constructivas, quejas y trolls en general, hagas lo que hagas. Por mucho que te esfuerces en tener una buena imagen, en crear contenido de calidad, en contestar a todo el mundo y lo que quieras, tarde o temprano vendrá un troll (es como se conoce a los pesados de Internet) y dirá que lo que haces es una mierda, o que no tienes ni idea, o simplemente te insultará. Lo peor, es que a veces estas personas no lo hacen de broma, están convencidos de que tienen razón, y no les vas a hacer cambiar de opinión.
Es una pena que Internet sea así, pero es así. Cuanto antes lo asumas, mejor. Yo de hecho, nunca suelo poner dislikes a los vídeos o contenidos que veo por Internet (a no ser que sean una falta de respeto o similar). Simplemente cuando veo un vídeo en YouTube que no me gusta, o que creo que no está bien, no lo veo, y punto. Pero no voy al creador y le digo que su vídeo es una mierda, o similares. Ese creador, aunque no lo haya conseguido hacer del todo bien, ha creado un contenido gratuito y lo ha compartido libremente en Internet. Por lo que creo que como mínimo, se merece que le respeten. Aunque nadie quiera ver sus vídeos porque no gusten.
Qué hacer cuando nos ponen comentarios negativos en redes sociales
Cuando tienes una marca y creas contenido de forma gratuita, y te encuentras con un comentario tóxico, la primera impresión no suele ser buena. Y es normal. Pero poco a poco te vas acostumbrando y al final consigues que no te afecte mucho.
Veamos algunos consejillos para lidiar con este tipo de situaciones:
No darle mayor importancia. Un comentario es simplemente eso, un comentario. Internet es impulsivo, y pasado mañana la persona que te puso el comentario ni se acordará de ti, así que no pierdas el tiempo en intentar contentar a esa persona ni en analizar por qué lo habrá hecho, simplemente ignóralo.
Intenta no contestar a los haters. Como empieces una conversación intentando argumentar por qué si o por qué no tienes razón con una persona que simplemente quiere insultar y meterse con los demás, te vas a llevar ración doble de comentarios negativos. Déjalo pasar e ignóralo. Sigue creando contenido, que es lo que quedará en el recuerdo de los demás.
Si contestas, no entres al trapo y no le dediques demasiado tiempo. En caso de que quieras dar una contestación a alguien, suelta un mensaje, zanja el tema, y si sigue contestando, que siga hablando sólo. No le prestes más atención de la que merece. Es como con el cliente tóxico, no podemos prestar atención a los haters y pasar de los que nos siguen de verdad.
Si algún troll se pone pesado, borra el comentario de turno y bloquéalo. Si quiere seguir esa persona criticando en su perfil o en otro lugar, que haga lo que quiera. Pero al menos en tus redes estarás tranquilo, y podrás dejar de prestar atención a personas que no merecen la pena.
Lo que al final tienes que entender, es que esto es Internet. Cualquiera puede dar su opinión, criticar o insultar sin que pase nada en el mundo real, ese es el problema. Y eso no lo vas a cambiar por mucho que te esfuerces.
Si alguna vez te critica (de forma destructiva, no objetiva) alguien un poco más grande, te dedican un vídeo o recibes una avalancha de hate por parte de otra persona, lo que te recomendaría es que directamente no contestes, ni le prestes una pizca de atención (o que al menos ellos no sepan que les prestas atención).
Si un troll de Internet quiere que entremos al trapo porque nos ha puesto verdes en un vídeo, por ejemplo, e intentamos censurarlo, pedir que borren ese contenido o empezamos a responder argumentando por qué no tiene razón, lo que podría ocurrir es el conocido efecto Streisand, donde borrar o censurar el contenido del troll multiplica sus resultados, haciendo que sea más notorio y todo el mundo lo termine viendo, cuando si hubiésemos ignorado al troll quizás hubiese sido intrascendente. Si queréis entrar más a fondo en esto, os dejo un enlace con más información: https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Streisand
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy vamos a hablar sobre algo que a nadie le gusta que le ocurra, pero que a veces (pocas, por suerte), ocurre. Vamos a hablar de los clientes tóxicos y de cómo tratar con ellos. Creedme, que tarde o temprano os tocará uno de estos, y es mejor estar preparado para saber cómo actuar. ¡Vamos a ello!
Qué es un cliente tóxico
Para los que no sepáis qué es un cliente tóxico, es aquel que por su comportamiento ocasiona problemas en nuestro negocio. Ya sea a través de conflictos directamente con nosotros, o con otros clientes, haciendo que el ambiente sea malo. Puede ser por diferentes motivos: por temas económicos, por una exigencia exagerada o simplemente por falta de educación.
Cómo detectar a un cliente tóxico
Lo bueno que suelen tener los clientes tóxicos es que se les ve venir (aunque cuidado, que no a todos). Para que podáis identificar a un cliente como tóxico, algunas características que suelen tener en común son:
Tienen una exigencia desmedida
Utilizan un tono agresivo al hablar
No respetan tu tiempo ni tus horarios
Se enfadan fácilmente si no haces exactamente lo que quieren como lo quieren
No escuchan tus consejos e intentan estar por encima
A veces, se retrasan al pagar (o ni pagan)
Intentan regatear los precios
Te hacen perder el tiempo
Causan conflictos
Como veis, son toda una joyita.
Cómo lidiar con clientes tóxicos
Veamos algunos consejos para tratar con este tipo de clientes:
Déjale claro los límites y las reglas de forma educada
Cuando sospechamos que un cliente puede tener este perfil, lo primero que hemos de hacer es, amablemente, explicarle cómo funciona nuestro negocio.
En nuestra empresa hemos de poner ciertas reglas y cierto control, precisamente para que situaciones como esta ocurran lo menos posible. Cuando vemos que un cliente exige demasiado o se pasa de la raya, lo primero que debemos hacer es recurrir a nuestras reglas. Explicarle amablemente que tenemos ciertas formas de trabajar, y los pasos que vamos a seguir para ayudarle.
A veces no es que un cliente sea tóxico, es que simplemente no sabe cómo funcionan las cosas.
Déjalo todo por escrito
Ya sabéis lo en contra que estoy del teléfono, y una de las razones es que no queda reflejado en ningún sitio lo que se habla con los clientes (a no ser que grabes las llamadas, claro).
Si podéis, intentad siempre comunicaros con los clientes por email. Así, ni habrá líos de horarios, ni de precios, ni de qué entraba o qué no entraba en un servicio. Recurrís al email y ya está. Si no hablas por email con los clientes, manda un email de confirmación después de cada reunión con el contenido de la llamada, para que el cliente lo pueda validar y comprobéis que habéis entendido lo mismo de la llamada.
Si podéis, y si el tipo de servicio lo requiere, haced también un contrato (también valen los términos y condiciones de la web). En caso de que el proyecto que estéis trabajando sea muy específico, haced un presupuesto para ese cliente que os tenga que aceptar antes de empezar a trabajar juntos, donde venga detallado exactamente qué es lo que se hará en el servicio.
Apoyaros en todo esto, os servirá para poder defender lo que estáis haciendo, sea el cliente tóxico o no.
Di que no
No es una de mis palabras favoritas. Si el cliente te está pidiendo algo que no puedes, no quieres o no sabes hacer, dile que no. A veces no lo hacen con mala intención, simplemente te lo piden.
No intentes decir que sí a todo por quedar bien. Ahí es cuando vienen los problemas. Si no estás agusto con la relación, dilo. Pon límites y di que no. Al menos, de esta forma el cliente tóxico no conseguirá que hagas para él todo lo que quiera.
No dejes que te manipulen
En ocasiones, hay clientes tóxicos muy inteligentes que intentarán manipularte y jugar contigo. Si detectas que están intentando jugar contigo, y que no paran de marearte, lo mejor es que te plantes y que vuelvas a poner límites.
No le prestes más atención de la que merece
Este tipo de clientes, a veces son como un niño pequeño. Requieren atención, y les gusta que estemos constantemente atendiéndoles a ellos. Si detectáis que vuestro cliente es de este perfil, intentad no darle más atención ni tiempo que al resto. Un cliente no merece más atención por molestar más (todo lo contrario). Y darle esa atención extra sería como premiar a los clientes tóxicos.
Apunta en tu base de datos que es un cliente tóxico
Algo que aprendí en un antiguo empleo, fue a apuntar en nuestro CRM o base de datos de clientes que determinados clientes eran tóxicos.
Esto es realmente útil, ya que podría darse el caso de que a un mismo cliente tóxico no le atienda siempre la misma persona. Y para comunicarnos entre los miembros del equipo y detectar rápidamente a un cliente tóxico que ya ha pasado por nuestro negocio, poner en su ficha de cliente que es tóxico y por qué puede ayudar mucho.
Si la situación se vuelve grave, deja de trabajar con él
Si todo lo anterior no funciona y ese cliente tóxico te está haciendo la vida imposible, es tan fácil como dejar de trabajar con él. Perder un cliente no va a hacer que tu negocio se vaya a pique, y tu vida va a ser mucho más fácil sin este tipo de personas.
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy vamos a hablar sobre liderazgo, y sobre cómo dirigir personas. Siguiendo con la línea de episodios que hemos estado haciendo los últimos días, donde hemos hablado de los organigramas y de cómo crecer sin contratar personal, creo que todos los emprendedores deben entender bien cuál es la diferencia entre liderar un equipo y simplemente mandar.
Los emprendedores en la mayoría de casos empezamos solos, pero si todo va bien podemos vernos en la situación de tener que gestionar personas. Y es complicado. Así que en el episodio de hoy veremos qué es un jefe, qué es un líder y los tipos de liderazgo que existen. ¡Vamos a ello!
Qué es ser un jefe
Empezamos por la parte que menos me gusta. Vamos a detenernos un momento en la palabra jefe.
En la cultura popular, ser jefe implica tener un cargo que te permita mandar a otras personas. Es decir, el poder del jefe viene determinado por su cargo. Si esa misma persona fuese designada a otro puesto, sus antiguos subordinados posiblemente dejarían de obedecerle e incluso quizás de tenerle respeto.
La palabra jefe en sí, últimamente ha ido adquiriendo ciertas cualidades negativas, aunque la realidad es que no por ser jefe se es mejor o peor profesional. ¿Qué define a una persona como jefe?
Tiene la autoridad para tomar decisiones en su campo
Puede dar órdenes a las personas a su cargo para que hagan ciertas tareas
Al jefe se le ha puesto ahí, es decir, otra persona que está por encima le ha dado la autoridad, que es entendida por el resto del equipo
Es (o debería ser) la persona con la máxima responsabilidad dentro de su área de actuación
Es un término que se suele emplear en exclusiva en ambientes laborales. No hay jefes fuera del trabajo
Qué es ser un líder
Por otro lado, además de la figura del jefe, existe la figura del líder. En muchas ocasiones ambas se dan en la misma persona, es decir, no tiene por qué existir un jefe y un líder en una misma organización, sino que lo normal es que la persona que hace de jefe sea también un líder.
El problema es que los líderes ni se crean, ni se ponen a dedo, ni son líderes en todos los campos. Antes de ver qué tipos de liderazgo existen y de ver ejemplos, veamos qué es un líder:
Es una persona que es respetada y admirada por el resto del equipo, sin que haya tenido que ser designada por un superior ante los demás.
Tiene iniciativa y empuje. Se propone objetivos y hace lo que sea por conseguirlos. En lugar de pararse a dar órdenes para que los demás hagan lo que quiere para conseguir sus objetivos, él toma acción y empuja a los demás para que hagan cosas. Él hace y los demás le siguen
Normalmente el líder tiene mejores habilidades que el resto del equipo y sabe guiar y animar a los demás para que mejoren y consigan sus objetivos
No tiene por qué tener un cargo, e incluso podría no tener autoridad formal para mandar
La figura del líder puede darse fuera del entorno laboral: deportes, en casa, en clase, etc
El líder es percibido como líder por el resto del equipo (en algunos casos sin que el líder lo pida expresamente), e incluso al dejar de formar parte del equipo, seguirá siendo percibido como un líder por esas personas
En definitiva, el líder es una persona admirada por su equipo, a quien siguen porque han depositado su confianza en que podrá conseguir el objetivo que se ha propuesto. Incluso cuando no tiene ningún cargo formal. Esto ocurre mucho en equipos de trabajo, donde hay un jefe que además es percibido como líder, o incluso donde hay un jefe que no es líder, pero uno de los propios miembros del equipo es percibido como el líder.
Tipos de liderazgo
Por supuesto, no todos los líderes son iguales. Hay diferentes estilos de liderazgo, cada uno con sus pros y sus contras. Porque al final, uno no estudia cómo ser un líder (aunque puede estudiar cómo mejorar ciertas habilidades). Uno es líder, y punto. Algunos estilos de liderazgo son:
Liderazgo autoritario
Este estilo de liderazgo se caracteriza por una toma de decisiones férrea por parte del líder, sin tener en consideración al resto del equipo. El líder tiene todo el poder, y comúnmente no escucha al resto de miembros del equipo para decidir. Es un estilo de liderazgo que actualmente no suele ser recomendado, pero que sí se ha aplicado mucho (en el ejército, en la era industrial, etc)
Liderazgo democrático
Es todo lo contrario al liderazgo autoritario. Aquí el líder se apoya en los subordinados para tomar decisiones, de forma que todo el equipo participe y pueda aportar su granito de arena. Es un estilo de liderazgo que suele funcionar bien, ya que se pueden tomar decisiones sobre una visión más amplia y de forma más argumentada, aunque la última palabra siempre la debe tener el líder y hay que tener muy claros los límites.
Liderazgo carismático
El líder carismático se caracteriza por tener grandes capacidades de comunicación y seducción ante los demás. Consigue inculcar valores en otras personas y mover emocionalmente a los demás, lo que resulta en un equipo realmente comprometido con su líder. Son líderes muy potentes, pero quizás el problema de este tipo de líderes es que las personas que le siguen a veces no diferencian objetivamente las decisiones buenas de las malas, se realza la figura del líder demasiado. Estos líderes son seguidos por su carisma.
Liderazgo ‘Laissez-faire’
Este estilo de liderazgo se caracteriza por ser flexible con el equipo y, como su propio nombre indica, dejar hacer. Dirigir así al resto de miembros implica una altísima confianza en su trabajo y en su capacidad de gestionarse a sí mismos.
Este estilo de liderazgo suele emplearse en empresas de nueva creación y en startups, básicamente debido a que en este tipo de empresas se suele necesitar un crecimiento explosivo, y tener un liderazgo con trabas y trámites burocráticos dificultaría el trabajo.
Es un estilo de liderazgo que a mí personalmente me gusta, o al menos en parte, ya que si se hace mal se corre el riesgo de no saber qué hace cada persona, o de que los miembros del equipo se estanquen debido a que no tienen una figura que les impulse para crecer. Se trata de que los miembros del equipo tengan los objetivos claros, pero sin intervenir demasiado en cómo los consiguen, dejando que ellos busquen los medios.
Ejemplos de líderes históricos
Para finalizar, os dejo con una pequeña lista de algunos grandes líderes:
Adolf Hitler
Steve Jobs
Julio César
Elon Musk
LeBron James
Gandhi
Winston Churchill
Abraham Lincoln
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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy vamos a hablar sobre crecer. Crecer es complicado, pero si has podido validar tu idea de negocio y estás generando ingresos, pronto llegarás al punto en el que querrás crecer, al menos económicamente.
Por supuesto, una forma sería ampliar nuestra plantilla y replicar lo que estamos haciendo muchas más veces para aumentar los ingresos de nuestro negocio, pero eso complicaría mucho la gestión de nuestra empresa y también aumentaría considerablemente los costes. Hoy veremos cómo crecer, pero sin tener que contratar gente. Vamos allá.
Qué formas de crecer existen
Si decidís que queréis hacer crecer vuestro negocio, principalmente tenemos dos grandes formas de hacerlo:
Crecer verticalmente
Crecer de forma vertical implica que seguiremos creando productos y servicios para el mismo perfil de cliente que tenemos ya. Por poner un ejemplo, si nos dedicamos a potenciar el marketing digital de restaurantes, podríamos crecer de forma vertical ofreciendo otros servicios para restaurantes que antes no ofrecíamos.
Quizás al principio sólo hacíamos páginas web para restaurantes, y ahora podamos introducir servicios como gestión de campañas publicitarias para restaurantes, automatización de procesos para restaurantes, SEO para restaurantes, email marketing para restaurantes, creación de apps para restaurantes o cualquier otra cosa, pero para restaurantes.
Aquí el punto es aprovechar los clientes y el negocio que ya teníamos para crecer.
Crecer horizontalmente
Crecer de forma horizontal implica crear un negocio nuevo en otro nicho totalmente diferente, es decir, diversificar.
Por seguir con el ejemplo de antes, si nos estábamos dedicando a hacer páginas web para restaurantes, y de forma paralela empezamos una academia online de desarrollo web, son dos actividades completamente diferentes, que tendrán clientes diferentes y no se parecerán en nada entre sí.
Aquí, como punto negativo, no podemos aprovechar nuestra base de clientes anterior, pero como punto positivo, estaremos diversificando. Es decir, que a largo plazo, si esta segunda idea de negocio funciona, dividimos el riesgo, ya que tendremos dos negocios independientes y lo que pase en uno no tiene por qué afectar al otro. Así, si en un futuro los clientes dejasen de encontrar la necesidad de que les fabriquemos las webs, o entrasen muchos competidores y se saturase el mercado, seguiremos teniendo nuestro segundo negocio.
Esta segunda vía, que también está muy bien, es más compleja de ejecutar, y conllevará más tiempo, más dinero, y más esfuerzo, aunque eso sí, a largo plazo podría ser una ventaja importante.
Actividades con las que podemos crecer sin contratar plantilla
A continuación os voy a enumerar algunas actividades con las que, si estamos solos en nuestro negocio, podemos crecer sin necesitar más personas en plantilla (quizás sí algún colaborador externo). Esto sirve tanto para crecer de forma horizontal como vertical.
Infoproductos
Los infoproductos, sin duda, son una de las vías más eficientes para crecer económicamente sin complicar en exceso la gestión de nuestro negocio. Un infoproducto, para los que no lo sepáis, es un producto digital con el que pretendemos ayudar a nuestro cliente en algún punto concreto. Pueden ser cursos, PDFs descargables, imágenes, vídeos o cualquier producto por el que podamos cobrar a un cliente a cambio de una propuesta de valor.
Esto sirve para cualquier profesional: profesores, psicólogos, entrenadores, dentistas, abogados, arquitectos… En definitiva, cualquier profesional con conocimientos muy profundos sobre su campo, puede crear un infoproducto, y así, en lugar de vender exclusivamente servicios, que requieren del tiempo del profesional, vender también productos, más escalables y rentables.
Publicidad y suscripciones
Otra fuente de ingresos con la que podríamos crecer económicamente es la publicidad. Si tenemos una audiencia y mucha gente que nos sigue en alguna plataforma, podemos generar ingresos con anuncios.
Principalmente, plataformas como YouTube, Twitch, Patreon o Google Adsense nos permitirán monetizar nuestro tráfico, teniendo así una segunda fuente de ingresos, que estos sí, serán bastante pasivos (aunque tendremos que trabajarnos esa audiencia regularmente).
Patrocinios
Seguimos monetizando nuestra audiencia y nuestros contactos. Otra vía que nos permitirá no depender de las grandes plataformas, son los patrocinios. ¿No habéis visto nunca un vídeo de YouTube, donde el creador enseña un producto y lo promociona? Pues normalmente se cobra por hacer este tipo de cosas.
Aquí lo que se suele hacer es poner un precio por la aparición en cada uno de los contenidos que creemos. Por ejemplo, imaginad que ponemos nuestro precio, en base al número de seguidores y clientes que tenemos, y en base a nuestro coste por hora, en 200€ por aparecer en un contenido (en un podcast, en un vídeo, etc).
Cuando un anunciante quiera aparecer en nuestra audiencia y quiera que le promocionemos, tendrá que pagar dicho importe para que le hagamos una mención y le pongamos, quizás, un enlace. Esto sería otra forma de crecer económicamente.
Afiliados
Otra vía que se utiliza mucho en Internet, son los afiliados. Tiendas online como Amazon tienen planes de afiliados, por los cuales, si conseguimos que otras personas lleguen a Amazon y compren un producto a través de nosotros, nos llevaremos una comisión por cada venta.
Esto está muy bien como un complemento a una actividad ya existente. Así, si seguimos por ejemplo con el negocio de creación de webs para restaurantes, quizás podáis hacer marketing de afiliados para que los restaurantes que contraten ciertas herramientas de marketing digital, lo hagan a través de un enlace de afiliado vuestro, y con ello generaréis más ingresos.
Esto vale para ciertos plugins, para empresas de hosting, o para ciertas plataformas, como Shopify.
Opinión personal
Desde mi punto de vista, crecer es algo en lo que deberíais ir pensando cuando hayáis llegado a vuestro primer objetivo de ingresos.
Si cuando empezasteis, soñabais con poder generar, por poner un número, 3000€ al mes de facturación con vuestro propio negocio, y habéis llegado a la cifra de forma estable, puede ser momento de empezar a crecer.
Crecer es opcional. Si escuchas este episodio, no quiero hacerte pensar que tienes que empezar a crecer sí o sí. Quedarse donde estás es totalmente válido, no todo el mundo quiere crecer. Si montaste tu negocio para poder dedicarte a lo que te gusta, sin tener un jefe y poder vivir de lo que haces, quizás con eso ya te sea suficiente. En ese caso, quédate donde estás, no pasa nada.
Ahora bien, seguramente, si ya habéis llegado a la cifra de vuestros sueños iniciales, quizás veáis que con ciertos cambios podéis ir a por un poquito más. Y sinceramente, a la mayoría de los emprendedores nos gusta ir a por un poquito más. No por el tema económico, sino por continuar haciendo cosas.
La opción para crecer que hemos elegido nosotros, es La Emprescuela. Cuando Yo te formo llegó al punto donde queríamos en un inicio, decidimos empezar en otro nicho totalmente diferente, en lugar de hacer crecer la academia.
No por nada en especial, sino porque a mí esto es lo que me gusta y lo que se me da bien. Ahora mismo no queremos contratar profesores para escalar la academia (quizás sí en un futuro, quién sabe), y por supuesto, no me iba a poner yo a dar clases. En lugar de eso, hemos preferido escoger hacer esto, que es más complejo de sacar adelante, porque volvemos a empezar de cero, pero que si funciona, estaremos diversificando.
Por último, no diversifiquéis hasta que no tengáis un negocio estable. Es uno de los errores más comunes de los emprendedores. Empezar varias cosas a la vez. Olvidaos de eso. Empezad un solo negocio, e id a muerte con él, hasta que validéis la idea y podáis vivir de ello, o hasta que lo descartéis y vayáis a por otro.
Cuando este funcione, si queréis, id a por el segundo. Los negocios son como los hijos, mejor de uno en uno.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, y si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en www.laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy vamos a hablar sobre organización de negocios. En concreto, veremos qué es un organigrama, para qué sirve y cómo puedes crear el tuyo para tener tu negocio mucho más organizado. ¡Vamos allá!
Qué es un organigrama
El organigrama de una empresa es un documento que refleja a modo esquemático la estructura organizativa del negocio. En el organigrama aparecerán todos los departamentos o áreas funcionales de nuestra empresa, y la jerarquía que hay entre cada una de ellas.
El organigrama es especialmente útil cuando tenemos varias personas en nuestra plantilla, y además hay diferentes departamentos, dedicados a funciones diferentes.
Cómo crear un organigrama
Para crear nuestro organigrama, lo primero que tenemos que tener interiorizado es la estructura de nuestro negocio. Dependiendo del tipo de negocio que tengamos, la organización puede adoptar diferentes formas:
Jerárquica: es la más utilizada y sencilla de comprender. Tiene una forma piramidal, donde el departamento o la persona con el mando más alto se situaría a la cabeza de la pirámide, y el resto de departamentos y empleados se irían organizando por debajo. La línea de mando es vertical (de arriba hacia abajo).
Matricial: en empresas donde hay una alta especialización y se trabaja por proyectos, suele utilizarse esta forma de organización. Consiste en crear equipos de trabajo destinados a ejecutar determinados proyectos. Cada equipo se gestiona de forma independiente a los demás, y cuando el proyecto termina el equipo se disuelve, de forma que los empleados puedan entrar en nuevos equipos para otros proyectos. Esta forma organizativa tiene como principal ventaja la alta especialización y productividad. Como punto negativo, cada equipo tiene varios jefes, lo que puede dar lugar a malentendidos y a dificultar la comunicación.
Horizontal: esta estructura nace de la simplificación de la estructura vertical de un negocio. Al eliminar los mandos intermedios, la pirámide se aplana y se consigue una organización mucho más ágil, con una comunicación más fluida entre el mando y los empleados. Aunque se llame horizontal, siempre hay alguien que lidera, pero es una organización mucho más plana que la jerárquica.
En línea o staff: aquí aprovechamos las ventajas de contar con asesores o expertos externos a la empresa, que ayudan a tomar decisiones pero que no tienen poder directo sobre el negocio. De esta forma, la empresa no tiene que tener multitud de expertos en plantilla y puede centralizar la toma de decisiones, pero puede apoyarse en el conocimiento externo de otras personas para tomar ciertas decisiones.
Por divisiones: cuando tenemos un negocio grande con varios productos o áreas muy diferenciadas, esta puede ser una buena forma de organización. Así, podremos poner jefes de producto, de zonas geográficas o incluso de clientes.
¿Y qué hago con el organigrama?
Desde mi punto de vista, hacer un organigrama es algo imprescindible para cualquier negocio, por pequeño que sea (excepto si es sólo una persona, obviamente). Incluso nosotros, que somos dos personas, tenemos nuestro organigrama y nuestro reparto de tareas.
Yo una de las cosas que haría en cualquier negocio es elegir una forma de organización, detallarla al máximo y entregar una copia del organigrama a cada uno de los empleados. De hecho, en el proceso de onboarding de empleados el organigrama es un documento que debería figurar.
El objetivo del organigrama no es ponerlo en una pared y olvidarnos de él. Es asegurarnos de que todos los miembros del equipo conocen la estructura de la empresa, quiénes son las personas encargadas de cada área y a quién dirigirse en cada caso. Que conozcan quién ha de tomar las decisiones, cómo ha de fluir la comunicación y cuál es la responsabilidad concreta de cada miembro del equipo.
Intentad siempre crear estructuras organizativas ágiles, con las menores trabas posibles, y con el menor número de mandos intermedios posible, ya que lo que se busca es que la comunicación y la toma de decisiones sean ágiles. Este tipo de esquemas nos permiten crear puestos que no dupliquen tareas, y nos hacen muy fácil transmitir al resto del equipo cuál es la forma de la empresa.
Recordad que una empresa, por muy grande que sea, es un equipo de personas cuyo fin es la realización de ciertos proyectos o tareas para mejorar la vida de los clientes. La empresa tiene que actuar como si fuera una única persona. Tiene que tener un espíritu, una cultura y unas formas de hacer las cosas. Y esto solo se consigue organizándose bien.
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