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Dossier Negro
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Dossier Negro

Author: La Vanguardia

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En la crónica negra desembocan todos los ríos de la pasión: el deseo, la avaricia, los celos, la ira, el odio, el amor, la codicia, la ambición... No hay historias solo de buenos y malos. Hay relatos llenos de matices, de medias verdades, de fortalezas y de debilidades, de inocencia y de crueldad. Los hemos reunido en un dossier. Negro, naturalmente.
117 Episodes
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En septiembre de 2017, se vio el juicio por el doble crimen de Almonte en la Audiencia Provincial de Huelva. Las partes ya conocían la reconstrucción de los hechos acecidos cuatro años antes en un piso de la avenida de los Reyes de la población onubense. La escena informaba de una sangrienta secuencia de persistentes puñaladas que padecieron Miguel Ángel Domínguez y su hija de ocho años, María. Tanto el padre como la niña trataron de protegerse mutuamente mientras se sucedían las envestidas del criminal. La pequeña, en vez de tratar de huir, acudió a la cocina a buscar un pequeño cuchillo para ayudar a su padre en vano. Marianela Olmedo era la madre de la niña y todavía la esposa de Miguel Ángel, aunque solo un par de semanas antes de los asesinatos se fue a vivir con un nuevo amor, Francisco Medina. Fue justamente aquel hombre el detenido como sospechoso por la Guardia Civil y el hombre que acabó sentado en el banquillo de los acusados. ¿Qué hacía el ADN de Medina en varias toallas que el criminal había usado en el piso de las víctimas para limpiar el cuchillo y asearse? La discusión sobre la huella genética inundó las largas semanas que duró el juicio.
Es una niña muy deseada. Su adopción es un gran acontecimiento para sus nuevos padres y hasta para una ciudad como Santiago de Compostela, que ve llegar a su municipio la primera bebé venida de China. La pequeña Asunta no alcanza el año de vida cuando aterriza en tierras gallegas. Pasan los años y se convierte en una preadolescente superdotada, brillante y divertida, pero de forma súbita empieza a encontrarse mal, a fallar incomprensiblemente en las clases de violín como si estuviera sonámbula y a perder la memoria. Sus padres, ya divorciados, parecen no dar demasiada importancia a esos trastornos. Tras una comida los tres juntos, aquella noche Asunta aparece muerta en los márgenes de un camino forestal. Es la madrugada del 22 de septiembre de 2013.
Es una niña muy deseada. Su adopción es un gran acontecimiento para sus nuevos padres y hasta para una ciudad como Santiago de Compostela, que ve llegar a su municipio la primera bebé venida de China. La pequeña Asunta no alcanza el año de vida cuando aterriza en tierras gallegas. Pasan los años y se convierte en una preadolescente superdotada, brillante y divertida, pero de forma súbita empieza a encontrarse mal, a fallar incomprensiblemente en las clases de violín como si estuviera sonámbula y a perder la memoria. Sus padres, ya divorciados, parecen no dar demasiada importancia a esos trastornos. Tras una comida los tres juntos, aquella noche Asunta aparece muerta en los márgenes de un camino forestal. Es la madrugada del 22 de septiembre de 2013.
Un psicópata violador obtiene un permiso penitenciario por su buen comportamiento entre rejas. Apenas pisa la calle, no puede resistir el impulso de poner en práctica su juego favorito de depredador: rastrear hasta cazar a su presa y dar rienda suelta a sus perversiones. No encuentra una, sino dos. Y ambas son policías.
Salva y Maje son amantes. Ambos tienen pareja, pero una pasión irrefrenable les atrapa en una espiral sin límites. Ella domina, él obedece, hasta llegar a la prueba de amor definitiva: eliminar al único obstáculo que se interpone entre ellos. ¿El único?
Una disputa por un pequeño terreno donde la Junta Vecinal de Liermo (Cantabria) quería levantar en 1980 un parque infantil generó tal inusual tensión en la localidad que la discusión desembocó en una tragedia con siete muertos.Dossier Negro da una nueva visión de un suceso que algunos han etiquetado como el Puerto Hurraco del norte español, si bien la tragedia extremeña se produciría diez años después de la masacre de Liermo.
Un individuo vestido con ropa militar y que se movía por los montes de las comarcas limítrofes de las provincias de Valencia y Teruel evitando el contacto humano inició en los primeros días de 2020 una serie de robos en viviendas que en el momento del allanamiento no estuvieran ocupadas por sus propietarios. Vaciaba las neveras y se instalaba unos días. No hubiera despertado tanta atención de los vecinos y de la Guardia Civil si, cuando se le antojaba realizar ciertos desplazamientos, no hubiera robado vehículos a punta de escopeta.  Su progresiva osadía con tales manejos, lo convirtió en un maleante montaraz perseguido por cielo y tierra. Finalmente acorralado por la Guardia Civil en Muniesa, el Rambo de Requena, como se acabó conociendo a Pedro Lozano Jiménez, abrió fuego contra los agentes malhiriendo a uno de ellos. Con su arresto, las andanzas de este salteador de caminos llegaron a su fin.
Quién más cerca la tenía resultó ser la persona que la justicia señaló como principal sospechoso y acabó siendo el culpable. Serafín Cervilla fue condenado por la muerte de su novia, ocurrida en febrero de 1999. La joven apareció muerta sobre las vías del tren en la localidad leridana de Cervera donde la pareja residía. Su cuerpo estaba semidesnudo y, aunque a primera vista pareció tratarse de un suicidio, muy pronto se descubrió que había sido asesinada y su cuerpo brutalmente ultrajado con la introducción de una barra de hierro por la vagina. Cervilla ha cumplido ya su condena y está en la calle. Jamás ha confesado el crimen. Mantiene su inocencia, aunque no quiere revivir lo ocurrido. Sin embargo, uno de sus abogados apuntala la versión de no culpable de su cliente más allá de los años. 
Manuel Delgado Villegas confesó más de 40 asesinatos, aunque finalmente solo se le pudieron atribuir siete. A pesar de esa intensa actividad criminal, no llegó jamás a pisar una prisión y pasó sus días hasta la muerte, en 1998, en centros psiquiátricos. Se calcula que el periodo en que cometió los crímenes transcurrió entre 1964 y 1971. El móvil de los asesinatos siempre fue algo confuso como el mecanismo de su psique: voces que le empujaban a matar o discusiones por las cuestiones más nimias que desembocaban en un brutal ataque. En alguna ocasión, mantuvo relaciones sexuales con alguno de los cadáveres.
En la primavera de 2013, Miguel Ángel Domínguez, de 39 años, y su hija María, de ocho, aparecieron salvajemente apuñalados hasta la muerte en el domicilio del padre. El fallecido estaba en aquellos momentos en trámites de separación de la madre de la pequeña, Marianela Olmedo, que había abandonado hacía menos de 20 días el domicilio familiar para irse a vivir con un compañero de trabajo del supermercado donde estaba contratada. Los investigadores de la Guardia Civil concluyeron que la nueva pareja de Marianela, Francisco Medina, era el principal sospechoso del crimen, algo que desató una tremenda tormenta sentimental y mediática. Además, el pueblo de Almonte (Huelva) de donde eran todos los protagonistas se dividió en dos: los que creían que Medina, un devoto de la Virgen del Rocío, era inocente y los que no.
Ester Köves, de 30 años, tenía que volar de Budapest a Barcelona el 7 de abril de 2024, pero una vez aterrizado el avión se comprobó que la joven no había subido a bordo. Su madre, Mónica Ille, esperó largo rato en el vestíbulo de llegadas hasta que el personal de la compañía le confirmó que Ester no llegó a volar. Mónica, vecina del pueblo barcelonés de Sant Celoni desde 2006, a donde llegó procedente de Hungría, enseguida supo que algo muy malo había pasado. Su hija jamás cortaría de raíz la comunicación con ella, ni habría dejado encerrada en su piso del centro de Budapest a su estimada perrita sin agua y sin comida. Se encendieron las luces de alarma. A partir de aquel día, se inició para Mónica un largo calvario durante el que llegó a entrevistar y grabar en secreto a dos de los principales sospechosos de la desaparición. Esta madre coraje nunca desfalleció en el intento de encontrar a Ester, aunque el paso de los meses hacía prever el peor de los desenlaces. La incógnita se despejó el pasado 24 de febrero.
Laura Luelmo se trasladó de Zamora a la localidad onubense de El Campillo en 2018 porque había conseguido una plaza de profesora de artes plásticas en un instituto del vecino pueblo de Nerva.Pocos días después de incorporarse a la plantilla del centro escolar faltó a clase sin dar explicación alguna. Resultó muy extraño. La familia y los compañeros de trabajo se alarmaron y avisaron a la Guardia Civil. En casa de la joven, todo parecía estar en orden, pero ella no aparecía por ningún lado ni contestaba al móvil.Los guardias civiles preguntaron al vecino que vivía frente a la casa de Laura si había visto a la joven y este dijo que ni siquiera tenía noticias de esa casa estuviera habitada. No había visto ni oído nada. Ese vecino era Bernardo Montoya, que había dejado la cárcel tres meses antes tras cumplir 20 años de reclusión por varios delitos, entre ellos un homicidio.
En la primavera de 2012, la Audiencia Provincial de Las Palmas, se abre para juzgar a los responsables de un grupo de profesores de kárate que han estado abusando de alumnos menores durante años. El gurú de este grupo con trazas de secta sexual es el gran campeón Fernando Torres Baena.El desarrollo de las vistas, con los sobrecogedores relatos de las víctimas, se verá influido por la capacidad de Torres Baena de seguir controlando y manipulando la voluntad de los otros implicados, algo que conseguirá incluso a distancia. Eso conducirá a un final de sesiones plagado de tensión.
En enero de 2010, una adolescente de 15 años y su madre acudieron a comisaría a denunciar que en el gimnasio donde la menor practicaba kárate se estaba abusando sexualmente de algunos de los alumnos menores de edad. La policía le dio plena credibilidad a la testigo, que a la vez era una víctima de tales agresiones, y puso en marcha una investigación. El dueño del centro de artes marciales era el gran campeón de kárate, con responsabilidades en la federación canaria y la española, Fernando Torres Baena.Tras muy pocas entrevistas con otros alumnos, los investigadores descubrieron que las agresiones sexuales llevaban produciéndose desde hacía muchos años y afectaban a decenas de menores. Había otros monitores del gimnasio también implicados en las orgías con alumnos. El número de víctimas no dejó de crecer y crecer.
El uno de marzo de 1997, la pareja de amigos formada por Antonio Navarro y Fernando Domínguez salieron de Zaragoza en coche para llegar a Soria donde pretendían atracar un centro comercial. Ambos iban armados, uno con un revólver y el otro con una pistola. Una vez en la capital soriana secuestraron a un taxista.Querían llegar al supermercado en un coche que no fuera el suyo. Ese fue el primero error, la primera torpeza que conduciría a una cadena de desgracias. Los atracadores aficionados le dijeron al chófer que eran terroristas de ETA. Cuando el conductor fue liberado y pudo contactar con la Guardia Civil, se desplegó un gigantesco operativo.Sin cumplir el objetivo de atracar el centro comercial y habiendo dejado abandonado en un paraje solitario al taxista secuestrado, iniciaron una huida a pie. Se toparon entonces con una pareja de guardias civiles. Domínguez, que acabaría siendo bautizado por los medios de comunicación como el Rambo de Soria, tiroteó a los agentes dando muerte a uno e hiriendo al segundo. En la refriega, su compinche, Navarro, también resultó herido, solo que poco después acabó también muerto. Entonces, Domínguez huyó al monte dejando tras de sí un rastro de muerte. Se inició la caza del hombre.
Los vigilantes del pantano de Cubillas descubrieron la mañana del 2 de marzo de 2006 el cadáver de una joven flotando en aquellas aguas. Muy pronto se supo que la víctima era Beatriz Collado Ramírez, de 27 años, cuya familia había denunciado la noche anterior su desaparición en extrañas circunstancias.El rastreo de su teléfono móvil, que había desaparecido tras su asesinato, permitió localizar a la persona que lo portaba. Era la pareja de un carpintero con una larga lista de antecedentes penales. Cuando la policía preguntó a esta mujer de dónde había sacado el terminal, dijo que había sido un regalo de su compañero sentimental, José Molero. Los ojos de los investigadores se posaron entonces en él, que dio unas explicaciones muy poco convincentes a la policía.
El sumario por la muerte de tres novilleros acribillados a tiros en una finca de reses bravas de Cieza una noche de 1990 deparó diversas sorpresas inquietantes Hubo un segundo tirador en el cruce de caminos donde los aspirantes a toreros fueron abatidos, pero ninguno de los dos principales acusados, y luego condenados, quiso dar el nombre de ese escopetero. Han guardado para siempre ese secreto cómplice.Las sospechas se centraron en el pastor José Yepes Saorín, padre de uno de los inculpados y hombre de confianza del otro, el dueño de la finca ganadera donde se produjo la matanza. Algunos creen que no delataron al segundo tirador por miedo.Además del dolor por saber que un asesino había salido impune, las familias de las víctimas se vieron obligadas a soportar un retraso judicial que les llevó a percibir las correspondientes indemnizaciones pasados 27 años de la emboscada mortal en Charco Lentisco.
Tres novilleros de Albacete aparecen muertos en una finca de reses bravas a donde han accedido en plena noche para torear clandestinamente bajo la luna alguno de los toros de lidia que pacen en el campo.Los chicos están cosidos a balazos. Dos hermanos empleados de la finca ganadera y el propietario de la hacienda son detenidos como presuntos implicados.Los chicos fueron acorralados en un cruce de caminos dentro de la finca conocida como Charco Lentisco. El mayor de los peones, José Manuel Yepes, les disparó por la espalda mientras los aspirantes a torero corrían para salvarse, pero un misterioso segundo tirador les cortó el paso y abrió fuego contra ellos.Ese segundo tirador no ha sido jamás identificado.
Tres jóvenes novilleros de Albacete no han regresado a sus casas después de haber salido la noche del 30 de noviembre de 1990 a celebrar el santo de uno de ellos. Las familias están inquietas y sus peores presagios se confirman cuando reciben la noticia de que los chicos han muerto.Las víctimas son Juan Lorenzo Franco Collado, de 24 años, conocido como El Loren; Andrés Panduro Jiménez, de 22; y Juan Carlos Rumbo Fernández, de 19. Los tres, vinculados a la Escuela Taurina de Albacete.Inicialmente, se les dice a los parientes que han tenido un accidente de coche, pero poco después confirman con horror que en realidad han sido asesinados. Sus cuerpos han aparecido en una finca de reses bravas a la que habían accedido sin permiso. Alguien los había cosido a balazos mientras estaban haciendo lunas, es decir, toreando en mitad de la noche sin permiso y a campo abierto reses bravas bajo la luz del plenilunio.
La esclavitud sigue siendo en pleno siglo XXI una industria que da pingües beneficios. Las víctimas suelen ser mujeres, captadas en el África subsahariana o en América latina, que llegan a Europa con la esperanza de un futuro mejor. En cuestión de horas quedan hacinadas en un burdel, obligadas a devolver una deuda que ignoraban que habían contraído. Lo harán vendiendo su cuerpo bajo todo tipo de amenazas. También son las mujeres las principales víctimas de las "estafas del amor", un timo que va a más a partir de los contactos que facilitan algunas aplicaciones de citas. Ellas creen que les han robado el corazón, pero en realidad lo que les quitan es la cartera. Son solo dos ejemplos de un amplio abanico de abusos que la psiquiatra forense Blanca Navarro y la psicóloga forense Alicia Romero han recopilado en el libro “Crímenes sexuales. Psicopatía del Delito", que ha editado Sekotia.
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Comments (2)

Marc

Es mejor el formato clásico. Este formato entrevista, no me gusta.

Jul 31st
Reply

Carlos Molla Florido

gracias

Apr 4th
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