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En Sintonía con el Espíritu

En Sintonía con el Espíritu
Author: Radio Carisma Córdoba
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En Sintonía con el Espíritu: es un programa que busca transmitir la gracia de Dios, de manera alegre, dinámica, divertida re descubriendo su bondad infinita, por la que nos hizo renacer por el Bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. Así, justificados por su gracia, nos animamos a anunciarlo.
Te esperamos todos los sábados de 10 a 13 hs!
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La travesía de Asia Menor
6 Como el Espíritu Santo les había impedido anunciar la Palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y la región de Galacia. 7 Cuando llegaron a los límites de Misia, trataron de entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. 8 Pasaron entonces por Misia y descendieron a Tróade. 9 Durante la noche, Pablo tuvo una visión. Vio a un macedonio de pie, que le rogaba: «Ven hasta Macedonia y ayúdanos». 10 Apenas tuvo esa visión, tratamos de partir para Macedonia, convencidos de que Dios nos llamaba para que la evangelizáramos.
La fundación de la Iglesia de Filipos
11 Nos embarcamos en Tróade y fuimos derecho a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. 12 De allí fuimos a Filipos, ciudad importante de esta región de Macedonia y colonia romana. Pasamos algunos días en esta ciudad, 13 y el sábado nos dirigimos a las afueras de la misma, a un lugar que estaba a orillas del río, donde suponíamos que habría un sitio para orar. Nos sentamos y dirigimos la palabra a las mujeres que se habían reunido allí. 14 Había entre ellas una, llamada Lidia, negociante en púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que aceptara las palabras de Pablo. 15 Después de bautizarse, junto con su familia, nos pidió: «Si ustedes consideran que he creído verdaderamente en el Señor, vengan a alojarse en mi casa»; y nos obligó a hacerlo.
Mateo18, 6-11:  Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar. 7 ¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Es inevitable que existan, pero ¡ay de aquel que los causa!
8 Si tu mano o tu pie son para ti ocasión de pecado, córtalos y arrójalos lejos de ti, porque más te vale entrar en la Vida manco o lisiado, que ser arrojado con tus dos manos o tus dos pies en el fuego eterno. 9 Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo y tíralo lejos, porque más te vale entrar con un solo ojo en la Vida, que ser arrojado con tus dos ojos en la Gehena del fuego. 10 Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial. 11
Lucas 9,23-27: Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. 25 ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida? 26 Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. 27 Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver el Reino de Dios».
Lucas 24,21-27:  Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. 22 Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro 23 y, al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. 24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron».
25 Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! 26 ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?». 27 Y comenzando por Moisés y continuando con todos los Profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él
JUan 230,1-10: 1 El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. 2 Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
3 Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. 5 Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. 6 Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo 7 y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. 8 Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él vio y creyó. 9 Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos. 10 Los discípulos regresaron entonces a su casa.
Hechos 3,19-21:  Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados. 20 Así el Señor les concederá el tiempo del consuelo y enviará a Jesús, el Mesías destinado para ustedes. 21 Él debe permanecer en el cielo hasta el momento de la restauración universal, que Dios anunció antiguamente por medio de sus santos profetas
1 Corintios 15,1-11: 1 Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. 2 Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.
3 Les he transmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. 4 Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. 5 Se apareció a Pedro y después a los Doce. 6 Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto. 7 Además, se apareció a Santiago y a todos los Apóstoles. 8 Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto.
9 Porque yo soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios. 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. 11 En resumen, tanto ellos como yo, predicamos lo mismo, y esto es lo que ustedes han creído.
Lucas 2,8-14: En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. 9 De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, 10 pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: 11 Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. 12 Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre». 13 Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
14 «¡Gloria a Dios en las alturas,
14 y en la tierra, paz a los hombres amados por él!».
Carta a los Hebreos 2,1-9: Por eso, nosotros debemos prestar más atención a lo que hemos escuchado, no sea que marchemos a la deriva. 2 Porque si la Palabra promulgada por medio de los ángeles tuvo plena vigencia, a tal punto que toda transgresión y desobediencia recibió su justa retribución, 3 ¿cómo nos libraremos nosotros, si rehusamos semejante salvación? Esta salvación, anunciada en primer lugar por el Señor, nos fue luego confirmada por todos aquellos que la habían oído anunciar, 4 mientras Dios añadía su testimonio con signos y prodigios, con toda clase de milagros y con los dones del Espíritu Santo, distribuidos según su voluntad.
La redención realizada por Cristo
5 Porque Dios no ha sometido a los ángeles el mundo venidero del que nosotros hablamos. 6 Acerca de esto, hay un testimonio que dice:
6 ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él,
6 el ser humano para que te ocupes de él?
7 Por poco tiempo lo pusiste
7 debajo de los ángeles
7 y lo coronaste de gloria y esplendor.
8 Todo lo sometiste bajo sus pies.
8 Si Dios le ha sometido todas las cosas, nada ha quedado fuera de su dominio. De hecho, todavía no vemos que todo le está sometido. 9 Pero a aquel que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que padeció. Así, por la gracia de Dios, él experimentó la muerte en favor de todos.
Salmo 25: Alef A ti, Señor, elevo mi alma,
1 Bet 2 Dios mío, yo pongo en ti mi confianza;
2 ¡que no tenga que avergonzarme
2 ni se rían de mí mis enemigos!
2 Guímel 3 Ninguno de los que esperan en ti
3 tendrá que avergonzarse:
3 se avergonzarán los que traicionan en vano.
Apelación a la bondad divina
3 Dálet 4 Muéstrame, Señor, tus caminos,
4 enséñame tus senderos.
4 He 5 Guíame por el camino de tu fidelidad;
5 enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,
5 Vauy yo espero en ti todo el día.
5 Zain 6 Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
6 porque son eternos.
6 Jet 7 No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud:
7 por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad.
7 Tet 8 El Señor es bondadoso y recto:
8 por eso muestra el camino a los extraviados;
8 Iod 9 él guía a los humildes para que obren rectamente
9 y enseña su camino a los pobres.
9 Caf 10 Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad,
10 para los que observan los preceptos de su alianza.
10 Lámed 11 ¡Por el honor de tu Nombre, Señor,
11 perdona mi culpa, aunque es muy grande!
Reflexión sobre el temor de Dios
11 Mem 12 ¿Hay alguien que teme al Señor?
12 Él le indicará el camino que debe elegir:
12 Nun 13 su alma descansará feliz
13 y su descendencia poseerá la tierra.
13 Sámec 14 El Señor da su amistad a los que lo temen
14 y les hace conocer su alianza.
14 Ain 15 Mis ojos están siempre fijos en el Señor,
15 porque él sacará mis pies de la trampa.
Insistencia en la súplica
15 Pe 16 Mírame, Señor, y ten piedad de mí,
16 porque estoy solo y afligido:
16 Sade 17 alivia las angustias de mi corazón,
17 y sácame de mis tribulaciones.
17 Cof 18 Mira mi aflicción y mis fatigas,
18 y perdona todos mis pecados.
18 Res 19 Mira qué numerosos son mis enemigos
19 y qué violento es el odio que me tienen.
19 Sin 20 Defiende mi vida y líbrame:
20 que no me avergüence de haber confiado en ti;
20 Tau 21 la integridad y la rectitud me protegen,
21 porque yo espero en ti, Señor.
* * *
22 Salva, Dios mío, a Israel
22 de todas sus angustias.
Carta a los Hebreos 5,12-14: 12 Aunque ya es tiempo de que sean maestros, ustedes necesitan que se les enseñen nuevamente los rudimentos de la Palabra de Dios: han vuelto a tener necesidad de leche, en lugar de comida sólida. 13 Ahora bien, el que se alimenta de leche no puede entender la doctrina de la justicia, porque no es más que un niño. 14 El alimento sólido es propio de los adultos, de aquellos que por la práctica tienen la sensibilidad adiestrada para discernir entre el bien y el mal.
Proverbios 8,12-21:
Los tesoros de la Sabiduría
12 Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia y poseo la ciencia de la reflexión.
13 El temor del Señor es detestar el mal: yo detesto la soberbia, el orgullo, la mala conducta y la boca perversa.
14 A mí me pertenecen el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, mío es el poder.
15 Por mí reinan los reyes y los soberanos decretan la justicia;
16 por mí gobiernan los príncipes y los nobles juzgan la tierra.
17 Yo amo a los que me aman y los que me buscan ardientemente, me encontrarán.
18 Conmigo están la riqueza y la gloria, los bienes perdurables y la justicia.
19 Mi fruto vale más que el oro, que el oro fino, y rindo más que la plata acrisolada.
20 Yo voy por el sendero de la justicia, en medio de las sendas de la equidad,
21 para repartir posesiones a los que me aman y para colmar sus tesoros.
10 No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido.
Sofonías 3, 18-20: Apartaré de ti ese mal con el que te amenacé, y ya no serás humillada. 19 Entonces eliminaré a todos tus opresores. Ese día salvaré a la oveja coja y llevaré al corral a la perdida, a ustedes les daré fama y honores en todos los países donde la humillación era su parte.
20 Ese día los traeré a este lugar y los reuniré para hacerlos famosos y respetados entre todos los pueblos de la tierra, cuando traiga de vuelta a los cautivos a la vista de ustedes, dice Yavé.
Sabiduría 2,1-11: 1 Partiendo de falsos razonamientos sacan estas conclusiones: «Nuestra vida es corta y llena de decepciones, tendremos un fin y será sin remedio: nunca se ha visto que alguien haya subido del mundo de los muertos. 2 Nacimos por pura casualidad, y cuando lleguemos al final será como si no hubiésemos existido. Nuestro soplo vital no es más que el vapor de nuestro aliento; nuestro pensamiento salta como una chispa del latido de nuestro corazón. 3 Cuando llegue a extinguirse, el cuerpo regresará al polvo, y el espíritu se dispersará como una bocanada de aire.
4 Con el tiempo se olvidarán de nuestro nombre, nadie más pensará en lo que hicimos; nuestra vida pasa como la sombra de una nube, se desvanece como niebla a los rayos del sol. 5 Nuestra vida es sólo el paso de una sombra, cuando llega el fin es sin vuelta: una vez sellado, nadie vuelve.
6 Vengan, pues, gocemos de los bienes presentes, aprovechémonos de todo, ¡ea, vamos, es la juventud!, 7 ¡que haya vino y perfumes! 8 ¡No dejemos que se marchiten las rosas, pongámoslas en nuestra corona!
9 ¡Que nadie de nosotros falte a nuestra comilonas; por todas partes dejaremos recuerdos de nuestras fiestas, pues ésa es nuestra herencia y nuestra suerte.
10 Seamos duros con esos pobres piadosos, y lo mismo con las viudas; ¡nada de respeto con los viejos de cabellos blancos! 11 ¡Nuestra fuerza sea la ley! ¡La debilidad es prueba de que uno no sirve para nada!
Salmo 144,5-11: 5 Señor, inclina tus cielos y desciende, toca los montes para que echen humo.
6 Envía tus relámpagos, dispérsalos, tira tus flechas y cáusales estragos.
7 Desde lo alto tiéndeme tus manos, sálvame sacándome de las aguas profundas y de las manos de los hijos de extranjeros, 8 cuya boca dice falsedades y su diestra es una diestra de perjurio.
9 Oh Dios, quiero cantarte un canto nuevo, y tocar para ti en la lira de diez cuerdas, 10 a ti que das a los reyes la victoria, que salvas a David, tu servidor de la espada que mata (11).
Lucas 2,46-52: 46 Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.
48 Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.» 49 El les contestó: «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?» 50 Pero ellos no comprendieron esta respuesta.
51 Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón.
:B:52 Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres.
Lucas15, 11-32: 11 Jesús continuó: «Había un hombre que tenía dos hijos. 12 El menor dijo a su padre: “Dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y el padre repartió sus bienes entre los dos.
13 El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada. 14 Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. 15 Fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un habitante del lugar, que lo envió a su campo a cuidar cerdos. 16 Hubiera deseado llenarse el estómago con las bellotas que daban a los cerdos, pero nadie se las daba.
17 Finalmente recapacitó y se dijo: “¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! 18 Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: Padre, he pe cado contra Dios y contra ti. 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus asalariados.” 20 Se levantó, pues, y se fue donde su padre.
20 Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó. 21 Entonces el hijo le habló: «Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.» 22 Pero el padre dijo a sus servidores: «¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. 23 Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.» Y comenzaron la fiesta.
25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la orquesta y el baile. 26 Llamó a uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello. 27 El le respondió: «Tu hermano ha regresado a casa, y tu padre mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo.»
28 El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. 29 Pero él le contestó: «Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. 30 Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo.»
31 El padre le dijo: «Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. 32 Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.»
Mateo 1,1-17: 1 Documento de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abraham.
2 Abraham fue padre de Isaac, y éste de Jacob. Jacob fue padre de Judá y de sus hermanos.
3 De la unión de Judá y de Tamar nacieron Farés y Zera. Farés fue padre de Esrón y Esrón de Aram. 4 Aram fue padre de Aminadab, éste de Naasón y Naasón de Salmón.
5 Salmón fue padre de Booz y Rahab su madre. Booz fue padre de Obed y Rut su madre. Obed fue padre de Jesé.
6 Jesé fue padre del rey David. David fue padre de Salomón y su madre la que había sido la esposa de Urías.
7 Salomón fue padre de Roboam, que fue padre de Abías. Luego vienen los reyes Asá, 8 Josafat, Joram, Ocías, 9 Joatán, Ajaz, Ezequías, 10 Manasés, Amón y Josías.
11 Josías fue padre de Jeconías y de sus hermanos, en tiempos de la deportación a Babilonia.
12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel y éste de Zorobabel.
13 Zorobabel fue padre de Abiud, Abiud de Eliacim y Eliacim de Azor. 14 Azor fue padre de Sadoc, Sadoc de Aquim y éste de Eliud. 15 Eliud fue padre de Eleazar, Eleazar de Matán y éste de Jacob.
16 Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
17 De modo que fueron catorce las generaciones desde Abraham a David; otras catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce más desde esta deportación hasta el nacimiento de Cristo.
1 Corintios 6,12:  Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no me haré esclavo de nada


























