Me dirijo a ustedes como alguien que valora la paz y la tolerancia. A lo largo de mi vida, he abrazado la idea de que la paz no solo es un estado que se busca, sino también un regalo que se puede recibir y compartir.
La pandemia sacudió a algunos, a otros los revolcó, a otros los tumbó. Hoy vemos a muchos estar buscando ponerse de pie. Se motivan a sí mismos diciendo: “de esta saldremos mejores”. ¿Será suficiente esa motivación para ser mejores personas? Aún estamos a tiempo de aprender de lo que está pasando para buscar restablecer nuestras vidas en medio de la pandemia, de la crisis económica, de la efervescencia socio-política, e inclusive en medio de las catástrofes naturales.
Pretendo dar crédito por convicción y por viviencia, que cuando se trata de hacer el bien, lo poco resulta ser mucho.