La fe solo se activa en aquellos que creen. Una fe activa percibe el tiempo de transición, tiempo de un nuevo orden de vida, eso es reforma.
La revelación viene para avisarnos que es hora de transicionar y llegar a otro nivel del orden de Dios.
Las palabras de Jesús nos enseñan que nuestra fuente tiene que ser renovada y a preguntarnos en qué está basada nuestra revelación.
Lo que somos de adultos viene de la información que recibimos de niños.
Tenemos un equipo especializado en procesar información para ubicarnos en tiempo y espacio y estar preparados para cuando nuestra estructura mental lo necesite.
Cuando se tienen mapas mentales pobres desde la infancia se corre el riesgo de seguir modelajes destructivos.
Estos mapas son difíciles de romper y desestructurar pues son los que determinan e influyen el estilo de vida y comportamiento para bien o para mal.
El comportamiento es lo que menos se presta al cambio, el proceso requiere que se cambie el valor y se siga el modelo correcto.
El valor que procesas recibe el carácter de un principio que te guía.
La información que recibimos lleva todo un proceso dentro de nosotros, lo configuramos de tal manera que nuestro sistema lo distribuye por todo el organismo.
El ser humano recibe información desde que es engendrado y que se queda grabada en alguna parte del cuerpo; esa es información codificada.
Dios quiere reformarnos y que podamos cambiar la estructura interna de aquello que hemos manejado mal exteriormente.
Dios siempre pendiente de nosotros, cuando hacemos algo que no está correcto Él dice: de todos modos te voy a ayudar, voy a sacarte adelante. Colócate a su lado y alcanza todo lo que tiene par ti y tu descendencia.
No te acostumbres a las formas de la sociedad que no tienen principios y solo viven bajo valores.
Si cumples con tu parte Dios cumple con la suya. Todo lo que hagas en la tierra impactará el cielo y lo que dejes de hacer en la tierra se dejará de hacer en el cielo.
Abraham y Dios hacen un pacto. Dios le da una nueva oportunidad a Abraham y lo une a él cuando le cambia el nombre.
El momento de tentación es el que aprovecha el adversario para llenarte las manos de cosas materiales pero fuera de Dios. Tomar bienes sin tomar en cuenta a Dios, es salir del pacto.
Hay relaciones que se deben terminar por nuestro bien, relaciones de las que debemos separarnos para poder a hacer el camino que Dios nos ha marcado.
Si hay algo a lo que no te ha mandado Dios, tendrás que volver por donde empezaste y rehacer tus pasos porque te moviste sin que Él te dijera, te involucraste sin su consentimiento y eso para Él no cuenta,