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Dios no está callado
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Dios no está callado

Author: Dios no está Callado

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La Biblia nos habla de un Dios creador que es Santo, infinito, no tiene principio ni fin; la verdad más profunda es que este infinito Dios, está ahí y no está callado, Hebreos 1:1-2 nos dice que él habló en otras épocas por medio de los profetas, pero en estos días nos ha hablado por medio de su Hijo. Acallar su voz, abandonar su sabiduría e instrucción, es hallar angustia y desesperación.

¡Confiemos, volvamos y descansemos en la inconmovible Palabra de Dios! Ahí encontraremos agua, pan y descanso para nuestras almas agotadas.

Bienvenidos a Dios no está callado.
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En el capítulo 14 de Juan vemos que Jesús se preocupa de afirmar a los 11 en su amor. Piensa en esto, El Señor había suplido todas las necesidades físicas, emocionales y espirituales de los discípulos, y  ellos no podían imaginar la vida sin él.  Naturalmente, reaccionaron a su pronta muerte con miedo y terror, estaban perturbados, probablemente ellos sólo estaban viendo la muerte de su Señor en términos de qué perderían ellos, no de qué ganaría Jesús. Sabemos por el testimonio de las Escrituras que por medio de su muerte, su ministerio recibiría vindicación, su mensaje recibiría verificación y  su misión sería victoriosa. A causa de la obediencia de Jesús al Padre hasta su muerte en la cruz, esta obra redentora  hoy nos da verdadera libertad y salvación, y nos promete que un día estaremos con él para siempre. Este mensaje tiene el poder de calmar y dar paz a nuestros corazones, no sólo el día que él vino a nuestros corazones, sino todos los días hasta el día que él nos llame a su presencia o él vuelva por nosotros.
Pocas veces nos detenemos a pensar lo que está en el fondo de lo que hablamos y de cómo nuestras palabras afectan o edifican a los demás.  A través de este salmo, se nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras palabras son dirigidas por el discurso del corazón. Si amamos la verdad, nuestra boca hablará lo que sea necesario para edificar, pero si amamos la maldad, nuestra boca será un arma letal que destruirá a todo aquél que se interponga en nuestros anhelos.  Cuando nuestro corazón está lleno del evangelio, nuestro corazón dejará de buscar estar seguro en otras cosas y nuestra boca estará lista para adorar y edificar. 
En la noche antes de su muerte, el Señor Jesucristo habla palabras de esperanza a sus discípulos, los cuales tenían gran necesidad de recibir consuelo y aliento. Jesús fue la fuente de verdad para ellos durante todo su ministerio y él les promete que a él irse, les dejaría una fuente de consuelo y de verdad, y les anuncia que les enviaría al Espíritu Santo quien les guiaría, consolaría y enseñaría. Pero no sólo esto, Jesús también les prometió que a pesar de estar a las puertas de su muerte, esta sería solo temporal; él les promete que su muerte no terminaría la relación con ellos, su unión a ellos era indisoluble, como lo es para todos los creyentes. Como nos dice Romanos 8:38-39 ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos jamás del amor de Dios. Jesús en medio de esta conversación con sus discípulos, pronuncia las hermosas palabras que son una poderosa promesa hasta nuestros días: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da (Juan 14:27). Jesús ofreció a sus seguidores una paz inconmovible por los sucesos de este mundo y que perdura para siempre.
En los capítulos 13 y 14 de Juan vemos que los últimos días de los discípulos habían sido una montaña rusa de emociones, sus esperanzas fervientes habían llegado al máximo durante la entrada triunfal; solo para que se vinieran abajo cuando Jesús anunció su muerte inminente. Por si esto fuera poco, estaban en asombro al oír a Jesús predecir que uno de ellos lo iba a traicionar y que Pedro le negaría tres veces. Al igual que los judíos, quizás los discípulos veían en él a un rey conquistador y el concepto de un Mesías moribundo no cabía en su teología, quizás en su cabeza podrían estar pensando que ellos lo habían dejado todo por seguirle a él, y ahora al parecer él los estaba dejando a ellos. Las palabras que Jesús dirige hacia ellos en estos capítulos, no estaban enfocadas en la situación terrible que le estaban por suceder; él sabía que su mundo estaba por ser estremecido. En su lugar, él les dirige palabras para asegurarlos en su amor, y en que ellos tuvieran paz en medio de lo que estaba por venir, él hizo hincapié en su cuidado total por ellos, en que se preocuparía por consolarlos aún cuando él ya no estuviera físicamente entre ellos, él les da razones tangibles y confiables basado en su amor profundo por ellos y por todos aquellos que les seguiríamos en la fe. Este mundo está lleno de falsas esperanzas, todas las fuentes de consuelo y esperanza que este mundo ofrece no son más que “cisternas rotas que no retienen agua” quien pone su fe en estas cisternas encuentran aún más desesperanza. Si tu este día puedes decir que la salvación de Jesús está en tu vida, puedes contarte como bendecida. La salvación que el Señor te ha dado no es un premio de consolación, es la Esperanza que nos llena de gozo en medio dela tristeza y las pruebas, y es la fuerza que nos hace ponernos en pie para enfrentar esta vida cada día. 
Jesús le había dado una advertencia no sólo a Pedro sino también al resto de sus discípulos a no confiar en ellos mismos cuando les dijo que no dejaran de orar para que no cayeran en tentación (Mt. 26:41) ¿Cuál tentación? La de confiar en ellos mismos. Confiar que ellos tenían todo bajo control. Pensar que no había nada que los hiciera desfallecer. Así como Jesús cuidó de sus discípulos y los guió para que confiaran en él y no en sus fuerzas, es lo mismo que hace hoy con nosotros. El evangelio se trata de lo que Jesús hizo para salvarnos, no se trata de nuestras habilidades para ganarnos el favor de Dios. El Señor sigue trabajando en nuestros corazones para que dejemos cada día de poner nuestra esperanza en nosotros mismos y que cada día podamos obtener nuestra esperanza en lo que él hace en nosotros. La historia de Pedro es un buen recordatorio de que aunque fallemos, Jesús estará para restaurarnos, para que un día podamos estar donde él está para siempre. 
El pecado no es solamente las cosas externas que vemos tanto de los demás como en nosotros mismos, es una actitud del corazón que muestra un desafío a la autoridad de Dios, es querer estar por encima de él.  A través del Salmo 51 el salmista nos recuerda que nuestro pecado, aunque muchas veces es una acción en contra de otras personas o nosotros mismos, es primeramente contra Dios, por lo tanto, somos merecedores de su juicio. Dentro de nosotros no hay nada que podamos hacer para remediar esto, puesto que somos pecadores desde nacimiento.  Es por eso que el salmista nos dirige al único que puede limpiar nuestra suciedad. Solamente Dios puede lavar nuestro corazón y perdonarnos.
¿Qué hace que una persona sea cristiana?. ¿Qué hace que una persona sea un seguidor o seguidora de Jesús? ¿Los hace cristianos la oración que hicieron un día donde alguien les pidió que repitieran unas palabras? ¿Los convierte en cristianos que un día se bautizaron en una iglesia cristiana? A lo largo de la historia las personas se han identificado como seguidores de Jesus por medio de varias señales externas como su tipo de vestimenta, corte de cabello, collares, cruces, usando ropa o stickers con temática cristiana, sin embargo, aunque nada de esto está mal en sí mismo, esto no hace que una persona sea cristiana. En Juan capítulo 13; desde el versículo 31 y hasta el final del capítulo 16, Jesús pronunció un discurso de despedida donde dio instrucciones, promesas, advertencias y mandamientos a sus discípulos. En nuestro estudio de hoy abordaremos la sección de apertura de ese discurso, donde veremos cómo Jesús mismo responde a la pregunta ¿qué hace que una persona sea su discípulo?
Ser parte del pueblo de Dios no es algo que debamos tomar a la ligera, no solamente se trata de confesar ciertas doctrinas o participar en ciertos actos religiosos. La verdadera fe del creyente no solo es de labios hacia afuera, su estilo de vida es una evidencia que comprueba o contradice su confesión de fe. A través de este salmo se nos advierte sobre el peligro de la falsa adoración. El salmista nos dice que es Dios mismo quién llama a su pueblo a juicio para rendir cuentas sobre su vida espiritual, sobre cómo su pueblo vive a la luz del pacto.
El capítulo 13 de Juan  nos relata la última cena de Jesús con sus discípulos, uno de los principios importantes que Jesús les enseña al lavarles los pies es la trascendencia de la humildad y el servicio en amor: Si el Señor de la gloria estaba dispuesto a humillarse y asumir el papel del siervo más bajo, ¿cómo podían hacer menos ellos sus discípulos? Sin embargo, vimos que dentro de los 12 estaba Judas. Jesús sabía que Judas lo iba a traicionar, sin embargo ninguno de los otros 11 discípulos sospechaba acerca de él. A través del relato de la traición de Judas podemos entender que no hay nada que los hombres pecadores puedan hacer para frustrar la voluntad soberana de Dios. A partir de la aparente tragedia de la cruz vino el triunfo de la redención; la victoria aparente de Satanás en realidad fue su derrota final y Dios usó la traición de Judas para su propia gloria.
Cristo exhibió su amor humilde durante todo su ministerio terrenal, ese amor se ejemplifica notablemente en el capítulo 13 donde se nos relata la última Cena del Señor Jesús con sus discípulos. Este relato comienza con los discípulos sentándose a cenar con los pies sucios. En una muestra sorprendente de humildad, Jesús se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó y comenzó a lavar los pies de los discípulos.  El Creador y Gobernante delUniverso lavando humildemente los pies sucios de los discípulos; “lavar los pies a otros” era una tarea reservada solo para los siervos del más bajo rango.Ante esta acción de parte de Jesús Pedro protesta, pero Jesús le explica que es necesario que lo haga. ¿Qué puede ser más sucio que un par de pies llenos de polvo y quizás lodo de caminar kilómetros sobre el polvo? Un corazón lleno de pecado desde su nacimiento, un corazón que ha ido de continuo al mal, que se ha rebelado contra su creador. Un corazón lleno de odio, pleitos, chisme, venganza, un corazón que no se ha rendido a Jesús. Pedro vio una gran incongruencia entre El Señor de la gloria, y los  pies sucios de Pedro ¡qué contraste! Aún así, el contraste mayor lo vemos cuando El Señor de la gloria Jesús entrega su vida para limpiar nuestros sucios, negros y lleno de pecados corazones. Para limpiar un par de pies sucios se requiere un buen jabón y agua, pero no hay fórmula humana que limpie el corazón corrupto humano: Sólo la sangre de Jesús, puede lavar el corazón de un pecador arrepentido.
Este mundo te propone un evangelio: Busca aquí y ahora lo que necesitas para ser feliz. Sin embargo, Dios nos proclama un Evangelio lleno de su sabiduría y poder: Confía en Jesús, confía en la provisión de Jesucristo para que tengas vida eterna. A través de este Salmo 49 se nos invita a reflexionar sobre el problema devastador de querer todo lo que este mundo te puede dar para obtener esperanza y paz, pero cuando descansamos en la provisión de Dios podremos estar seguros, no solo para los años que nos quedan, sino para la eternidad.
En la entrada triunfal registrada en Juan 12, la frenética multitud veían al Mesías como un rey terrenal, un líder militar poderoso que derrocaría a los romanos. Cuando Jesús comenzó a hablar de morir, el pueblo lo abandonó totalmente, no fueron capaces de entender el concepto de Mesías asesinado. Sin embargo, lo que vemos una y otra vez en las palabras de Jesús a la multitud es que él vino al mundo para ser el mesías que Dios había preparado y así cumplir con la misión y agenda de Dios, no la de los hombres.    Jesús mostró una evidencia masiva e incontrovertible de que él era el mesías prometido, sin embargo, los judíos concluyeron que era un impostor, y que debían ejecutarlo. La humanidad, desde siempre; incluyendo nuestros días, han tenido; por un lado, la creación de todo lo que existe como evidencia que refleja la existencia de Dios como lo explica Romanos 1, pero millones han decidido rechazar esa verdad y seguir las corriente de la cultura, y por otro también; la evidencia en Su Palabra para que por ella seamos iluminados hacia la verdadera salvación y también muchos se han endurecido y rechazado esa Palabra porque consideran que no es suficiente y quieren algo más.   Creer en Jesús implica creer que él es la luz para todo aquel que en él crea no viva en oscuridad, implica comprender que hemos sido creados para vivir para él y no para nosotros mismos. ¿ y tú sigues confiando en encontrar salvación en algo más?  Sólo Jesús puede mostrarte el camino para que no tropieces y llegues seguro a sus brazos.
¿Cómo sería para ti la ciudad ideal? ¿Qué elementos deberían ser indispensables para que una ciudad sea perfecta? Cuando vemos a nuestro alrededor podemos notar que nuestras ciudades están lejos de esa perfección, la corrupción, las desigualdades, los abusos, la falta de oportunidades, alimento y sobre todo protección no están garantizados para todos.  Es por esta razón que nuestros corazones siempre están anhelando un mejor lugar para vivir porque aún no lo tenemos. En el salmo 48 nuestros ojos son dirigidos a la ciudad de Dios, pero no es una ciudad de acuerdo a estándares humanos, porque no es grandiosa por un excelente sistema económico o sustentabilidad, es una ciudad segura porque Dios está en ella.  El salmista nos invita a que admiremos, vayamos y seamos parte de esta ciudad desde ya, gozando de la presencia de Dios en medio de nosotros quién nos garantiza un refugio seguro.
En el capítulo de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, (Juan 12) vemos que muchas personas estaban siguiendo a Jesús; unos desde Betania, otros salieron de Jerusalén, estos iban dando testimonio de las maravillas que él había hecho. Estos hechos y milagros maravillaban y entusiasmaban a la gente de Jerusalén, pero vimos que entre ellos había una fe superficial. Como sucedió con muchas otras multitudes que siguieron a Jesús, ésta multitud estaba compuesta principalmente por buscadores de emociones.   Muchas son las personas hoy que dicen creer en Jesús, pero cuando vienen las pruebas y adversidad su fe que es superficial se viene abajo. La verdadera fe en Jesús es como él mismo lo describe en el versículo 25 (cap.12) “El que ama su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará”   Jesús con estas palabras ilustra la actitud del corazón requerida de quien recibe el regalo de la salvación: El que ama su vida en este mundo por preferir a Jesús sobre los intereses del reino de Dios, al final la perderá. Pero el que hace de Cristo— no de sí mismo—su primera prioridad, para vida eterna la guardará.
Cuando alabamos a Dios, va más allá de entonar cantos en un tiempo determinado dentro del culto dominical, mas bien es reconocer que él es digno de ser exaltado en cada área de nuestras vidas en todo momento.  Nuestra vida es el reflejo de lo que creemos y conocemos de Dios, es por eso que aquí en el salmo 47 el salmista se propone invitar, no solo a Israel, sino a todo el mundo a que le canten y exalten al único Dios verdadero.  Él merece adoración porque no hay ninguno como él, es grande en poder, fiel a sus promesas y tiene cuidado de su pueblo y si esto es así, nuestro corazón puede estar firme y confiado que ese Dios tan poderoso y amoroso dirige nuestras vidas para nuestro bien. 
Jesús por medio de su entrada triunfal en Juan 12, al él montar en un pollino está presentándose como el mesías esperado y anunciado; pero a la vez, está mostrándole a las multitudes que vitoreaban su nombre qué clase de Mesías es, a saber, no el Mesías terrenal de sus sueños, ni uno militar que los liberaría del yugo de Roma. Por el relato de las escrituras (Lucas 19:41-42) sabemos que Jesús al escuchar la euforia de esta multitud y discernir sus intenciones dice que él lloró por la ciudad y exclamó¡cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! ¿y tú, al igual que las multitudes de aquel tiempo ves en Jesús sólo un medio para alcanzar un objetivo, lo ves solo como el que te va sacar de todos tus problemas terrenales, tus angustias, tus dolores, tus deudas económicas? Si esto es así,  las palabras de Jesús siguen resonando ayer como hoy: Si supieras hoy lo que te puede verdadera paz. Estas palabras para ti hoy son una invitación a que le conozcas como tu Señor y Salvador, sólo él puede traer verdadera paz a tu corazón. 
El mundo alrededor es inestable, todo aquello que pudieras pensar que permanece, de un momento a otro se puede terminar. Es por eso que el Salmista nos recuerda que la única fortaleza a donde podemos estar verdaderamente seguros, aunque el mundo entero se venga a bajo, es nuestro Dios. El reino de Dios es el único confiable y seguro que podemos comenzar a disfrutar desde ya porque Él está atento a nuestras necesidades, a nuestras aflicciones y nos fortalece con su presencia.
Las bodas son eventos donde se admira y celebra a una feliz pareja, pero es aun más grandioso lo que los novios de la boda experimentan, ambos se observan y se admiran con profundo amor; sus miradas están rebosantes de esperanza y anhelan estar juntos por siempre. El Salmo 45 es un canto de una boda real y el Salmista dirige nuestra mirada hacia el esposo glorioso, poderoso, sabio y humilde que es Cristo. Cuando ves a Jesús ¿es hermoso para ti? ¿Es la fuente de tu gozo y esperanza? o quizás es posible que esté siendo más llamativo para ti lo pasajero y vacío que este mundo te ofrece.
Cuando una persona se encuentra en peligro y grita por ayuda, o llama a los servicios de emergencia, lo que espera es que alguien se apresure a acudir a su auxilio. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que la ayuda no llegue a tiempo o que la ayuda no sea la adecuada o suficiente. Esto es así debido a que este mundo en el que vivimos no es perfecto, y hasta los grupos más capacitados en rescate, pueden no ser 100% efectivos. Pero, ¿qué pasa cuando clamamos por auxilio a Dios? ¿acaso, nos escucha? ¿tiene la capacidad de salvarnos? A través del salmo 44, el salmista nos dirige a considerar la evidencia del pasado, en cómo Dios ha obrado, y a reflexionar en que él puede obrar nuevamente en rescate en nuestras vidas. Pero no solo eso, también nos dirige a comprender que todo lo que sucede en nuestras vidas, está bajo el control de Dios y servirá para cumplir sus propósitos. De este modo, podemos estar seguros en sus manos aunque las cosas no marchen aparentemente bien.
Como vimos en el capítulo 11 de Juan, los líderes judíos habían decretado que todo aquel que supiera dónde estaba Jesús debía pasarles la información. Sin embargo, vemos aquí en el capítulo 12 que los amigos de Jesús en Betania, en lugar de entregarlo, hicieron una cena en su honor. En el estudio de hoy vemos; por un lado, a María que en un acto de adoración derrama sobre los pies de Jesús un perfume de alto valor, y por el otro, a Judas indignado por que según él ese perfume se pudo haber vendido para darles ese dinero a los pobres, sin embargo, él tenía otras intenciones. Veremos también a muchos judíos que fueron a Betania a ver a Jesús y también a Lázaro, de quien se decía que Jesús lo había resucitado. Estas personas no eran hostiles abiertamente a Jesús, como Judas y los líderes religiosos, pero tampoco estaban comprometidas con Él, como Marta y María. Buscaban emociones, seguían la última sensación, se interesaban superficialmente en él, pero espiritualmente eran indiferentes. Nadie es neutral en cuanto a Jesús; puedes amarlo o servirlo, como María y Marta; o ser indiferente y vacilante hacia Él, como la multitud; u odiarlo y oponértele, como Judas y los principales sacerdotes. No hay punto medio.
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