El acuerdo final del encuentro climático que se realizó en la ciudad brasileña de Belém no se refirió a cómo abandonar el petróleo, el gas y el carbón; a pesar de que en un inicio se planteaba la posibilidad de pactar una hoja de ruta al respecto. ¿Qué pasó? En esta edición de Medio Ambiente repasamos lo más destacado. Sin una hoja de ruta sobre cómo abandonar los combustibles fósiles y acabar con la deforestación. Ese fue el final de la COP30, la cumbre climática de la ONU que se realizó en Brasil del 10 al 22 de noviembre. Aunque figuraban en el primer borrador, en el texto final aprobado se eliminó por completo cualquier referencia a los combustibles fósiles, en gran medida por la presión de los países árabes liderados por Arabia Saudita. La falta de referencia se dio a pesar de que hace dos años, en la COP28 de Dubái, todas las partes de la COP se comprometieron a eliminar progresivamente el petróleo, el gas y el carbón. Ante este silencio, Colombia expresó su rechazo y denunció falta de transparencia en el procedimiento, pues Brasil impulsó parte de las discusiones a puerta cerrada y con grupos específicos. “La COP de la verdad no puede respaldar un resultado que ignora la ciencia. Según el IPCC, cerca del 75% de las emisiones globales de CO2 vienen de los combustibles fósiles. No hay mitigación si no podemos discutir el abandono de combustibles fósiles con medios de implementación en una manera justa, ordenada y equitativa”, señaló en la plenaria final Daniela Durán, delegada de Colombia en la COP30. A pesar de la ausencia de los fósiles en el acuerdo, la presión se mantiene. Brasil, que tiene la presidencia de la COP durante un año más, se comprometió a crear las hojas de ruta de fósiles y de deforestación y ya está trabajando para llevarlas fortalecidas a la COP31, que se realizará en Turquía en el 2026. Por su parte, Colombia y Países Bajos organizarán en abril del próximo año la primera conferencia internacional para discutir cómo abandonar el petróleo, el gas y el carbón. Adicionalmente, el Gobierno colombiano lideró la llamada Declaración de Belém para incentivar acciones en ese mismo camino y ya cuenta con el respaldo de poco más de 20 países. Este liderazgo se resalta especialmente por ser un país petrolero que intenta hacer la transición, como explicó a France 24 la exministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad. “Colombia ha logrado mostrar que es posible. La exportación de carbón y café juntos este año ha generado menos ingresos que el turismo por naturaleza. Empezar a generar valor agregado en nuestro país es la salida y se muestra que sí se puede. Tenemos obstáculos con el Fondo Monetario Internacional y el problema de la deuda porque cada vez aumenta más la deuda y hay menos espacio fiscal para las inversiones que se necesitan en diversificación. Porque apenas decimos que dejaremos de explorar, el Fondo Monetario empieza a preguntar con qué se va a pagar esa deuda. Por eso hemos exigido un cambio de ese marco macroeconómico que incluya las necesidades de la transición climática”, indicó Muhamad. Sobre esa transición justa que menciona la exministra, en la COP acordaron crear un mecanismo para mejorar la cooperación internacional, la asistencia técnica y el intercambio de conocimientos. Un punto neurálgico, por ejemplo, es que se liberen las patentes para acceder a tecnologías de energías verdes, dominadas por China que tiene cerca de la mitad de las patentes del mundo. Esa liberación de la propiedad intelectual se asemeja a lo que ocurrió con las patentes de la vacuna contra el Covid-19 durante la pandemia. “Y eso mismo pasa ahora con la tecnología para la transición energética. Hay unas tecnologías de baterías, de eficiencia energética, de paneles solares en donde a todos nos toca hacer una fila y gran parte de esta tecnología está concentrada en China. Ahora el mundo está haciendo fila para ir paso a paso. Y recordemos la desigualdad que se vio en la pandemia de Covid-19: cuáles son los países que van a entrar primero, qué dinero vale un poco más y qué dinero vale menos. A cuál le va a tomar más tiempo, a cuál le llegará una tecnología más rezagada. Y aquí entran estas tensiones geopolítica”, explicó Laura Montaño, coordinadora regional para América Latina y el Caribe en Resource Justice Network. En la COP30 se comprometieron a triplicar la financiación de adaptación para 2035 Otro de los temas centrales de la COP30 era la adaptación. Aunque se acordó triplicar la financiación para 2035, el texto no obliga a los países a aportar dinero, sino que simplemente los invita a hacer un esfuerzo. Además, la fecha límite se extendió cinco años más frente a la propuesta inicial de 2030. Por otro lado, esta cumbre comenzó con una propuesta de 100 criterios sobre cómo medir los avances para que los países se adapten a la crisis climática. Pero los indicadores generaron tensión entre África y América Latina. Los africanos quieren que se definan en Etiopía, durante la COP32, y continúan presionando para que se reconozca que ellos tienen “circunstancias especiales” por ser más vulnerables a climas extremos. Esto, de paso, les permitiría recibir más dinero. Mientras que los latinos se oponen a esa denominación especial para África. “Nos pareció importante hacer oír la voz de Latinoamérica, planteando la necesidad de financiamiento para la adaptación, de tener además un tratamiento igualitario y equitativo entre los distintos países en desarrollo. Todos los que tenemos circunstancias especiales de afectación y vulnerabilidad frente al cambio climático, y ponemos como ejemplo la reciente sequía que ha vivido Uruguay”, explicó a France 24 Edgardo Ortuño, ministro de Ambiente de Uruguay. Otra de las grandes expectativas era que la COP30 integrara las Convenciones creadas en Río de Janeiro hace más de 30 años: la del clima, la de biodiversidad y la de desertificación de las tierras. Pero eso no se logró, en parte, por el rechazo de Arabia Saudita, aunque sí se abrió un espacio para que los países puedan debatir esa sinergia el próximo año. “Desafortunadamente, a pesar de la abrumadora mayoría de gobiernos de países desarrollados y en desarrollo que reconocen la urgencia de actuar; vimos al sospechoso de siempre y a sus amigos bloquear esto, no de buena fe... hicieron una docena de intervenciones en un solo periodo de negociación y no estuvieron dispuestos a comprometerse ni a apoyar a la mayoría que sí reconoce que los retos de clima, naturaleza y tierra están vinculados, y su implementación y políticas también necesitan estarlo”, dijo Cathy Yitong Li, Gerente sénior de Políticas de Clima y Energía en BirdLife. Panamá ha sido uno de los países que más ha presionado para lograr la sinergia de las Convenciones. Juan Carlos Monterrey, representante especial para Clima de Panamá y jefe de la delegación de negociación de su país en la COP30 explicó a France 24 que si se vincularan estas convenciones, en la práctica todo sería más ágil. “Necesitamos que estas convenciones se hablen entre sí porque nos estamos ahogando en el papel y en la burocracia. Hablamos siempre de las tres convenciones de Río pero hay más de 15 convenciones ambientales y de salud que le exigen a países como Panamá al menos tres reportes en un periodo de cinco años. Tres por 15, son 45 reportes. Nos estamos convirtiendo en casas editoriales, que publican reportes y no autoridades de acción en terreno porque pasamos demasiado tiempo en este proceso”, concluyó. Tanto la sinergia como la posibilidad de discutir dos hojas de ruta sobre cómo abandonar los combustibles fósiles y frenar la deforestación pueden llegar de nuevo a la mesa de la negociación climática el próximo año. Todo dependerá de los avances que se logren de aquí a la COP31 y del liderazgo que ejerzan los negociadores y las organizaciones sociales.
La ola de frío combinó una serie de factores con frentes helados que llegaron de zonas antártidas y tan repetidos que las temperaturas no alcanzaban a subir con el calor de la superficie terrestre ni siquiera durante el día. Sin embargo, no fue el junio más frío del que se tenga registro, aunque los vientos fríos sí se extendieron por otros países de América Latina. Argentina llegó a ser el país más frío del mundo a finales de junio. Eso es cierto si no se cuenta las zonas polares, especialmente la Antártida. Además, no fue el único. Chile también tuvo vientos helados extremos que disminuyeron las temperaturas incluso a niveles por debajo de lo registrado en Groenlandia, con la diferencia de que en el hemisferio sur es invierno en este momento. Concretamente, la ola de frío comenzó el 26 de junio y alcanzó su punto álgido el 30 del mismo mes. Pero aún así, este no fue el junio más frío que se ha registrado en Argentina, sino que los vientos helados llegaron especialmente en los últimos 10 días del mes. El Servicio Meteorológico Nacional reportó sitios de la Patagonia, en el sur, que alcanzaron hasta los -18°C. Si bien en términos absolutos el sur fue donde hubo temperaturas más bajas, en comparación con lo que es habitual para esta temporada del año, los cambios más drásticos se vivieron en el norte y el centro del país. A eso se le llama anomalía de temperatura, que significa cuánta diferencia hay entre lo que se registró y lo que es habitual para la zona y el momento. Así en el norte hubo hasta -4°C, cuando el promedio normal ronda los 8°C. La pregunta entonces es cómo Argentina y Chile llegaron a temperaturas tan bajas, incluso para la época. La primera de las razones fue que, desde la Patagonia y hacia el centro y norte del país, entraron múltiples frentes fríos, uno tras otro, lo que impedía que las temperaturas subieran incluso en las horas de la tarde, como suele suceder durante el invierno. El punto más difícil comenzó el 29 de junio. Leer tambiénUna ola de frío sacude a Argentina causando al menos nueve muertes “Se sumó un último ingreso de aire frío, pero era aire prácticamente antártico, no polar como solían ser los otros. Y ya una atmósfera que estaba muy fría sumada a este ingreso de aire muy muy frío, se produjo un descenso de temperaturas muy importante en Argentina, que estuvo afectando prácticamente toda la semana”, explicó a France 24 Cindy Fernández, meteoróloga y vocera del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina. La diferencia entre el aire polar y el antártico radica en el origen de los vientos. Los primeros se originan alrededor de los 60 grados de latitud y cerca del polo, o también en corrientes marinas. Y suelen ser un poco más cálidos que las masas de aire que surgen desde la Antártida o cerca de allí, y que tienen temperaturas mucho más bajas. Ese último frente de frío fue el que golpeó a finales de junio a Argentina y fue tan fuerte que incluso llegó a zonas de Brasil, Paraguay y Bolivia. Además de ser sumamente frío, sus vientos avanzaron más rápido de lo usual, contrario a lo que suele ocurrir. “Las masas de aire a medida que van circulando y se van desplazando sobre el continente, empiezan a modificar su temperatura lentamente porque la superficie terrestre suele estar un poco más templada que el océano, entonces elevan su temperatura. Pero en esta oportunidad, como avanzó demasiado rápido, tardó menos de un día ir de sur a norte, esa masa de aire casi no cambió su temperatura, por eso el gran impacto”, explicó la vocera. Al frente frío se sumó que las altas presiones atmosféricas provocaron mucha estabilidad. “Por eso hubo cielo despejado casi todo el tiempo, lo que reforzaba el enfriamiento nocturno, es decir, los descensos térmicos, sobre todo en la noche”, indicó Fernández. Además, las temperaturas bajas se mantuvieron a lo largo del día, cuando lo usual para un invierno en Argentina es que haya un poco más de calor en las tardes. Por ejemplo en Buenos Aires, la máxima entre el 29 y 30 de junio, los días más críticos, rondó los 5°C cuando lo habitual es que suba por encima a los 15°C. La combinación de todos estos factores afectó severamente a la agricultura y al suministro de gas. “Gran cantidad de ciudades, e incluso de zonas agropecuarias, que al estar tan baja la temperatura durante todo el día, el hielo, la formación de escarcha no se descongeló en toda la jornada, y eso es más peligroso que incluso cuando tenés un rato de temperaturas muy bajas. Porque, por ejemplo, los cultivos se afectan por las heladas, no tanto por cuánto frío hace, sino por cuánto tiempo prevalece ese frío”, señaló Fernández. En consecuencia, el Gobierno suspendió temporalmente el gas natural comprimido para vehículos con el objetivo de priorizarlo para los hogares, ya que el consumo de gas aumentó ante el incremento de uso de calentadores. Según la Asociación de Gas Natural, el récord de consumo superó los 100 millones de metros cúbicos de gas consumidos en un solo día, cuando el máximo era de 96 millones. A esto se suma que el frío fue tal que afectó las tuberías que suministran gas, con lo que la oferta se redujo en partes del país.
Al cálculo se le llama presupuesto de carbono y se refiere a la cantidad de este gas que aún se puede emitir sin sobrepasar el límite objetivo de temperatura que trazó el Acuerdo de París. Los expertos también señalan que a este ritmo de contaminación, ese límite se sobrepasaría en cinco años. Solo tres años le quedan a la humanidad para agotar la cantidad de dióxido de carbono que le queda para superar el 1,5 grados Celsius de calentamiento global, si el ritmo de contaminación sigue igual a como va. Así lo señaló un nuevo informe de un grupo internacional de investigadores que hace una evaluación anual para el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la máxima autoridad académica del mundo en asuntos climáticos. Esta es la tercera evaluación de la iniciativa Indicadores del Cambio Climático Global, después de las de 2023 y 2024. Al cálculo se le llama presupuesto de carbono y se refiere a la cantidad de CO2 que aún se puede emitir sin sobrepasar el límite objetivo de temperatura. El reciente estudio señala que aún quedan 130 gigatoneladas de CO2 de las 500 que se estimaban para alcanzar el 1,5 grados que se puso como meta el Acuerdo de París hace 10 años y que hace referencia a la temperatura promedio por encima del estimado de la época preindustrial. Si se quiere revertir esta tendencia de calentamiento, los científicos señalan que las emisiones deberían caer desde ya al menos en un 80% respecto a las que se producían en 2020. Pero si se continúa con el ritmo actual, el planeta no solo superaría el 1,5 sino que va rumbo a 2,7 grados Celsius más que en la época preindustrial y que se alcanzarían en el año 2100, según Climate Action Tracker. Y el 1,5 se alcanzaría en tan solo cinco años según la tercera evaluación para el IPCC. Leer tambiénEstudio científico: el mundo puede superar el umbral de calentamiento global de 1,5°C en siete años “Esta es una década crítica: las tasas de calentamiento global inducidas por el hombre están en su nivel histórico más alto, y se podría esperar que se alcance o supere un calentamiento global de 1,5 °C en alrededor de 5 años en ausencia del enfriamiento de las grandes erupciones volcánicas. Sin embargo, esta es también la década en la que se podría esperar que las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) alcancen su punto máximo y comiencen a disminuir sustancialmente”, concluye el estudio. Los científicos también señalaron que por el derretimiento glaciar a causa del calentamiento global, el nivel del mar aumentó cerca de 26 mm entre 2019 y 2024. Aunque parece un número mínimo, el promedio anual de 4,3 mm es más del doble de la tasa a largo plazo de 1,8 mm que se registró a principios del siglo XX. Leer tambiénInicia en Sevilla la Conferencia de la ONU sobre la Financiación para el Desarrollo, con la ausencia de EE. UU.
Los océanos estuvieron en el centro de las discusiones internacionales en Niza, Francia, con la cumbre que realizó la ONU entre el 9 y el 13 de junio; y fue el impulso para quedar a tan solo 10 ratificaciones de un pacto internacional que proteja la biodiversidad en los océanos. A diferencia, por ejemplo, de la conferencia sobre el clima, la COP, este encuentro no es para tomar decisiones, sino para trazar una postura política. Y esta vez, los países se interesaron por un tratado internacional que proteja la biodiversidad en altamar, la minería submarina y limitar la contaminación por plástico. La III Cumbre de los Océanos (UNOC3, por sus siglas en inglés) impulsó el Tratado de Alta Mar. Desde 2023, solo 32 países lo habían ratificado y esa cifra subió a 50 con la reunión en Niza, cuando se necesitan 60 para que entre en vigor. En otras palabras, el encuentro impulsó este pacto. Este sería un pacto internacional para proteger todo el fondo marino que esté más allá de la jurisdicción nacional de cada país, es decir, la parte de los océanos donde no existen regulaciones. Esta victoria política contrasta con la falta de mención a los combustibles fósiles. Desde el primer borrador de la declaración política, los países no se refirieron al petróleo ni al gas que se explota en las costas y en los mares. Y esta ausencia se mantuvo hasta el documento final. Uno de los casos más criticados fue el de Brasil. El país hizo una megasubasta de 19 bloques petroleros para buscar crudo en las costas del norte, donde desemboca el río Amazonas. Esta fue la primera venta de los 47 bloques que impulsa el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. De los ya adjudicados, el consorcio entre la estatal brasileña Petrobras y la estadounidense ExxonMobil se quedó con 10, y Chevron y la estatal china CNPC con los nueve restantes. La venta se hizo a pesar de que los pueblos indígenas afirman que no fueron consultados y que hay alertas por los posibles impactos ambientales. “Las perforaciones y subastas están en el margen ecuatorial, que tiene el 80% de los manglares del país y Brasil es el segundo país con más manglares en todo el mundo. Es una zona de alta diversidad con cientos de especies, algunas protegidas, muchas únicas. También hay un arrecife de coral que se descubrió en 2016 que está bastante profundo y se conoce muy poco porque los científicos todavía no han tenido tiempo de conocer la amplitud de las especies que existen en el lugar”, le explicó a France 24 Ignacio Arróniz, asociado sénior de diplomacia de la naturaleza y el clima en Earth Insight. Él explica que este colectivo estudió los bloques de petróleo ofertados y comprobaron que parte de ellos se sobreponen con el 15% del arrecife que está bajo protección de la ley brasileña. “No solo los arrecifes están en riesgo de ser perforados. El proyecto está en la desembocadura del río Amazonas, donde hay una zona muy importante para mamíferos marinos. Existen los manatíes antillanos, el delfín de la Amazonas, especies icónicas para Brasil, protegidas por la ley local y que estarían afectadas por las perforaciones”. Incluso, en 2019, hubo un derrame de petróleo en las costas del noreste de Brasil que puso en riesgo a las especies de la zona. Sin embargo, la causa no fueron los bloques de los que se habla ahora, pues no estaban en funcionamiento para ese entonces. El origen del crudo derramado fue un buque de la compañía Delta Tanker, según afirmó la Policía Federal brasileña en 2021. Pero desde Earth Insight advierten de los riesgos que puede haber con estos bloques, que fueron subastados pocos días después de que terminara la Cumbre de los Océanos en Niza.
Aunque este Estado insular del Pacífico no ha prohibido la exploración offshore de hidrocarburos, sí la ha regulado, como le explicó a France 24 Sivendra Michael, secretario permanente del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático. Su objetivo para 2030 es que la totalidad de su energía sea renovable. “No se trata solo del clima. Se trata de Derechos Humanos. Así que cada día que la industria de los combustibles fósiles se expande, erosiona nuestros derechos, incluido nuestro derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible, que es un derecho constitucional”. Con estas palabras, Sivendra Michael, el secretario permanente del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Fiyi, rechaza la exploración de petróleo en las costas del Estado insular y en altamar. Esta práctica es conocida por la palabra en inglés “offshore”. Michael sostiene que han vivido de primera mano cómo hay derramamientos de petróleo cuando se traslada el crudo en buques de un país a otro. “Y cuando se producen estos vertidos de petróleo, ocurre una explosión sísmica. La destrucción de hábitats, que socava los esfuerzos de conservación de los océanos de muchos de los países insulares del Pacífico”, señala. El grupo activista Earth Insight hizo un estudio que determinó que, en todo el mundo, la explotación de petróleo y gas en altamar y en costas cubre más de 2,7 millones de kilómetros cuadrados, lo que es una superficie similar a la de toda Argentina. Según ellos, algunos de esos puntos de explotación de combustibles fósiles se sobreponen con el 19% de las zonas costeras y marinas protegidas; y con el 15% de arrecifes y manglares. Lo que afecta la biodiversidad En Fiyi, concretamente, no han prohibido la explotación 'offshore', pero sí reconocen los riesgos. Por eso, en 2023 actualizaron su política energética. Allí trazan como meta que para 2030, el país insular haya completado la transición energética, para que el 100% de su suministro eléctrico provenga de fuentes renovables. Pero en su caso, es muy difícil lograrlo. Michael explica que el país solo tiene un proveedor de energía y depende de las importaciones de combustibles fósiles, por ejemplo para tanquear la flota de botes que usan entre las islas. “Fiyi se compone de 332 islas, de las cuales 110 están habitadas. Yo vengo de una isla que está a 18 horas en barco de la capital del país, Suva. Así que hay que asegurarse de que estas transiciones energéticas sean capaces de atender también esos largos trayectos”, precisa el segundo al mando del Ministerio de Ambiente. Ante estos retos, Sivendra Michael explica que la solución está en la financiación de países industrializados y en que los Estados, como los insulares, puedan acceder fácilmente a ese dinero. Pues aunque son los más vulnerables al cambio climático, son los que menos emiten gases de efecto invernadero. Fiyi, por ejemplo, es responsable tan solo del 0,006% de todos los gases contaminantes del planeta, según las cifras del Ministerio de Medio Ambiente. A pesar de eso, están en la primera línea de afectados por los efectos del cambio climático. En todo el mundo, el derretimiento de polos está contribuyendo a que el agua de los océanos suba más de 5 centímetros al año. De hecho, en 2014, Fiyi se convirtió en el primer país insular del Pacífico que tuvo que reubicar a una comunidad entera porque lo que antes eran costas quedó bajo el agua. El riesgo se extiende al 65% de la población del país, que vive a menos de 5 kilómetros de las costas. “El impacto del calentamiento global para nosotros es profundo y las emisiones de los nuevos proyectos de combustibles fósiles solo empeorarán el aumento del nivel del mar. Empeorarán los problemas de acidificación de los océanos. Aumentarán los fenómenos meteorológicos extremos. Así que creo que es muy importante entender que no se trata solo de un problema de degradación medioambiental. No se trata solo del impacto del cambio climático. Está muy anclado en nuestra existencia. Las perforaciones en alta mar son incompatibles con nuestra supervivencia. Y eso es lo más directo que puedo ser”, concluyó Michael.
En el mismo año en que Brasil será sede de la cumbre climática COP30, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva está a punto de autorizar la exploración petrolera en la desembocadura del río Amazonas, en el llamado Bloque 59. Además, prepara una megasubasta de 47 bloques petroleros prevista para junio de 2025. Brasil está a un paso de aprobar la exploración de petróleo en la desembocadura del río Amazonas. El permiso sería para el Bloque 59, ubicado a 160 kilómetros de la costa del estado de Amapá.Esta zona es tan sensible en términos ambientales que, en 2023, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovable (IBAMA) recomendó mantener la negación del proyecto de Petrobras. Su postura técnica se mantuvo en 2024 pero, ahora, en mayo de 2025, el mismo IBAMA aprobó el plan que presentó la petrolera estatal para obtener la licencia.Eso significa que, para comenzar las exploraciones, solo falta que la compañía simule cómo actuaría ante un derrame de crudo y que el IBAMA lo apruebe, como lo explicó a France 24 Claudio Angelo, coordinador de Política Internacional del Observatorio do Clima, que reúne a más de 130 organizaciones ambientales brasileñas. “El IBAMA, que es la agencia ambiental federal brasileña, había negado esta posibilidad por el riesgo de un derrame de petróleo en una región altamente sensible, cerca de los manglares de la Amazonía, cerca de los manglares de la Guayana Francesa, que sería el lugar más afectado por un derrame de petróleo. Y porque existe un ecosistema de arrecifes todavía bastante desconocido en esa región. Se descubrió, creo que en la última década, que la región de la desembocadura del Amazonas tiene un gran banco de arrecifes, con gran biodiversidad”, precisó Angelo. El Bloque 59 está ubicado en el norte de Brasil, en una zona cercana a la Guayana Francesa, donde actualmente está prohibida la exploración petrolera. Esto contrasta con lo que ocurre en los países vecinos, Guyana y Surinam, que sí están extrayendo grandes cantidades de petróleo.Por otro lado, los pueblos indígenas que viven en la Amazonía brasileña expresan su preocupación por los posibles impactos negativos de esta actividad como derrames de petróleo y alteraciones en las mareas. También advierten que ya están notando algunos cambios en su entorno.“Con la llegada de personas para el posible proyecto, también está aumentando la minería ilegal en la región. También están los sobrevuelos, no sabemos cuáles serán los flujos ahora en este proceso de exploración petrolera. Esto afecta el circuito de aves, que tienen varios nidos en nuestro territorio. Son aves que van a nuestro territorio para reproducirse y luego regresan a su hábitat natural, tanto aves oceánicas como aves nativas de la región”, indicó Luene Karipuna, coordinadora ejecutiva de la Articulación de Pueblos y Organizaciones Indígenas de Amapá y Norte de Pará (APOIANP). Brasil hará una megasubasta de petróleo en altamar antes de la COP30El Bloque 59 podría no ser el único activo en la desembocadura del Amazonas. Brasil prepara una subasta para el 17 de junio en la que se ofertarán 47 bloques petroleros adicionales. Incluso, el ministerio Público del país le recomendó a las autoridades gubernamentales que suspendieran esa venta porque representa “graves riesgos socioambientales” y porque es “una grave contradicción con los esfuerzos globales de descarbonización y los compromisos climáticos del país”. Sin embargo, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha protegido estos proyectos pues van en línea con la ambición nacional de pasar de ser el séptimo al cuarto mayor productor de petróleo en todo el mundo, como lo ha dicho abiertamente el ministerio de Minas y Energía.Con esto, tanto la subasta como la posibilidad de activar el Bloque 59 contradicen las promesas ambientales de Lula y ponen a Brasil en una difícil posición de cara a ser el anfitrión de la cumbre climática de este año, la COP30. “La pregunta es si el presidente Lula tomará esta desastrosa decisión política en medio de la COP30 o si Brasil, al igual que Colombia, apostará por otro modelo de desarrollo, en el que sigamos utilizando las reservas que ya están en producción en el país, pero que detenga la expansión de estas nuevas fronteras. Por lo tanto, es una cuestión de decisión política del presidente”, señaló Angelo. Por su parte, Luene Karipuna sostiene que los pueblos indígenas no fueron consultados previamente sobre el Bloque 59, y menos sobre la subasta. “Es como si no existiéramos en el territorio donde vivimos. Es muy contradictorio que un presidente salga de Brasil a hablar de protección territorial, de bosques en pie, y quiera explorar petróleo precisamente en la Amazonía. Esta postura contradice todo lo que ha venido haciendo durante su gobierno y, sobre todo, sin escuchar a los pueblos indígenas, sin dialogar con ellos. Parece que solo cuando le conviene a su gobierno vale la pena hablar con los pueblos indígenas”, concluyó la lideresa indígena.
El país centroamericano acogió la Semana del Clima que, por primera vez, trató temas específicos que hacen parte de la cumbre climática y que este año será en noviembre en Brasil. Y aunque todos coinciden en pedir más acciones para proteger el planeta, el Gobierno anfitrión anunció la posibilidad de explorar petróleo en el Caribe. Panamá recibió una Semana del Clima muy particular. Antes, estos eventos servían como una preparación para la cumbre climática del año y se hacían en África, Medio Oriente, América Latina y Asia-Pacífico: todas antes de la COP del clima.Pero desde este año, la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático cambió el formato para que en las Semanas del Clima se discutan oficialmente temas que hacen parte de la COP. Y ya no será una en cada región, sino dos encuentros al año. El primero de 2025 lo acogió Panamá del 19 al 23 de mayo y el segundo será en África, enfocado especialmente a los temas financieros. “Creo que acertaron al reestructurar las Semanas del Clima para impulsar la implementación de temas específicos. En Panamá, debatimos mucho sobre temas relacionados con los bosques, hablamos de tecnología y sobre soluciones para la transición justa”, le explicó a France 24 en Español Ana Toni, directora ejecutiva de la COP30, que es la cumbre climática que acogerá Brasil a finales de este año. Además de los temas que plantea Toni, Brasil aprovechó para presentar la propuesta que defenderá en Belém sobre el Mutirão Global. En portugués, esta palabra significa colaboración colectiva y como país anfitrión de la COP30, Brasil quiere convertirlo en el eje central de las discusiones para lograr pasar de una negociación a la implementación real de las promesas. “Las COP se han convertido en mucho más que simples negociaciones. En las negociaciones terminamos el reglamento. Ahora es el momento de implementarlo y, sí, hay temas importantes que aún no hemos discutido en la negociación; pero creo que, con el espíritu que vimos aquí, todos piden que se acelere la implementación de las acciones y la negociación. Así que, con este espíritu, haremos algo en Belém que acelere la implementación”, le dijo Toni a nuestro corresponsal en Panamá, Óscar Sulbarán. ¿Qué ha pasado con la promesa de abandonar los combustibles fósiles?El llamado es reiterado: más acciones y menos promesas, especialmente, en lo que tiene que ver con los combustibles fósiles. En la COP28, que se realizó hace dos años en Emiratos Árabes Unidos, por primera vez se pactó abandonar el petróleo, el gas y el carbón; pero todavía no es claro cómo lograrlo. “El tema más importante que debemos discutir en cualquier conversación sobre el clima que tengamos a partir de ahora es cómo implementaremos el Balance Global que decidieron en la COP28. Sin embargo, algunas disposiciones del Balance Global no están totalmente listas para ser implementadas y quiero llamar la atención específicamente sobre la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles, que debe comenzar en esta década y no sabemos cómo sucederá. Esta es la conversación más difícil que el mundo necesita, porque los combustibles fósiles son responsables del 75% de las emisiones mundiales. Por lo tanto, si realmente estamos comprometidos a limitar el calentamiento global a 1,5ºC, debemos implementar la decisión de la COP28 de abandonar los combustibles fósiles”, indicó Stela Herschmann, especialista en política climática del Observátorio do Clima, una red de 133 organizaciones que trabajan en la agenda climática en Brasil.Acciones es lo que también pide Panamá, el anfitrión de la Semana del Clima. Juan Carlos Navarro, el ministro de Ambiente del país centroamericano, señala que es hora de aceptar que no todos los países actúan con firmeza y que algunos van a las COP “a pasear”. “Digámonos la verdad, abajo y fuera la hipocresía. Tenemos que cuidar nuestros recursos internamente cada país, impulsar cada país la lucha contra el cambio climático, impulsar cada país, acelerar e impulsar la transición hacia energías limpias, como lo ha hecho Panamá que tiene el 70% de su energía limpia, acelerar la decarbonización de sus economías, cada uno internamente. Panamá es uno de los tres países que somos carbono negativo en el mundo. Y también cuidar nuestros parques. Panamá tiene, y es líder azul y verde, el 53,8% de su territorio marino, de sus mares territoriales protegidos, y tiene adicionalmente el 34,3% de su territorio protegido también del lado terrestre”, precisó. Sin embargo, sus palabras contrastan con los anuncios de la Secretaría Nacional de Energía de Panamá. Desde Texas, en Estados Unidos, el líder de la entidad, Juan Manuel Urriola, anunció que “(...) Panamá también está explorando la posibilidad de extraer petróleo y gas en alta mar al norte de Colón; los estudios sísmicos han finalizado y están en proceso de evaluación”. Medios locales agregaron que la estatal petrolera colombiana Ecopetrol está asesorando a Panamá. A pesar de los anuncios, el ministro los desmiente“Primero, en Panamá nunca se ha descubierto ni gas natural, ni tampoco yacimientos de petróleo, suficientes ni con la calidad necesaria para explotarlos. Nunca, no es cierto, no los hay. Segundo, no hay acuerdo alguno formal con Ecopetrol para nada. Tercero, no hay autorización ni concesión otorgada alguna para explotación petrolera en Panamá. Y cuarto, desde hace 40 años nos están contando y nos están diciendo de que hay exploraciones geológicas, geofísicas, no físicas en el terreno, pero sí con radares o gestión remota, sensores remotos, para ver si en Panamá hay petróleo o gas natural, o en los mares territoriales de Panamá. Pero lo cierto es que hasta ahora nunca se ha encontrado”, señaló. Sin embargo, la Secretaría Nacional de Energía no ha echado para atrás su anuncio de que están explorando la opción de explotar petróleo en el Caribe. Una noticia que se conoció justo antes de que Panamá recibiera la Semana del Clima en la que pedían más acciones para salvar el planeta y menos promesas.
Desde la declaración de la Emergencia Nacional Energética hasta las desregulaciones impulsadas por varios organismos del Gobierno Federal, las decisiones de la actual Administración de Estados Unidos están dándole un giro a la política energética que se había aplicado en los últimos años. Desde el primer día de su regreso a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump ha tomado múltiples decisiones para revertir las políticas energéticas que existían en Estados Unidos a favor de las energías renovables y que regulaban los combustibles fósiles. Pero ahora, el mandatario quiere lo opuesto.Una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó el 20 de enero fue para declarar Emergencia Nacional Energética y otra para “liberar” la producción energética del país. Ambas refuerzan la explotación de gas y petróleo, además de algunas energías limpias. El 9 de abril, Trump firmó una orden a la que llamó “Cero regulaciones para liberar la energía estadounidense” y con ella le exigió a diez agencias y subagencias que en menos de un año eliminen las regulaciones energéticas existentes.A todo lo anterior, se suma que a inicios de abril se conoció la propuesta que hizo la Casa Blanca para el presupuesto de 2026. En el documento, planteaban que la Agencia de Protección Ambiental del Gobierno Federal (EPA, por sus siglas en inglés) fuera la segunda con el mayor porcentaje de recorte con una disminución de 55%. Eso significaría pasar de 9.100 millones a 4.200 millones de dólares y, si lo aprueban, sería la financiación más baja que ha tenido el organismo en los últimos 40 años. A esto se suma la desfinanciación del llamado banco verde.El recorte además está ligado con un reajuste de la agencia que podría afectar a un programa federal creado por la administración de George Bush en 1992.Se trata del estándar Energy Star, que es la etiqueta que se pone a los productos que cumplen con la eficiencia energética. El programa estima que desde su creación ha ayudado a ahorrar 500.000 millones de dólares y ha prevenido la emisión de 4.000 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, que equivale a retirar de las calles a 933 millones de automóviles durante un año. 'CNN' y 'The Washington Post' tuvieron información exclusiva de que Trump quería eliminar Energy Star, aunque la administración no ha dicho públicamente nada al respecto.Las desregulaciones en el sector energético Las decisiones no paran allí. El 12 de mayo y cumpliendo la orden de Trump de abril, el Departamento de Energía anunció que reduciría o eliminaría 47 regulaciones que, según ellos, le cuestan 11.000 millones de dólares a los estadounidenses. La mayoría de las acciones promueven los combustibles fósiles y limitan las renovables. Por ejemplo, algunas medidas agilizan los procedimientos administrativos para importar y exportar energía, especialmente gas natural. Otras decisiones borran el requerimiento para que las empresas presenten informes voluntarios sobre los gases de efecto invernadero que emiten.Con otras, se eliminan incentivos para producir energías renovables, incluyendo biocombustibles celulósicos, que son los que vienen de residuos forestales como la madera, de restos agrícolas como paja de arroz o de industrias como los desechos del procesamiento de papel. Además, el Departamento de Energía derogó unos requisitos que deben cumplir las industrias de electrodomésticos. Por ejemplo, los fabricantes de microondas, deshumidificadores y hornos convencionales no tienen que cumplir ya con unos estándares para hacer que el consumo de energía sea eficiente. Y las lavadoras y los lavavajillas no tienen que optimizar el consumo de agua.Aún así, expertos en energías renovables como Marina Domingues consideran que los cambios están más que todo en las palabras. Ella es vicepresidenta y jefe de nuevas prácticas energéticas para América de Rystad Energy, la consultora energética más grande de Noruega.“Lo que observamos es que la narrativa del gobierno ha cambiado. Los proyectos de energía renovable probablemente se concretarán, no por razones ambientales, sino por su rápido despliegue, especialmente para la energía solar y las baterías. Son una solución sencilla para abordar los problemas de red que enfrenta Estados Unidos actualmente”, indicó.¿Estados Unidos aumentará su producción de carbón?A pesar de que la energía solar ha aumentado en Estados Unidos, el presidente no está incentivando esta industria, sino que apuesta por el carbón. A principios de abril, firmó una serie de órdenes ejecutivas con las que se podrían salvar algunas plantas productoras que iban a ser retiradas del mercado.Incluso, puso a disposición más de 200.000 millones de dólares para financiarlas y le ordenó a varios organismos, incluida la Agencia de Protección Ambiental, que revise y si es del caso que elimine las normas que llevaban al país a reducir su producción de carbón.Pero Domingues cree que en la realidad, esto es poco probable. “En este momento, la mayoría de los actores industriales con los que hemos hablado en Rystad Energy están bastante escépticos respecto a nuevas inversiones o a la generación térmica de carbón en nuevas instalaciones. Existen varias razones. Son proyectos costosos de implementar y, además, requieren tiempo. Por lo tanto, hubo fundamentos económicos y del mercado del carbón que no se tuvieron en cuenta,más allá de la perspectiva ambiental”, precisó.Sin embargo, reconoce que existen escenarios más favorables para el carbón, aunque aclara que de ser el caso que se refuerce la energía térmica, debería ser más el gas natural y no tanto el carbón. Las decisiones energéticas de Estados Unidos impactan en el mercado internacionalTanto en el país como en el mundo entero ha aumentado la demanda de energía durante los últimos años, principalmente por el sector tecnológico y los centros de datos, como explica Domingues.Ese incremento conlleva a explotar más las fuentes energéticas como el gas natural licuado y también materias primas más verdes como el hidrógeno o el metanol, según explica la experta. Hasta ahora, el balance entre la demanda y la oferta de energía se ha logrado en gran medida por la eficiencia energética, que también ha crecido.“Pero ahora la situación ha cambiado, específicamente en dos segmentos principales: los vehículos eléctricos y los centros de datos en EE. UU.”, puntualiza Domingues.Dicho aumento en la demanda energética en ambos sectores puede resultar, por ejemplo, en aumentos de precios del gas natural. Todo dependerá de las decisiones que se tomen.
El reporte anual de la Agencia Internacional de Energía apunta a que el metano, por poco, excede de los niveles registrados en 2019, cuando fue el punto más alto para este gas de efecto invernadero. Si bien el ‘Global Methane Tracker’ se concentra en la industria fósil, la agricultura sigue siendo la que más lo produce. Un solo gas es responsable del 30% del aumento de las temperaturas del planeta desde la Revolución Industrial: el metano. Aunque la producción de dióxido de carbono es mucho mayor, el metano es hasta 80 veces más potente que el CO2 para calentar el planeta. Y parte del riesgo es que es el gas de efecto invernadero que más rápido está aumentando. Desde 2020, se ha incrementado progresivamente, hasta llegar al punto de que, en 2024, el metano casi supera el récord registrado en 2019. Esto en cuanto a ese gas producido por los combustibles fósiles, como señaló en su reporte anual la Agencia Internacional de Energía.Si bien el reporte se concentra en cuánto metano han emitido el petróleo, el gas y el carbón en todo el planeta; realmente el mayor productor de ese gas es el sector agroindustrial a través de la descomposición del estiércol del ganado y la materia orgánica que se descompone en las aguas estancadas sin que sean tratadas como es debido. La tercera fuente de metano en el mundo son los desperdicios como basuras.Pero, el centro de la Agencia Internacional de Energía se concentra específicamente en el metano que producen las industrias petroleras, carboníferas y de gas. Esta organización intergubernamental explica que, en ese sector, el más contaminante con metano en 2024 fue China, especialmente por el carbón que explota.Le siguieron Estados Unidos, Rusia, Irán, Turkmenistán; y, en menor medida, India, Venezuela e Indonesia. En la mayoría de ellos, los principales factores contaminantes fueron el petróleo y el gas. Un dato adicional es que las infraestructuras abandonadas de combustibles fósiles son la cuarta fuente que más metano emite.La agencia recaba esa información usando 25 satélites y ha comprobado que sus datos son en promedio un 80% superiores a los que reportan los países ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El subregistro se repite en casi todas las regiones del mundo. El único continente donde no existe esa brecha es en Europa. La agencia explica que esto se debe a que los europeos presentan inventarios regularmente y algunos productores reportan emisiones basadas en datos que ya se han medido.¿Insuficientes las promesas del Compromiso Global de Metano?Además de los reportes incompletos, otro de los grandes inconvenientes es que no se están cumpliendo las promesas. El metano va en aumento a pesar de que el 80% de la producción de petróleo y gas de todo el mundo está bajo diferentes clases de iniciativas para reducirlo.La más conocida es el Compromiso Global de Metano. Lo promovieron la Unión Europea y Estados Unidos en 2021, durante la cumbre de clima de Glasgow, la COP26. Su objetivo es incentivar a que existan acciones voluntarias para reducir las emisiones globales de metano al menos en un 30% para 2030, respecto a los niveles de 2020. Desde su creación, 159 países y el bloque europeo se sumaron al compromiso, incluyendo a varios de los países más petroleros del planeta.Pero los esfuerzos siguen siendo insuficientes, pues casi la mitad de la industria de combustibles fósiles no tiene promesas de alcanzar el cero neto en sus emisiones de metano, según la Agencia Internacional de Energía. Y de los mayores contaminantes de este gas, solo Estados Unidos, Indonesia y Turkmenistán se unieron al pacto.Lo positivo es que la solución ya está al alcance de las industrias. La Agencia Internacional de Energía estima que un 70% de las emisiones de metano que producen los combustibles fósiles se podría evitar con la tecnología que ya existe y que, por lo general, tiene un bajo costo.El primer paso podría ser modernizar los equipos para evitar fugas en la producción y en el mantenimiento de las infraestructuras. Por ejemplo, la agencia recomienda hacer un ajuste en los compresores que sirven para transportar el gas y dice que cambiar los sellos recubiertos de aceite por sellos secos reduce el metano; una idea que había planteado también la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos desde hace años.Para el carbón, el organismo energético sugiere que se aproveche el metano dentro de las mismas minas o que apliquen tecnologías existentes para quemarlo antes de que contamine la atmósfera.Todos estos son leves cambios que, según la agencia, permitirían evitar alrededor de 35 millones de toneladas de metano, de los 120 millones que se producen anualmente como parte de la producción y el transporte de los combustibles fósiles en todo el mundo.📲Suscríbete aquí al canal de France 24 en WhatsApp y accede a todo el contenido para entender lo que acontece en el mundo.
Aún no se conoce muy bien cómo España y Portugal vivieron un gran apagón durante horas el pasado 28 de abril. El Gobierno español descarta un ciberataque, según dijo ante el Congreso Sara Aagesen, la ministra para la Transición Ecológica, este 14 de mayo. En el medio, quienes respaldan la energía nuclear están responsabilizando a las energías renovables. La ministra Sara Aagesen, quien lidera la comisión de investigación creada para averiguar las razones de la desconexión energética en España, argumenta que se comprobaron tres oscilaciones en las subestaciones de Granada, Badajoz y Sevilla. Pero, aclaró que todavía falta determinar si esas variaciones estuvieron relacionadas con el apagón. La intervención de Aagesen volvió a poner sobre la mesa un debate que se había retomado desde el apagón, cuando los defensores de la energía nuclear española culparon sin pruebas a las energías renovables. Un choque de tiempo atrás, pues la energía atómica está siendo desmantelada en el país; mientras que por el otro lado repuntan las fuentes limpias como la solar y la eólica. De hecho, España es el segundo país de Europa con mayor porcentaje de energías renovables, después de Alemania. Un 56,8% de sus fuentes energéticas provienen de las eólicas, la solar y la hidráulica entre otros, de acuerdo con el Informe del Sistema Eléctrico de 2024. Esto está por encima del 43,2% de las energías no renovables, dentro de las cuales las de mayor participación son la nuclear, con el 20%, y el ciclo combinado, que utiliza gas, con el 13,6%. Desde 2023, la energía renovable de España genera más de la mitad de la electricidad de todo el país y ha crecido progresivamente. El repunte en los últimos años ha sido grandísimo, pues hasta hace unos años, las energías renovables proveían menos de la mitad del suministro eléctrico español. Pero esta tendencia se revirtió por primera vez en 2023 y, desde entonces, fuentes como la eólica y la solar han crecido sostenidamente.En contraste, el Gobierno español, encabezado por el socialista Pedro Sánchez, decidió cerrar los cinco reactores nucleares que tiene el país y hacerlo de manera paulatina hasta el 2030.Pero, con el apagón, los defensores de la energía nuclear presionaron una vez más, culpando a las renovables de la falla eléctrica y argumentando que esto evidencia la necesidad de que los reactores sigan funcionando; una versión que desmiente el presidente del gobierno. Acusan a las energías renovables por ser asíncronasLas críticas a las energías limpias se concentran en el hecho de que, al depender del sol y del viento, su oferta no es constante; como sí ocurre con el gas o los reactores nucleares. Eso es importante porque todos los sistemas energéticos funcionan cuando hay un equilibrio entre la energía que se ofrece y la que demandan los consumidores. Ese equilibrio es el que permite que Europa pueda tener una frecuencia de 50 hercios. Pero si una de las centrales eléctricas falla, las otras deben poder sostener toda la demanda y reemplazar a las renovables suele ser más complicado por la inercia, un concepto que le explicó a France 24 Ismael Morales López, responsable de políticas climáticas de la Fundación Renovables de España. “Los sistemas térmicos y la hidráulica tienen sistemas síncronos, es decir que giran sincronizados a una misma velocidad para generar electricidad. Dan 50 vueltas por segundo y, por eso, la frecuencia de la red son 50 hercios en España, mientras que en América Latina son 60. En contraste, lo que pasa con las renovables, sobre todo con la fotovoltaica y con la eólica, es que son asíncronas. Es decir, que no se puede controlar exactamente las vueltas que dan por segundo porque dependen de la velocidad del viento y la potencia de la luz solar”, indicó. Para los casos en los que una de las fuentes energéticas falla, la inercia es el concepto vital, porque es lo que permite regular la frecuencia; y a hoy, solamente las nucleares o las hidráulicas pueden aumentar o disminuir la inercia según lo que se necesite. “Eso, por ahora, no puede pasar con las renovables. Pero en el futuro sí que se podrá aportar inercia sintética a través de la fotovoltaica, aunque para ello en España se debe permitir cambiar los procedimientos que ya se aplican en otros países”, indicó Morales. Lecciones del apagón: aumentar interconexiones y almacenamiento de renovablesOtra de las dificultades que tuvieron España y Portugal durante el apagón es que están prácticamente desconectadas del resto de Europa por sus condiciones geográficas. La Península Ibérica limita al sur con Marruecos y al norte solo con Francia, teniendo que superar la barrera de los Pirineos. Por un lado, eso les ayudó a regular los precios de la energía en medio de la guerra de Ucrania; pero en urgencias como el apagón, tienen menos opciones de ayuda, pues comparten menos fronteras que sus pares centroeuropeos. “Los países centroeuropeos tienen muchas más fronteras y muchísimas más interconexiones con más de dos o tres países, lo que te pueden aportar inercia y generación extra de energía cuando tú la necesitas”, explicó el experto. Morales agregó que España tiene un plan para aumentar las interconexiones energéticas y pasar de 2.000 hasta 4.000 megavatios generados con esas alianzas. Aunque por el otro lado, su aislamiento benefició al respeto de los europeos. “Lo que ha pasado es el mal menor porque pudo haber sido peor. Lo que pasó fue que hubo un fallo en la frecuencia, Francia lo detectó y se desconectó para evitar que el apagón los afectara también a ellos y, a su vez, a toda Europa”, precisó Morales.Aun así, desde la Fundación Renovables resaltan la importancia de que España y Portugal aumenten sus interconexiones para sortear problemas futuros. Otra de las soluciones en las que enfatiza Morales es aumentar la capacidad de almacenar la energía que las renovables producen. “Ahora mismo, tenemos muchísima fotovoltaica que se genera constantemente durante las horas de sol. Pero parte de esa energía es excedente. Es decir, se genera mucha más electricidad fotovoltaica de la que necesitamos y se produce principalmente en los picos de baja demanda. Lo que tenemos que hacer entonces es almacenar esos excedentes durante el día para que cuando llegue el pico entre las 7 y 9 p.m., tengamos las baterías cargadas e inyectemos energía a la red durante toda la noche”, puntualiza. Por ahora, España aspira a poder almacenar hasta 19 gigavatios de energías renovables; una cifra muy alta teniendo en cuenta que la demanda energética de todo el país ronda los 25 gigavatios. Con todo ello, Ismael Morales López reconoce que aún queda camino por andar en el campo de las energías renovables y dice que hay que ser prudentes en cuanto a las causas del gran apagón; aunque enfatiza en que es “altamente probable” que estas no sean las responsables. “Y también hay que recalcar que ahora mismo estamos en una transición energética. Esto quiere decir que estamos a mitad de camino entre el punto A y el punto C. Necesitamos otras energías alternativas hasta conseguir el 100 % renovable y que sea totalmente operable y resiliente. Las lecciones aprendidas vienen de los errores, vienen de que estamos en una crisis climática bestial y que tenemos un camino por recorrer sí o sí, y las renovables son la respuesta”, concluyó.
El reporte anual del Servicio de Cambio Climático de Copernicus registró climas extremos para los europeos, con el segundo año de históricas temperaturas superadas solo por las de 2023 y con las peores inundaciones desde 2013, según la región analizada. Estos son los puntos claves del informe. La temperatura en Europa aumenta el doble respecto al promedio global, por lo que desde la década de los ochenta es el continente que más rápido se calienta. Esto ha provocado climas cada vez más extremos y más duraderos, un escenario del que el año pasado no escapó, como lo reportó el Servicio de Cambio Climático de Copernicus en el ‘Estado del Clima Europeo 2024’.Ese no fue un año fácil para Europa en cuanto a eventos climáticos y España lo sabe de primera mano. El país vivió uno de los desastres naturales más mortíferos de su historia con las inundaciones que provocó la depresión aislada en niveles altos (DANA).Las lluvias comenzaron el 29 de octubre e hicieron que varios ríos se desbordaran, como el Turia, Júcar y Magro, y la rambla del Poyo. Solo para tener una idea, en el municipio de Chiva llovió en ocho horas lo que llueve en todo un año. El resultado fue más de 230 muertos en toda España; 224 de ellos en Valencia, la comunidad más golpeada.Un mes antes de la DANA, en septiembre, Europa central y del este sufrió con la tormenta Boris. Hubo inundaciones en ocho países y en cuatro de ellos (Polonia, Alemania, República Checa y Rumania) llovió en tan solo cinco días, el equivalente a tres meses. Esto provocó que los caudales se duplicaran a lo largo de 8.500 kilómetros de ríos respecto al máximo anual promedio, según Copernicus. De hecho, 2024 fue para toda Europa el año de mayores precipitaciones desde el 2013 y ratifica a este continente como una de las regiones con mayores riesgos de inundaciones en todo el mundo. El año pasado, el 30% de todos los ríos y caudales superaron el umbral de inundación “alta” y en el 12 % se alcanzó el máximo nivel de inundación “grave”. Todo ello, junto con las tormentas, afectaron a más de 413.000 personas y dejaron pérdidas por más de 18.000 millones de euros. Mientras en el este llovía, al oeste se desataron los incendios. Fueron particularmente voraces del 15 al 20 de septiembre en Portugal. Entre esas fechas, en el centro y norte del país se quemaron más de 110.000 hectáreas. Eso representó una cuarta parte de todo lo que se incendió en Europa en 2024.En comparación, las conflagraciones que hubo en Grecia, en la periferia de Ática, consumieron 11.000 hectáreas. Lo particular de Grecia es que aunque su temporada de incendios no fue extrema, sí fue más duradera. En ese país, al igual que en España y los Balcanes orientales, se prolongó hasta 20 días más de lo usual. Otra ratificación de que los climas extremos son cada vez más duraderos. A esto se suma que el sureste europeo padeció su verano más seco de los últimos 12 años y las olas de calor se prolongaron durante más días de lo habitual, especialmente en esa región. En toda Europa, durante el verano, 43 de 97 días fueron de calores extremos. Los Alpes y Svalbard: los protagonistas del deshieloLas altas temperaturas están ligadas directamente con el derretimiento de los glaciares y en ese tema, Europa Central es una de los lugares del mundo que más rápido está perdiendo el hielo, concretamente en los Alpes. En la cadena montañosa, en 2024, se perdió 1,2 metros de espesor de hielo, que es considerablemente menos que en 2022 (3,6 m) y 2023 (2,4 m).Aún así, algunos picos de los Alpes están al borde del derretimiento total. El caso más grave es el de Sarennes en Francia, que perdió el 93% de su cobertura glaciar entre 1971 y 2015, seguido de Cavagnoli (83%) y Paradies (61%), ambos en Suiza. Los climas extremos también golpearon al Ártico en Europa, ya que 2024 fue el tercer año más cálido que se ha registrado allí. Especialmente, el termómetro subió por encima del promedio en el este del Ártico europeo con una consecuencia de pérdida histórica de los glaciares de Escandinavia y de Svalbard. Este último es un archipiélago noruego donde se alcanzó un nuevo récord de 2,58ºC por encima de la media; muy superior al registro histórico que se tenía de 1,66 grados en 2023. De hecho, los glaciares de Escandinavia y Svalbard tuvieron la mayor pérdida de hielo que hubo en todas las regiones glaciares del mundo, con un derretimiento de 1,8 y 2,7 metros de espesor de hielo, respectivamente. El Servicio de Copernicus estima que el deshielo fue porque las temperaturas estuvieron mucho más cálidas de lo habitual en el verano. Una evidencia más de cómo la crisis del clima provoca cada vez más extremos.
Fue el primer sumo pontífice de la Iglesia Católica en dedicar una carta hacia los creyentes (encíclica) al cambio climático, promovió discusiones con obispos e indígenas sobre la protección de la Amazonía, instó a petroleras a transitar a energías verdes y pidió mayores acciones de los líderes mundiales en las cumbres climáticas. Jorge Mario Bergoglio o Francisco, el nombre que asumió al convertirse en papa, fue el primer sumo pontífice de la Iglesia Católica en incluir la lucha contra el cambio climático dentro de la agenda religiosa. Más que acciones para revertir el calentamiento global, su logro radica en cambiar la narrativa. Para Francisco, la crisis climática y la pérdida de biodiversidad eran problemáticas sociales relacionadas con la dignidad humana, que iban más allá de lo ambiental. Él defendía que la Tierra era la casa común a la que había que proteger de la explotación ilimitada de los poderes económicos y las industrias contaminantes. Desde su primera homilía como papa, el 19 de marzo de 2013, Francisco enfatizó en que las crisis del planeta le competen a los católicos y a la humanidad entera. “Se trata de proteger toda la creación, la belleza de la creación, como nos dice el libro del Génesis y como nos mostró san Francisco de Asís: es tener respeto por cada criatura de Dios y por el ambiente en el que vivimos”, señaló.Sus palabras trascendieron cuando se convirtió en el primer papa de la historia en dedicar una encíclica a la crisis ambiental, siendo estas las cartas que usan los pontífices para dirigirse a los creyentes. En 2015, escribió Laudato Si'. En ella, reconoció el cambio climático como un problema global impulsado por la codicia de los más ricos y que afecta particularmente a los más vulnerables. Sus palabras se adelantaron al Acuerdo de París. Incluso, ese mismo año, una decena de líderes citaron el documento papal en las discusiones sobre el pacto para limitar el calentamiento del planeta a 2ºC en comparación con el promedio de la era preindustrial. La encíclica también fue respaldada por activistas. Bill McKibben, fundador de la ONG 350.org lo calificó como el más importante de su papado y uno de los legados ambientales más relevantes del milenio. Y en un acto característico de su personalidad de hablar sin tapujos, le entregó una copia de la encíclica ambiental al presidente Donald Trump en 2017 durante su primer mandato a cargo de la Casa Blanca. Por otro lado, el papa impulsó un movimiento climático dentro de la Iglesia que tomó el nombre del documento Laudato Si'. El grupo ha trabajado en más de 140 países y ha formado a cerca de 20.000 líderes para promover la defensa del medio ambiente. La lucha climática de Francisco no paró allí. En 2019, declaró que el ecocidio era un pecado y respaldó los movimientos jurídicos para que sea considerado un crimen de lesa humanidad. Y en 2023, emitió el documento Laudate Deum, que no tenía el nivel de encíclica pero en el que sí reiteraba la defensa ambiental que había promovido ocho años atrás. Por acciones como estas, activistas como McKibben catalogan a Bergoglio como uno de los mayores defensores ambientales. El papa Francisco visitó la Amazonía y promovió su protecciónLa narrativa del líder católico no evitó que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaran. Pero aún así, Francisco insistió durante su pontificado en organizar encuentros con protagonistas clave. En 2018, por ejemplo, recibió en el Vaticano a jefes ejecutivos de petroleras como ExxonMobil y BP. Les dijo de frente que el planeta necesitaba que el sector transitara a energías limpias para evitar lo que catalogó como un “desastre climático”. Y en 2024, organizó la conferencia de la Iglesia Católica sobre resiliencia climática.Y en enero de 2018 marcó un hito dentro de la Iglesia Católica al ser uno de los pocos papas en viajar a la Amazonía, con su visita a Puerto Maldonado en Perú. Antes, en 1985, el papa Juan Pablo II había estado en Manaos, Brasil; y en la Amazonía peruana. Pero Francisco no se limitó a una visita oficial. En 2019, convocó a una reunión con todos los obispos de los nueve países que comparten el bioma amazónico y, junto con laicos e indígenas, discutieron las mayores amenazas como la deforestación, la agroindustria y los incendios forestales. El Sínodo Amazónico también abordó el concepto de una ecología integral, que incluía a los humanos como parte de los ecosistemas e instaba a adaptar las acciones a las necesidades de los pueblos indígenas. En ese contexto, Francisco reconoció que muchas veces la Iglesia no evangelizó, sino que colonizó. “Cuando los pueblos y las culturas son devorados sin amor ni respeto, no es el fuego de Dios, sino el del mundo. Sin embargo, ¡cuántas veces el don de Dios ha sido impuesto, no ofrecido! ¡Cuántas veces ha habido colonización en lugar de evangelización! Que Dios nos preserve de la avaricia de las nuevas formas de colonialismo”, señaló. A esto se suma que antes, durante su viaje a Perú, le pidió perdón a los indígenas por las barbaries que padecieron durante la colonización de América. La COP, un viaje que nunca logró FranciscoEl papa también tuvo un papel en las cumbres climáticas de la ONU. Antes de la COP21 de Glasgow, Francisco le hizo un llamado a los líderes a que tomaran decisiones radicales más allá de los intereses nacionales para salvar al planeta.De hecho, la reiteración de su encíclica ambiental, Laudate Deum, la lanzó en 2023 justo antes de la COP28 en Dubái. Además, iba a ser el primer papa de la Iglesia Católica en asistir a una conferencia climática, pero canceló su viaje a última hora siguiendo la recomendación de los médicos, ya que tenía una inflamación en el tracto respiratorio. Su intención de viajar y su imposibilidad de hacerlo se repitieron en la COP29 de Azerbaiyán en 2024. En su reemplazo, asistió el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, quien enfatizó que la cumbre se realizaba en “un contexto condicionado por una creciente desilusión con las instituciones multilaterales y una peligrosa tendencia a construir muros”. Aunque en su momento, la BBC reveló que los representantes del papa Francisco habían hundido la posibilidad de que el acuerdo climático tuviera un enfoque de género con más respaldo hacia las mujeres, un bloqueo que respaldaron Arabia Saudita, Rusia, Irán y Egipto. Aún así, tras la muerte del papa, el presidente de Brasil y anfitrión de la COP30, lo despidió resaltando la narrativa que impulsó a favor del planeta. “Con su sencillez, coraje y empatía, Francisco llevó el tema del cambio climático al Vaticano. Criticó vigorosamente los modelos económicos que llevaron a la humanidad a producir tantas injusticias. Demostró que este mismo modelo es el que genera la desigualdad entre países y personas. Y siempre ha estado al lado de quienes más lo necesitan: los pobres, los refugiados, los jóvenes, los ancianos y las víctimas de la guerra y de toda forma de prejuicio”, concluyó Luiz Inácio Lula da Silva.
El gravamen se aplicará desde 2027, pero no será un castigo generalizado para incentivar la descarbonización, sino que su valor variará entre los 100 y los 380 dólares por tonelada de gases de efecto invernadero. Después de dos años de negociaciones, los países acordaron cobrar un precio por cada tonelada de gases de efecto invernadero que emitan los buques y toda la industria naviera. Un avance porque esta es responsable de cerca del 3% de las emisiones contaminantes del mundo y no tiene ninguna obligación bajo el Acuerdo de París. El impuesto comenzará a partir de 2027, como le explicó Arsenio Domínguez, secretario general de la Organización Marítima Internacional, a nuestra corresponsal en Londres, Luisa Pulido.“Los buques reportan las emisiones desde ese año y a partir del 2028 recibimos las contribuciones. Esto tiene que ver también con el proceso establecido del convenio internacional de los tratados. No es que nosotros queramos establecer o que existe una demora. Es una realidad que para que las reglas puedan entrar en vigor se necesita, y eso está establecido en los convenios, seis meses entre la aprobación y la adopción y de allí 16 meses para la entrada en vigor”, señaló. Sin embargo, no todos quedaron contentos con la decisión. En principio, existían dos propuestas. Una abogaba por un impuesto universal que obligaba a todos los buques a pagar por las toneladas de contaminación que emitieran. Luego, China planteó otra idea que apostaba por un sistema de intercambio de créditos. Básicamente, ese sistema permitía que los buques, que excedieran los límites del CO2 emitido, podrían comprarle créditos a las embarcaciones que estuvieran por debajo del límite y así crear el llamado banco de “unidades de remediación", pero este proyecto excluía la creación de un fondo internacional que recaudara impuestos que podrían invertirse en la transición energética de los países en desarrollo. Finalmente, los países congregados en la Organización Marítima Internacional pactaron un punto medio. Para ello, crearon dos niveles de precios basados en la intensidad con la que contaminen los transportes marítimos.El objetivo inferior es que los buques que no logren reducir en un 4% su contaminación para 2028 tendrán que pagar 380 dólares por cada tonelada que emitan y el objetivo superior es que quienes reduzcan sus emisiones entre ese 4% y un 17% pagarán la tasa más baja de 100 dólares por tonelada. Esos porcentajes irán aumentando hasta 2035. These are the two sets of targets for the emissions intensity of shipping fuels, which have just been agreed at the IMO climate talks. They are roughly in the middle of the range of options proposed by different countries – most closely aligned with a proposal by Japan.[image or embed] — Josh Gabbatiss (@joshgabbatiss.bsky.social) April 11, 2025 at 6:47 AM Adicionalmente, el acuerdo permite que los buques más contaminantes puedan comprar créditos a las embarcaciones más limpias. Además, deja la puerta abierta para que la industria utilice gas natural licuado.Con todo ello, la ONG CarbonBrief, que sigue todas las negociaciones relacionadas con el medio ambiente en el mundo, reportó que las islas del Pacífico se abstuvieron de votar porque esperaban un impuesto universal sin nivelaciones. Por otro lado, se opusieron los países productores de combustibles fósiles como Venezuela, Arabia Saudita, Rusia, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Y Estados Unidos se retiró en medio de las negociaciones y no votó. Con todo ello, el impuesto parcial a la industria marítima fue aprobado por 65 países, y será una realidad.
Este lugar ubicado en la Huasteca Potosina recibe a animales que han sido víctimas del tráfico ilegal y su particularidad es que es el único sitio donde habitan ejemplares del jaguar, el puma, el ocelote, el lince, el tigrillo y el jaguarundi. El tráfico ilegal de fauna es un imperio clandestino que mueve 100.000 millones de dólares al año, según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente. Esto es casi tanto como el narcotráfico. Y en México existe un refugio para rehabilitar a los félidos víctimas de los traficantes: Selva Teenek. Allí, hay animales que no pueden regresar a los ecosistemas a los que pertenecen. Por ejemplo, hay un jaguar al que tuvieron como mascota en un criadero y se acostumbró tanto a los humanos que ya no puede ser rehabilitado para reintegrarse a su hábitat.Es uno de los múltiples casos que existen en este resguardo, donde habitan las seis especies de felinos que existen en todo México. Para ellos, la caza fortuita es la mayor amenaza y algunos están en peligro de extinción. Esta práctica tiene dos desenlaces trágicos: la captura para el comercio clandestino, donde muchos mueren prematuramente al ser tratados como mascotas, y la caza para la venta de pieles.“Estamos trabajando muy fuerte para parar la cacería furtiva aquí en la Huasteca Potosina. Es algo que literal era normalizado. Hasta algunos operativos policiacos dejaban pasar a los cazadores, pero ya llegamos a un punto donde no podemos mantener todas estas amenazas porque lo único que vamos a conseguir es extinguirlos”, indicó Ena Buenfil, directora de Selva Teenek en entrevista con la corresponsal de France 24 en México, Aurore Bayoud. Y no solo reciben fauna que ha sido traficada. También tratan animales que han sido atropellados o que tienen afectaciones en su salud por los climas extremos. Además, tienen otras especies como el grisón, la tamandua mexicana o la martucha, entre otros.
Grupos de pescadores artesanales protestan porque la Cámara Alta de Chile redujo el porcentaje de sus capturas en especies como la jibia, la merluza común y el jurel; mientras que la Cámara de Diputados los había favorecido. Su pugna se da mientras se discute la Ley de Fraccionamiento, que aborda la cantidad de recursos que se captan en el mar entre la pesca artesanal e industrial. Evitando el paso de buques pesqueros a las costas y manifestándose en frente del Congreso. Así los pescadores artesanales chilenos muestran su descontento. El Senado echó para atrás las ventajas que les había dado la Cámara de Diputados al aprobar en la primera etapa la Ley de Fraccionamiento, un proyecto que divide cuánto porcentaje de cada tipo de pescado pueden pescar ellos y cuánto las grandes industrias. Surgió como una de las banderas políticas del presidente Gabriel Boric para revertir la actual Ley de Pesca, conocida como Longueira y que rige desde el 2013. Su crítica es que fue aprobada con corrupción para favorecer las industrias. “Esta nueva ley es profundamente relevante porque el pasado, presente y futuro de nuestra patria está indisolublemente vinculado al mar, a sus miles de kilómetros de costa y también porque la actual Ley de Pesca no tiene la legitimidad ni cumple con los estándares que la democracia exige”, señaló el mandatario el 21 de diciembre de 2023, cuando presentó el proyecto normativo para renovar la Ley de Pesca. Pero los congresistas opositores ralentizaron la discusión. Querían debatir uno a uno los 370 artículos, a lo que el Gobierno respondió presentando en septiembre de 2024 la Ley de Fraccionamiento. Esta era únicamente dos artículos para discutir las cuotas de pesca y no todos los temas globales de la ley anterior. La primera victoria del Ejecutivo la tuvo en la Cámara de Diputados en octubre de 2024, pero le duró pocos meses, pues durante el verano el Senado modificó el proyecto de ley aprobado en primer debate. El descontento de los pescadores artesanales está en la diferencia de porcentajes que aprobó la Cámara y los del Senado. La discusión se concentra en tres tipos de pesquería, de las 18 en las que cambiarían las cuotas: el jurel, la merluza común y la jibia. El jurel es la principal pesca de Chile. La Cámara aprobó que en las regiones del norte, los pescadores artesanales pudieran obtener del 10 al 20 y con hasta el 35% en el resto del país. Pero el Senado redujo la cuota a un 25%, dándole la supremacía a las industrias con un 75%. Esto es más que la cuota de la Ley de Pesca que existe, pues divide un 40% para la pesca artesanal y un 60% a la industrial. Para la merluza común, los diputados priorizaron a los pescadores artesanales con una cuota del 70%, mientras que los senadores la redujeron a un 43%. De nuevo, con balanza inclinada a los grandes pescadores, con un 57%. Finalmente, para la jibia, los senadores también redujeron el porcentaje. El primer debate le había dado un 90% a los artesanales, pero en la segunda discusión se bajó a un 80%. Con la particularidad de que la ley chilena obliga a que este molusco solo se pesque manualmente y no con pesca de arrastre como la industrial, que hala redes por el fondo del océano destruyendo los ecosistemas marinos. Los cambios que implementó el Senado en la Ley de Fraccionamiento todavía no están en firme. Falta la aprobación de la Comisión de Hacienda del Senado, presidida por el centroderechista Felipe Kast. Desde el sector de los artesanales lo acusan de dilatar la votación, pues se postergó al menos hasta el 7 de abril.“Por eso aquí el presidente tiene la embarrada. Las protestas las lleva él por no darle apuro a la cuestión”, señaló Pedro Tognio, presidente del sindicato de Pescadores de Caleta Portales.En medios locales, Kast ha negado los señalamientos y afirma que la ley necesita discutirse en detalle.Cuando la Comisión tome su postura, la ley pasará a un grupo mixto de diputados y senadores, que tendrá la última palabra.
El accidente ocurrió el 13 de marzo pero, durante casi dos semanas, la empresa estatal no había especificado la magnitud del daño y el resto de la información oficial se contradecía. Ahora, la atención está volcada en atender las consecuencias, pues el crudo contaminó tres ríos, afectó áreas protegidas de manglares, varias playas y llegó hasta el océano Pacífico. Ecuador vivió uno de los peores derrames de petróleo que ha habido en las últimas décadas. El 13 de marzo, se rompió una de las tuberías del Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE, por sus siglas). El hecho ocurrió en el sector El Vergel, ubicado en el cantón Quinindé de la provincia de Esmeraldas, norte de Ecuador.El petróleo alcanzó los ríos y llegó hasta el océano Pacífico, y el daño fue tal que el 15 de marzo el Gobierno Nacional declaró emergencia ambiental en la provincia costera. Pero a pesar de la urgencia, la información oficial fue contradictoria en cuanto a las causas y a la magnitud del derrame. Inicialmente, la ministra de Energía, Inés Manzano, dijo que la tubería se rompió por un acto de sabotaje. Una declaración que negó la empresa pública Petroecuador, que administra el oleoducto. Según ellos, la causa fue un deslizamiento de tierra.De otro lado, la ministra de Energía habló de 3.800 barriles derramados. Luego, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos apuntó a que serían 25.116 y fue esa cifra la que Petroecuador terminó por confirmar el 25 de marzo, casi dos semanas después del accidente. France 24 solicitó una entrevista con la compañía petrolera y nos contactaron con Pablo Pérez, su jefe de Seguridad, Salud y Ambiente; con la aclaración de que él hablaría exclusivamente de las acciones que han hecho para contener el derrame. “El plan de contingencias ha sido la colocación de diques, barreras de contención y barreras absorbentes. También en el área marítima hemos desplegado tanques para contener el petróleo y tenemos diferentes puntos de control desde el punto cero a través de los diferentes ríos que para contener secuencialmente”, señaló. Pero la ONG Acción Ecológica denuncia que la compañía no actuó con rapidez y que la mejor prueba de ella es la magnitud de las consecuencias. El petróleo contaminó la fuente de agua que abastece a más de 500.000 personas en Ecuador. El crudo primero llegó hasta el estero Caple. Luego, alcanzó el río homónimo y se expandió por el río Viche y el río Esmeraldas. Este último desemboca en el Pacífico, por lo que el océano también quedó contaminado. De hecho, el Gobierno ordenó el cierre de tres playas: Las Palmas, Las Piedras y Camarones, ubicadas en el cantón Esmeraldas. Adicionalmente, están limpiando otras cuatro, incluida la turística Tonsupa. También hay trabajos conjuntos entre Petroecuador y la colombiana Ecopetrol para monitorear si la mancha negra llega al país vecino.“Lamentablemente, lo que se ha visto en el caso del derrame de Esmeraldas es que las medidas de contención no fueron oportunas, que se tardaron mucho y que por eso es que tenemos la consecuencia de que llegó hasta el mar el derrame. Esto se nota porque el derrame llegó hasta el mar y tenemos algunas personas del lugar que afirman que al día siguiente del accidente, a las 7 a.m., el petróleo todavía no llegaba al río Viche. O sea, lo pudieron haber contenido ahí, pero parece que no hubo las acciones necesarias”, le explicó a France 24 Alexandra Almeida, vocera de Acción Ecológica. La compañía desmiente esta versión, pues afirman que actuaron en cuestión de minutos. “Desplegamos los equipos inmediatamente”, señaló Pablo Pérez y agregó que la rápida expansión del petróleo tuvo que ver con que el accidente ocurrió en una ladera y con el hecho de que la gran cantidad de lluvia que ha habido en la zona hizo crecer los caudales de los ríos.El petróleo contaminó parte de un área protegida de manglares en el norte de EcuadorOtra de las consecuencias es que el crudo llegó hasta el área protegida del Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario Río Esmeraldas, como lo confirmó el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica. El 23 de marzo, el Ministerio declaró la emergencia en el refugio, porque para ellos derrame no solo significa una crisis ambiental, “sino también social y económica; con afectaciones a ecosistemas clave como los manglares, fundamentales para la biodiversidad y la protección costera”.El Ministerio aclaró que dentro del área protegida solo había dos barreras de contención y pidió más. Adicionalmente, habló de la necesidad de “acciones urgentes de prevención” para evitar que el derrame llegue a otras áreas protegidas como la Reserva Ecológica Manglares Cayapas Mataje, Galeras San Francisco y el Refugio de Vida Silvestre Estuario Río Muisne. Al respecto Pablo Pérez, de Petroecuador, indicó que más barreras “podrían ser contraproducentes” por estar en un ambiente frágil. Los verdaderos impactos que ha sufrido la fauna y la flora solo se conocerán cuando Petroecuador y las autoridades ambientales terminen la valoración biótica que están realizando. El accidente petrolero de 2025 es uno de los más graves en la historia de EcuadorMientras se conocen los datos oficiales de los impactos, lo que sí es seguro es que solo midiendo por la cantidad de barriles derramados, este accidente de El Vergel se puede considerar como uno de los más delicados que ha habido en las últimas décadas. Para calcular, con los más de 25.000 barriles derramados, el accidente petrolero de Esmeraldas supera hechos históricos que pasaron en 2009, 2013 y 2020, todos por debajo de los 16.000 barriles de petróleo vertidos. Y fue superado casi tan solo por el accidente que hubo en 1987, cuando un terremoto rompió el oleoducto y se derramaron más de 57.000 barriles. A todo esto se suma que entre 2012 y 2021, hubo más de 1.200 derrames petroleros en todo el país, según las cifras que el Ministerio de Ambiente compartió con el medio Ecuavisa. Y solo en el oleoducto SOTE, se han registrado 77 roturas desde que se construyó, hace 52 años. Si el cálculo se compara con otros accidentes de la región, lo que ocurrió en Esmeraldas tiene más del doble del petróleo que se derramó en Perú en 2022, cuando la compañía Repsol derramó 11.900 barriles al mar en uno de los peores desastres ambientales de ese país. Rony Parra lo estudió. Él es docente y director del Instituto de Investigaciones Hidrocarburíferas de la Universidad Central de Ecuador. Explica que viajaron a Perú en octubre de 2024 y todavía seguían combatiendo las consecuencias del derrame petrolero y sus afectaciones al agua. “Eso dura varios años y, en el caso de Ecuador, dependerá de qué tan grande haya sido el impacto”, concluye. En otras palabras, las consecuencias del derrame de petróleo en la provincia de Esmeraldas apenas comienzan. Y sus secuelas se verán totalmente con el pasar del tiempo.
El dinero estaba destinado a promover proyectos comunitarios de energías limpias, pero el administrador de EPA, Lee Zeldin, alega un supuesto fraude. A esto se suma que levantó 31 restricciones que pretendían limitar la contaminación en el país y le dio poder a Elon Musk para decidir sobre los contratos más cuantiosos. La autoridad ambiental de Estados Unidos tiene cada vez menos dinero, más limitaciones y están redirigiendo sus acciones lejos de la limitación de los contaminantes. Se trata de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). Primero, pausó y luego canceló proyectos de energías renovables por 20.000 millones de dólares del llamado banco verde. En 2022, el Gobierno de Joe Biden creó bajo la EPA una especie de banco llamado Fondo de Reducción de Gases de Efecto Invernadero y lo dotó con 27.000 millones de dólares provenientes de la Ley de Reducción de la Inflación. Ese dinero se iba a repartir en tres programas. El más grande. National Clean Investment Fund, tendría 14.000 millones de dólares para financiar proyectos de tecnología limpia en todo el país. Al segundo, Clean Communities Investment Accelerator, se le asignaron 6.000 millones para fortalecer programas comunitarios que ayudaran a reducir la contaminación y los costos de energía. Y el tercero, Solar for All, subvencionaría 60 proyectos dedicados a energía solar con un total de 7.000 millones. Los tres tenían el objetivo de enfrentar la crisis climática y promover la independencia energética de Estados Unidos. Pero con el cambio de Gobierno, la nueva administración de la EPA quedó bajo el mando de Lee Zeldin, un republicano leal a Donald Trump y con poca experiencia ambiental. El 12 de febrero de 2025, ordenó congelar los tres fondos alegando un posible fraude y refiriéndose a que el dinero era un desperdicio tal como lanzar lingotes de oro al mar desde el Titanic. Zeldin se refería a que su equipo había encontrado 20.000 millones de dólares supuestamente implicados en fraude. Pero ese dinero había sido asignado públicamente por el Congreso de Estados Unidos desde abril de 2024. De hecho, senadores demócratas le enviaron a Zeldin una carta para pedirle que reconsiderara “sus intentos de recuperar la financiación” del banco verde. En la misiva, replicaban que la EPA no había realizado ningún “descubrimiento” porque los fondos habían sido otorgados de manera pública y le pedían una respuesta para antes del 3 de marzo. Lo que llegó fue la decisión de la cancelación definitiva de dos de los tres programas del banco. El 12 de marzo, el administrador de la EPA anunció el fin del National Clean Investment Fund y del Clean Communities Investment Accelerator, y solo dejó en pie los proyectos de energía solar. El primero de los fondos dedicado a inversión limpia se dividió entre tres grupos y el que más dinero obtuvo fue Climate United Fund, con casi 7.000 millones de dólares.Cuando la EPA congeló el dinero, este colectivo demandó a la agencia ambiental alegando que no había dado evidencias de fraude ni de dineros perdidos, que además habían sido aprobados por el Congreso, una pelea que continúa en los estrados.El segundo fondo para acelerar las inversiones de energías limpias en comunidades dividió los 6.000 millones de dólares entre cinco programas. Pero con la cancelación de la EPA, se cancelaron así los dos grandes fondos por 20.000 millones de dólares.Leer tambiénEE. UU. busca revertir decenas de normas, en la “desregulación más trascendental" de su historia”Otras acciones de la EPA en Estados UnidosLas decisiones no solo se han limitado al banco verde. El presidente Trump afirmó el 26 de febrero que la EPA planeaba despedir a un 65% del total de 16.000 trabajadores. Luego, luego la Casa Blanca y el propio Lee Zeldin aclararon que iba a ser más un recorte de presupuesto y no de empleos. Pero esto no significa que no haya un impacto. Congresistas demócratas del Comité Científico de la Cámara de Representantes le suministraron información a The New York Times de que estos planes incluían el despido de un millar de expertos ambientales, con lo que se eliminaría casi por completo el brazo de investigación científica de la EPA.Además de esto, Zeldin emitió una nueva directiva para que todos los contratos que haga la EPA superiores a 50.000 dólares tengan que tener la aprobación de Elon Musk y su grupo de Departamento de Eficiencia Gubernamental, que está haciendo grandes recortes de dineros federales. Posteriormente, la EPA anunció 31 acciones para remover los controles que impedían el aumento de la contaminación. Dentro de las regulaciones que se eliminaron se incluyen restricciones al petróleo y al gas, informes obligatorios sobre las emisiones de gases de efecto invernadero que producen las empresas y los impuestos que había designado Biden por cada tonelada de dióxido de carbono producida. El argumento de Zeldin es que todas esas regulaciones subían el costo de vida de los estadounidenses. Pero más allá de eso, las acciones demuestran que la agencia ambiental de Estados Unidos está cumpliendo la política de Trump de reforzar los combustibles fósiles con su promesa de “perforar, baby, perforar”. Un lema que parece haber llegado también a la entidad encargada de proteger al medio ambiente.Leer tambiénEn un solo día, Trump cambió el rumbo de la política ambiental de EE. UU.
El Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea alertó que el pasado mes fue el febrero con mayor derretimiento del hielo en el Ártico desde que se tiene registro hace 47 años y la Antártida tuvo su cuarto mes con más pérdidas. Sea verano o invierno, el hielo marino de los polos se derrite a gran velocidad. A finales de enero y en tan solo una semana, la capa de hielo del Ártico disminuyó tanto que se perdió una extensión casi del tamaño de toda Italia. El Servicio de Cambio Climático de Copernicus, de la Unión Europea, alertó que “una disminución tan rápida es inusual en esta época del año” cuando debería estar en sus máximos anuales por ser invierno en el hemisferio norte. Una realidad que evidencia cómo el Ártico se está calentando hasta cuatro veces más rápido que el promedio global.El Ártico alcanzó su extensión mensual más baja con un 8% por debajo de la media de hielo marino. Con esa cifra, febrero se convirtió en el tercer mes consecutivo en el que se alcanzó un récord. Los 13,7 millones de kilómetros cuadrados de hielo fueron, además, el dato más bajo para ese mes desde que se tiene registro. La línea naranja del siguiente gráfico muestra el máximo de hielo que ha habido en el Ártico en los meses de febrero desde 1991 y la parte blanca es la extensión actual. En el sur del planeta, la Antártida vive su punto más bajo de hielo a principios de año y la de este febrero fue una de las más bajas desde que se tiene registro. Allí, el hielo marino alcanzó 2,10 millones de kilómetros cuadrados. Esto es un 26% por debajo del promedio del registro para los meses de febrero y la cuarta más baja para este mes. Durante esta época, la capa congelada de la Antártida desaparece casi por completo, excepto en parte de la costa oeste del continente y en el mar de Weddell. Allí está el iceberg A23a, que es el más grande del mundo, incluso con el deshielo. Pero con los derretimientos comenzó a moverse desde 2020 hacia el norte y los científicos temen que pueda chocar con la isla Georgia del Sur; una zona crucial donde los pingüinos y las focas tienen a sus crías. Los registros negativos de lo que ocurrió en el Ártico y en la Antártida provocaron que febrero de 2025 alcanzara un nuevo mínimo histórico, cuando la cobertura de hielo marino global fue de 16,04 millones de kilómetros cuadrados. Todo esto es relevante porque el hielo marino es fundamental en la regulación de la temperatura del planeta. Esas capas congeladas absorben la luz solar, pero cuando se derriten, ocurre el efecto contrario y el agua del océano refleja los rayos del sol, con lo que aumenta la temperatura y se acelera el calentamiento global.
El único oso que existe en Suramérica enfrenta un estado vulnerable de existencia porque cada vez se pierden más los páramos y bosques andinos donde habita. Sin embargo, en Colombia, hay un área protegida donde vive que está tan bien cuidada que este animal puede hacer sus largos recorridos. Allí, diseñaron una metodología única que hoy se replica en la región para contar cuántos individuos de esta especie existen. El oso andino es el guardián del páramo y el bosque que, además, es una de las ocho especies de osos que existen en el mundo y la única de América del Sur.En Colombia, Arley Muñoz es una de las personas que más los ha visto. Hasta hace dos años, había realizado por lo menos 125 avistamientos. Luego, este ingeniero ambiental que trabajaba con el Parque Nacional Natural Chingaza en Colombia, dejó de llevar la cuenta y comenzó a fotografiarlos. “Es un animal muy misterioso que para nuestros antepasados, el oso es el guardián del páramo, del agua. Dependiendo de la energía que tú traigas, esa energía se ve reflejada para que el oso se pueda ver”, dice para explicar cómo lograr ver tantas veces a este animal.La manera de identificarlos es por sus manchas en el rostro, por las que en muchos países los llaman osos de anteojos. Estas marcas son tan únicas como una huella dactilar. A la identificación visual se suma la experticia de los guardabosques para rastrear las huellas de los osos andinos. Ellos han aprendido a identificar qué plantas han servido de comedero para estos animales, según el corte que vean en las hojas. “Las plantas tienen las marcas de la garra para poder arrancarla y el corte es que lo deshilacha porque no tiene los dientes para hacer un corte fijo”, indica.Justo en Chingaza, un parque cerca de Bogotá, la capital colombiana, se desarrolló una metodología única para contar al oso andino. Son los modelos de ocupación que usan la probabilidad de presencia y los factores que afectan a la especie. Con esa información, hacen un estimado de cuántos individuos puede haber en cierto espacio. Esa metodología se replica también en Ecuador, Perú, Bolivia y prontamente en Venezuela. Esto significa que se utiliza en todos los países donde está el oso andino. En Argentina, algunos investigadores señalan que consiguieron huellas para probar que el oso andino también está en ese país; pero otros señalan que se equivocó porque es un animal que recorre tantos kilómetros que existe la posibilidad de que haya sido un individuo que caminó desde Bolivia, como lo explicó Robert Márquez. Él es el coordinador de la Alianza para la Conservación del Oso Andino y uno de los grandes conocedores del tema en la región con más de 20 años de experticia. Justamente, como la especie necesita un terreno tan amplio para moverse, los expertos ambientales en Colombia combinaron las áreas protegidas con predios privados para conformar los núcleos de conservación, que son zonas a cuidar para que el oso andina pueda tener su ecosistema.Así crearon cinco núcleos que abarcan un total de 4,5 millones de hectáreas. El Parque de Chingaza hace parte de esa red y allí se estima que puede haber entre 50 y 128 osos, de los casi 11.000 que podría haber en toda Colombia, según el modelo que desarrollaron para hacer un cálculo de individuos. Robert explica que para tener 50 machos de oso andino se necesitan al menos 3.800 kilómetros cuadrados. Esto hace que sea una especie sombrilla, lo que significa que al cuidar a este animal, se conserva una amplia biodiversidad por la zona tan extensa que cubre. Además, es una especie única porque, a diferencia de la mayoría de las ocho especies de oso que existen en el mundo, el andino no viene de la misma familia ni comparte tantas similitudes. Sino que es el único representante viviente de los osos de cara corta, como lo explicó el experto. A pesar de su importancia, el oso andino está en una categoría vulnerable, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Sus bosques se están perdiendo por cultivos agrícolas, ganadería en expansión, el cambio climático y la minería. Por eso, Parques Nacionales Naturales ha firmado 170 acuerdos de conservación con la población local para que las comunidades ayuden a proteger al oso andino a la par que tienen proyectos de producción amigables con el medio ambiente. Así, los osos logran transitar por zonas más amplias que van más allá de los lugares protegidos y que incluyen predios privados. Óscar Raigozo es un habitante de Choachí, uno de los municipios donde está el Parque Nacional Natural Chingaza. Este técnico en Saneamiento Ambiental trabaja con el área protegida y con los acuerdos de conservación. “La comunidad se compromete a seguir conservando las partes altas del bosque, porque es algo que ya han hecho. A cambio, se ayudan a fortalecer los procesos productivos”, explicó Óscar. México intenta prohibir el maíz transgénicoEl Congreso del país discute prohibir la siembra de maíz transgénico. La Cámara de Diputados ya aprobó el cambio constitucional y solo falta la luz verde del Senado. El gobierno promovió el proyecto de ley afirmando que es para proteger los cultivos nativos de maíz y los cataloga como un “elemento de identidad nacional” que sirve de alimento base del pueblo y de los grupos indígenas. Aunque el texto solo prohíbe la siembra, pero sí permite la importación. COP16: la cumbre termina con promesas financieras para la biodiversidadEn Roma terminó la cumbre de biodiversidad COP16. El encuentro internacional inició en octubre de 2024 en Cali, Colombia; pero quedó suspendida por falta de quórum para definir el último punto de las negociaciones y el más difícil de todos: las finanzas.Así se reunieron en Italia. Y cerraron con dos grandes anuncios. Finalmente, aprobaron el plan para destinar 200.000 millones de dólares anuales a la diversidad biológica de aquí al 2030, una idea que venía desde cumbres anteriores, pero que no se había concretado. Por otro lado, dieron luz verde a la creación de un plan global de financiación, que será el fondo para manejar los dineros de la biodiversidad. Países como Francia y Alemania presionaron para que el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) continuara operando los recursos. Pero el Sur Global se oponía diciendo que eran procesos demorados y burocráticos. A cambio, abogaban por un nuevo mecanismo. Pues ahora acordaron crear un nuevo plan y comenzar a estructurarlo de aquí a la siguiente cumbre, la COP17, que será en 2026 en Armenia.
Los llamados PFAS se encuentran en los materiales para impermeabilizar la ropa, en las cajas de pizza, en envases plásticos y en los sartenes de teflón, entre otros. Dentro de la Unión Europea crecen las presiones para una restricción total porque pueden contaminar el ambiente y los ríos durante décadas. Francia dejará de tener plásticos eternos. Desde el 1 de enero de 2026, el país no podrá fabricar, importar ni vender una serie de productos si tienen los llamados PFAS. Estos son más de 10.000 sustancias químicas sintéticas muy difíciles de descomponer en el medio ambiente, al punto que pueden durar siglos. Por eso se les conoce como químicos eternos. Se ha reportado que algunos se acumulan en el cuerpo y pueden provocar cáncer, alterar el sistema inmunológico y la fertilidad. Por eso, el Senado y la Asamblea francesa aprobaron una ley para prohibirlos.La iniciativa la llevaron los verdes al Legislativo desde abril de 2024. Pero desde sus inicios, hubo movimientos en contra de la normativa. Por ejemplo, en frente de los legisladores, hubo protestas organizadas por empleados de la francesa Grupos SEB, que son los fabricantes de los sartenes de teflón Tefal. El teflón es además uno de los materiales que contiene plásticos PFAS. El resultado de esta y otras pugnas fue que, en el primer debate legislativo, tumbaron la posibilidad de prohibir también los utensilios de cocina que tuvieran PFAS. El promotor de la ley culpó al lobby empresarial. “Señoras y señores, acabamos de dar un primer paso importante en la lucha contra los contaminantes eternos. Enviamos un mensaje contundente. Sin embargo, lamento —y voy a empezar por esto— que la dura presión de un industrial haya obtenido el apoyo de la mayoría de los diputados de derecha y de extrema derecha”, señaló Nicolas Thierry, diputado de Los Ecologistas. Casi un año después, el Legislativo aprobó la prohibición para otros productos: cosméticos, la cera que se usa en los esquís y ciertas prendas de vestir, como impermeables y las resistentes a las manchas. Además, desde 2030, Francia prohibirá los PFAS de todos los productos textiles. La excepción será para la ropa de protección industrial y la de profesionales en seguridad.La ley también obliga a las empresas a que paguen 100 euros por cada 100 kilos de PFAS que liberen al medio ambiente. Y añade esta clase de plásticos a la lista de sustancias controladas en el agua potable en Francia. La Unión Europea discute la posibilidad de prohibir los PFASCon la ley, Francia se convirtió en el segundo país de Europa en prohibir los plásticos eternos. El primero fue Dinamarca que, en 2020, restringió los PFAS de los envases de papel y el cartón que se usaba en la industria de alimentos. Además, a partir de 2026 aplicará una prohibición similar a la francesa, pues no permitirá vender ni importar ropa, calzado ni productos que sean impermeables. Podrían no ser los únicos países con estas medidas. De hecho, la Unión Europea ha discutido posibles prohibiciones desde hace años y, desde febrero de 2023, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) estudia la posibilidad de una “restricción universal” de los PFAS.La idea la impulsaron Alemania, Dinamarca, Noruega, Países Bajos y Suecia; y todavía está en discusión. Hasta ahora, el bloque ha impuesto prohibiciones parciales. La Comisión Europea restringió en 2024 un subgrupo de los PFAS: el del ácido undecafluorohexanoico. Este usa por ejemplo en las cajas de las pizzas, en las chaquetas para la lluvia o en los aerosoles para impermeabilizar. A esto se añade que la Agencia Europea de Medio Ambiente encontró que una de las sustancias de los PFAS superó los límites permitidos en el 59% de los sitios que estudiaron en ríos. Por lo que crece la presión para prohibirlos. Pero no es un debate fácil. Desde 2022, periodistas de toda Europa crearon una alianza para investigar sobre los PFAS llamada ‘Forever Pollution Project’ y en enero de 2025 publicaron sus resultados sobre la presión que están ejerciendo múltiples compañías. El conglomerado de periodistas denunció una campaña masiva de lobby y desinformación donde las compañías dicen que los plásticos eternos no contaminan o que los pueden eliminar del ambiente. Aunque los cálculos de la investigación periodística es que la limpieza podría costar hasta dos billones de euros. Todo demuestra que la prohibición a los PFAS no está exenta de resistencia y que el camino por una restricción total en la Unión Europea todavía es un camino largo de recorrer.