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Maldit@s POETAS
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Maldit@s POETAS

Author: joxema

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Poemas y poetas de distintos tiempos ,de distintas corrientes ,pero que lo han dado todo sin pedir nada a cambio,vaciando sus tinteros y lo mas importante volcando sus sentimientos en el blanco que si no fuera por ell@s seria eterno,un blanco vacio que a l@s demas nos llena o como minimo nos hace complices al vernos reflejad@s en sus prosas.
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1910 - Poeta en Nueva York - Federico Garcia Lorca - Audiolibro -
Juan Luis Deza, desde la Rotonda de las Personas Ilustres de México EITB radio Para acercarnos la poesía de Jaime Torres Bodet, siempre entre entre amores y desamores.
(gracias a Pascual Herrera,La Bitacora de Locutus,pues fue a traves de el como conoci la obra de este sencillo pero gran Poeta) Es el poema que Juan Luis Deza ha elegido para acercarnos la vida y la obra de este hombre cercano, arquitecto de poesía sencilla y bella.
Violeta Parra, la flor del folclore chileno Su vida, las personas que la rodearon y la quisieron, sus sentimientos... en la voz de Juan Luis Deza
Juan Luis Deza ha visitado el programa "Más Que Palabras" de Radio Euskadi.La muerte de Manuel Acuña ,el desamor y su obra poesia llena del dolor del alma y de romanticismo.Su relacion con otra poetisa Laura Mendez,desterrados de amor se terminan separando .
Juan Luis Deza nos acerca a la obra y vida de Pedro Salinas.
Deza analiza la biografía del músico cubano y la poesía de sus canciones marcadas, sobre todo, por la pasión.
El origen del universo según Galeano por la LA FIACA. Hombre y mujer desde los inicios y hasta hoy... intentando entenderse con las palabras. En La Fiaca, con Patricia Furlong.
El poeta más prestigioso de Mexico -premio novel de literatura en 1990- ha resucitado a través de la voz de Juan Luis Deza.
'Capital Cultura' visita Madrid para dedicar su programa a dos juglares de nuestro tiempo: el poeta donostiarra Jesús Munarriz y el cantautor, Luis Eduardo Aute.
Esta gran poetisa de vida triste y breve ha inspirado a Juan Luis Deza y también a La Negra. El primero recitando y la segunda con su personal voz, nos han devuelto a esta argentina inmortal.
El mexicano Amado Nervo, a través de la voz de Juan Luis Deza Tres muertes para una vida y una obra entregada a Ana Cecilia, su mujer y su musa. Su historia sonó así.
LA POCA ARTISTA,poema. La poca artista. Autora: Verónica Cento. no tengo que fingir palabras ellas salen disparadas hacia el mundo y se colocan dentro de las bocas que tiemblan me siento autosuficiente por las noches al abrir los libros que más adoro y hurgar ahí, donde la palabra vibra a veces presiento una inseguridad infantil una porción de mí que no doy a nadie siento una incapacidad de sacarme el velo de mostrar la fiera que me vive que me ama, que me exige y transporta. no soy una mera formulación de huesos mi carne existe doy en general más vida que muerte carezco de oscuridad crepuscular y mis ojos son la amplitud de mis palabras la poca artista que hay en mí asume la falta de verbo de palabra extraño contemplar el corazón desahogado y las manos escribiendo a golpes los ruidos del motor del alma. soy una garganta que grita la crueldad del verbo al no existirme al no habitarme en cada pálpito en el latido de mi yo interior esta mujer la casi artista que vive la que sobrevive cae en una esterilidad poética. en una muerte anunciada.
Busco por toda América nativa el rostro emancipado de mi pueblo, de los indios, de los negros, de las indias de las negras, de los pobres, de los más pequeños de este continente. Busco por toda América Nativa su identidad, su tiempo, su silencio su historia, su lengua, sus enseñanzas. Busco y solo busco a mi América Nativa. Deambulo por las selvas, por los montes, por los desiertos por calles, por veredas, por pueblos por ciudades y encuentro solamente rostros curtidos por el tiempo olvidados por el tiempo ejecutados por el tiempo por la historia, que no es su historia. Deambulo desde el Sur al Norte de toda mi América Nativa, la nuestra, la de ellos, la de los indios, de los negros, la de las indias, la de las negras, la de de los pobres, la de de los más pequeños de este continente. Busco por mi América Nativa los sueños, los versos, los cantos la pintura, el silencio, los instrumentos y solo encuentro, voces, lenguas, miles de lenguas anónimas, silentes aunque palpiten por las selvas, por los montes, por los desiertos por las calles, por las veredas, por los pueblos, por ciudades. Deambulo por mi América Nativa Y encuentro brazos, hierros, Voces, letras, hombres, Mujeres, viento, mar, inti Tierra, nuestra pacha mama. Deambulo por mi América Nativa Y encuentro exilio, dolor, Historia, pero no la nuestra La de los maquiavélicos Seres enjutos e injustos. Los que nos quieren imponer sus normas, sus leyes de miseria de hambre, de tortura, de dictadores asesinos de inocentes, de millones de vidas que mueren lentamente por culpa de sus efímeras riquezas. Busco y busco a mi América Nativa. (Voz: Nilda Sarmiento)
Este es un poema de un libro titulado "Tan lejos de Dios"donde participan 64 poetas de Mexico norte con la frontera Norteamericana.
La voz de Miguel Hernández recitando el poema Canción del esposo soldado en una grabación realizada por el poeta en una breve estancia en Paris, de paso hacia Moscú, durante los años de la guerra civil. Este auténtico documento histórico es, hasta la fecha, la única grabación con la voz de Miguel Hernández. Canción del esposo soldado (de su obra Viento del pueblo (1936-37)) He poblado tu vientre de amor y sementera, he prolongado el eco de sangre a que respondo y espero sobre el surco como el arado espera: he llegado hasta el fondo. Morena de altas torres, alta luz y ojos altos, esposa de mi piel, gran trago de mi vida, tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos de cierva concebida. Ya me parece que eres un cristal delicado, temo que te rompas al más leve tropiezo, y a reforzar tus venas con mi piel de soldado fuera como el cerezo. Espejo de mi carne, sustento de mis alas, te doy vida en la muerte que me dan y no tomo. Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas, ansiado por el plomo. Sobre los ataúdes feroces en acecho, sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho hasta en el polvo, esposa. Cuando junto a los campos de combate te piensa mi frente que no enfría ni aplaca tu figura, te acercas hacia mí como una boca inmensa de hambrienta dentadura. Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera: aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo, y defiendo tu vientre de pobre que me espera, y defiendo tu hijo. Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado, envuelto en un clamor de victoria y guitarras, y dejaré a tu puerta mi vida de soldado sin colmillos ni garras. Es preciso matar para seguir viviendo. Un día iré a la sombra de tu pelo lejano, y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo cosida por tu mano. Tus piernas implacables al parto van derechas, y tu implacable boca de labios indomables, y ante mi soledad de explosiones y brechas recorres un camino de besos implacables. Para el hijo será la paz que estoy forjando. Y al fin en un océano de irremediables huesos tu corazón y el mío naufragarán, quedando una mujer y un hombre gastados por los besos. Miguel Hernández Gilabert
Poesia de Ernesto Cardenal habla de la poesia y de como la ve el en estos dias convulsos.
El hermano ausente... La misma mesa antigua y holgada, de nogal y sobre ella la misma blancura del mantel y los cuadros de caza de anónimo pincel y la oscura alacena, todo, todo está igual... Hay un sitio vacío en la mesa hacia el cual mi madre tiende a veces su mirada de miel y se musita el nombre del ausente; pero él hoy no vendrá a sentarse en la mesa pascual. La misma criada pone, sin dejarse sentir, la suculenta vianda y el plácido manjar; pero hoy no hay alegría ni el afán de reír que animaran antaño la cena familiar; y mi madre que acaso algo quiere decir, ve el lugar del ausente y se pone a llorar.
NI ÁNGEL NI REBELDE - JOAQUÍN GUIANUZZI. Producción: Mp3 Sin Patrón | Pais: Argentina Idioma: Español | Formato: Poemas
Poema largo de Ruben Darío sobre el encuentro entre San Francisco y el Lobo en la voz de Usbaldo Volcán-O. Con muchos efectos especiales y un gran mensaje espiritual sobre la maldad terrenal. Recomendado. LOS MOTIVOS DEL LOBO El varón que tiene corazón de lis, alma de querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís, está con un rudo y torvo animal, bestia temerosa, de sangre y de robo, las fauces de furia, los ojos de mal: ¡el lobo de Gubbio, el terrible lobo! Rabioso, ha asolado los alrededores; cruel, ha deshecho todos los rebaños; devoró corderos, devoró pastores, y son incontables sus muertos y daños. Fuertes cazadores armados de hierros fueron destrozados. Los duros colmillos dieron cuenta de los más bravos perros, como de cabritos y de corderillos. Francisco salió: al lobo buscó en su madriguera. Cerca de la cueva encontró a la fiera enorme, que al verle se lanzó feroz contra él. Francisco, con su dulce voz, alzando la mano, al lobo furioso dijo: "¡Paz, hermano lobo!". El animal contempló al varón de tosco sayal; dejó su aire arisco, cerró las abiertas fauces agresivas, y dijo: "¡Está bien, hermano Francisco!" "¡Cómo! —exclamó el santo—. ¿Es ley que tú vivas de horror y de muerte?" "¿La sangre que vierte tu hocico diabólico, el duelo y espanto que esparces, el llanto de los campesinos, el grito, el dolor de tanta criatura de Nuestro Señor, no han de contener tu encono infernal? ¿Vienes del infierno? ¿Te ha infundido acaso su rencor eterno Luzbel o Belial?" Y el gran lobo, humilde: "¡Es duro el invierno, y es horrible el hambre! En el bosque helado no hallé qué comer; y busqué el ganado, y en veces comí ganado y pastor. ¿La sangre? Yo vi más de un cazador sobre su caballo, llevando el azor al puño; o correr tras el jabalí, el oso o el ciervo; y a más de uno vi mancharse de sangre, herir, torturar, de las roncas trompas al sordo clamor, a los animales de Nuestro Señor. ¡Y no era por hambre, que iban a cazar!" Francisco responde: "En el hombre existe mala levadura. Cuando nace, viene con pecado. Es triste. Mas el alma simple de la bestia es pura. Tú vas a tener desde hoy qué comer. Dejarás en paz rebaños y gente en este país. ¡Que Dios melifique tu ser montaraz!" "Esta bien, hermano Francisco de Asís." "Ante el Señor, que toda ata y desata, en fe de promesa tiéndeme la pata." El lobo tendió la pata al hermano de Asís, que a su vez le alargó la mano. Fueron a la aldea. La gente veía y lo que miraba casi no creía. Tras el religioso iba el lobo fiero, y, bajo la testa, quieto le seguía como un can de casa, o como un cordero. Francisco llamó la gente a la plaza y allí predicó. Y dijo: "He aquí una amable caza. El hermano lobo se viene conmigo; me juró no ser ya vuestro enemigo, y no repetir su ataque sangriento. Vosotros, en cambio, daréis su alimento a la pobre bestia de Dios." "¡Así sea!", Contestó la gente toda de la aldea. Y luego, en señal de contentamiento, movió la testa y cola el buen animal, y entró con Francisco de Asís al convento. ? Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo en el santo asilo. Sus bastas orejas los salmos oían y los claros ojos se le humedecían. Aprendió mil gracias y hacía mil juegos cuando a la cocina iba con los legos. Y cuando Francisco su oración hacía, el lobo las pobres sandalias lamía. Salía a la calle, iba por el monte, descendía al valle, entraba a las casas y le daban algo de comer. Mirábanle como a un manso galgo. Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo, desapareció, tornó a la montaña, y recomenzaron su aullido y su saña. Otra vez sintióse el temor, la alarma, entre los vecinos y entre los pastores; colmaba el espanto en los alrededores, de nada servían el valor y el arma, pues la bestia fiera no dio treguas a su furor jamás, como si estuviera fuegos de Moloch y de Satanás. Cuando volvió al pueblo el divino santo, todos los buscaron con quejas y llanto, y con mil querellas dieron testimonio de lo que sufrían y perdían tanto por aquel infame lobo del demonio. Francisco de Asís se puso severo. Se fue a la montaña a buscar al falso lobo carnicero. Y junto a su cueva halló a la alimaña. "En nombre del Padre del sacro universo, conjúrote —dijo—, ¡oh lobo perverso!, a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal? Contesta. Te escucho." Como en sorda lucha, habló el animal, la boca espumosa y el ojo fatal: "Hermano Francisco, no te acerques mucho... Yo estaba tranquilo allá en el convento; al pueblo salía, y si algo me daban estaba contento y manso comía. Mas empecé a ver que en todas las casas estaban la Envidia, la Saña, la Ira, y en todos los rostros ardían las brasas de odio, de lujuria, de infamia y mentira. Hermanos a hermanos hacían la guerra, perdían los débiles, ganaban los malos, hembra y macho eran como perro y perra, y un buen día todos me dieron de palos. Me vieron humilde, lamía las manos y los pies. Seguía tus sagradas leyes, todas las criaturas eran mis hermanos: los hermanos hombres, los hermanos bueyes, hermanas estrellas y hermanos gusanos. Y así, me apalearon y me echaron fuera. Y su risa fue como un agua hirviente, y entre mis entrañas revivió la fiera, y me sentí lobo malo de repente; mas siempre mejor que esa mala gente. Y recomencé a luchar aquí, a me defender y a me alimentar. Como el oso hace, como el jabalí, que para vivir tienen que matar. Déjame en el monte, déjame en el risco, déjame existir en mi libertad, vete a tu convento, hermano Francisco, sigue tu camino y tu santidad." El santo de Asís no le dijo nada. Le miró con una profunda mirada, y partió con lágrimas y con desconsuelos, y habló al Dios eterno con su corazón. El viento del bosque llevó su oración, que era: Padre nuestro, que estás en los cielos... Narración: Usbaldo Volcán-O Musicalización y Montaje: Juan Carlos Emiyo y Usbaldo Volcán-O Producción. Neolani Capurso
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