A Sangre Fría

En esta entrega Naco Abad reconstruye el asesinato de un hombre sueco a mano del hijo de su pareja en Torrevieja. Avisados por un vecino, agentes de la Guardia Civil encontraron a un hombre tirado en el suelo, sangrando abundantemente. Cuando intentan hablar con la mujer y con la víctima, descubren que ambos son suecos y no entienden el español.

El Confidencial accede en exclusiva al audio de una de las intervenciones telefónicas más relevantes para la investigación en la que se reconocen varios delitos. Un mes antes de que detuvieran a José Luis Moreno, al productor le debían estar pitando los oídos con fuerza. No sólo su teléfono estaba intervenido por orden judicial, también el de otros sospechosos. Es así como se graba una conversación en la que dos de sus íntimos llaman a Moreno “ser absolutamente amoral”, “mala persona” y dicen de él “que está mal de la cabeza” y que “no quiere a nadie”. La charla telefónica se produce en mayo de 2021. Intervienen un hombre, colaborador muy cercano al productor, y una mujer que lleva a su lado desde hace más de una década.

La víctima es un doctor de la Fundación Jiménez Díaz. Algunos testigos aseguran que los vehículos pudieron alcanzar en los túneles los 200 Km/h, cuando el límite son 70 km/h. No vio llegar ni el impacto ni la muerte. Juan Alfredo López, médico especialista del Hospital Fundación Jiménez Díaz, iba solo en el coche. Conducía despacio y había llegado a parar porque se encontró con una pequeña retención. Era un domingo a las 11.30 de la mañana. Un domingo de verano. Concretamente el 25 de julio de este 2021. Unos kilómetros por detrás, dos vehículos, un BMW negro y un Fiat, veían picados, compitiendo entre ellos, persiguiéndose uno al otro. Circulaban como locos.

Nunca antes se había visto a Pedro, el principal sospechoso, explicar en el juzgado lo que ocurrió y negar ser el responsable de la muerte de Javier Ardines. El Confidencial ha tenido acceso al video de su declaración inicial que muestra cómo responde a las primeras preguntas que le hace Su Señoría.

Francisco marca a toda velocidad el número del 112. La operadora de emergencias que descuelga al otro lado escucha la voz de un varón gritando: “¡Hermano, estoy contigo!”. Lo siguiente que se oye es como su interlocutor balbucea: “Si, por favor… Le pegué… Sin querer… Con una bala de una pistola. Le he pegado un tiro a una persona a un amigo mío. Por Dios, rápido, rápido, rápido, que se muere”. La comunicación es angustiosa. La operadora maneja con destreza la situación y logra que le diga la dirección para mandar inmediatamente a los médicos de urgencias con la UVI móvil. La ayuda se pone en camino inmediatamente.

Dos kamikazes, que iban bebidos, han sido condenados en la última semana por homicidio doloso, cuando lo habitual es que se les impusiera tan sólo la pena de homicidio imprudente. Se trata de sentencias pioneras en la Comunidad de Madrid que abren el camino y la puerta a sentencias más duras, pero quizá algo más justas. Muchos operadores jurídicos creen que matar a otro ser humano, mientras vas borracho y/o drogado no se puede solventar con apenas 4 años de prisión por un homicidio imprudente. Defienden que el que bebe o se droga y se pone al volante, sin duda, asume que sus reflejos y capacidad de reacción merman y puede acabar matando a otras personas. En el caso de Kevin C. la sentencia además de condenarle a ocho años de prisión establece que no podrá volver a conducir en los próximos 9 años. La pena no ha sido mayor porque Su Señoría le ha aplicado las atenuantes de reparación del daño y la de conducir bajo los efectos del alcohol. Estos dos atenuantes le han rebajado la condena en unos siete años. En el caso del Kamikaze de Mostoles, la pena fue de 7 años y un mes de prisión y doce años en los que no podrá ponerse al volante. El juicio recogió testimonios impactantes de los testigos que creyeron que iban a morir y también la versión del acusado. Para escuchar los sonidos originales de lo que ocurrió por primera vez, pincha en la nueva entrega de A Sangre Fría, el podcast de crímenes de El Confidencial.

En este tercer podcast de A sangre fría, tocamos uno de los casos que más ha di dividido la opinión pública española. Estamos hablando del caso de Juana Rivas. Estalló a finales de 2016 y se convirtió en noticia de apertura de telediarios en verano de 2017, hasta el punto de que en redes sociales hubo un enorme movimiento de apoyo con el hastag #Juanaestáenmicasa. La opinión pública había recibido datos básicos: un extranjero, italiano para más señas, condenado por maltrato a Juana, y al que acusaba de torturarla a ella y a sus hijos, le iba a arrebatar a los dos pequeños y se los iba a llevar a vivir al país transalpino. ¿Y qué hacía la justicia? Darle la razón al padre de los menores. Pero, ¿cómo ocurrió realmente todo? ¿Contó siempre la misma versión Juana Rivas? Las respuestas en el nuevo podcast de El Confidencial.

Se ha abierto un debate en nuestra sociedad en torno al nuevo estallido de violencia de Noelia de Mingo. La mujer asesinó a tres personas e hirió a otras cinco en el Hospital Fundación Jiménez Díaz en 2003 donde realizaba la residencia. Llevaba semanas sin medicarse y tanto el centro como su familia se dieron cuenta, pero no hicieron nada. Fue absuelta porque padece esquizofrenia paranoide y cuando mató no estaba en sus cabales. Sin embargo ,se le impuso una medida de seguridad, internamiento en un psiquiátrico penitenciario, que no cumplió integra. Salió 11 años antes en libertad, bajo la custodia de su madre. En el podcast repasamos los hechos y contamos lo que decían los informes médicos que permitieron que un juez decretase su libertad.

Inauguramos en El Confidencial un nueva sección en formato podcast denominada “A Sangre Fría” y en el que os contaremos, con sonidos, los principales casos de la crónica de sucesos y tribunales de nuestro país. El primero tiene como protagonista al hombre que el 31 de julio disparó contra el ladrón que entró en su casa en Ciudad Real. El Confidencial ha tenido acceso a la autopsia y en ella se puede leer claramente: “Herida por arma de fuego de 4 x 4 centímetros de diámetro en el tercio superior de región interescapular (…). El segundo disparo realizado con el cañón izquierdo, sale más agrupado y ocasiona por tanto lesiones de menor diámetro, lo que coincide con las lesiones en región interescapular”. La región interescapular está en la espalda, concretamente entre las escápulas, es decir, en el centro. La autopsia demuestra que el relato del dueño de la casa no es cierto en ese punto, ¿pero que contó? ¿cómo le relató a la jueza el momento en el que se encontró al ladrón? ¿Qué hizo? ¿Cuál fue su reacción? Todos los detalles en “A Sangre Fría” el nuevo podcast de sucesos y tribunales de El Confidencial.