Mario Benedetti, "Soy un caso perdido", Cotidianas, 1979. A un crítico parcial. Por fin un crítico sagaz reveló (ya sabía yo que iban a descubrirlo) que en mis cuentos soy parcial y tangencialmente me exhorta a que asuma la neutralidad como cualquier intelectual que se respete creo que tiene razón soy parcial de esto no cabe duda más aún yo diría que un parcial irrescatable caso perdido en fin ya que por más esfuerzos que haga nunca podré llegar a ser neutral en varios países de este continente especialistas destacados han hecho lo posible y lo imposible por curarme de la parcialidad por ejemplo en la biblioteca nacional de mi país ordenaron el expurgo parcial de mis libros parciales en argentina me dieron cuartenta y ocho horas (y si no me mataban) para que me fuera con mi parcialidad a cuestas por último en perú incomunicaron mi parcialidad y a mi me deportaron de haber sido neutral no habria necesitado esas terapias intensivas pero qué voy a hacerle soy parcial incurablemente parcial y aunque pueda sonar un poco extraño totalmente parcial ya sé eso significa que no podré aspirar a tantísimos honores y reputaciones y preces y dignidades que el mundo reserva para los intelectuales que se respeten es decir para los neutrales con un agravante como cada vez hay menos neutrales las distinciones se reparten entre poquísimos después de todo y a partir de mis confesadas limitaciones debo reconocer que a esos pocos neutrales les tengo cierta admiración o mejor les reservo cierto asombro ya que en realidad se precisa un temple de acero para mantenerse neutral ante episodios como girón tlatelolco trelew pando la moneda es claro que uno y quizá sea esto lo que quería decirme el crítico podría ser parcial en la vida privada y neutral en las bellas letras digamos indignarse contra pinochet durante el insomnio y escribir cuentos diurnos sobre la atlántida no es mala idea y claro tiene la ventaja de que por un lado uno tiene conflictos de conciencia y eso siempre representa un buen nutrimeto para el arte y por otro no deja flancos para que lo vapulee la prensa burguesa y/o neutral no es mala idea pero ya me veo descubriendo o imaginando en el continente sumergido la existencia de oprimidos y opresores parciales y neutrales torturados y verdugos o sea la misma pelotera cuba sí yanquis no de los continentes no sumergidos de manera que como parece que no tengo remedio y estoy definitivamente perdido para la fructuosa neutralidad lo más probable es que siga escribiendo cuentos no neutrales y poemas y ensayos y canciones y novelas no neutrales pero advierto que será así aunque no traten de torturas y cárceles u otros tópicos que al parecer resultan insoportables a los neutros será así aunque traten de mariposas y nubes y duendes y pescaditos
Mario Benedetti, "Viceversa", Poemas de otros. Los personajes (1973-74). No es un autor simple o legible o realista o sucio. Es un romántico alemán por su ironía y sus temas, un vanguardista por su modo de escritura. Antes del exilio, como en este poema, toma en serio el juego de la vida. Después, todavía más. Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte preocupación de hallarte certidumbre de hallarte pobres dudas de hallarte tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oírte o sea resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa.
Juan Gelman, "Comentario xi (Hadewijch)", Comentarios (1978-79). En abierta oscuridad. La palabra que calla lo que dice (Antología personal, 1994). El poema no es solo una glosa de Hadewijch de Amberes, la mística holandesa medieval, laica y prohibida durante siglos, sino sobre todo del amor, plenitud de la vida y del ser humano, tan humano. este deseo de soledad con vos/amor que apresa el alma/amor que alimenta y devora y extiende el alma/ala de vos a mí/llevadora de vos lejos de mí/amor que viene y va dando dolor de vos/pena de vos/dulzura que bañás mis pedazos/unidos en la dicha de vos/donde cantan como veremos los exilios de vos/país o fiebre/palito revolviendo tristezas y deleites/amor como un niño con los ojos cerrados envuelto en su valor/o libre en la cárcel de vos/bello amor dando su amor para que amor conozca por amor el amor
Juan Gelman, "Confianzas", Relaciones (1970-72). se sienta a la mesa y escribe "con este poema no tomarás el poder" dice "con estos versos no harás la Revolución" dice "ni con miles de versos harás la Revolución" dice y más: esos versos no han de servirle para que peones maestros hacheros vivan mejor coman mejor o él mismo coma viva mejor ni para enamorar a una le servirán no ganará plata con ellos no entrará al cine gratis con ellos no le darán ropa por ellos no conseguirá tabaco o vino por ellos ni papagayos ni bufandas ni barcos ni toros ni paraguas conseguirá por ellos si por ellos fuera la lluvia lo mojará no alcanzará perdón o gracia por ellos "con este poema no tomarás el poder" dice "con estos versos no harás la Revolución" dice "ni con miles de versos harás la Revolución" dice se sienta a la mesa y escribe Puede escucharse la versión de Gotan Project aquí: http://www.youtube.com/watch?v=oaAWPrcjhww
Leon Felipe, "Autorretrato", Versos y oraciones del caminante. "Es el primer libro de poemas de León Felipe, editado en Madrid en 1920 [...] en el invierno de 1919, entrega los manuscritos a Enrique Diez Canedo, escritor y crítico de la Revista “España”. Éste, impactado, prepara la primera edición, anunciándola profusamente en tal órgano de difusión. A la vez, publica algunos poemas del vate. La aparición del libro da lugar a críticas elogiosas. También, a comentarios adversos y mordaces. Surgía el advenimiento de uno de los más controvertidos poetas españoles..." www.diariocolatino.com/ Se vea como se vea, es una escritura profética, que no solo atañe a la persona que escribe, sino a la realidad social que transcribe. Una especie de prólogo del exilio vivido y, quizá, mejor expresado por él mismo y por otros en su madurez.
"En Argentina, a la que nunca imaginé que volvería después de mi largo exilio, estuve el año pasado dando unos recitales durante los que comprobé, siempre me asombro de estas cosas, el cariño y el intenso recuerdo de mi estancia allí, muy difícil de reflejar en estas páginas sin que pueda parecer vanidad de un poeta nostálgico. Pero mi visita dejó honda huella en la vida cultural de Buenos Aires, y eso me estimula de nuevo a subir a un avión, como un marinero en el aire, y volver a abrazar a tantos amigos que aún tengo por allí con la huella del tiempo en el alma. Me anima a hacer este nuevo viaje la grabación de un disco, El viento que viene y va, que he realizado con Enrique Llopis, cantante argentino de una sorprendente sensibilidad, que ha puesto una bellísima música a varios poemas de mi libro Baladas y Canciones del Paraná, que yo escribí durante mi vida argentina: Hoy el Paraná respira con aliento de azahares. Con el azahar me voy No me detengáis. El inmenso río que da título al libro, sus barrancas verdes, los caballos que parecían bordar el campo, el bañado, las iguanas, la quinta del Mayor Loco, don Amarillo ladrando, los paisajes que me rodeaban... Todo ello, junto a la inmensa añoranza de España que me inundaba, dan vida a unos versos de una asombrosa sencillez que hoy, al escucharlos musicados parecen adquirir su auténtica significación. Buenos Aires, Rosario, Córdoba, me esperan nuevamente, esta vez creo que sí será la última, y yo acudo a aquellas tierras con la misma fuerza que antes. Mientras espero reencontrarme con aquel olor de azahares, esta noche otoñal gaditana voy a dejar mi ventana abierta, por ver si el aire me trae hasta mí un largo y profundo olor a albahaca". Rafael Alberti, La arboleda perdida, 1987
Poema dedicado a Amparitxu y a Gabriel Celaya desde Buenos Aires, en 1958. Hay otra versión anterior, a la que alude citándose a sí mismo: "Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico", dedicado a Cádiz, en Ora marítima (1953). Véase el monográfico dedicado al I Centenario de Gabriel Celaya, "exiliado interior" en la España franquista durante varias décadas: http://issuu.com/acescritores/docs/r125ocropt
Las nubes, 1937-1940 Fue la pasada primavera, hace ahora casi un año, En un salón del viejo Temple, en Londres, Con viejos muebles. Las ventanas daban, Tras edificios viejos, a lo lejos, Entre la hierba el gris relámpago del río. Todo era gris y estaba fatigado Igual que el iris de una perla enferma. Eran señores viejos, viejas damas, En los sombreros plumas polvorientas; Un susurro de voces allá por los rincones, Junto a mesas con tulipanes amarillos, Retratos de familia y teteras vacías. La sombra que caía Con un olor a gato, Despertaba ruidos en cocinas. Un hombre silencioso estaba Cerca de mí. Veía La sombra de su largo perfil algunas veces Asomarse abstraído al borde de la taza, Con la misma fatiga Del muerto que volviera Desde la tumba a una fiesta mundana. En los labios de alguno, Allá por los rincones Donde los viejos juntos susurraban, Densa como una lágrima cayendo, Brotó de pronto una palabra: España. Un cansancio sin nombre Rodaba en mi cabeza. Encendieron las luces. Nos marchamos. Tras largas escaleras casi a oscuras Me hallé luego en la calle, Y mi lado, al volverme, Vi otra vez a aquel hombre silencioso, Que habló indistinto algo Con acento extranjero, Un acento de niño en voz envejecida. Andando me seguía Como si fuera solo bajo un peso invisible, Arrastrando la losa de su tumba; Mas luego se detuvo. «¿España?», dijo. «Un nombre. España ha muerto.» Había Una súbita esquina en la calleja. Le vi borrarse entre la sombra húmeda.
Las nubes (1937-1940) Por si no estuviera ya predispuesto el poeta a la manifestación de hondos y contradictorios sentimientos sobre el mundo que lo rodea, la guerra civil española, con todos sus desgarros, viene a interponerse en su vida, marcando con un sello indeleble su biografía poética. En este libro, que señala el comienzo de la llamada segunda época, el exilio real y físico se suma a su vivencial exilio interior de siempre. Tomado de http://cvc.cervantes.es/actcult/cernuda/antologia/nubes.htm