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Sofá Sonoro
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Sofá Sonoro

Author: SER Podcast

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Fernando Navarro, Sheila Blanco, Guille Mostaza, David Moreu, Fernando Neira, Arturo Lezcano, Manuel Recio o Toni Castarnado. Lucía Taboada repasa los acontecimientos más destacables de esos años musicales. Escúchalo en directo los domingos a las 04:30 y a cualquier hora si te suscribes
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A mediados de los años 90 surgió una banda en España que no ha tenido réplica ni tampoco precedente, una banda especial y diferente. Salvaje, exitosa y femenina. Una banda comandada por dos hermanas de Madrid: Dover.   Parece que han pasado dos vidas desde aquella irrupción de Dover con su segundo disco. España y la música en España han cambiado mucho. En algunas cosas para mejor, en otras para peor. La España de Dover era una España en la que los bares no tenían hora de cierre y en el que las salas no cobraban a los grupos por tocar. Pero también era un país más machista y con más techos de cristal. Las hermanas Llanos rompieron algunos. “Éramos dos mujeres y eso imprimía al grupo una serie de cosas, si fuésemos cuatro hombres hubiera habido más grupies. Nos teníamos que recordar que éramos estrellas”, contaban en una entrevista.  Devil Came To Me fue un disco inesperado que tuvo un éxito tremendo. Con una fuerte influencia del grounge de Seattle, las banda madrileña protagonizó una revuelta inesperada y se comieron el país de dos mordiscos con canciones frescas, salvajes y divertidas. La historia del disco y de la banda resulta trepidante y llena de curiosidades. Esta semana sentamos el segundo trabajo de Dover en el Sofá Sonoro y los recorremos de la mano del periodista Carlos Cano y con los reportajes de Lucía Taboada. 
En la fotografía a blanco y negro del disco se ve a un hombre en mangas de camisa y con corbata fina. Está sentado frente a un micrófono en una habitación que parece un sótano. En la pared hay un reloj inmenso y una carpeta con pinza. En la mesa, junto al micrófono, se ve un cenicero medio vacío, a su lado unas cerillas y un paquete. Mas allá hay un tocadiscos. La imagen es misteriosa, inquietante, hermosa. Arriba, con letra firme en color azul se le un nombre y un título. Donald Fagen. The Nightfly.Tras media vida junto a Steely Dan, Donald Fagen grabó un disco en solitario. Un disco extraño, seductor. Nocturno y algo oscuro. En aquellas canciones, Fagen miraba con nostalgia a su infancia, a esos años 50 atenazados por el desastre nuclear y la Guerra Fría. Pero ese poso y esa mirada se van desarrollando a lo largo del disco en unas letras complejas que Fagen tardó ocho meses en terminar.Aquel álbum poderoso fue disco de oro a comienzos de los años ochenta, en plena era de las estrellas del pop. Aquel logro resultó totalmente inesperado. Fagen no lo buscaba ni lo anhelaba. Él, que se había calificado de esnob del jazz, había triunfado conjugando pop y jazz con enorme maestría en una grabación compleja. Fagen tardó casi un año en dar por concluido el disco y después entró en una profunda crisis personal.Donald Fagen no volvió a grabar un disco en 12 años. Su historia, como su música, resulta hipnótica. Hoy queremos recordar este The Nightfly, un trabajo que recorremos de la mano del periodista Fernando Neira y con los reportajes de Lucía Taboada.
Con Camino Soria, el primer disco de Gabinete Caligari en EMI, el grupo madrileño asaltó la banca y se convirtió en una de las grandes bandas de los años ochenta con unas canciones originales, frescas y que reclamaban las raíces españolas frente a las influencias anglosajonas y el modernismo de cierta ola de la Movida Madrileña. Hay discos que captan un momento clave de una banda, una época de enorme inspiración donde todas las piezas encajan fácilmente, de una manera sencilla. Como por arte de magia. Tras un lustro intenso ese momento llegó para Gabinete Caligari con su disco de 1987. Treinta y tantos años después la obra culmen de Gabinete sigue teniendo fuerza y sonando de cine. Camino Soria es en realidad un disco de ruptura, de desamor, una oda a los perdedores, a los que lo intentan y nunca lo consiguen. Sobre esas bases fueron tomando forma las canciones de un disco que también tiene espacio para los amigos caídos y para los poetas rotos. Las muertes de Uli, saxofonista de la banda, y de Eduardo Haro Ibars, que murió antes de que se editase el disco, dejaron su huella en este disco. Cuando el álbum llegó a las calles, la carrera de Gabinete cambió de la noche a la mañana. Tras una década de duro trabajo en el underground musical, el grupo se abrió paso en las grandes ligas y comenzaron a actuar en las grandes plazas con un gira eterna y presencia constante en las radios. Esta semana recordamos la historia de estas canciones y el contexto de este álbum de la mano de la periodista Arancha Moreno y con los reportajes de Lucía Taboada. APÚNTATE AL CANAL DE WHATSAPP DE SOFÁ SONOROEnlace: https://whatsapp.com/channel/0029VaMe1UfH5JM7mh1YQo24
Hay pocos artistas que hayan tenido la habilidad, la capacidad y el talento para cambiar el rumbo de la música. Entre 1959 y 1960 Miles Davis, Bill Evans y John Coltrane y lo hicieron dos veces. Juntos con Kind of Blue y por separado. Coltrane con Giant Steps y Evans con sus Portrait in Jazz.  Ocho meses del monumental Kind Of Blue, Bill Evans volvió a un estudio de grabación junto a al bajista Scott LaFaro y él batería Paul Motian e hicieron un disco mágico en el que cabe todo y que retrata todo.  ¡El pianista reinventó el sonido del trío en el jazz poniendo todos los instrumentos en primer plano y con un peso equitativo, un experimento sonoro que nació sin ensayos y que se basa en el enorme talento de los músicos y en su capacidad de conectar, responder y conectarse al sonido que iban creando. Por desgracia el trío de Evans no duró mucho, poco después de empezar a rodar, en julio de 1961, Scott LaFaro murió prematuramente. A pesar de ello el legado sonoro de estos tres músicos es enorme y figura entre lo más destacado de la apabullante discografía de Bill Evans, protagonista del episodio de esta semana al que invitamos al periodista Fernando Navarro. APÚNTATE AL CANAL DE WHATSAPP DE SOFÁ SONOROEnlace: https://whatsapp.com/channel/0029VaMe1UfH5JM7mh1YQo24
El año 2017 fue un año aciago para la música. Ese año nos dejaron figuras mayúsculas como Chuck Berry, Gregg Allman, Chester Bennington, Glen Campbell, Tom Petty, Fats Domino o Malcolm Young. Ninguno congregó a tanta gente en su adiós final como Johnny Hallyday. Casi un millón de personas acompañaron su cuerpo sin vida por los Campos Elíseos de París para despedir a un ícono francés. Una leyenda que moría a los 74 años y que vivió cada uno de ellos como si fuese el último ya fuese pisando el acelerador de su deportivo como esnifando hasta la última raya.Hallyday representó mejor que nadie ese ideal del rock de vivir de deprisa y morir joven, pero vivió demasiado para esa máxima y su carrera y su figura se instalaron en una montaña rusa que tanto le subía al cielo de lo música como lo convertía en un paria, en algo obsoleto pasado de moda. Pero Johnny siempre volvía, se reinventaba y cuando no sabía qué hacer copiaba alguna nueva moda. Muchas de esas jugadas le salieron bien y su legado fue enorme.Johnny coleccionó excesos, deportivos, mujeres, amantes, depresiones, pero sobre todo fue un hombre de escenarios. Nadie giró más que él o al menos nadie giró como lo hizo él. "En el escenario me evado. Estoy en mi propio mundo, puedo hacer de todo. Ya no soy yo mismo. No estoy allí. Olvido quien soy e intento interpretarme. Me da la confianza que no tengo como persona cuando no trabajo. Olvido quién soy en la vida real”, contaba Johnny en el documental de Netflix.La carrera de Johnny Hallyday no tiene comparativa, Johhny lo hizo casi todo y fue único intentando ser otros. El adolescente que empezó copiando a Elvis y luego a las bandas inglesas, acabó siendo algo inimitable. Con una voz potente, unos profundos ojos azules y su melena rubia, Hallyday se comió Francia y también el mundo. Se puede decir que no inventó nada o que no fue el mejor en nada y sin embargo esto no quizá un ápice de mérito a su carrera. Hoy queremos recordar parte de su viaje y hemos puesto el ojo en Rivière Ouvre Ton lit su disco de 1969, un trabajo que se mueve entre el blues rock y la psicodelia de la época y que fue uno de sus trabajos más ambiciosos. Para recordar la obra de Johnny y sus canciones nos acompañan el músico Igor Paskual y Lucía Taboada con sus reportajes.
Rickie Lee Jones es una artista que ha hecho de todo. Desde sus días de camarera en el Troubadour de Los Ángeles, hasta su merecido estatus de maestra de la canción. Su carrera y su vida han transitado mil caminos y por ese viaje ha retratado personajes de todo tipo.  Jones es una mujer difícil de calificar. En su música hay riesgos y aventuras. A lo largo de los años ha hecho discos de pop, de folk, de jazz e incluso de electrónica y a veces lo ha mezclado todo. Su discurso, además, resulta interesante. Hoy queremos sentar en el Sofá Sonoro un disco que es apabullante y también una locura. Con The Sermon On Exposition Boulevard, la cantante y compositora creó un álbum diferente que registró en una exposición y adaptando a canciones los textos del libro The Words, de Lee Cantelon, un proyecto que buscaba adaptar las palabras de Jesucristo para audiencias modernas. Partiendo de esta premisa, Jones se sumerge en un mundo fascinante que retrata ideas y sentimientos que se distancias de sus trabajos habituales. Con este disco, Jones dio un paso más en una dirección desconocida y puso a la crítica a sus pies rendida a la carrera de una mujer todoterreno que en este trabajo subió la apuesta. Para recordar estas canciones y esta historia nos acompañan Toni Castarnado y Lucía Taboada. 
Hay pocos músicos que hayan dejado una huella tan profunda, siendo tan distantes, como Morrissey, un artista capaz de arañar el alma con sus canciones. Tras una breve etapa con The Smiths, en la que marcó el rumbo de la música inglesa de sus años, Morrissey emprendió un viaje en solitario, un viaje marcado por sus siempre polémicas declaraciones y sus casi siempre tremendas canciones. Hoy vamos a aparcar al misántropo para recordar al músico sensible que hace veinte años editó Are You The Quarry, uno de los discos más recordados de aquel año.  En 2004 Morrissey regresó a las tiendas tras siete años de silencio discográfico. A sus 45 años, Morrissey era ya un hombre maduro con una carrera fascinante que se remontaba tiempo atrás y que parecía que ya no tenía que demostrar, sin embargo el cantante y compositor entregó un álbum intenso, hermoso y poderoso que era de lo mejor de su carrera, aquel disco llegó a una Inglaterra muy diferente de la de sus inicios.Sara Morales nos acompaña por la historia, contexto y canciones del regreso de Morrissey.APÚNTATE AL CANAL DE WHATSAPP DE SOFÁ SONOROEnlace: https://whatsapp.com/channel/0029VaMe1UfH5JM7mh1YQo24Todos los episodios y canciones del programa
Astral Weeks, el segundo disco de Van Morrison es una de grandes obras maestras de la música. Una religión para músicos como Bruce Springsteen. Un disco marcado por la mafia, la presión extrema y la seguridad de un chico de Belfast de 22 años que estaba convencido en las canciones que quería hacer, aunque nadie las quisiera escuchar. Cuando Van Morrison llegó al número 1 cantando Brown Eye Girl parecía que el viento soplaba a su favor, todo lo que pasó en los siguientes meses fueron golpes y más golpes. Muertes, demandas, negociaciones con matones, intentos de deportación, una boda fugaz y una huida a Boston para un nuevo comienzo. Tras esquivar mil obstáculos, Morrison terminó un disco que no gustó a nadie pero que es parte del maravilloso legado musical de los años sesenta. La historia de Astral Weeks lo tiene todo y fue el primer trabajo del músico de Belfast para Warner, un sello que quería fichar a la nueva estrella del pop y que se llevó a casa un viejoven huraño y estraño que hacía canciones próximas al jazz y que nadie entendía. Pero todos estos riesgos, miedos y obstáculos quedaron en nada con el paso del tiempo, cuando el disco de Morrison fue ganando peso y erigiéndose como un álbum mayúsculo, hermoso y poderoso, como una obra maestra de la música popular de los años sesenta.  Esta semana invitamos al periodista Fernando Neira a recorrer esta joya de la música.  SIGUE NUESTRO CANAL DE WHASTAPP | https://whatsapp.com/channel/0029VaMe1UfH5JM7mh1YQo24
 El 9 de octubre de 1973 murió Sister Rosetta Tharpe. Apenas nadie acudió a su funeral y nadie puso dinero para una lápida en condiciones. Rosetta llevaba una década malviviendo en un piso barato con una pierna amputada y sin apenas visitas. Así fue el final de una de las mujeres más importantes de la historia de la música.  Cuando el mundo se volvió loco con el rock and roll a finales de los años cincuenta, Sister Rosetta llevaba 20 años tocando una Gibson E150 y haciendo una música que partiendo del góspel, el jazz y el blues había llevado en una dirección que bien se podría identificar como rock and roll. Aquella mujer que sonaba en las radios de las casas de los chicos negros y blancos fue la maestra de la siguiente generación.  Medir hoy en día el legado de Rosetta es complicado, quizá la forma más adecuada es seguir el rastro de sus seguidores más apasionados. El Elvis adolescente la adoraba, Buddy Holly la era su fan número uno. Little Richard dio su primer concierto nocturno junto a ella y Chuck Berry se llegó a calificar como el mejor imitador de Sister Rosetta. Cuando Johnny Cash ingresó en el salón de la fama del rock en su discurso recordó a la gran maestra de los pioneros con un gran tributo. Medio siglo después de su muerte esta semana queremos recordar a esta pionera en el Sofá Sonoro y lo hacemos recordando su vida y sus canciones de la mano de Mario Tornero y Lucía Taboada. 
En la música abundan los hermanos. Los hermanos cabrones. Los que se odian, insultan y compiten. Los lazos de sangre que han impulsado el rock. Los Davies, los Gallagher, los Knopfler o los Allman. Luego están ellos, los Young, los exiliados escoceses que crecieron marginados en Australia y que se conjuraron para vivir siempre por y para el rock and roll. George, Malcolm y Angus crearon ACDC y convirtieron esa banda en la más grande del rock y siguieron juntos, hermanados. Hasta que, como los buenos matrimonios, la muerte los fue separando.ACDC irrumpió en la música con la idea de ir a por todas, de no dejarse nada dentro. En 21 meses grabaron sus cuatro primeros discos y luego llegaron a Europa y más tarde a EEUU para comerse el mundo. Cuando mejor estaban, cuando tras mucho trabajo, las cosas se ponían de cara, murió su cantante. “Al principio no sabíamos qué hacer, no queríamos a nadie que lo imitase, cuando Brian apareció nos voló la cabeza”, contaba Angus en una entrevista de la época.   La muerte de Bon Scott llegó con la banda irrumpiendo en EEUU, país que conquistaron a base de giras y más giras. "En un año hicimos más que los Rolling Stone en toda su carrera", bromeaba el grupo. A pesar del duro golpe, ACDC se levantó rápido. Unos meses después de la muerte de Scott volvían al estudio junto a su nuevo cantante para grabar Back in Black, su tributo al amigo caído.Con aquel disco los hermanos Young tocaron el cielo, vendieron millones de copias impulsados en parte por el morbo y en parte porque habían firmado una colección de canciones que se ganarían la eternidad y que pasarían a ser recitadas de memoria. Esta semana dedicamos el Sofá Sonoro a recordar esa historia y esas canciones de la mano de Toni Castarnado y Lucía Taboada.
El año 2004 nos dejó una tremenda colección de discos que en los próximos meses cumplirán su vigésimo aniversario: Arcade Fire, The Killers, Wilco, Interpol, Tom Waits o Nick Cave.SIGUE EL CANAL DE SOFÁ SONORO EN WHATSAPP
Hay discos que son hijos de su tiempo y otros que se enmarcan en una tierra desconocida que nadie ha pisado antes y que pocos lo harán después. Juju, el cuarto trabajo de  Siouxsie And The Banshees encaja con esa etiqueta. Un disco poderoso, sugerente y divertido que ha sido reclamado por Radiohead o Suede como un referente, como una poderosa inspiración.Susan Ballion proviene de un barrio residencial, llega a Londres siendo una cría y de la nada acaba subida a un escenario compartiendo festival con Sex Pistols y Clash en los orígenes del punk. Aquella chica no sabía cantar y nunca se había subido a un escenario. Esa fuerza, ese no tener miedo a nada, ese carácter la definen como personaje, como una artista capaz de todo que derribó muchas barreras y que lideró su propia banda y su propio proyecto desafiando a todo.En Juju la banda alcanzó su cima creativa de la mano del guitarrista John McGeoch, que estuvo poco tiempo en el grupo, pero que tuvo una enorme influencia a la hora de perfilar un sonido propio, novedoso y a la par sugerente. Por todo ello esta semana sentamos en el Sofá Sonoro a la periodista Sara Morales para recorrer esta joya ochentera.
Muddy Waters hizo en los años sesenta toda una declaración de intenciones cuando cantó aquello de "el Blues tuvo un hijo y lo llamaron rock and roll". Sin embargo, a finales de aquella década, el blues volvió a rugir gracias a una nueva generación de músicos blancos que reclamaron el legado de sus mayores. Entre los Doors, Janis Joplin, John Mayall o Johnny Winter se coló una formación de chavales salvajes marcada por su amor a la raíces y la mala suerte que les persiguió: Canned Heat.No es descabellado afirmar que todos los músicos fueron, antes que estrellas, enamorados de la música. El caso de Canned Heat va más allá. El grupo nació directamente de una comunidad de coleccionistas del discos de blues que decidió probar suerte y comenzar a hacer sus propias interpretaciones de las canciones que les volvían locos, pero las cosas, como suele decirse, se les fue de las mano y acabaron tocando en Monterey, Woodstock, Newport y conquistando Europa.Esa cultura de coleccionistas, de tipos forofos con un gran conocimiento del género se plasma es su primer disco, trabajo que graban de la mano de Johnny Otis pero que no vería la luz hasta unos años después de tal modo que su debut oficial es el homónimo de julio de 1967 y con ese disco se presentan en el festival de Monterey con una actuación notable que les valió para ser portada de la prestigiosa revista Downbeat, eso es estar en el sitio adecuado en el momento perfecto.Un punto clave del grupo fue 1968 cuando entre una conquista y la siguiente grabaron Boogie with Canned Heat, un disco con temas propios que fue un paso en una nueva dirección. Un trabajo que los convirtió en una banda con otro poso, un grupo capaz de partir de viejas composiciones perdidas para crear sus propias canciones y su propio sonido.Por todo esto la historia de Canned Heat resulta fascinante y apuntaba alto, pero el grupo estuvo marcado por la muerte y la mala suerte que los condenó cuando el mundo empezaba a rendirse a su música. Esta semana rendimos tributo al grupo recordando sus canciones y su comienzo musical de la mano de Manuel Recio y Lucia Taboada.
En aquella revolución cultural de los años ochenta en España florecieron decenas de bandas de todos los estilos, géneros y orígenes. Muchas de aquellas formaciones estaban allí porque se podía, porque todo valía, porque ese aire de libertad que flotaba en el ambiente invitaba a ello. En ese contexto nació El Último de la Fila, un grupo diferente a los demás en cuanto a su propuesta, su sonido y sus letras.Tras un llamativo debut el grupo editó Enemigos de lo ajeno, un álbum que fue un salto en su carrera y que llegó en un 1986 que fue un punto de inflexión para Manolo y Quimi. En comparación con otras banda que irrumpieron en los ochenta, ellos ya estaban en la treintena, habían pasado (y fracasado) por otras bandas y veían que el sueño de una vida musical se alejaba. Pero esta ocasión, esta banda, iba a ser la buena y la definitiva y todo explotó con Insurrección y con Enemigos de lo ajeno, un disco que es parte de la historia del pop en España.Tras años curtiéndose en la música todo explotó con este disco que capta el talento de Manolo para escribir letras afiladas, honestas y cruda que conectaron con miles de jóvenes y el ingenio musical que Quimi, capaz de coger por primera vez una guitarra de doce cuerdas e improvisar la música de Insurrección.Esta semana sentamos en el Sofá Sonoro el segundo disco de El Último de la Fila y para recorrerlo nos acompañan Arancha Moreno y Lucía Taboada.
Estrenamos el 2024 a lo grande en el Sofá Sonoro y como es un día especial queremos hacer algo especial y pasar esta hora de radio a lo grande, con buena música y con las mejores cantantes de todos los tiempos, al menos para nosotros. Quería meter 24, una por cada año de este siglo, pero no serán tantas. Este episodio lo hemos bautizado como las Reinas de la Música y ahí cabe de todo, hay soul,  jazz, también blues, algo del rock, pero sobre todo mucha magia en este homenaje a las grandes mujeres y a las grandes voces de la historia.  PLAYLIST | Los mejores programas dedicados a nuestras cantantes preferidas.
En 1994 sucedió de todo y todo a la vez: el grounge coincidió con el britpop, la explosión del hip hop, el nacimiento del indie en España o el debut de las bandas de triphop de Bristol. Pocas veces tantas corrientes musicales diferentes han coincidido en un periodo de tiempo tan pequeño.Durante un tiempo parecía que cada país tenía su propio género. Mientras que en Estados Unidos sonaban Offspring, Green Day o Soundgarden y Pearl Jam, en Reino Unido irrumpían Blur, Oasis, Suede o Portishead y Massive Atack, mientras en España triunfaba el canto gregoriano y daban sus primeros pasos Extremoduro o Los Planetas.Todo esto aderezado con el regreso de los Rolling Stones y discos fabulosos de Eric Clapton o Van Morrison, a lo que hay que sumar el renacimiento musical de Johnny Cash de la mano de Rick Rubin.Hace 30 años se publicaron discos que son parte de la historia de la música y de la banda sonora de varias generaciones. La lista es eterna. Jeff Buckley editó Grace y se convirtió en una estrella, Weezer irrumpió con el delicioso disco azul. Alice in Chains llegó a lo más alto del Billboard con un EP, algo que nunca había sucedido anteriormente. En aquel año hubo álbumes eternos de Nine Inch Nails, Korn, Rancid, Massive Attack, Hole o Stone Temple Pilots.TODOS LOS EPISODIOS DEDICADOS A DISCOS DE LOS NOVENTA
The Super Super Blues Band fue el proyecto de Chess Records que juntó a Muddy Waters con Howlin' Wolf y Bo DiddleyEn Chess Record había grandes músicos y grandes egos. El sello de Chicago había marcado tendencia en los años 40 electrificando el blues rural del sur de los Estados Unidos de la mano de los grandes intérpretes del género.Veinte años después de los días de oro de Chess el panorama era otro. El esplendor del blues, si algún día fue tal, había pasado y los grandes maestros sobrevivían como podían. Sin embargo, al final de los años sesenta estalló el revival del blues rock de la mano de músicos y bandas como Jimi Hendrix, The Doors o Janis Joplin. A esa ola se intentaron subir las viejas estrellas de Chess que en los siguientes años grabarían discos acompañados por sus alumnos más aventajados. Antes de eso, Chess probó otro invento. Copiando el modelo de Fania Records, el sello de Chicago intentó juntar a todas sus estrellas en un mismo disco. Pero hubo un problema: todos eso músicos se llevaban mal y competían entre ellos.En 1967 llegó el primer intento y en 1968 subieron la apuesta juntando a Howlin' Wolf con Muddy Waters y Bo Diddley. Mucho gallo en un gallinero que rellenaron con jóvenes y futuras estrellas como Otis Spann o Buddy Guy. El experimento no tuvo el éxito esperado. Quizá por el título del disco -The Super Super Blues Band-, puede que por su fea portada o incluso porque la suma de talentos no siempre ofrezca un mejor resultado.A pesar de ello el álbum de estos gigantes es una obra poderosa. Producido por el eterno Willie Dixon, autor también de varios de los éxitos de los protagonistas, el disco es el testimonio de una reunión histórica de enemigos íntimos y leyendas del género que bien merece una escucha. Para recorrer esta joya del blues hemos invitado al periodista Ricardo de Querol y a Lucía Taboada.
Muchos de los grandes artistas han acabado plasmando en sus obras una parte de su propia historia que no han podido o sabido sacar de otra forma. En la música hay muchos ejemplos. Sinéad O'Connor es uno de ellos. “Cuando era pequeña no había terapias así que me metí en la música. Únicamente quería gritar”, contaba la cantante.Para muchos Sinéad O'Connor es la chica de la cabeza rapada que lloraba cantando Nothing Compares 2U, para otros la joven que rompió una foto del Papa en televisión protestando por los abusos en la Iglesia. Pero O'Connor fue muchas cosas e hizo muchas cosas. La mayoría, cuando conoces el contexto, tienen explicación.Sinéad fue víctima de abusos, luego una niña problemática y finalmente una madre desequilibrada. También una artista especial y tremendamente valiente. En este episodio queremos recordar su figura como la de una artista enorme que se atrevió con todo porque creemos que hay que recordar su legado, una historia que comenzó en 1987 cuando la cantante editó The Lion and The Cobra y que alcanzó su cima con I Do Not Want What I Haven't Got, cuando se convirtió en una de las grandes estrellas de la época.Pero el reinado de la irlandesa fue breve porque se enfrentó a todo y luchó por todo. “La sociedad no espera que las mujeres digamos cosas”, apuntó en una entrevista al ser cuestionada sobre sus polémicas. El caso es que O´Connor criticó al Papa por los abusos sexuales que miles de irlandeses habían recibido, se negó a actuar en EEUU si antes de que saliese al escenario ponían su himno nacional, protestó por la invasión a Irak o el racismo en los Grammy, también cantó contra las políticas de Thatcher.O´Connor siempre dijo lo que pensaba y lo que creía justo. Y el mundo no estaba preparado para ella. Todo por lo que luchó, como el derecho al aborto, y lo que criticó, como los abusos, fueron luchas justas y el tiempo ha acabado dando la razón a la irlandesa, pero su voz sonó demasiado alto demasiado pronto. En el año de su muerte queremos recordar su música en este Sofá Sonoro que compartimos con Mario Tornero.
En la vida se habla y se valora mucho aquello de estar en el sitio oportuno en el momento correcto como una de las claves del éxito, porque a veces es mejor tener algo de suerte que exceso de talento. Big Star tuvo más de lo segundo que de lo primero y nunca encontró su momento.  Big Star fue una de las grandes bandas de los setenta, pero no hacían la música que se demandaba y cuando hicieron buenas canciones, que fue la mayoría de las veces, estas rara vez llegaban al público.  En pleno boom de rock duro, del progresivo y de la música negra, los chicos de Memphis hacían un pop delicado y elegante que conecta más con el Wilco del siglo XXI que con los grupos de los setenta y los cantautores malditos. Su historia es fascinante y su música preciosa, pero todo comenzó con Number 1 Record, su disco de aquel fascinante 1972 que nos presentó a la banda de Memphis. Esta semana David Moreu se sienta en el Sofá Sonoro para recordar la historia, las canciones y la mala suerte que persiguió a Big Star. 
Se nos escapa el año, un año intenso, convulso. Un año con guerras, con desastres, con muertes de gente que admiramos y que queremos, pero un año con otra cara en el que también nos han pasado cosas buenas. Cosas que nos han alegrado como individuos. Y todos esos eventos, esos sucesos, han tenido banda sonora. Hoy recopilamos nuestros temas favoritos, los que más compañía nos han hecho.Playlist de Spotify con las canciones del programa.Playlist del Sofá Sonoro | Descubre nuestra selección semanal.
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Comments (1)

Izan 9164

Para cuándo el de Jerry Lee Lewis??

May 18th
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