Al borde de las bodas de oro de este regularcito podcast, los filosófagos se lanzan a hablar sobre la idea de que hay culturas superiores a otras ¿Por qué los programas de tv son mejor en otros lados? ¿Por qué cuando los realities tienen versiones locales, la de nuestro país es la peor? ¿Por qué hay culturas ricas y avanzadas y nosotros no? ¿Por qué el segundo mejor himno del mundo es el de Natagaima y el primero es la Marsellesa? ¿Cómo fue que se hizo esa versión tan abominable de Breaking Bad en nuestra república? Prepárense para introducirse en este mundo del colonialismo mágico, donde 4 seres denunciarán el arribismo cultural citando a puros filósofos europeos (qué triste ironía).
En esta temporada navideña de compras y visitas familiares, los filosófagos se reúnen a hablar de algo totalmente relacionado con ello: las mitologías políticas. Se les sale el alter ego paisa a estos lunáticos e intentan invocar al culebrero de culebreros, al que tiene de hijo al indio amazónico, el que le enseñó a vender pomadas a los dicharacheros caldenses, el que le enseñó a pescar a Jesús, el que les explico cómo era el auto-tune a los reguetoneros, el que le dijo al ciego "amanecerá y veremos": a nada más ni nada menos que a nuestro señor Ernesto Cachemiro, conocido en el mundo coctelero como Ernst Cassirer. Estos tagarotes, muy comedidamente nos dicen que "bien podrían estar robando", pero decidieron hablar de mitologías políticas basándose en tan magnánimo patrono como don Ernesto. ¿no será mejor que se pongan a robar en vez de castigarnos con este episodio? eso lo decidirán ustedes, honorable escuchanchada. Denle la bienvenida a un nuevo episodio de estos cerebros de babosa llamados "filosófagos".
Llegamos al episodio 47 y los filosófagos están igual o más pobres que en el capítulo 1 ¿Por qué? Seguramente es porque son muy perezosos, o porque no repiten las cinco frases de las personas más exitosas. Así que en medio de su austeridad obligada, los filosófagos se preguntan cómo hacer dinero, ellos, que son todo lo contrario a una autoridad en el tema. ¡Qué ironía! Acompáñenlos a pensar en estrategias para dejar de comer solamente moli-pollo, a inventarse nuevas formas de negocio como entrenadores personales de marihuaneros de parque, o "managers" de gallos de pelea. Y ustedes, sí, ustedes deshidratados monetarios: ¿conocen en serio a alguien que haya salido de la pobreza trabajando? Si los pobres, además de pobres son perezosos, ¿entonces los buses repletos a las 6 de la mañana están llenos de pura gente rica? Estas y otras preguntas serán mal abordadas por estos flojos que no saben ahorrar ni siquiera en palabras.
Cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, que luego del teocentrismo -centrados en Teófilo Gutiérrez- llegábamos al antropocentrismo -enfocados en los antros- y allí nos quedaríamos, llegan los filosófagos para proponer una nueva forma de entender el mundo. ¿Será el perreocentrismo? ¿acaso el gatocentrismo? ¿el centro-centrismo de extrema simetría? ¡No escuchanchada!, se trata nada más ni nada menos que del automovil-centrismo, el CARROCENTRISMO, la motornormatividad. En este episodio estos cuatro gasolineros hablan desde el exosto de su alma para preguntarse si esta cultura se centra en esa propiedad privada con ruedas que tiene más derecho a circular que cualquier coche de bebé. ¿les ha pasado que le dan pulgar arriba al conductor que se detiene para no atropellarlos? ¿no les parece curioso que celebremos con honores esa expresión mínima de humanidad? Estas y otras preguntas salpicarán la vacía retórica de hoy.
En este curioso episodio de los filosófagos tendremos una entrevista inédita detrás de estos "personajesuchos" que hacen el podcast. Nuestro amigo Andrés, es una persona tan buena que es la única que ha visto algo valioso en los filosófagos y se animó a entrevistarlos. Así que este episodio es igual y desigual a los demás: por un lado no da risa, como los 44 anteriores, pero por otro lado, su intención es mostrar a las personas de carne (mucha carne) y hueso que están detrás de la creación de esta cuajada con melao llamada Filosófagos. No sé lo pierdan si les gusta el chisme: ¿de dónde surge filosófagos? ¿Están vivos o muertos? ¿Son un experimento del pentágono? ¿Es verdad que no tienen intestino?
¡Más fresco que la papaya del Oxxo!, ¡más presente que los publirreportajes de Semana en el inicio de Edge!, ¡más fastidioso que despegar los huevos de la cubeta!, ¡más naturalizado que los viejitos diciendo groserías! ¡más reproducido que Falcao! ¡Más interiorizado que los chistes machistas! es el ¡REALISMO CAPITALISTAAAA! Este agradable fenómeno, estudiado por Mark Fisher -que no es el creador de Fisher Price como todos pensamos-, es narrado al estilo filosofágico de siempre. Es decir, sin estilo. ¿Han sentido que pagan suscripciones que no usan? ¿Les enoja que les digan que la depresión es responsabilidad de ustedes y no del sistema laboral de popó? si respondió afirmativamente alguna de estas preguntas, usted es una persona amargada a la que puede interesar este episodio.
Hoy, los filosófagos, en un ataque de tartamudez, no hacen sino decir "mememencanta,mememente abierta, memememoncillos (la fruta), el mememememeito, memememe chimbas mucho..." Y todo para terminar diciendo majaderías sobre el "meme" cómo si fuera el prefijo fijo de la incultura
Los filosófagos en esta ocasión van a hablar de la gente que es como ellos: las típicas personas que entre más ignorantes se creen más capaces. Para ellos es común sobreestimar sus habilidades en alguna tarea, y para colmo de males, las personas con más habilidades tienen temor de actuar y permiten que estos castrados de la razón se tomen los micrófonos y hablen como si supieran. Como dicen por ahí: se junta el hambre con las ganas de comer. A nuestra escuchanchada: ¿son ustedes el tipo de persona que sobreestiman sus habilidades? ¿sabían que eso tiene una explicación científica llamada el efecto Dunning-Kruger? ¿sabían que los filosófagos son tan ignorantes que lo confundieron con el efecto Fredy Kruger? Les invitamos a disfrutar este episodio haciendo de cuenta que están viendo a un tonto canino morderse su propia cola.
Escucachetones y escucachetonas! este episodio es postapocaliptico, postdistopico, post-day, post-conflicto, post-operatorio, Post-a de bagre, en una sola palabra, los filosófagos hablan de lo CYBERPUNK! Este género literario, los conduce a preguntas tan hilarantes tales como: ¿quién pudiera tener la dicha distópica que tiene el gallo? ¿China es la distopía de los perros y los gatos? ¿La telenovela del futuro se llamará "legalmente punka"? Así que, abrochen su chaqueta de cuero, denle la mano a la persona del lado que tiene una escopeta en vez de pierna, y alisten sus gafas para ver a través de la pesada atmósfera futurista, que aquí vuelven esos profanos del buen gusto intelectual: los filosófagos!
En esta ocasión, en contra de todos sus instintos y habilidades naturales, los filosófagos tratan de entender por qué hay algunas personas que parecieran tener un talento excepcional para caer mal a los demás. Hipotetizan que tal vez sea un cuestión de falta de empatía y autorreflexividad, en el camino se preguntan por los hábitos alimenticios de el fenecido David Hume y hablan sin conmiseración de Ingrid Betancourt.
ADVERTENCIA: Este episodio de filosófagos tiene algunas bromas y líneas de conversación que podrían ser consideradas inapropiadas. En un esfuerzo por respetar el espíritu del capítulo optamos por no eliminarlas en edición. Por favor no nos cancelen. En esta ocasión, esta parranada de desadaptados se reunieron a discutir sobre lo políticamente correcto y su pertinencia en nuestro mundo contemporáneo. En la discusión, los filosófagos se quejan del desafortunado hecho de que ya no podemos ofender a quien se nos venga en gana y que debemos respetar las mínimas normas de civilidad. Todo era más fácil cuando habían oprimido y opresores, no como ahora que pretenden que todos seamos iguales. De otro lado, los filosófagos también se preguntan por el valor de la corrección política, y sobre cómo, en muchos casos, más que una inconveniencia recurrente, también puede servir para dar un ápice de representación e inclusividad a las minorías privadas de derechos.
Los filosófagos siguen arrasando en esta nueva tanda de capítulos, no se están guardando nada y todos los títeres están quedando sin cabeza. En esta ocasión, de la mano de de Karl Marx, Adam Smith y Hannah Arendt, los filosófagos se preguntan sobre el valor de los intelectuales, ¿Se tratan de parásitos sociales que viven de la burocracia? ¿O son seres productivos que aportan algún tipo de producto a la sociedad en la que viven? Escuchen este capítulo para saber si los filosófagos tienen algún valor en absoluto, bien sea valor de uso o valor de cambio,
VOLVIERON LOS FILOSÓFAGOS... ¿O no? Después de un distendido descanso indagando en los misterios más profundos de la existencia, los filosófagos se reúnen esparcir una sarta de paparruchadas sin fundamentos. En este epsidodio hablamos del concepto de posverdad a partir de nuestra vieja conocida Hannah Arendt,. Nos preguntas si es posible distinguir la verdad de la mentira, o por quélos políticos utilizan la posverdad en sus discursos, e incluso, si es lo mismo la posverdad que la mentira descarada. En nuestra conversación descrubrimos los verdaderos motivos que condujeron al más grande niño revolucionario de la historia, Juan Estevia, a su infame asalto a la fábrica de dulces... !Abajo la glucosa!
En esta seguidilla de asuntos sobre la venganza, tan innecesariamente extendida como la saga de Rápidos y Fuiciosos, estos dicharacheros de bazares barriales, se lanzan a contar un par de anécdotas sobre la venganza protagonizadas por magnánimos pensadores occidentales. Como esto es bien aburrido, terminan otra vez diciendo una que otra barbaridad. Así que este episodio no es tan "formativo" como el anterior, es tan insípido como todos los demás. Agárrense duro de la silla, manténgase firmes dentro del bus, que los filosófagos les van a hacer zancadilla.
En esta tercera entrega del mismo tema -qué pereza-, los filosófagos por fin dicen algo ligeramente interesante con ayuda de Nietzsche, del grupo Nietzsche -suena salsa sabrosa-. Se hacen la pregunta del millón: ¿la justicia es venganza pero legal?, también se hacen la pregunta del billón: ¿Pablo se podrá reconciliar con el queso de cabeza? y agregan la pregunta del trillón: ¿Qué tienen en común Camilo y Johnny Depp? Invitados e invitadas a escuchar este caldo de costilla que siempre se sirve frío. Que gracias.
En este episodio hay una inspiración musidramática para hablar de la venganza, que no es cosa de los maravillosos seres humanos, sino de esas horribles bestias con cachos (y no nos referimos a las víctimas de infidelidad). Los filosófagos intentan, en medio de su admiración por Edson Velandia, dar una interpretación coherente -fallida, obvio- de una de sus piezas musicales. Diviértanse escuchando patinar lingüísticamente a los FILOSÓFAGOS (léase con voz carrasposa)
En esta ocasión, los filosófagos se han tomado un inmerecido descanso desde diciembre. Tan desvergonzados son estos personajes que han optado por sacar el presente episodio en miserables cuotas semanales. Esa es su venganza hacia el sistema por no recibir los dividendos esperados. De hecho, su asunto de tertulia es justamente la venganza. ¿Cuál es la peor micro-venganza?: ¿No encontrar la llave del portón? ¿recibir los domicilios en la entrada del edificio por toda la vida? ¿U otras más despiadas relacionadas con el ruido de las sillas o con las medusas caribeñas? Eso lo veremos -parcialmente- a continuación.
¡Felices saturnales! En este solsticio de invierno los filosófagos nos reunimos alrededor de la mesa del banquete para celebrar el fin de la siembra de invierno. También celebramos el nacimiento de un tal "Jesús", que hace algunos años está difundiendo un mensaje por la zona de Judea. Este es nuestro episodio navideño, y como todo lo bueno, se hace esperar. En esta ocasión los filosófagos discutimos sobre el origen de las tradiciones navideñas el sincretismo que ellas implican, o sobre cómo ellas surgen de una mezcla y remezcla de antiguas tradiciones, paganas, judias, cristianas y ahora, comerciales. Todo esto mientras devoramos una matrioshka de lechona.
En este episodio, los filosófagos discutimos sobre el ejercicio de la política, divagamos sobre la posibilidad de la discusión racional en la política, escuchamos un clásico de Joan Manuel Serrat, descubrimos la adicción de Habermas a las pastillas y nos enteramos de que es posible tener un matrimonio con una virtud. Al final de todo, los filosófagos, convocados en asamblea extraordinaria, manifestamos nuestra intención de crear el primer partido joanmanuelserratista internacional comunista obrero libertario criptofascista ¡TODOS BIENVENIDOS!
¿Qué es el tiempo? Si le preguntan a los filosófagos, no lo saben, y si no se lo preguntan posan como si supieran (se parecen a cierto pensador medieval, -el Rey Arturo, claro-). En este especial episodio -especial porque hoy en día cualquier cosa es especial-, los filosófagos se toman mucho tiempo hablando del tiempo, haciéndonos perder el tiempo. Nos dan toda una cantaleta temporal, afirmando que el tiempo es más doble que vecino chismoso, que los vampiros, particularmente el conde Pátula, nos enseñan que tanto vivir nos vuelve amargados, que hay problemas psicológicos no tratados en los protagonistas de las anécdotas...en fin, mientras el tiempo es tan sínico que nos joroba a todos, los filosófagos son tan caraduras que pierden el tiempo haciendo episodios chimbos en una época en la que nadie invierte hora y veinte escuchando un podcast ¿O sí?