Sven y Amarilla ya habitando el más allá, incluso sin darse cuenta en qué momento han muerto, alucinan su separación, sin saber que en realidad murieron juntos bajo el bombardeo.
Capítulo último de El Perseguidor. Una historia callejera, de madrugada, una de verano. “Nadie sabe nada de nadie” Jhonny reniega del dios de Bruno “me has hecho aceptar a tu dios, y ahora vas a tener que quitar esa parte de tu libro. No sé si hay dios, yo toco mi música, y hago mi dios, no necesito tus inventos” “No es una cuestión de más música o de menos música. Por eso a veces pisoteo el saxo, y la gente sigue pensando que es que se me ha ido la mano con el alcohol”“El compañero Bruno anota en su libreta todo lo que uno le dice, salvo las cosas importantes, nunca pensé que podrías equivocarte tanto” “No es que me moleste que hayas escrito una obra para el público”“Milles toco algo hermoso, que casi me tira de la silla” Observando París desde sobre el agua del Sena. “me parece que he querido nadar sin agua” “y Bee está muerta Bruno. Yo creo que tienes razón, tu libro está bien” “No puede ser que no haya otra cosa, no puede ser que estemos tan cerca, tan del otro lado de la puerta”“Lo único que me consuela es que murió contento, y sin saberlo”
Cuántos siglos han pasado mientras yo trataba de encender un cigarrillo. Cansados de sentirnos como perros. De repente una silla fue lo increíble. Un café doble por favor. Johnny ha aceptado acompañarnos un rato, hasta la próxima fuga. Un tarareo lo ha hecho regresar. Un tarareo de Momys blues lo trajo a la realidad. La Marquesa con un cigarrillo en la boca. Hemos empezado a caminar en Saint Germain des Près. La noche es magnífica. Dentro de un rato el tabaco nos obligará a beber cerveza en un café. La literatura es como un espejo, es fiel ; Para Jhonny hacen falta cosas. Hay periódicos volando en la calle. Es lo de siempre, y volvemos a lo de siempre. Esto ya lo toqué mañana. Me mira, hace un gesto incomprensible. La cólera me sostiene. El libro no dice la verdad, pero tampoco miente. ¿Estas serán realmente urnas Bruno? Te has olvidado de mí. Yo era lo único que hacía falta en tu libro.
Dedé pide ayuda a Bruno casi al borde del llanto. Jhonny se encuentra demacrado, los conciertos han sido anulados. A Johnny le importa un bledo que las cosas se hayan ido al carajo, solo piensa en las urnas, su imaginario referente a un cementerio. Urnas llenas de ceniza ; todo esto mientras se encontraba en el estudio listo para grabar Amorous. Se burla de la función de los enfermeros, y los doctores. Después de las urnas, agujeros, agujeros por todas partes, agujeros que nadie podría ver, porque todas las imágenes de la gente son imágenes dictadas, no realmente percibidas. Johnny se encuentra dentro de sí mismo, pero no en esta realidad ; para poder percibir el rostro de Bruno tiene que tocarlo, como una imagen de ciegos.
Johnny en su lucha atrapando el tiempo, haciéndolo detenerse para tratar de entrar en él. mientras que los demás pugnan por su perdición y por su arte. Un poco de ron para encender la luz.
Dedé y La Marquesa luchando por mantener a Jhonny dentro del vicio, dentro de su delirio, dentro de la música ; pero Johnny lejos de entender su realidad tal como la ven los demás, su realidad es una en que el tiempo no transcurre por hacerlo y sin parar, es una en que el tiempo solo corre cuando la música inicia.
Jhonny anhelando un poco de ron, las últimas gotas que restan en el frasco. A Bruno poco o nada le importa el alcoholismo de Johnny pues al final igual obtendrá su material. Iniciado con el Ron Jhonny se monta en el tren de la memoria y reencuentra sus recuerdos.
Un primer momento o tal vez muchos, en los que el delirio lo confunde todo y no se sabe más cuando se está, si ayer o hoy, o si esto lo estoy tocando mañana!Cuento largo o novela corta, en la que se plantea una ficción de la vida de Charlie Parker, bajo el seudónimo de Johnny Carter. Un acercamiento de la mano de un periodista amigo Bruno que nos da una perspectiva de lo que era este fenómeno de la música Jazz.
Sobrevolando este cielo de cenizas queda retratado este gran regalo de Rafael Chaparro Madiedo, largo viaje de Mujodi Degbu piloteando la nave y su voz. Deja tu comentario si quieres que Mujodi lea "El pájaro speed y su banda de corazones maleantes"
Aquí nos dejó la barca, Amarilla del otro lado del horizonte, Sven detrás de la oscuridad, resignado a la soledad y al dolor, con los rezagos del vodka y en la compañía de Joe.
Se nos anuncia el acabose, el cataclismo, para acabar con el caos de la ciudad.
Qué es lo que se escribe mientras viajas por la carretera, cuántas historias se convierten en poesía, en melodía.
Una lógica animal pasada por el filtro de los licores de la vida cotidiana. Pink Tomate lamiendo de la mano de Amarilla los diferentes alcoholes que le darán el color a sus días.
Carreteras llenas de cielitos restringidos
Al interior de Marciana y su delirio de autopista en autopista, de Max a Noé, de Noé a Hayway 34.
En la voz de Pink Tomate, una historia de doble muerte y decepción
Amarilla y Sven dan un paseo por el parque de diversiones, pasan de una historia truculenta a su propia historia, necesitando un poco de alcohol para digerir esta serie de eventos. Bañados en una lluvia rosada deciden terminar la noche yendo a ver las estrellas bajo los aviones atravesando el cielo de Mayo.
Opio comentado. Proyecto de Lecto-Reacción de Opio en las nubes, Un momento de juego en el que nos permitimos explorar dentro del imaginario de Rafael Chaparro Madiedo, y su ciudad nocturna llena de Licor y de flores. La fiesta trasciende la noche, y abre sus puertas para una nueva serie de personajes que habitan la calle Blanchot. Martha serà el sacrificio que purgarà la noche, culminando la fiesta, sin mas remedio que salir a dar café negro para las palomas.
Una celebración Bomba
Opio comentado. Proyecto de Lecto-Reacción de Opio en las nubes. Nadie habla con nadie.