Un día el señor Shoaff me dijo, “Jim, si quieres ser rico y feliz, aprende esta lección muy bien: Aprende a trabajar duro contigo mismo, incluso más que en tu trabajo.”
El primer paso son las buenas ideas. Conviértase en un coleccionista de buenas ideas. Mi mentor me enseñó a llevar un diario cuando tenía veinticinco años y yo lo he seguido haciendo hasta ahora. Estas buenas ideas pasarán a mis hijos y a mi nietos.
Todos nosotros, ricos o pobres, jóvenes o viejos, educados o no educados, somos la suma total de todas aquellas personas y eventos que de alguna manera nos tocaron desde que llegamos a este mundo. Cada pensamiento que nos ha interesado ha producido su efecto en lo que somos ahora. Cada película que hemos visto ha producido su efecto. Cada libro o revista que hayamos leído ha producido su efecto. Cada show de TV ha producido su efecto. Cada decepción, triunfo, duda, sueño y amor por alguien, han producido su efecto. Lo que somos y lo que tenemos lo hemos ocasionado lentamente nosotros mismos.
La gente me pregunta cómo me volví exitoso en un período de seis años en el que muchos otros no lo lograron. La respuesta es muy simple: Las cosas que a mí me parecían fáciles de hacer, a otros les parecía fácil no hacerlas. A mí me pareció fácil fijarme las metas que cambiaron mi vida. A los demás les pareció fácil no hacerlo. Me pareció fácil leer los libros que podían afectar mis pensamientos y mis ideas. A los otros les pareció igualmente fácil no leerlos.
He escuchado tanta gente que dice “nunca voy a poder ser una persona que marque una diferencia con mis proyectos porque: • No soy lo suficientemente inteligente para lograrlo, • No tengo el poder adquisitivo para conseguir la información que necesito para llegar tan lejos, o • Tengo demasiados problemas emocionales.
Mi mentor original, Mr. Shoaff, durante un período de cinco años antes de morir a los 49 años, me enseñó algunas cosas simples y extraordinarias. Tomemos en cuenta que él sólo llegó hasta el noveno grado en el colegio, nunca terminó la secundaria y nunca fue a la Universidad. Por este motivo presentaba sus experiencias e ideas en un lenguaje muy simple, lo cual, pienso que para mí – hijo de granjeros de Idaho – fue muy importante.
Cada vez que nos llega una nueva idea, nuestro subconsciente la mide y la pesa para determinar qué nivel de acción es necesario tomar respecto a ella. Aquellas ideas que quedan en lo alto de la escala, reciben nuestra inmediata atención; las que quedan en la parte baja, reciben mínima o ninguna atención. Cualquiera que sea el nivel de acción que determinemos correcto, la decisión final será tomada según nuestra filosofía.
Diez mil es el segundo número mágico de la psicología. El primero en orden de descubrimiento fue “7+(-2)”. Lo descubrió George Miller e indica que el espacio de nuestra conciencia o de nuestra memoria inmediata sólo puede albergar entre cinco y nueve datos. Un número de teléfono está justo en el límite. Luego se descubrió que nuestra inteligencia es muy astuta, y que puede albergar más información chunkineando, palabra que me gustaría lanzar, y que significa “agrupar para simplificar”. Recordar 3 y 8 ocupa dos plazas del garaje de la memoria, pero 38 sólo una. ¿Y el número “diez mil” a qué se refiere?
En los últimos tiempos se habla mucho de lo importante que es tener pasión por lo que se hace. Muchos autores de productividad y coaching llegan al punto de animar a todos a cambiar de trabajo y tratar de ganarnos la vida haciendo lo que nos gusta. Esta máxima se está convirtiendo en una moda que en ocasiones está llevando a resultados que no son los esperados.
Para sacar tiempo al tiempo podemos aumentar nuestra productividad, centrando nuestros objetivos realmente importantes y descartando cualquier actividad que no vaya encaminada a su consecución. Pero hay otra forma igual o más efectiva: madrugar.
Tu productividad depende en gran medida de tus habilidades. La habilidad es la forma en que haces algo. Y esa forma de hacer está determinada, mayoritariamente, por los hábitos relacionados que has desarrollado.
Capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien: mantén tu disciplina en el trabajo y progresarás rápido.
Donald Trump, multimillonario norteamericano, dueño de varios negocios e inversiones en distintas partes del mundo, es el más indicado para brindarnos claves o consejos sobre negocios y sobre cómo alcanzar el éxito; veamos a continuación 10 de ellos, tomados de una de sus grabaciones...