Fin de año suele ser una época donde todo se revuelve. Desde la rutina y los horarios, hasta las emociones. Muchos solemos terminar agotados este tiempo, no tanto física sino emocionalmente. Y puede ocurrir que experimentemos sensaciones, pensamientos y emociones desagradables, que emanan, precisamente, de este cansancio acumulado. Te propongo que crees un lugar seguro para ti con un poco de música.
En este episodio, hablamos sobre la procrastinación, y cómo es tan común que posterguemos ciertos trabajos o tareas. Hablaremos sobre cómo la música puede ayudarnos a superar este estado.
Hoy me gustaría hablarte de algo que todos experimentamos, en mayor o menor medida. Tiene que ver con el llamado “ruido psicológico”, un término para referirse a nuestro diálogo interno y al sinfín de pensamientos que experimentamos de forma permanente. La música es una buena opción para acallar nuestra mente. Al utilizarla de forma consciente e intencionada, podemos ayudar a contrarrestar, minimizar o incluso eliminar este tipo de ruido.
Dejar ir una emoción displacentera, es algo que a veces se nos hace muy difícil. La rabia, la tristeza, el desaliento, la frustración o la impotencia, nos ponen en un “tono” físico donde la tensión comanda, la tensión se apodera de nosotros, e impide este “dar paso”. Vamos a practicar cómo podemos ayudarnos a liberar la tensión, internalizando alguna música.
En este capítulo hablamos sobre cómo la primavera nos afecta a todos de forma diferente, y construiremos juntos un "Botiquín musical" que nos será de ayuda para los momentos más complejos.
Cada obra de arte es en sí un proceso. Cada pieza musical también, y así como en la vida, cada pieza posee una curva de tensión, que avanza desde un inicio, hacia un clímax, y luego hacia una baja de tensión, que llega a un final donde la pieza “resuelve”. Al escuchar música de forma intencionada, conectándonos y dejándonos llevar por aquello que escuchamos, estamos aprendiendo a seguir esta curva de forma natural.
Así como en una conversación con alguien, buscamos estar atentos y somos “capturados” en algún punto, lo mismo pasa con la música que nos gusta. Buscamos conectarnos con ella de verdad, sin perdernos detalle, dejándonos llevar por eso que sabemos que nos hace sentir… porque así es la conexión… tiene también, una buena dosis de entrega.
En este capítulo hablamos sobre el potencial que tiene la música de acompañarnos y calmarnos, en momentos complejos.
La música es poderosa, y podemos usarla en favor de nuestra salud y nuestro bienestar. creadora y conductora: Francisca Fernández