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Es Amor

Es Amor
Author: esRadio
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Description
Es Amor es un programa dirigido y presentado por Ayanta Barilli. En este espacio ustedes son los protagonistas ya que pueden colgar mensajes de amor o pedir canciones dedicadas. También pueden participar en nuestro concurso de cartas de amor, el único requisito es que no se extiendan más de 30 líneas, enviándolas a la dirección de mail del programa.
50 Episodes
Reverse
María Jesús Navarro y Ayanta Barilli preparan una tarta de queso con café y chocolate.
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor, nos lee las cartas de los oyentes y habla de George Bizet y su ópera 'Carmen'.
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor, nos lee las cartas de los oyentes y recuerda a Rafael Azcona y el cine español de los 60 y 70.
Ayanta Barilli habla con la psicoanalista Mariela Michelena de lo que esconde la letra del bolero Inolvidable de Tito Rodríguez.
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor, nos lee las cartas de los oyentes y habla de la figura de Pelé.
Ayanta Barilli lee la carta de amor del día.
Más bien, sólo pensaba en él. En mi vida, todo había perdido su dirección propia, y la gravedad tenía una sola dirección cuya velocidad se multiplicaba en cada latido de mi acelerado corazón. Me pasaba lo que a mamá cada vez que íbamos de compras: ya se tratara de comida, ropa, calzado o detergente, todo lo refería a mí. Que si tal cosa me gustaba, que qué lástima no hubiera una talla menor, que si las manchas de hierba de mis remendados pantalones se esfumarían con tal producto... Nunca pensaba en ella. Y así sigue. Es madre, y yo creo que algo de eso he heredado.
Cuando lo veo, tan pequeño, tan sonriente, tan para-comérselo, se me olvida todo lo demás. Me encanta dormirlo en mi pecho, darle el bibe, cambiarle los pañales. Al principio no acertaba, pero el amor hace aprender todo. De hecho, el amor hace sobrehumanos a los más miserables mortales. Cuando mi esposa me susurró mientras entre besos aquella frase antológica de "¡Estoy embarazada!", las lágrimas de alegría no me dejaban ver el torrente de hormonas que le bombardeaban no sólo a ella, sino a mí. Me he vuelto súper sensible, y me encanta. Yo, macho candidato a anuncio de colonia para hombres, huelo a esa infantil mezcla de talco y Nenuco que no para de recordarme quién soy.
Mi niño no conoce mis noches. He aprendido a dormir entre toma y pañal, y ya no sé soñar si no es en los tres. Siento que ya no tengo vida anterior. No me importa. Me encanta mi vida de ahora. Tan débil como era para tantas cosas, mi niño es la medicina que me hacía tanta falta para remediar tanta flojera. Yo, que desde mis diecisiete no pasaba una noche en vela sin sentirme apabullado, apenas duermo muchas noches. Tan pulcro en mi horario, me doy cuenta de que el amor conlleva salir de las propias casillas y rehacer los planes a cada segundo. Así en tantas cosas... Y sin embargo, tan feliz...
A veces tengo miedo, o más bien, creo que lo tengo. Pienso en el futuro de mi hijo. El mundo anda tan acelerado, que temo quedarme estancado y de padre pasar a bisabuelo en diez años, desenganchado del devenir. Pero me aferro a la certeza de que ningún acontecimiento, ningún descubrimiento, ningún nuevo pecado o virtud podrán jamás quitarme el ser padre, y serlo por toda la eternidad.
Cuando lo miro embobado y pienso: "¡Es mi hijo!", me siento totalmente desbordado de responsabilidad, y como humillado. Es totalmente desproporcionado: ¿Cómo hemos podido hacer algo tan grande? No quiero pensarlo, porque me siento como lanzado al vacío. Aunque realmente es así: un salto en confianza. Un vivir en esperanza. Mi niño me da tanta fuerza que no creo que haya dificultad alguna que se me presente. Creo que por darle lo mejor sería capaz de todo. No hay toro bravo que me haga frente. Y si muriera en la batalla, moriré luchando, nunca dormido.
Gracias, ni niño, por haber tomado posesión de mi vida. Gracias, Cari, por hacerme sentir tan útil pese a mi poca sangre. Cuando me enamoré de ti, pensé que nunca habría nada que hiciera sombra a nuestro amor. Y así ha sido. Este niño tiene tus ojos, tu sangre y vida. Y sin embargo es también mío. Tanto amor no hace sino fundir a fuego nuestros tres corazones. No es que no quepa más amor en mi corazón, es que mi corazón se hecho inmenso, infinito. Y es todo y por siempre tuyo; todo y por siempre suyo.
Roberto
Ayanta Barilli lee la carta de amor del día.
"Ella se miró en los mil pedazos rotos del espejo, su piel iluminada por las velas, tenía el color irreal de las figuras de cera.Miguel comenzó a acariciarla y ella vió transformarse
su rostro en el calidoscopio del espejo y acepto al fin que era la más bella de todo el universo, porque pudo verse con los ojos que la miraba Miguel."
'La casa de los espiritus', Isabel Allende.
Tiempo de silencio, tiempo de espera, si tengo que admitir que volver a oír tu voz me trajo sensaciones olvidadas, te imaginaba dormido, como un príncipe de cuento, esperando que viniera alguien a darte un beso para volver a ser real, mientras solo eras un sueño, alguien del pasado que se marchó a un país lejano, pero dentro de mi sigues estando y eres real, tu voz me quema y tus palabras me traen recuerdos de besos y ron, pero debes de seguir durmiendo.
Volcar mis sentimientos y mis actos en unas palabras a veces duele, este es un momento de mi vida muy difícil, muy importante, nada fácil, en el que cuando me quedo a solas conmigo misma me viene una película que no quiero volver a ver, la película de todos los meses pasados contigo, las palabras que me dijiste, lo que yo te dije, una y otra vez van pasando delante de mi como una pesadilla, lo que hizo, lo que me dijo, lo que le dije, todo tiene un tiente amargo, y luego por encima de todo eso, o por debajo, está el día a día, el trabajo, hacer la comida, mi casa, y es que nadie sabe que llevo conmigo un fantasma, que se sienta en mi mesa y se acuesta en mi cama , y por la noche me dice cosas y me abraza, pero cuando me despierto me clava a martillazos sentimientos en mi corazón, pero tengo que luchar contra todo esto, y quizás toda la felicidad de antes, ahora está pasando la factura.
María Jesús
El astrólogo José María Sánchez explica cómo tienen la semana los 12 signos del horóscopo.
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor y nos lee las cartas de los oyentes. Además nos habla de la gran actriz Sara Bernardt.
María Jesús Navarro nos enseña a preparar un Boudin de napolitanas con chocolate con Ayanta Barilli.
Ayanta Barilli lee la carta del día.
Ayer cumpliste 96 años. Fuimos a verte y estar contigo. No te felicitamos, ni te hablamos, ni te cantamos la mítica canción del "Cumpleaños feliz". Solamente te contemplamos, te cogimos las manos, te dimos besos llenos de amor y de pena.
Después de tantos años silenciosos, no tenemos frases para ese momento. Tú no oyes nuestras palabras (creemos), no tienes ningún gesto, no hay señal de vida en tu cara. Tus ojos siguen cerrados, tu cuerpo inerte, tus manos abrazando unos trozos de vendas que oprimes con una fuerza impotente.
Hoy te encontramos en un estado distinto. Con oxigeno y en tu cama. No se que pasó por mi mente. El corazón me latió de forma distinta. Una parte de mí te retiene, otra desea que te marches, que descanses. Es mi lucha o es tu lucha. No se... te necesito por que se que el día que partas, partirá contigo mucha vida mía. Me quedaré sin raíces. Quedaré flotando en la vida como ese globo que se le escapa al niño y ve que se aleja subiendo a un cielo que no tiene fin.
Hoy habla mi corazón. Lucha mi mente con mis sentimientos. Razono, me digo que ya es hora. Mi corazón me dice que aún no.¡ Mamá aún no!
Me respondo: mamá ya es hora que dejes de vivir sin vida. No te guíes por mis sentimientos, no me escuches, deja mi dolor a un lado y sigue tu camino. Ese camino que empezamos el día que nacemos y que termina... No se...
Todo será distinto sin ti. Ya he tenido pérdidas dolorosas, pero la tuya intuyo, será perderme yo también un poco.
Esta carta es solo para ti. Es una forma de felicitación a una mujer luchadora, que dejó detrás de ella dos ramas, que a su vez se llenaron de hojas alimentadas de tus raíces.
¡Que duro será mamá no tenerte!. Pero con todo mi dolor deseo que termines y en tu camino encuentres todo lo que en estos trece años no has tenido.
Solamente te hemos podido dar todo nuestro amor. Pero lo considero poco para todo el que tú nos distes. Mamá no se cuanto tiempo te queda de estar aquí. Nadie lo puede saber, pero si quiero que sepas que nunca, nunca, podré encontrar lo que tu nos aportaste en el tiempo que estuviste a nuestro lado.
Solo una madre y unos hijos, saben el vínculo que existe entre ellos. Ese amor, esa renuncia, ese egoísmo, ese sufrimiento, ese desprendimiento, ese dar sin recibir, recibir poco y creer que es una inmensidad, esa humildad tan altanera de madre. No existe un medidor para el amor entre madre e hijos. Toda la vida estamos unidos a ese cordón umbilical, aunque no nos demos cuenta. Es un amor agónico y vital.
Solo puedo escribir para ti en un silencioso grito: ¡Madre te queremos!
Concha
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor, nos lee las cartas de los oyentes, sus mensajes y trae los mejores concursos. Además recetas de pastelitos y la historia de Conchita Montes.
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor, nos lee las cartas de los oyentes, sus mensajes y trae los mejores concursos. Además habla del actor Montgomery Clift.
Ayanta Barilli lee la carta de amor del día.
La culpa fue de los prefijos. Dejamos que se fueran posando en algunas palabras de nuestro idioma, y acabaron adueñándose de lo más íntimo del diccionario que habíamos creado juntos.
Permitimos que se escapara la emoción que sentíamos al escucharnos, conseguimos que nuestras miradas llegaran a encontrarse diferentes.
Cambiamos la ilusión por la des-ilusión.
Dejamos la puerta abierta a la monotonía. Nos conformamos con un sucedáneo de romanticismo, convertimos lo nuestro en simulacro.
Cambiamos el vivir por el sobre-vivir.
Nuestros sentidos se volvieron perezosos, tu cuerpo y el mío se convirtieron en extraños, la lastima vino a acompañarnos.
Cambiamos la pasión por la com-pasión.
Y llegó la hora del reproche, intercambiamos nuestras culpas. Nos quedó el consuelo para tontos, el rencor.
Cambiamos el sentimiento por el re-sentimiento.
Asistimos impasibles a la catástrofe y, cuando quisimos darnos cuenta, nuestra lámpara maravillosa se había apagado.
Cambiamos el amor por el des-amor.
Nos queda este texto, que no es más que un pre-texto...para tantas cosas. La culpa fue de los prefijos.
Josefina
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor, nos lee las cartas de los oyentes, sus mensajes y trae los mejores concursos. Además nos acerca la figura de Oscar Wilde y nos lleva a los mejores rincones románticos.
Ayanta Barilli habla con la psicoanalista Mariela Michelena de lo que esconde la letra del bolero Si tú me dices ven, lo dejo todo de los Panchos.
Ayanta Barilli lee la carta de amor del día, esta vez dedicada a una madre.
Querida mamá estoy a tu lado y no me atrevo a contestar a las preguntas que me haces. Esta enfermedad que ha arrasado con tu memoria, ha hecho que haya perdido definitivamente la niñez.
Hace un rato, mientras te estaba peinando delante del espejo, me has preguntado dónde estaba tu madre y yo te he contestado que tenías ochenta años y que tu madre murió hace cuarenta, que yo soy tu hija y que te quiero con toda mi alma. Tú te has quedado mirándome con esa mirada perdida y yo te he acariciado la cara, te he dado un beso y te he dicho, no te preocupes mamá, siempre hemos sido muy despistados en esta casa. Tú me has sonreído.
Papá ha pasado por delante del cuarto de baño y tú le has preguntado que cuándo venía tu madre y papá desesperado ha dicho medio llorando ahora viene es que ha salido a comprar, y se ha ido a refugiarse en el cuarto de estar.
Me has mirado y me has dicho ¡qué bueno es papá! me miente para que no me sienta triste.
Fuisteis compañeros de carrera, te llamaba Maríe Courie porque eras la más lista de la facultad de químicas y se enamoró de ti hace ya sesenta años. Fue tu primer fan cuando creaste aquel club de inversión en bolsa de mujeres y te ibas a la Bolsa y te codeabas con todos los agentes. Yo te cuento todas estas cosas para ver si puedo hacerte recordar y tú me dices "¡cuánta lata te doy!
Te contesto que no hay nada que me guste más en este mundo que cuidar de ti, llevarte al médico, partirte el filete y ayudarte en tu aseo diario, porque tú fuiste nuestra madre querida, la que nos ayudo a estudiar, la que se pasaba las horas muertas en el oculista intentando que yo metiera el soldadito en la garita cuando el soldadito se empeñaba en salirse, hasta que conseguiste erradicar mi estrabismo; la que intentó por todos los medios a su alcance que fuéramos más altos; la que nos llevaba al dentista; la que nos enseñó a nadar y a tirarnos de cabeza; y la que en la época de las cerezas nos ponía pendientes de rubíes colgando de las orejas y nos trenzaba añillos de jade con los rabillos de las frutas.
Querida mamá, ahora yo soy la adulta y tú recuperas la niñez y yo cuido de ti porque te quiero. Y aunque no seas la mujer fuerte que fuiste, siempre serás mi madre.
Nos vamos a dar un paseo con papá, que no puede vivir si ti. Me sonríes y me dices que quieres ponerte el anillo de pedida.
Montserrat
El astrólogo José María Sánchez explica cómo tienen la semana los 12 signos del horóscopo.
Ayanta Barilli nos dedica las mejores canciones de amor, nos lee las cartas de los oyentes, sus mensajes y trae los mejores concursos. Además nos cuenta la historia de amor entre Napoléon y Josefina.
Ayanta Barilli lee la carta de amor del día.
Cambiamos de estación. Se nota, se siente en el color de las hojas, en el sabor de las cosas. Cierras los ojos, los abres y todo es diferente. Pero mientras pasa, mientras la vida corre, duele. Pero no escuece, no ciega, no quema. Fue dolor, ya ni recuerdo.
Piensas en cómo es posible y pasa. Pasa la vida, pasa el amor. Y ya no duele. Te ciegas, te nublas, te agotas, te reprochas, te golpeas, te quemas, te mueres. Pero siempre renaces, siempre hay alguien que torna tu dolor en ilusión. Tu quemazón en esperanza, en vida, en color, en sabor, en belleza.
Tu, has sido tu quien pasó mi página, quien me buscó, quien me encontró. Quien me hace pensar, quien me hace soñar, quien me guía, quien me entiende, quien me muestra, quien me habla, quien me escucha, quien me enseña, quien me lleva.
Hay vida, siempre hay vida. Vida de amor, de dulzura, de ternura, de bondad, de gratitud, de vida.
Porque nada se acaba y todo empieza. Porque un día pensé que no iba a volver a querer y hoy sé que no voy a volver a querer como te quiero a ti.
Mela
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