Nuestro espíritu puede ser entrenado y su poder es superior al poder de los músculos, el que logra entrenar a su espíritu, no se perturba en ninguna circunstancia, y su poder se siente a muchas millas.
Habla sobre la capacidad de dicernir lo que son pensamientos que correaponden con la realidad y lo que son meras distorciones disfuncionales.