DiscoverEn la cabeza de Carlos Soria
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Sito Carcavilla y Carlos Soria hablan desde el suelo, concretamente, desde nuestros estudios en Madrid. Están sentados junto a José Antonio Ponseti. Ambos son delgados, más bien fibrosos, con el pelo cano y una leve sonrisa marcada en la cara. Sorprende verles con un micrófono delante y en un entorno tan hermético. No pertenecen al mismo lugar que Ponseti y sus posturas corporales marcan la diferencia entre los montañeros y el periodista. Respiran diferente.Ya ha pasado todo: la euforia, los miedos, la intriga, la decepción... Han sido siete los intentos de conquistar Dhaula, han estado prácticamente rozando la cima pero todo eso ya es cosa del pasado. Sito y Carlos tienen la mirada puesta en el futuro y en otros picos. Dice Soria que irán a hacer una cima "pequeña" -y cuando dice "pequeña" se refiere a siete mil metros del atura-.Esta #ExpediciónCorreos no ha sido fácil, pero tampoco mina el ánimo de los alpinistas. Esperamos que en las próximas expediciones podamos acompañarles en la cabeza de Carlos Soria.
La niebla empezó a caer y Carlos Soria y la #ExpediciónCorreos vieron una paso abierto por el que intentar volver a hacer cima. El paisaje era totalmente diferente, la nieve se había hecho dueña de parte del camino pero lo peor, estaba por llegar.A partir del Campo 1 la situación era desoladora, ni siquiera podían ver las cuerdas que marcaban el camino. Nada se podía hacer cuando pierdes tiendas, cuerdas y no tienes referencias. El Dhaulagiri había decidido, una vez más, que ésta no era la ocasión para hacer cima.
La niebla, uno de los peores enemigos de los montañeros, invadía la cumbre. No estaba siendo fácil, Carlos Soria y la #ExpediciónCorreos han pasado por numerosas dificultades. Su mujer Cristina nos habla del temperamento de Carlos y la fuerza física y mental que tiene con 78 años. La nieve se fue cerrando cada vez más densa, cada vez más difícil de ver. Frente a ellos, tres caminos posibles y una único camino correcto. Los sherpas y los montañeros dudaban del camino, era importante tomar una decisión correcta y decidieron bajar. Estaban a punto de tocar la cumbre.
Cuando Carlos Soria empezó a escalar, casi no había nada escrito y todo se aprendía a través del boca a boca y a través de los clubs de montaña. Carlos siempre cuenta que comenzó a ser menos triste cuando se escapaba de casa para ir a la montaña. Ahora todo es diferente, Carlos y el equipo de la #ExpediciónCorreos tiene todo planificado al milímetro sin dejar nada al azar, algo que aprendió de los mejores durante su juventud. Pedro Nicolás, el presidente del club Peñalara nos habla sobre las jornadas de montaña, de Carlos Soria y de la importancia de los momentos de relajación.La #ExpediciónCorreos cada vez se acerca más a la cima. Llevan un ritmo estupendo pero no hay muchas expediciones en el campo base por lo que Carlos y su equipo de Sherpas están preparando todo para lo que queda de ruta.
Han pasado varias semanas desde que Carlos Soria y la #ExpediciónCorreos volvían del Dhaulagiri. Tomaron decisiones importantes, los problemas estomacales y las dificultades climáticas pusieron fin a esta expedición. La montaña no les permitió tocar cumbre.Con tan sólo unas semanas de verano de descanso, Carlos Soria retomó rápidamente el entrenamiento para volver a enfrentarse al Dhaula. Recordamos la primera vez en el Dhaula, las primeras aventuras montañeras de Carlos Soria, su juventud, infancia y sus primeras expediciones importantes.
La pregunta sigue siendo la misma "¿Qué hay en la cabeza de Carlos Soria?"Carlos Soria llega a España con la misma sonrisa con la que se fue. Nos habla de la maravillosa convivencia que ha existido durante toda la #ExpediciónCorreos: Sito Carcavilla, Luis Miguel López Soriano y él son un equipo fuerte y unido. Y de cómo el tiempo, su máxima preocupación, les ha jugado una mala pasada. En esta ocasión, "El Dhaula" tenía más nieve de lo normal, algo que en seguida vio Soria nada más llegar. Pero no parecía peligroso, era factible, era una conquista que se podía hacer.Soria cuenta que los días de ataque a cumbre estaba destrozado. Aquel penúltimo empujón no se podía hacer ni antes ni después, era en ese momento, o nunca. Pero Carlos estaba en su peor momento, estaba flojo y necesitaba unos días para recuperarse. "El Dhaula" no da tregua y la decisión fue fácil de tomar: "sin ninguna duda, hay que bajar". Se trataba del final de la expedición, resultaba muy complicado volver a intentarlo porque había mucho desgaste y gasto del oxígeno.A pesar de haber sido, en cada etapa, de los últimos en salir y de los primer en llegar, Carlos Soria comenta entre risas que "a los 60 era una máquina". Y, aunque los años pasen por su cuerpo, no lo hacen por su cabeza. Ha puesto un punto y seguido y su mente ya está pensando en la siguiente expedición: el Shishapangma en China. Después, volverá al "Dhaula". Tendrá para entonces casi 80 años. Pero no importa, eso no es lo importante. Madrid Junio de 2017. Estudios de Cadena SER.
Después de toda la preparación física, mental, en cada campo, después de los intentos, los avances, los retrocesos y las dudas, Carlos Soria y la #ExpediciónCorreos lo volvían a intentar. El "Dhaula" estaba agresiva y poniéndolo difícil a nuestros protagonistas, pero había que hacerlo.Carlos Soria, además, llevaba varios días con problemas estomacales y comiendo sólo arroz. Igualmente, estaban preparados y deciden intentarlo una vez más. Salen los últimos, detrás de otras expediciones, llegan a los 7.700 metros y deciden parar, pensar y tomar una decisión: bajar. Carlos está preocupado, sabe que puede hacer cumbre pero al bajar es posible que pudiera quedarse sin fuerzas. Y como recordamos siempre, llegar no es llegar a lo más alto, sino a la base de vuelta. Otras expediciones que habían subido el día anterior descienden con bajas en su equipo, hay gente que sigue sin aparecer y muchos sufren congelaciones.En esta expedición se han sucedido los problemas, uno tras otro: una lesión antes de salir, un dedo pillado, una muela que tuvieron que solucionar en Katmandú y los problemas estomacales han dejado echo polvo a Carlos. Pero, la montaña sigue y seguirá ahí.Y después de esto... ¿Qué pasa por la cabeza de Carlos Soria?
"Si estáis leyendo esto, es que ya estamos subiendo". Este es el mensaje que Carlos Soria nos envió por Whatsapp y el que nos toca reproducir a nosotros. Por fin Carlos Soria y la #ExpediciónCorreos tienen luz verde para alcanzar la cima.El meteorólogo Víctor Bahía da el visto bueno al clima y a los alpinistas se le comienza a anudar el estómago. En estos momentos reina el silencio, se cruzan las miradas y las sonrisas de emoción ocultando el nerviosismo. Es un momento emocionante, pero la cabeza de Carlos Soria debe controlar las ganas y repasar el plan de ataque a la cumbre:Deberán salir temprano del campo 1 y evitar las horas de sol directo que les podrían quemar. A las 17-17:30 habrán llegado para dormir.Vuelven a madrugar. Deben seguir los ritmos solares y de la montaña. En cuatro o cinco horas habrán llegado al campo 2.La parte más complicada. Del campo 2 al campo 3 el desnivel es grande, el Dhaulagiri está en su máximo esplendor: vertical, desafiante. Nuestros protagonistas cruzarán la línea de los siete mil metros.A partir de este momento las cosas se ven de manera diferente, literalmente. Las columnas montañosas han desaparecido y se puede ver el Himalaya, el Anapurna - al que pudieron vencer la primavera pasada-, las nubes. La verticalidad es cada vez mayor y sólo les rodea el cielo. Pero caminar por el cielo no es tan fácil: falta el oxígeno y el esfuerzo es grande.Ahora, recordemos que alcanzar la cima no es llegar a lo más alto, si no volver a la base. La bajada es rápida pero, ¿cuáles son los puntos negros en este camino? ¿dónde no podemos fallar?Y, en el próximo episodio, sabremos cómo es el Dhaulagiri desde arriba.Mayo 2017. Próxima parada: la cima del Dhaulagiri.
Llegamos al último refugio, al Campo 3. Carlos Soria ha tomado una decisión importante y diferente al resto de expediciones: montarán el Campo 3 por encima de donde se suele montar, a más de 7500 m. El lugar elegido se encuentra rodeado por los picos del Himalaya, a una altura en la que se hace notable la falta de oxígeno y donde el abismo se cierne a los pies de nuestros alpinistas.Carlos Soria y la #ExpediciónCorreos pasarán una hora o dos descansando en este campo. La elección de situarlo un poco más arriba del de las otras expediciones, ahorrará dos horas de travesía el día que vayan a atacar la cumbre. Esto significa que, además, bajarán antes y podrán descansar. Pronto uno de los sherpas deberá salir para preparar las cuerdas en la travesía. Sito Carcavilla, el sabio de la montaña, Luis Miguel López Soriano, los ojos de esta expedición y Carlos Soria nuestro protagonista descansan.En el próximo episodio, la cabeza de Carlos Soria estará centrada única y exclusivamente en tocar la cima. Mayo 2017, hacia el Campo 3, el último refugio.
La #ExpediciónCorreos no iba a ser fácil , la preparación de cada etapa se elabora de manera minuciosa. Pero nos encontramos en medio de la cordillera del Himalaya, y la naturaleza está viva, muta, se agita y es tan fascinante como imperfecta. Hay elementos que se escapan al control de Carlos Soria y su equipo. Es el caso del Campo 2. Este Campo está situado a 6400 metros en la arista norte del Dhaulagiri, una zona muy expuesta a las avalanchas. Lo llaman "el campo del miedo" por su peligrosidad, en él perdieron la vida Ricardo Valencia y Santiago Sagaste. Los alpinistas saben que hay muy pocas zonas en las que se puede establecer el asentamiento y uno nunca sabe si la montaña rugirá por la noche. Por ello, el objetivo es pasar por este Campo 2 sólo la vez en la que vayan a subir a la cumbre. Hay que pasar sin molestar, sin que el Dhaula lo note y con los sentidos al 150% por lo que pudiera ocurrir.Si algo sabemos de la cabeza de Carlos Soria es que está muy bien amueblada. Por un lado, los sherpas, les conoce desde hace años y sabe que son tan prudentes como él mismo. Por otro, su equipo: Sito Carcavilla y Luis Miguel López Soriano son tan compañeros suyos como de otras expediciones y no dudan en ofrecer ayuda a cualquier alpinista que lo necesite. Y, por último, la experiencia de Carlos en la montaña, y es que "Carlos Soria sabe más por Soria, que por viejo".Sin miedo pero con mucho respeto, Carlos Soria continúa su reto.
Aunque Carlos Soria no vaya sólo en esta #ExpediciónCorreos, conseguir conquistar la cumbre del Dhaulagiri es un asunto personal. El alpinista se encuentra en el Campo Base y está a punto de dar el primer paso: ascender hasta el Campo 1. Es el momento en el que mente y cuerpo, los cuales llevan ya varios días entrenándose y aclimatándose, deben unir fuerzas para enfrentarse a la montaña por primera vez en esta expedición. Si uno de los dos se bloquea, el otro no podrá continuar. La cabeza de Carlos Soria recuerda los anteriores intentos, sabe perfectamente cuáles fueron los fallos, repasa el entrenamiento y el plan de ascensión y sonríe para sus adentros con la confianza de que esta vez, será la definitiva.El equipo de Carlos Soria y los sherpas se convierten, durante unos días, en unos nómadas de la montaña. Su casa es el hielo y su vida depende de los horarios que marca la cordillera del Himalaya. El Campo Base es el lugar donde esperan, planean y duermen. Sobre todo duermen. Las montañas de alrededor establecen las horas de sueño impidiendo que el sol entre en el campo e imponiendo la sombra en la vida de los alpinistas. Dicen los que han pasado por allí que por la noche se escucha al glaciar crujir, advirtiendo a los acampados de lo que les espera a la mañana siguiente. El Campo Base está a más de 5.700 metros y Soria afirma descansar bien allí. Al fin y al cabo, la montaña es su segunda casa.El siguiente paso es subir a casi seis mil metros, al Campo 1. Aunque parece mentira, en ocasiones, para lograr llegar a lo más alto hay que volver a bajar. En el Campo 1 Carlos Soria y su equipo dejarán un depósito para después retornar al Campo Base donde pasarán la noche. En el Campo 1 no es recomendable pernoctar a causa las peligrosas avalanchas de nieve pero sí tendrán la oportunidad de dejarse fascinar por la vertiente norte del Annapurna.Cada vez queda menos. El Dhaula les espera.
El ser humano no está aclimatado para las grandes alturas. Nuestro cuerpo no podría soportarlo si volásemos, no dentro, sino encima, de un Boeing 747. Pero el alpinista Carlos Soria es un rara avis. Si sumamos todas sus expediciones podríamos decir que lleva tres o cuatro años viviendo en alturas de más de cuatro mil o cinco mil metros. Soria dice que cuando está en Madrid le duele todo el cuerpo y que, a medida que sube, sus males van desapareciendo.Decíamos en el anterior episodio que Carlos conoce el Dhaulagiri a la perfección pues ya ha intentado hacer cumbre en varias ocasiones. Pero no sólo su cabeza recuerda la montaña sino que su cuerpo también. El cuerpo tiene memoria y reconoce la presión a la que se le está sometiendo. Sabe que ha estado antes allí y se adapta. El cuerpo de Carlos Soria, además, es especial. Primero, porque ha soportado numerosas y duras ascensiones y segundo porque tiene más de 70 años. No lo olvidemos.Los ojos grises de Carlos también reconocen al Dhaula. Es Abril de 2017 y ambos se han reencontrado, se han vuelto a ver después de mucho tiempo. "Tienes menos nieve que la anterior vez" le dice Soria al Dhaula. Este invierno ha sido muy seco pero el hecho de que haya poca nieve facilitará, dentro de la que cabe, la ascensión en esta #ExpediciónCorreos.En la cabeza de Carlos Soria no hay mal de alturas. No sólo por su condición física sino por la importancia de realizar este periodo de aclimatación: catorce días a más de cuatro mil metros. Catorce días subiendo y bajando cumbres para adaptar el organismo y también al Dhaula. Porque el Dhaula se tiene que hacer a la idea de que esta vez, Carlos Soria y su equipo van a hacer cumbre.Campo base del Dhaulagiri. Abril 2017
Dicen que "El Dhaula" es una de las montañas más bonitas del mundo. Dicen también los que la conocen, que no te puedes fiar de ella. Que sus condiciones de nieve son tan particulares que en el momento de atacar la cumbre, saca toda su ira para que nadie la alcance.La #ExpediciónCorreos lo sabe perfectamente. Carlos Soria la conoce muy bien , la conoce y ha intentado tocar su cima varias veces... unas cuatro o cinco. Pero no se deja. Allí ha perdido a amigos y compañeros, con los que "El Dhaula" no tuvo compasión, como ocurrió con el alpinista Pepe Garcés. Allí ha desarrollado su paciencia más que nunca, porque uno hace cumbre cuando llega vivo a casa, no cuando toca el cielo del mundo. Allí recuerda ahora aquel verano que pasó, por primera vez, en La Pedriza, en La Sierra de Guadarrama.Soria tenía entonces catorce años y ningún conocimiento sobre alpinismo o escalada. En La Pedriza conoció a montañeros que le iniciaron y le enseñaron. Han pasado años desde entonces y Carlos Soria ha podido conocer cientos de países viajando a través de sus montañas. Pero no saltando de una a otra, no. Subiendo y bajando, haciendo el camino largo y difícil. Pero también, el más gratificante.Carlos Suárez o Edurne Pasaban son otros hitos del alpinismo que también han conocido el Dhaulagiri y a Carlos Soria. Y ambos están seguros de que en esta #ExpediciónCorreos, "El Dhaula" y Soria, se llevarán bien.De los 2029 metros de las Torres de la Pedriza a los 8167 del Dhaulagiri. Porque para Carlos Soria 6000 metros más, no son nada y tener más de 70 años, tampoco. En este primer episodio, Correos nos trae las razones por las que nuestro protagonista vuelve a enfrentarse al Dhaulagiri.Campo Base Dhaulagiri. Abril 2017.
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