Un episodio muy especial, porque todos lo son. Comenzó en un bar, ganó la calle (no Lacalle), hubo viaje en ómnibus y nuevas recorridas. Conocimos una partecita pequeña y no tan violenta de Montevideo, hablando (entre otras cosas) de un montón de cosas. Qué sé yo, ya ni me acuerdo de lo que hablamos.
¡El episodio más largo de nuestra larga historia! Grabado íntegramente en el bar Las Flores de Montevideo, único recinto con la confianza suficiente como para soportar a Gustavo y Nacho durante dos horas y media. La realidad es que terminaron quedándose como seis horas. ¡Conozcan la voz de Julio!
Una vez que pasás el primer centenar de episodios, todo se vuelve mucho más sencillo. Sobre todo cuando desde la producción de Montevideo Comics te invitan a hacer el programa en el mismo escenario que usó The Cure unos meses antes. Nosotros, por supuesto, convocamos a más gente.
Todo lo que escuchaste fue para llegar a este momento. Años de subtramas que parecían haber sido abandonadas tienen su cierre en una escena de acción que reíte de Avengers: Endgame. Y al igual que con Avengers: Endgame, todo lo que vendrá después de este episodio será mediocre y aburrido.
Estamos a un solo episodio de los 100 y nuestros simpáticos protagonistas dan pistas de la fiesta que se viene. Se habla de temas filosóficos, pero también se repasan los últimos acontecimientos de la farándula y hasta hay un momento para la teología en el mantenimiento de bonsáis. Todo eso, mientras Nacho pilota un robot.
Gustavo y Nacho están de regreso, más monos que nunca. Uno se convirtió en mayordomo de Arturo Puig, el otro es uruguayo así que no le pasan cosas interesantes. Juntos conversan de la vida, de la muerte y del murciélago que pide sorrentinos utilizando papelitos con mensajes.
Cerramos nuestro tirón semanal con el episodio más extenso de nuestra extensa carrera. Repleto de figuras invitadas, que solamente nombraremos en Instagram porque Facebook está muerto en vida. Pueden escucharlo en este link o en iVoox o en Spotify y por ahí anda nuestro cafecito para seguir colaborando.
Mientras una paloma espía los vigila desde lo más alto de un aire acondicionado, Gustavo y Nacho se meten en un laberinto nostálgico que gira alrededor de Jordy, el pequeño cantante de 4 días y medio. En el medio pasan otras cosas, igual de importantes, que ustedes irán descubriendo con el tiempo.
Gustavo y Nacho tienen una duda y no es la podonga. Ya quisieran. Una frase surgió en medio de la conversación completamente guionada y para terminar con una duda existencial consultaron a dos expertos cinematográficos de ambos lados del río. Pero ¿quién terminará haciéndole la cola a quién?
Gustavo y Nacho están en busca de algo muy importante, pero ¿qué? Eso nos pasa por no escribir estos textos inmediatamente después de la grabación… No nos acordamos qué es lo que buscaban. Y aparentemente el tema de la queja fue acá y no en el 93, error que cometimos por la misma razón expuesta.
El reencuentro entre Gustavo y Nacho se da en un concurrido bar de Buenos Aires, donde entre sánguches de salchicha y nostalgia por una asesina serial se discuten de muchos temas. El título sobre la queja es un error, porque en realidad de eso hablamos en otro, pero ahora ya está.
En otra de sus recorridas por los bares notables de la ciudad de la furia, Gustavo y Nacho repasan la palabra con más significados diferentes de todo el universo, mientras de reojo chequean los movimientos de una posible asesina serial que entra y sale del recinto, seguramente en busca de más víctimas.
Gustavo y Nacho vuelven al recinto en el que grabaron el episodio 87, pero ¡atención! esta vez lo hicieron a la hora del desayuno, así que los momentos descacharrantes acontecen con una luz completamente diferente. El mozo también es otro, creen. No son de retener mucho las caras del personal.
Gustavo y Nacho se enfrentan a la mayor catástrofe creada por el hombre: el podcast. Y también hablan del cambio climático, que sabemos que desaparecerá en cuestión de tiempo. No, ese también es el podcast. Bueno, escuchen lo que tienen para decir y refresquen al menos sus mentes.
Si pensaron que este año infecto iba a terminar sin nosotros, están equivocados. Este año infecto va a terminar CON nosotros. Gustavo y Nacho unen sus intelectos por última vez y repasan los tópicos más destacados de 2023, incluyendo la antropofagia, el liberalismo y el veterinario de los dedos picarones.
Gustavo y Nacho volvieron a volver. Al final parece que lo hicieran a propósito; se hacen desear, para que les escriban por las redes “Ay, graben un episodio nuevo”. Y así siguen haciéndose millonarios con las regalías del podcast. Lo sé porque voy a porcentaje y el episodio pasado pude cambiar el auto.
Gustavo y Nacho vuelven a verse las caras. ¡Es más! Se las ven desde lados opuestos de la mesa de un restaurante (o un bodegón, como le dice uno de ellos) y conversan durante todo un almuerzo repleto de situaciones delirantes, como cuando… No, mejor no les adelantamos nada de lo que pasa.
No tenemos ganas de escribir un resumen del episodio, solamente queremos seguir tirados en la arena escuchando cómo los lobos marinos hacen el amor. Pero si insisten, les diremos que Gustavo y Nacho conversan de cosas, sin la profundidad filosófica de otros episodios, por encontrarnos en la época en la que nos encontramos.
Se termina 2022 y en este año en el que hablamos de tantas cosas, nos mandamos un resumen con algunos (once) de los momentos más recordados, las conversaciones más calientes, las noticias más representativas de un año que lo tuvo todo. Sí, eso que estás pensando también. Eso otro no, enfermito. Salí de acá.
La dupla con más despedidas que Los Olimareños (chiste para uruguayos) regresa con un nuevo consultorio en el que no faltó la Santísima Trinidad Braguetera: el dibujante español, el veterinario curioso y… ¿quién será esa tercera persona? Hay una única forma de saberlo. Episodio disponible en video en YouTube.