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Author: La cueva del Topo

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Podcast sobre la historia de la ciencia y temas de interés en el área de la Biología, amantes de la música y el cine.
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Theodosius Dobzhansky, fue una de las figuras más importantes en la biología en el siglo XX. Nacido en 1900 en la actual Ucrania, y formado inicialmente en el ambiente científico ruso, emigró hacia los Estados Unidos en 1927 para integrarse en el laboratorio de Thomas Hunt Morgan, que en ese momento era el epicentro mundial de la genética experimental. Allí, trabajando con la mosca de la fruta, Drosophila, desarrolló las ideas que lo convertirían en un pilar de la síntesis moderna de la evolución. Antes de Dobzhansky, la biología evolutiva era un mosaico de enfoques separados: los naturalistas y los paleontólogos describían la evolución desde una perspectiva macroscópica, mientras que los genetistas estudiaban mutaciones y herencia pero sin un marco unificador. Dobzhansky fue quien articuló una visión coherente que integraba ambos mundos. Su libro de 1937 Genetics and the Origin of Species, demostró que los mecanismos propios del enfoque genético como la variación, la mutación, la recombinación y que las fuerzas como la selección natural, la deriva genética y el flujo génico, eran suficientes para explicar la adaptación y la especiación en poblaciones reales. Con ello, no solo fundó la genética de poblaciones moderna, sino que estableció una base sólida para comprender cómo cambian las especies a lo largo del tiempo. Su trabajo transformó la investigación evolutiva al pasar del laboratorio a la naturaleza: Dobzhansky estudió poblaciones silvestres de Drosophila y mostró que esta especia poseía una diversidad genética mucho más rica de lo que se creía, revelando que la evolución no es una reliquia del pasado, sino un proceso activo y continuo. El impacto de Dobzhansky trascendió ampliamente el ámbito teórico. Su enfoque empírico y su insistencia en combinar genética, ecología y historia natural dieron forma a gran parte de la biología evolutiva contemporánea. Mostró cómo los factores ambientales modulan la eficiencia de los genes, también el cómo la adaptación es un diálogo permanente entre los organismos y su entorno, y además cómo la variación genética es el combustible indispensable de la selección natural. En su obra además, reflexionó con profundidad sobre la biología humana y las implicaciones culturales de la evolución, siempre combatiendo las ideas pseudocientíficas en torno al concepto de raza. Su célebre frase de 1973 “Nada en biología tiene sentido si no es a la luz de la evolución”, sintetiza su legado intelectual y se ha convertido en una de las afirmaciones más citadas en la historia de las ciencias de la vida. Hoy, muchas de las áreas más dinámicas de la investigación, como la genómica poblacional, la genética de la conservación, los estudios sobre adaptación rápida al cambio climático, la evolución de microorganismos y los virus, incluso la medicina personalizada, continúan construyéndose sobre los principios que él ayudó a formular. Dobzhansky no solo resolvió un problema histórico de integración en la biología: enseñó a generaciones enteras a pensar evolutivamente. Su obra sigue viva porque sigue siendo útil, porque explica fenómenos actuales y porque ofrece un marco conceptual que permite entender desde los patrones globales de biodiversidad hasta las mutaciones que surgen en el interior de una célula. En la confluencia entre rigor experimental, reflexión filosófica y compromiso con la claridad científica, Dobzhansky dejó una huella que aún marca el camino de la biología moderna. Hoy a 50 años de su muerte, nuestra máquina del tiempo nos permitirá hacer un viaje hasta la ciudad de Nemyriv, hacia los primeros días del siglo XX, donde podremos conocer de cerca su historia, y el legado científico que ha llegado hasta nosotros. Música del Capítulo Zach Bjorklund - Land Of Brilliant Lights Dream Clinic - Lords Of Steel Biorythmicbear - It's a Lo-Fi 8 Bit Christmas Medley Sershen & Zaritskaya - All Alone On Christmas Enlaces Ayala, F.J. (1985). «Theodosius Dobzhansky». Biographical Memoirs of the National Academy of Sciences 55: 163-213. Disponible en: https://web.archive.org/web/20240809165833/https://www.nasonline.org/wp-content/uploads/2024/06/dobzhansky-theodosius.pdf Barahona, A., & Ayala, F. J. (2005). Theodosius Dobzhansky's role in the emergence and institutionalization of genetics in Mexico. Genetics, 170(3), 981–987. Disponible en: https://doi.org/10.1093/genetics/170.3.981 Brisco-Ford E. 1975. 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Yo fui Deyiremeda, pero me decían Deyi, un "pariente cercano" en lengua afar. Mi día empezaba al amanecer, con el sol que caia sobre la sabana y los bosquecillos. Caminaba balanceándome ligeramente, sintiendo la tierra bajo mis pies con dedos curvos y flexibles. A diferencia de mis vecinos, los afarensis, la familia de Lucy, que pisaban firmes en las llanuras abiertas comiendo hierbas y raíces de sabana, yo prefería los árboles. Mi pie tenía un pulgar que me resultaba ideal para agarrarme a ramas y escapar de los leopardos y otros grandes animales que nos cazaban. Allí en lo alto, recolectaba frutos, hojas tiernas y nueces de plantas, así como algunos insectos en las sombras frescas; mis dientes eran pequeños, con los caninos simples, estaban hechos para esa dieta basada en plantas, pero no para masticar cosas duras. Trepaba para descansar o huir, sintiendo el viento en mi pelaje, y en el suelo empujaba con el segundo dedo para equilibrar mi marcha entre cielo y tierra. Vivíamos cerca de los afarensis en Woranso-Mille, pero sin competir mucho: ellos en zonas abiertas con pastos, pero yo en los rincones más boscosos. Era una coexistencia pacífica en un mundo cambiante, donde el clima secaba los bosques y nos empujaba a adaptarnos. Un día, un temblor marcó el fin de mi era. Millones de años después, mis huesos –como la mandíbula juvenil o mi pie parcial– fueron desenterrados por científicos, quienes analizaron los isótopos de carbono para confirmar mi dieta arbórea y mi pie para probar que la trepada persistía. Mi historia, se publicó en un artículo de Nature hacia finales de noviembre de 2025, y en el muestra que la evolución era un baile ramificado entre ramas y suelo, con primos como yo. Desde el pasado, les digo a Uds. que me escuchan, que miren atrás, ya que en mis pasos está el inicio de los suyos. El descubrimientos de Lucy, el famoso esqueleto de Australopithecus afarensis hallado en 1974 por Donald Johanson, mostró que nuestros ancestros eran bípedos, con pies adaptados al suelo pero aún mantenían una morfología arbórea, y una dieta mixta con recursos disponibles tanto en los bosques como en las sabanas, permitiendo a la especie de Lucy adaptarse a los cambios climáticos. Pero Lucy y los suyos no estaban solos, en 2015 se propuso la existencia de otra especie: Australopithecus deyiremeda, que se encontró a unos 35 km de la localidad de Hadar. Con esta propuesta, los científicos se tomaron las cosas con calma, ya que esta descripción se basaba en mandíbulas y dientes por lo cual en ese momento no hubo consenso total. Sus descubridores la vieron distinta de la especie de Lucy, ésto por sus dientes más pequeños y sus mandíbulas más robustas, sugiriendo con esto la existencia de unas diversidad homínida mayor a la que se esperaba. Los críticos, de forma coherente, cuestionaron la validez de Australopithecus deyiremeda, por las escasas muestras y también por la posible variaciones que se da de manera natural dentro de las especies, debatiendo con estos argumentos si ésta era una especie real o solo una forma de Australopithecus afarensis. Este estudio, que vamos a revisar el día de hoy describe 13 nuevos fósiles de Australopithecus deyiremeda en la localidad de Burtele, datados entre 3.59 y 3.33 millones de años y muestran que A. deyiremeda se puede diferenciar de manera válida y lo comparan con otras especies como Ardipithecus ramidus y A. afarensis. Este artículo valida la especie y pinta con esto un Plioceno africano más diverso, lo cual es importante porque influye en la forma en que hoy vemos nuestra evolución. Música del capítulo Melodic Music Extension - John Williams - Carol of the Bells Extended Futurescapes - Sci Fi Ambience - The Spire: Dark Atmospheric Sci Fi Ambient Music 8 Bit Universe - All I Want for Christmas Is You (8-Bit Version) 8 Bit Universe - Sleigh Ride (8-Bit Version) Shakin’ Stevens - Merry Christmas Everyone Enlaces Fuente Haile-Selassie, Y., Schwartz, G.T., Prang, T.C. et al. (2025). New finds shed light on diet and locomotion in Australopithecus deyiremeda. Nature. Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41586-025-09714-4 Para leer más Arizona State University. December 12, 2025. This 3.4 Million-Year-Old Foot Changes the Story of Human Origins. SciTechDaily. Disponible en: https://scitechdaily.com/this-3-4-million-year-old-foot-changes-the-story-of-human-origins/ Haile-Selassie, Y., Saylor, B., Deino, A. et al. (2012). A new hominin foot from Ethiopia shows multiple Pliocene bipedal adaptations. Nature 483, 565–569. 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Disponible en: https://doi.org/10.1111/j.1469-7580.2008.00871.x Capítulos que enlazan con este: Australopithecus deyiremeda Ivoox: https://www.ivoox.com/australopithecus-deyiremeda-audios-mp3_rf_160999116_1.html Spotify: https://open.spotify.com/episode/5EEsKcHjDmBRHlH50xmHe3 Apple Podcast: https://podcasts.apple.com/es/podcast/australopithecus-deyiremeda/id1523594758?i=1000732744389
Hace millones de años, en los paisajes abiertos y boscosos del sur de África, caminó una criatura que llevaba en su cuerpo las huellas de un cambio profundo. No era un simio, pero tampoco un ser humano; era algo intermedio, una forma de vida que empezaba a mirar el mundo desde una nueva altura. Su andar erguido, su curiosidad y su capacidad de adaptación marcaron el comienzo de una historia que, con el tiempo, nos llevaría hasta nosotros mismos. En una época en la que los truenos del clima moldeaban la tierra, y las sabanas se extendían bajo el sol africano, surgió una especie que guardaba en su anatomía las claves del futuro. Sus fósiles, descubiertos décadas más tarde, despertarían preguntas que aún hoy siguen resonando: ¿cuándo empezamos a ser humanos? ¿Qué nos separa de los demás primates? ¿Y qué papel jugó esta antigua criatura en el largo camino de la evolución? Australopithecus africanus es una de las especies más emblemáticas del linaje australopitecino y ocupa un lugar crucial en la historia evolutiva humana. Vivió en el sur de África hace entre 3,3 y 2,1 millones de años, y su descubrimiento marcó un punto de inflexión en la comprensión de nuestros orígenes. Con un cuerpo adaptado tanto al bipedismo como a la trepa, A. africanus representa una forma de transición entre los australopitecos más primitivos y los primeros representantes del género Homo. Fósiles célebres como “Mrs. Ples” y el niño de Taung ayudaron a demostrar que la humanidad más antigua surgió en África, y no en Asia o Europa, como se creía en el siglo XX. Más que un simple antepasado, Australopithecus africanus simboliza una etapa clave en la evolución del comportamiento, la locomoción y la inteligencia, un puente biológico y temporal entre los simios ancestrales y los primeros humanos que, siglos después, mirarían atrás para reconocerse en él. Este capítulo es un viaje hacia ese pasado remoto, hacia una especie que desafió las ideas establecidas y que, desde su silencio de piedra, continúa hablándonos sobre los orígenes de la humanidad. Una historia de descubrimiento, de debate y de asombro científico que comenzó hace casi un siglo, cuando los huesos de un antiguo habitante del sur de África revelaron que el linaje humano tenía raíces mucho más profundas de lo que nadie había imaginado. Música del capítulo Scott Buckley - A Kind Of Hope Music For - Indian Flute Music • Yoga & Meditation • Pure Positive Vibes Music For - AFRICAN DRUM MUSIC • Tribal Beats • Shaman Dance • Unleash your Primal Self 8 Bit Universe - Def Leppard - Foolin [8 Bit] FireHouse - Love of a Lifetime Enlaces Almécija S. et al. (2015). Comment on “Human-like hand use in Australopithecus africanus”. Science 348,1101-1101D. Disponible en: https://www.science.org/doi/epdf/10.1126/science.aaa8414 Arias-Martorell, J., Potau, J. 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Disponible en: https://journals.openedition.org/primatologie/2708 Episodio que conecta con éste La guerra de los cráneos: en busca del eslabón perdido Ivoox https://www.ivoox.com/guerra-craneos-busca-del-audios-mp3_rf_80318862_1.html Spotify https://open.spotify.com/episode/6Tqf0JMMhxhwnHRkJmvcnB Apple Podcast https://podcasts.apple.com/us/podcast/la-guerra-de-los-cr%C3%A1neos-en-busca-del-eslab%C3%B3n-perdido/id1523594758?i=1000546629518
Durante siglos, la biología describió la vida como una colección de individuos separados, cada uno con sus propios límites y funciones. Sin embargo, debajo de esa aparente independencia, la naturaleza siempre escondió una serie de alianzas silenciosas. Desde los líquenes, extrañas mezclas de hongos y algas que crecen sobre las rocas y árboles, hasta las raíces de las plantas y los intestinos de los animales, la vida se ha tejido a partir de asociaciones. Aun así, la ciencia tardó mucho en reconocerlo. Fue hasta bien entrado el siglo XX cuando la bióloga estadounidense Lynn Margulis desafió la idea del individuo autosuficiente. Su trabajo sobre la simbiosis y la endosimbiosis seriada reveló que los grandes cambios evolutivos podían surgir de la cooperación entre especies. En ese contexto, Margulis propuso una palabra nueva y poderosa: holobionte, un término que significa literalmente “ser vivo completo”. Con éste nombre quiso expresar que ningún organismo está solo, que cada ser es, en realidad, una comunidad de vidas que conviven y prosperan juntas. Hoy, esa visión ha cambiado profundamente nuestra manera de entender la biología. El concepto de holobionte describe al conjunto formado por un organismo y todos los microorganismos que habitan en él: bacterias, hongos, arqueas, virus y otros compañeros diminutos que participan en su equilibrio. Estos socios invisibles determinan aspectos esenciales de la existencia, desde la digestión y la inmunidad hasta la capacidad de adaptarse al entorno. En el mar, en los bosques o dentro de nuestro propio cuerpo, cada forma de vida funciona como una red simbiótica. La biología moderna ha comenzado a ver en los holobiontes no solo sistemas ecológicos interdependientes, sino también posibles unidades evolutivas, donde la selección actúa sobre el conjunto y no sobre las partes aisladas. Comprender esto nos obliga a replantear una idea antigua: tal vez la vida no se trate de competir, sino de coexistir. Nuestro viaje de hoy nos llevará a mirar la vida desde otro ángulo, desde ese lugar donde los límites del “yo” se vuelven difusos, y trataremos de profundizar en el hecho de que ningún ser está realmente solo, que todo organismo es en realidad una comunidad en movimiento. Los holobiontes hoy nos invitan a entender la existencia no como una lucha entre individuos, sino como una red de colaboraciones invisibles que hacen posible cada respiración, cada hoja, cada pensamiento. Comprenderlos es aprender que la vida, en su forma más profunda, siempre se conjuga en plural. Música del capítulo othopux – Epic Oddisey Inspiritana music by Cale Alit - Persian Santoor 8 BITS Music - Ringo Starr - Here's To The Nights Chiptune version Ringo Starr - Wrack My Brain Enlaces Baedke, J., Fábregas-Tejeda, A., & Nieves Delgado, A. (2020). The holobiont concept before Margulis. 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Los biobots son diminutos robots hechos con células vivas en lugar de piezas metálicas o electrónicas, capaces de moverse por sí mismos gracias a la energía natural de las propias células. No son organismos completos, sino pequeños grupos de tejido cultivados en laboratorio y diseñados para estudiar y aprovechar las capacidades biológicas del cuerpo. Su funcionamiento depende del tipo de célula empleada: algunas versiones usan células musculares que se contraen como mini motores, mientras que otras utilizan células con cilios, unos diminutos “pelitos” que baten rítmicamente y permiten el desplazamiento, como ocurre en los pulmones humanos al mover el moco. Esta tecnología combina biología e ingeniería para crear sistemas que se comportan como máquinas vivas, capaces de responder a su entorno y realizar movimientos coordinados, abriendo posibilidades para transportar fármacos, limpiar microcontaminantes o explorar tejidos a microescala. Hoy en la seccion Galerías del Saber vamos a revisar un artículo llamado “AggreBots: Configurando CiliaBots mediante agregación tisular modular guiada”, publicado por el investigados Dhruv Bhattaram de la Carnegie Mellon University y su equipo en 2025, presenta un enfoque innovador en la creación de biobots que se construyen usando un método llamado agregación tisular modular guiada, que consiste en organizar células de manera controlada para formar estructuras más grandes y funcionales. Una de las características más interesantes de este enfoque es que permite construir cilios, estructuras similares a pequeños pelitos, que se utilizan para generar movimiento y coordinación dentro de estos robots biológicos. A diferencia de los robots tradicionales de metal o plástico, estos biobots son flexibles y suaves, lo que les da una relación más natural con su entorno. La metodología descrita en el artículo detalla cómo se pueden configurar y ensamblar células para construir formas precisas, un proceso que combina conceptos de biología, ingeniería y robótica. La idea central es que a partir de unidades simples y pequeñas, se pueden crear sistemas complejos y organizados que funcionen de manera controlada. Nuestro viaje de hoy nos llevará a explorar este mundillo, en el cual hoy se logra la combinación de la biología con la tecnología para abrir nuevas formas de crear herramientas vivas, capaces de moverse y realizar tareas simples. Fuente: Bhattaram D. et al, (2025). AggreBots: Configuring CiliaBots through guided, modular tissue aggregation, Science Advances. 11(39). Disponible en: https://www.science.org/doi/epdf/10.1126/sciadv.adx4176 Enlaces Blackiston, D., Kriegman, S., Bongard, J., & Levin, M. (2023). Biological Robots: Perspectives on an Emerging Interdisciplinary Field. Soft robotics, 10(4), 674–686. Disponible en: https://doi.org/10.1089/soro.2022.0142 He, S.; Liu, S.; Li, X.; Ye, M.; Wu, H.; Song, J. (2025) A review: exploring the designs of bio-bots. Soft Sci., 5, 5. Disponible en: http://dx.doi.org/10.20517/ss.2024.50 Mostafa Essam Eissa. May 2025. “BIOBOTS - THE FUTURE OF BIOMEDICAL ENGINEERING: A MINI REVIEW”. Universal Journal of Pharmaceutical Research, vol. 10, no. 2, Disponible en: https://ujpronline.com/index.php/journal/article/view/1319 Música del capítulo othopux - Relucting fire Futurescapes - The Spire: Dark Atmospheric Sci Fi Ambient Music 8BitRenditions - Don Henley - The Boys of Summer (8-Bit) Mott the Hoople - Monte Carlo
Jack el Destripador

Jack el Destripador

2025-10-3102:09:53

Camino despacio entre la niebla que envuelve las calles del viejo Londres hacia finales del siglo XIX. El aire es denso, casi vivo, y cada farola parece una luna temblorosa suspendida sobre el miedo. El empedrado de la calle brilla bajo la lluvia y mis pasos resuenan como si despertaran fantasmas. En Whitechapel, los callejones huelen a humo, a cerveza barata y a desesperanza. Es un barrio que no duerme, donde la pobreza se disfraza de rutina y el peligro acecha tras cada sombra. Mientras avanzo, escucho el rumor lejano de una carreta, el llanto de un niño, un grito ahogado que se pierde entre la bruma. Londres respira con dificultad, enferma de desigualdad y de secretos. Aquí, entre los obreros exhaustos y las mujeres olvidadas, nació una leyenda que aún hoy nos observa desde la oscuridad: Jack el Destripador. Nadie lo vio con claridad, pero todos sintieron su presencia. Un hombre, o tal vez una idea, que convirtió el miedo en un eco eterno. Mientras sigo mi marcha, por momentos me parece oír sus pasos que se mezclan con los míos, como si alguien caminara detrás, silencioso, paciente. Pero solo es el viento que recorre las esquinas o mi imaginación que se deja arrastrar por la historia. Sigo caminando, porque el misterio sigue vivo, y bajo la tierra —en mi propia cueva— intentaré desenterrar lo que queda de verdad entre tanta sombra. Soy El Topo, y esta noche, descenderemos juntos a las entrañas del Londres victoriano… allí donde comenzó la leyenda del Destripador. El misterio de Jack el Destripador sigue siendo uno de los más inquietantes de la historia criminal. Entre agosto y noviembre de 1888, el barrio londinense de Whitechapel se convirtió en el escenario de una serie de asesinatos brutales que sembraron el pánico y marcaron para siempre la imaginación colectiva. Las víctimas, mujeres pobres y vulnerables, fueron encontradas con una violencia que desafiaba toda lógica. La policía, desbordada por la presión pública y la falta de recursos, persiguió sombras entre la niebla. Las cartas firmadas por “Jack the Ripper” —quizás auténticas, quizás una cruel broma— alimentaron el terror y el mito. Decenas de sospechosos fueron señalados: médicos, carniceros, artistas, incluso miembros de la aristocracia. Pero la verdad, como la niebla de Whitechapel, nunca se disipó del todo. Más de un siglo después, el Destripador sigue siendo un enigma sin rostro. Su historia es también el retrato de una ciudad dividida, de una sociedad que comenzaba a enfrentarse a la modernidad y a sus propias sombras. Nuestro viaje de hoy nos lleva a hasta la misma Inglaterra victoriana donde intentaremos descifrar lo que permanece oculto tras los crímenes, la prensa y el mito… porque a veces, lo más aterrador no es el asesino, sino lo que la oscuridad revela de nosotros mismos. Música del episodio Power Music Factory - Crime Investigation Dark Music Rest for the Wicked - Jack the Ripper | DARK GOTHIC AMBIENT MUSIC Sound Effects - Horror Ambience Sound Effect Echoes of the Crypt - Jack The Ripper – Dark Gothic Ambience Rod Temperton Music - Michael Jackson - Thriller - 8-Bit NES Judas Priest - The Ripper Enlaces Adam D. (2019). Does a new genetic analysis finally reveal the identity of Jack the Ripper? Science. Disponible en: https://www.science.org/content/article/does-new-genetic-analysis-finally-reveal-identity-jack-ripper Connor, S. 2014. Jack the Riper: Scientists Who Claimed to Have Identified Notorious Killer Has Made Serious DNA Error. The Independent. Disponible en: http://www.independent.co.uk/news/science/jack-the-ripper-id-hinges-on-a-decimal-point-as-scientists-flag-up-dnaerror-in-book-that-claims-to-9804325.html Killgrove K. (2019). Archaeological Geneticists Call Jack The Ripper DNA Study 'Unpublishable Nonsense'. FORBES. Disponible en: https://www.forbes.com/sites/kristinakillgrove/2019/03/18/archaeological-geneticists-call-jack-the-ripper-dna-study-unpublishable-nonsense/ Keppel, R.D., Weis, J.G., Brown, K.M. and Welch, K. (2005), The Jack the Ripper murders: a modus operandi and signature analysis of the 1888–1891 Whitechapel murders. J. Investig. Psych. Offender Profil., 2: 1-21. Disponible en: https://doi.org/10.1002/jip.22 Lekh SK, Langa A, Begg P, Puri BK. The case of Aaron Kosminski: was he Jack the Ripper? Psychiatric Bulletin. 1992;16(12):786-788. Disponible en: https://www.cambridge.org/core/journals/psychiatric-bulletin/article/case-of-aaron-kosminski-was-he-jack-the-ripper/DDFAD697810395EE21A6B210995037F6 Louhelainen, J., & Miller, D. (2020). Forensic Investigation of a Shawl Linked to the "Jack the Ripper" Murders. Journal of forensic sciences, 65(1), 295–303. Disponible en: https://doi.org/10.1111/1556-4029.14038 Nini, A. (2018). An authorship analysis of the Jack the Ripper letters. Digital Scholarship in the Humanities, 33(3), 621-636. Disponible en: https://doi.org/10.1093/llc/fqx065 Thompson, E. (2018) "Deconstructing “Jack”: How Jack the Ripper Became More Fiction Than Fact," Augsburg Honors Review: Vol. 11, Article 4. Disponible en: https://idun.augsburg.edu/honors_review/vol11/iss1/4/ Whitechapel c.1870-1900 Revision Guide. Disponible en: https://www.williambrookes.com/wp-content/uploads/2024/05/Whitechapel-Revision-Guide.pdf Whitechapel, East End of London. Disponible en: https://hawksites.newpaltz.edu/virtuallylondon/2015/12/07/whitechapel/
Hace entre dos y tres millones de años, África era un vasto escenario de transformaciones evolutivas. En sus sabanas, bosques y orillas de lagos coexistían distintas especies de homininos: algunos todavía con rasgos simiescos, otros ya con características que anticipaban lo que hoy reconocemos como humanos. Fue un tiempo de diversificación y experimentación biológica, en el que distintas líneas evolutivas exploraban formas diferentes de caminar, alimentarse y manipular su entorno. De entre esa multitud de especies emergió un grupo peculiar que desarrolló una mayor capacidad cerebral, una dieta más variada y una relación nueva con las herramientas: el género Homo. Pero comprender cómo surgió ese linaje así como el por qué se separó de otros homininos como Australopithecus o Paranthropus sigue siendo uno de los grandes desafíos de la paleoantropología. Es aquí cuando los fósiles se constituyen como piezas esenciales para armar este rompecabezas: cada diente, fragmento de cráneo o hueso de una mano permite reconstruir, como en una historia escrita en piedra, los cambios anatómicos y funcionales que marcaron el camino hacia nuestra especie. Sin embargo, gran parte del registro fósil africano de este período está fragmentado e incompleto. La mayoría de los restos corresponden a cráneos o mandíbulas, dado que éstas que se preservan mejor en el tiempo, mientras que los huesos postcraneales, aquellos que conforman el cuerpo, las manos y los pies, son mucho más escasos. Esta carencia ha limitado durante décadas la comprensión de cómo se movían y qué podían hacer físicamente los primeros homininos. Hoy se conoce con relativa precisión cómo era su rostro y su dentadura, pero mucho menos sobre su locomoción o sus habilidades manuales. Y sin ese conocimiento, resulta difícil entender cuáles transformaciones anatómicas permitieron el surgimiento de la destreza humana, el trabajo con herramientas y la expansión del pensamiento técnico. Por eso, cada hallazgo de huesos postcraneales completos es un acontecimiento extraordinario: una ventana nueva al cuerpo, la conducta y la historia evolutiva de nuestros antepasados. En ese contexto, un reciente estudio publicado en la revista Nature bajo el título: Nuevos fósiles revelan la mano del Paranthropus boisei, se constituye como un descubrimiento crucial. Un grupo de investigadores, encabezados por Carrie Mongle y Louise Leakey, presentaron el esqueleto más completo jamás atribuido a esta especie, encontrado en la localidad de Koobi Fora, Kenia, y fechado en unos 1,52 millones de años. Este fósil, incluye huesos del cráneo, la mano y el pie, permitiendo por primera vez asociar de manera inequívoca la anatomía corporal de P. boisei con sus rasgos dentales característicos. Lo que hace tan relevante este hallazgo no es solo su grado de conservación, sino su potencial para replantear nuestra comprensión de la evolución de los homininos africanos. Durante décadas, P. boisei fue visto como un hominino especializado y limitado, de poderosas mandíbulas adaptadas a masticar vegetales duros, pero carente de las destrezas manuales que distinguen al género Homo. Sin embargo, los nuevos fósiles revelan una realidad mucho más compleja: una mano robusta pero hábil, un pulgar largo capaz de realizar agarres de precisión y un pie plenamente adaptado al bipedalismo moderno. Este conjunto anatómico sugiere que Paranthropus boisei no solo caminaba como nosotros, sino que también tenía la capacidad física para manipular objetos y, quizás, fabricar herramientas simples. Así, el hallazgo de Koobi Fora no solo llena un vacío anatómico en el registro fósil, sino que también desafía las fronteras tradicionales entre lo que consideramos “humano” y lo que no, recordándonos que la historia de nuestra evolución fue un entramado de caminos compartidos, convergencias y experimentos biológicos que coexistieron en el paisaje africano hace más de un millón de años. Nuestra máquina del tiempo nos lleva hoy a revisar este nuevo panorama evolutivo que nos enseña que la destreza manual y el bipedalismo no fueron atributos exclusivos de nuestra línea directa, sino características que pudieron haber aparecido de manera paralela en otras ramas del árbol humano. Fuente: Mongle, C.S., Orr, C.M., Tocheri, M.W. et al. New fossils reveal the hand of Paranthropus boisei. Nature (2025). Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41586-025-09594-8 Música del capítulo Jo Blankenburg - Anumati (ft. Uyanga Bold) Culture Capital - Background & Meditation Music - Dune Whispers 8 Bit Universe - Mama I'm Coming Home [Tribute to Ozzy Osbourne] First to eleven – Devil Enlace capitulo que enlaza con este https://lacuevadetopo.blogspot.com/2023/09/parantropos.html Ivoox: https://www.ivoox.com/parantropos-entendiendo-raices-nuestro-linaje-audios-mp3_rf_115707373_1.html Spotify: https://open.spotify.com/episode/6a4QVewDPHQItnJjFGjhN4?si=EkwK8z3tReSNEj91HD7glA Apple podcast: https://podcasts.apple.com/es/podcast/par%C3%A1ntropos-entendiendo-las-ra%C3%ADces-de-nuestro-linaje/id1523594758?i=1000627268550
Durante el mes de octubre y los primeros días de Noviembre, se están celebrando los premios Ivoox, en donde ud puede votar a sus podcast favoritos, es así que le dejo el enlace para participar de la votación, solicitándoles que nos ayuden con un voto, ya que este programa está participando por segundo año consecutivo. Allí puede votar por todos sus otros podcast preferidos. De antemano le agradezco su participación. https://go.ivoox.com/wv/premios25?c=3002 Hace millones de años, en la hoy Etiopía, la vida se desplegaba en un tapiz complejo de bosques, praderas y sabanas. En este escenario, la historia de nuestra propia evolución se escribía, no como una línea recta, sino como un enredado y fascinante arbusto. Durante mucho tiempo, la figura de Lucy, la icónica Australopithecus afarensis, dominó este relato. Ella y su especie eran vistas como el único capítulo de la evolución humana en ese período, el eslabón solitario que teníamos en esa línea de tiempo. Pero el pasado, como la vida misma, es mucho más complicado y lleno de sorpresas. En el año 2011, en el mismo Valle del Afar donde se encontró a Lucy, un equipo de científicos realizó un hallazgo que cambiaría nuestra perspectiva. No encontraron un esqueleto completo, sino algo más modesto: fragmentos de mandíbulas, dientes y un puñado de huesos. Para un ojo no entrenado, podrían haber pasado desapercibidos, pero para los paleoantropólogos, estos huesos eran como piezas de un rompecabezas antiguo que revelaban una imagen completamente nueva. Al examinar los fósiles, se dieron cuenta de algo asombroso. Aunque estos individuos habían vivido en la misma época y en el mismo lugar que Lucy, sus características eran notablemente diferentes. Sus dientes eran más pequeños, su esmalte dental era más grueso y la forma de su mandíbula no coincidía con la de A. afarensis. Era una especie distinta, una rama que no habíamos visto antes en nuestro árbol evolutivo. A esta nueva especie se le dio el nombre de Australopithecus deyiremeda. El nombre en sí es un tributo a la gente local de la región Afar, que lo traduce como “pariente cercano”. Y eso es exactamente lo que nos dice este descubrimiento: que hace 3.3 millones de años, en ese mismo paisaje africano, Lucy no estaba sola, compartía su mundo con al menos otra especie de hominino. Este hallazgo es de una importancia monumental. Nos obliga a dejar de lado la idea de una evolución lineal y a abrazar la noción de que el camino hacia el ser humano moderno fue un proceso diverso y complejo. En el Plioceno Medio, múltiples especies de homininos coexistieron, cada una con sus propias adaptaciones, dietas y estrategias de supervivencia. Australopithecus deyiremeda es la prueba tangible de que nuestra historia no es una simple narración, sino una rica y multifacética saga de coexistencia. Hoy, nuestra máquina del tiempo nos llevará hacia el pasado remoto, hasta las regiones del Afar en África, hace unos 3,3 millones de años, en donde revisaremos de cerca las características de Australopithecus deyiremeda y sus implicaciones para el entendimiento del origen de nuestro linaje, el linaje humano. Música del capítulo Scott Buckley - Phase Shift Music For - AFRICAN DRUM MUSIC Tribal Beats - Shaman Dance - Unleash your Primal Self Music For - INDIAN FLUTE MUSIC - Pure Positive Vibes - Relaxing Background Music ॐ 8-Bit Misfits - Rock and Roll, Pt. 2 Gary Glitter - Rock and Roll, Parte 1 & 2 Enlaces Bower B. 2015. Fossils suggest another hominid species lived near Lucy. Science News. Disponible en: https://www.sciencenews.org/article/fossils-suggest-another-hominid-species-lived-near-lucy Haile-Selassie, Y., Deino, A.L., Saylor, B.Z., Umer, M., & Latimer, B.M. (2007). Preliminary geology and paleontology of new hominid-bearing Pliocene localities in the central Afar region of Ethiopia. Anthropological Science, 115, 215-222. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/250005167_Preliminary_geology_and_paleontology_of_new_hominid-bearing_Pliocene_localities_in_the_central_Afar_region_of_Ethiopia Haile-Selassie, Y., Gibert, L., Melillo, S. et al. (2015). New species from Ethiopia further expands Middle Pliocene hominin diversity. Nature 521, 483–488. Disponible en: https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/94597465/New-species-from-Ethiopia-further-expands-Middle-Pliocene-hominin-diversity-libre.pdf? Haile-Selassie Y. , Melillo S.M. , & Su D.F. . (2016). The Pliocene hominin diversity conundrum: Do more fossils mean less clarity?, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 113 (23) 6364-6371. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1521266113 Hanegraef H., Leakey M. G., Leakey L. N. & Spoor F. 2024. — Mid-Pliocene hominin diversity revisited, in Hublin J.-J., Mounier A. & Teyssandier N. (eds), Lucy’s Heirs – Tribute to Yves Coppens. Comptes Rendus Palevol 23 (29): 453-464. Disponible en: https://sciencepress.mnhn.fr/sites/default/files/articles/hd/comptes-rendus-palevol2024v23a29-pdfa.pdf Kimbel, W.H. and Delezene, L.K. (2009), “Lucy” redux: A review of research on Australopithecus afarensis. Am. J. Phys. Anthropol., 140: 2-48. Disponible en: https://doi.org/10.1002/ajpa.21183 Kimbel W.H., Villmoare B. (2016). From Australopithecus to Homo: the transition that wasn’t. Phil. Trans. R. Soc. B371: 20150248. Disponible en: https://royalsocietypublishing.org/doi/epdf/10.1098/rstb.2015.0248 N.E. Levin, Y. Haile-Selassie, S.R. Frost, & B.Z. Saylor. (2015). Dietary change among hominins and cercopithecids in Ethiopia during the early Pliocene, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 112 (40) 12304-12309, Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1424982112 Madison P. (2015). Deyiremeda: What’s Interesting & What’s Questionable. Fossil History. Disponible en: https://fossilhistory.wordpress.com/2015/05/28/australopithecus-deyiremeda-whats-interesting-and-whats-questionable-about-the-fossils-so-far/ Martin JM, Leece AB, Baker SE, Herries AIR, Strait DS. (2024). A lineage perspective on hominin taxonomy and evolution. Evolutionary Anthropology. ; 33:e22018. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/evan.22018 Spoor, F., Leakey, M. G., & O'Higgins, P. (2016). Middle Pliocene hominin diversity: Australopithecus deyiremeda and Kenyanthropus platyops. Philosophical transactions of the Royal Society of London. Series B, Biological sciences, 371(1698), 20150231. Disponible en: https://royalsocietypublishing.org/doi/epdf/10.1098/rstb.2015.0231 Thomson Reuters. (2015). New hominin species may have lived alongside 'Lucy'. CBC Radio Canada News. 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Durante el mes de octubre y los primeros días de Noviembre, se están celebrando los premios Ivoox, en donde ud puede votar a sus podcast favoritos, es así que les comparto el enlace para participar de la votación, solicitándoles que nos ayuden con un voto, ya que este programa está participando por segundo año consecutivo. Allí puede votar por todos sus otros podcast preferidos. De antemano le agradezco su participación. https://go.ivoox.com/wv/premios25?c=3002 Entre hace tres y dos millones de años se da un período crítico para la evolución humana, marcado por la aparición de los géneros Homo y Paranthropus, pero también la desaparición de posibles ancestros de nuestro linaje, los Australopithecus. En África oriental, la escasez de sitios fósiles que capturen este lapso ha limitado las pruebas de hipótesis sobre los contextos adaptativos que impulsaron estos eventos. Hoy revisamos un artículo publicado en la revista Nature, el cual describe nuevos fósiles homíninos recuperados en el área del Proyecto de Investigación Ledi-Geraru en Etiopía. Estos hallazgos reportan la presencia de Homo en 2,78 y 2,59 Ma, y de Australopithecus en 2.63 Ma, sugiriendo una mayor diversidad en el registro fósil y la coexistencia de linajes no relacionados con los parántropos en la región de Afar antes de 2,5 Ma. Los especímenes homininos incluyen restos dentales bien preservados. Algunos de estos se atribuyen a Homo, tiene una forma diferente a la de Australopithecus afarensis, ya que presenta una corona más equilibrada y una cavidad frontal más pequeña. Por otra parte aparecen otros restos los cuales se asignan al género Australopithecus, mostrando diferencias con A. afarensis y A. garhi, como coronas más cuadradas y esmalte grueso. Finalmente aparecen un tercer grupo de restos con molares que también se asignan a Homo, con crestas y surcos que los distinguen de taxones robustos como Paranthropus. Estos descubrimientos indican que el grupo de Australopithecus persistió en África oriental después de 2,95 Ma, coexistiendo con ejemplares de Homo temprano en la región de Afar. Aunque los especímenes de Australopithecus no se identifican a nivel de especie, su morfología sugiere una diversidad mayor que la conocida previamente, implicando hasta cuatro linajes homíninos en África oriental entre los 3,0 y 2,5 Ma: Homo temprano, Paranthropus, A. garhi y el otro tipo de Australopithecus en Ledi-Geraru. Nuestro viaje de hoy nos lleva a reseñar los descubrimientos más importantes de este estudio que sin lugar a dudas no solo enriquece el registro fósil del Plioceno tardío, si no que brinda una luz que permite entender mejor la evolución de nuestro linaje, por lo que la importancia de sitios como Ledi-Geraru es vital para reconstruir el mosaico evolutivo de la especie humana. Fuente: Villmoare, B., Delezene, L.K., Rector, A.L. et al. (2025). New discoveries of Australopithecus and Homo from Ledi-Geraru, Ethiopia. Nature. Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41586-025-09390-4 Música del capítulo Kosmoze – Terre d’Émeraude Inspiritana ~ healing music by Cale Alit - Persian Santoor Mundo SEGA - Lionel Richie - All night long 8 BITS Lionel Richie - Running with the night Enlaces Alemseged, Z., Wynn, J.G., Geraads, D. et al. (2020). Fossils from Mille-Logya, Afar, Ethiopia, elucidate the link between Pliocene environmental changes and Homo origins. Nat Commun 11, 2480 Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41467-020-16060-8 Pérez C. (2025). Un hallazgo obliga a replantear la evolución: descubren en Etiopía una especie desconocida que convivió con los primeros Homo hace 2,6 millones de años. Muy Interesante. Disponible en: https://www.muyinteresante.com/historia/descubrimiento-nueva-especie-humana-etiopia-australopithecus-homo.html Radley D. (2025). Fossil teeth in Ethiopia reveal new Australopithecus species that lived alongside early Homo ancestors. Archaeology News. Disponible en: https://archaeologymag.com/2025/08/australopithecus-species-lived-alongside-homo-ancestors/ Reed K. (2025). ASU scientists uncover new fossils — and a new species of ancient human ancestor. Disponible en: https://news.asu.edu/20250813-science-and-technology-asu-scientists-uncover-new-fossils-and-new-species-ancient-human Sáez R. (2025). En los orígenes de Homo: nuevos fósiles y su interpretación. NutCrackerMan. Disponible en: https://nutcrackerman.com/2025/08/17/en-los-origenes-de-homo-nuevos-fosiles-y-su-interpretacion/
Ya están abiertas las posibilidades de votar por sus podcast preferidos, les comparto el enlace para votar por su favorito, mucho agradecería su apoyo https://go.ivoox.com/wv/premios25?c=3002 Desde su creación a comienzos del siglo XX, los Premios Nobel han representado uno de los mayores reconocimientos al ingenio humano y al poder transformador del conocimiento. En el ámbito de las ciencias, particularmente en Fisiología o Medicina, Química y Física, estos galardones han destacado descubrimientos que no solo amplían las fronteras del saber, sino que redefinen nuestra comprensión del mundo y mejoran la vida cotidiana de millones de personas. En el campo de la Fisiología, cada premio es un recordatorio de cómo la investigación sobre el cuerpo y los procesos vitales impulsa el progreso de la medicina moderna. Desde el entendimiento del ADN hasta los avances en terapias génicas y vacunas, los hallazgos distinguidos con el Nobel han permitido enfrentar enfermedades, prolongar la esperanza de vida y elevar la calidad del bienestar humano. La Química, por su parte, se erige como el puente entre la materia y la invención. Los premios en este campo han reconocido desde la síntesis de nuevos materiales hasta la creación de herramientas moleculares que sustentan la industria farmacéutica, la energía sostenible y la protección ambiental. Cada descubrimiento en este ámbito abre nuevas posibilidades para innovar en sectores esenciales de la economía y de la salud pública. En el campo de la Física, el Nobel ha iluminado los misterios fundamentales del universo: desde la estructura del átomo hasta los secretos del cosmos profundo. Gracias a estos avances, tecnologías como la electrónica, la energía nuclear, los satélites o la computación cuántica pasaron del terreno de la teoría a la realidad cotidiana. Los Premios Nobel de este año confirman el papel esencial de la ciencia como fuerza que impulsa el progreso humano. Los descubrimientos galardonados en 2025 reflejan la unión entre la curiosidad intelectual y la aplicación práctica del conocimiento, demostrando cómo la investigación puede transformar la vida cotidiana. En el campo de la Fisiología o Medicina, se reconoce un avance que resulta decisivo en la comprensión de los mecanismos que originan muchas enfermedades neurodegenerativas, abriendo así nuevas vías terapéuticas y ofreciendo esperanza a millones de personas. La Física, por su parte, ha sido distinguida por investigaciones que expanden los límites de la materia y la luz, con implicaciones directas en la computación cuántica, las telecomunicaciones y la energía. Finalmente, el Nobel de Química premia una innovación que redefine la manera en que entendemos y manipulamos los materiales moleculares, con potencial para impactar la medicina, la sostenibilidad y la ingeniería. Nuestro viaje de hoy nos lleva a explorar lo que hay detrás de los premios de este año, explorando en que consisten los logros alcanzados por los hombres y mujeres de ciencia que han sido laureados con uno de los premios más prestigiosos que se otorga hoy en día a nivel mundial Música del capítulo Scott Buckley - Ephemera Spiritual brother Sci-Fi - The Silence Between The Stars 8 Bit Universe - Clint Eastwood [8 Bit Cover Tribute to Gorillaz] Restless Heart - Tell Me What You Dream Enlaces Aguado R. (2025). Nobel de Física 2025: el despegue de los bits cuánticos. The Conversation. Disponible en: https://theconversation.com/nobel-de-fisica-2025-el-despegue-de-los-bits-cuanticos-267022 Arute, F., Arya, K., Babbush, R. et al. 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Jane Goodall

Jane Goodall

2025-10-0501:12:59

Jane Goodall, desde niña mostró una profunda fascinación por los animales y la naturaleza. A los 23 años viajó a Kenia, donde conoció al paleontólogo Louis Leakey, quien reconoció en ella una intuición excepcional y le confió la tarea de estudiar a los chimpancés en su ambiente natural. En 1960 se instaló en Tanzania, y con paciencia revolucionó la investigación del comportamiento animal. Goodall fue la primera en documentar el uso de herramientas en chimpancés, un hallazgo que derrumbó la frontera conceptual entre humanos y otros primates. Sus estudios no solo describieron el uso de herramientas, sino también complejas estructuras sociales, vínculos de cuidado, adopciones y conflictos, revelando un mundo mucho más cercano al humano de lo que se había imaginado. En 1986 publicó Los chimpancés de Gombe, una obra monumental que recogía décadas de trabajo de campo. Además de su carrera científica, fue una incansable activista: en 1977 fundó el Jane Goodall Institute y, más tarde, el programa educativo Roots & Shoots, que inspiró a jóvenes de todo el mundo. El legado de Jane Goodall va mucho más allá de sus descubrimientos en primatología. Su capacidad para mostrar la continuidad evolutiva y cognitiva entre humanos y chimpancés transformó la biología y cambió nuestra manera de entender el lugar de la humanidad en la naturaleza. Con su enfoque respetuoso, demostró que la ciencia puede ser rigurosa sin perder la empatía, y que la observación paciente puede revelar dimensiones profundas de la vida animal. Su trabajo inspiró nuevas generaciones de biólogos, antropólogos y ecólogos, además de abrir un espacio en la ciencia para las mujeres en un momento en que sus voces eran aún marginales. En el campo de la conservación, se convirtió en una referente global al denunciar la destrucción de hábitats, el tráfico ilegal de fauna y la crisis climática. A través del Jane Goodall Institute y sus programas educativos, promovió la idea de que cada persona puede marcar una diferencia, ya sea protegiendo un bosque, reduciendo el consumo de recursos o defendiendo los derechos de los animales. Así, Jane Goodall no solo fue una científica pionera, sino también una figura moral y cultural cuyo mensaje de respeto hacia todas las formas de vida seguirá inspirando a la humanidad por generaciones. Nuestro viaje de hoy nos lleva a reseñar la vida y el legado de esta importante mujer de ciencia , que falleció el pasado 1 de octubre en California, a los 91 años, mientras aún realizaba giras para promover la conservación y la protección ambiental. Música del capítulo Scott Buckley - Meanwhile Culture Capital - KHAYA - Deep African Meditation Music 8 Bit Jazz - Dreams - Fleetwood Mac 8 Bit Stevie Nicks - Jane Enlaces Giacchino A. (2014) Jane Goodall en la Argentina. Fundación de Historia Natural Félix de Azara. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/313023315_Jane_Goodall_en_la_Argentina Fieldhouse R. & Basu M. (2025) Jane Goodall’s legacy: three ways she changed science The primatologist challenged what it meant to be a scientist. Nature. Disponible en: https://www.nature.com/articles/d41586-025-03209-y Fragaszy D.M. (2007). Jane Goodall: The Woman Who Redefined Man. BioScience, Volume 57, Issue 6, Pages 534–535. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/247844857_Jane_Goodall_The_Woman_Who_Redefined_Man McClain, A.M., McGrew, W.C. (1995). Jane goodall and the chimpanzees of gombe: An analysis of publications and their impact on teaching science. Hum. Evol. 10, 177–183 https://www.researchgate.net/publication/225148620_Jane_goodall_and_the_chimpanzees_of_gombe_An_analysis_of_publications_and_their_impact_on_teaching_science Youvan D.C. (2024). Jane Goodall’s Legacy: Bridging Science, Conservation, and Humanity. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/383178284_Jane_Goodall's_Legacy_Bridging_Science_Conservation_and_Humanity Wikipedia contributors. (2025). Jane Goodall. Wikipedia, The Free Encyclopedia. Acceso Octubre 3 - 2025. Disponible en: https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Jane_Goodall&oldid=1314942746
En medio de la incertidumbre que rodea a la enfermedad de Huntington, surge una noticia que invita a la esperanza: la primera terapia génica que, aunque todavía en etapa experimental, muestra señales de poder ralentizar el avance de este trastorno devastador. Nuestro viaje de hoy nos lleva a revisar de qué trata este nuevo avance que se constituye como una nueva esperanza para quienes padecen el mal de Hungtinton, . La empresa biotecnológica uniQure, líder en terapia génica y con sede en Ámsterdam, Países Bajos, ha anunciado resultados increíbles de su estudio fase III sobre AMT-130, un tratamiento experimental de terapia génica, para la enfermedad de Huntington, una condición rara que afecta el cerebro, causando problemas en el movimiento, cambios en el comportamiento y pérdida de memoria. Esta enfermedad, el mal de Hungtinton, que a la fecha no tiene cura, impacta profundamente la vida de quienes la padecen y de sus familias, pero estos nuevos datos traen un rayo de esperanza. Esta es una afección rara del cerebro que se hereda, debido a un gene defectuoso. El gene en cuestión es el gene HTT el cual codifica la producción de una proteína llamada huntingtina. Este gene, está ubicado en el cromosoma 4, y presenta una región que es susceptible a tener un tipo de mutaciones llamadas mutación en tándem, que causa la repetición anormal de una secuencia específica de ADN, el trío de bases CAG, que se repite en bloques contiguos. En personas sanas, esta secuencia se repite entre 10 y 35 veces, pero en quienes tienen la enfermedad de Huntington, se repite 36 o más veces. Esta repetición excesiva produce una proteína huntingtina defectuosa que daña las células del cerebro, especialmente en áreas como el cuerpo estriado, lo que lleva a los síntomas de la enfermedad.   Este problema genético hace que las células del cerebro se dañen con el tiempo, afectando el cómo una persona se mueve, piensa y siente. Suele aparecer en adultos entre los 30 y 50 años, aunque puede presentarse tanto en etapas tempranas o después. En la actualidad esta enfermedad no tiene cura, y los síntomas empeoran progresivamente, impactando la calidad de vida.  La cantidad de repeticiones además lleva a casos más graves de la enfermedad y la aparición de la misma tempranamente. Los síntomas principales se dividen en tres tipos: motores, cognitivos y emocionales. Los síntomas motores incluyen movimientos involuntarios, como temblores o sacudidas, estos movimientos se conocen como corea, por lo que la enfermedad también se conoce como Corea de Hungtinton.  Además presenta dificultad para caminar, hablar o tragar. Estos problemas hacen que tareas diarias, como comer o vestirse, sean cada vez más difíciles. Los síntomas cognitivos afectan la memoria, la concentración y la capacidad para tomar decisiones. Las personas pueden olvidar cosas, tener problemas para organizarse o pensar con claridad.  En el lado emocional, la enfermedad puede causar cambios de humor, depresión, ansiedad o irritabilidad. Algunas personas se vuelven más impulsivas o tienen dificultades para controlar sus emociones. Estos síntomas no solo afectan a quien padece la enfermedad, sino también a sus familias, ya que puede ser duro convivir con estos cambios. La enfermedad avanza con el tiempo, y los síntomas se agravan, lo que puede llevar a la necesidad de cuidados constantes. Aunque no hay tratamientos para detenerla, algunos medicamentos y terapias ayudan a manejar los síntomas. Investigaciones, como la de uniQure con AMT-130, están mostrando avances prometedores para ralentizar su progreso, dando esperanza a pacientes y familias. El estudio, que es un pequeño ensayo clínico realizado en 29 personas, a las que se le aplicó la terapia génica AMT-130, logró reducir el avance de la enfermedad en un impresionante 75% después de 36 meses, según una prueba clave llamada cUHDRS, por sus siglas en inglés Escala de calificación unificada compuesta para la enfermedad de Huntington, comparada con un grupo de 1600 personas que no recibió el tratamiento. Además, en otra medida importante: (TFC), siglas de Capacidad Funcional Total, que es una escala utilizada para evaluar el nivel de independencia y funcionamiento en personas con la enfermedad de Huntington, en este caso se observó una reducción del 60% en el deterioro. Los investigadores también encontraron que un marcador en el líquido cerebral, conocido como NfL, se observó un 8.2% menos de esta proteína que indica daño neuronal. El tratamiento, que usa un virus para llevar un microARN al cerebro y bloquear así la producción de la proteína huntingtina defectuosa.  Esto se administra mediante cirugía cerebral y aunque hubo pocos efectos secundarios graves, el procedimiento es complejo y el costo del tratamiento podría ser alto, de momento similar a otras terapias génicas, alrededor de $2 millones. uniQure planea buscar la aprobación de la FDA en 2026. A pesar de los resultados prometedores, el estudio es pequeño y aún no está publicado en una revista revisada por pares, lo que genera cierta cautela. Los resultados sugieren que el tratamiento no solo frena la enfermedad, sino que podría estar ayudando al cerebro a estabilizarse. Estos resultados son históricos, ya que es la primera vez que un tratamiento muestra un impacto tan claro en ralentizar esta enfermedad devastadora. En cuanto a la seguridad, el medicamento fue bien tolerado. Los efectos secundarios, que fueron pocos, estuvieron relacionados principalmente con el procedimiento quirúrgico necesario para administrar el tratamiento. Todos estos efectos se resolvieron sin problemas, y desde 2022 no se han reportado nuevas complicaciones. Esto es una gran noticia, ya que demuestra que AMT-130 no solo es efectivo, sino también seguro para los pacientes. Walid Abi-Saab, médico jefe de uniQure, expresó su entusiasmo: "Estamos muy emocionados por estos resultados y por lo que significan para las personas y familias afectadas por la enfermedad de Huntington". Por su parte, Sarah Tabrizi, una reconocida profesora de neurología, añadió: "Estos datos son los más convincentes hasta ahora y muestran que este tratamiento tiene el potencial de cambiar el curso de la enfermedad". Estas palabras reflejan la importancia de este avance y el impacto que podría tener en la comunidad. Esta noticia permite mantener la esperanza viva para los pacientes con esta enfermedad. La investigación está avanzando, y con el apoyo de todos, podemos seguir difundiendo estas noticias que nos acercan a un futuro mejor para quienes viven con Huntington.  Igualmente el ensayo menciona que los pacientes aún pierden neuronas, lo que sugiere que el tratamiento podría ser más efectivo en etapas tempranas. La mención del alto costo y la complejidad de la cirugía plantea preguntas sobre la accesibilidad futura.  Fuente:  Kaiser J.  (2025). In a first, a gene therapy seems to slow Huntington disease. Small study suggests uniQure drug could be first successful treatment for devastating brain disorder.  Science.  Disponible en: https://www.science.org/content/article/first-gene-therapy-seems-slow-huntington-disease   Música del capítulo The Lively Ones - Surf Rider Regnum Umbrae - You Stepped Into a Dream
Desde tiempos remotos, la humanidad ha sentido fascinación por los vestigios y las huellas que dejaron los seres que habitaron en un pasado profundo. Restos óseos petrificados, huellas impresas en roca o conchas marinas que se podían encontrar en las montañas fueron, durante siglos, interpretados como huellas de gigantes, dragones o señales divinas. En las civilizaciones antiguas, como la china o la griega, los fósiles no eran comprendidos como testimonios de organismos extintos, sino como curiosidades de la naturaleza o recursos con usos prácticos y simbólicos. Sin embargo, esos mismos restos sembraron preguntas fundamentales sobre los orígenes y transformaciones de la vida. Con la Grecia clásica surgieron las primeras reflexiones racionales: Jenófanes hacia el siglo VI A.C. observó conchas marinas en lo alto de montañas y dedujo que esas regiones habían estado cubiertas por el mar, abriendo de esta manera el paso a una visión más científica. Ya para el Renacimiento, pensadores como Leonardo da Vinci señalaron con claridad que los fósiles eran restos de organismos vivos, anticipando con ello la consolidación de la paleontología como disciplina. Pero el giro decisivo ocurrió en los siglos XVII y XVIII, con el médico y anatomista danés Niels Stensen y el científico francés Georges Cuvier, quienes establecieron los principios estratigráficos y demostraron la realidad de la extinción, transformando así a los fósiles, en evidencias para reconstruir la historia de la vida en la tierra. A lo largo del siglo XIX, el descubrimiento sistemático de dinosaurios y la expansión del registro fósil coincidieron con el auge de las teorías sobre evolución, especialmente la propuesta de Charles Darwin, que señaló que las transformaciones biológicas eran en realidad procesos históricos. En el siglo XX, la paleontología se integró a la síntesis evolutiva moderna, incorporando a otras disciplinas como la genética, la ecología y la biología del desarrollo para explicar fenómenos de macroevolución y las extinciones masivas. Finalmente, ya en el siglo XXI, esta ciencia se ha convertido en una ciencia interdisciplinaria que colabora con la biología molecular, la geología, la informática y más recientemente la inteligencia artificial, revelando que los fósiles no son solo huellas del pasado, sino que son en realidad claves para comprender el presente y anticipar el futuro de la vida en la Tierra. Nuestro viaje de hoy nos lleva hasta la antigüedad para acompañar a la paleontología desde su génesis, hasta la actualidad, explorando de cerca su síntesis histórica y su transformación en una disciplina completa en el campo de la ciencia Música del capítulo SabaNeverland - Jurassic Park (Epic Orchestra Mix) Ambient Cinematics - The Most Peaceful DUNE Music You've Never Heard The Legend of Renegade II - Blue Öyster Cult - Don't Fear The Reaper (Sega Genesis Remix) Blue Öyster Cult - Godzilla Enlaces Alden A. (2018). Steno's Laws or Principles. Thought Co. Disponible en: https://www.thoughtco.com/stenos-laws-or-principles-1440787 Aldrovandi, U. (1642). Monstrorum historia, cum paralipomenis historiae omnium animalium. Nicolai Tebaldini. Disponible en: https://archive.org/details/vlyssisaldrouan00aldra Alonso A. (2025). La guerra de los huesos: la apasionante y a menudo turbia historia de la paleontología. Muy Interesante. 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Durante mucho tiempo, se creyó que el citoesqueleto era una característica exclusiva de las células eucariotas, las fibras que lo constituyen son las responsables de dar forma, sostén y permitir la organización interna a estructuras complejas como el núcleo, las mitocondrias y el aparato de Golgi. En contraste, las células procariotas, es decir las bacterias y arqueas, fueron vistas durante décadas como entidades simples, carentes de compartimentos internos definidos y con una organización estructural aparentemente rudimentaria. Sin embargo, en las últimas décadas, este paradigma ha cambiado de manera radical. Gracias a los avances en la microscopía y la biología molecular, hoy sabemos que los procariotas también poseen un citoesqueleto, aunque más sencillo y diverso, que cumple funciones esenciales para su vida. El citoesqueleto procariota está formado por filamentos proteicos que recuerdan, tanto en estructura como en función, a las proteínas del citoesqueleto eucariota. Entre los ejemplos más conocidos están la proteína FtsZ, que forma anillos en el sitio de división celular y es homóloga a la tubulina eucariota, y la proteína MreB, que se asemeja a la proteína de eucariotas actina y que contribuye a mantener la forma alargada de muchas bacterias. También existe la proteína Crescentina, que curva la célula y permite morfologías especializadas en ciertos tipos bacterianos. Estas proteínas no solo determinan la forma celular, sino que participan activamente en procesos vitales como la segregación del material genético, el posicionamiento de plásmidos, la localización de proteínas de membrana y la coordinación celular durante de la división celular. Aunque los organismos que pertenecen al grupo de las Bacteria y Archaea son procariotas, ambos presentan diferencias fundamentales que son el reflejo de historias evolutivas separadas y muy distintas. Sus membranas celulares difieren en la composición química. También difieren en las estructuras de sus paredes celulares, pero lo más importante y que es el criterio que las separa, son las diferencias que existen en la maquinaria genética y los mecanismos de transcripción y traducción, siendo estos últimos más parecidos a los de los eucariotas en las arqueas. Estas distinciones explican por qué ambos dominios desarrollaron componentes citoesqueléticos distintos y adaptados a sus entornos particulares. En arqueas, aunque el estudio del esqueleto celular ha sido más reciente y limitado, se han identificado proteínas homólogas a las actinas y tubulinas, eucariotas, además de otras proteína exclusivas de este dominio, lo cual sugiere una diversidad todavía poco explorada. Destacan entre ellos nuestros protagonistas el día de hoy, un grupo conocido como Asgardarchaeota, o arqueas asgardianas, cuyas proteínas del citoesqueleto muestran especialmente un gran parecido con las proteínas eucariotas, lo que aporta pistas sobre el posible origen evolutivo de las células complejas. Así, el citoesqueleto procariota, lejos de ser un hallazgo anecdótico, representa una revolución en nuestra comprensión de estas diminutas células. Un estudio reciente descubrió que algunas arqueas del grupo de las arqueas asgardianas poseen genes que codifican tubulinas especiales llamadas AtubA y AtubB, muy parecidas a las tubulinas α/β de los eucariotas. Estos hallazgos indican que los microtúbulos podrían haber aparecido antes del origen de los eucariotas y que las arqueas asgardianas representan un vínculo evolutivo clave para comprender cómo surgieron estas complejas estructuras celulares. En nuestro viaje de hoy activaremos las función de hyperreducción, lo que nos permitirá dar una mirada al mundo nanoscópico de las fibras del esquleto en las arqueas asgardianas y tratar de comprender el significado de estos descubrimientos en el contexto del tema de la evolución de la vida y concretamente del linaje eucariota en nuestro planeta Artículo original Wollweber, F., Xu, J., Ponce-Toledo, R. I., Marxer, F., Rodrigues-Oliveira, T., Pössnecker, A., Luo, Z. H., Malit, J. J. L., Kokhanovska, A., Wieczorek, M., Schleper, C., & Pilhofer, M. (2025). Microtubules in Asgard archaea. Cell, 188(9), 2451–2464.e26. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.cell.2025.02.027 Música del capítulo Scott Buckley - This Too Shall Pass Symbology Cinematics - Leto in Caladan - Deep DUNE Ambient Music All Eight Bits - Don't Worry, Be Happy 8 Bits Remix Bobby McFerrin - Don't Worry, Be Happy Enlaces Erickson H. P. (2007). Evolution of the cytoskeleton. 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Era un caluroso día de verano, en el que había un lago brillante bajo el sol del Plioceno, hace unos 3 y medio millones de años en lo que hoy es el árido desierto del Djurab, Chad. En sus orillas rodeado de juncos altos y cocodrilos al acecho, un pequeños homínido olvidado alli murió y dejó su marca, este individuo, que se ha clasificado como perteneciente a la especie Australopithecus bahrelghazali, y apodado "Abel", cuenta una historia de adaptación, supervivencia y un mundo más grande de lo que creíamos. En 1995, la expedición Franco-Tchadiense, liderada por el paleontólogo francés Michel Brunet, realizó una prospección de formaciones geológicas del plioceno y pleistoceno en la provincia de Borkou-Ennedi-Tibesti, al norte de Chad, se descubrieron 17 nuevos sitios fosilíferos en la región de Bahr el Ghazal, cerca de Koro Toro. Este yacimiento denominado KT12 está ubicado a unos 2500 km del Valle del Rift. Estos fósiles, datados con en poco más de 3.5 millones de años, rompieron el molde: los Australopithecus no estaban solo en África Oriental, sino también en el corazón del África Central. La mandíbula de Abel, muestra una anatomía distinta, aunque también lo suficientemente cercana a la otra especie contemporánea; A. afarensis. Esto generó un debate taxonómico sobre si ¿es una especie única o una variante regional? Su esmalte dental grueso y su morfología sugieren una dieta flexible, dominada por juncos y otras plantas C4, que Abel probablemente recolectaba en un entorno lacustre de humedales, lagos y pastizales, un mosaico ecológico que lo diferenciaba de sus primos orientales. El descubrimiento de Abel, es una evidencia ia favor de la predicción de Darwin sobre el origen de nuestra especie en África, puesto que evidencian la presencia de homínidos en África durante el Mio-Plioceno, apoyando la idea de un origen africano para la humanidad. Nuestro viaje de hoy nos llevará hacia el pasado remoto, al centro de África, hace unos 3 y medio millones de años, en donde revisaremos de cerca las características de esta especie y analizaremos la validez de la propuesta taxonómica y sus implicaciones para el entendimiento del origen de nuestro linaje, el linaje humano. Música del capítulo ScottBuckley - Signal To Noise Modest Mouse - Australopithecus Music For - Tribal Beats - Shaman Dance - Unleash your Primal Self Music For - INDIAN FLUTE MUSIC for Yoga and Meditation CHIPTUNE MUSIC - Level 42 - Lesson In Love - Chiptune Cover, 8 Bits Level 42 - Something About You Enlaces Brunet , M., Beauvilain, A., Coppens, Y. et al. (1995). The first australopithecine 2,500 kilometres west of the Rift Valley (Chad). Nature 378, 273–275. Disponible en: https://doi.org/10.1038/378273a0 Brunet, M., Guy, F., Pilbeam, D.R., Mackaye, H.T., Likius, A., Ahounta, D., Beauvilain, A., Blondel, C., Bocherens, H., Boisserie, J., Bonis, L.D., Coppens, Y., Dejax, J., Denys, C., Duringer, P., Eisenmann, V., Fanone, G., Fronty, P., Geraads, D., Lehmann, T., Lihoreau, F., Louchart, A., Mahamat, A.H., Merceron, G., Mouchelin, G., Otero, O., Campomanes, P.P., León, M.P., Rage, J.C., Sapanet, M., Schuster, M., Sudre, J., Tassy, P., Valentin, X., Vignaud, P., Viriot, L., Zazzo, A., & Zollikofer, C.P. (2002). A new hominid from the Upper Miocene of Chad, Central Africa. Nature, 418, 145-151. Disponible en: https://doc.rero.ch/record/13388/files/PAL_E190.pdf Brunet M. (2010). Two new Mio-Pliocene Chadian hominids enlighten Charles Darwin's 1871 prediction. Philosophical transactions of the Royal Society of London. Series B, Biological sciences, 365(1556), 3315–3321. 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En la antigua Grecia, alrededor del siglo V a.C., la medicina estaba profundamente entrelazada con la religión, la superstición y la observación empírica limitada. Las enfermedades eran consideradas castigos divinos o resultados de la intervención de espíritus y deidades. Los tratamientos más comunes incluían rituales, ofrendas a los dioses, purgas, sangrías y el uso de amuletos. En medio de este contexto, en la isla de Cos, surgió un médico que cambiaría la historia de la medicina para siempre: Hipócrates. Reconocido como el “Padre de la Medicina”, Hipócrates promovió la idea revolucionaria de que las enfermedades tenían causas naturales y que la observación, la razón y la ética debían guiar la práctica médica. Hipócrates y su escuela introdujeron el concepto de enfermedad como un fenómeno natural, gobernado por leyes observables del cuerpo humano y del entorno. Esta perspectiva marcó un antes y un después en la medicina, separando el arte de curar de la magia y el mito. Se promovía la observación minuciosa de los pacientes, el registro de los síntomas y la búsqueda de tratamientos que respetaran la integridad del cuerpo. En este marco, surgió lo que hoy conocemos como el Juramento Hipocrático, un conjunto de principios éticos que guiaría a los médicos a lo largo de los siglos. Aunque no existe certeza absoluta de que Hipócrates haya redactado personalmente el juramento, se le atribuye su autoría dentro del Corpus Hipocrático, una colección de textos médicos y filosóficos que incluían enseñanzas sobre diagnóstico, tratamiento, ética y conducta profesional. El juramento, en sus versiones más antiguas, establece compromisos fundamentales: actuar por el bienestar del paciente, no causar daño deliberadamente, mantener la confidencialidad y transmitir los conocimientos médicos a la siguiente generación. Estas ideas formaron la base de la ética médica y, con el tiempo, se convirtieron en un símbolo universal de la responsabilidad profesional. Durante la Edad Media, la medicina europea estuvo profundamente influenciada por la Iglesia y el pensamiento religioso. En este periodo, el Juramento Hipocrático sufrió modificaciones para adaptarse a los valores cristianos predominantes. Se incorporaron referencias explícitas a Dios, se reforzó la idea del servicio desinteresado y se promovió la humildad y la obediencia a principios morales y espirituales. Aunque estas adaptaciones modificaban algunos aspectos de la versión original, el núcleo ético permanecía: el médico debía actuar con responsabilidad, dedicación y respeto por la vida. En paralelo, se preservaron y transmitieron los textos hipocráticos en monasterios y escuelas de medicina surgidas en torno a la Iglesia. Los monjes y eruditos copiaban cuidadosamente los manuscritos y los estudiaban, asegurando que el conocimiento médico antiguo no se perdiera. Esta labor de conservación fue crucial, ya que permitió que los textos de Hipócrates y otros autores griegos y romanos sobrevivieran hasta el Renacimiento. El Renacimiento supuso un cambio radical en la aproximación a la ciencia y la medicina. El interés por los textos clásicos griegos y romanos llevó a médicos, filósofos y académicos a redescubrir las enseñanzas de Hipócrates, Galeno y otros pensadores antiguos. La imprenta permitió la reproducción masiva de los textos, democratizando el acceso al conocimiento médico. En este contexto, el Juramento Hipocrático fue incorporado de nuevo en las universidades europeas, aunque adaptado a los valores humanistas y a la visión científica emergente. Durante esta época, se promovió la idea de que el médico debía estudiar al paciente en su totalidad: cuerpo, mente y entorno social. Se enfatizó la importancia de la observación directa, la recopilación de casos clínicos y la transmisión del conocimiento a los estudiantes de medicina. El juramento se convirtió en un recordatorio constante de que la práctica médica debía estar guiada por principios éticos, sin perder de vista la humanidad de quienes buscaban ayuda. Con el advenimiento de la medicina moderna, la ética hipocrática se enfrentó a nuevos desafíos. La creciente especialización médica, la investigación científica y los avances tecnológicos transformaron la práctica clínica. La medicina dejó de ser un arte limitado a la experiencia empírica para convertirse en una ciencia basada en evidencia. Sin embargo, la necesidad de un marco ético sólido continuaba siendo indispensable. Durante el siglo XIX, se realizaron múltiples intentos de reformulación del Juramento Hipocrático, con el objetivo de adaptarlo a los nuevos contextos científicos y sociales. Universidades en Europa y América comenzaron a exigir que los graduados en medicina pronunciaran un juramento inspirado en Hipócrates, enfatizando la responsabilidad profesional, la confidencialidad y el respeto por la vida humana. Estos cambios aseguraron que, a pesar de la complejidad creciente de la medicina, los principios fundamentales del juramento siguieran vigentes. Tras las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, la comunidad médica internacional reconoció la necesidad de actualizar los códigos éticos tradicionales. Los juicios de Núremberg revelaron que médicos habían participado en experimentos inhumanos y violaciones graves a los derechos humanos. En respuesta a todo esto, en el año 1948, la Asociación Médica Mundial adoptó la Declaración de Ginebra, un documento que reinterpretaba los principios del Juramento Hipocrático para la medicina moderna. La Declaración enfatizaba la dignidad del paciente, la igualdad en la atención médica y la obligación del médico de proteger la vida humana, independientemente de raza, religión o estatus social. Posteriormente, en 1964, el médico y farmacólogo estadounidense Louis Lasagna redactó una versión moderna del Juramento Hipocrático que empezó a utilizarse en facultades de medicina de habla inglesa. Esta versión incorporaba la autonomía del paciente, la necesidad de basar las decisiones médicas en evidencia científica y el compromiso del médico con la actualización constante de sus conocimientos. La esencia del juramento —actuar con integridad, no causar daño y servir a la humanidad— permanecía intacta, demostrando la perdurabilidad de los principios de Hipócrates. Más allá de su función práctica, el Juramento Hipocrático se convirtió en un símbolo de la ética médica y de la responsabilidad profesional. Su pronunciación en ceremonias de graduación de medicina es un rito que conecta a los médicos contemporáneos con siglos de tradición. Cada palabra del juramento refleja un compromiso profundo con la vida, la ciencia y la sociedad. El juramento también ha influido en debates sobre bioética, investigación médica y derechos del paciente. Conceptos como la confidencialidad, la no maleficencia, la beneficencia y la justicia encuentran en Hipócrates su origen conceptual. Incluso en contextos donde se han desarrollado códigos éticos alternativos, como la Declaración de Helsinki o las guías de ética clínica moderna, se reconoce la influencia del juramento original. A lo largo de los siglos, el Juramento Hipocrático ha estado vinculado a diversas historias y anécdotas que muestran su impacto cultural. Por ejemplo, se cuenta que, en muchas universidades europeas del siglo XIX, los estudiantes de medicina debían pronunciar el juramento ante una imagen de Hipócrates, mientras sosteniendo instrumentos médicos simbólicos. Esta ceremonia servía no solo para formalizar el compromiso ético, sino también para reforzar la identidad profesional y la conexión con la historia de la medicina. Otra curiosidad es que el juramento ha sido objeto de interpretaciones y adaptaciones en distintas culturas. En algunos países, se incluyeron referencias a principios religiosos locales, mientras que en otros se enfatizó la importancia de la igualdad social y el acceso universal a la salud. Esta flexibilidad ha permitido que el juramento sobreviva y permanezca vigente, adaptándose a contextos históricos y sociales cambiantes. En el siglo XXI, el Juramento Hipocrático sigue siendo relevante, aunque los desafíos médicos se han transformado. La medicina moderna enfrenta dilemas complejos: investigación genética, inteligencia artificial en diagnóstico, decisiones sobre final de vida y pandemias globales. Aun así, los principios esenciales del juramento —integridad, compromiso con la vida y respeto por el paciente— proporcionan un marco ético sólido que guía la práctica médica en estos contextos. Graduados de medicina de todo el mundo continúan pronunciando versiones adaptadas del juramento. En algunos casos, estas versiones incluyen compromisos explícitos con la sostenibilidad ambiental, la justicia social y la colaboración internacional, mostrando que la esencia del juramento puede coexistir con los valores contemporáneos. El Juramento Hipocrático ha sobrevivido varios milenios, desde la Grecia antigua hasta el presente, porque encarna principios universales que trascienden el tiempo, la geografía y la cultura. Su historia no solo refleja la evolución de la medicina como ciencia, sino también la construcción de la ética profesional y la responsabilidad social de los médicos. Desde sus raíces en la isla de Cos, pasando por adaptaciones medievales y humanistas, hasta las versiones modernas en facultades de medicina de todo el mundo, el juramento sigue siendo un faro que guía a quienes se dedican a cuidar la vida humana. En un mundo donde la tecnología y la ciencia avanzan a un ritmo vertiginoso, recordar las enseñanzas de Hipócrates resulta fundamental. La medicina no solo requiere conocimiento y habilidad técnica, sino también integridad, empatía y un compromiso ético profundo. Por ello, el Juramento Hipocrático permanece vivo: no solo como un texto histórico, sino como un pacto que une a generaciones de médicos alrededor del mundo en un objetivo común: preservar la vida, aliviar el sufrimiento y servir a la humanidad con honor y resp
La fascinación humana por el origen y la complejidad de la vida nos ha llevado, como especie consciente de sí misma, a la formulación de diversas explicaciones a lo largo de la historia. Una de éstas ideas es la del “diseño inteligente” ha tenido un papel destacado, especialmente en debates donde ciencia, filosofía y religión se entrelazan. Esta propuesta sostiene que ciertas características de los organismos vivos, en particular la estructura y función del ADN, son tan complejas y específicas, que no podrían ser resultado exclusivo de procesos naturales aleatorios, sino que más bien, reflejarían la intervención de una inteligencia, detrás de todo. El ADN, como portador de la información genética, es entendido como uno de los sistemas más complejos y eficientes en la naturaleza. Su estructura en doble hélice y su código, que dictan la síntesis de proteínas esenciales para la vida, han inspirado no solo importantes avances y descubrimientos científicos, sino también reflexiones sobre la posibilidad de la existencia de un “mensaje oculto” o un “plan” detrás de la vida misma. Estas ideas, sin embargo, generan polémica porque plantean preguntas que van más allá de la explicación convencional científica, basada en el entendimiento del proceso evolutivo, especialmente a través el mecanismo de la selección natural. Este concepto del diseño inteligente no es nuevo. Sus raíces se encuentran en tradiciones filosóficas y teológicas antiguas, que sostenían que el orden y propósito observados en la naturaleza evidencian la existencia de un diseñador. Uno de los ejemplos más conocidos es la metáfora del relojero, propuesta por el filósofo y teólogo británico William Paley en el S XVIII, quien comparaba la complejidad de un reloj con la de los organismos vivos, argumentando que ambos requieren un creador. Esta visión fue ampliamente aceptada hasta que la teoría de la evolución derivada de las ideas de Darwin ofreció una explicación naturalista y gradual para la diversidad y complejidad biológica. En las últimas décadas, sin embargo, el diseño inteligente ha resurgido con una nueva formulación, que intenta presentarse como una hipótesis científica y no solo filosófica o religiosa. Este movimiento sostiene que ciertas estructuras biológicas, como algunas regiones del ADN y de las células, exhiben un tipo de “complejidad irreducible” o presentan patrones de “complejidad especificada” que, según sus defensores, no pueden explicarse completamente por mecanismos evolutivos conocidos. En este contexto, algunos investigadores han explorado la posibilidad de que el ADN contenga patrones matemáticos o símbolos que podrían interpretarse como una señal de un diseño deliberado. Un caso particular es la hipótesis propuesta en 2013 por Vladimir Shcherbak y Maxim Makukov, quienes sugirieron que el código genético posee simetrías y patrones numéricos tan específicos que podrían ser considerados como parte de un mensaje artificial, una “firma” codificada, como un mensaje incrustado por una inteligencia avanzada en tiempos remotos. Esta propuesta se conecta con la tradición de buscar señales de inteligencia en el universo, como en el programa SETI, pero trasladada al nivel molecular de la vida terrestre. No obstante, estas ideas han sido objeto de numerosas críticas. Desde la comunidad científica se señala que muchas de las supuestas señales pueden ser explicadas por procesos naturales o podrían resultar de sesgos estadísticos y de interpretación. Además, la hipótesis del diseño inteligente carece de un marco metodológico claro que permita su verificación o falsificación, un requisito fundamental para que una teoría sea considerada científica. Por otro lado, existen preocupaciones sobre la influencia que estas ideas pueden tener en la educación y la percepción pública de la ciencia. Nuestro viaje de hoy buscará ofrecer un análisis de este diseño inteligente aplicado al ADN, desde sus orígenes filosóficos hasta la propuesta contemporánea de Shcherbak y Makukov, pasando por las controversias que genera. Intentaremos entender cómo estas ideas desafían y enriquecen el debate sobre el origen y la complejidad de la vida, invitando a reflexionar sobre los límites entre ciencia, filosofía y las creencias personales. Música del capítulo Atom Music Audio - Stellarium (Extended version) | Awe-inspiring Soundtrack AMBIENT CIVILIZATION - RED GIANT - Epic Space Journey Ambient Music 8-Bit Misfits - Tool – Schism (8 bits) Klaatu - Calling Occupants of Interplanetary Craft Enlaces Avise.J.C. (2010). Footprints of nonsentient design inside the human genome, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 107 (supplement_2) 8969-8976. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.0914609107 Chandra B., Tazid A. (2023) Algebraic structures and distance based analysis of genetic code. Network Biology. (13)1 pp:17 – 36. Disponible en: http://www.iaees.org/publications/journals/nb/articles/2023-13(1)/algebraic-structures-and-distance-analysis-of-genetic-code.pdf Decker M.D. (2005). Why Intelligent Design Isn't Intelligent. Cell Biology Education (4)2. p121-122. Disponible en: https://www.lifescied.org/doi/epdf/10.1187/cbe.05-02-0071 Fontecilla-Campos J.C. (2023) Reflections on the Origin and Early Evolution of the Genetic Code. 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Este episodio fue borrado por Spotify, por lo que procedo a resubirlo. Australopithecus afarensis es una de las especies de homininos más relevantes para comprender la evolución temprana del linaje humano, esta vivió entre aproximadamente entre 3,9 y 2,9 millones de años atrás, en lo que hoy corresponde a las regiones de Etiopía, Tanzania y Kenia. La diversidad de los fósiles de Australopithecus afarensis proporciona una comprensión integral de esta especie, se han encontrado restos de individuos de diferentes edades, sexos y estados de conservación, lo que permite a los científicos reconstruir su biología y comportamiento de manera más precisa. Esta diversidad no solo permite observar variaciones dentro de la especie, sino que también revela la complejidad de su adaptación al entorno. Cada fósil descubierto aporta evidencia valiosa sobre su locomoción, dieta y posible comportamiento social, contribuyendo al entendimiento de su papel crucial en la evolución humana. Estos hallazgos colectivos son fundamentales para trazar la transición de los homínidos hacia características más avanzadas que definirían el camino de los humanos posteriores. La posición de Australopithecus afarensis en el árbol evolutivo es fundamental, ya que ésta representa un estadio transicional entre formas más primitivas de Australopithecus y los primeros representantes del género Homo. Una combinación única de rasgos derivados —como la bipedestación— y características aún primitivas —como la morfología craneofacial y adaptaciones arbóreas—, A. afarensis permite reconstruir los procesos de diversificación morfológica y ecológica. Esta especie ya que caminaba erguida, aunque aún conservaba adaptaciones para la vida arbórea, como brazos relativamente largos y dedos curvados. Su talla era pequeña, con los machos alcanzando alrededor de 1,5 metros de altura, mientras que las hembras eran más pequeñas. En cuanto a su cerebro, tenía un volumen similar al de los chimpancés, lo que sugiere limitaciones cognitivas en comparación con especies posteriores. Su dentadura indica una dieta omnívora, adaptada a un entorno variable que incluía tanto vegetales como pequeños animales, lo que destaca su flexibilidad ecológica Conocer a Australopithecus afarensis nos permitirá entrar en un momento crucial en la historia de la evolución humana, donde las primeras huellas de lo que hoy somos empiezan a tomar forma. A través del viaje de hoy, buscaremos entender no solo sus características físicas, ecológicas y de comportamiento, sino también cómo su legado sigue influyendo en el camino que hemos seguido desde ellos hasta nuestra propia especie, la especie humana." Música del capítulo Jack Stone-Morgan & Daniel Garavini - Pandora Journey - Leap Beyond Faith + Paramount Vijay Super - Relaxing Drum Music from Best Relaxing Music (instrumental background) Buddha's Lounge - Grounded - Healing Mood Dire Straits - 8 Bit Universe - Money For Nothing - 8 Bit The Knack - 8 Bit Universe My Sharona - 8 Bit Kix – Don´t close your eyes Enlaces Arias-Martorell, J.; Potau, J. M.; Bello-Hellegouarch, G.; Pérez-Pérez, A. (2015). "Like Father, Like Son: Assessment of the Morphological Affinities of A.L. 288–1 (A. afarensis), Sts 7 (A. africanus) and Omo 119–73–2718 (Australopithecus sp.) through a Three-Dimensional Shape Analysis of the Shoulder Joint". PLOS ONE. 10 (2): e0117408. Disponible en: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0117408 W.A. Barr, B. Pobiner, J. Rowan, A. Du, & J.T. Faith. (2022) No sustained increase in zooarchaeological evidence for carnivory after the appearance of Homo erectus, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 119 (5) e2115540119. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.2115540119. Boaz, N.T. (1988), Status of Australopithecus afarensis. Am. J. Phys. Anthropol., 31: 85-113. Disponible en: https://doi.org/10.1002/ajpa.1330310506 Carbonell-Roura E. 2013. Evolución de los homininos. Índice Histórico Español, ISSN 0537-3522, Nº. 126,págs. 207-232. Disponible en: https://revistes.ub.edu/index.php/IHE/article/download/11555/14424/20384 Cela-Conde, C. J.; Ayala, F. J. (2003). "Genera of the human lineage". Proceedings of the National Academy of Sciences. 100 (13): 7684–7689. Disponible en: https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.0832372100 Domínguez-Rodrigo, M., Pickering, T. R., & Bunn, H. T. (2010). Configurational approach to identifying the earliest hominin butchers. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 107(49), 20929–20934. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1013711107 Ferguson W.W. (1999). «Taxonomic status of the skull A.L.444-2 from the Pliocene of Hadar, Ethiopia» Palaeont. afr. (en inglés) 35: 119-129. Disponible en: https://wiredspace.wits.ac.za/server/api/core/bitstreams/7e411c1d-da5c-45c6-971a-70955a6c8f8f/content Haile-Selassie Y.,Latimer B.M. ,Alene M. ,Deino A.L. ,Gibert L. ,Melillo S.M.,Saylor B.Z.,Scott G.R.& Lovejoy C.O. (2010) An early Australopithecus afarensis postcranium from Woranso-Mille, Ethiopia, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 107 (27) 12121-12126, Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1004527107. Hanon, R., Val, A., Sambo, R. et al. Butchery activities associated with Member 5 at Sterkfontein, South Africa. Archaeol Anthropol Sci 17, 49 (2025). Disponible en: https://doi.org/10.1007/s12520-024-02135-w Harmand, S., Lewis, J., Feibel, C. et al. (2015) 3.3-million-year-old stone tools from Lomekwi 3, West Turkana, Kenya. Nature 521, 310–315. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/277004244_33-million-year-old_stone_tools_from_Lomekwi_3_West_Turkana_Kenya Hatala, K. G.; Demes, B.; Richmond, B. G. (2016). "Laetoli footprints reveal bipedal gait biomechanics different from those of modern humans and chimpanzees". Proceedings of the Royal Society B. 283 (1836): 20160235. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5013756/pdf/rspb20160235.pdf Johanson, Donald C.; White, Tim D.; Coppens, Yves (1978). "A New Species of the Genus Australopithecus (Primates: Hominidae) from the Pliocene of Eastern Africa". Kirtlandia. 28: 1–14. Disponible en: https://www.biodiversitylibrary.org/page/51811016#page/393/mode/1up JOHANSON D. 2017. — The paleoanthropology of Hadar, Ethiopia. Comptes Rendus Palevol 16 (2): 140-154. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.crpv.2016.10.005 Kimbel, W. H., & Rak, Y. (2010). The cranial base of Australopithecus afarensis: new insights from the female skull. Philosophical transactions of the Royal Society of London. Series B, Biological sciences, 365(1556), 3365–3376. Disponible en: https://doi.org/10.1098/rstb.2010.0070 Kimbel, W.H. & Delezene, L.K. (2009), “Lucy” redux: A review of research on Australopithecus afarensis. Am. J. Phys. Anthropol., 140: 2-48. Disponible en: https://doi.org/10.1002/ajpa.21183 Leakey, MD; Hay, RL; Curtis, GH; Drake, RE; Jackes, MK; White, TD. (1976) "Fossil Hominids From Laetolil Beds." Nature 262(5568): 460-466. Disponible en: https://deepblue.lib.umich.edu/handle/2027.42/62755 Masao, F. T.; Ichumbaki, E. B.; Cherin, M.; et al. (2016). "New footprints from Laetoli (Tanzania) provide evidence for marked body size variation in early hominins". eLife. 5: e19568. Disponible en: https://elifesciences.org/articles/19568 McNutt, E.J., Hatala, K.G., Miller, C. et al. (2021) Footprint evidence of early hominin locomotor diversity at Laetoli, Tanzania. Nature 600, 468–471 . Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41586-021-04187-7 McPherron, S., Alemseged, Z., Marean, C. et al. (2010) Evidence for stone-tool-assisted consumption of animal tissues before 3.39 million years ago at Dikika, Ethiopia. Nature 466, 857–860. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/283496176_Evidence_for_Stone-Tool-Assisted_Consumption_of_Animal_Tissues_before_339_million_years_ago_at_Dikika_Ethiopia §enyurek, M., 1955, A note on the teeth of Meganthropus africanus Weinert from Tanganyika Territory, Belleten (Ankara), 19: 1-54. Disponible en: https://dergipark.org.tr/en/download/article-file/3073273 Rak, Y., Ginzburg, A., & Geffen, E. (2007). Gorilla-like anatomy on Australopithecus afarensis mandibles suggests Au. afarensis link to robust australopiths. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 104(16), 6568–6572. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.0606454104 Reno, P. L., Meindl, R. S., McCollum, M. A., & Lovejoy, C. O. (2003). Sexual dimorphism in Australopithecus afarensis was similar to that of modern humans. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 100(16), 9404–9409. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1133180100 Ward, C. V., Plavcan, J. M., & Manthi, F. K. (2010). Anterior dental evolution in the Australopithecus anamensis-afarensis lineage. Philosophical transactions of the Royal Society of London. Series B, Biological sciences, 365(1556), 3333–3344. Disponible en: https://doi.org/10.1098/rstb.2010.0039 Ward, C. V. & Hammond, A. S. (2016) Australopithecus and Kin. Nature Education Knowledge 7(3):1 Disponible en: https://www.nature.com/scitable/knowledge/library/australopithecus-and-kin-145077614/ Wynn, J. G.; Sponheimer, M.; Kimbel, W. H.; et al. (2013). "Diet of Australopithecus afarensis from the Pliocene Hadar Formation, Ethiopia". Proceedings of the National Academy of Sciences. 110 (26): 10495–10500. Disponible en: https://www.pnas.org/doi/epdf/10.1073/pnas.1222559110 Wood, Bernard; K. Boyle, Eve (January 2016). "Hominin taxic diversity: Fact or fantasy?: HOMININ TAXIC DIVERSITY". American Journal of Physical Anthropology. 159 (Suppl 61): 37–78. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/ajpa.22902
Hacia comienzos del siglo XX, el redescubrimiento de los principios de la herencia propuestos por Gregor Mendel generó un torbellino de ideas, dudas y discusiones. En ese contexto no todos los científicos aceptaron de inmediato que la herencia se transmitía a través de unidades discretas, lo que hoy llamamos genes, y existía confusión sobre cómo se podían aplicar esos conceptos a la observación real de los rasgos en plantas y animales. Es aquí que aparece nuestro personaje de hoy el biólogo y genetista inglés Reginald Crundall Punnett, uno de los primeros divulgadores de la ciencia. Reginald Punnett fue, pero sobre todo, un traductor de las ideas complejas de la herencia mendeliana hacia un lenguaje visual y más comprensible. Su mayor aporte, sin duda, fue la creación del "cuadro de Punnett", una herramienta fundamental que hasta hoy se enseña en escuelas y universidades de todo el mundo. Punnett ayudó a demostrar que los patrones de herencia mendeliana también se aplicaban a animales como las gallinas y las moscas. También participó activamente en la consolidación de la terminología genética moderna, incluyendo términos como alelo, heterocigoto y genotipo. Su trabajo en el campo de la genética, abarcó campos tan diversos como la determinación del sexo en animales, el determinismo genético de ciertos caracteres, y hasta la genética de poblaciones en un momento en el cual, este campo apenas nacía. Punnett fue uno de los primeros en advertir sobre la importancia de los genes ligados al sexo, al estudiar cómo ciertos rasgos se transmitían de forma distinta según el sexo del individuo. Además, Reginald Punnett escribió varios libros, entre ellos su obra de 1905 Mendelismo, que se convirtió en uno de los primeros textos introductorios sobre genética mendeliana. En un momento en que la genética aún no era una disciplina consolidada, ese libro ayudó a educar a generaciones de estudiantes, científicos jóvenes e incluso al público general. A pesar de que hoy su nombre suele estar asociado a un simple cuadro en los libros de texto, la figura de Punnett va mucho más allá. Fue un puente entre la biología experimental y la comprensión popular de los mecanismos hereditarios. Su capacidad para unir el rigor científico con la claridad pedagógica lo convierte en uno de los grandes arquitectos del pensamiento genético moderno. Nuestro viaje de hoy nos llevará hasta las últimas décadas del siglo 19, a la localidad de Tonbridge, hacia el sur de Kent, Inglaterra, donde veremos de cerca algunos detalles de la vida de Reginald Punnett, un notable hombre de ciencia que además de su legado, contribuyó a la formulación de la ley de Hardy-Weinberg y en el descubrimiento del "acoplamiento" o ligamiento genético. Música del capítulo John G. Music - Murray Gold - Jack Wall - Eleventh Doctor Theme (Matt Smith) | EPIC VERSION (The Majestic Tale) Mists Of Serenity - Shamanic Spirit Powerful Shamanic Meditation Music with Drumming Spiritual Shaman Music Rock Nacional en 8 Bit – Soda Stereo – De Musica Ligera - 8 bit Francesco – Soda Stereo – Cae el sol - 8 bit Alux Nahual – La trampa Enlaces Crew F. A. 1967. Reginald Crundall Punnett, 1875-1967. Biogr. Mems Fell. R. Soc.13309–326. Disponible en: http://doi.org/10.1098/rsbm.1967.0016 Edwards A. W. (2012). Reginald Crundall Punnett: first Arthur Balfour Professor of Genetics, Cambridge, 1912. Genetics, 192(1), 3–13. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC3430543/pdf/3.pdf Hutf, F. B. (1970). Professor R. C. Punnett. World’s Poultry Science Journal, 26(3), 696–700. Disponible en: https://doi.org/10.1017/S0043933900020006 Lobo, I. & Shaw, K. (2008) Discovery and types of genetic linkage. Nature Education1(1):139 Disponible en: https://www.nature.com/scitable/topicpage/discovery-and-types-of-genetic-linkage-500/ Marie, J. (2004) The importance of place: A history of genetics in 1930s Britain. Doctoral thesis (Ph.D), UCL (University College London). Disponible en: https://discovery.ucl.ac.uk/id/eprint/10108845/ Punnett, R.C. (1923). Linkage in the sweet pea (Lathyrus odoratus). Journal of Genetics 13: 101–123. Disponible en: https://www.ias.ac.in/public/Volumes/jgen/013/01/0101-0123.pdf Punnett, R. Early days of genetics. Heredity 4, 1–10 (1950). Disponible en: https://doi.org/10.1038/hdy.1950.1
Australopithecus afarensis

Australopithecus afarensis

2025-06-0901:21:06

Australopithecus afarensis es una de las especies de homininos más relevantes para comprender la evolución temprana del linaje humano, esta vivió entre aproximadamente entre 3,9 y 2,9 millones de años atrás, en lo que hoy corresponde a las regiones de Etiopía, Tanzania y Kenia. La diversidad de los fósiles de Australopithecus afarensis proporciona una comprensión integral de esta especie, se han encontrado restos de individuos de diferentes edades, sexos y estados de conservación, lo que permite a los científicos reconstruir su biología y comportamiento de manera más precisa. Esta diversidad no solo permite observar variaciones dentro de la especie, sino que también revela la complejidad de su adaptación al entorno. Cada fósil descubierto aporta evidencia valiosa sobre su locomoción, dieta y posible comportamiento social, contribuyendo al entendimiento de su papel crucial en la evolución humana. Estos hallazgos colectivos son fundamentales para trazar la transición de los homínidos hacia características más avanzadas que definirían el camino de los humanos posteriores. La posición de Australopithecus afarensis en el árbol evolutivo es fundamental, ya que ésta representa un estadio transicional entre formas más primitivas de Australopithecus y los primeros representantes del género Homo. Una combinación única de rasgos derivados —como la bipedestación— y características aún primitivas —como la morfología craneofacial y adaptaciones arbóreas—, A. afarensis permite reconstruir los procesos de diversificación morfológica y ecológica. Esta especie ya que caminaba erguida, aunque aún conservaba adaptaciones para la vida arbórea, como brazos relativamente largos y dedos curvados. Su talla era pequeña, con los machos alcanzando alrededor de 1,5 metros de altura, mientras que las hembras eran más pequeñas. En cuanto a su cerebro, tenía un volumen similar al de los chimpancés, lo que sugiere limitaciones cognitivas en comparación con especies posteriores. Su dentadura indica una dieta omnívora, adaptada a un entorno variable que incluía tanto vegetales como pequeños animales, lo que destaca su flexibilidad ecológica Conocer a Australopithecus afarensis nos permitirá entrar en un momento crucial en la historia de la evolución humana, donde las primeras huellas de lo que hoy somos empiezan a tomar forma. A través del viaje de hoy, buscaremos entender no solo sus características físicas, ecológicas y de comportamiento, sino también cómo su legado sigue influyendo en el camino que hemos seguido desde ellos hasta nuestra propia especie, la especie humana." Música del capítulo Jack Stone-Morgan & Daniel Garavini - Pandora Journey - Leap Beyond Faith + Paramount Vijay Super - Relaxing Drum Music from Best Relaxing Music (instrumental background) Buddha's Lounge - Grounded - Healing Mood Dire Straits - 8 Bit Universe - Money For Nothing - 8 Bit The Knack - 8 Bit Universe My Sharona - 8 Bit Kix – Don´t close your eyes Enlaces Arias-Martorell, J.; Potau, J. M.; Bello-Hellegouarch, G.; Pérez-Pérez, A. (2015). "Like Father, Like Son: Assessment of the Morphological Affinities of A.L. 288–1 (A. afarensis), Sts 7 (A. africanus) and Omo 119–73–2718 (Australopithecus sp.) through a Three-Dimensional Shape Analysis of the Shoulder Joint". PLOS ONE. 10 (2): e0117408. Disponible en: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0117408 W.A. Barr, B. Pobiner, J. Rowan, A. Du, & J.T. Faith. (2022) No sustained increase in zooarchaeological evidence for carnivory after the appearance of Homo erectus, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 119 (5) e2115540119. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.2115540119. Boaz, N.T. (1988), Status of Australopithecus afarensis. Am. J. Phys. Anthropol., 31: 85-113. Disponible en: https://doi.org/10.1002/ajpa.1330310506 Carbonell-Roura E. 2013. Evolución de los homininos. Índice Histórico Español, ISSN 0537-3522, Nº. 126,págs. 207-232. Disponible en: https://revistes.ub.edu/index.php/IHE/article/download/11555/14424/20384 Cela-Conde, C. J.; Ayala, F. J. (2003). "Genera of the human lineage". Proceedings of the National Academy of Sciences. 100 (13): 7684–7689. Disponible en: https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.0832372100 Domínguez-Rodrigo, M., Pickering, T. R., & Bunn, H. T. (2010). Configurational approach to identifying the earliest hominin butchers. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 107(49), 20929–20934. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1013711107 Ferguson W.W. (1999). «Taxonomic status of the skull A.L.444-2 from the Pliocene of Hadar, Ethiopia» Palaeont. afr. (en inglés) 35: 119-129. Disponible en: https://wiredspace.wits.ac.za/server/api/core/bitstreams/7e411c1d-da5c-45c6-971a-70955a6c8f8f/content Haile-Selassie Y.,Latimer B.M. ,Alene M. ,Deino A.L. ,Gibert L. ,Melillo S.M.,Saylor B.Z.,Scott G.R.& Lovejoy C.O. (2010) An early Australopithecus afarensis postcranium from Woranso-Mille, Ethiopia, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 107 (27) 12121-12126, Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1004527107. Hanon, R., Val, A., Sambo, R. et al. Butchery activities associated with Member 5 at Sterkfontein, South Africa. Archaeol Anthropol Sci 17, 49 (2025). Disponible en: https://doi.org/10.1007/s12520-024-02135-w Harmand, S., Lewis, J., Feibel, C. et al. (2015) 3.3-million-year-old stone tools from Lomekwi 3, West Turkana, Kenya. Nature 521, 310–315. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/277004244_33-million-year-old_stone_tools_from_Lomekwi_3_West_Turkana_Kenya Hatala, K. G.; Demes, B.; Richmond, B. G. (2016). "Laetoli footprints reveal bipedal gait biomechanics different from those of modern humans and chimpanzees". Proceedings of the Royal Society B. 283 (1836): 20160235. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5013756/pdf/rspb20160235.pdf Johanson, Donald C.; White, Tim D.; Coppens, Yves (1978). "A New Species of the Genus Australopithecus (Primates: Hominidae) from the Pliocene of Eastern Africa". Kirtlandia. 28: 1–14. Disponible en: https://www.biodiversitylibrary.org/page/51811016#page/393/mode/1up JOHANSON D. 2017. — The paleoanthropology of Hadar, Ethiopia. Comptes Rendus Palevol 16 (2): 140-154. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.crpv.2016.10.005 Kimbel, W. H., & Rak, Y. (2010). The cranial base of Australopithecus afarensis: new insights from the female skull. 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A., & Lovejoy, C. O. (2003). Sexual dimorphism in Australopithecus afarensis was similar to that of modern humans. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 100(16), 9404–9409. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1133180100 Ward, C. V., Plavcan, J. M., & Manthi, F. K. (2010). Anterior dental evolution in the Australopithecus anamensis-afarensis lineage. Philosophical transactions of the Royal Society of London. Series B, Biological sciences, 365(1556), 3333–3344. Disponible en: https://doi.org/10.1098/rstb.2010.0039 Ward, C. V. & Hammond, A. S. (2016) Australopithecus and Kin. Nature Education Knowledge 7(3):1 Disponible en: https://www.nature.com/scitable/knowledge/library/australopithecus-and-kin-145077614/ Wynn, J. G.; Sponheimer, M.; Kimbel, W. H.; et al. (2013). "Diet of Australopithecus afarensis from the Pliocene Hadar Formation, Ethiopia". Proceedings of the National Academy of Sciences. 110 (26): 10495–10500. 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