Alguna vez tuve esperanza en la humanidad pero se me acabó cuando se volvió mayor de edad.
La risa que se nos dibuja en esa mueca horrenda que nos dejan “los chistes” de quienes nos gobiernan.
Esa terrible sensación de sentir que no se nos para, no se nos detiene en la carrera por la caída al abismo social.
A veces sabemos tanto, que lo único que nos hace falta, es un entrenador.
Hay creaciones del hombre que lo guían directo al abismo y al fango de su destrucción, y el dinero es el vehículo que los lleva.
¿Qué es más importante, el tamaño o que sea buena gente? Una justa reflexión de un miedo que sólo existe en cabeza de alguien virgen.
Una pequeña “alegoría” a esa plaga espantosa que somos los pésimos conductores de automotores pero que juramos conducir como taxista inglés.
Siempre ten a la mano música. Es más importante, incluso, que votar por los putos mafiosos de siempre.
Es de admirar la evolución del cerebro humano. Tanto, que nos está llevando a nuestra propia extinción. Eso me parece muy inteligente.
¿Será una utopía que en Colombia podamos hablar como si fuéramos personas? ¿Será posible ser personas?
“El Planeta De Los Simios”. ¿Cómo proteger al planeta, cuando no sabemos protegernos a nosotros mismos? Eso es como esperar que el papá ebrio y golpeador crie bien a un hijo.
Una mirada, nada profunda, al interior de esas personas a las que llamamos mujeres.