Algunas madres piensan que su hijo está siempre malhumorado porque según ellas dicen que su hijo es incapaz de entretenerse solo. Pero esto, está lejos de la verdad. El deber de madre es ayudarles, porque los niños cuando aún son pequeños no saben desenvolverse solos. Tampoco saben cómo entrenarse para ir al baño o jugar. Como siempre, hay excepciones que confirman la regla: algunos niños de poca edad ya son capaces de jugar solos y, por largo tiempo sin la intervención o presencia de sus padres. Ciertamente estos merecen la medalla al mérito creativo, porque lo normal es que los pequeños de corta edad empiecen a protestar a los pocos minutos de haberse quedado solos. Aunque sea incómodo y desesperante para los padres, la realidad es esa, y no necesariamente se tratan de niños mimados de mamá. Por muchos juguetes que se pongan a su disposición, a la mayoría de los niños de poca edad la única idea brillante que se les ocurrirá será la de utilizarlos como arma arrojadiza. Su curiosidad es muy fuerte, pero a esa edad todavía necesitan que se les encausen un poco a sus juegos. El hecho de que algunos de ellos siempre quieren estar con un adulto no obedecen a caprichos; se trata del miedo a quedarse solos y lloran. Este miedo seguramente se remonta a nuestra prehistoria familiar, y más cuando están en peligro si sus padres no están cerca de ellos. El juego no solo es entretenimiento. A través de sus juegos, el niño descubre su mundo infantil, y gran parte de su desarrollo de sus sentidos depende de su actividad del juego que haga. Por ello, los padres no solo han de dedicar tiempo a jugar con su hijo, sino también a elegir el material, y los juegos adecuados para él, para su capacidad y necesidades específicas. Personalmente creo que tres son los requisitos válidos: darles seguridad de sentirse querido, ayudarle sin interrupción y proveerles estímulos con prudencia. Por lo regular, las normas son infringidas por casi todos los padres sin que sean muy conscientes de ello. Los horarios impuestos y la propia organización familiar muchas veces impiden respetar esos primeros momentos de concentración del niño cuando es pequeño. El otro cumplimiento, no siempre está al alcance de los padres. Si, por ejemplo, acaba de llegar un hermanito a su vida, a él, que es el mayor, siente celos y le costará mucho concentrarse en algo y más aún prescindir de la compañía de sus padres. Estará demasiado pendiente de rivalizar con su hermanito, y no dedica tiempo a sus juegos. No hay que olvidar que el niño no solo juega con juguetes, también rompe o tira objetos al piso, para verificar el ruido que hace, y esto es jugar, según el niño. El ser humano es el único que juega. Un gatito se puede entretener horas con un ovillo de lana o pelotita, pero en realidad no juega, se está entrenando instintivamente para cazar ratones. El niño necesita estímulo, porque la curiosidad, base de la mayoría de los juegos, es también el motor principal de su desarrollo. Aunque él necesite incentivos no significa que debamos darle muchos juguetes a la vez. Lo mejor es dividir sus juguetes por zonas y renovarlos a medida que dejen de interesarle. También, conviene dejarle que experimente y curiosee con todos los objetos a su alrededor, que muchas veces son más interesantes e instructivos que los propios juguetes. Particularmente esto está basado en la experiencia que veo actualmente con dos de mis sobrinos, los más pequeñitos, LEO e ISABELA. Para ellos todo adorno u objeto de casa es motivo de curiosidad y juego más que sus propios juguetes. Cuando van a casa de la abuela, se divierten con todo lo que está al alcance de ellos. Aunque dejan la casa como si hubiera pasado un huracán, no importa, si eso precisamente es vida y salud. Un mundo lleno de curiosidad. Mejor diría, y, para terminar, un “MUNDO DE JUGUETES”.
Vivir sin un amor verdadero sí es posible, no solamente por no encontrar a ese hombre como te lo imaginaste. Si no, que en partes la mujer es la culpable por no haber comprendido al marido por falta de madurez, y quiere seguir mimada como lo hicieron sus padres. Les cuento esta historia de alguien que conocí, y que lleva tres divorcios a cuestas. Ella dice que ha tenido mala suerte y que no hubo acoplamiento con ninguno de ellos. Según esta mujer, todos les fallaron. Yo siempre he pensado que cuando hay más de un divorcio, no siempre es culpa del hombre, es de la mujer. En algunas ocasiones, esto tiene que ver con los padres. Porque a las hijas, desde pequeñas, las hacen sentir que son el centro del universo, no refuerzan un comportamiento positivo, al contrario, les disculpan toda conducta negativa. Tampoco les ponen límites y ceden ante los caprichos y berrinches. De hecho, puede ser perjudicial para el desarrollo de estas, y las convierten no solo en niñas caprichosas, inconformistas y sin habilidades sociales. De adultas son incapaces de comportarse como tal, sino que siguen con la actitud de querer ser la primera en todo, solo por capricho. En la edad adulta, las consecuencias de haberlo tenido todo durante los primeros años, pueden ser incluso peores que en la infancia, con serios problemas relacionales y una salud emocional pobre y difícil, además con actitud de reina. Lógicamente los padres creen que hacen lo correcto, e incluso con las mejores intenciones, pero, no se dan cuenta del mal que le hacen a sus hijas. Cuando la mujer llega a la adultez, se enamora, se casa y es aquí cuando se encuentra con una realidad desconocida, porque ya no están mamita y papito que le aguantaban todos sus malcriadeces y rabietas. En este caso de la mujer en cuestión, esto es lo que le pasa, quiere que su hombre la trate como muñequita de porcelana y que le cumplan todos sus caprichos. Según oí decir una vez, y como gran cosa, que ella no le aguanta a ningún hombre insultos ni malos tratos que, por esta razón, mejor se decide por el divorcio. Claro, no se da cuenta que es ella la que hostiga y corre a los maridos con esa actitud de alteza. Estas mujeres en esta situación, no se acoplan a una vida diferente como es un matrimonio, y siguen con sus caprichitos de niña mimada. Es aquí cuando comienzan a tener serios problemas y lo más fácil para estas mujeres es el divorcio, como ya lo dije. Esta mujer, no acepta un NO, ni un consejo amable; porque solo quiere con esa actitud conseguir siempre lo que quiere, no son capaces de entender que hay otros puntos de vista diferentes a los suyos, y no dan oportunidad al marido de arreglar las cosas. Además de egoístas mimadas, son personas que no les gusta compartir, son desafiantes por lo que nunca aceptan un “no” por respuesta ni hacen nada que se les pida. Aún más, siempre se ponen a la defensiva y se vuelven agresivas. Son mujeres por lo general intolerantes, que no quieren seguir las normas del matrimonio e ignoran al marido cuando éste le llama la atención por su actitud. Son desafiantes y no quieren hacer nunca lo que se les pide, y siempre llevan la contraria. Si el marido le propone algo de hacer o compartir, esto se convierte en un drama y conflicto, del que ellos siempre salen mal parados. Y, para terminar, a la mujer de este cuento, nada le satisface porque es mimada e insoportable, y no valora nada. Es insatisfecha, no hay hombre que le ajuste, sigue teniendo ese comportamiento de gran dama, lo que la convierte en una persona tremendamente infeliz. Ella sigue soltera. Según ha dicho que no volverá a casarse. Claro, dónde podría encontrar a un hombre que le aguante todas sus actitudes de reina fracasada. Además, dice que, si le sale alguien, será cada cual, en su casa, viéndose solo cuando le dé la gana, que tampoco será sirvienta de nadie.
Mi hija, por regla general, me llama casi todos los días. Conversamos de nuestras experiencias como madre, e hija, y de todo lo que nos gusta hacer fuera y dentro de casa. Sobre todo, sigo siendo su madre y, como tal, me intereso en lo que acontece en su vida familiar. Ella, aunque se graduó de psicóloga, fue poco el tiempo que trabajó en su carrera, se casó con un militar, a quien siempre lo mandaban de un lugar a otro y, por esta razón no pudo establecerse en ningún trabajo. Aunque en todo fuerte militar que vivieron, siempre fue y es voluntaria en las diferentes organizaciones, ayudando a los recién llegados, principalmente a las esposas de los soldados. Ahora quiero referirme a lo que sucedió después de la liberación femenina, creo que varios de los logros característicos de la mujer se han perdido o están en peligro. Por qué digo esto, simplemente porque hoy en día las mujeres pueden ser ministras o abogadas, policías, pueden trabajar en una estación de bomberos o enrolarse en la armada y salir al mar, son ingenieras, gerente en diferentes instituciones, estibadoras o conductoras de grúas, o pueden recorrer el mundo con una mochila a cuestas. En otras palabras, pueden escoger por sí solas lo que desean; su educación, las materias que van a estudiar y su profesión, si se casan o no, si van a tener hijos o no. Nunca en la historia se había abierto un mundo tan grande de oportunidades para la mujer, como actualmente lo estamos viviendo. Pero cuando me detengo a pensar en la ajetreada vida que llevan mis hijos, en su ansiedad de tenerlo todo y combinarlo todo- deportes, amigos, música, profesión y amor, me asaltan profundas dudas sobre el rumbo que ha tomado el proceso de liberación. No tienen un momento de quietud en sus vidas industriosas y llenas de objetivos. Y día tras día deben tomar decisiones nuevas. Uno de mis hijos hace poco se retiró de la policía por sus años de trabajo, pero porque le faltan años para colectar su seguro social, fue en busca de otro trabajo. Y, es así la vida agitada que ellos llevan hoy por hoy. En su mundo, ya nada se da por sentado. Hace algunos años, esta misma libertad de elección fue la fuerza impulsora de la segunda oleada del feminismo. Yo pertenecí al grupo de chicas que, a fines de los años 60, se sumaron a la lucha contra el papel preestablecido de la mujer, y contra la aceptación incuestionable de la tradición de orientarnos desde temprana edad al matrimonio y a la maternidad. Incluso desde niña me parecía injusto que a la mujer se le impusiera limitaciones a causa de su sexo femenino. Aunque, después de casada, decidí tomar por asalto el trabajo masculino del periodismo, igual que mi padre y mi hermano mayor, y lo conseguí. Como periodista he escrito incontables artículos sobre la liberación femenina, y los papeles cambiantes del hombre y la mujer. Algunos publicados, otros no… (este es uno de ellos, que estaba archivado) los demás, siguen en carpeta. Hoy en día me resulta fascinante comprobar que la situación de las mujeres de un tiempo para acá, con esta liberación ha cambiado radicalmente en todo el mundo. No obstante, el éxito del proceso de liberación también dio lugar a muchos comentarios críticos. Y, para terminar, les cuento, que desde un principio quise ponerles a mis hijos un buen ejemplo e intenté combinar con éxito mi trabajo, mi relación de pareja y la maternidad. Pero conozco el precio de este esfuerzo, la incesante necesidad de organizarse y correr todo el día, el estrés, y la oposición a la que hay que hacer frente. Con todos mis afanes que tuve, me brindaron muchos momentos de orgullo; momentos en los que sentí el triunfo de haber podido ser madre, ejecutiva y esposa. Aun así, poco a poco me he dado cuenta de que ejercer con éxito un trabajo, como nos lo pide el feminismo, no es la meta de toda mujer. Personalmente, ahora considero que “realización” es un concepto mejor que “liberación”...
No es común que le den ganas a uno de regañar a hijos ajenos, pero hace poco estuve a punto de hacerlo en una zapatería, con una niña que me tenía con los nervios de punta. Les cuento. Había una señora con dos hijos; un bebé de escasos meses y una niña de ocho años, y esta le dijo a la mamá que quería un par de zapatos porque tenía la fiesta de su amiguita. Primero en tono exigente, luego llorando y gritando, a todo pulmón pedía sin parar ¡Mamá, quiero los zapatos! ¡Cómprame los zapatoooos! Gritaba. La madre estaba ocupada probándole los zapatos al bebé, le dijo dulcemente que esperara unos minutos que estaba ocupada con el hermanito. La chiquita seguía con su llanto hostigoso, hasta que a la madre se le crisparon los nervios y le pidió a la vendedora que le trajera los zapatos que la niña quería…. Yo, que estaba allí, también probándome unos zapatos, ya estaba con dolor de cabeza por los gritos y llanto de la niña; yo quería salir corriendo de la tienda por no escuchar a esta dichosa niña. Ceder a las demandas de un niño es el camino más fácil. Sin embargo, hacerlo constantemente puede dar pie a que el niño adquiera el hábito de pedir cada vez más cosas y a gritos. “La televisión y la publicidad inculcan el afán de consumo en los niños” y todos los juguetes o videojuegos que ven en la TV lo quieren. Yo creo que, desde un principio, y cuando tienen uso de razón hay que aclararle al niño que todo aquello que se les compra es resultado de una profunda deliberación. Dele una idea de las consideraciones económicas que intervienen, por ejemplo, la decisión de comprarle un videojuego o un celular. No obstante, cuando esté en posibilidad de comprarle algo imprevisto, no le dé el pretexto de que no tiene dinero. Si sus hijos ven a ustedes comprar sus caprichitos, ellos creerán con razón que también deberían ceder a los de ellos. Como ven esto no es fácil. Pero, pueden recordarles que la felicidad no radica en poseer muchas cosas, y que hay artículos de no buena calidad que no vale la pena comprar. Enseñarles estas distinciones los ayudará a ser consumidores sensatos y ahorradores disciplinados cuando sean mayores. Bueno, tampoco es que todo debe ser negativo. En el caso del niño, si le pide algo que es útil para él, dele la oportunidad de ganarse el dinero para que él lo compre. Dígale algo así como: “Hoy no puedo comprarte ese juego, pero te lo compraré después, si me ayudas a sacar la basura de hoy en adelante”. Esto le servirá de incentivo para desarrollar su iniciativa de ayudar y ganar su propio dinero. Hay muchas tareas dentro del hogar, que los niños pueden ayudar y ganarse su dinerito, como, por ejemplo: recoger la mesa después de la cena, dar de comer al gato, perro, regar las plantas y otros quehaceres sencillos. Los hijos mayores pueden hacer las camas, regar el jardín y clasificar la ropa que se va a lavar. etc. Tampoco usted crea que es su obligación mantener ocupados a los niños dentro de la casa. Ellos tienen que encontrar la manera y, como niños, de entretenerse con sus juguetes o también hacer las tareas de la escuela. No compre cosas a sus hijos cada vez que va a la tienda o al súper. Muchas veces esta práctica es consecuencia de un sentimiento de culpa. “Los padres que trabajan creen que porque no pueden pasar más tiempo con sus hijos tienen que compensarlos dándoles regalos constantemente, tal vez lo haga sentirse generoso, pero sus hijos pueden llegar a creer que tienen derecho a recibirlos y empiecen a exigírselos a cada rato, o con mayor frecuencia. Un niño que se sale con la suya cada vez que hace un berrinche con gritos y llanto, y si usted lo complace, aprende que puede conseguir lo que quiere comportándose de esta manera, como en el caso de la muchachita de los zapatos.
La envidia, aunque es un sentimiento bastante común, el que no llega a dominarla, puede ser altamente autodestructivo para quien sufre de este mal. La envidia es un sentimiento de deseo de algo que no se tiene. Cuando se generaliza, a la persona que tiene envidia se la suele llamar envidiosa. Algunos sentimientos opuestos a la envidia podrían ser conformidad o indiferencia. La Psicología, Filosofía y otras disciplinas han estudiado la envidia desde diferentes puntos de vista porque no tiene que ser del todo negativa si no provoca algunas reacciones como frustración, ansiedad o hacer mal. La envidia también puede ser un mecanismo de motivación para que una persona o una situación mejore; por ejemplo: cuando alguien siente envidia de una persona, puede ser envidia de la buena. Este sentimiento puede ayudar a la persona a mejorar y a esforzarse para alcanzar aquello que se quiere, que podrían ser muchas cosas. Sobre este «sentimiento» se habla poco y se sufre en mayor o menor grado de la vida. Se trata de un tipo de reacción que tienen la mayoría de los seres humanos, y de aquí, pueden surgir las mayores aberraciones tanto en sufrimiento personal como de proyección hacia los demás, claro, cuando la envidia no es del todo buena. Hablando de los niños, si este ha pasado por episodios de envidia hacia los juguetes de su amiguito, que los destruye porque él no los tiene, y nadie le ha corregido este sentimiento, crecerá frustrado y vacío. Será un adulto envidioso contaminado por el rencor de los éxitos de otras personas, por lo tanto, su vida será un verdadero tormento. Por culpa de la envidia y unido a otros factores, se han visto casos de llegar a hacer daño físico y mental, todo por destruir el entorno de prosperidad y armónico de una familia. En reuniones, es muy común y típico y, donde nunca falta un descontento y amargado, criticándolo todo, diciendo me da rabia ver a ese fulano o fulana, que se quiere robar la atención, es un payaso, no sé de qué se ríen, yo no veo la gracia etc., etc. No todo el mundo es sincero. También hay conocidos que te envidian, simplemente porque luces mejor que ellos. En fin, serían muchos los casos de mencionar. Esto sucede en todos los círculos sociales. En la vida de los artistas, ricos y famosos, aún más, en la de un ser común y corriente e hijos de vecino. Esto no es nada nuevo, se ve a cada rato. Todo por envidia. Aunque, y como ya dije anteriormente, no todo es negativo y malo. Existe lo que decimos “envidia de la buena», cuando elogiamos de corazón a alguien por sus capacidades y sus logros, o porque simplemente sientes admiración por esa persona. Esto no significa tener envidia, es saber valorar. No todo el mundo es envidioso. Si sufres las miradas y las palabras de una persona envidiosa trata de pasarlas por alto, no eres responsable de sus sentimientos, no dejes que te amargue. Tampoco desarrolles confianza con estas personas de mala entraña. Intenta descubrir la envidia a tiempo, así te evitarás muchísimos problemas. Es difícil descubrir al envidioso, a veces se esconden a través de una apariencia amable, acogedora y simpática. Otras conductas son de excesivo respeto o admiración. El envidioso también se alegra de los fracasos ajenos, y sufre con los éxitos de otras personas desaprovechando así su energía, que no es capaz de alcanzar sus objetivos y buscar su propio bienestar. Por último, amigos, si tú te consideras envidioso y quieres salir de este estado, porque te sientes infeliz e incomprendido, trata de sentir el cariño de tus familiares, halla tu propia identidad, cuál es la prioridad en tu vida, valora tus cualidades, que alguna has de tener. No todo es malo en una persona. Y, si necesitas la ayuda de un psicólogo, ¿por qué no? Además, y sobre todo pide ayuda a Dios.
Ninguna relación puede funcionar si no aceptamos a las personas como realmente son. Como seres humanos tendemos a querer cambiar a los demás y hacerlos a la manera que a nosotros nos parecen que deben ser. No chiquitos, no es así…veremos. Es cierto que debemos ser una influencia positiva para los demás; no hay nada malo que imitemos lo bueno de ellos y que ellos, a su vez, imiten lo bueno de nosotros, pero los cambios que se realizan en una persona deben hacerse porque ellos así lo desean y no por nuestro afán de cambiarlos. Hay seres que no tienen amigos, porque quieren que las personas con quienes se relacionan sean perfectas, pero, hasta donde se sabe, aun no nace la persona perfecta, solamente el ente perfecto es Dios. Todos tenemos defectos. Muchos de nuestros defectos son productos de la herencia de nuestros padres y abuelos, la educación, y el medio. Cuando una persona confía en nosotros y nos demuestra su afecto, debemos ver lo positivo que hay en ella y la oportunidad de enriquecernos aprendiendo de sus virtudes y aceptándola con sus defectos, que seguramente son muchos. Muchas de las grandes amistades que han existido se han formado entre personas totalmente diferentes tanto en carácter como en pensamiento, y muy diferentes entre sí. Es importante entender que todos somos diferentes y que la verdadera amistad consiste en armonizar nuestra diferencia y apreciar más a fondo lo mejor de nuestros amigos, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte de su carácter y personalidad. La lealtad es quizás la característica, por excelencia, de una amistad. Algunas veces, por trabajo, estudios u otras preocupaciones, no es posible muchas veces ver a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Llamar a nuestros amigos por lo menos para saludarlos o escribirles un mensaje y preguntarles cómo están tanto de salud como por su familia, es una forma de lealtad; obviamente olvidarnos de ellos es una deslealtad de nuestra parte. Si hubo algún mal comportamiento o un mal entendido de algún amigo, deja allí tus resquemores, y discúlpalo, más aún si sabes que esa persona no es así siempre, porque ser desleal con aquel o aquella. Quizás la forma clásica de demostrar lealtad hacia nuestros amigos es impedir a toda costa que otras personas hablen mal de nuestros amigos, cuando no están presentes y no se pueden defender de ese ataque. Esto no es nada fácil. Es necesario armarse de valor para decirle a quien habla mal, que se detenga en ese momento, y que, si tiene que decir algo de nuestro amigo o amiga, que se lo diga de frente a la persona que insultó. También se demuestra la lealtad estando con nuestros amigos o amigas en las buenas y en las malas. Especialmente si están en necesidades o enfermas. Es más, la verdadera amistad se demuestra en los momentos de prueba, en los momentos más difíciles. Es muy común que cuando una persona vive en la prosperidad le sobren amigos. Esto es fácilmente observable entre gente famosa. Pero ¿qué sucede cuando por cosas de la vida, se acaba el dinero? La gran mayoría de los falsos amigos desaparecen de la faz de la tierra. En una verdadera amistad no hay interés material, el único interés que prevalece es el que se tiene por la persona misma. Interés por disfrutar juntos un vasito de vino, disfrutar juntos lo positivo de la vida; interés por crecer unidos; interés por aprender juntos; interés por disfrutar de la compañía de los amigos sin importar si son ricos o pobres si te pueden dar algo o no… esa es la verdadera amistad. Como amigos podemos sentir empatía y solidarizarnos especialmente con el sufrimiento de quienes queremos en verdad. Los verdaderos amigos tienen la capacidad de entender y compartir los sentimientos, alegrías, en fin, las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios. “Cualquier alegría es más grande cuando se comparte con un amigo; una tristeza es más llevadera cuando se puede descargar con su amigo o amiga”.
Para comenzar diré: creo que nosotras las mujeres, normalmente tenemos un gen que los hombres no tienen, que es el de ser detallistas y demostrar cariño de todas las maneras habidas y por haber. Siempre he dicho que las peleas entre el hombre y la mujer, de esposos o novios, tienen como origen la falta de detalles, y esto siempre es culpa de las mujeres, porque esperamos que ellos sean como nosotras. Física y sicológicamente los hombres y las mujeres somos completamente diferentes. Así que, por lo menos una mujer inteligente nunca hará ningún problema por eso, porque entiende que simplemente a ellos no les da la cabeza para pensar en los mismos detalles de nosotras. Aunque, a toda mujer nos encantan estas cortesías y atención de parte de ellos. Obviamente, no sirve de nada que nosotras mismas les digamos lo que queremos que hagan, porque pierde el elemento «sorpresa». Mi objetivo es mostrarles una pequeña guía de lo que yo pienso de este problema, y como usted lo miraría. Yo, siempre he sido aquí en mi casa, la maestra de los detalles, que los consideraría como los triple B, bueno, bonito y barato. Bonito es decir te amo, te quiero, que suena muy bien. Bueno, porque así fortaleces cada día la relación. Barato porque no necesariamente tienes que comprar una bella tarjeta para decirle a tu hombre cosas bonitas sino, agarrar una página de tu cuaderno, escribir y expresar todo lo que sientes por ese hombre. Como mencioné anteriormente, las mujeres buscamos detalles de corazón y originales, que fácilmente ganan puntos con la letra B. Otro detalle es, que cuando se inicia una relación normalmente las mujeres tienden a meterse con más facilidad en estos amoríos. Comienzan a sentir cosas mucho más rápido. Y no digo que los hombres no lo hagan, pero es más fácil para la mujer decirlo o expresarlo. Los hombres por otro lado creen bueno, en su mayoría, que decir te amo, te quiero, te adoro o te extraño, es signo de debilidad; diría que ellos piensan que al decir todo esto, pierden la libertad de su hombría. Y, esto sí es un detalle que nosotras consideramos muy importante al preguntar: porque no me dices te amo, te quiero, ¿cuándo yo te lo digo? ¿Que no me quieres?. Queridos amigos, si quieren evitarse esa pelea, aprendan esto: En el momento en que les digan algunas de estas frases, NO SE QUEDEN CALLADOS, ni digan gracias, porque seguramente se ganarán un buen insulto. Obviamente hay casos de cuando recién conoces a una mujer, y decirle todas estas palabras bonitas cuando en realidad no las sientes, es lógico porque aún no estás enamorado. Sería bueno que tengan conciencia y digan algo, que no los lleve a una discusión. Cuando llegue el día en que verdaderamente estés enamorado, y le digas a la chica; yo también te amo, te quiero, será la mujer más feliz del planeta. Otra cosa muy importante es, cuando llega un aniversario, siempre es la mujer quien está pendiente de estos detalles y quiere festejar, pero el hombre no recuerda estas fechas, es claro que esto es razón de peleas interminables. Normalmente, los hombres piensan que es un gasto innecesario, pero bueno, no siempre tiene que ser así. Podría regalarle una flor, eso, simplemente una flor. O un chocolate. No se le ocurra regalarle unos globos o un peluche, esto es muy común y fuera de serie. Tienes que ser un poquito más original. Y usted amiga, si le regalan chocolates y está de dieta olvídese, en mi humilde opinión, rompa esa dieta para disfrutar de esos chocolates, que con tanto cariño le han regalado. Para terminar, les contaré: yo soy la mata de los detalles, por suerte Dios me ha dado mucha paciencia. Me encanta hacer toda clase de regalos y adornarlos, sin que me importe recibir nada a cambio. Les cuento, mi esposo no es detallista como yo quisiera, pero tampoco me quejo.
Me parece que la idea de la belleza cambia siempre. ¿Pero cuál es la de hoy? Ciertamente la idea de que la belleza y la feminidad proviene de ser débil y desvalida por mucho tiempo está totalmente desechada. Como la sociedad, nuestra idea de la belleza significaba que debíamos de fragmentarnos. Hoy, para ser bella, hay que ser una mujer plena. La plenitud debe existir en todos los niveles; emocionalmente, intelectualmente, físicamente y espiritualmente. El peso de la belleza ha recaído predominantemente sobre la mujer. La belleza es una carga cuando las mujeres sienten que se trata solo de su aspecto exterior. Las mujeres necesitan nutrir sus personalidades, abrazar la idea de aceptarse y amarse a sí mismas. Hubo un tiempo en que el poder de una mujer se medía solo por su belleza, (como sucedía con las candidatas de los diferentes países, para Miss Universo que tenían que ser bellas y tener exactamente las medidas requeridas. Ahora, no solo eso ha cambiado, sino también la idea misma del poder. La belleza es un proceso constante de enriquecerse, volverse más poderosas, desarrollarse y divertirse al mismo tiempo. Las mujeres están redefiniendo su idea de cómo es la belleza, de cómo es una mujer multidimensional. Ahora es muy importante distinguir entre estos dos términos: belleza y atractivo y su significado. Actualmente existe una tendencia muy acusada de conseguir el atractivo personal, que es el que pone la nota diferencial en la mujer, que no necesariamente tiene que ser una belleza de calendario. Es el ATRACTIVO el que la distingue de las demás mujeres y la personaliza. La mujer que logre que su atractivo por su buena educación, manera de comportarse y llegue a las personas que la rodean, habrá conseguido ajustarse a la belleza ideal de nuestro tiempo, sin ser la reina Cleopatra. Yo afirmo, y tengo un lema, digo, que no existen mujeres feas, sino mal arregladas. Y es cierto. El mundo cuyos sentimientos y sensibilidad han evolucionado hacia una mayor libertad de conceptos, se dirige hacia una personalización de la belleza, realizándose cada persona de acuerdo con sus gustos y forma de vida. Ya existe un mayor acercamiento de los conceptos de belleza del hombre y de la mujer por igual; salvando, naturalmente, las distintas sensaciones provocadas por la sensualidad masculina y femenina. Cabe observar que, si bien la belleza se dirige hacia las industrias de cosméticos y a esa personalización, los intereses comerciales y los medios de comunicación como; radio, televisión, y prensa, producen por el contrario un fenómeno de masificación, provocado en parte por las industrias de consumo. Estas industrias crean, en determinados ciclos, distintas modas o conceptos para poder mantener así un nivel de producción rentable. La moda realmente evoluciona más lentamente que todo el comercio de cosméticos. La mujer puede conservar su atractivo y belleza por encima de esos vaivenes de la moda, puesto que estos cambios son en realidad puramente superficiales. Si usted se siente bien, atractiva y bella con su forma de vestirse o de maquillarse, ese es su atractivo y su forma de decir esta soy yo. La personalidad es muy influyente también, ya que muchas mujeres se caracterizan por el deseo de libertad, de vivir con mayor naturalidad posible. La belleza, como ya lo dije, está influenciada por estas tendencias. Es precisamente ahora cuando la mujer inicia la época de personalización y es cuando es más fácil encontrar a mujeres totalmente extraordinarias, con personalidad propia. Hoy más que nunca es cuando la mujer sabe recoger para su propio bien, lo que posee de sí misma, desechando aquello que no le conviene o que huele a estándar. Por último: la gracia en los movimientos, en la mirada, o en una simple sonrisa puede hacer bella a quien, por un análisis por partes, calificaríamos de “fea”. Esa “personalidad” es el factor que toda mujer, “bella o fea”, debe buscar y encontrar. Poco le sirve a una mujer su belleza, si su propio clasicismo hace de ella una persona aburrida y amargada.
Nosotras las mujeres pedimos PERDÓN más de la cuenta. ¿Estaremos “programadas” de antemano para eso?! ¡Yo creo que sí!, pero espere, esta es solo mi opinión. La próxima vez que tenga un incidente desagradable con alguna persona, como cuando alguien la mira abochornado porque le acaba de dar un tremendo pisotón, cuente hasta diez, mire a la persona de frente, ¡y resista esa urgencia inexplicable de decir! ¡PERDÓN! Si la que merece las excusas es usted. El problema de pedir PERDÓN sin necesidad es muy frecuente. A usted le ha pasado, estoy segura de que sí. Recientemente vi a una muchacha tropezar con otra, con el carrito del supermercado, la pobrecita herida, buscando un papel tisú de su cartera, para secarse el hilo de sangre que le corría por el pie. Herida, no cesaba de pedir PERDÓN a la causante del accidente. Oh no, dije para mis adentros, esto no puede ser así. Acepto que me dio coraje por la situación, y más de ver a la causante del problema irse como si nada hubiese pasado. Después recordé, que, en una ocasión, fui a un restaurante, una señora le pedía PERDÓN al distraído mesero, porque le trajo un filete crudo, el cual ella lo había pedido bien asado. Ella apenada le dijo, «PERDÓNEME, pero tráigame otro». Parece ser que el mundo es una competencia de pedir PERDONES innecesarios. Hay hasta quienes piden PERDÓN a sus invitados en su propia casa, porque llueve, o por la comida que se va a servir, diciendo: PERDÓN, hice una comidita muy sencilla, pero con mucho cariño… Basta con decir… con mucho cariño. Hasta porque el perro se atravesó se pide PERDÓN y así sucesivamente. Yo me pregunto: qué hay detrás de esa urgencia de pedir perdón. Llegué a la conclusión que son sentimientos de culpa, porque estos, buscan una válvula de escape constantemente. La repetición de este comportamiento equivocado de pedir PERDÓN sin razón, muchas veces proviene de una culpabilidad arraigada que data de la niñez. El proceso de escape, que es pedir excusas, se convierte en automático. Esta es mi explicación: desde nuestra niñez es muy fácil provocar un mecanismo emotivo de culpabilidad en un niño, sin mala intención, claro está. Solamente, recuerde si durante su niñez, les han dicho frases similares a estas: “Mamá no te quiere si sigues haciendo eso o aquello», «Debería darte vergüenza ser así», «No juegues pelota en la calle, eso es para los vagos», «Las niñas no juegan a las canicas, eso es de los varones”, en fin, son tantas cosas que uno recuerda de la niñez. Estas formas son equivocadas del adulto al comunicarse con sus hijos. Lo ideal es que se hubiese censurado la acción, pero nunca atacando la personalidad de sus hijos, o puesto en duda el amor de los padres. Tengo unos ejemplos para los nuevos padres y según mi punto de vista deberían ser una comunicación constructiva: Regaño constructivo: «No dejes la ropa tirada» Regano destructivo: “Mamá no te quiere si sigues regando la ropa» O, por ejemplo Regaño constructivo: «Se come con los cubiertos» y no, «Debería darte vergüenza comer de esa manera», que es destructivo Como estos ejemplos, hay muchos más. Otras que inconscientemente el adulto ha manipulado al niño a base de hacerlo sentir culpable, tampoco es que los padres hayan sido malos o muy rectos. Lo que pasa es que a ellos también los educaron de esa manera. Y, es de ahí donde provienen otros problemas a medida que pasan los años. Este tipo de culpa se siente cuando la persona ya adulta depende demasiado de la aprobación de los que tiene a su alrededor, de la madre, el padre o esposo. Hay un libro maravilloso que leí: «Tus zonas erróneas”. Estoy segura de que a través de sus consejos ha liberado a muchas personas de la constante necesidad de la aprobación ajena y de pedir perdón. Por último, libérese para siempre de esa urgencia de pedir PERDÓN, su estimación y confianza se reflejarán en el modo de vivir su vida.
Si existe una emoción que destaca por su mala fama esa es la ira. La razón por la que se castiga socialmente con frecuencia reside en el comportamiento agresivo de la persona. En otras palabras, se da por hecho que sentir ira va asociado con una conducta violenta. Les cuento. Fui al hospital, donde me hicieron una intervención de rutina. Llegó el momento donde me llevaron a la sala con todos los pacientes que esperaban allí, justo a lo que yo iba también. Como es la costumbre, te asignan a una enfermera para que me prepare. Desde el primer instante vi en esta enfermera que algo le pasaba. Una jovencita morenita, y chiquita, que no tenía buen aspecto, lucía enojada y disgustada con la vida. Cargaba en su rostro un problema. Comenzó con lo de siempre, la puesta del suero, me jaló el brazo con ira y de un solo jalón metió la aguja en mi brazo, que me hizo gritar por el dolor causado. Total, fue en esos momentos que volcó su ira o frustración conmigo. Como era lógico, le reclamé y le pregunté porqué estaba actuando de esa manera tan brutal, pero, en esos precisos momentos, entró el doctor de la anestesia y ya no pude seguir hablando. Después que pasó todo este proceso, llegué a casa y me puse a pensar en lo que me había sucedido. Llegué a la conclusión, de que el problema de la ira no es la ira en sí, sino lo que hacemos con ella. Dado que tenemos muy en claro como un mal comportamiento este hecho, la mayoría de las veces pasa por reprimir, invalidar y bloquear esta emoción. Para entenderlo con facilidad y mejor, sentir rabia y tratar de reprimirla, no es la mejor opción. Debemos comprender que la ira cuando no se controla y no se domina puede causar frustración y mucho coraje, dañando así a muchas personas que conviven con ella. Y, hablando de esta chica, justamente en ese día de mi intervención tuvo problemas personales, y para calmar su frustración e ira se desquitó con mi pobre brazo. Sé que la ira es solo una emoción natural que debemos comprenderla, aunque esta representa un potente mecanismo adaptativo en algunas situaciones. En muchas ocasiones, la rabia nos desborda porque estamos muy habituados a reprimir aquello que pensamos, sentimos o necesitamos. Es importante trabajar en mejorar nuestra forma de comunicarnos con los demás para poder ventilar aquello que llevamos dentro. De la misma manera, es fundamental saber poner límites a quien nos hace daño y marcar terreno. Hay que aceptar la rabia, no la ignores ni la juzgues. Socialmente todos aprendemos que la ira es algo indeseable. Sin embargo, una actitud juiciosa hacia ella no nos ayuda a relacionarnos de manera sana con lo que sentimos. Si sientes rabia, acéptala, admite las sensaciones que la acompañan y llámala por su nombre, “no dores la píldora”. No le des vuelta a la cabeza pensando que no deberías sentirte así, o que eres una mala persona. Sentir rabia es de humanos. El problema mayor sería cuando se actúa de forma descontrolada y que no pueden corregirse de forma sana o solucionar el problema ya sea familiar, con la pareja o en el trabajo. Y esto fue lo que sucedió con esta enfermera del cuento, ella tuvo un problema con alguien del trabajo. Para terminar esta historia les digo que después que salí de la anestesia, mi doctor de cabecera estaba en mi cuarto esperando que despierte. Seguidamente, comenzó a darme los resultados de la intervención. En esos momentos estando cuerda y con todos mis sentidos, le comenté lo que me había sucedido con la enfermera. Lógicamente me pidió el nombre de la chica, pensé un poco, y solo le respondí que no me di cuenta de su nombre. No se lo dije porque no quise hacerle daño a la enfermera. El doctor se disculpó en nombre de ella.
Diría que es muy importante conocer el amor, y que nadie muera sin haberlo conocido. Hubo una persona en mi familia que se casó muy jovencita, al poco tiempo se divorció. Le quedó una hija de este matrimonio. Desde ese fracaso, esta mujer quedó bastante traumada en lo que se refiere al amor de pareja. El caso fue que le entregó su hija al padre, para que él se hiciera cargo de la niña. Después de la separación de su esposo, esta mujer tuvo algunos amores pasajeros. Entre algunos de ellos, encontró a un hombre que se enamoró verdaderamente de ella, se casaron y tuvieron dos hijos. Ella nunca demostró verdadero amor por su marido. Él sí la quería y le consentía todos sus caprichos. Esta señora vivió toda su vida amargada e infeliz, sin sentir amor verdadero por nadie. Después de algunos años de matrimonio, falleció el esposo. Uno de los hijos se la llevó a vivir con él y su familia; pero por su amargura, mal carácter e imposición, nunca se llevó bien con la nuera y siempre tuvieron problemas. Al final de su vida murió resentida con el mundo entero, y sin amor. En mi opinión, creo que nadie debe morir sin amor. Es una pena, y propicio decir que en el mundo mueren personas que por una razón u otra nunca conocieron el amor, porque no supieron superar las vicisitudes y frustraciones que les tocó vivir. Con todo esto, coincido con alguien que dijo: “No ser amado es una simple desventura; la verdadera desgracia es no haber amado” Y, ¿porque algunos no amaron? simplemente porque en algunos casos se pasan confundiendo el amor. Me estoy refiriendo al verdadero amor de pareja, al que se va descubriendo a través de los años, en las adversidades y en las alegrías. Este amor verdadero se va descubriendo poco a poco, porque en realidad, es así como que te vas dando cuenta de las cualidades, y los defectos de tu compañero de vida. Si te acoplaste a lo bueno y a lo malo de esa persona, y descubres que ÉL es el correcto, que no es la sexualidad lo que te llevó a compartir con esa persona, entonces esa es tú pareja. El verdadero amor, el amor ideal, el amor que sentimos por ese ser amado, es del alma, es el que desea la felicidad de esa persona. Por esto y más, la primera cualidad debe ser el desinterés, y la honestidad, porque un amor interesado es desleal, y una burla a la persona que se dice amar. Si aún no tienes claro qué es el verdadero amor, te lo repito, es un sentimiento de afecto, de cariño, que se tiene por la pareja. Si hay amores que hacen referencia a un sentimiento de atracción sexual y emocional, pero ese amor, como vuelvo y lo repito, no es amor verdadero. Hay amores platónicos, no correspondidos, y amor a primera vista. Todos estos amores son solo mitos, son atracción del momento. El amor como tal, solo se construye con los años, junto a ese ser amado. Y para terminar y en mi opinión, si se debiese conocer el verdadero amor. Lo que pasa es que muchas veces confundimos enamoramiento con amor. Tú te puedes enamorar de muchas personas en tu vida, pero eso no es amor. Entonces, ¿qué es el amor? vuelvo y repito de otra manera: el amor es una compenetración profunda entre dos. Después que te casas y te vas con esa persona, es cuando se unen, y juntos van descubriendo lo que es vivir en comunión. Nada es fácil, toma su tiempo. El amor es uno de los valores más importantes, necesarios y esenciales para una vida feliz. Además, es un sentimiento moral, que nos conduce a actuar bien con esa persona que amamos. Sobre todo, nos lleva a tener una vida plena de paz, tranquilidad y alegría.
Los años van dejando en toda mujer las huellas de su paso, y este, al transcurrir el tiempo, puede muchas veces acrecentar su belleza. Algunas mujeres se ven más bonitas al pasar los años, dejando en el rostro notas de experiencias que personalizan todavía más el conjunto de cualidades. La vejez es un proceso lento pero inexorable, difícil de controlar e imposible de evitar. Es la mujer quien debe evitar engaños y ser sincera consigo misma. Es preciso ir variando suavemente el maquillaje, el estilo y el modo de vestir, a fin de compensar con notas de mucha personalidad y elegancia. El hombre reconoce con más claridad el paso de los años de su mujer, que sobre sí mismo. Cuántas veces viendo las fotografías de otros tiempos, se puede apreciar claramente la pérdida de la juventud, con una nota de nostalgia, recordando todos esos momentos que podríamos decir, de “GLORIA” en nuestra vida. Existen algunos maridos que aceptan en la mujer el paso del tiempo como una necesidad biológica, pero, se niegan a perder de ellas aquella sonrisa o las curvas del cual se enamoró. Por esto, en caso de separación o divorcio, que muchas veces sí, ocurre, el hombre a esa edad madura siempre busca mujeres mucho más jóvenes que ellos, con la única esperanza de volverse a encontrar con ese pasado, sin fijarse detenidamente que ÉL, también está envejeciendo, pero ellos no lo ven así, porque se creen muy machos e irresistibles. Sin embargo, en el caso de la mujer madura, y con la experiencia de mujer, tiene armas suficientes para atraer al hombre acorde a su edad. Aunque sí existen mujeres que también les gustan los jovencitos, pero para ello, deben de evitar exageraciones que serían totalmente contraproducentes. La mujer también puede mantener un aspecto joven por mucho tiempo, sometiéndose a costosos tratamientos médicos de cirugías, y muchas técnicas más. Generalmente algunas sí lo hacen para verse y sentirse más atractivas. La realidad es que con el paso del tiempo y los años encima, la verdad es más “cruda” que algunas mujeres con la obsesión de verse más joven, caen en un verdadero shock nervioso y psicológico por no aceptar lo inevitable y lo más natural de la vejez. Comprender a la vejez no es algo sencillo, siendo que existen diversas formas de verla. La vejez generalmente se asocia con una edad mayor, aunque esto sea sólo relativo, ya que aquí entran más factores para determinar la vejez, como el tipo de edad biológica, por la edad del individuo podemos entender la posición presente y las expectativas respecto a su duración potencial de años de vida… si hay alguna deficiencia en la salud, esta situación limitaría el ciclo vital. Se dice también que existe la edad “psicológica”, que se relaciona con la capacidad de adaptabilidad del sujeto a lo que se llama envejecimiento, es decir, aceptar la realidad. Con el paso del tiempo o los años vividos, las personas no solo adquieren conocimientos, también aprenden a afrontar los cambios, actuar ante los desafíos y ser eficientes en cada cosa que practiquen o hacen. Por último, es erróneo pensar que la vejez es un sinónimo de incapacidad, hay que quitarse la idea de que las personas mayores son funcionalmente limitadas. Si después de un divorcio quieren darse una segunda oportunidad con una nueva pareja, ¿por qué no?... Así que amigos, a disfrutar de todo lo que quieran y puedan hacer con sus vidas, la vida que les queda, sin pensar en que nos estamos poniendo viejos. Con todo esto que les digo, he llegado a la conclusión de que la edad no es exactamente un indicador de vejez, son solo números y nada más. Hay que aceptar que es una etapa vital basada en el transcurrir del tiempo, por lo tanto, inevitable. Después de todo con una buena actitud y confianza en nosotros mismos podemos darle un gol a la tan temida VEJEZ.
Estuve en una reunión donde por casualidad escuché esta conversación entre un grupo de amigas, quienes comentaban sobre una situación de abuso sexual, del que había sido objeto una niña desde la edad de cinco años. Es verdad que estos sucesos de abusos sexuales siempre han existido, pero últimamente se está escuchando más y más estas atrocidades. Y son mucho mayor los números de estos casos que se reportan diariamente a la policía. Muchos de estas situaciones son niños abusados en sus propias casas, como en esta historia que les cuento de esta niña en particular. Lo que decían era que una pareja, amigos de una de ellas, que por equis razones se habían divorciado. Sucede que, en la corte familiar, el juez le dio la patria potestad a la madre, con la condición de darle al padre el derecho de estar con su hija cada dos semanas. La niña llorando decía que no quería seguir esa regla. ¿La madre asustada le preguntó por qué? y, fue el momento donde la niña, (ahora de 14 años) contó todo el martirio que había estado viviendo. Les dijo que el padre la había abusado desde la edad de 5 años, y que seguía haciéndolo. Francamente, cada vez que escucho sobre esta crueldad tan grande, me da coraje y me digo, cómo pueden existir esta clase de monstruos, ensañarse así con estas criaturas inocentes, y peor si es el padre. Esto es lo más repugnante que pueda existir. ¿Pero, cómo conocer a esta clase de animales? Simplemente el abusador amenaza verbalmente a su víctima, o la toma por sorpresa, que así la víctima no puede defenderse, mucho menos una niña de escasos años. Los padres que abusan a sus hijas, por lo general ejercen poder total sobre su familia, son patriarcas que creen que su esposa e hijas son de su propiedad sexual. Yo los llamaría machistas, analfabetos e ignorantes en toda la extensión de la palabra, que no deberían vivir en este mundo. Lo peor es que en la mayoría de estos casos, existe el chantaje emocional, ofreciendo con dinero todo lo que la víctima desea tener. También usan el viejo truco de hacer sentir culpable a la víctima con frases como: “Si me quieres me dejarías tocarte” o “Te voy a enseñar acerca del sexo, porque debes saberlo”. Lo peor de esta maldad es que meten miedo a la víctima amenazándola y diciéndoles “Si dices algo de esto, mato a tu mamá”. El incesto de padrastro-hijastra ocurre muy a menudo y en su propia casa. En muchas ocasiones la chica sí comunica a la madre lo que está sucediendo, pero ciertas madres no creen a sus hijas, las tildan de mentirosas porque creen más al marido. Estas mujeres no quieren perder al marido, y según mi opinión, porque “ellas son más mujeres, que madres”. Estas víctimas de incesto tienden a casarse a edad temprana, no terminan su educación secundaria, desempeñan trabajos poco renumerados, padecen de un alto complejo de inferioridad. Tampoco logran mantener una larga relación con ningún hombre y, por lo consiguiente son muchas las que practican el lesbianismo. Estos abusos, además les causan irreparables y severos efectos traumáticos que, en muchas de ellas, llegan al suicidio, solo por la irresponsabilidad, la lujuria, el morbo y la maldad de estos hombres sin escrúpulos. La opinión clínica y popular, afirma que estos abusos de incesto “padre e hija” es el que más causa irreparables y severos efectos traumáticos en la víctima. La manera cómo criamos a nuestras niñas, y la educación que debemos darles acerca del sexo tiene grandes efectos en la prevención de estos abusos. La mejor solución es mantener una unión cercana entre “madre e hija” y tratar que esta complicidad perdure por siempre, con cariño y amor. Para terminar esta historia de la niña, el padre fue juzgado y mandado a la cárcel por 17 años, que para mí concepto es muy poco. Deberían haberlo encerrado para siempre, por haberle hecho desgraciada la vida a su propia hija.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia en las escuelas. Es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor subyuga a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o con la complicidad de otros compañeros para hacer daño físico. Los agresores atemorizan a los más débiles y abusan de ellos, que, sumado a esto, con las redes sociales donde encuentran un sinnúmero de tácticas para todo, se convierte en serios problemas que dejan huellas emocionales profundas. En primer lugar, se debe enseñar a los hijos que deben enfrentar a estos sujetos de la mejor manera posible. ¿Pero, cómo saber si los hijos son víctimas de los acosadores? Creo que lo primero que hay que hacer es observar el comportamiento de sus hijos. Si notas que actúan diferente, expresan ansiedad, duermen mal, no comen bien, no quieren participar en actividades que antes disfrutaban, ni desean ir a la escuela, entonces conversa con ellos, para que sepas que es lo que está pasando, y ponerle fin al sufrimiento de tus hijos. En algún momento todos los que somos padres hemos pasado por esta situación, ya sea con uno, u otro de los hijos. Yo, personalmente lo pasé con mi hija. Hasta que fuimos a la escuela, hablamos con el Rector y con los mismos acosadores y, así se puso punto final al problema. Nunca más la molestaron. En estos casos, y por esta razón, siempre hay que estar pendiente de lo que está pasando con ellos. En muchas ocasiones, este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder, que es ejecutada por un agresor más fuerte. El sujeto maltratado queda así, expuesto física y emocionalmente ante el agresor, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas; es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que muestre nerviosismo, tristeza, desamparado, se siente solo y sin compañía. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre terminar con su vida. Esto, ya lo hemos visto varias veces, niños que no han soportado la situación, y llegan al suicidio. Todo esto no es más que las consecuencias propias del hostigamiento hacia estos niños sin límites de edad. Estos «problemas» generalmente tienen consecuencias emocionales, que por lo general vienen de familias disfuncionales, matrimonios rotos, madres solteras, que por muchas razones no pueden estar pendientes de ellos. En fin, son muchos los motivos que existen en la vida de estos niños. Es entendible, que, en la mayoría de los casos de madre y padre, tienen que trabajar para sostener su familia, pero también es verdad, que por estar embebidos en el trabajo haciendo dinero, no se dan tiempo para cuidar, educar y enseñarles el camino del bien a sus hijos. Es verdad, que los niños que insultan golpean a sus compañeros, faltan el respeto al personal de la escuela, rompen los artículos escolares en su salón, son acciones violentas, que, en muchas ocasiones, son los mismos padres que lo realizan, los hijos aprenden desde temprana edad, y siguen el mismo ejemplo, de lo que ven o vieron en su casa. Cuando todo esto ocurre en la primera etapa de la escuela, muchos de estas violencias, se podrían calificar como problemas de disciplina y conducta, pero cuando llegan al término de la adolescencia, o de adultos, y faltando a las leyes, se convierten en actos más graves y delictivos. Para terminar, les diré, que la violencia de estos niños ha sido justificada con todo tipo de teorías y razonamientos como: biológicos, psicológicos, sociales, económicos y culturales. Se insiste en que todos nacemos con capacidad para la compasión, la abnegación, la generosidad y la empatía. Así pues, si al niño se le enseña a ser generoso, pensar en los demás, comprender, respetar, y a ser tolerante, desarrollará más actitudes positivas y le resultará imposible maltratar a los demás.
Qué hay de cierto en que las niñas son más de los padres y los niños de las madres. Veremos. Verdaderamente y según los entendidos en esta materia, dicen que no creen que haya una regla general que afirme que las niñas se parecen más a su padre que los varones. Dicen que la apariencia física de un niño está determinada por una combinación de genes de ambos progenitores. La herencia genética puede ser compleja y variada, por lo que es difícil hacer opiniones basadas únicamente en el género del niño. Sin embargo, es posible que en muchos casos se puede observar que “la primera hija si se parece al padre”. Se dice generalmente que esto depende de los genes heredados de cada progenitor. Aunque yo, sí creo firmemente que las hijas mujeres heredan completamente las características del padre. En mi caso, soy madre de mi única hija mujer, ella es exactamente igual al padre, como decimos coloquialmente, “genio y figura hasta la sepultura”. Ella heredó todas las características del papá, es el espejo de su padre, bondadosa, genio cambiante, su manera de ver las cosas en la vida, amiguera, voz fuerte, ayuda a los necesitados, le gusta hablar, es de mucha conversación, “igual al padre”. Según mi opinión, sí es verdad que las hijas mujeres se parecen más al papá. En estos casos, heredan todas las características genéticas de él, más que los de los varones. Y esto es porque las niñas heredan el cromosoma X del padre, mientras que los niños varones heredan el cromosoma Y del padre. El cromosoma X contiene el gen que determina el sexo femenino, mientras que el cromosoma Y contiene el gen que determina el sexo masculino. “Niñas de papá” y “niños de mamá”. Esos dos conceptos llevan años estancados en la sociedad y en todas las familias. Se suele pensar que las hijas se sienten más protegidas por sus padres, y los niños por sus madres. Pues bien, esta creencia no está del todo errada. Y, en mi experiencia con mis hijos, aquí entran en juego los conceptos psíquicos del complejo de Edipo, (amor del varón hacia la madre) y el complejo de Electra (amor de la hija hacia el padre). Esto lo tengo bien marcado en mi vida. Mis hijos varones han sido bastante amorosos, unidos y confidentes conmigo, mientras que mi hija, toda su vida ha sido su padre para todo. Hasta el día de hoy, en su adultez, siempre es el padre primero. Eso no quiere decir que no me quiera, nos queremos mucho. Nunca hubo conflictos entre madre e hija, ni nunca la relación ha sido tirante, ni dónde motivos mínimos o aparentemente insignificantes generen desacuerdos o reproches. En estos complejos de Edipo y Electra, los progenitores del sexo opuesto “se convierten en un modelo a seguir, potenciando y admirando sus cualidades. “Las niñas con el padre se sienten protegidas y apoyadas, y los niños ven en las madres como una figura de cariño y amor, así como el apoyo cuando tienen problemas. En el caso de las niñas, es natural que ya de adolescentes, conocen otras figuras masculinas, como un posible noviecito, y comparen y elijan perfiles parecidos a su padre, e igual los niños, cuando llegan a jovencitos y les interesan alguna muchachita, ellos en primer instante, buscan con las cualidades de la madre, aunque no todos son así, porque después cambian radicalmente. En todos estos casos, lo justo de los padres sería permitirles tanto al niño, como a la niña, que pueda ir decidiendo lo que van queriendo en su vida. Sin dejar de “supervisar” a distancia. Y, para terminar quiero referirme a cómo en realidad las niñas adoran a su padre. Cuando una de mis nietas tenía solo 6 años, le dijo a la mamá: yo nunca me casare… ella le replicó, ¿por qué? mamá dijo la niña: porque tú ya me ganaste “al hombre más maravilloso del mundo” … mi papá.
Cuando un hijo comienza su vida escolar y va a la escuelita por primera vez, seguramente se sentirá extraño en un aula de clase y con gente nueva a su alrededor. Primeramente, sería bueno que, en el rol de padres, educarlos y guiarlos, diciéndoles lo que van a aprender en su primera escuelita, es decir, prepararlos con anticipación para que no del todo sea sorpresa para ellos. Este será el camino que les tocará vivir en toda su vida estudiantil. Recuerden que cada niño tiene su propio estilo e inclinaciones para aprender: a solas o rodeados de gente, tumbado en el piso o sentado en su escritorio. Lo importante es que se sienta a gusto y sin temores. Por todo esto, es bueno dejarlos aprender a su manera. Digo todo esto porque año tras año los maestros y padres se empeñan en imponer patrones a los niños: que hay que escribir con la mano derecha, no con la izquierda, sentarse correctamente, guardar silencio, etc., de lo contrario, no podrán concentrarse ni aprender nada. Esto confunde a los niños. Si es zurdo, pues déjelo que sea zurdo, si le gusta hacer sus tareas en el piso, pues que los haga, lo importante es que se interese por aprender. Ahora se ve que los maestros explican las lecciones en términos generales y para desgracia, sin preocuparse de si los niños aprenden o no. Lo esencial para ellos es enseñar de acuerdo con el sistema que les fue impuesto y mantener el orden en clase, y nada más. En casa, muchos padres siguen analógicamente este sistema. A una hora determinada exigen que los niños se sienten a hacer la tarea. Si se levantan o hacen ruido, se les reprende. Y ni por un momento piensan que quizás, este NO sea el momento en que sus mentes funcionen mejor. Muchos prefieren jugar con sus juguetes, y así tendrían un descanso de la escuela, para después concentrarse en sus lecciones escolares. Cada uno tiene su estilo. Recuerdo que, en mis años de estudiante, yo aprovechaba más en la tarde, o en horas tempranas de la mañana, los ruidos no me molestaban (ni me molestan todavía mientras escribo), en cambio el silencio absoluto y la soledad siempre me han deprimido y me han hecho producir menos. En el bachillerato, en el patio de la escuela, (que era de monjas y todo cerrado), antes de entrar a clase solía repasar las lecciones en voz alta, con un grupo pequeño de compañeras. En la universidad, ya no repetía las palabras en voz alta, esto me hubiera hecho perder un tiempo precioso. Prefería leer todo capítulo, para adquirir una visión de conjunto, y después analizarlo parte por parte, a veces hacía un cuadro sinóptico o escribía un resumen de lo que había leído, esto me ayudaba a interpretar y a recordar la materia. Ahora, se ven muchos niños pequeños que quieren hacer cosas por sí mismo: construir cositas con sus legos, observan los procesos mecánicos; mientras otros, más imaginativos, prefieren la lectura, diseñar carros en dibujos, etc., así su cerebro trabaja más y decidirá qué le gusta para una carrera en el futuro. Lo que pueden hacer los padres, cuando comienzan la escuelita, sin que el estudio constituya para ellos un sacrificio, sería, primeramente, observar a su hijo: ¿Le gusta hacer las cosas por sí mismo? ¿Prefiere la compañía y ayuda de otros niños? ¿Se siente mejor orientado por los adultos? ¿O se tratara de un líder nato, con clara inteligencia, que gusta enseñar y dirigir a otros? De acuerdo con las respuestas a estas preguntas, los padres deben facilitarles a sus hijos el que estudie solo, o en compañía de amiguitos de su edad, o con personas mayores. Por último, en caso de que prefieran estudiar con otros, debe tenerse cuidado de que los chicos o grandes no sean quienes le hagan la tarea, sino que se limiten a intercambiar ideas y darles explicaciones que les ayuden a comprender y a ser exitosos en sus estudios.
¿Que sea bella y tenga un cuerpo espectacular? Si pensó esto, no se equivoca. Eso es con exactitud, pero, solamente la primera vez. Porque luego, las cosas cambian radicalmente. Es mucho más lo que les impulsa a buscar a una mujer, y precisar exactamente por qué le gustó tanto. Hay muchas razones por las que ellos buscan algo más que una cara bonita. Claro está que, a las mujeres llamativas por su belleza, todos los hombres las miran. Es lo más natural del mundo, igual que nosotras miramos a los hombres guapetones. Con la primera mirada, hay muchas miradas posteriores, que son las que cuentan. Por eso preguntemos, ¿qué es lo que hace que un hombre vuelva a mirar?, y lo haga con renovado interés, como quien desea descubrir algo, tal vez semiculto, que probablemente no captó del todo en aquella primera mirada. Las segundas y posteriores miradas masculinas suelen tener más de interés que de admiración. Mientras la primera mirada casi siempre se agota en el atractivo físico, las que vienen después tienen otro carácter, mucho menos superficiales, más profundas. Cuando el hombre vuelve a mirar, es porque en aquella mujer hay algo que la acerca a sus emociones y sentimientos, no solo a su sentido de la vista y a su instinto sexual. Cuando un hombre mira con insistencia a una mujer tan pronto acaba de conocerla, siempre lo hace porque un algo que no tiene límites, lo está impulsando a conocerla por dentro, no solo por fuera. Conocí un caso de dos primas. Ellas fueron a una fiesta donde conocieron a un chico, quién a su vez él se fijó en una de ella, que es muy bonita y atractiva, lo cual llamó la atención de este sujeto. A los pocos minutos ya estaban bailando y conversando. Después de un rato, este chico no bailó más con la bonita, sino que estaba entretenido con la menos agraciada. Al despedirse, se comprometió a visitarla al día siguiente. Él se enamoró perdidamente de la chica, después de un corto tiempo, le propuso matrimonio, se casaron y siguen felices. ¿Qué le gustó de ella?, su inteligencia, su amabilidad, su bonita conversación, su sentido del humor, cosas que no vio en la otra. No estoy diciendo, que la belleza física no cuenta, claro que cuenta, y muchísimo. Como un consejito diría: si una mujer quiere tener una agradable compañía masculina ya sea solo para ir a una fiesta, o busca a alguien para matrimonio, es muy importante, tratar de sacarle el máximo partido posible a los atractivos físicos que Dios nos dio. Aparte de todo esto, debes ser agradable, tener una bonita conversación, vestirse con buen gusto, sin seguir la moda del momento, que a veces son un desastre. Si alguna de esas modas no es para ti, no la uses. Siempre existe la moda tradicional que es más elegante. Maquillarse con el mayor acierto posible, escoger el corte de pelo que te favorezca, usar un perfume sexy y femenino, y sacar tu verdadero sex appeal, que todos tenemos. Los hombres tienen ojos en la cara, saben apreciar el hechizo femenino y, ¡por supuesto, a ninguno le gusta despertarse en la mañana con un esperpento en su cama! Y, ¿qué es el sex appeal? Es muy difícil expresarlo en un concepto o fórmula. Yo diría, que es un conjunto de factores, o atracción sexual que tienen algunas personas, tanto en mujeres como en hombres. Hoy se enfatiza exageradamente los elementos puramente físicos del sex appeal. Se cree que llevar unos tacones muy altos es sexy, aunque tengan problema al caminar, otras se visten exageradamente enseñando los pechos, y minifaldas que no dejan nada para la imaginación. Y, para terminar, ¿qué es lo que hace a un hombre mirar dos veces? La respuesta se resume en una sola palabra USTED, en su integridad física, mental, emocional, social y de buena educación, es lo que un hombre, MIRE DOS VECES.
Para mí concepto, la esencia de la verdadera amistad radica en los valores que son el cimiento de las relaciones duraderas, es una relación afectiva entre dos o más individuos. Es una relación donde una persona tiene afecto y cariño por otra y tiene sentido de lealtad, protección, etc., la amistad puede existir entre hombres y mujeres. La amistad puede provenir de diversas fuentes, como el medio donde las personas viven, por ejemplo: en el trabajo, escuela, universidad, y los amigos en común. Algunos amigos, incluso se llaman a sí mismos mejores amigos, porque se consideran más que amigos, como hermanos de corazón. La amistad no tiene que ocurrir con la gente que son exactamente iguales, con los mismos gustos y cualidades. Aunque, en ciertos casos es precisamente ese hecho lo que los une. La amistad tiene la función de complementar a la otra persona, con sus ideas, los momentos de vida, información, etc., es importante tener a alguien con quien compartir los bellos momentos y sentimientos. Con el paso del tiempo una amistad y sin darnos cuenta, se fortalece por la convivencia, que ha traído aficiones, gustos e intereses en común, compartiendo preocupaciones, alegrías, triunfos y la seguridad de contar con apoyo incondicional, Es por esto de gran utilidad considerar la importancia que tienen otros valores para fortalecer la amistad, entre los más importantes se encuentran: flexibilidad, comunicación, lealtad, generosidad de tiempo, y agradecimiento. La flexibilidad, que es la adaptación a los distintos ambientes, facilita la convivencia, facilita la comunicación y permite acrecentar nuestro círculo de amistades. La comunicación, quiere decir que es una agradable conversación y compenetración. Comunicarse significa participar de nuestro yo a nuestros amigos, con la sinceridad de las palabras, transmitiendo nuestros verdaderos puntos de vista. La forma más simple de conservar una amistad es la honestidad y sinceridad. La lealtad, en una verdadera amistad, se ha convertido en un tema utópico en este mundo globalizado, donde las personas son capaces de pasar por encima de sus propios intereses por un buen amigo. Aunque, por otro lado, existen amigas o personas que dicen llamarse tú amiga, pero no hay lealtad en ellas ya que solo aparecen para informarse de lo que sucede contigo, para averiguar lo que quiere saber de ti, o de tu familia, pero ellas, nunca cuentan ni quieren decir nada de su vida. Estas no son verdaderas amigas y ni hay fidelidad. La seguridad de contar con grandes amigos es muy importante, sí, pero cuando hay sinceridad. Hay muchas personas que dicen ser tus amigos del alma, y no es verdad, a estos hay que tenerlos de lejitos. Ellos no son del todo sinceros, porque allí siempre sale a relucir la envidia. Hay un dicho que dice: “Al enemigo hay que tenerlo cerca”, porque de esta manera conocerás su verdadera personalidad y descubres su otra cara de la moneda. Esto afecta significativamente la relación, a la vez provoca desconfianza porque simplemente se te rompe la conexión que tuviste con dicha persona. Sería de gran importancia una conexión más estrecha con la persona que crees no es del todo sincera, es decir, estudiarla más a fondo porque así te darás cuenta de cómo es realmente. La generosidad entra también, y es hacer lo posible por otorgar nuestro tiempo, recursos, conocimientos y cualidades cuando nuestros amigos lo necesiten, no importa si piden o no nuestra intervención. El agradecimiento siempre es muy importante. Agradecer por los favores que nos han hecho sin ninguna recompensa, esto tiene mucho valor. Además, fortalece más significativamente la unión de hermandad y de amigos. Y, para terminar, les diré: son verdaderos amigos quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos. Ser leal también es hablar claro, ser franco y tener siempre lealtad con ese amigo. Me despido con esta cita: “LA AMISTAD NO SE TRATA DE QUIÉN VINO PRIMERO O DE QUIEN TE CONOCE MÁS TIEMPO. SE TRATA DE QUIÉN LLEGÓ Y NUNCA SE FUE”.
Conozco de cerca a una persona, que es súper negativa en todo lo que lo rodea. Solo le digo a esta persona que en el mundo existe mucha gente con mente negativa, pero, se puede abandonar esa actitud y hacerse un mundo mejor con fe y esperanza. Inicia desde ahora una nueva vida positiva, tú eres capaz de lograrlo. Tendrás vida que quedará en tu subconsciente como vida natural, impregnada con la fuerza en todo tu ser físico y mental. Yo sé que eres capaz de hacerlo. Realmente puedes lograrlo. Inténtalo ahora llevando contigo no tan solo pensamientos positivos, sino que una vida positiva fruto de esos pensamientos. El pensamiento positivo afecta todo lo que haces, se llena de elevadas vibraciones en todo lo que te rodea. Solo trabaja en tu beneficio y en los demás, sobre todo en tu familia; dado que, en el reino de la mente, lo positivo atrae lo bueno y rechaza lo malo. Se agradecido con lo que tienes, esto no quiere decir que no desees algo más en la vida; siempre habrá delante de ti nuevos logros que cumplir. Usa siempre dos palabras mágicas: PUEDO y QUIERO. Puedo ser mejor, quiero ser mejor. También tengo una frase mágica que siempre la repito: YO SOY CAPAZ. Yo soy capaz de ser mejor y lograr todo el éxito que quiero en todas mis metas positivas. Yo, te aconsejo que dejes el negativismo, e iníciate desde ahora para una nueva vida siendo positivo. No hay edad, y nunca es tarde para recapacitar y hacer nuevos cambios. La ciencia ya lo ha demostrado. Si tú quieres, tú puedes. Pídele a tu «yo» interno ayuda para iniciar el cambio y vivir una vida positiva de ahora en adelante, aprendiendo el arte del buen pensar, pidiendo cada día más y más cosas positivas. Todos cometemos errores, ¿quién no?……Y quien no los comete es un ser que no sabe vivir, es un ser estancado en la vida. Sólo quien intenta ser mejor, vivir mejor y aprender más, comete errores. Pero, de cada error se saca una lección positiva, cada error es una enseñanza que nos permite avanzar en la vida. Elimina la duda, el temor, la ansiedad y la preocupación. No olvides que ciertos cánceres son curables, lo que mata es el temor al cáncer y el negativismo de no creer en la curación. Es importante acondicionar tu mente subconsciente, con pensamientos positivos. En la medida de tu fe en ti mismo y en la fe, de las herramientas que DIOS te dio. Esas herramientas son tus propios pensamientos positivos. Solo tú puedes desechar el negativismo. Tampoco te sientas superior a otros, pero sí ganas mucho con sentirte superior a ti mismo. La única guerra es contigo. El único rival eres tú, la única persona a la que debes vencer es a ti. Véncete aumentando tu autoestima y el valor personal. Véncete asumiendo tu presente y tu futuro. La enfermedad puede ser un obstáculo para el cuerpo, pero no para la voluntad y la capacidad de emitir buenos pensamientos. Ante cada problema, relájate, piensa que eres capaz de solucionarlo, elimina la ofuscación. No gastes energía en problemas menores, esos se van solos sin que te des cuenta. Y por último te diré que dentro de ti está la mente consciente que es la fuente de los pensamientos, los que tan solo tú puedes manejar. Tu mente subconsciente es la depositaria de la fuerza que nos llega desde el alma, y que rige la vida y nos permite vivir. Usa los pensamientos de manera tal que te permitan ser el mejor programador de tu vida. Tú puedes hacerlo. Eres capaz, eres importante, decídete e inicia tu cambio a lo POSITIVO. Los resultados te sorprenderán.
Amiga, compartir tu vida con la persona que amas y saber que eres amada, puede ser una de las mejores experiencias que puedes tener en la vida. Pero en medio de toda esa felicidad es normal que las parejas enfrenten dificultades, no solo porque se trata de dos personas con formas de ser y de pensar diferente, sino porque la vida misma presenta situaciones que ponen a prueba la voluntad y el amor. Querida amiga, todo esto ya lo he comentado en otros artículos. Si aún quieres mi opinión sobre la relación que estás viviendo, aquí está mi parecer. En general te digo que más allá de esos vaivenes hay relaciones en las que el hombre cae en conductas abusivas o incluso violentas, que pasan desapercibidas para la mujer, simplemente deciden voltear a otro lado para evitar problemas. Estas son algunas de las conductas que una mujer fuerte no tolera en una relación. Mucho ojo con esto amiga. Me dices que él es un “chantajista emocional”. Te hace sentir culpable y te manipula para obtener lo que desea. Si es así, definitivamente esa persona no es alguien a quien considerar en tu vida. Eres una persona independiente con personalidad propia, no necesitas que alguien te manipule ni decida por ti. Pero si, por el contrario, y como me dices que lo amas, que no podrías vivir sin él, ya es cuestión tuya si quieres unirte a esa relación. Acuérdate que la falta de respeto no es tolerable. Lo máximo sería tener consideración mutuamente. Al momento que uno de los dos deja de hacerlo, la relación tambalea. Si hay insultos tampoco hay respeto. Todos merecemos ser tratados con consideración, el insulto es la puerta que conduce al fracaso, así de simple. Me dices que él te hace comentarios negativos sobre tu aspecto, peso, y la forma que vistes. Yo te diría que, además de ser cruel, puede ser una forma encubierta de manipulación. Aunque me dices que él lo hace en broma, veo agresividad en él. No aceptes estas burlas. Estudiándolo bien, y si siempre actúa de esa manera, él fue el niño mimado de su casa y de mamá, donde le toleraban todas sus malcriadeces, es por esto que se comporta así. Ahora bien, si en realidad llegan a acoplarse y todo se arregla como debe ser, si el amor triunfa, y se aman de verdad, esto explica la existencia de los sentimientos fuertes que se tienen, y se debe mostrar en pareja. Cuando estás en una relación lo mejor es compartirlo todo, no solo los objetos, sino también lo que tienes en tu corazón. Deben de saber que lo más importante es atender las necesidades que se tengan mutuamente. Hay algo muy importante, No mentiras ni de tu parte ni de él. Aún cuando sean mentiras piadosas, esto conduce a no ser honestos y podría arruinar la relación. Una pareja siempre será más fuerte si conversan, se ríen, juegan, cuentan cuentos chistosos o cualquier tontería que se les ocurra, así estarán alegres y de buen humor. Luchar es uno de los verbos más importantes. Recuerden que la relación es de mucho valor, siempre habrá momentos en los que no estén de acuerdo, pero si quieren estar juntos deben luchar para lograrlo. Para una buena relación, es mejor ignorar algunas cosas con las que no se está de acuerdo, aunque estas duelan hay que dejarlas pasar, como yo digo: “algunas son pajitas que le caen a la leche”. Por último, amiga, si de plano hay algo que no te gusta en la relación con tu pareja, puedes comentarle y negarte a lo que no te gusta así él te insista. Debes abrirte con él, contándole tus miedos y tus frustraciones, si los tienes. Asimismo, comparte tus alegrías y felicidad con tu pareja. De esta manera él podrá entenderte y amarte mucho mejor.