Tomarse el tiempo para meditar en la Palabra de Dios transforma lentamente nuestra manera de pensar, actuar y responder a quienes nos rodean.
¿Está usted eligiendo ver y satisfacer las necesidades de quienes Dios le ha dado para que les sirva?
Para impactar la vida de otros con el amor de Dios, se requieren tiempo y energía.
No deje que el ajetreo de la vida diaria le robe el gozo y la plenitud que proviene de pasar tiempo con Dios.
Todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros son perdonados cuando aceptamos el regalo que el Señor Jesucristo nos dio al morir en la cruz y resucitar.
Gracias a que Cristo murió, tenemos vida abundante, amor incondicional y una relación con nuestro Padre celestial.
Las bendiciones de Dios se disfrutan mejor cuando le servimos.
Las personas sabias hacen una pausa para escuchar los consejos de los demás; los insensatos ignoran las advertencias de peligro.
Cuando sienta ira, haga una pausa en oración para clamar por la sabiduría de Dios.
Dios comprende las complejidades del corazón humano y es fiel en todos los momentos de confusión que enfrentamos.
Aquel que creó los Cielos y la Tierra quiere estar donde estamos nosotros para que podamos conocerlo mejor.
Un corazón humilde y confiado nos permite aceptar la voluntad de Dios en vez de resistirnos a ella.
Desprenderse de lo conocido puede ser difícil, pero donde Dios guía, la bendición sigue.
Nuestro Dios es un poderoso Redentor que transforma nuestros fracasos en testimonios de su gracia.
Al cambiar nuestra voluntad por la de Dios, descubrimos lo que es verdaderamente bueno y satisfactorio en la vida.
Aunque obedecer a Dios puede implicar cambios o, a veces, incluso pérdidas, podemos confiar en que Él nos dará una justa recompensa.
Las distracciones solo ofrecen un alivio temporal del dolor; en cambio, nuestro Padre celestial promete sanidad plena.
Es imposible que Dios nos olvide: somos sus hijos y estamos inscritos en sus manos.
La seguridad y el amor que necesitamos siempre pueden encontrarse en la presencia de nuestro Padre celestial.