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«¿Es un pájaro cantando lo que se escucha de fondo?», pregunta Yoel sorprendido desde el otro lado de la pantalla, a miles de kilómetros de distancia. Suenan también un refrigerador en pleno funcionamiento y el leve roce del bolígrafo sobre el papel al tomar notas. Mientras el hombre habla no pierde la pista de los ruidos a su alrededor. «Es un canto hermoso. Peculiar. Esto te habla de la importancia del sonido en nuestras vidas... No ves al ave pero sabes que está allí porque lo escuchas». Durante dos décadas los sonidos han sido casi una obsesión para él. Yoel Fink (56 años) es científico de materiales y profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Tiene una amplia trayectoria en la que acumula reconocimientos y al menos 50 patentes de inventos registrados en Estados Unidos. Fink es la cabeza de uno de los últimos grandes inventos con el sello de la prestigiosa universidad estadounidense. Un grupo de ingenieros y diseñadores (de la Escuela de Diseño Rhode Island) han desarrollado una tela con la capacidad de escuchar. A imagen y semejanza del oído humano. Los resultados de sus años de investigaciones - de prueba y error de prototipos- han sido publicados en recientemente en la revista Nature. Hace 20 años que ingenieros y científicos de MIT, entre ellos Yoel, trabajan en sus laboratorios para darle a los tejidos un nuevo sentido funcional. Un valor tecnológico añadido que multiplique sus usos. El equipo se complementa con investigadores de la Universidad Case Western Reserve, la Universidad de Wisconsin y del Instituto de Investigación Ambiental del Ejército de EEUU. Decía Lao Tzu que un viaje de mil millas empieza con un solo paso. Y Yoel Fink adapta este proverbio chino a la realidad del ambicioso proyecto que comanda. La travesía para fabricar la tela de oído empezó con el impulso de un solo hombre. Wei Yan, científico del laboratorio de electrónica en MIT y de materiales en la Escuela Politécnica Federal de Lausana en Suiza, contactó con Yoel porque tenía una idea para incorporar el sonido al campo de los textiles. Durante mucho tiempo Yoel y otros ingenieros habían intentado alcanzar este objetivo. Construyeron algunos prototipos -fibras que lograban capturar el sonido- que no funcionaron del todo. Hasta la llegada de Wei Yan, que le aportó una nueva visión al proyecto. Era la pieza que faltaba. Cuenta Yoel a Crónica que en un futuro esperan que las computadoras no se vean como cajas, que no sean de metal o de vidrio. «Se verán como prendas de vestir. Ese es nuestro sueño», asegura. Ese es el fin último de los tejidos que escuchan que han creado. Uno de los primeros elementos para interactuar con una computadora (o móvil, por ejemplo), continúa el científico veterano, es un micrófono. Así que empezaron a pensar en fabricar una suerte de fibra que hiciera las veces de un micrófono. Si el joven Wei Yan trajo el impulso, Yoel aportó la inspiración. Años atrás había trabajado en un proyecto clínico que involucraba a personas con deficiencias auditivas. En el proceso aprendió sobre «lo maravilloso que es el oído humano». Al respecto explica que el sonido audible viaja a través del aire como ondas de presión. El oído capta estas ondas para después pasar por el tímpano -formado por una capa circular de diminutas fibras- que las convierten en vibraciones mecánicas. Éstas, a su vez, viajan a través de los pequeños huesos hacia el oído interno, en donde la cóclea las transforma en señales eléctricas que el cerebro procesa. «Las fibras juegan un papel clave en las dos operaciones más importantes del oído», expresa. Este mecanismo es el que se replica en el tejido que escucha que han fabricado. Las telas -diseñadas por una profesora y una estudiante de maestría de la Escuela de Rhode Island- llevan entrelazadas unas fibras especiales que cumplen las funciones del oído y hacen posible que capten y almacenen sonidos. La meta es que esta fibra especial tenga las facultades de un dispositivo inteligente. Este pequeño elemento, y en apariencia simple, es la clave del proyecto. Pero solo funciona correctamente si está adherida a un tejido. Ambos componentes se complementan. Y las telas no pierden sus cualidades, pueden lavarse o plegarse sin problema. Al otro lado de la pantalla, en su departamento en Boston, Yoel sostiene una pieza que parece un prisma rectangular, negra en el centro y rodeada de un material transparente. Tiene el tamaño de la palma de su mano, y uno de sus extremos se encoge hasta formar un delgado hilo. Lo muestra para explicar el proceso de fabricación de la fibra. «Es algo casi mágico», proclama. Los componentes -emplean hasta siete materiales diferentes, incluidos dispositivos semiconductores- se integran en un artefacto sólido con forma de prisma. Para después pasar por un horno especial que lo derrite y lo convierte en un fluido. Al secarse, y sin que pierda su estructura o propiedades, adquiere la forma de un hilo delgado, flexible y con una textura similar al caucho. Esta fibra tiene la cualidad de ser piezoeléctrica, lo que implica que cuando se deforma mecánicamente o se dobla puede replicar el proceso que ocurre en el interior del oído: convertir las ondas de presión en vibraciones mecánicas expresadas en frecuencias audibles, y después traducirlas en señales eléctricas. De esta manera logra almacenar los sonidos de la banda sonora de la vida de quien la lleve encima. Aunque, en principio, este invento puede tener cientos de aplicaciones, Yoel dice que quieren centrarse en dos. La fibra entretejida en una camisa o en cualquier otra prenda de vestir tendría la capacidad de funcionar como apoyo o sustituto de los audífonos para personas con discapacidad auditiva. Otro de sus usos podría ser implementarlo en tejidos para monitorizar los latidos del corazón, y movimientos de los fetos durante el embarazo. Sería, sobre todo, útil en gestaciones de alto riesgo. La tela de oído ha cumplido con éxito su primera prueba de fuego: funcionar como si fuera un micrófono. El siguiente paso es que, además de detectar y capturar sonidos, sea capaz de reproducirlos. Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Un tipo de más de cien kilos de peso, chupa de cuero, da órdenes con voz segura. «Huevos con filete de pollo y patatas fritas». «Solomillo (gigante) con pasta y tomate... y (más) patatas fritas». «Y copa de vino». De postre: «Tarta de queso». Una comanda de dos personas, para uno solo. Llega la cuenta. Se rehúsa a pagar los 27 euros de la cuenta del Espumosos 5M. La mezcla entre tragaldabas y estafador, más lo segundo que lo primero, tiene nombre: Antonio Miguel Grimal. Con 47 años ha sabido reírse del sistema judicial y de los restauradores de Zaragoza. Ha sido detenido medio centenar de veces por no pagar la cuenta. Se aprovecha de los resquicios del sistema para evitar que los defraudados llamen a la Policía. Sus fechorías superan largamente su prontuario: es incalculable los restaurantes defraudados en 2016, cuando se conocieron sus primeros impagos en locales de comida. La mayoría de los establecimientos optan por no llamar a las autoridades para no perder el tiempo. Para 2017, ya tenía -no menos de- dos condenas firmes. Ninguna broma. Seis años como el enemigo público número uno de los locales maños. En la cárcel de Zuera lo conocen bien. Allí le ha enviado, este mes, otra vez, una jueza tras haber acumulado, en sólo 30 días, nueve denuncias. Los afectados por sus tropelías: un restaurante de la cadena NH, El Real, Espumosos 5M, Ankara, La Bodeguita Real, La Tagliatella... la lista se extiende por la capital de Aragón. Muy especialmente por el centro histórico. Nacido en Cataluña, a Grimal los dueños de los establecimientos le tildan de caradura sin escrúpulos. La Policía Local -y Nacional- está desesperada porque es reincidente y no cambia. Cuando un restaurante de la zona llama al 091 por un cliente que no quiere pagar, anticipan a quién van a encontrar allí, orondo. Se aprovecha de los camareros recién llegados, los novatos, que le sirven despreocupados y agobiados por las mesas. Los que tienen experiencia, lo echan directamente o no le sirven. Su modus operandi se completa con la insolencia. No sólo se niega a pagar, sino que mientras espera a las autoridades incluso pide algo más de beber. Para hacer más llevadera la espera. Su comida favorita, aparte del solomillo y el pollo, son los arroces. Le pierden las paellas y los risottos. Para maridar, vino tinto. Calculador en la mesa y en las penas, no se pasa de los 400 euros, que subiría su castigo en el Código Penal. Un arroz con ibéricos de La Tagliatella puede ser el inicio de su caída, por la que suspiran los restauradores maños, que temen cunda su mal ejemplo. Temen llenarse de okupas de las mesas. Erró en su cálculo, pues cadenas como esta última sí pueden seguir la lucha judicial. Le pasó antes también con el NH, que fue cuando estuvieron a punto de condenarle drásticamente. Un martes de diciembre de 2017, tuvo dos juicios con 30 minutos de diferencia. Ese día, a las 10.30 horas, se le juzgó por zampar él y dos acompañantes y no abonar los 143,30 euros que debían en el NH, por una cena del 16 de marzo de 2017. Cuando acabó esa audiencia, tuvo que ir a otra por no pagar 52,60 euros, por otra comilona del 27 de febrero de ese mismo año. Se pedían en total, por estafa, cuatro años de cárcel y abonar 3.796 euros para compensar sólo dos de sus fechorías. Pero se libró. ¿Por qué no fue a prisión en esa ocasión? Lo salvó un fallo del Tribunal Supremo que no permite la acumulación de delitos leves. Una vez más, encontró una brecha en el sistema y no fue condenado a cárcel. Sólo tuvo una multa de 270 euros por cada uno de los casos citados y el pago de ambas cuentas. Todo juega a favor del felón... ¿Cuándo y cómo comenzó? Este hombre -que asegura en sus redes sociales trabajó de oficial en una empresa de aislamientos y de guardia de seguridad- presume de ser pensionista desde hace dos décadas (en Linkedin), no habiendo a día de hoy cumplido los 50 años. ¿Un moroso perpetuo? Por no pagar, no quiso hacerlo ni con el seguro obligatorio de su coche. Ya en 2005, hay una sentencia del Tribunal Constitucional que lo cita. Él y su entonces mujer llevaron hasta esa instancia su reclamación: fueron condenados antes por un juzgado de Reus «a la pena de multa de 50 días, con una cuota diaria de cuatro euros, y al pago de las costas procesales, quedando sujetos a la responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas». El 15 de mayo de 2003 ellos fueron requeridos por un guardia urbano a presentar los papeles del coche. No pudieron presentar el «seguro obligatorio de responsabilidad civil, careciendo del mismo el vehículo en dicha fecha». El Constitucional rechazó su petición, claro. Separado de su pareja de entonces, ella ya ha rehecho su vida. Tiene un hijo al que idolatra y del que de vez en cuando sospechosamente usa sus fotos de perfil. En otras está en un ring luciendo tatuajes y mirada arrebatadora. También suele presumir de que le siguen modelos en sus distintos Facebook: posee seis cuentas y tantas más de Instagram. Otra de sus imágenes recurrentes es una donde él mismo se pone: «Te amo». Lo normal: suele ser el único que se da «me gusta» a sus propios retratos...Parece aspirar a ser una suerte de Simon Leviev (protagonista del documental el Estafador de Tinder), pero en versión cañí. Escribe, ante tantas solicitudes de amistad de chicas que envidiaría el mismísimo Di Caprio: «No voy a dar dinero a ninguna mujer para que pueda venir a verme... yo no pago por cariño». Dice la verdad y una furiosa seguidora le responde: «¿Tú dar dinero a nadie...? ¿Pero no se han enterado que no tienes para comer...?». La red es también escenario de sus tribulaciones y venganzas. Al novio de su ex se atreve a decirle: «K (sic) pena me da la gente k (sic) para tener galgo (sic) se tiene k (sic) juntar con una mujer para vivir de ella me parece asqueroso». Sin comentarios. Lo ha enviado a la cárcel de Zuera una valiente magistrada, titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Zaragoza. Los hosteleros están hartos de su impunidad. Todo le ha protegido. Ni siquiera pueden difundir sus imágenes, que las tienen -hasta de las cámaras de seguridad; de sus propias cuentas de Facebook, alardeando de degustar una jarra enorme de tinto de verano- porque el castigo sería mayor para ellos. Para las víctimas. El mundo al revés. Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
«No tenía que haber cogido esa llamada», dice María, de 51 años. Esa es la frase más repetida entre las víctimas de una técnica de engaño conocida como vishing que hace estragos en España y que inquieta tanto a la Policía como a las organizaciones de consumidores. Se trata de un fraude que consiste en una llamada telefónica realizada para obtener datos personales o bancarios de una persona. Con el vishing los delincuentes suplantan una identidad de una compañía reconocida o incluso de un organismo público para generar confianza en la víctima y hacerle picar el anzuelo. La última estrategia de estos estafadores conocidos como vishers es aprovechar la incertidumbre generada por los desaforados precios de la luz y el gas de este invierno, a los que se ha añadido la perspectiva desoladora de la guerra de Ucrania. La energía es hoy un disfraz ideal para este delito. Pero no hay que olvidar que por las garras de estos suplantadores pasan también bancos, telefónicas, la Seguridad Social e incluso la OCU.María fue víctima del vishing en su modalidad de la doble llamada. Primero contactó con ella alguien que se identificó como miembro del servicio de atención al cliente de su compañía de energía para darle una mala noticia: la coyuntura hacía que su tarifa fija fuera a costarle 25 euros más. Diez minutos después, otro timador, conchabado con el primero, interpretaba en una segunda llamada el papel de un comercial de otra compañía para ofrecerle un descuento del 25% sobre lo que venía pagando en su factura.María, que no tiene un gran sueldo, aceptó y facilitó el número de su cuenta corriente. A continuación, como le indicó el comercial, recibió un SMS sin ninguna identificación de la supuesta compañía al que, siguiendo sus instrucciones, debía contestar con un «SI». Aquel mensaje estaba 'infectado'. A María le habían hecho un tocomocho telefónico. Sus datos estaban en manos de una banda de delincuentes. Cuando una víctima cae en la trampa, el inspector jefe de la Policía, Carlos Juárez, da una serie de consejos: comunícate con tu banco y cambia tus contraseñas, incluso la huella digital. Y si recibes unos códigos de verificación no los facilites nunca si vuelven a llamarte. Ese paso es mortal: los delincuentes podrán hacer cualquier operación con tu dinero.Esto no es todo. Queda un trámite tedioso pero que puede evitarte muchos problemas: denuncia el caso a la Policía o la Guardia Civil. Que no te de pereza. Para ello es importante presentar capturas de pantalla de los mensajes recibidos, extractos bancarios y cualquier información que permita acreditar los hechos y ofrecer algún indicio sobre los posibles autores. De no hacerlo esa maldita llamada, puede arruinarte la vida. Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Domingo negro y lunes de reflexión en Chamartín. La durísima derrota contra el Barcelona en el clásico protagonizó las pesadillas de jugadores, cuerpo técnico y directivos. Nadie se esperaba semejante resultado, 0-4, y, sobre todo, nadie se imaginaba que las sensaciones iban a ser tan sonrojantes como las que resultaron de los noventa minutos disputados en el Bernabéu. Los mensajes y las conversaciones que comenzaron a circular por los móviles del palco y del vestuario se resumían en dos palabras clave: «Rabia», por las formas de la derrota, y «tranquilidad», por la situación en la clasificación liguera, con nueve puntos de ventaja sobre el Sevilla, y la presencia en cuartos de Champions. Eso sí, el fracaso en el duelo contra el eterno rival dejó a un hombre muy tocado: Carlo Ancelotti. El técnico italiano, consciente de sus errores, asumió las culpas ante sus futbolistas y ante la prensa: «He fallado. Lo siento. Lo de Modric no ha salido bien... Y nada», resoplaba. En el vestuario pilló por sorpresa la posición del croata, a sus 36 años, como falso nueve siendo uno de los pilares de la salida de balón, y la revolución táctica que Carletto se inventó en el descanso. Tres centrales, algo que nunca había probado, con Camavinga y Rodrygo como carrileros. Ferran tardó dos minutos en fallar una clara y en marcar el desastroso 0-3. En la grada, la desesperación vino por la pasividad de sus futbolistas. Una realidad más criticada, incluso, que el propio sistema de Ancelotti. Por eso, aunque el técnico se pusiera la diana sobre su cabeza, en el vestuario y en el club también asumen las culpas. Los jugadores, los mismos que ya pensaban en el siguiente partido a los pocos minutos de superar al PSG, se daban ánimos este lunes a través del móvil, camino de sus destinos internacionales. En Valdebebas sólo apareció Mendy, que sigue recuperándose de su lesión muscular. Ancelotti ya había planificado dos días de descanso después del clásico y no quiso «hacer más drama» cambiando el calendario. El club ha mostrado en privado su apoyo al italiano, que cogió los mandos de la plantilla tras el traumático adiós de Zidane, y ha insistido en el mismo mensaje que el dado por el técnico: «Relativizar», aprovechar este parón para recuperar sensaciones y «levantar la cabeza». Pese a todo, en el entorno madridista hay decisiones del entrenador que no terminan de entenderse. La última vez que había utilizado el 4-4-2 había sido en la derrota en Cornellà contra el Espanyol, en octubre, y Camavinga sólo había jugado como carrilero en la derrota ante el Sheriff en el Bernabéu. Además, el trío que forman Casemiro, Modric y Kroos, que realizó un sensacional tramo entre noviembre y diciembre, ya se había mostrado vulnerable en las tres citas más importantes de la temporada merengue: el clásico de la Supercopa, el partido de Copa en Bilbaoy los 150 minutos de ida y vuelta contra el PSG antes de la remontada en el Bernabéu. En grandes citas, la famosa 'Santísima Trinidad' sufrió, y la necesaria inclusión de Valverde para meter ritmo desequilibraba el dibujo. Por eso en la segunda parte de la vuelta contra el PSG y en el descanso del último clásico Camavinga entró por Kroos. El Madrid pedía físico. Eso lo sabía Ancelotti. El otro gran punto negro del curso es la gestión de la segunda unidad del ataque, más evidente cuando falta Benzema. Hazard todavía no ha jugado un clásico, Jovic, fichado por más de 60 millones para ser suplente del francés, no saltó al campo el domingo y Bale estaba pensando en Gales. La solución de emergencia fue Mariano, que acumulaba 29 minutos en Liga en 2022. Preguntado por las rotaciones, el italiano siempre ha defendido que no veía al equipo cansado, pero el problema no eran los pulmones de su once titular, sino el ritmo competitivo de los suplentes. En los ocho partidos sin Benzema, los sustitutos han sido Jovic en dos (victorias ante Inter y Elche en Copa) Mariano (dos triunfos ante Elche y Alcoyano), Isco (victoria contra el Granada), Bale (empate en Villarreal), Asensio (derrota copera en Bilbao) y Modric, en el último clásico. Ocho ocasiones, seis alternativas. Ninguna constante. En el horizonte, los nueve puntos de ventaja sobre el Sevilla y el miedo inconsciente de parte del madridismo. "Yo ya perdí una Champions tras ir ganando 3-0", declaró Ancelotti. La Liga de Queiroz, aquel 2015 de Carletto... Las finales de aquí al desenlace del curso empezarán en Vigo, con visitas al Pizjuán, a Pamplona y al Metropolitano incluidas. Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
El asturiano Carlos Florentino Fernández García, natural de Avilés, se quedó con el café a medio tomar cuando el pasado 8 de marzo los efectivos policiales del Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) de la Costa del Sol se plantaron en su mesa y lo detuvieron. En el momento de su arresto, don Carlos departía con un socio en una glamurosa cafetería de Marbella (Málaga) mientras a 187 kilómetros de distancia de allí, en un polígono industrial a las afueras de Sevilla, sus chicos mostraban 60 kilos de cocaína a los compradores de la mercancía. Él supervisaba la operación desde la lejanía. Pensaba que todo iba bien y que, una vez la mercancía llegara a Marbella, la transacción se llevaría a cabo sin contratiempos. La droga procedía de Colombia, donde don Carlos, de 76 años, vivió durante décadas a caballo con Venezuela, y donde sigue teniendo fama de buen gestor entre sus principales cárteles. No en vano, se piensa que lleva 30 años blanqueándoles en Europa parte de sus inmensas ganancias. Ese envío de 60 kilos se había producido gracias a la confianza que todavía le guardan los suministradores de perico al otro lado del Atlántico. La coca había llegado en febrero al aeropuerto de Barajas oculta en cajas de flores en un vuelo directo que partió desde Bogotá. «Os estáis confundiendo. Yo no toco nada de eso, conozco del tema, pero nada más», les soltó a los investigadores que lo habían atrapado tras 18 meses de pesquisas y seguimientos. Y tanto que sabía. En julio de 1996 fue detenido durante la operación Papagayo. Era la primera vez que se incautaban 12 toneladas de marihuana en España procedentes de Colombia. La droga iba oculta en un contenedor que llegó al puerto de Barcelona. Uno de los arrestados en aquel golpe policial fue don Carlos, que también había participado en el secuestro de las mujeres de dos jefes de una banda rival por un impago. Se le acusó de narcotráfico, blanqueo de dinero y secuestro. Dos años después, en julio de 1998, la Audiencia Provincial de Madrid lo condenó a 24 años de prisión, de los que cumplió menos de 20. Su puesta a disposición judicial propició que el narco colaborase con la justicia española. Le contó al por entonces magistrado de la Audiencia Nacional, entre otros detalles, que los traficantes colombianos habían financiado con millones de dólares parte de la campaña electoral que llevó al candidato Daniel Samper a la presidencia de Colombia, en 1994. DINERO PARA UN PRESIDENTE Y EL GIMNASIO ABASCAL Aquellas palabras de don Carlos contenían veracidad. El 22 de julio de aquel año, el por entonces presidente colombiano, que acababa de perder la reelección y se encontraba a dos semanas de entregar el poder a su sucesor, Andrés Pastrana, admitió que la mafia del narcotráfico había financiado su campaña cuatro años atrás. El mandatario dijo que lo desconocía en ese momento. «Como se sabe, fui víctima de esta invasión en la campaña que me llevó a la presidencia. Así lo confirman las confesiones de quienes la manejaron administrativamente y las pesquisas de la justicia». El cártel de Cali puso entre seis y siete millones de dólares para intentar que Samper ganara, algo que sucedió. En 1995, don Carlos, con 49 años por aquel entonces, se instaló en Madrid tras pasar cerca de dos décadas entre Colombia y Venezuela. Al poco de su aterrizaje compró por 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros) el gimnasio Abascal, un lugar donde políticos, empresarios y ricos de media España entrenaban y jugaban partidas de squash, además de cerrar negocios. Fijó su residencia en un chalet que hasta hacía poco tiempo había sido propiedad de Gilberto Rodríguez Orejuela, fundador del todopoderoso cártel de Cali junto a su hermano Miguel. Gilberto fue arrestado en su país poco antes de la vuelta de don Carlos a España. La situación en Colombia era compleja para la organización y preferían tenerlo en Europa lavando su dinero a través de la adquisición de inmuebles y negocios. En esa labor como blanqueador, don Carlos tuvo contacto con miembros de la banda terrorista ETA. Los etarras querían introducir en el cauce legal parte del dinero que conseguían a través del cobro del impuesto revolucionario que imponían mediante el chantaje a personajes notables del País Vasco. Uno de los etarras con los que Carlos Florentino Fernández contactó fue Emilio Arrizabalaga, uno de los secuestradores del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara y quien hacía la misma función que don Carlos dentro de ETA. Ambos, narco y terrorista, se reunieron al menos en una ocasión en Madrid para realizar una inversión inmobiliaria conjunta en un polígono industrial en Alcalá de Henares. El 5 de agosto de 1997, EL MUNDO llevó a su portada la relación entre don Carlos y Arrizabalaga. Contó que los dos habrían blanqueado dinero, uno procedente del narcotráfico y otro de la extorsión, a través de sociedades y cuentas bancarias radicadas en Gibraltar, por entonces un paraíso fiscal con secreto bancario. Finalmente, aquellas sospechas de la Guardia Civil y del juez Baltasar Garzón —hoy, expulsado de la magistratura— no pudieron concretarse en una acusación formal. De aquello ha pasado ya un cuarto de siglo. Ahora don Carlos vivía junto a su mujer en un chalet adosado, sin alardes de cara al exterior, en la urbanización Marbella Mar, a 40 metros de la playa. Sus días transcurrían entre almuerzos intrascendentes en restaurantes de lujo y reuniones con colombianos en la ciudad costasoleña y en Madrid. A don Carlos le gustaba llevar una vida discreta. Siempre iba ataviado con una gorra, prenda que usa desde que se quedó calvo, siendo joven. El día de su detención también llevaba una de color azul. Los miembros de GRECO Costa del Sol, que han contado con la colaboración de la Policía de Colombia durante la investigación, le encontraron 200.000 euros en fajos de billetes de 50 escondidos en el interior de unas láminas negras que ocultaba dentro de un mueble. También se le intervino un revólver con munición. Los investigadores con los que contacta Crónica consideran que ese dinero procede de alguna operación de envío de cocaína que «ha debido llevar a buen puerto» desde que salió de prisión. «El de los 60 kilos no fue un envío de prueba. Estamos seguros de que querían meter mucha más cocaína en España», añaden las fuentes consultadas. Y para eso la figura de don Carlos, también apodado el Viejo por su avanzada edad, seguía resaltando. La Policía Nacional también detuvo a dos miembros de la organización de Carlos Florentino Fernández. De don Carlos cuentan que en las escuchas telefónicas evidenciaba que era un «perro viejo en el negocio de la coca, con contactos al más alto nivel aquí y allí, en Colombia». Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Son los últimos artesanos del aceite de girasol, los lugartenientes de un producto natural exclusivo, un selecto oasis alejado del método habitual de las grandes multinacionales que operan en España y cuyo modelo de extracción de las grasas vegetales es muy agresivo, al abrasar grandes producciones de materia prima a altísimas temperaturas. Sin embargo, en un idílico paraje enclavado en el Prepirineo catalán, a una hora en coche desde Barcelona, una pequeña fábrica enclavada en el municipio de Sagàs (151 habitantes) se ha especializado en la elaboración de un producto exclusivamente natural, gourmet, sin apenas costes energéticos y con cero emisiones de carbono. Al frente de esta romántica producción se encuentra la familia payesa Rovira, cuyos orígenes ganaderos se remontan a principios del siglo XIV y que terminaron siendo propietarios de una extensa masía. La generación actual, formada por cinco hermanos, ha impulsado en las últimas décadas una serie de iniciativas empresariales en esta agreste zona de la Cataluña central, como el famoso restaurante Els Casals, con fama mundial, que cuenta con una estrella Michelin (2008) y otra en la categoría de Sostenible. Al frente se encuentra Oriol, el hermano pequeño de la saga, que deslumbra desde hace más de una década con una cocina de terruño al poner en la mesa sólo productos creados en la propia finca para el autoabastecimiento. Se hizo popular por su mítico tomate natural, además de por la circunstancia de construir un helipuerto para recibir a sus clientes más afamados. A la par, pusieron en marcha un coqueto hotel rural de nueve habitaciones rodeado de campos y bosques. Después, llegó una marca de embutidos -Cal Rovira- que provenía de su propia finca de más de 500 hectáreas, un entorno rural dedicado al cultivo de productos naturales y a la ganadería, incluida una explotación porcina en ciclo cerrado, con 65 madres. En la tierra se produce toda clase de materias primas: cebada, maíz, guisantes... y hasta pienso que se elabora en su propio molino. El resultado es una excelente y muy valorada gama de sabores auténticos en butifarras, butifarras de perol, bulls, sobrasada, lomo, chuletas, costilla... «Con la fábrica de girasol hemos cerramos el círculo», explica uno de los hermanos socios, Jordi. Los cinco (dos parejas de mellizos, Lluís y Carme (60 años), Miquel y Jordi (58), y Oriol (48), conducen con laboriosidad y eficacia este conglomerado empresarial que tiene su nexo común en una apuesta innegociable por la biodiversidad. La fábrica facturó el año pasado 5,9 millones de euros. Pero después de seis años exportando aceite de colza (en España apenas se consume por la mala imagen que arrastra tras la mortal intoxicación masiva de principios de los 80), la familia pensó que era el momento de un cambio de rumbo. Y, precisamente, tres días después del inicio de la invasión rusa, el domingo 27 de febrero, a las seis en punto de la mañana, Miquel, Jordi (padre e hijo) y uno de sus tres empleados de la industria, Andrés, abrieron de par en par las puertas de la fábrica, de 450 metros cuadrados, y apretaron al unísono el botón del primero de los tres silos que sirven para limpiar las semillas de las impurezas. El proceso, muy mecánico, incluye la fase final con un cuarto silo que se utiliza para separar el aceite de la torta. «Lo teníamos todo preparado para estas fechas y, a pesar del riesgo que conlleva la guerra, ya no dimos marcha atrás», aclara Jordi, que pactó los primeros precios de los pedidos con sus clientes antes del comienzo de los bombardeos. Por el momento, asegura, no los ha subido, a pesar de que en el mercado casi se han doblado en las últimas dos semanas -de 1.430 euros de media por la tonelada a los 2.600 actuales-. Su volumen medio semanal se acerca a unos 30.000 litros de aceite en una planta en servicio las 24 horas de los 7 días de la semana. Al finalizar la producción, grandes camiones-cisterna cargados con 25 toneladas de aceite de girasol recién elaborado, más una importante producción de tortas para la elaboración de piensos, salen de la fábrica con destino a cadenas alimentarias de la región y también a puntos de Huesca. Jordi elogia las ventajas de su modelo, el prensar los granos de pipa en frío, a temperatura ambiental, tal y como se encuentra la semilla al natural, a unos 25 grados, y no expuesta a más del doble que derivan en disolventes orgánicos y sustancias químicas como el hexano que produce la mayoría de fábricas en manos de las 20 empresas del sector que existen en España. Con este sistema generalizado, de cada prensado al por mayor sólo se extrae una pequeña cantidad, alrededor del 2% de aceite, o como mucho, las de tamaño medio, un 7%, por lo que es necesario un gran volumen de materia prima, además de consumir importante cantidad de energía para su extracción. Según confirma Primitivo Hernández, director de ANIERAC (Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinados de Aceite Comestibles), en España se producen anualmente unos 650.000 millones de litros de aceite de girasol. Más de la mitad está destinado al envasado en botella y el resto para la importante industria agroalimentaria, como las conservas de pescado, mariscos, patatas fritas, snacks, aperitivos, galletas, salsas, pastelería industrial, precocinados, margarinas o bollería, entre otros muchos usos, lo que nos sitúa a la cabeza del consumo por habitante en Europa (20 kilos por habitante), doblando la media del continente.Las 800.000 hectáreas que se sembraron el año pasado en nuestro país -que suelen tener un 40% de rendimiento del cultivo- no fueron ni mucho menos suficientes. De ahí que tengamos que importar otras 600.000 toneladas (el 70%) en cada campaña procedentes de Ucrania para abastecer al mercado nacional, que estos último días ya empieza a temblar al comprobar cómo muchos supermercados comienzan a quedarse sin existencias y prohíben comprar más de cinco litros.Pasó en la pandemia con el papel higiénico y ahora la psicosis ha llegado al aceite de girasol, aunque su último tesoro se encuentra a buen recaudo en manos de la familia Rovira, que se ha empeñado, de nuevo, en cerrar el círculo.  Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Para llegar al centro de la Tierra, el profesor Lidenbrock, Axel y Hans bajan por uno de los cráteres del Sneffels, un volcán extinto de Islandia. Esa es la puerta, según el famoso relato de Julio Verne, a un entorno desconocido en las entrañas de nuestro planeta. Más allá de la ficción, en el mundo real, un grupo de ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) cree que esa puerta -no necesariamente al núcleo de la Tierra, pero sí a lo más profundo de ese territorio subterráneo debajo de nuestros pies- puede estar en cualquier parte del globo. Y la llave para acceder es un gran y sofisticado taladro para perforar, capa por capa, la estructura interna del planeta hasta llegar a una profundidad de 20 kilómetros. Pero no se trata de explorar territorios desconocidos, como los personajes de Verne. El fin último de los ingenieros embarcados en esta aventura es llegar a donde nunca antes ha llegado la humanidad, para obtener una fuente de energía infinita y limpia para el medio ambiente. Todo empezó en 2018, cuando un grupo de ingenieros y científicos se juntaron para encontrar una forma de aprovechar las bondades de la energía geotérmica. Una fuente que permite generar electricidad a partir del calor natural que hay en el interior de la Tierra, que puede ser totalmente verde y abastecer a toda la población por un periodo indefinido de tiempo. Así nació Quaise Energy, una empresa fundada por Carlos Araque, un ingeniero mecánico del MIT, y Matt Houde, geólogo e ingeniero civil graduado en la Universidad de Standford. Para dar forma a su empresa y a su sueño han conformado un equipo variado de técnicos, ingenieros y diseñadores, que trabajan de forma coordinada en Boston, Houston y Cambridge, en Reino Unido. «El planeta es una batería geotérmica gigante», le explicaba Araque a Nick Cestari -geólogo y conductor del pódcast CORE Knowledge- durante una entrevista. Y lanzaba una pregunta que él mismo respondía segundos después: «¿Cuánta energía puede almacenar esa termo batería? Billones y billones de veces más que el petróleo y el gas, más que todas sus reservas combinadas. Nos olvidamos de ese hecho. Que estamos sentados en la fuente más grande de energía limpia en la Tierra, que es la Tierra misma». De esa convicción nació Quaise. El objetivo de la empresa es construir y poner a funcionar un sistema de perforación alternativo. Una broca que utiliza la energía de ondas milimétricas (MMV por sus siglas en inglés), similares a las que se emplean en los hornos microondas para cocinar, pero con una frecuencia mucho más alta. Tan poderosas que tienen la capacidad de derretir y vaporizar la roca. Araque nació en Medellín, Colombia, y cuando tenía 20 años viajó a EEUU para estudiar en el MIT. Después de graduarse trabajó casi 15 años para Schlumberger -los proveedores de servicios de perforación más importantes del mundo para la industria del petróleo y del gas- en donde pudo conocer desde dentro los impactos negativos que tiene esta industria en el medio ambiente. Con la idea de hacer algo para mejorar el panorama, en 2017 dejó su puesto, convencido de que la transición energética era inminente. ROCAS A 347 GRADOS CENTÍGRADOS Tras su salida de Schlumberger, contactó con Paul Waskov, científico del Centro de Ciencias del Plasma y Fusión Nuclear del MIT, que había estado investigando durante una década nuevos sistemas de perforación que pudieran usarse para hacer accesible la energía geotérmica y que planteaba la idea de usar un girotrón, un dispositivo capaz de producir microondas de alta intensidad de 30 a 300 gigahercios (las MMV). Araque lo explica en la publicación Technology Review: «Es como el magnetrón de los hornos microondas, pero mucho más poderoso y eficiente». Esta es la base del gran invento que preparan desde Quaise, y que es la clave para aprovechar esa preciada energía geotérmica que se encuentra en las entrañas del planeta. Dos años después del encuentro entre Araque, Waskov y el geólogo Matt Houde, la empresa ya estaba en marcha, impulsada por The Energy y otro tipo de financiamientos. Lo que proponen los ingenieros de Quaise es perforar más de tres kilómetros con los equipos convencionales hasta dar con el lecho rocoso. Más allá de donde, por lo general, se encuentran el petróleo y el gas. Aquí es donde entraría en funcionamiento la broca impulsada por el girotrón e ideada por Waskov. Gracias a que las ondas milimétricas (MMV) que expide el girotrón calientan y pulverizan la roca, es posible llegar a profundidades nunca antes alcanzadas. La veta madre de la energía geotérmica se encuentra entre los tres y 20 kilómetros debajo de la superficie de la Tierra. De tres a cinco veces más profundo que la perforación típica de gas y petróleo. Es decir, basta alcanzar esta profundidad para poder aprovechar los enormes beneficios que esta fuente de energía tiene. A esta profundidad, la roca alcanza temperaturas que superan los 374 grados centígrados. De manera que el plan es bombear agua -a través del pozo que la misma broca ha creado para llegar a esta zona- para que alcance un estado supercrítico, (una fase similar al vapor) y regrese a la superficie acumulando calor en el camino para finalmente mover unas turbinas y producir electricidad. El agua en este estado puede transportar entre cinco y diez veces más energía que el agua caliente normal. Una de las ventajas de este sistema es que puede acoplarse a la infraestructura ya existente de las industrias de petróleo y gas. Y que está planteado para funcionar en cualquier parte del mundo, no sólo en zonas como Islandia, con una fuente de magma cercana a la superficie. Otro punto a su favor es su coste reducido. La compañía apunta a un valor de uno a tres centavos (de dólar) por kilovatio hora, con lo que puede competir con los precios de los combustibles fósiles. La empresa ya ha anunciado que este año realizará pruebas en tierra en uno de sus laboratorios, y que prepara pruebas de campo para los próximos dos años. Avanzan con cautela pero con la convicción de que lo que han planeado durante años, en sus cabezas, es posible: un chorro de energía limpia accesible para todos. Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
El maltratador levanta la sábana de su camastro por una esquina y aparta un pequeño trozo rectangular de la esponja del colchón. Detrás oculta un diminuto móvil. Pesa 13 gramos, menos que un par de monedas de dos euros, y mide 4,7 centímetros de altura. Es finísimo, más que un cigarrillo. Pasa de las 11 de la noche. El preso, recluido en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga), llama a su expareja, de la que tiene orden de alejamiento por pegarle una paliza que la mandó al hospital durante varias semanas. Casi la mata. El reo está a la espera de juicio. En voz baja, le dice: «Hija de puta, cuando salga de aquí... ¡Ay, cuando salga de aquí!». Cuelga de inmediato. Otra noche cualquiera, a 133 kilómetros de allí, en la prisión de Botafuegos (Algeciras, Cádiz), uno de los mayores narcotraficantes del Estrecho de Gibraltar escribe un mensaje desde su celda con un minimóvil similar. Se lo ha entregado, poco antes de irse a dormir, uno de sus lugartenientes. Ambos cayeron detenidos en la misma operación policial. Durante el día, el narco ha preferido que se lo guarde uno de sus chicos. Si a él se lo encontraran los funcionarios sería muy probable que Instituciones Penitenciarias lo trasladara de prisión, lejos de su tierra natal, donde tiene familiares y amigos en la calle que le pueden ayudar. «Niño, ya sabes que mañana hay fiesta. Necesitamos dos tartas gordas. Habla con la gente. No pueden fallar». El traficante apaga el teléfono y lo tira por el retrete de la celda. No quiere pruebas. En realidad, lo que el narco le explica a su interlocutor es que al día siguiente tiene que reunir a todos los miembros de su clan para llevar a cabo dos alijos de hachís de varias toneladas. Las tartas son las lanchas con las que traerán la droga desde Marruecos hasta el sur de la península.  Las dos escenas anteriores se suceden con frecuencia en las dos cárceles españolas, Botafuegos y Alhaurín, en las que más teléfonos móviles se han requisado en los últimos cinco años, según los registros que maneja el sindicato de funcionarios de prisiones ACAIP-UGT. Allí, cada año, tienen su particular Mobile World Congress, la mayor cita internacional anual del sector de la telefonía, que esta semana ha vuelto a celebrarse en Barcelona.   10.275 móviles en cinco años Entre enero de 2017 y diciembre de 2021 se incautaron 10.275 terminales en las 88 prisiones del país. En la cárcel malagueña fueron 688, mientras que en la gaditana se alcanzó la cifra de 690. Se da la circunstancia de que son las dos penitenciarías del país donde hay un mayor porcentaje de reclusos por causas relacionadas con el narcotráfico, el crimen organizado y el blanqueo de capitales.   En  2018, los funcionarios de la prisión de Botafuegos requisaron 192 terminales. Fue el año con la mayor cifra del último lustro. Fueron 99 más que en 2017. Entre 2019 y 2021 no se ha bajado de 131.   Precisamente, en julio de 2018, la Guardia Civil, por mandato del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, creó un grupo específico de lucha contra el narcotráfico en el sur de España, el OCON Sur. Su primer objetivo fue la comarca gaditana del Campo de Gibraltar. Gracias a la efectividad de sus actuaciones se multiplicaron las detenciones y los ingresos en prisión de los traficantes. Muchos de ellos, vecinos de localidades campogibraltareñas como La Línea de la Concepción, San Roque o Algeciras, acabaron en una celda de Botafuegos.  «A pesar de que durante la mañana y la tarde el preso tiene derecho a llamar al exterior durante unas horas, e incluso se les ha habilitado una cabina para hacer videollamadas, en esta prisión incautamos un teléfono móvil cada dos o tres días. Los usan de noche o entrada la madrugada, a horas muy sospechosas», explica a Crónica José Luis Alcaraz, delegado de ACAIP-UGT en Botafuegos. Alcaraz señala que la mayoría de terminales incautados «son minimóviles, compuestos casi en su totalidad por plástico», aunque también otros de tecnología puntera. El sindicalista añade: «Hay tres vías de entrada. Oculta en la paquetería que viene del exterior, como ropa (7%); en comunicaciones vis a vis con familiares y amigos (54%), y a la vuelta de permisos de salida (37%). Aunque a todo el que viene del exterior se le pasan raquetas detectoras de metales, muchas veces no pitan». Una vez el preso tiene un minimóvil en su poder, lo oculta dentro de un hueco abierto al colchón de la cama, en la suela de una zapatilla, en el interior de un bollo de pan, en el fondo de un libro manipulado, en rendijas de ventilación o en el interior de su cuerpo. En la calle tienen un precio que ronda los 20 euros. Algunos caen en manos de yihadistas. Del 3G a los indetectables 5G En 2008, Instituciones Penitenciarias instaló en Algeciras, al igual que en otras macrocárceles de alta seguridad, aparatos inhibidores de frecuencia de teléfonos 2G y 3G. Pero hoy muchos están en desuso, denuncia el citado sindicato.   «Desde que hay 4G y 5G da igual que el inhibidor esté operativo o no. No tiene la capacidad de inhibir a los nuevos terminales», advierte José Luis Alcaraz. «A las dificultades para detectar los teléfonos e impedir su uso después, hay que añadir la falta acuciante de personal para hacer registros más estrictos y exhaustivos. Llegamos hasta donde podemos». Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
A él le llamaremos Lucas aunque en realidad no se llama Lucas. Ella le dijo que se llamaba Rocío, pero nos jugaríamos el cuello a que ese no era su nombre. Él, empresario. Ella se ve que todavía estaba estudiando. Él es de Barcelona. En el perfil de ella ponía que era Bilbao, pero vete tú a saber... No se conocían de nada, pero un día ella le escribió a él a través de Facebook y lo que podía haber sido una bonita historia de amistad en estos tiempos metavérsicos resultó una pesadilla en el mundo real. Un infierno que arranca el pasado mes de agosto, todavía atrapados en esta dichosa pandemia. "¿Cómo empezó todo, Lucas?", le preguntamos. "Pues lo típico", responde él como si de verdad se llamara Lucas. "Te mandan una solicitud de amistad a través de Facebook y antes de darle a aceptar, chafardeas un poco. Era una chica normal, aparentemente todo correcto. Tendría 25 o 30 años, estaba estudiando y no tenía nada raro. Nada sexual ni historias. Ella era de Bilbao, yo soy de Barcelona, miré un poco y acepté". Al cabo de un par de días, escribe Rocío: -Hola, amigo del Facebook. Lucas responde un rato después: -Hola, ¿qué tal? "Yo estaba trabajando y no le dije mucho más", recuerda él. "Ella empezó a entablar conversaciones conmigo, pero normales y corrientes. Cada dos o tres días, lo mismo. Todo correcto. Es verdad que se equivocaba mucho al escribir, como si fuera extranjera... Y yo le decía, pero chica, ¿qué te pasa que no sabes escribir? Y entonces ella cambiaba de tema". Cuenta él que ella siempre le escribía por la mañana, antes de comer o a media tarde, pero un viernes le escribió por la noche. Serían las doce. "Estoy de fiesta y estoy pensando en ti". "Yo también estaba tomando unas copas. Igual llevábamos dos o tres semanas hablando de chorradas" -¿Qué haces? -Nada, aquí trabajando. "No me agobiaba ni nada. Ya había cierta confianza y todo me pareció muy normal". -¿Quieres que nos veamos? -Venga. -¿Nos llamamos? -Ok. -¿Quieres ir al lavabo? "Empezó a mandarme fotos e hicimos una videollamada. Si ella se toca un poco, pues yo también me voy a tocar, pensé. El que no lo haya hecho que levante la mano, oye. Se veía una habitación y de repente cambió por completo la imagen. Estaba sentada en el ordenador y de repente apareció en la puerta, luego en la cama... En cuestión de segundos... Era muy raro, como un video grabado, así que colgué". "No fue ni medio minuto, pero ya me habían pillado". Sólo 10 segundos después de colgar, Lucas recibió un mensaje de Rocío. O como se llame. "Te hemos grabado, la chica tiene 16 años, eres un pedófilo. Tenemos todos tus contactos. Haz una aportación de 10.000 euros y no le mandaremos tu video a nadie". Lucas tecleó dos palabras en internet como quien busca una puerta en el laberinto. "Abogados + sextorsión". Lo primero que responde Google es que en los últimos años se han multiplicado las formas de explotación y chantaje a través del uso de imágenes privadas de carácter sexual. Durante las primeras semanas de la pandemia, la empresa de ciberseguridad Avast bloqueó más de medio millón de intentos de extorsión sexual al mes a través de internet en todo el mundo. Alrededor de 36.000 se dieron sólo en España. Los meses de confinamiento y la hiperdependencia de los dispositivos electrónicos ha disparado una tendencia que ya venía creciendo desde hace años.  "Es el delito de moda", admite el abogado Álvaro Gómez Rodríguez, que dedicó su tesis doctoral a los delitos informáticos y desde hace ocho años se centra en los casos de chantaje sexual a través de internet y las redes sociales. "El confinamiento ha incrementado todos los delitos de ámbito tecnológico y las extorsiones sexuales, quizás por la soledad y el tiempo encerrados, se han llevado la palma". Lucas se negó a pagar y minutos después recibió el vídeo en el que aparecía él mismo masturbándose. "Ahí empiezas a preocuparte de verdad, habían copiado todos mis contactos y me amenazaron con hacer un envío masivo. Ves ahí tu careto y lo que no es tu careto y te acojonas. Les dije que no tenía 10.000 euros y entonces me pidieron 5.000, en bitcoins. Me dijeron que era para una ONG que ayudaba a niños en riesgo de pobreza. Tócate las narices". Bloqueó a su amiga Rocío, la de Bilbao, y al rato tenía el perfil de otra chica, otra cara e idéntico mensaje. "No vas a poder escapar". Recibió un enlace que remitía a una plataforma de vídeos de documentales en la que habían colgado sus imágenes. El título decía: "Pedófilo se masturba delante de una niña de 16 años". Y ahí estaba su nombre (el de verdad), su cara y su todo. "Estuve tres primeros días para llorar, derruido. Me quería morir. Tienen un video tuyo tocándote y sabes que lo puede ver todo el mundo... Y piensas que lo tienes que parar como sea. El 99% de las veces no lo suben a ningún lado, pero vives con eso, con la angustia. No puedes pagar porque sabes que te sacan los ojos. Y tampoco se lo puedes contar a nadie. Yo nunca lo he dicho. A mi mujer sólo le dije que había puesto una denuncia porque me estaban amenazando por internet. Mi gente sabe que yo no soy un pedófilo, pero nadie quiere pasar por esto. Si no eres fuerte, entiendo que se te vaya la olla y te tires por el balcón. Porque es horrible. Te tiras días sin dormir, fatal, fatal. Pero o te comes todos los días la olla o te olvidas y sigues p'alante. Yo he intentado borrar todo el rastro y no puedo hacer más. Al final, si alguien ve el vídeo en alguna página guarra es porque él también ha entrado ahí, así que... Además se me ve bien, se me ve bien dotado. Con eso me quedo, el que me quiera ver que lo disfrute". Lucas  contrató los servicios de RepScan, una empresa especializada en reputación digital. Eliminaron su perfil en Facebook, rastrearon las publicaciones de su vídeo, borraron todas las réplicas y persiguieron cualquier movimiento en la red de los delincuentes. Lucas no volvió a tener noticias de esa tal Rocío. "Cuando los delincuentes notan que hay alguien tras sus pasos, desaparecen", explica Josep Coll, CEO de la empresa que ayudó a Lucas.  "Cada cierto tiempo busco el vídeo por si acaso", admite él. "Pedófilo se masturba delante de una niña de 16 años". Ya no aparece. Estoy tranquilo. Además yo sé que no hice nada malo. Como mucho me pueden decir que me toqué delante de una chica, pero en realidad no era ni eso. No era nadie. Era un hijo de puta, un asqueroso. Ni siquiera me puedo sentir culpable". Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Una sencilla pregunta ha inspirado cientos de tesis y mantenido ocupados a los cervantistas durante décadas: ¿por qué en La Mancha? Para el especialista Javier Escudero, la geografía de los primeros capítulos del Quijote está muy clara pero «uno de los mayores misterios del Quijote es saber por qué Cervantes escogió La Mancha y a un hidalgo loco manchego como protagonista de su novela más importante y no cualquier otra comarca y no cualquier otra persona», cuenta el autor de Las otras vidas de don Quijote (Sine Qua Non). «Se ha dicho que fue por un romance, porque el propio manco de Lepanto era un manchado, es decir, un judío convertido, o por simple casualidad. Pero nada de eso es cierto».Pero ¿y si resulta que Cervantes nunca estuvo en esas tierras? Hace unos meses, Escudero encontró en el Archivo Histórico Provincial Toledo un documento de compraventa de cuatro majuelos que podría resolver el viejo dilema sobre los llamados «dos Quijotes»: el protagonista de la primera novela moderna, cuya primera parte se publicó en 1605, y el del Persiles, de 1617, la última obra de Cervantes. «¿Que posibilidades había de que hubiera un documento en el que aparecieran juntos Alonso Manuel de Ludeña, el resobrino de Antonio de Villaseñor, y el hijo de Alonso Quijada en Esquivias, los dos nombres que inspiraron a los personajes de estos libros?», se pregunta el experto. «Muy pocas, desde luego. Pero yo he encontrado la conexión y he reunido suficientes pruebas que confirman que Ludeña pudo ser el informante que le contó a Cervantes las historias familiares que luego plasmaría en el papel». De acuerdo con esta tesis, Cervantes sólo estuvo de paso en La Mancha. «Mi libro viene a desmentir todas las teorías según las cuales el autor escribió el Quijote en una cueva o en una cárcel, o que recorrió La Mancha como cobrador de impuestos, lo que no está fundamentado». Lo único cierto es que Cervantes llegó a Esquivias en 1584 para casarse con una noble villana llamada Catalina de Salazar y Palacios. «No sabía dónde se metía. Él pensaba que era un matrimonio ventajoso, pues era pobre. Luego sería consciente de que ese mundo de riqueza y esplendor de linaje, de aparente retiro lujoso y tranquilidad villana, era en el fondo tan sórdido como la corte que detestaba y estaba lleno de las mismas apariencias y mentiras». En los corrillos de las plazas, las cosas iban a mayores y los bulos y las infamias de los familiares y amigos eran constantes, como también lo era la implacable memoria de los vecinos para recordarlos. «Cervantes no tuvo que moverse de su casa para escribir el Quijote, sino que lo hizo durante largas noches escuchando a un hidalgo manchego que vivía a sólo dos cuadras». Se refiere a Alonso Manuel de Ludeña, de Quintanar de la Orden, uno de los hidalgos más importantes de La Mancha. «De entre todos los parientes de su mujer que pretendían ser caballeros, al que más odiaba el cuñado de Cervantes, Francisco de Palacios, era desde luego a Gabriel Quijada», el otro abajofirmante que ha desempolvado de los archivos toledanos. «Palacios llegó a mandar un memorial a la corte para que no pudiera ser caballero, y lo consiguió. Es decir, que por la mesa de Cervantes pasaron los Carriazo, los Salazar, los Rincón...». Escudero no duda en recrear aquellas cenas: «Cervantes preguntaba a su mujer y a su familia quiénes eran y cuchicheando le contestaban: pues éste es ilegítimo, éste es un mentiroso...». Mientras unos compartían sus grandezas, la familia daba rienda suelta a las miserias de su linaje. «A todos ellos, Cervantes los hará protagonistas de sus novelas, y se burlará de ellos. Y entre estas novelas estará, por supuesto, el Quijote». También pudo citarse con ellos en los mesones de la zona. «Entre todos esos cuñados pesados que estaban allí todo el día metidos con su familia política, uno de ellos, Ludeña, el manchego, es el que tiene la conversación más interesante». Ludeña es familiar lejano de la mujer de Cervantes. «Sale huyendo de Quintanar de la Orden porque en 1592 intenta matar a Luis Ortiz. Un año después llega a Esquivias medio perdido y busca a un amigo, a alguien que le escuche...». Buen conversador, Ludeña cuenta mil y una gestas de sus antepasados, de cómo lucharon con el Emperador Carlos y fueron con él a la Coronación en Italia, con los familiares de su mujer. «Ahí atrapa a Cervantes, que se siente soldado por los cuatro costados pues, como decía Calderón, la milicia no es más que una religión de hombres honrados». Delante de una mesa mal calzada de un mesón y con un buen vino, Cervantes pudo pasar largas noches con Ludeña, sus criados y sus aduladores escuchando la vida y milagros de su familia: «Que si su cuñado casi muere en un duelo con otro que iba disfrazado con casco y cota de malla, que si su primo había atacado a los molinos de viento con su espada, que si hasta una vez un hidalgo trastornado se había comprado un rocín que se caía muerto por el suelo y que, no contento, había contratado a un criado y se había hecho pasar por caballero...». Todos ríen, y otro cuenta alguna barbaridad más. «Pero Cervantes está a lo suyo, escuchando, pergeñando una novela para criticar a su enemigo Lope de Vega, quien también está por Toledo. Aún no sabía bien qué es lo que iba a contar, pero ahora, después de tantas noches, lo tiene claro». Vaya por delante que los Quijada son hábiles lectores de libros de romances. Uno de ellos habla de un labrador que se vuelve loco leyéndolos. Ése será el argumento. «El nombre de su personaje lo tomará precisamente de su casero, el cuentacuentos Alonso Quijada, un viejo pesado con un montón de hijos y podrido de dinero». A su cuñado, por cierto, le alegrará que se burle de él y de su hijo Gabriel en el Quijote, donde llega a nombrarlos caballeros en una venta y a base de golpes. «Lo raro es que a Cervantes esto no le costara más de un disgusto en la calle...». Los relatos del manchego Ludeña, el informante, van ganando terreno en las páginas que va escribiendo. «Las barbaridades que cuenta sobre su familia son tan estrambóticas que parecen mentiras. Pero no lo son, él jura que sucedieron. Y así fue realmente». Cervantes ya lo tiene claro: el protagonista del Quijote será manchego y hará las locuras que le han contado de todos los Ludeña, Villaseñor, Ortiz y Acuña. «Por supuesto, la geografía del Quijote será el triángulo que forman El Quintanar de la Orden, Miguel Esteban y El Toboso, que es donde vivían estos Ludeña». Visto así, el Quijote no es tan difícil de entender como sostienen algunos cervantistas. «El realismo empieza desde la primera frase y, aunque todos son personajes literarios, se limita a narrar hechos que se pueden encontrar en los archivos. Solamente hace falta entender el contexto, lo que le tocó vivir, lo que pudo ver, sentir y escuchar». O dicho con otras palabras: «Cervantes no necesitó vivir en La Mancha, ni escribir su novela en una cárcel o una cueva. Porque fue La Mancha la que acudió a él durante las largas noches en una taberna en compañía de un misterioso informante al que por fin hemos puesto nombre». Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Érase una vez un hijo de maestra y policía que dibujaba incansablemente. Lápices de colores, gomas de borrar, hojas del Galgo, cuadernos y sacapuntas formaban una evidencia abigarrada y monolítica. El niño, Javier Arrés (Motril, 1982), estudiaría Bellas Artes. Cuando el momento acontece, sin embargo, irrumpe la decepción. "El academicismo era tan bestia que sólo iba a las clases de dibujo. Pasaron los años y entonces conocí a un director de teatro que me sugirió que me formase en diseño gráfico y producción multimedia", rememora Arrés, uno de los criptoartistas más cotizados del planeta. Ese pequeño giro de tuerca forjó su carrera.España, admite apesadumbrado, nunca fue una opción. Un rosario de trabajos en distintas agencias de diseño gráfico de Madrid (logotipos para bodas, bautizos y comuniones) llenaba la nevera, pero el verdadero trabajo comenzaba al llegar a casa ya caída la tarde. "Mi objetivo era desarrollar un estilo propio; de lo contrario te pedían que copiases a otros. Siempre he creído que el mercado era internacional. Aquí la meritocracia no funciona".Sus ilustraciones han aparecido en cabeceras tan prestigiosas como The New York Times y Corriere della Sera. Parte del sueño se cumplía, aunque el problema de fondo persistiese: el dibujante/ilustrador cuenta, igual que el carpintero, el periodista o el administrador de fincas, con pocas oportunidades de expansión. Entre bambalinas se forjaba no obstante una revolución.Bajo el ala del blockchain nacen los tokens no fungibles (NFT), un recurso que certifica la autenticidad de las obras digitales. Este sistema es el futuro de la propiedad digital y se utiliza ya en ámbitos como las subastas, los videojuegos y el deporte. A cada NFT se les asigna un conjunto de metadatos, por ejemplo, el valor de partida del bien adquirido, las transacciones que se hayan hecho y la identidad del autor.Arrés descubrió así el inmenso potencial de plataformas como MakersPlace, SuperRare o Mito, lugares perfectos para vender sus obras y proteger la propiedad intelectual. El folio deja paso ahora a la tableta y los dibujos estáticos se convierten de repente en visual toys, es decir, en "un objeto pop surrealista, barroco, lleno de detalles y fantasía, con elementos de robótica, cables, retro-tecnología; una máquina-objeto que invita al espectador a imaginar y cuya utilidad no se acaba de comprender. Es una especie de artefacto para jugar visualmente en un bucle infinito".Los coleccionistas que se mueven en este nuevo entorno son más jóvenes de lo habitual, proceden principalmente de Estados Unidos, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y China y se clasifican, según Arrés, en tres categorías: los compradores ballena (aquellos que viven en el ámbito de las criptomonedas y pagan por una obra entre 10.000 euros y 100 millones), la clase media acomodada (donde la horquilla oscila entre los 3.000 y los 10.000 euros por pieza) y el rango bajo (que parte de unos 100 euros).En España, Arrés sólo conoce a un coleccionista, Pablo Fraile. Observa el criptoartista una brecha generacional. "A los más mayores esto les parece una marcianada, aunque también es cierto que coleccionistas en el país siempre ha habido pocos. No es que nuestras madres fuesen a comprar un Picasso todos los meses. Los gamers son menos ajenos a esta tendencia porque en los videojuegos están acostumbrados a pagar por cosas no fungibles (por ejemplo, una chaqueta fucsia para su personaje favorito o un arma de triple cañón)".La gran cuestión es cómo se consume este arte emergente que los ancianos no entienden y los jóvenes celebran. "Pues igual que el arte de siempre, pero en otros dispositivos. Muchos coleccionistas tienen en sus casas o galerías pantallas de gran tamaño pensadas exclusivamente para estas obras, y pueden enseñarlas desde el teléfono móvil o incorporarlas a sus museos en el metaverso. La utilidad también la dan el artista y el NFT: el hecho de ser propietario de un visual podría darte derecho a participar en una puja exclusiva. Es como aportar un valor adicional a través de un club", explica Arrés. Su récord personal fueron los 45.000 dólares ingresados por la edición única de Rock Never Dies, un loop de un minuto y medio con música, rascacielos psicodélicos y un aire a Yellow Submarine (George Dunning, 1968), la película animada basada en la canción de los Beatles.Javier Arrés fue nombrado artista emergente de 2017 por la revista californiana de arte contemporáneo Hi-Fructose, ganó en 2019 en la Bienal de Arte de Londres y ha llegado a ocupar el décimo cuarto puesto en la lista mundial de criptoartistas. Hace un par de meses se trasladó a Fuerteventura en lo que podría ser una revisión modernizada (y muy flexible) del periplo de César Manrique. "Vivo de esto porque soy 100% internacional. En las charlas que imparto todavía noto el rechazo que provocan las criptomonedas, vinculadas por mucha gente al dinero sucio y la especulación. Hablamos, pese a todo, de arte, y el arte era, es y seguirá siendo un lujo". Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
El coronavirus con pan es menos. Los estadounidenses lo han experimentado hasta ahora mucho mejor (demasiado) que nosotros, sus valores en bolsa mojándoles la oreja a los europeos. Sin embargo, se atisba una primavera de revancha. ¿Volverán las oscuras golondrinas a colgar su dinero en los balcones del viejo continente, que diría el poeta? Terry Edwing, director de renta variable en MIFL, cree que la gran pregunta del momento es "si este será finalmente el año de los mercados de renta variable europeos. En los primeros compases, sus rendimientos han sorteado las primeras semanas relativamente indemnes, en clara contraposición con el mercado estadounidense y, especialmente, con el índice Nasdaq, con un gran peso tecnológico. Teniendo en cuenta que el descuento de valoración de Europa es mayor en comparación con el de EEUU, creemos que este año, y especialmente la primera mitad de 2022, puede ser el momento de que la renta variable europea brille". Juan Fierro, director para Iberia en Janus Henderson, coincide en que "la renta variable europea cuenta con los ingredientes adecuados para tener un buen año, al menos en términos relativos"... salvo que "la escalada de las tensiones geopolíticas en el este de Europa derive en un shock exógeno para la economía y los mercados financieros". Revival de la Guerra Fría aparte, Fierro ve tres ingredientes positivos. Para empezar, "un entorno macroeconómico más favorable: además de unas previsiones de crecimiento del PIB para este año superiores a las de EEUU, se espera que el Banco Central Europeo no endurezca su política monetaria hasta, como pronto, finales de año". Además, "en el ámbito empresarial, el consenso de analistas espera que en este 2022 los ingresos y beneficios de las empresas europeas crezcan en el entorno del 6,5% al 7,0%, e incluso en las primeras semanas del año, a pesar de la incertidumbre por las tensiones geopolíticas y cambios en las políticas monetarias, estas estimaciones se han revisado al alza". Por último, respecto a las valoraciones, "el mercado europeo cotiza en múltiplos más atractivos, lo que lo hace menos vulnerable en el contexto actual de un cambio de régimen en la política monetaria de los bancos centrales." En parecidos términos se expresa Kirsty Clark, especialista de inversión de renta variable de M&G Investments. Y con la misma (gran) salvedad: "El contexto económico actual es constructivo para Europa, pero las preocupaciones geopolíticas permanecen al persistir el conflicto entre Rusia y Ucrania". Estas inquietudes se suman "a la preocupación por la inflación y la seguridad, dado el aumento de los costes energéticos y la dependencia de la región del suministro de gas ruso". Y, poniéndonos en lo peor, "cualquier resurgimiento de la COVID-19 también supone un riesgo para la dinámica de inversión en valores cíclicos, y recaería sobre los valores de viajes y ocio en particular, y sobre las empresas con cadenas de suministro más complejas en caso de que éstas se tambaleen o persistan los cuellos de botella existentes". En cualquier caso, pase lo que pase, Edwing incide en que "el mercado estadounidense tiene una exposición mucho mayor a los valores tecnológicos y growth", y eso puede beneficiar este año a Europa, que "tiene una mayor exposición a sectores cíclicos más baratos y value, como el automovilístico, el financiero, el de materiales, el energético, el industrial y el sanitario". La clave está en que, "a medida que la pandemia se desarrollaba, EEUU optó por convivir con ella con menos restricciones que la mayor parte de Europa", y su economía se recuperó a un ritmo más rápido en 2021. En cambio, Europa optó por ser más restrictiva con la llegada de Ómicron a finales del año pasado, y lo sigue siendo hoy". Además, la renta variable norteamericana se ve amenazada por la posibilidad de que "el crecimiento salarial obligue a la Fed a sorprender a los mercados financieros con una respuesta de política monetaria mucho más restrictiva. Actualmente, se esperan entre tres y cuatro subidas de tipos este año. Si es correcta la predicción de siete subidas de tipos hecha por Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, el mercado estadounidense corre más riesgo". Fierro recuerda que, además, "la UE solo acaba de poner en marcha el mayor paquete de estímulo jamás financiado en Europa con más de dos billones de euros, que aglutinan el marco financiero plurianual para el periodo 2021-2027 y el instrumento de recuperación NextGenerationEU. Durante los próximos años, los países miembros se beneficiarán de transferencias directas y créditos ventajosos para estimular el crecimiento tras la pandemia e invertir en modernizar la economía del viejo continente haciéndola más sostenible, digital y resiliente". En este contexto, él cree que los inversores deben "identificar compañías que sean capaces de proteger sus márgenes, bien sea a través de un mayor control sobre sus costes por ejemplo, empresas cuya estructura de costes sea menos dependiente de la evolución del precio de las materias primas- o con la capacidad de trasladar a través de los precios estos mayores costes a sus clientes sin sacrificar cuota de mercado", como aquellas "con una sólida imagen de marca o productos y servicios muy diferenciados". De entre los miembros de la Unión, los que normalmente acaparan menor protagonismo podrían convertirse en buenas apuestas. Clark cree que "tras el cambio de postura del BCE y la reciente ampliación de los diferenciales de la deuda soberana, en particular de la italiana, la sostenibilidad de la deuda en la Europa periférica ha atraído de nuevo la atención". Aunque, en general, "el panorama político más estable, las sólidas perspectivas de crecimiento de los beneficios y la capacidad de las economías de toda Europa para beneficiarse de un repunte cíclico deberían impulsar el crecimiento económico y crear la capacidad de reducir la deuda". Por sectores, no pueden faltar las tan de moda "energías renovables", pero ahora "también encontramos oportunidades a precios atractivos entre los valores financieros, energéticos, químicos y de telecomunicaciones, que deberían seguir beneficiándose de una rotación cíclica más sostenida en un entorno de tipos en constante aumento". Especialmente los primeros, porque "el sector bancario suele estar entre los beneficiarios más inmediatos de la subida de los tipos de interés, ya que puede paliar los bajos márgenes experimentados durante un entorno de tipos bajos y mejorar la rentabilidad de forma continuada". Pero Clark tampoco olvida que las "empresas del sector energético y materias primas se han beneficiado de las subidas de precios debido a las restricciones de la oferta y la demanda". Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
La sorpresa llegó en un discreto comentario. Su por entonces abogado había escuchado antes mil y una anécdotas de boca del gran narco. Pero nunca aquella. «Yo tengo hundidos unos cuantos submarinos en el Atlántico», le soltó Sito Miñanco. «Los traía cargados de coca desde Colombia, hacía el trasvase sacando mis lanchas a la mar a por la mercancía y luego mandábamos a pique los sumergibles sin tripulación a bordo». Ese mismo abogado se reunió en noviembre pasado con este reportero en un distinguido restaurante de Madrid. Hoy, más de dos décadas después de escuchar aquel sigiloso comentario, entre sus clientes sigue teniendo a potentes narcotraficantes que operan con hachís, heroína o cocaína dentro y fuera de España. Cuenta que «hace años» Sito (José Ramón Prado Bugallo) le explicó aquella forma con la que había traficado «en contadas ocasiones». «Me contó de manera muy discreta que metió unos cuantos [submarinos] a mediados de los años 90 con varias toneladas de carga encima», rememora el letrado para Crónica. «No me preguntes por muchos más detalles porque ni los sé ni te los diría. Sólo piensa en algo que es clave: los cárteles colombianos confiaban en él casi a ciegas y era un tiempo en el que no había tantos medios como ahora para detectar un envío. Yo no sé si eso se ha continuado haciendo de forma fluida con otras organizaciones. Es una operación muy arriesgada». De haber ocurrido lo que relata este abogado, a Europa estarían llegando narcosubmarinos procedentes de Sudamérica desde hace al menos un cuarto de siglo. Sin embargo, no fue hasta 2019 cuando las fuerzas policiales españolas consiguieron detectar el primer semisumergible procedente del otro lado del Atlántico, incautarse de los 3.068 kilos de cocaína que llevaba en su vientre y poner coto a una travesía de 4.500 millas. El viaje se inició el 29 de octubre de 2019 entre los canales del delta del Amazonas en Brasil, desde donde partió un narcosubmarino artesanal de 21 metros de eslora, y finalizó 27 días más tarde en las aguas de la ría de Aldán, en Pontevedra, aunque el plan inicial era que el trasvase del perico se produjera entre las islas Azores y Portugal con la ayuda de planeadoras. CINCO DÍAS OCULTO Y SIN COMIDA A bordo, y presuntamente a los mandos de la máquina según los investigadores, iba Agustín Álvarez, un ex boxeador gallego amateur que cerca estuvo de dar el salto a categoría profesional. Tras llegar frente a las costas gallegas y sabedor en ese momento de que ya se le seguía los pasos, habría lanzado a pique el batiscafo y salió nadando hasta tierra firme con el neopreno que llevaba puesto desde que partió. Se refugió en una cabaña, solo, desde la madrugada del 24 de noviembre de 2019 hasta la mañana del 29. Cuando lo detuvieron, tenía el cuerpo enllagado. Sobrevivió bebiendo agua de lluvia que cogía en una botella. A lo largo de esta pasada semana, él y sus dos acompañantes, los ecuatorianos Luis Tomás Benítez y Pedro Roberto Delgado, se han sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Pontevedra. Junto a ellos estaban otros cuatro investigados, acusados ser sus colaboradores en tierra. Los tres tripulantes del narcosubmarino confesaron y explicaron que aceptaron el encargo por dinero, pero no dieron más detalles por temor a represalias. Agustín Álvarez negó pilotar el narcosubmarino y que la droga fuera suya. Se enfrenta a 12 años de prisión. Aquella confesión sotto voce de Sito a su abogado se escribe entre las páginas de una epopeya que sólo sus protagonistas podrían confirmar. No existe ninguna prueba de que el narco gallego, ahora en prisión a la espera de su enésimo juicio, traficara con cocaína mediante submarinos. Sin embargo, hasta tres fuentes policiales consultadas, dos de Policía Nacional y una de Guardia Civil, sospechan que fue así. «Es factible que usara narcosubmarinos. Tenía los mejores contactos», coinciden. Y es cierto. A principios de abril de este año, la Policía Nacional se incautaba de la primera narcolancha semisumergible que iba a operar por el Estrecho de Gibraltar. Estaba escondida en una nave de Monda, un pueblito del interior de Málaga. Aunque todavía no había sido botada ni sometida a pruebas de navegación, asemejaba a un submarino y tenía una capacidad de carga de dos toneladas. El diseñador de aquella embarcación que vista desde el cielo tenía forma de barco de recreo era Gilberto Morales, un cubano de 55 años que trabajó para Sito en los 90 y que, en 2010, se instaló en el sur de España. Se le detuvo en febrero de este año en su mansión de Marbella. La leyenda de los narcosubmarinos que cruzan el Atlántico se acabó con el apresado en 2019. Ese día se constató lo que era un secreto a voces entre quienes luchan contra el narco en España. El comisario Antonio Martínez Duarte, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional, explica que hay detenidos que aseguran que entre las islas Azores y las Canarias «existe un cementerio de semisumergibles». Este pasado jueves, Crónica se citó con un narco nacido en un país del centro de Europa acusado de traficar con cientos de kilos de cocaína a través de uno de los puertos más importantes de España. Se encuentra en libertad con cargos a la espera de juicio. Atiende al reportero junto a su abogado, que ha mediado para que se produzca el encuentro. Asegura que «se meten uno o dos narcosubmarinos por España al año». —¿Cree que Sito se atrevió a traer coca en ellos? —No lo sé. ¿Quién lo sabe? Sólo él y los suyos porque no les pillaron. El periodista de La Voz de Galicia especializado en narcotráfico Javier Romero, en su reconstrucción del episodio vivido en 2019 en las Rías Baixas profundizó especialmente en la leyenda urbana que señala a Miñanco como usuario de narcosubmarinos desde los años 90: «Su gente de confianza en aquellos años lo niega, recuerdan que sí se lo ofrecieron, pero descartó el método porque navegaba a muy poca velocidad en comparación con su medio de transporte predilecto desde el tabaco, las planeadoras». Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Lucas de la Cal Sudesh Kumar quemó viva a su hija de 13 años porque había planeado fugarse y casarse con un hombre de casta inferior. La niña fue una de las 145 víctimas de los crímenes de honor que hubo en 2018 en India. Su padre fue detenido y condenado a cadena perpetua en la cárcel de máxima seguridad de Tihar, en Nueva Delhi, el complejo penitenciario más grande en el Sudeste Asiático. ¿Fin del suceso? Desde luego que no. Este es sólo el comienzo de una historia de sangre y fuego en la que hay dos asesinatos y una muerte fingida. Mayo de 2021. Una nueva ola de coronavirus, la más fuerte hasta la fecha, está dejando récords diarios de contagios y muertes en India. Las autoridades están empezando a reportar brotes en algunas cárceles sobrepobladas del país y el gobierno ha decidido dejar salir a miles de presos en régimen de libertad condicional. Deberán volver a la cárcel cuando la situación mejore. Entre los presos liberados hay un poco de todo, desde el estafador al que le habían caído unos meses de condena, hasta el asesino que cumplía cadena perpetua. Sudesh Kumar, el hombre que mató a su hija de 13 años, es de los muchos criminales de Tihar que han recibido la condicional y regresa a casa con su esposa. Aunque este hombre de 36 años ha decidido que nunca más volverá a pisar la cárcel. Noviembre de 2021. Kumar y su esposa Anupama llevan meses planeando cómo lograr que él no vuelva a prisión. En la tarde del día 19, el matrimonio llama a dos albañiles para hacer reparaciones en casa. Al que más se parece en altura y constitución a Kumar, lo convencen después para que se quede a cenar y a probar un licor muy fuerte que han comprado. Con el paso de las horas y la copiosa ebriedad, cuando el albañil, llamado Domen Ravidas, ya ni se puede sostener en pie, Kumar coge un catre de madera y comienza a golpearle en la cabeza hasta matarlo. Después, Kumar prende fuego a un periódico y extiende las llamas por el rostro de Domen hasta desfigurarlo totalmente para que nadie pudiera reconocerlo. Ya es de madrugada cuando Kumar sale de casa con el cadáver envuelto en un sacó que ata a la parte trasera de su bicicleta. Llega hasta los suburbios del norte de Nueva Delhi, donde lanza el cuerpo a una parcela vacía. Ha metido su tarjeta de identificación en un bolsillo del pantalón de Domen para que, cuando la policía encuentre el cuerpo, piense que se trata de Kumar. Así ocurrió al principio. Incluso la esposa cómplice fue a reconocer el cuerpo diciendo a los agentes que se trataba de su marido. Pero la policía de Nueva Delhi, que lleva muchos años destapando casos de personas que fingen su muerte para evitar la cárcel o para cobrar seguros de vida, se puso a investigar. Revisando las cámaras de las calles vieron imágenes de Kumar cargando el cuerpo en una bicicleta. El asesino reincidente y su esposa fueron arrestados esta semana. La noticia abrió las páginas de sucesos de los periódicos locales. Pero no es la primera vez que un pseudocidio, como se conoce al acto de fingir la propia muerte, ocupa espacio en la prensa del país asiático. Hace un mes, Abdul Hanif, un hombre de 46 años del estado de Madhya Pradesh, fue detenido después de falsificar su certificado de defunción y de que su familia reclamara al seguro de vida que el supuesto fallecido había contratado días antes. Los trabajadores de la compañía de seguros sospecharon y lo denunciaron a la policía, que encontró vivo a Hanif y descubrió que era muy amigo del médico que certificó su falsa defunción. En octubre, en el estado central de Maharastra, Prabhakar Waghchoure (54 años) fue arrestado por querer cobrar también el dinero del seguro fingiendo su muerte, pero en su caso no falsificó ningún certificado, sino que mató a un hombre con una serpiente venenosa. Otros asesinos han utilizado en India este método para que los crímenes parezcan accidentes. Hace un par de meses, un hombre fue condenado a cadena perpetua después de sedar a su esposa y lanzarle una cobra. Pero el caso de Prabhakar es el primero en el que la serpiente es el arma homicida para un pseudocidio. LAS SERPIENTES Prabhakar tenía contratado un seguro de vida en Estados Unidos por valor de cinco millones de dólares. Tras 20 años viviendo en América, regresó a India con su mujer y se quedó a vivir en la casa de sus suegros. A toda la familia la involucró en un crimen que consistió en llevar a la vivienda a un mendigo con problemas mentales y hacer que una cobra venenosa, que había comprado a un encantador de serpientes, le mordiera. Después de asegurarse de que estaba muerto, los suegros y la mujer de Prabhakar llevaron el cadáver del mendigo a un hospital, donde se hicieron pasar por los familiares y registraron su nombre como P. Waghchoure. Con el certificado de defunción aprobado, enviaron toda la documentación a EEUU para cobrar el seguro. Pero la compañía, antes de efectuar el pago, solicitó a la policía india que investigara el caso y que se asegurara de que Prabhakar estaba realmente muerto. Lo encontraron en casa de los suegros. En septiembre, la policía resolvió otro caso de un patólogo de 34 años, Rakesh, que había asesinado a su esposa y a sus dos hijos en 2018, lanzando después sus cadáveres a un pozo. «Sabía cómo destruir las pruebas, incluidas las posibles huellas dactilares. Luego ideó otro plan para quitarse de encima a la policía. El y su novia asesinaron a otra persona de una aldea que se parecía al acusado. Lo decapitaron, le cortaron las manos y le quemaron la cabeza. Luego, Rakesh vistió el cadáver con su ropa y le metió su carnet en el bolsillo para intentar demostrar que era su cuerpo», explicó el policía que le investigó. La prueba de ADN realizada al cadáver sin cabeza demostró que el cuerpo no era de Rakesh y la policía dio con el asesino, que vivía en el estrado de Haryana con un nombre falso. Los casos del pseudocidios en India continúan este año con un influencer, Irfan Khan, de 28 años, que en julio publicó un vídeo con su propia muerte al saltar a las vías del tren. Sus 45.000 seguidores en Instagram se lo creyeron. No así la policía, que lo arrestó por hacer creer a la gente que había muerto para ganar seguidores. En abril, en medio de los cierres de la pandemia, para poder regresar a su casa, Hakim Din, un vecino de 70 años, sobornó a los conductores de una ambulancia para que dijeran que llevaban un cadáver. Un mes antes, Abraham Rock, de 36 años, falsificó un certificado de defunción para cobrar el seguro. En enero, Pradeep Kumar compró una cabra, degolló al animal y vertió la sangre por toda la cama. Cuando la policía lo encontró vivo, explicó que había fingido su muerte para escapar de las torturas de su mujer. Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Aquel lugar había logrado calársele hasta los huesos. Con sus inviernos extremos, su falta de luz, su belleza casi inabarcable en los aledaños del dulce fiordo Tyri. Era 12 de febrero de 2013 y David Pla, el que sería conocido como el último jefe de ETA, el que tuvo que echar la persiana y leer el comunicado del cese definitivo, se montó en el vehículo que le había proporcionado el Gobierno noruego y abandonó el país, prácticamente expulsado, junto a su compañera Iratxe Sorzabal. Él aseguraría mucho después que el policía que le había protegido hasta ese momento le abrazó en la despedida, como reconociendo su bonhomía, y que se marchaba después de haber hecho todo lo posible para emprender un diálogo que llevara a la paz mientras su interlocutor, el Estado español, lo dificultaba todo quedándose impasible, pero la verdad era distinta. Ese día, Pla cerraba una etapa de dos años viviendo a cuerpo de rey, en un pueblecito a hora y media de Oslo, a lo largo de los cuales había mostrado tal cerrazón, que hasta los dirigentes de la izquierda abertzale y los mediadores contactados por estos, hasta Ternera, que intentó asesorarle y que le desdeñaba, habían acabado hartos de su cerrazón. Estos días, el nombre de David Pla suena como uno de los próximos integrantes de la dirección de Sortu, la matriz de Bildu, liderada por Arnaldo Otegi, que celebra congreso en enero, y los colegas que entonces estaban hasta el gorro de él intentan por todos los medios convertirlo —a él también— en un hombre de paz. «David ha sido una de las personas clave en la apertura del nuevo ciclo en este país, contribuyó de forma determinante a quitar la violencia de ETA de la ecuación vasca», aseguró hace unos días Arkaitz Rodríguez, el coordinador de la formación, que se debate entre quienes, de los suyos, piensan que sería «una gran aportación que vendría a corroborar la apuesta de la izquierda abertzale por las vías sólo políticas» y quienes piensan que sería «un lastre». Los expertos de las Fuerzas de Seguridad aseguran que el nombramiento de Pla sería parte del proyecto de renovación de los abertzales para atraer a los jóvenes pero también del pago de una deuda contraída con la organización. El propio Pla, pamplonés de 46 años, se define como «una persona normal» para la que entrar en ETA era su «recorrido natural». Fue dirigente de Jarrai, el semillero terrorista, y de entonces es una frase suya pronunciada en EiTB, frente a personas amenazadas por ETA, en la sostuvo que «Euskal Herria vive una situación de no democracia y la violencia es un método válido». Se presentó como candidato a las municipales de 1995 pero no consiguió ser elegido y fue detenido en 2000 acusado de formar parte del comando Aragón que se disponía a atentar contra el alcalde de Zaragoza, José Atares. No salió hasta 2006, cuando ya la negociación entre el Gobierno de Rodríguez Zapatero y ETA estaba en marcha. Le tocó su turno en 2010, cuando, a base de detenciones, la dirección de una banda en descomposición estaba totalmente devaluada. La crisis interna en aquellos momentos era tan absoluta que, por primera vez, la izquierda abertzale, acorralada por las ilegalizaciones, logró arrebatar el control a su brazo armado. En esa agonizante situación se encontraban todos cuando tres miembros de Batasuna acudieron a Francia para pedirle que anunciase «el cese definitivo de las acciones armadas». Pla respondió que sí pero que esa iba a ser la única decisión unilateral que iba a adoptar porque el resto, el reconocimiento del dolor causado, una eventual entrega de las armas, una hipotética disolución, tenían que ser producto de una negociación con el Gobierno en la que se garantizase no sólo la legalización de Sortu, sino la salida de los presos, la vuelta de los huidos, el arreglo de las causas judiciales y la salida del Ejército de Euskadi. Tras anunciar bajo una capucha el cese definitivo, recorrió 1.700 kilómetros hasta Oslo, lugar elegido para la negociación con el Gobierno. Hasta allí se acercaron representantes de Aralar y EA, el senador Urko Aiartza y el responsable del aparato internacional de Batasuna, Gorka Elejabarrieta. Y el jefe del llamado Grupo Internacional de Contacto, Ram Manikkalingam. Para bien poco. Algunos de los mediadores internacionales, aun auspiciados por la propia ETA, se reunieron con el lehendakari Urkullu y le anunciaron que se querían disolver.   Lo cierto es que hubo una circunstancia que rompió los planes de Pla. Él viajó hasta Oslo con la hoja de ruta establecida por el presidente Rodríguez Zapatero que garantizaba la salida escalonada de los presos. Pero Zapatero convocó unas elecciones anticipadas y las ganó Mariano Rajoy, quien prefirió no asumir el riesgo de las negociaciones. Cuando la mediación de un representante de la comunidad de San Egidio, próxima al Vaticano, resultó fallida, Noruega puso fin a dos años de estancia del dirigente allí con todos los gastos pagados. LA DEUDA CON ETA A partir de ahí, de la ETA dirigida por Pla es la astracanada de mostrar unas pocas pistolas a los mediadores internacionales y volvérselas a llevar, intentando hacer pasar la escenificación por una entrega de armas; y el intento de retirar a la banda, pero dejando un sanedrín secreto de 20 personas para no tener que disolverla. En 2012 quedaban 50 etarras en libertad y 800 estaban en prisión. Retrasó los planes de la izquierda abertzale, que ya había conseguido su legalización y que veía que, como más tiempo pasaba, a menos gente le importaba lo que ocurriera con los presos y los huidos. Y estos, tras el fracaso de Oslo, dieron pasos antes improbables para salir del atolladero. Según los abertzales: «ETA realizó una gestión desastrosa que la llevó a la peor de las situaciones posibles». Pla cayó en 2015. El grupo de etarras que según los expertos pasó a gobernar la banda desde Euskadi le incluyó en la dirección pese a estar en la cárcel, desde donde se quejó de que sus opiniones eran filtradas por los nuevos jefes de forma tergiversada. Eso no impidió que saliese enseñando la bandera de Bildu. La banda había querido en su día quedarse como corriente política pero no se le permitió. Entonces, según los expertos, manifestó su voluntad de que la izquierda abertzale preparara puestos para algunos de sus militantes. El nombramiento de Pla respondería a dicho compromiso.   David Pla habla sin levantar la voz. Sus respuestas son de guión, pero muestran la intención inequívoca de establecer un relato que sigue siendo favorable a ETA: «ETA hubiese deseado que el fin llegase antes, la confrontación armada no la hacía gustosa, se prolongó por la falta de voluntad del gobierno que no acertó en la forma de enfocar los procesos de diálogo»; «Fue ETA la que dio los pasos por responsabilidad»; «La confrontación ha creado sufrimiento multilateral, la diferencia es que ETA ha reconocido sus acciones y el Estado, no»; «ETA ya ha pedido disculpas a las personas que se vieron afectadas (sic) por su acción armada sin tener ninguna responsabilidad en el conflicto»; «Parte de la historia de ETA son esas 800 personas que perdieron la vida (sic), pero no son su único legado». Son declaraciones recientes hechas a TV3. El que fuera jefe del aparato político de ETA lleva meses yendo a la sede de Sortu en Pamplona. Su figura podría incluso acallar las bocas de algunos disidentes. Y también aumentará la ofensa que Sortu empuña por bandera. Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es 
Xavi Hernández lo tiene muy claro. No será duro, pero sí muy exigente. Sobre todo, con los jugadores con los que compartió vestuario en el Barça. Desde su punto de vista, ése es el camino a seguir para que el equipo recupere el sendero del éxito. «No hace falta ser duro. Es un tema de orden y normas. Cuando hemos tenido normas en el vestuario, hemos ido bien. Cuando no, hemos ido mal. Nada más. No es disciplina. Es orden», recalcó el nuevo técnico azulgrana en su puesta de largo. «Necesitamos orden. Tenemos que ser más profesionales que nunca. Con orden y normas, hemos ido bien. Cuando no ha sido así, no hemos llegado ni a competir», insistió. «Lo primero, es poner reglas. Después, hablaremos de valores. Si no tenemos valores, no tenemos equipo. Después, abordaremos cómo jugar, cómo defender, cómo atacar. Primero, las normas. Después, el resto», recalcó un Xavi que sabe muy bien que las comparaciones con la época más brillante del club, con el recuerdo de quién fue su principal artífice, van a ser inevitables. «Que se me compare con Guardiola ya es un éxito, por todo lo que le ha dado al fútbol y al Barça. Fue un modelo como jugador y lo está siendo como técnico. Para mí, es el mejor entrenador del mundo y puede que cualquier comparativa, en este momento, sea mala para mí. Al final, serán los resultados los que dirán si lo hacemos bien o no», señaló. "A MIS AMIGOS SON A LOS QUE APRETARÉ MÁS" En su caso, tomar el mando de un equipo en el que tiene aún muchos compañeros de vestuario lo considera una ventaja. «Tengo amigos dentro de la plantilla y precisamente son a los que les apretaré más. Son muy importantes, tienen experiencia, sé qué pie calzan, conozco sus virtudes y sus defectos. Tienen que tirar del carro, pero serán uno más, todo el mundo parte de cero», explicó un Xavi para quien el sistema es lo de menos. «Más que el sistema, es la idea, el modelo de juego. Trataremos de dominar a través del balón y así tendremos más opciones de ganar. Hay diferentes soluciones que trabajaremos para que el jugador pueda entender cómo podemos tacar y cómo podemos defender para hacerle daño al rival», señaló. En su manual de estilo, cómo no, está muy presente una figura trascendental para el cambio paradigmático del club. «Es un poco la idea de Cruyff, mi primer defensa es el delantero y mi primer atacante es el portero. Tenemos que ser un bloque, lograr que todo el mundo se sienta bien y protegido tanto en defensa como en ataque. Hay que trabajar para que sepan qué hacer en cada momento dentro del campo», explicó el técnico azulgrana, quien sabe muy bien qué supone el Barça. «Es el club mas difícil del mundo. Hay que jugar bien y ganar, hay que convencer, no basta con el 1-0. Tenemos que volver a la exigencia y, a partir de ahí, intentar volver a la excelencia», aseveró. En sus planes, renovar a Dembélé es toda una prioridad. Cree que puede ser el mejor del mundo en su puesto. Y Laporta, cómo no, tomo buena nota, con una reacción un tanto cómica que fue acogida con risas en la sala de prensa. LAPORTA: "CADA DÍA LA LIGA SE INVENTA UNA COSA NUEVA" Más serio, en cambio, se puso el presidente a la hora de hablar de números. No quiso concretar cuánto se le ha tenido que pagar al Al-Sadd para lograr el fichaje de Xavi ni cómo será su posible colaboración en el futuro. E incluso se mostró molesto ante los fuertes controles que quieren hacerle pasar desde LaLiga. «LaLiga nos lo mira con lupa todo, no será nada nuevo. Cada día se inventan una cosa nueva, como la auditoria, nos quieren hacer firmar operaciones que no vemos claras... Si quieren revisarlos, los libros están abiertos. Y en cuanto al 'fair play', no tenemos mucho margen salarial, pero lo tenemos. Esperamos que LaLiga lo vea como nosotros», destacó un Joan Laporta que definió la llegada de Xavi al banquillo como un hito histórico para el club. Eso sí, con unos condicionantes muy diferentes a los que tuvieron Frank Rijkaard o el propio Pep Guardiola, sus dos apuestas para dirigir al equipo en su primera etapa al frente de la entidad. «Xavi llega en el momento en que el Barça más necesita de él. Me habría gustado ofrecerle un proyecto que le pusiera las cosas más fáciles, pero tiene una plantilla con la que puede trabajar mucho y debe tener claro que tendrá nuestra confianza y apoyo en todo momento, aunque las cosas se tuerzan o se tuerzan aún más», reiteró el máximo dirigente barcelonista. «Tenemos plena confianza en Xavi, por su forma de ser, por su personalidad y por sus conocimientos. Tiene que mandar, dirigir el grupo lo mejor que sepa, y lo hará. Lo tiene difícil, es una situación complicada, con un equipo que está por hacer. Me convenció mucho cuando me dijo que puede sacarle mucho rendimiento, que sabe cómo hacerlo jugar. Rijkaard cogió un equipo que estaba por hacer y Pep, a partir de unos fundamentos, lo llevó a la excelencia. Ahora es diferente. Lo que hará será poner en práctica sus conocimientos con el sello Xavi», sentenció Encuentra toda la información en https://www.elmundo.es