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Reinas, Damas y Señoras
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Reinas, Damas y Señoras

Author: Aragón Radio

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Fueron esposas, madres, hijas, amantes y hermanas de los primeros reyes de Aragón y apenas sabemos nada de ellas, hasta el punto que, de algunas, no conocemos ni siquiera el nombre. A finales del siglo XIII Ramon Llull dejo por escrito una creencia que se mantendría a lo largo de los siglos

"el hombre es más noble criatura que la hembra, por ello de natura desea más la hembra tener hijo que hija".

En una sociedad en la que las mujeres existían públicamente en cuanto tenían un papel en la familia, su situación era siempre de dependencia, bien de un padre, bien de un marido o de un hermano. Las esposas de los monarcas fueron peones de un tablero de ajedrez internacional donde  contaban, sobre todo, las estrategias políticas según el momento que se vivía, las alianzas que pudieran establecerse con otras familias gobernantes, primero con las de pequeños condados no excesivamente lejanos, como Bigorra en el sur de Francia, o con el de Urgel.  Era, al principio de la historia, un reino de frágiles cimientos que podía desaparecer tras una breve existencia y para consolidarse necesitaba apoyos de todo tipo, y no sólo para las campañas militares  sino también las que les proporcionaban nuevos entronques familiares con dinastías más lejanas que consolidaron el nombre de Aragón en Occidente a lo largo de los siglos medievales. Mujeres de diversas partes de Francia (Aquitania, Roucy, Montepellier …), de Castilla, de Sicilia, Portugal, Navarra, … y hasta de Hungría y Chipre, por sólo citar algunos casos, casaron con reyes e infantes de Aragón.

Anabel Lapeña y Ana Segura buscan y rescatan las historias y las voces de estas mujeres desconocidas en un podcast que se acerca a la historia de una manera diferente.
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Digno miembro de la dinastía de los Aragón, Jaime II, al igual que su bisabuelo, su abuelo y su padre, también tuvo hijos naturales. Sin embargo, en este caso, aquellos que han quedado documentados, no fueron fruto del adulterio sino que el monarca los concibió antes de casarse con Blanca de Anjou. Quienes fueron estas mujeres y que sabemos de estos hijos, pero también el papel de nobles de la corte que actuaban como “celestinas” o “conseguidores” del monarca, quienes eran hijos que ya adultos reaparecen para reclamar un reconocimiento y cómo las amantes de los reyes conseguían demostrar el fruto de estas relaciones son cuestiones que explicamos en este capítulo.
Isabel tenía 8 años y era la única hija y por lo tanto heredera del rey de Sancho IV de Castilla y María de Molina cuando se pacta su boda con Jaime II, sucesor de su hermano Alfonso III, una boda buscada para terminar con los problemas con Castilla. Sin embargo el papa tiene otros planes y no concedió la dispensa por consanguinidad. La boda se anuló y el rey de Aragón devolvió a la joven a Castilla, con la consiguiente humillación de su madre, María de Molina y abriendo de nuevo el frente de los enfrentamientos con los vecinos del oeste.
Leonor de Inglaterra, fue “la novia eterna” en una rocambolesca historia que parece el argumento de una película. Destinada a contraer matrimonio con Alfonso III de Aragón, la boda tuvo tres intentos, frustrados por diferentes motivos: un cambio de idea de Aragón que prefirió intentar una boda con Juana de Navarra, la excomunión del padre del novio Pedro III a causa de la toma de Sicilia y finalmente, una muerte pocas horas antes de la ceremonia. Es una historia rocambolesca que nos permite, entre otras cosas, comprender el poder del papa en la época.
Constanza de Sicilia y Pedro de Aragón estuvieron casados más de 20 años, desde 1262 a 1285, cuando la muerte de Pedro puso fin a un matrimonio que pasó separado los últimos años, él en la península, ella en Sicilia. Entre ellos hubo, según cuentan las crónicas, un clima de entendimiento y confianza mutua a lo largo de los años y de hecho, Constanza tendría un papel clave en el día a día del reino. El matrimonio tuvo como fruto al menos seis hijos que han pasado a la historia: Alfonso, que reinaría como Alfonso III de Aragón, Jaime que sucedería a su hermano como Jaime II, Federico que fue rey de Sicilia, Isabel, Violante y Pedro. Pero además, Pedro tuvo una larga lista de hijos fuera del matrimonio que los historiadores han rastreado e identificado. De ellos y de vida íntima en la corte hablamos en este capítulo de Reinas, Damas y Señoras, mujeres en las sombras de la Casa Real de Aragon.
En 1262, el día de Pentecostés y en Montpellier, contraían matrimonio el heredero de la Corona de Aragón, Pedro y la heredera legítima del reino de Sicilia, Constanza, hija del rey Manfredo de Sicilia, del linaje de los Hohenstaufen o Staufen. Constanza era entonces una muchacha de catorce años, ocho menos que el que iba a ser su marido y se convirtió así en la esposa del heredero de la corona de Aragón y poco después en reina. Ella aportó Sicilia a la corona, un nuevo reino que traería consigo numerosos problemas a lo largo de décadas, problemas que afectarían, incluso, a la vida personal y matrimonial de los monarcas aragoneses.
En su último testamento, Jaime el Conquistador estableció que su primogénito, Pedro III recibiera los títulos de rey de Aragón y de Valencia y conde de Barcelona, pero no el de rey de Mallorca ni tampoco de los condados de Rosellón y la Cerdaña que, junto con el señorío de Montpellier, quedaron en manos de su hermano Jaime. Con Violante de Hungría, Jaime I tuvo nueve hijos que contrajeron matrimonios acordados y movidos por intereses políticos con distintas casas reales, enlaces que buscaban mantener una línea de equilibro a tres bandas: Castilla, el Mediterráneo y Francia. De este difícil equilibro, de la situación de Aragón en este momento histórico y de las negociaciones matrimoniales y sus motivaciones hablamos en este capítulo de Reinas, damas y señoras.
El relato documentado más antiguo de la historia de los Amantes de Teruel, aparece fechado en un protocolo notarial de 1619 en el que se anotó que transcribía “un papel escrito en lengua antigua”. Es nuestro punto de partida para un capítulo especial de “Reinas, damas y señoras”, grabado con público en Teruel, en la Fundación Bodas de Isabel, que explora a través de esta historia, la de Diego e Isabel, los amantes de Teruel, cómo era la sociedad medieval a mediados del siglo XIII. En torno a esta historia, la de los Amantes de Teruel, se ha construido una parte importante de la identidad de una ciudad, que celebra cada año la magnífica recreación de estos hechos. Pero ¿Cómo era el Teruel de la época? ¿Cómo era la estructura social, las costumbres matrimoniales que propiciaron nuestra historia? ¿Cómo pudo ser la vida de Isabel en aquellos cinco años de espera?
Jaime I contrajo dos matrimonios reconocidos, con Leonor de Castilla a 13 años y con Violante de Hungría poco después de cumplir los 20. El primer matrimonio fue disuelto por razones de parentesco y dejó un hijo, Alfonso. El segundo matrimonio con Violante de Hungría duró 12 años, y juntos tuvieron 9 hijos. A Leonor, Violante y Teresa se suman una larga lista de mujeres cuyos nombres la historia ha preservado junto al de Jaime el Conquistador.  De ella hablamos en este capítulo de Reinas, Damas y Señoras.
Jaime I había conseguido deshacer su matrimonio con Leonor de Castilla y todavía no había celebrado sus nupcias con Violante de Hungría cuando conoció, siendo ella una niña de apenas 15 años a Teresa Gil de Vidaurre, hija de un noble navarro. Cuentan las crónicas que el rey quedó tan impresionado por su físico que conseguir sus favores, le hizo promesa de matrimonio. Pero la promesa no se materializó en esos momentos pues el rey se casó poco tiempo después en Barcelona con Violante de Hungría (8 de septiembre de 1235), y al parecer ella también contrajo matrimonio con un tal Sancho Pérez de Lodosa, del que pronto enviudó. A pesar de los matrimonios de cada uno, Jaime I y Teresa Gil siguieron manteniendo amoríos esporádicos de los que nacieron al menos, dos hijos varones. Jaime, señor de Jérica (h.1238 - † 1285) y Pedro, señor de Ayerbe (h.1240 -† 1318).  De esta larga relación hablamos en este capítulo de Reinas, Damas y Señoras.
Huérfano de padre y madre a los cinco años, criado por los templarios en Monzón, “el más bello hombre del mundo” según Bernart Desclot, Jaime I, el Conquistador, fue un que puso su espada y su capacidad de estratega al servicio armado de la cristiandad, en su lucha contra el Islam y amplio considerablemente los terrenos de la corona de Aragón por lo que fue conocido como Jaime el Conquistador. Pero el mismo calificativo o apodo puede ser utilizado en su vida personal por las numerosas mujeres con las que tuvo relaciones. En este capítulo hablamos de sus primera compañeras, Leonor de Castilla, Aurembiaix de Urgel y Violante de Hungría.
Veinticuatro prohombres, abades, priores, el oficial del obispo y varios religiosos, doce damas y otras tantas doncellas con cirios en la mano  y dos notarios esperan en la puerta de la cámara del rey, mientras dentro se fragua un engaño. Pedro II, que cree acudir a un encuentro secreto, en la más absoluta oscuridad, con la dama de sus sueños, está en realidad yaciendo con la Reina, María de Montpelier, que junto a sus hombres de confianza, le ha tendido una trampa. En ese único encuentro, cuentan las crónicas, se engendraría un heredero. Jaime I, el conquistador. De este episodio y de sus dos esposas, Leonor y Violante hablamos en este podcast con Anabel Lapeña.
Antes de convertirse en Reina de Aragon por su matrimonio con Pedro II, María de Montpellier había estado casada dos veces. Pedro tomó la decisión de rechazarla casi desde el primer momento ya que él ya había logrado sus objetivos con el dominio sobre Montpellier y nada le impedía distanciarse de su mujer y, aún más, gestionar la nulidad de su matrimonio. La única salvación de María era engendrar un heredero, pero ¿cómo hacerlo si no había relación entre ellos? Según los cronistas, se acudió a una estratagema que explicamos en este podcast con Anabel Lapeña, en el que también rastreamos otras mujeres en la vida de Pedro II.
María de Montpellier, la esposa de Pedro II fue una mujer desgraciada que vivió tres matrimonios e innumerables muestras de rechazo. Su dote, la importantísima ciudad de Montpellier y sus tierras la hicieron muy deseada, hasta el momento de la boda. El matrimonio de Pedro II y María de Montpellier fue un desastre pero de sus escasas treguas matrimoniales nacieron 2 hijos: la infanta Sancha (nacida en octubre de 1205) y el futuro Jaime I en 1208,  en este caso utilizando el engaño. Pero esa historia la descubriremos en el siguiente capitulo del podcast Reinas, Damas y Señoras, mujeres ocultas en la Casa Real de Aragón.
22 años de matrimonio, 9 hijos, muestras continuas de afecto en los documentos conservados, una vida activa en la política y las decisiones del reino y la fundación de uno de los grandes monasterios del Reino de Aragón, Sigena. Sancha de Castilla, la esposa de Alfonso II de Aragón fue una mujer extraordinaria, que compartió su vida con el rey estando a su lado en grandes momentos y decisiones. Su legado fue el futuro de sus hijos pero también importantes obras de arte creadas para el lugar donde paso sus últimos años y se criaron algunas de sus hijas, el monasterio de Sigena.
Ramon Berenguer muere años después tras una vida larga y repleta de éxitos militares y conquistas. Deja a Petronila viuda con apenas 26 años. El primogénito, el infante Pedro había fallecido siendo un niño y es entonces, al fallecer el Conde de Barcelona, cuando Petronila cambia el nombre del heredero. Ramón nombre de la casa condal de Barcelona, por Alfonso, probablemente en recuerdo del Batallador. Sería Alfonso el que habría de ceñir la corona asegurada por la figura de su madre en un reino engrandecido por la pericia política y militar de su padre. Su matrimonio estaría pactado casi desde su nacimiento y la elegida iba a trenzar lazos con Castilla, pero Aragón busca una segunda opción y  es que además del matrimonio con Sancha de Castilla, y debido a las desavenencias históricas con el reino vecino, se establecen otros contactos para futuros matrimonios nada más y nada menos que con una princesa bizantina,  Eudoxia, sobrina o hija del emperador Manuel I Comneno. La princesa bizantina llegará a emprender viaje hacia Aragón, pero cuando llega a Provenza, ya se había contraído el matrimonio entre Alfonso y Sancha, con lo que la princesa quedará, sin matrimonio, camino del altar.
Un monje criado desde niño en un monasterio. Una viuda de probada fertilidad. El matrimonio entre Ramiro II e Inés de Poiteu duró apenas unos meses, los suficientes para engendrar una heredera. Una niña, Petronila, que vino al mundo y fue casada antes de dar sus primeros pasos, antes incluso de empezar a hablar. Petronila de Aragón cargaba sobre sus frágiles hombros la responsabilidad de preservar un linaje, de salvar el Reino de Aragón. Con un año de edad se celebran los esponsales, el  pacto contractual entre el padre de la novia y el futuro marido Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, Gerona, Besalú y Osona, cofrade de la orden del Templo y cuñado de Alfonso VII de Castilla. De la vida de Petronila, cargada de interrogantes, hablamos en este podcast con Anabel Lapeña.
El 7 de septiembre de 1134, a causa de las heridas de batalla, muere Alfonso I, el Batallador. Lo hace sin descendencia y habiendo ratificado, solo tres días antes, su decisión de dejar como herederas del reino a las tres Órdenes Militares de Jerusalén. La tradición del reino, el honor de la nobleza y los intereses de la incipiente burguesía urbana veían sus intereses amenazados por un testamento inédito que en ningún caso podía hacerse realidad. Había que buscar una solución distinta. Y esa solución estaba en un convento. Ramiro II. Inés de Poitiers, mujer de probada fecundidad será la esposa elegida para dar un heredero a Aragón y a los nueve meses de la boda, nace Petronila.
En octubre de 1109 contraen matrimonio en el castillo de Muñó, Alfonso I de Aragón y Urraca de Castilla. Alfonso, de 36 años, vive entregado a la guerra y al reino, sin intención alguna de contraer matrimonio. Urraca, viuda de Raimundo de Borgoña y con un hijo pequeño, es la única heredera posible de Castilla. Pero es una mujer. Los nobles castellanos, la iglesia, no conciben que esa joven pueda reinar. La boda se acuerda no sin problemas y entre la pareja las cosas fueron mal desde el primero momento, de manera que incluso, hay testimonio escrito de esta mala relación. Urraca llama a Alfonso "celtíbero cruel", "feroz aragonés", "lobo aragonés" y los cronistas castellanos (Crónicas anónimas de Sahagún, la Historia Compostelana o la Chronica Adefonsi) calificaron al aragonés de "impío", "tirano", "maligno" o "reyezuelo cruel". De lo que la historia nos cuenta de su relación personal, hablamos en este podcast.
Alfonso I de Aragón y Urraca de Castilla fueron dos reyes que no estaban destinados a serlo, que llegan a la corona por la muerte sin descendencia de sus hermanos y que se unen en un matrimonio muy tumultuoso, pensado para solucionar los problemas de Castilla. La pareja nunca llegó a entenderse y se dieron, incluso, episodios de violencia entre ellos. Los documentos históricos han recogido los tremendos problemas de esta pareja obligada. De cómo se pactó este matrimonio y de los problemas que generó hablamos en este podcast.
Fue rey de Aragón y Pamplona apenas diez años, entre 1094 y 1104, pero cargaba tras de sí una larga experiencia como señor en distintos territorios. Pedro I conquistó Huesca tras la batalla del Alcoraz, y Aragón alcanzó así las tierras fértiles del llano y dejo de ser un país de montañas. ¿Quiénes fueron sus mujeres? ¿Qué sabemos de ellas? Inés de Aquitania y Berta de Aosta son las dos mujeres que compartieron su vida.
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