Claim OwnershipEl Malpensante
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© Copyright Eduardo Campos
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Grandes temas de la humanidad. Tratados con la suficiente pizca de humor y seriedad.
Porque el presente es sencillamente una mala repetición del pasado.
Porque el presente es sencillamente una mala repetición del pasado.
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La escuela quizás no pueda ser el garante de los conocimientos necesarios para el alumno que desea triunfar en la vida. No por ahora. Pero sí puede ser la estructura que le ofrece al alumno una ventana para salir de su casa y de su frustración; es espacio de convivencia alterno que le permite extrañar todavía la normalidad de las risas, de los juegos, de las conversaciones solo entre personas de la misma edad, sin que te escuchen al otro lado del cuarto.
Todas las estaciones de trenes guardan historias. En el caso de nuestro país, la mayoría de ellas son ahora edificios ruinosos, descuidados, que guardan en su interior o en sus alrededores leyendas de terror y sufrimientos de aquellos que pisaron esos terrenos en el pasado. Es el caso de la Estación del Tren de Jaral del Progreso, en Guanajuato. Una mujer se aparece allí, a eso de la medianoche.
La ley de la selección natural nos proporcionó modalidades de pruebas terroríficamente sencillas: no ser devorado, sobrevivir al ataque, soportar días sin agua y alimentos. No había un razonamiento condescendiente sobre si la vida y la naturaleza era injusta respecto del nivel de estrés y tensión que provoca vivir un día más. Aprendimos a comunicarnos, generamos las primeras organizaciones complejas de la humanidad, y algo cambió.
¿Cuándo fue la última vez que visitaste un cementerio? En estos tiempos de pandemia, la prioridad para muchos consiste en la preservación de la vida propia y ajena, a toda costa. Es natural y perfectamente racional: a nuestras autoridades las han elegido los votantes vivos orgánicamente -que no mentalmente, valga aclarar- y a ellos responderán todas las políticas públicas del año en que descubrimos las limitaciones de la otrora invencible sociedad moderna.
El pasado 24 de agosto iniciamos el ciclo escolar….como se pudo. Nunca un titular de un periódico nacional describió con mayor precisión un hecho concreto relacionado con la educación del país. Porque, por primera vez en muchos años, las políticas públicas emanadas del manejo de la pandemia ocasionaron una mezcla de catástrofe-milagro como nunca volveremos a ver en la historia del sistema educativo mexicano.
El pasado 24 de agosto iniciamos el ciclo escolar….como se pudo. Nunca un titular de un periódico nacional describió con mayor precisión un hecho concreto relacionado con la educación del país. Porque, por primera vez en muchos años, las políticas públicas emanadas del manejo de la pandemia ocasionaron una mezcla de catástrofe-milagro como nunca volveremos a ver en la historia del sistema educativo en el país.
Así como Berna, hay miles de vendedores ambulantes y fijos que constituían el complemento del ecosistema propio de la escuela. Papelerías, cibercafés, locales de fotocopiado e impresión. Comida para llevar, para los padres y madres que no tienen tiempo – ni ganas- de cocinar-. Recargas de celular en la tienda de la esquina. Y al menos ocho horas de la vida de las familias mexicanas que, por lo pronto, están desaparecidas.
Estoy de acuerdo en que un mundo mejor es posible. Pero me queda claro que vivimos en el mundo mejor que ha existido, aunque apeste. Así como Churchill afirmó que la democracia era el peor de los sistemas de gobierno, a excepción de los demás.
El mundo se encuentra en una encrucijada realmente importante: la ciencia y la cultura parecen avanzar hacia el siglo XXII, pero los movimientos políticos y sociales nos hacen retroceder hacia el siglo XX.
Hemos dejado atrás el paisaje de las sociedades homogéneas. Aquellas compuestas mayoritariamente por grupos humanos -villas, aldeas, ranchos, pequeñas comunidades- integradas por unos pocos cientos de habitantes. Si bien el imperio romano -y sus contrapartes Chinas e Indias- nos trajeron como recuerdo histórico una megaciudad como la Roma imperial, con su millón de habitantes, al iniciar la decadencia del Imperio latino caímos en una especie de atonía demográfica impulsada por las invasiones, la inseguridad pública y las epidemias acompañadas de fanatismo.
Digno de un análisis psicológico, el último escenario mediante el cual las autoridades federales pretendían presentar la conmemoración del segundo año de su triunfo electoral nos dejó más dudas que certezas.
Como sociedad, llegamos a ciertas revelaciones hará cuestión de unos cuantos milenios. Los primeros montajes para aparentar otra realidad, no solo fueron la descomposición de pistas para evitar ser rastreados por animales depredadores o incluso hordas rivales. También representaron el surgimiento de la autoconciencia individual y grupal, y su manifestación con máscaras y caretas hacían juego con el rol que pretendía un integrante de la sociedad respecto de los otros.
En qué se parecen Cristóbal Colón y Derek Chauvin? ¿En que ambos son blancos, y estandarte de la cultura digital dominante? ¿En que ambos se consideran en la actualidad símbolos nefastos y universales de la dominación alienante que ejercen las culturas impositivas? ¿En que uno esclavizó indígenas y el otro llevó hasta el menoscabo la dignidad de un peatón, al punto de provocarle asfixia?
Los cubrebocas nos restan expresión corporal. Impiden que nuestros compañeros nos puedan escuchar adecuadamente. Resulta muy difícil utilizarlos de manera adecuada. Para colmo de males, la gran mayoría de ellos permiten en realidad la filtración de partículas del COVID19.
En plena contingencia por la pandemia de COVID19, la preocupación principal de gobiernos y sociedades se enfoca en el daño económico y las cuestiones sanitarias. La pobreza de aprendizajes es una realidad. La emergencia educativa está al final de la fila de los casos por atender. Las consecuencias a mediano y largo plazo serán devastadoras.
Todos conocemos al histrión o al tragedias que se la pasa exagerando sus virtudes, y que busca ser el centro de atención a toda costa. Pero también podemos constatar que hay momentos de nuestra vida en que sentimos que necesitamos tener esa notoriedad temporal. A veces, las consecuencias de esos deseos mal meditados pueden ser terribles a corto y mediano plazo.
Justo en una crisis de epidemias como el sarampión, provocada por los seguidores de los movimientos antivacunas y los nuevos naturalistas, reflexionamos sobre los métodos alternativos y complementarios de curación, que recientemente cobran auge pero están muy lejos de comprobar su eficacia, salvo por el amigo que nos comenta que le fue muy bien con tal terapia.
Es una paradoja que, en un mundo tan conectado, haya tantas personas que se sientan solos. Parece que en el camino del progreso hemos ganado comodidad y desarrollo, perdiendo las relaciones interpersonales y la intimidad de la aldea. Del número de Dumbar a los efectos en la salud de la soledad posmoderna.
¿Cuándo fue la última vez que lloraste? ¿Por qué lo hiciste? ¿Es bueno llorar? ¿Hay que aguantarnos como los meros machos? Un recorrido por las lágrimas en la historia, en la actualidad, y en los prejuicios vigentes y pasado.
Le tenemos miedo a la muerte, al punto de evitarla en las conversaciones y considerar de mala suerte hablar de ella. Pero en realidad el miedo a la muerte puede ser el botón detonante de una buena vida. Y de eso va este podcast.
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