Dicen que soñar no cuesta nada, pero la verdad es que soñar sin actuar puede salir carísimo. En este episodio hablo de por qué los sueños que no se trabajan terminan convirtiéndose en frustración, cómo el tiempo se encarga de pasar factura cuando postergamos lo que queremos y por qué el momento perfecto nunca llega. Este es un recordatorio directo: no gana el que más sueña, gana el que se atreve a actuar.
Cuando entiendes el valor que tienes y la herramienta tan potente que eres y te atreves a cobrar, tu autoestima y tu nivel de merecimiento incrementan y es ahí donde la magia surge.
Tan común se volvió vivir afanado, ocupado y a las carreras, que muchos se enorgullecen por no tener tiempo ni de mirar para el techo sin sentirse culpables. ¿Cómo son tus días? ¿Puedes desayunar con calma? ¿Puedes tomarte un café a las 2 de la tarde sin apuros? Si no puedes disfrutar de cosas tan simples pero tan valiosas, como regalarte un momento para despejar la mente, para no hacer nada, para escucharte o, simplemente, para quedarte en silencio, debes prender las alarmas y tomar medidas.
Entre tantos errores que he cometido en mi camino como emprendedora, el peor, el más garrafal, fue desdibujarme en los sueños de otro y olvidarme de mi.
¡No más excusas, no más victimismo. Llegó la hora de comprometerte de verdad con lo que quieres!
¿Cuántas veces lograste algo y no se sintió como esperabas? En este episodio hablamos de por qué detrás de cada meta hay una emoción más profunda. No es el “qué quiero lograr”, es el “cómo quiero sentirme”. Una reflexión para replantear tus metas desde lo que de verdad mueve tu vida.
Todo lo que te pasa, las experiencias que atraviesas, los dolores, las angustias, las derrotas, todo, absolutamente todo, es una enseñanza que la vida te regala. Está en tus manos verlo así y aprovechar las lecciones que hay detrás de cada acontecimiento.
Que tus sueños sean lo suficientemente emocionantes de manera que cierres los ojos, sonrías y tomes acción. Esa acción, se traduce en una planeación sana y consciente, en la que entiendes que para lograr lo que anhelas, necesitas dar pequeños pasos diarios para hacer realidad tu meta.
Si le dedicamos un tercio de nuestra vida al trabajo, ¿no vale la pena que sea en algo que disfrutemos? Si no estás dónde quieres estar, si odias tu trabajo o aborreces lo que haces, es momento de reflexionar. Cambia tu actitud y agradece lo que tienes, mientras trabajas por lo que quieres.
Te comparas con otros porque ves en ellos, las cosas que quisieras para ti. Te minimizas y crees que los demás tienen vidas perfectas y la tuya no lo es. Basta. No tienes que ser mejor nadie ni mucho menos competir con otros, es más, no tienes competir contigo mismo. Todos somos mundos diferentes y cada quien va a su propio ritmo.
Deja de buscar afuera y querer ser como otros. De ser "polite" para ser aceptado, de reprimirte para que no piensen que estás loco. Alguno te amarán, otros no. ¡No pasa nada! Sé tú mismo, con tus rarezas y singularidades, ese es tu poder, no lo extermines.
Si quieres ser bueno en algo, tendrás que ser novato y hasta malo, al principio. Si esperas ser un crack desde el inicio, estás equivocado, porque necesitas la experiencia, la calle y el aprendizaje que te da la vida y eso solo se logra, empezando. Deja el perfeccionismo y comienza ya, para que seas muy bueno mañana. Recuerda que todo aquel que logró algo, comenzó desde cero y la experiencia lo volvió grande.
Ya comenzó este año y es momento de poner la acción para lograr tus metas. No postergues más, hazlo ya, con lo que tienes, con lo que puedes. El tiempo es una ilusión, no espera a nadie y no lo recuperas nunca. Entonces, de verdad, te pregunto: ¿qué esperas?
El perfeccionismo no es motivo de orgullo, el perfeccionismo esconde miedo, terror a no ser suficiente. Pánico a no cumplir con las exigencias que nosotros mismos nos hemos impuesto ante ese afán de vernos exitosos ante los demás. El perfeccionismo es enemigo de lo bueno, del hacer, del actuar, del tomar las riendas. Ya es hora que saques ese proyecto, que ofrezcas tus servicios, que te lances. Ya en el camino irás mejorando y puliendo lo que falta.
Aplica para relaciones amorosas, amistades, socios, proyectos, empleo, cosas, hábitos, pensamientos, y todo aquello que nos drena la energía y nos aleja de nuestra verdadera esencia. Mandar a la mierda, es un acto de amor propio que se cultiva en la medida que te conoces a ti mismo.
Haz lo que te haga feliz, no lo que supuestamente tienes que hacer. Si quieres emprender, no lo hagas por reconocimiento, aplausos, ni plata. La felicidad debe primar sobre cualquier otro motivo para hacerlo. Si haces lo que te gusta y te saca una sonrisa, podrás disfrutar el proceso sin esperar impacientemente el resultado y, en consecuencia, estarás actuando por fuera del miedo porque serás fiel a ti, a tu corazón.
Tema escabroso el de este episodio, lo sé. Sin embargo, en medio de su truculencia, hay una enseñanza muy bonita que me dejó la muerte de quien quise mucho y es que la vida es un regalo. Vivimos postergando, no tomamos decisiones, no decimos te quiero, nos da miedo todo y nos suspendemos en el presente por vivir desesperados por ese futuro en el que creemos que sí seremos felices, cuando lo único que tenemos es el HOY.
Vivimos en un mundo con mucha presión, inundados de imágenes de vidas perfectas, felicidad extrema y perfección inalcanzable que conlleva a compararnos, sentir ansiedad y hasta frustración. No deberíamos darle prevalencia a las exigencias de vernos exitosos y a tener el negocio del año, pues lo verdaderamente importante es ser feliz haciendo lo que sea que nos apasione, pues el éxito sin felicidad, carece de sentido.
El miedo, esa emoción densa que nos bloquea y nos impide ir por nuestros sueños. Todos lo hemos sentido y yo, obviamente, no soy inmune a este. Hace cinco años sentí el mayor temor de mi vida porque me enfrenté a una situación muy retadora, incluso, todavía me dan miedo muchas cosas, pero, ¿saben qué?, procuro utilizar este sentimiento como herramienta de inspiración. Si, se que eso suena complejo, por eso, debes escuchar este episodio para que entiendas como capitalizar el miedo y verlo como algo positivo en tu vida.
Encuéntrate y sabrás para qué eres bueno