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Dialogos con el Rabbi Moshe Abudarham
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Dialogos con el Rabbi Moshe Abudarham

Author: epicuro

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Con un profundo contenido de Tora, Jasidut y kabbalah y a la vez con un compromiso total con la comunidad y sus necesidades espirituales el Rabbi Moshe Abudarham nos esclarece conceptos de Tora, mitzvot y todo el camino del Bnei Israel para encontrar al Creador y a la vez encontrarse a uno mismo.
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Un nuevo día, nuevos desafíos. En verdad es el mismo desafío de siempre, la batalla constante entre: Yo Quiero y Yo Debo. El primer campo de batalla es la cama, y los primeros tiros comienzan cuando suena la alarma. Yo Quiero se estira paraposponer la alarma al menos 10 minutos más; y Yo Debo esta listo para saltar de la cama y comenzar el día. Por eso la primer instrucción del código de leyes judío es: “Uno debe sobreponerse a su cansancio, como si fuese un león, a la hora de levantarse”. Porque si ya ganas esta batalla el resto es pan comido. Aquí hay una pequeña reflexión para las mañanas: Piense como cada noche su alma asciende a los cielos para recargarse esta mañana, Di-s decidió devolverle el alma a su cuerpo y darle una vez más el regalo de la vida – una clara demostración que todavía queda en este mundo una pequeña esquina que tu puedes iluminar. Di-s confía eres capaz de lograrlo. Ahora repita: Modé aní lefaneja, mélej jai vekaiam, shehejezarta bi nishmatí bejemla, rabá emunateja. (Para escuchar el audio de esta plegaria haga clic aquí) ¡Grande es Tu fidelidad! Te doy gracias a Ti, Rey viviente y Eterno, que me has devuelto mi alma con compasión; Estas son las primeras palabras que pronunciamos al levantarnos, estando todavía en la cama. Nuestro primer momento consciente del día lo dedicamos a agradecer a Di-s por el regalo de la vida. No importa lo que hayamos hecho la noche anterior, nada puede manchar la pureza de esas primeras palabras que marcan el comienzo de nuestro día consciente. ¿Sigues con problemas para levantarte a la mañana? Usa tu imaginación. Imagínate acostado mientras un rey o un presidente, esta frente a ti, esperando que te alistes para cumplir una importante misión. Bueno, no es un rey o un presidente. Es el que crea y da vida a los reyes, presidentes, y a todo el mundo en todo momento, y a ti. Cada día. Y hoy también ¡Gracias a Di-s que estoy vivo!
Nefesh, Ruaj y Neshamá Cuando la Torá relata la Creación del hombre, en el libro del Génesis, nos dice: … hizo al hombre, formó al hombre y lo creó. Génesis, 1:26, 2:7, 1:27 También en el libro del Profeta Isaías encontramos el siguiente versículo: ” Todo lo llamado en Mi Nombre por Mí, los creé, los formé, también los hice “. Isaías 43:7 ¿Por qué la Torá emplea tres verbos cuando se refiere a la Creación del hombre ? Hizo, se refiere al mundo de la Acción y al nivel del alma que se llama Néfesh y está relacionado con los instintos. Formó, nos indica el mundo de la Formación y se refiere al nivel del alma que se designa con la palabra Rúaj y que abarca el aspecto emocional. Creó, designa el mundo de la Creación y está conectado con el nivel del alma denominado Neshamá, el pensamiento. Estos tres niveles son tres aspectos básicos generales dentro de los cinco que abarcan la totalidad del alma. Para entender cada uno de estos aspectos hay un ejemplo tradicional, el cual nos relata que el hombre es como un carruaje que se usaba antiguamente como medio de transporte. En el ejemplo, la carroza simboliza el cuerpo del hombre que por sí solo no puede realizar ningún movimiento. Los caballos que tiran de la carroza son los instintos, el Néfesh, que mueven la carroza físicamente en las diferentes direcciones. El cochero simboliza la emoción, el Rúaj, quien indica: parar, hacia la derecha o hacia la izquierda, más rápido, más lento, etc. Pero, cuando el carruaje se encuentra ante la posibilidad de tomar diferentes caminos, ¿quién decide … ? La carroza por sí sola no puede moverse; los caballos esperan la orden del cochero; y el cochero, ¿a quién obedece … ? … al pasajero, a quién no vemos pero es el que hace que todo se mueva y gire en torno a su voluntad, ya que él fue quien “contrató” a la carroza con los caballos y al cochero para conducirlo hacia su “destino” . La Neshamá, esencia interior del alma, está representada por el pasajero, y se reviste en el cuerpo a través de los instintos, emociones y pensamientos para llegar a su objetivo: la toma de conciencia de su naturaleza y su función en el mundo, para luego fusionarse concientemente con la Luz Infinita. A dicho objetivo se puede arribar a través de dos caminos: 1) Con conciencia, cuando los tres aspectos del alma (pensamiento, emoción y acción) están en armonía con las leyes que rigen la Creación, o 2) Con sufrimiento, cuando los caballos, el cochero y el pasajero están en desacuerdo. De lo cual se deduce que si el hombre piensa de una forma y siente de otra, sus actos lo conducirán inevitablemente al sufrimiento. Así como hay leyes que rigen los fenómenos físicos, como ser la ley de gravedad, etc., también hay leyes que rigen los planos instintivos, emocionales, mentales y espirituales. La verdadera libertad surge cuando el hombre obra en concomitancia con esas leyes y no simplemente de acuerdo a su sentir momentáneo, instintivo y/o emocional. Por eso el judaísmo, a través de la Torá y las mitzvót, es un estudio y un entrenamiento constante en adaptar las características humanas a las leyes superiores que rigen todos los planos de la Creación. La Torá nos transmite las leyes objetivas que rigen la vida y la Creación, y las mitzvót nos proporcionan los elementos prácticos, que cuando son bien aplicados, nos ayudan a dirigir nuestros deseos hacia el bien de nuestros semejantes y el nuestro propio, transformándonos de esa manera en “socios activos del programa de la Creación”.
Colocar Tefilim

Colocar Tefilim

2018-09-0209:58

Tefilín es una de las más importantes mitzvot (preceptos) de la Torá. Ha sido observada y atesorada por miles de años, hasta nuestros días. La Torá lo menciona más de una vez, pero más explícitamente en Deuteronomio 6:8 "Los atarás como señal sobre tu brazo, y serán un recordatorio entre tus ojos". Tefilín consiste de dos pequeñas cajas de cuero unidas a correas de cuero. Cada una de las dos cajas contiene cuatro secciones de la Torá escritas en pergamino. Esos pasajes son: a) El Shemá (Deuteronomio 6:4-9) —que proclama la Unicidad del Único Di-s. b) Vehaia (Deuteronomio 11:13-21) —que expresa la promesa de Di-s de que nos recompensará si seguimos observando los preceptos de la Torá, y nos advierte de la retribución por desobedecerlos. c) Kadesh (Éxodo 13:1-10) —el deber del pueblo judío de recordar siempre la redención de la servidumbre egipcia. d) Vehaia (Éxodo 13:11-16) —la obligación de todo judío de informar de esto a sus hijos. Una de las cajas ("el tefilín del brazo") es colocada sobre el brazo izquierdo para que esté frente al corazón —el lugar de las emociones, y la correa de cuero es envuelta alrededor de la mano izquierda, y alrededor del dedo medio de esa mano. La otra caja (el "tefilín de la cabeza") es puesto sobre la cabeza, por encima de la frente, así reposa sobre el cerebro. De esta manera nuestra atención es dirigida a la cabeza, el corazón y la mano. Esto nos enseña a dedicarnos al servicio a Di-s en todo lo que pensamos, sentimos y hacemos. También nos enseña a no ser gobernados únicamente por los impulsos del corazón, no sea que esto nos lleve al error y la trasgresión. Ni a ser gobernados solamente por la razón, pues esto puede llevar al crudo materialismo. Al ser puesto en el brazo opuesto al corazón y sobre la cabeza, los tefilín significan la sumisión de la mente, corazón y acciones al Todopoderoso, como así también el gobierno del intelecto sobre las emociones. Un principio fundamental de la filosofía Jasídica de Jabad es que el intelecto debe controlar las emociones. Desgraciadamente, existe un cisma entre la mente y el corazón. Además, a menudo las emociones controlan la mente, y el intelecto es utilizado simplemente para proveer justificativos, racionalizaciones y excusas para esa existencia "centrada en lo instintivo-emocional". La mitzvá de tefilín y su práctica facilita el logro por parte del individuo de la unidad de la mente y el corazón, el intelecto y la emoción. La mayoría de los lamentos, penas y dolores de la vida pueden ser evitados si nosotros aprendemos esta importante lección —la aplicación de la mente y el corazón a nuestros problemas de todos los días. Aparte, tal completo balance constituye el primer paso en el camino de la auto-seguridad, coraje, esperanza y paz interior; esos eternamente preciosos valores del alma que el judío debe desarrollar, para servir mejor a Di-s y a la humanidad. Los tefilín cultivan esas benditas características, si son observados con un espíritu de verdadera reverencia. En muchas comunidades es costumbre recitar el siguiente pasaje de Hosea (2:21-22) mientras se envuelve la correa de cuero alrededor del dedo medio de la mano izquierda: "Y me eres desposada para siempre; y yo te desposaré con rectitud, y con justicia y con amorosa bondad, y con compasión. Y te desposaré con fidelidad y conocerás al Señor". Estas palabras fueron dirigidas por todos los judíos a Di-s a través de Su profeta Hosea. En estas palabras se nos ha dado una fórmula Divina —una receta ética —una guía segura para todo, sin embargo lo suficientemente comprensiva para satisfacer las aspiraciones más elevadas de los más piadosos: "Para conocer al Señor", practicar la rectitud, la justicia, amorosa bondad, compasión y fidelidad. Y por este precioso don de este tesoro inapreciable, nosotros los judíos estamos verdaderamente agradecidos. Cuan lamentable que tantos de nuestros "modernos" judíos tengan una actitud indiferente o negativa hacia esta bendita mitzvá. Rápidamente adhieren a los ideales escritos en los tefilín, pero fracasan en ver la necesidad de observar la "ceremonia". Si sólo se dieran cuenta del inestimable valor para ellos mismos de esta práctica diaria. Es el ejercicio requerido para el desarrollo de la salud espiritual, de la misma manera que el ejercicio físico es requerido para la salud física. Comprender todo el significado de los tefilín es verlos como un gran privilegio. Si hay algunos que en el pasado han abandonado los tefilín y ahora se dan cuenta de su error, y sin embargo vacilan en corregirlo por miedo a ser ridiculizados por sus familias y amigos, que reflexionen acerca de las palabras de Rabí Eleazar (Rokeaj) de Worms, Francia (alrededor del siglo 13): "Se un hombre en tu juventud, pero si eres derrotado en la lucha, retorna; retorna finalmente a Di-s, no importa cuan viejo seas". Rabí Iehudá Halevi (siglo 12) probablemente tenía en mente la lección de los tefilín cuando escribió: "La religión Divina (el judaísmo) no nos obliga a llevar una vida ascética, sino que nos guía por el camino intermedio, equidistante de los extremos de tanto o tan poco. Permite el libre juego de toda facultad dada por Di-s tanto del cuerpo como del alma, dentro de los límites constructivos diseñados por la Mano Divina. Pues ciertamente cuando nos dedicamos a una facultad en medida excesiva nos alejamos de otra, y esto perturba la armonía que debe permear todo nuestro ser…". Rabí Samson Rafael Hirsch (1800-1888; 5619-5681) un destacado rabino del siglo diecinueve, dijo de los tefilín: "Una verdad, para que de resultados, debe ser impresa en la mente y el corazón repetida y enfáticamente. Simplemente reconocer los principios esenciales de rectitud y amor no es suficiente para construir realmente tal vida… En adición entonces, las palabras y acciones simbólicas son necesarias así quedan fijadas indeleblemente en el alma, y preservadas de este modo para ustedes y para otros". Más recientemente, un distinguido rabino, Meier Jung (1859-1921; 5619-5681) dijo esto con respecto a los tefilín: "Este acto religioso llevado a cabo diariamente ha hecho más por preservar y fomentar la alta moralidad de nuestro pueblo que todos los libros de ética que han sido escritos. Lo mismo se puede decir de otras mitzvot, a pesar que algunas tienen una doble influencia, una directa, trabajando sobre el bienestar físico inmediato, la otra indirecta, formando el carácter al enseñar la restricción constructiva a través de la acción habitual". Tefilín y el Éxodo de Egipto Ha sido señalado que los cuatro extractos de la Torá que se hallan en los tefilín comprenden el Shemá y el Vehaia, mientras que los otros dos tienen en su mayor parte una referencia exclusiva al Éxodo de Egipto. Algunos se pueden preguntar por qué al Éxodo se le ha asignado tan significativo honor de acompañar a los versículos que proclaman nuestro concepto de Di-s. He aquí la siguiente explicación: No hay ninguna duda que para el pueblo judío el Éxodo debe ser un eterno e inolvidable "recuerdo". Nuestros sabios han ido tan lejos como para incorporar las palabras "En recuerdo de la salida de Egipto" en el Kidush que pronunciamos en cada Shabat y Festividad. Además un análisis cuidadoso muestra claramente por qué le atribuyen tan singular significado. El Éxodo debe ser recordado, es la historia de un pueblo esclavizado por cientos de años por una poderosa nación. Que a pesar que estaban desarmados y superados ampliamente en número, ese esclavizado pueblo salió finalmente hacia la libertad sin tener que recurrir a la violencia. No solo fueron liberados, sino que su partida fue apurada por sus antiguos amos, ahora aterrorizados por que más plagas pudieran llegarles como justa retribución del Di-s de Israel. Todos los registros históricos no muestran nada igual a este evento único. El caso de una redención milagrosa de todo un pueblo de más de dos millones de almas, cada uno de ellos testigo ocular de la protectora benevolencia de la Providencia Divina. Fue este evento el que convenció al pueblo judío, más allá de cualquier sombra de duda, de que su fe en el Di-s de sus antepasados estaba bien fundada. Fue el milagro del Éxodo el que dio un enfático significado a las palabras del Shemá: "Oye Israel, el Señor es Nuestro Di-s, el Señor es Uno". Noten cuidadosamente como el primer mandamiento conecta los dos. "Yo soy el Señor tu Di-s, Quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre". Hechos de importancia primaria Dentro del espacio de un panfleto es imposible entrar en el significado esencial de tefilín. Esperamos sin embargo, que este corto tratado baste para mostrar que tefilín, al igual que todas las otras mitzvot, cuando es comprendido apropiadamente, hace un fuerte llamado a la razón y la conciencia. Pero debido a que la capacidad de la razón varía en los individuos, y es limitada, combinado con el hecho de que algunos no tienen el tiempo o la inclinación para estudiar la Torá, los judíos observan las mitzvot primariamente porque son mandamientos de Di-s y no porque, y sólo cuando, apelan a la razón. Si la razón lo aprueba, mucho mejor, pero deben ser observadas porque Di-s nos las dio, y El seguramente sabe qué es lo mejor para nosotros. Apliquemos un poco de sentido común a estas cosas, como a temas similares de la vida diaria. El punto se hará bastante claro. Imaginen a un niño que se rehúsa a obedecer a sus padres porque no ve ninguna buena razón para hacerlo en ese momento. Los padres pueden desaprobar tal actitud y hacer todo lo que está en su poder para corregirlo por el bien del niño. Con el transcurrir del tiempo, el niño así corregido apreciará cuán afortunado fue por haber sido beneficiado con tan inteligente guía de los padres a lo largo de esos años en los que aun era demasiado pequeño para depender de su propia y limitada comprensión.
Nuestro maestro Rabbi Moshe Abudarham nos ilumina con conceptos relacionados con El Tzadik y su relacion con la creacion. El tzadik es aquél que ha trascendido el “Mundo de la Separación” (correspondiente al Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal) y se ha conectado al “Mundo de la Unidad” (el Arbol de Vida). Habiendo armonizado sus elementos, se ha vuelto el elemento único que unifica a todos los demás. Como vimos más arriba (Capítulo 1), el cuerpo humano refleja la Torá con sus 248 mitzvot (mandamientos) positivas y las 365 mitzvot negativas. El conocimiento sinergético (“el todo es más grande que la suma de las partes”) de toda la Torá que tiene el Tzadik, lo une al mismo tiempo a todas las mitzvot. Conectado con la unidad, percibe todas las mitzvot como un sistema único y unificado. Él es capaz de ver cómo cada mitzvá individual contiene en una unidad todas las otras mitzvot. De la misma manera, une y armoniza su alma con los 248 miembros y los 365 conductos de su cuerpo. Él es entonces capaz de actuar como el elemento único para todos aquéllos que se encuentran por debajo de su nivel. En todas las enseñanzas del Rebe Najmán es axiomático el que cada uno puede llegar a ser un Tzadik en el nivel que le corresponde. En la medida en que una persona se desarrolla espiritualmente y alcanza dominio sobre su cuerpo sus cuatro elementos puede merecer el título de Tzadik en ese nivel. Esto se aplica incluso a aquél que se encuentra en un nivel espiritual relativamente bajo. Todos, sean cuales fueren los niveles en los cuales se encuentren, tienen el poder de armonizar los cuatro elementos dentro de sí mismos. Pueden alcanzar un “Pacto de Paz” y una total armonía entre su cuerpo y su alma.
En esta oportunidad el Rav Moshe nos ilumina con reflexiones profundas de lo que realmente significa Veahavta Lereaja Kamoja Amor al prójimo… La Torah y todo su contenido. La Guemara nos cuenta (Masejet Shabat, 31-1) que vino un Guer (converso) con Hillel, y le dijo: Enséñame toda la Torah parado en un pie... A lo que Hillel respondió enseñándole el Pasuk (Vayikra 19-18) de la Torah: “Veahavta Lereaja Kamoja” “Amarás al prójimo como a ti mismo” Hillel le contesto: “Todo lo que tu odias, no lo hagas a los demás. Lo demás es mero comentario, ahora ve y aprende”. Y la respuesta de Hillel fue: La Mitzvá que contiene a todas las demás es el amor al prójimo. Pero ¿Hasta cuanto la persona debe de querer a su prójimo? La respuesta es: “Kamoja” Como a si mismo. Como a mí me gusta ser respetado, respeto a los demás. Como a mí me gusta ser escuchado, escucho a los demás. Como a mí me gusta que me traten con rectitud: soy recto con los demás. En pocas palabras “no le hagas al otro lo que no te gusta que te hagan a ti”, así habrá Shalom entre los hombres. El Pasuk que citó Hillel dice: “Lereaja Kamoja, Ani Hashem” “Amaras a tu prójimo como a ti mismo, Yo Soy Hashem” La primera parte del versículo habla de las Mitzvot entre los hombres “Ben Adam Lejavero” (todas las Mitzvot que dependen del amor al prójimo, ejemplo, si yo quiero mucho a mi amigo, no le voy a mentir, ni le voy a robar) y la segunda parte se refiere a la Mitzvot que son para el Eterno “Ben Adam Lamakom”, entre cada Hombre y Hashem, es decir las Mitzvot que implican la relación del hombre con su Creador. Así es una Mitzvot "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" y también lo es "Ama al Señor, tu D’os". A partir de estos conceptos, los discípulos de Rabi Shneur Zalman de Liadi (1745-1812) le preguntaron a su maestro: ¿Qué virtud es mayor, la de amar a D’os o la de amar al compañero? Rabí contestó: los dos amores son uno. Entonces les explicó: Hashem ama a cada uno de Sus niños. Así finalmente, el amor hacia el prójimo es la mayor manifestación de amor hacia D’os que el simple amor a D’os. Porque verdadero amor significa, amar lo que tu amado ama. Rab Jaim Vital, discípulo del Arí, enseña que odiar a otro hombre equivale odiar a D’os, pues cada alma es una chispa del “alma superior” del Creador (Sha’aré kedushá II:4). De hecho El Bendito Arí, enseña que al iniciar cualquier oración uno debe aceptar sobre si la Mitzvah de “amor al prójimo”. Veahavta Lereaja Kamoja nos enseña como relacionarnos con las demás personas, y así con D’os, y Quiera Él, bendito es, que todo esfuerzo que hagamos con respecto a esto, sea un grano más para acercar la llegada del Mashiaj, y la Redención Final. Yebarejeja Ad-nay.
Aferrarnos al estudio.

Aferrarnos al estudio.

2018-09-0212:51

En este capitulo el Rav Moshe nos ilustra con su especial claridad y elocuencia de como debemos acercarnos a la Torah y cumplir mitzvot para lograr una vigorosa conexión con Hashem... Los judíos tenemos fama de ser un pueblo brillante. De hecho, hemos sido durante cuatro mil años un pueblo de libros y de sabiduría, lo cual equivale a muchísimos libros y muchísima sabiduría acumulados. ¿Qué clase de sabiduría? Bueno… al principio, la que se refiere a las normas, lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. Después, la que transmiten las historias y las leyendas. Y más tarde, aparece la verdadera y profunda sabiduría, la de saber cuál es el sentido de la vida, que comprende los secretos de la Kabalá y de los maestros jasídicos. Todo eso te está esperando. De hecho, es tu legado personal. Es lo que llamamos la Torá. La Torá comparte la misma etimología que la palabra hebrea orá, que significa “luz”, porque sus enseñanzas arrojan luz sobre la vida y muestran qué camino debes tomar. Su estudio es una mitzvá; en realidad, la más grande mitzvá que tenemos.
Elul y la Teshuva

Elul y la Teshuva

2018-09-0225:21

Por ser el último mes del calendario hebreo, Elul precede directamente a Rosh Hashaná (Año Nuevo), el día en el que el Creador juzga a las crituras. Consecuentemente, Elul es un período propicio para la Teshuvá (arrepentimiento, retorno a D-s) y, a su vez, es época de buena voluntad y aceptación por parte del Creador. Ya desde tiempos bíblicos, Elul, se distingue como mes de Teshuvá y Aceptación Divina. Cuando el pueblo de Israel pecó con el becerro de oro y fueron rotas las Tablas de la Ley, Moshé subió nuevamente al Monte Sinaí para rogar por el perdón de su pueblo. Di-s aceptó sus súplicas y le ordenó labrar dos nuevas tablas. Moshé subió por tercera vez al monte al comenzar el mes de Elul, permaneciendo allí durante cuarenta días -todo el mes y parte de Tishrei. La Torá nos dice que estos días fueron de Aceptación Divina, tal como cuando Moshé subió por primera vez, antes de cometido el pecado del becerro. El 10 de Tishrei Moisés descendió con las nuevas Tablas. Entonces, el pueblo supo que D-s los había perdonado totalmente. Desde entonces el Creador estableció estos 40 días como especiales para acercarse y volver a El, y que el 10 de Tishrei sea, para siempre, Iom Kipur, el día del Perdón. Todos los versículos que hacen referencia a las tres actitudes que deben tomarse en el mes de Elul: Teshuvá -retorno a D-s, Tefilá -oración-, y Tzedaká -caridad-. En las plegarias de Rosh Hashaná decimos: “La Teshuvá, la oración y la caridad anulan cualquier decreto adverso” (Talmud)
La Torá te enseñara a abrir los ojos y ver lo que es realmente importante, a dejar de desperdiciar tu tiempo, dinero y energía en cosas que no importan ni importarán, porque son sólo pasajeras. La Torá no sólo debe ser estudiada, también debe ser vivida. Y, lo mejor de todo, es que funciona. ¿No me crees?, verifícalo por ti mismo.
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