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Crónica Negra
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Crónica Negra

Author: Ultima Hora Mallorca

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Los periodistas especializados Javier Jiménez y Julio Bastida recuerdan los sucesos que estremecieron Mallorca.

64 Episodes
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En la noche del 4 de abril de 1990, alguien discutió a gritos en el interior del bar La Curva, en la barriada palmesana de La Vileta. El dueño era Ángel Pérez, un empresario de 64 años muy conocido. Horas después, un coche arrancó a toda velocidad y nunca más se supo del propietario. Ahora, 34 años después, nunca se ha encontrado el cadáver de Ángel, aunque los investigadores están convencidos de que esa noche fue asesinado.
Era un genio adelantado a su tiempo, pero José Ferragut Pou, arquitecto, urbanista y diseñador, todavía no tiene una calle dedicada en Palma, su ciudad natal. El autor del edificio de Gesa o la iglesia de la Porciùncula, entre otras muchas obras, fue asesinado hace 56 años, en un crimen que nunca quedó esclarecido. Esta es la crónica de un caso que, medio siglo después, sigue sin resolverse. ¿Fue un crimen por encargo o un homicidio?
Dasuda Cámara era un inmigrante guineano de 28 años que llegó al Port d'Alcúdia con su mujer, con la que acababa de contraer matrimonio, y sus tres hijos. Tras un misterioso enfrentamiento de madrugada con un alemán llamado Mario Helmut Maiwald, de 40 años, quedó tendido sobre la calzada, sin vida. El detenido sostuvo una versión que la familia del fallecido nunca creyó. Esta es la crónica de un supuesto crimen sobre el que planeó la sombra del racismo.
Era un martes, 29 de octubre de 1985. Bartolomé Paredes Domingo, un prometedor árbitro de fútbol de la Tercera División, acudió a un entreno en el polideportivo de Sant Ferran, junto al cementerio de Palma. Nunca más se supo de él. Esta es la crónica de un caso que fue seguido con gran interés por la sociedad de la época y que estalló, años después, cuando los padres insinuaron en televisión el nombre del sospechoso.
Era un jueves 2 de abril de 1992, y unos turistas descendieron con dificultad por unos acantilados de la exclusiva urbanización Sunset Gardens, en El Toro, Calvià. De repente, entre unas rocas, cerca del mar, repararon en una manta ensangrentada que parecía ocultar algo dentro. Cuando miraron en el interior, el horror se reflejó en sus ojos: se trataba de un cadáver sin cabeza, y al que le habían amputado algunos dedos. Esta es la crónica del crimen de Manuel Chinchilla, un andaluz de 34 años que residía en la barriada palmesana de La Vileta.
Aquel primero de noviembre de 1987, no se hablaba de otra cosa en Mallorca. Mónica Louisse Kreiger, una viuda alemana de 27 años, asesinó a sus dos hijos porque atravesaba una profunda depresión. Antes del juicio, en una entrevista exclusiva con el periodista Pep Matas, del diario 'Baleares', declaró: «Antes de matar a mis dos hijos, los cogí en brazos y los acaricié».
En 1985, un yesero llamado Antonio Fernández, de 38 años, encañonó a un maestro de obras en un almacén de s'Illot. A continuación, apretó el gatillo de la escopeta de caza y alcanzó a Manuel Pérez Corraliza, de 39 años, en el pecho. El hijo de la víctima, que por entonces tenía 14 años, fue testigo del dramático suceso. Años después, anunció que iba a escribir un libro contando lo sucedido aquel fatídico viernes 12 de abril.
La venganza de Juan

La venganza de Juan

2024-09-0405:56

En la madrugada del 27 de marzo de 2015, un indigente con un amplio historial delictivo decidió cobrarse venganza y degolló a Esteban Gallego Bertoni, otro 'sintecho' que frecuentaba una possessió mallorquina okupada, en la barriada de Secar de la Real. Juan R.T., el asesino, intentó confundir a los otros okupas que vivían en la casa y les aseguró que la sangre que habían encontrado era de un cordero que acababa de matar.
Hace sesenta años un espeluznante crimen horrorizó a los vecinos de Ciutat: Coloma Cruellas Verger, una mujer de 70 años, natural de Valldemossa, fue salvajemente asesinada y descuartizada en un palacete de la calle San Felio de Palma. Un edificio que curiosamente muchos años después se hizo popular porque lo adquirió el expresidente del Govern Jaume Matas. Esta es la crónica de una enemistad entre un soldado que se ganaba la vida trabajando en la caldera de aquel caserón y la encargada de la casa, que le reprochaba su escasa entrega laboral.
El 29 de junio de 1980, tres jóvenes y su perro se adentraron en una zona boscosa de Esporles, conocida como es Puig des Moro. De repente, el animal se inquietó y olfateó un rastro, hasta llegar a un cadáver de una mujer ligeramente apartado del camino. Esta es la crónica de un crimen con connotaciones sexuales que tuvo en vilo a Mallorca hace 44 años y que se saldó con la detención y condena del asesino, un joven sin antecedentes que se encaprichó de la viuda Antònia Crespí Vidal, de 61 años.
Una noche de verano de 2009, Son Banya se convirtió, por unos minutos, en el Lejano Oeste. Con discusiones y tiros. Una conocida vecina del poblado, Josefa Moreno alias 'La Parrala', murió tiroteada y una compleja investigación policial desveló que los asesinos eran del clan de 'Los Peludos'. Dos hermanos y su madre fueron finalmente condenados por el crimen. Esta es la crónica de un crimen que disparó la tensión entre familias gitanas y provocó que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado montaran grandes dispositivos para evitar un baño de sangre.
«Realmente es uno de los casos más misteriosos con el que nos hemos encontrado nunca. La tierra de tragó a Guillermo en un minuto, cuando estaba con su mujer y su hijo policía. Y nunca más se supo de él». Un veterano ex jefe superior de la Policía Nacional resume de esta forma la enigmática desaparición de Guillermo Nigorra, un jubilado de 76 años que se esfumó cuando buscaba setas en Bunyola, junto a su familia. Durante días se peinó sa Comuna y nunca se halló ni rastro del anciano. ¿Qué le ocurrió a Guillermo? ¿Cómo se pudo volatilizar a escasos metros de sus allegados? Esta es la crónica de una de las desapariciones más inquietantes registradas en el último siglo en la Isla.
Durante diez años, los padres de Martina Rossi lucharon desesperadamente por demostrar que su hija no se había suicidado en un hotel de Palma, tal y como sostenían las autoridades locales. Al final, una frase grabada por la policía a escondidas desveló lo que había ocurrido aquella madrugada del 2 de agosto: La joven genovesa, de 20 años, no saltó voluntariamente desde el balcón.
El 27 de agosto de 2011, un joven de 25 años llamado Francisco Coll fue degollado en su apartamento del edificio Pullman, en Cala Major. Misteriosamente, su fiero perro pit bull no lo defendió, presumiblemente porque conocía al asesino. O asesina. La pareja de Francisco, Verónica de Dios, ingresó en prisión y fue juzgada como supuesta homicida, pero un jurado la declaró 'no culpable'. Esta es la crónica de un caso que supuso un duro golpe para el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que tenía unas estadísticas del cien por cien de efectividad hasta que se topó con el crimen de los Pullman.
Hace ahora diez años, un matrimonio formado por un ruso y una ucraniana saltaron a las primeras páginas de los periódicos locales. Dimitri fue detenido por la muerte violenta de Olha, cuyo cuerpo apareció en la playa de Santa Margalida, pero sostuvo que se había tratado inicialmente de un suicidio doble pactado, debido a la agonía económica que padecían ambos. Esta es la crónica del crimen de Son Bauló, que se saldó con una condena de 19 años para el acusado y que impactó por la frialdad que demostró el procesado.
El 24 de junio de 2014, a primera hora de la mañana, el empresario Ángel Abad había abierto su bar de Porto Cristo. Todavía no habían llegado los primeros clientes, pero el hombre que entró en el Gorli, que era el nombre del local, ocultaba un revólver del calibre 38. Tras una breve conversación, le descerrajó dos tiros a bocajarro, que acabaron con la vida de Abad. Esta es la crónica de un crimen pasional que tuvo en vilo al pueblo durante días, hasta que la Policía Nacional detuvo al sospechoso. Arnau Matas, el condenado, siempre ha sostenido que es inocente y que le tendieron una trampa. Los investigadores concluyeron que la víctima mantenía una relación secreta con su mujer.
El 8 de enero de 2001, una joven de 29 años llamada Ana Torres Marqueño sufrió quemaduras en el 95 por ciento de su cuerpo, tras ser rociada con cola altamente inflamable en Palma. La policía detuvo a su novio, un marroquí llamado Mohamed Abdeoaim, que siempre sostuvo que se había tratado de un fatídico accidente. Sin embargo, la investigación demostró que mentía y un jurado lo condenó a 22 años de cárcel. El Grupo de Homicidios concluyó que el magrebí la atacó porque Ana quería romper con él.
El 28 de febrero de 2013, María Luisa Perún, una anciana vecina de Palma, fue brutalmente asesinada en su piso de la calle Rosselló i Caçador, en la zona de la plaza Fleming. El asesino le golpeó nueve veces en la cabeza, algunas de ellas con una mancuerna con la que hacía pesas. Luego, la estranguló con un cable. Los investigadores siempre sospecharon que la salvaje escena se desarrolló mientras el marido de ella era testigo de todo, sin mover un dedo para impedirlo. Esta es la crónica de cómo un hijo, Antonio Llompart, se dedicó a martirizar durante años a su progenitora. Siempre con la connivencia del cabeza de familia, que tenía 82 años.
Han pasado casi 13 años y la pista de Miguel Pellicer Sanmartí se ha perdido posiblemente para siempre. Este vecino de Algaida, de 65 años, desapareció de forma misteriosa tras una pelea en la finca donde vivía. La Guardia Civil, tras una laboriosa investigación, detuvo al dueño de la propiedad y a un inmigrante ilegal que le ayudaba en las labores domésticas. Sin embargo, el cuerpo de Pellicer nunca apareció y el caso no pudo ser esclarecido. Esta es la crónica de una inquietante desaparición que sigue abierta en los archivos policiales.
Un 16 de marzo de 2008, hace ahora 16 años, el mítico exbatería de ABBA Ola Brunkert, de 61 años, apareció desangrado en el jardín de su chalet de la urbanización de Betlem, en Artà. Presentaba un corte profundo en la yugular, que se había intentado taponar con un trapo. Alrededor, todo era desorden y basura. Los cartones de vino vacíos se acumulaban en el suelo y en la casa no había luz, porque la habían cortado. Esta es la crónica de una muerte misteriosa que tuvo en vilo a la Guardia Civil.
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