El antisemitismo consiguió arruinar La Vuelta animado por Sánchez, que siente admiración por los violentos de la izquierda radical que boicotearon la cita deportiva. Es una situación vergonzosa que pone de manifiesto su fanático sectarismo.
La utilización de la mentira como instrumento político otorga una indudable ventaja a Sánchez y a otras personas como él. Es cierto que tiene unas indudables dotes para la interpretación y quizá el teatro español ha perdido un actor que hubiera podido dar rienda suelta a esa vocación.
El sostener que la democracia israelí está sometiendo a un genocidio a la población palestina es una gran mentira que solo se puede promover desde la ignorancia o la mala fe. Hamás, que gobierna Gaza con un amplio apoyo de la población, comenzó una guerra contra Israel con la brutal masacre del 7 de octubre que perseguía, precisamente, provocar el conflicto.
El CIS de Tezanos es una pieza fundamental en la estrategia propagandística del sanchismo. Es verdad que la manipulación es tan zafia como disparatada, pero cumple la misión que tiene encomendada su máximo responsable. Los datos electorales que ofreció este jueves reflejan el nivel de degradación en que se encuentra este organismo público. La mejor prueba de que sus resultados no son fiables es que ni siquiera los medios de comunicación afectos al régimen sanchista se los toman en serio.
No hay que sorprenderse por el aislamiento internacional del Gobierno socialista comunista de Pedro Sánchez. Lo raro sería lo contrario. Lo que es cierto es que concita una gran simpatía en los regímenes totalitarios, donde los lobistas del PSOE se forran y lo seguirán haciendo mientras dure la legislatura. Por ello, el interés es la razón fundamental que explica la firme determinación de resistir a cualquier precio.
El Gobierno y los sindicatos al servicio del sanchismo, UGT y CC OO, muestran una soberbia que siempre me sorprende. Nunca reconocen ningún error, sino que todo es culpa de los demás. Se arrogan la representación de los españoles, como si el resto fueran partidos u organizaciones marginales. No hay diálogo social sin tener en cuenta a la CEOE, que representa a la gran mayoría de empresarios. Es cierto que resulta difícil alcanzar acuerdos con el sector más radical del Gobierno encabezado por Yolanda Díaz, que cabe recordar que es comunista. Por tanto, no se puede esperar ningún atisbo de moderación en una de las ideologías más deleznables y peligrosas de la Historia.
Sánchez puede estar muy contento, porque cuenta con la simpatía de Hamás, aliado de Irán y Rusia. Es un grupo terrorista que controla Gaza desde hace décadas y comenzó la guerra con una brutal matanza genocida contra el Estado de Israel. Es bueno recordar que son una colección de criminales que odian la democracia y los países occidentales, persiguen al colectivo LGTBI y quieren acabar con los israelíes. Se sentirían cómodos desatando un genocidio en nombre del islam. No es una opinión, sino lo que hacen, dicen y tienen por escrito. Está en su documento fundacional y en los que han aprobado posteriormente.
El problema de la dirección nacional del PP con Sánchez ha sido no entender que no se mueve por ningún código de conducta ético que sea equiparable con lo que es habitual en la UE. No es posible ningún acuerdo tanto por las limitaciones que le marcan sus aliados como por la situación judicial de su familia. Las relaciones institucionales con el sanchismo son imposibles, porque no se puede negociar con alguien que ha normalizado la mentira como instrumento de acción política.
Ala hora de interpretar lo que está sucediendo y sucederá hasta el final de la legislatura hay que enmarcarlo en que para Sánchez todo es instrumental al servicio de su objetivo de continuar en La Moncloa. No importa ni la verdad ni la mentira, sino el relato. El último lío que han organizado los sanchistas es muy interesante. Todo comenzó con las declaraciones de Miguel Tellado señalando que el año judicial para el PSOE no empezó el viernes, sino el próximo miércoles «cuando veamos sentada en los juzgados a Begoña Gómez». Sánchez es muy sensible en todo lo que atañe a su familia, aunque en la misma proporción es insensible en lo que afecte a las familias de sus rivales.
La presunción de inocencia es una de las bases del sistema judicial. Por supuesto, no he conocido a ningún culpable que se vanaglorie de serlo y solo lo reconoce cuando consigue algún beneficio procesal. El Fiscal General afronta un juicio decisivo donde solo cabe que sea exonerado o signifique el final de su carrera. No haber acudido al solemne acto de apertura del Año Judicial presidido por el Rey no significaba que asumiera ninguna culpa, pero ha preferido asistir. No comparto esa decisión, porque hubiera quitado tensión e impedido una imagen que no es buena para la alta magistratura que ostenta.
Al final tenía que suceder. Ni siquiera el famoso Falcon ha aguantado el ritmo que le impone Sánchez. Lo ha usado tanto que se ha estropeado. No hay que preocuparse, porque es solo un pequeño aviso y el servicio de taxis aéreos seguirá funcionando para hacerle la vida más cómoda. Nada mejor que tener un avión a su servicio para ir a un concierto, pasar un fin de semana o aquello que más le convenga dentro de la habitual opacidad que caracteriza a esta administración. Es cierto que todavía no tiene a su disposición un «Air Force One» como el presidente de los Estados Unidos, pero creo que ya es hora de que el líder mundial de la izquierda viaje con la dignidad que le corresponde.
«No le gusta una Justicia independiente, desearía que estuviera al servicio del Poder Ejecutivo»
«Un político que desprecia los usos y costumbres de una democracia no merece gobernar»
«Tiene una posición de fuerza que le permite conseguir todo lo que quiera»
«Todos se conjuran en servir ciegamente al líder, porque nadie quiere ir al paro»
Es fascinante la repentina proliferación de expertos en la extinción de incendios que se nutren de los argumentarios de los partidos de izquierda y los sindicatos, así como de las redes sociales. En breve no será necesario estudiar una ingeniería. Menuda tontería eso de estudiar deben pensar algunos activistas del sanchismo cuando un móvil permite un acceso rápido y fácil a los argumentos que pasa algún político o sindicalista. Lo siento, pero no soy un experto wikipediano y estas semanas no he recibido argumentarios ni de unos ni de otros.
Sánchez no puede dudar de la ciega lealtad de Marlaska. Es un político comprometido en servir sus intereses. No es sorprendente, porque también lo estaba con el Partido Popular cuando quería ser Fiscal General. No hay que restar valor a los mercenarios en política, ya que tienen la imbatible ventaja de ser fieles mientras llegue la soldada. Lo que resulta más difícil de entender es que se sienta cómodo con las mentiras y las políticas de izquierda radical, así como con la descalificación de sus compañeros de profesión o los intentos de controlar el Poder Judicial. Es algo que no casa con el perfil de un magistrado al que todo el mundo tenía por alguien centrado.
Los dirigentes del PP se equivocarán si piensan que las elecciones están ganadas. Ni siquiera los que tienen una situación más confortable pueden esperar un trato justo y razonable de la izquierda política y mediática. Es cierto que muchos han caído en el error de pensar que un trato justo con los periodistas de izquierdas sería correspondido. No tardaron en descubrir que nada podían esperar salvo campañas brutales de descalificación personal y política. Es bueno recordar las que sufrieron Suárez, Aznar y Rajoy. A los medios de comunicación y a los periodistas de izquierdas siempre les ha ido bien con los gobiernos del PP e incluso han sido mejor tratados que aquellos que podían ser considerados afines al centro derecha.
Es más interesante informativamente la precariedad de este Gobierno que la llegada de uno nuevo con una mayoría parlamentaria sólida y cohesionada. En primer lugar, la mayoría del Congreso es de centro derecha mientras que Sánchez lidera un ejecutivo de izquierda radical que es más propio de Iberoamérica que de la Unión Europea. El carácter socialista comunista más los disparates pijoprogres del inquilino de La Moncloa explican que haya conseguido situarse en la marginalidad dentro de la política internacional. Su irrelevancia es tan patente que ni siquiera la prensa del régimen es capaz de trasladar lo contrario
La propagada sanchista se basa en el carácter providencial de su líder carismático mientras que la oposición no sabe hacer otra cosa que oponerse. En cualquier otro país de nuestro entorno, esa basura ideológica provocaría un auténtico escándalo y los medios de comunicación no la reproducirían. Por supuesto, no aceptarían que los presupuestos pagaran las vacaciones del presidente del Gobierno. Este gratis total es otra anomalía española, aunque no hemos llegado a la cleptocracia masiva de la izquierda populista iberoamericana a la que está estrechamente vinculado Sánchez. Feijóo presentó ayer un plan contra los incendios con 50 medidas, ya que el Gobierno ha fallado.