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Cinco minutos de Psicología
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Cinco minutos de Psicología

Author: Enrique Pallarés

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Un espacio dedicado a la divulgación de la Psicología. Breves pinceladas con informaciones y reflexiones sobre las emociones (ansiedad, ira, gratitud, felicidad…), personalidad (autoestima, cambios con la edad…), o comportamientos personales (comer, dormir, soñar…) y sociales (atracción, amistad, conflicto, perdón…).

Nos lo cuenta todo Enrique Pallarés Molíns, doctor en Psicología y profesor emérito de la Universidad de Deusto.
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Aunque la palabra ‘siesta’ es española y Cela definió la siesta como el ‘yoga hispano’, no es exclusiva de nuestro país ni del área mediterránea, sino un fenómeno transcultural. En otras latitudes, como Estados Unidos y China, también es frecuente, sobre todo entre los varones mayores y en los niños. No ha pasado inadvertida al arte; Sorolla, Van Gogh y Picasso, entre otros, pintaron expresivas escenas de la siesta. Está probado que la siesta mejora el funcionamiento cognitivo, en concreto la memoria, la atención y el tiempo de reacción; también el estado de ánimo, y reduce la fatiga y el estrés y sus consecuencias. Las consecuencias en la salud corporal señalan los efectos positivos de una siesta breve. Cuenta Einhard, en la “Vida de Carlomagno”, que el emperador de los francos y padre de la Europa actual, tenía el hábito de dormir la siesta «durante el verano, después de la comida de mediodía, para lo cual –precisa– se quitaba el calzado y se desvestía completamente, como lo hacía para el descanso nocturno». No olvida Einhard de concretar que las siestas imperiales duraban «dos o tres horas». Otros estadistas, más próximos a nosotros en el tiempo, como Napoleón, Winston Churchill (a él se atribuye la expresión ‘power nap’ o ‘siesta energizante’), Margaret Thatcher, Bill Clinton también fueron o son fervorosos fieles de la siesta. Y una extensa lista de personas ilustres, además de otra interminable de ciudadanos anónimos. ¿Conviene seguir el ejemplo de Carlomagno? Sí, pero con reservas. Porque la siesta breve, de 30 minutos o menos, al comenzar la tarde y con un despertar suave es la siesta saludable y, además, evita o reduce la ‘inercia del sueño’ y no interfiere el sueño nocturno. Así, el tiempo de siesta –en la cama o frente al televisor– cualquier día del año y no solo en verano, será también un tiempo saludable.
Un arte del olvido

Un arte del olvido

2023-06-2100:37

¿Resulta sensato plantearse la posibilidad de un ‘arte del olvido’, de un conjunto de estrategias para olvidar? El psicólogo y filósofo francés Théodule-Armand Ribot, afirmó en 1881, en Las enfermedades de la memoria, que «el olvido, salvo en ciertos casos, no es una enfermedad de la memoria, sino la condición de su salud y vida». Funes el Memorioso, personaje de uno de los relatos de Jorge Luis Borges, que tenía la facultad –o la desgracia– de retener toda la información que captaba, se quejaba amargamente: «Mi memoria, señor, es como un vaciadero de basuras». Parecido era el problema de Salomon Shereshevesky, prodigioso mnemonista, que acudió al neuropsicólogo ruso Alexander Luria en busca de remedio al sufrimiento que le producía el no poder olvidar. Un principio esencial del aprendizaje es el borrado o desvanecimiento de la información irrelevante. Junto a la ‘mnemotecnia’ tendría su sitio la ‘letotecnia’, neologismo acuñado por Luria, derivado del mitológico río Leteo, el río del olvido. Umberto Eco, en una reunión informal, planteó con ingenio y humor la posibilidad de un ‘ars oblivionalis’, un ‘arte del olvido’, contrapunto al ‘ars memoriae’, practicado con éxito durante siglos. El especialista en semiótica llega a la conclusión que ya adelanta en el título del ensayo: ¿Un arte del olvido? Olvídala. Pero el olvido resulta necesario, y también el ‘arte del olvido’, porque el olvido puede ser, en lugar de enemigo, un excelente complemento, incluso una función esencial de la memoria. 
Reservas vitales

Reservas vitales

2023-06-1400:03

El ser humano comparte con varias especies animales –incluso las supera con creces– el hábito de almacenar para el futuro alimentos y otros artículos. Aunque esta tendencia llega en algunos casos a rozar o a entrar en la patología, al acumular desde cosas de dudosa utilidad hasta basura. No me referiré a estas reservas tangibles, necesarias o convenientes, aunque con frecuencia superfluas. Existen otras, fundamentales para nuestra supervivencia como persona, entre las que destacan la reserva cognitiva, la reserva social y la reserva del propio yo.
Alegrarse por el daño o infortunio ajeno no es exclusivo de un país concreto, sino que florece en todos, tal vez porque su patria, o mejor, el lugar donde parasita y prospera, es la zona más oscura del corazón del hombre. No conoce, pues, fronteras ni límites. Este sentimiento no cuenta, por lo general, con la aprobación social: «Gozarse en el mal ajeno, no es de hombre bueno». Pero esta reprobación se ciñe a su expresión directa y no al sentimiento interior ni a las manifestaciones indirectas. Pero el alegrarse por la desgracia ajena no es solo un sentimiento individual; con frecuencia ocurre hacia un grupo y entre grupos. Los momentos de pugna y agitación política engordan este sentimiento. Aumenta el riesgo de activación y escalación del conflicto, hasta llegar al odio y crear por contagio un clima de enfrentamiento social, pues no se queda en un mero sentimiento, sino que fácilmente produce algún tipo de acción y fomenta la hostilidad entre grupos; empezando por herir o matar la deseable y necesaria cooperación de todos para el bien de la comunidad. No es buen camino desear, y menos propiciar, el fracaso del adversario para experimentar esa alegría maligna o hueca satisfacción, con la que se intenta inadecuada e inútilmente sanar sentimientos de inseguridad y de inferioridad de uno mismo o del grupo, tal vez inadvertidos. Porque alegrarse con el fracaso del otro es el mayor fracaso propio.  
Una lección del pianista Arthur Rubinstein. El mundialmente famoso pianista polaco Arthur Rubinstein, cumplidos los ochenta y un años, fue entrevistado por una cadena de televisión al terminar uno de sus conciertos. La pregunta se resumía en cuál era el secreto para que, a pesar de su avanzada edad, mantuviera la excelente calidad de sus interpretaciones. Respondió Rubinstein que, en primer lugar, había seleccionado de su repertorio las obras que más dominaba. En segundo lugar, había aumentado el número de ensayos de cada pieza. Por último, interpretaba con ritmo más lento los fragmentos contiguos a los que exigían un ritmo rápido, para que, por contraste, estos últimos se percibieran como más rápidos. Desvelaba así Rubinstein su triple estrategia para superar los puntos débiles asociados a la edad: seleccionar, optimizar y compensar. Los gerontólogos alemanes Paul Baltes y Margret Baltes citan esta anécdota para ilustrar su modelo de adaptación al proceso de envejecimiento, que comprobaron empíricamente. Selección, optimización y compensación. La selección, optimización y compensación se pueden aplicar en cualquier estadio de la vida, pero durante la vejez adquieren especial relevancia. De hecho, el modo en que se aplican y armonizan estas tres estrategias explica, al menos en parte, las importantes diferencias entre unas personas y otras en el grado de adaptación a las demandas de la vejez. Por supuesto, no son la panacea universal, pero pueden ayudar a mejorar la calidad de vida y la satisfacción personal.
El rumor es una información no verificada –si se confirma, se convierte en noticia–, de gran interés práctico para el grupo, que circula con rapidez, en un contexto de ambigüedad. Con el rumor las personas tratan de dar sentido y de afrontar una situación incierta. Respecto a cómo se extienden los rumores algunos especialistas se inclinan por el modelo formalizado que se utiliza para explicar la propagación de las enfermedades contagiosas. Se trata, pues, de un proceso de contagio social. Además, con la transmisión boca a boca el contenido del rumor cambia, a veces sustancialmente. Se suprimen detalles, mientras se añaden o acentúan otros. La falta de información clara –también el exceso de información confusa–, fomenta los rumores, porque dificulta o impide dar sentido a la situación que provoca incertidumbre y ansiedad. Moderar el deseo de tener una respuesta inmediata a cualquier interrogante sin esperar una información fiable, reducirá la proliferación de rumores. Porque la búsqueda de la verdad no es una carrera de velocidad, sino de fondo.  
Del anillo al espejo

Del anillo al espejo

2023-05-1500:03

Dotados de un anillo de invisibilidad, como el de Giges «es opinión común que no habría persona de convicciones tan firmes como para perseverar en la justicia». Frágil fundamentación del orden personal y social el limitarlo a no ser ‘cazado’. Hoy existen varias versiones del anillo de Giges: sobornos… corrupción. Y, sobre todo, la desarrollada capacidad del ser humano para engañar y engañarse. Pero, además de anillos disponemos de espejos. La reflexión o conciencia de uno mismo, aumentada por la visión de la propia imagen en el espejo, reduce las conductas que se oponen a las normas y fomenta el comportamiento prosocial. Los espejos físicos son un medio que aumenta la auto-reflexión y facilita el acceso al ‘espejo ético’ interior, que, por supuesto, requiere un mantenimiento constante: reparar, limpiar, azogar, actualizar... Es el crecimiento moral, vital para la supervivencia humana. Immanuel Kant formuló el siguiente principio ético: «Actúa de modo que trates a la humanidad, tanto en tu propia persona como en la de los demás, siempre como un fin y nunca como un medio». Pocas, pero esenciales y sustanciosas palabras. Excelente y práctico ‘espejo’, capaz de superar con mucho al anillo de Giges y de crear armonía personal y social estable, semejante a la del cielo estrellado, que también, con creciente admiración y respeto, contemplaba el filósofo de Königsberg.
El humor sano y sanador es el humor que brota de relativizar lo que no conviene absolutizar. Es el alfiler que pincha el gigante globo que a veces formamos a partir de una nimiedad. Al relativizar, el humor invita a revisar la valoración anterior y a ver la situación desde una perspectiva más completa y equilibrada, así como a enmarcar los acontecimientos y los problemas de una forma más creativa. Es el humor filosófico y sapiencial, que no se identifica necesariamente con la risa ―hay humor sin risa y risa sin humor― y menos con la burla, la carcajada hueca, o la superficialidad. Es el humor filosófico y sapiencial, que no se identifica necesariamente con la risa ―hay humor sin risa y risa sin humor― y menos con la burla, la carcajada hueca, o la superficialidad. Humor sano y en su medida, pero sentido del humor. Para tomar la vida en serio conviene no tomarla demasiado en serio; sino sazonada con el sentido del humor. La seriedad y el sentido del humor no están reñidos; se complementan.
Leer libros para vivir más y mejor. La lectura de libros parece que resulta saludable, e incluso prolonga la vida. Lo que no hay duda es que el libro es un amigo fiel, siempre disponible -365 días x 24 horas- que nos informa, instruye, aconseja y distrae. Ayer, día 23 de abril, celebramos el Día Mundial del Libro; una buena ocasión para reconocer y agradecer todo lo que nos aporta y aportará la lectura de libros bien seleccionados. Como dice Baltasar Gracián: «¡Oh!, gran gusto el leer, empleo de personas que si no las halla, las hace».
Tiempo de incertidumbre. En el mundo actual, globalizado e interconectado, los problemas de un lugar provocan o exacerban el sentimiento de incertidumbre en todo el planeta. La incertidumbre se globaliza y aumentan las fuentes que la alimentan.  Según varios psicólogos el miedo a lo desconocido es, posiblemente, el componente principal de la ansiedad patológica. Centrarse en el presente es la mejor forma de sanar el pasado y de prepararse para el futuro. Equiparse con las fortalezas interiores (autenticidad, gratitud, amor…), resistentes al sunami más potente, es mejor que vivir –si eso es vivir– angustiado por la sensación de incertidumbre.
¿Una o varias memorias? Hablamos normalmente en memoria en singular, pero propiamente deberíamos hablar de “memorias”, en plural. En la actualidad, la psicología y la neurociencia consi­deran que es más correcto hablar de varios sistemas de memoria di­ferentes. Se suelen distinguir los siguientes sistemas de memoria: memoria episódica, memoria semántica, memoria procedimental, sistema de represen­tación perceptiva y memoria operativa Son módulos relativamente independientes, con funciones y base neurológica propia.  
La Psicología, ¿es una ciencia de verdad? Algunos dudan del carácter científico de la Psicología, porque tal vez la comparan con ciencias más exactas como las Matemáticas o la Física. El objeto de la Psicología, el comportamiento (incluyendo las emociones), es más escurridizo que el de Química o el de la Física. Pero la Psicología utiliza los métodos más adecuados para su objeto, siempre procurando rigor y precisión en sus estudios y conclusiones. Esto no supone, ni mucho menos,  menospreciar las aportaciones -algunas muy valiosas- de otras disciplinas y de las personas no especializadas.
Dinero y felicidad. Hoy celebramos el Día Internacional de la Felicidad. De las muchas cuestiones que plantea la felicidad, una de ellas se refiere a la relación entre dinero y felicidad. ¿Qué relación hay entre dinero y felicidad? ¿La riqueza lleva a la felicidad, o tiene razón el cuento del “hombre feliz sin camisa”? Una gran riqueza es el tiempo? Usar o invertir bien el dinero y el tiempo, son dos claves importantes para conseguir la auténtica felicidad. Feliz Día Internacional de la Felicidad y feliz semana.
La importancia de las interpretaciones en la ira. La reacción de ira no es una respuesta automática a un hecho, acción o frase, aunque a primera vista lo parezca. Depende de varios factores. Tiene especial importancia la percepción o las interpretaciones que la persona hace de esa acción o frase. Del mismo gesto, frase o acción se pueden hacer diferentes interpretaciones y de ellas depende la respuesta de ira o no que uno da.
Aunque resulta obvio el importante papel de la proximidad en el establecimiento de las relaciones interpersonales, como el amor y la amistad, es también la conclusión de varias investigaciones. En ellas se distingue entre distancia (o proximidad) física y funcional, además de distancia social y distancia comunicativa. De algún modo se confirma el dicho de que “Las flechas de Cupido no llegan lejos”.
Para superar el problema de ansiedad es necesario exponerse al objeto o situación temida, lo que implica experimentar cierto grado de ansiedad y malestar. Se puede hacer de varios modos, según las circunstancias, y contar con varias estrategias de apoyo.
La reacción espontánea, casi podríamos decir natural, es evitar o huir de lo que nos produce miedo o ansiedad. Esto resulta positivo cuando el peligro es real, pero no ante un perro no agresivo atado, el ascensor… o la calle. La evitación va a más. La solución está en hacer lo contrario: la aproximación al objeto o situación temida, que en un próximo programa precisaré con mayor detalle.
El deseo de la mayoría de las parejas al iniciar una relación es que el amor dure. No siempre dura el amor todo lo que inicialmente se pensaba y deseaba. Esto se debe a la influencia de las circunstancias exteriores negativas y a la misma tendencia humana a que se desinfle el estado emocional inicial, sobre todo cuando hay un exceso de idealización. La imagen del jardín y del jardinero, que propone el profesor Sternberg, nos ofrecen una clave para que el amor dure.  
Las tres fases de la memoria. La memoria es, en realidad, un proceso complejo. Mejor que hablar de mala o buena memoria es revisar cómo realizamos cada una de las tres fases que componen la memoria: registro y codificación, almacenamiento y consolidación, y recuperación.
Felicidad como euforia y felicidad como tranquilidad. No todos experimentan ni conciben igual la felicidad. ¿Cómo euforia y excitación? ¿o cómo calma y tranquilidad? Típicamente, la edad influye en que domine una u otra de estas dos concepciones. Otra cuestión afín es la de si en la felicidad domina la intensidad (pocas experiencias, pero muy intensas) o la frecuencia (prevalece la duración sobre la intensidad).
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