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Vida en el Planeta

Author: RFI Español

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"Vida en el planeta" es la cita semanal de Radio Francia Internacional dedicada al medioambiente. Aquí hablamos de las amenazas que pesan sobre nuestro planeta: calentamiento global, especies en peligro de extinción, deforestación y contaminación. Les proponemos también explorar soluciones sostenibles e ideas innovadoras para preservar los ecosistemas.

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La cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático Cop30 arrancó en Brasil en un contexto de urgencia climática. En la agenda de negociaciones, el financiamiento de la acción climática se impone nuevamente como uno de los temas prioritarios. Algunos países proponen crear nuevos impuestos globales para financiar la ayuda a los países del Sur global. Tras una ardua negociación en la COP29 de Bakú sobre el monto de la ayuda financiera que los países desarrollados movilizarán para los países en desarrollo, se trata ahora de negociar el “cómo”. Bajo el efecto del cambio climático, las olas de calor se multiplican, el océano se dilata y amenaza cientos de pueblos costeros del mundo, los corales se mueren y los casquetes polares y los glaciares se derriten. Las sequías más intensas y frecuentes – Europa vivirá 5 veces más olas de calor a finales del siglo, si la temperatura aumenta 2.7°C en promedio- y las inundaciones derivadas de las tormentas son otros de los impactos del cambio climático. El consenso científico nos urge a reducir el uso de combustibles fósiles. Pero para ello, se necesitan recursos enormes. En Bakú, se acordó destinar 300 mil millones de dólares anuales para la transición energética y la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo. Esta meta de financiamiento global (NCQG en inglés) debería ascender a 1.3 billones de dólares anuales de aquí a 2035 con la participación de los actores privados. Escuche las entrevistas en versión audio: Y ahí, surgen dos preguntas: ¿Cómo financiar la transición energética sin agravar la deuda de los países en desarrollo? ¿Quién pagará la factura de los impactos climáticos? “Acelerar la transición energética y proteger la naturaleza son las dos formas más efectivas de frenar el calentamiento global. Estoy convencido de que, a pesar de nuestras dificultades y contradicciones, necesitamos hojas de ruta para revertir de manera justa y estratégica la deforestación, superar la dependencia de los combustibles fósiles y movilizar los recursos necesarios para lograr estos objetivos”, confío el presidente de Brasil en la cumbre de jefes de estados antes de la COP30. Como lo indicó el presidente de Brasil Luis Ignacio Lula Da Silva en su discurso, ya existe un compromiso de canalizar de aquí a 2035 1.3 billones de dólares para financiar la lucha contra el cambio climático en los países pobres. Y este dinero, deberá salir en prioridad de las arcas de los estados más ricos. “Desde una mirada de justicia climática es muy importante entender que, bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, los países del norte, al ser más responsables de causar la crisis climática, son quienes se comprometieron también a financiar a los países del sur en esa mitigación y adaptación al cambio climático. Es lo que establece el artículo 9.1 del acuerdo de París y debe cumplirse”, recuerda la economista Carola Mejía, economista y especialista en justicia climática. Según Mejía, quedan aún muchos obstáculos para que los países en desarrollo reciban suficientes financiamientos para prescindir de los ingresos del extractivismo.  “Los mecanismos para acceder a este financiamiento son complejos. Cada fondo que se ha establecido tiene sus procesos distintos. Si uno postula, por ejemplo, en procesos en inglés que son complicados, en algunos casos pueden durar hasta 5 años, como es el caso del Fondo Verde del clima, para tener un solo proyecto aprobado”, explica Mejía. Además, “la mayor parte, el 60%, está yendo mitigación (reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero), solo el 28% para adaptación al cambio climático.   Y por otro lado, el 70% del financiamiento climático está llegando como préstamos que “injustamente incrementan los niveles de deuda externa”, lamenta Mejía. Proponen impuestos a los multimillonarios Ideas para financiar la lucha climática, no faltan. En la mesa de esta COP30 está la Hoja de Ruta de Bakú a Belém, un documento de 100 páginas que contiene decenas de propuestas de financiamiento. Entre las cuales movilizar dinero del Fondo Monetario Internacional, aumentar la ayuda al desarrollo que ha ido disminuyendo en los últimos años, o impuestos al carbono, como el que va a instaurar la Unión Europea en enero próximo. Se propone también crear nuevos impuestos. Una tasa sobre el transporte aéreo y marítimo podría generar entre 4000 y 223.000 millones de dólares, por ejemplo. Tasas mínimas a las transacciones financieras, a los ultrarricos o a las armas podrían generar billones de dólares de recursos también, indica el documento. Una iniciativa que apoya el exministro de Ambiente de Ecuador, Daniel Ortega-Pacheco. “Necesitamos una señal de precio para que sea más atractivo invertir en energías renovables que seguir invirtiendo en la extracción de crudo. El destino de esa recaudación fiscal tiene que ser primero para garantizar una transición justa a los sectores que normalmente no tendrían acceso a financiamiento, y por supuesto avanzar en la descarbonización y reinvertir en energías renovables”, estima Ortega-Pacheco, quien preside actualmente la iniciativa Carbono Agro. “Pero por supuesto acompañado de eso, hay que garantizar esa transición justa de sectores que normalmente no son atractivos, como la agricultura o bien de esos trabajadores que quedan de las industrias que deberán tener una reingeniería”, recomienda el exministro, entrevistado por RFI. Revertir una lógica financiera que destruye el planeta En esta COP30 justamente, el gobierno de Brasil lanzó una medida concreta para cambiar la lógica financiera actual en la que invertir en los combustibles fósiles es más rentable que proteger el planeta. Y sí, deforestar una hectárea de selva genera más ganancias que conservarla. En estas condiciones, la Amazonía pierde cada minuto el equivalente de 6 canchas de fútbol. Para revertir la deforestación, Brasil creó un nuevo fondo llamado TFFF (Tropical Forest Forever Facility en inglés), el Fondo de protección de bosques tropicales para siempre, destinado a alrededor de 70 países. Con un concepto sencillo: varios estados se comprometen a colocar dinero en el mercado financiero en un fondo cuyas ganancias servirán para remunerar a los países que protegen sus bosques. Países como Brasil, República del Congo o Indonesia recibirían alrededor de 4 dólares por hectárea conservada. Luciana Téllez, investigadora en políticas climáticas en la ONG Human Rights Watch ve con buenos ojos la creación de este fondo: “Uno de sus puntos fuertes es que no está considerando pagar a países por disminuir la deforestación, sino que el pago es por hectárea de bosques que se puede observar sigue en pie”. El fondo estará “basado en imágenes satelitales, las cuales básicamente cualquiera puede corroborar y creo que eso genera un nivel de credibilidad que iniciativas anteriores, pues no han tenido”, apunta Luciana Téllez. Pesan, sin embargo, sobre este fondo, varias dudas. ¿Bastarán con 4 dólares por hectárea para desincentivar el agronegocio o la minería ilegal que generan ganancias millonarias? Cómo se canalizará el 20% de las ganancias del fondo a los pueblos indígenas y comunidades locales en los países que no las reconocen, como en Asia o África? Preguntas que aún quedan irresueltas. Lo seguro es que la presidencia brasileña puso la protección de los bosques en el centro de la agenda. Los bosques cubren el 30 % de la superficie terrestre y han capturado la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero entre 1990 y 2019. Además de ser el segundo sumidero de carbono más importante del mundo después del océano, los bosques prestan servicios ecosistémicos vitales para miles de millones de personas. La agricultura y la ganadería intensivas, la expansión urbana y la explotación de los recursos son los principales factores que contribuyen a ello. Entrevistas : -Carola Mejía, economista, miembro de la red Latinddad. -Luciana Téllez, investigadora en políticas climáticas en la ONG Human Rights Watch. -Daniel Ortega-Pacheco, ex ministro de Ambiente de Ecuador y director de la iniciativa Carbono Agro.
Desde la instalación de parques eólicos en México hasta la extracción de minerales para los autos eléctricos, la ruta hacia la descarbonización agrava las desigualdades entre el norte y el sur global, denuncia la investigadora la activista y socióloga mexicana Josefa Sánchez Contreras en un ensayo. La transición energética hacia la descarbonización de la economía se implementa en detrimento de los pueblos indígenas y de las comunidades locales de Suramérica y África. Es lo que denuncia la investigadora mexicana Josefa Sánchez Contreras, oriunda del pueblo Zoque. En su ensayo titulado 'Despojos racistas, hacia un ecologismo anticolonial'*, la socióloga demuestra cómo la urgencia climática y los grandes proyectos de energía verde acaban perjudicando a los pueblos autóctonos históricamente marginados y víctimas del racismo. Dicho fenómeno ha sido denunciado también en un reciente informe de la ONG de lucha contra la pobreza Oxfam publicado en vísperas de la cumbre climática COP30 de la ONU. A pesar de las buenas intenciones de los países del norte para alejarse de los combustibles fósiles, persisten lógicas de explotación hacia los países del sur. La empresa de autos eléctricos Tesla de Elon Musk, por ejemplo, obtiene ganancias de alrededor de 3100 dólares por cada coche vendido. Sin embargo, por cada vehículo que contiene 3kg de cobalto, extraído principalmente en República Democrática del Congo, el país africano recibe menos de 10 dólares. Una asimetría que la investigadora Josefa Sánchez califica de “colonialismo verde” con tintes racistas. Escuche la entrevista completa: RFI: ¿Qué fue lo que la llevó a estudiar de cerca estas temáticas? Josefa Sánchez Contreras: Muchas gracias por la pregunta. Creo que es muy sugerente porque me sitúa en mi punto de enunciación que es el pertenecer a un territorio indígena, un territorio comunal. Pertenezco al territorio angpøn (o zoque) de Chimalapas en el istmo de Tehuantepec en Oaxaca. Y lo que me ha llevado y motivado a investigar sobre colonialismo energético, despojos racistas, pues es el hecho de que en mi comunidad hemos tenido que defender el territorio frente a concesiones de minería para la extracción de oro y cobre. Y también por la llegada de parques eólicos en la planicie sur del istmo. Entonces, la pregunta de ¿por qué cuando se promociona energía limpia al mismo tiempo se aumentan las concesiones mineras?, me llevó a indagar más sobre el origen de estos megaproyectos. RFI: Varias voces de la sociedad civil, ONG, comunidades locales y académicos como usted, denuncian la existencia de un “colonialismo verde”. La ONG Oxfam calculó por ejemplo que el 70% de los minerales para las energías renovables están ubicados en los países menos desarrollados, pero los beneficios los acaparan los países más ricos. ¿Qué significa para usted esta noción de colonialismo verde? Josefa Sánchez Contreras: Podríamos decir sencillamente que a la luz de siglo XXI, en el que las crisis ambientales incrementan, en el que la temperatura del planeta está aumentando 1.5°C que ya advertía el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, cuando vemos que los límites biofísicos de planetas se están rebasando, cuando vemos que la fuente energética fósil nos está llevando a la catástrofe ambiental; a la luz de todo eso, vemos que emergen programas verdes por parte de Estados y corporaciones del norte global principalmente, que se venden y se promocionan como alternativas para superar estos grandes crisis. Sin embargo, lo que esconden detrás de ese tinte verde, digamos, son más lógicas, coloniales, lógicas de despojos, de violencias contra los territorios de pueblos indígenas que históricamente han luchado contra el colonialismo. Entonces lo que encontramos es que el colonialismo verde, es esa nueva forma de despojo que incrementa a la luz de las crisis ambientales de nuestro tiempo y se expresan en el incremento de megaproyectos eólicos fotovoltaicos a gran escala, de hidrógeno verde, de políticas de conservación de la naturaleza que no respetan los derechos indígenas. RFI:  Si tomamos el ejemplo del istmo de Tehuantepec, esta región del sur de México en el estado de Oaxaca, existen ahí grandes parque eólicos. ¿Qué impactos tienen en las comunidades locales? Josefa Sánchez Contreras: Estos proyectos agudizan los procesos de privatización de las tierras comunales, el desmantelamiento de la propiedad social de la Tierra, que es la propiedad social, son tierras que no son privadas, que son comunales y ejidales, y son resultado, pues, de un largo proceso de defensa de los territorios Otros impactos son los pasos de aves o los mantos freáticos que no están siendo rigurosamente evaluados por la Secretaría de Medio Ambiente. Cuando decimos que queremos mitigar la emergencia climática y queremos superar esta crisis, es paradójico porque vemos que está teniendo un impacto ambiental directamente y bueno, y por otro lado, estamos viendo que tiene un impacto también en el incremento de la violencia en la región. RFI: Dentro de este boom de la demanda de minerales para la producción de baterías para la electrificación del transporte en Europa en Estados Unidos, usted afirma en este ensayo que la extracción de minerales en Latinoamérica y en África también obedece a lógicas de despojo racista. ¿por qué? Josefa Sánchez Contreras: Es parte del corazón de este ensayo. Vemos, efectivamente, en el norte global que los proyectos de electrificación, los pactos verdes europeos están demandando minerales. O sea, esta electrificación que promete reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, están manifestándose en forma de extractivismo en muchos territorios del sur global. Y esto es una forma de despojo racista en la medida que, en este momento de crisis, nuevamente son los territorios históricamente colonizados, históricamente racializados, los que se vuelven susceptibles de ser sacrificados. Pero en esta ocasión, en nombre de salvar a una humanidad de la catástrofe, de salvarnos de las catástrofes ambientales. Y es ahí donde me pregunto en este ensayo: ¿qué es esa humanidad? ¿Quiénes conforman esa humanidad que se van a salvar de la catástrofe? ¿Un reducido sector de la población global, que es principalmente responsable de los gases de efecto invernadero? ¿Quiénes son los humanos y quiénes no son los humanos? Esto es una raíz de ese racismo que se ha inaugurado desde el siglo XV y XVI. Es un racismo que ha justificado el saqueo de pueblos enteros que ha tipificado los cuerpos que importan y los cuerpos que no importan, que nos han tipificado como pueblos indígenas, como pueblos negros, como pueblos prietos. Y somos esos cuerpos los que no importamos,  los que no hemos importado históricamente, esos cuerpos que se han violentado Esa violencia naturalizada durante largos siglos, es lo que hoy día, en el siglo XXI, sigue operando y sigue justificando la violación de los derechos humanos en muchos territorios que contienen estos minerales. RFI: ¿Cuál sería la alternativa a esta política energética? De hecho, el subtítulo de su ensayo es hacia un ecologismo anticolonial. ¿Cómo pensar una política energética Pues más justa, más equilibrada? Josefa Sánchez Contreras:  Este subtítulo 'hacia un ecologismo anticolonial' es una interpelación al norte global. Si queremos empezar a pensar soluciones reales verdaderas para estas grandes crisis energéticas, ambientales, cualquier proyecto que vaya orientado a mitigar la emergencia climática debe tener posturas anticoloniales y antirracistas. No se trata sólo de una solución técnica, un cambio de aplicación de un fracking a una turbina de viento. Se trata de una transformación política, económica, cultural, subjetiva, porque esos son también los orígenes de los problemas de nuestro tiempo. Hay que pensar en redistribución, en el acceso a la energía, porque también dentro del norte global hay barrios que no tienen acceso a la energía básica o tienen energía muy irregular. Entonces pensemos en la redistribución energética: ¿energía ¿para quién?, energía para qué? ¿Se van a seguir generando más aplicaciones tecnológicas orientadas a la destrucción de nuestro hábitat? Me parece que esa no es la solución. Me parece que la solución tiene que pasar por generar servicios para la población en su conjunto. Aparece la inteligencia artificial, las demandas de energía para las guerras, por ejemplo. Es un gran momento, creo, para repensar ¿cómo queremos vivir, ¿cómo queremos habitar y cómo vamos a superar estas desigualdades? *Despojos racistas, hacia un ecologismo anticolonial está disponible en versión digital en la página de la editorial Anagrama.
Perros, caballos, monos y mariposas son los protagonistas de 'El Corazón de la bestia", un conjunto de cinco historias de animales emblemáticas en cinco países latinoamericanos. Con estas crónicas, la autora argentina Leila Guerriero, coordinadora del libro, busca dar cuenta de "revolución silenciosa" del vínculo entre humanos y animales no humanos. ¿Qué pensarán las generaciones futuras cuando se enteren que en nuestra época se podían explotar, comer, mantener en cautiverio y vender animales o mascotas? Con la premisa de que nuestros vínculos con los animales están cambiando de manera acelerada con las luchas por el bienestar animal, el veganismo o el antiespecismo por ejemplo, la escritora y editora argentina Leila Guerriero reunió textos de 6 autores latinoamericanos de distintos países. En este conjunto de crónicas titulado 'Corazón de la bestia' (Bookmate Originals), ‘Nace una estrella’ relata por ejemplo la controversia sobre la adopción de una mona en Ecuador, caso que llegó a la Corte Constitucional. Otra crónica cuenta la vida de lujo de perros mexicanos que comen pasteles y se relajan un spa. Estas historias -con un prólogo de Martín Caparrós- reflejan las interacciones contemporáneas entre animales humanos y no humanos explica a RFI Leila Guerriero, editora de ‘El Corazón de la bestia’. Escuche la entrevista con Leila Guerriero y Santiago Rosero: En su texto titulado ‘Los animales me explican cosas’, el mexicano Emiliano Ruiz Parra retrata a perros que van a la peluquería y se bañan en tinas con hidromasajes. La uruguaya Soledad Gago dedica su crónica’ Por el camino de los caballos’ a los intensos debates sobre el dolor de los caballos en las tradicionales jineteadas. Mientras que, en ‘Perros de la calle’, la chilena Sabine Drysdale narra la indignación que suscitó el asesinato a palos de un perro callejero y que llevó a la adopción de una ley epónima. Una de las crónicas más apasionantes es sin duda la que se titula ‘Nace una estrella’, de Santiago Rosero. El periodista ecuatoriano - quien fue colaborador de RFI - relata los dilemas morales, filosóficos y jurídicos derivados de la adopción de un mono chorongo, bautizado Estrellita. Un animal silvestre que Ana Burbano, habitante de la ciudad de Ambato a 150 km de Quito, recibió como regalo a pesar de la prohibición de poseer animales silvestres en un domicilio. La historia se complica cuando las autoridades quieren recuperar el animal para devolverlo a su entorno natural. La mona tenía entonces 18 años y había vivida toda su vida al lado de una humana, humanizada por una mujer que la trataba como su hija. Rosero diseca un caso dramático en el que se entrelazan disuyntivas sobre la protección de la fauna silvestre y el antropomorfismo. Las crónicas en El Corazón de la Bestia están disponibles en la plataforma en línea de Bookmate.com.
Según los últimos datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tres especies de focas del polo norte están en declive, mientras que seis especies fueron oficialmente declaradas como "extintas". Entrevista con el ecólogo Jon Paul Rodríguez de la UICN. Tres nuevas especies de focas del Polo Norte se acercan cada vez más a la extinción, alerta la Unión Internacional para la Conservación de la naturaleza (UICN) en su nuevo informe. "La causa de esta disminución está asociada principalmente con la pérdida de hielo en el Ártico debida al cambio climático, al calentamiento global. Estas focas utilizan estas grandes balsas de hielo flotante para criar a sus crías, para la muda de su piel, para descansar y los usan como barcos también para moverse en el Ártico y tener acceso a áreas de alimentación", detalla el ecólogo venezolano Jon Paul Rodríguez, en entrevista con RFI desde la cumbre de la UICN en Emiratos Árabes Unidos. En esta nueva actualización de la Lista Roja de especies amenazadas, la UICN, que reúne a científicos del mundo, llama también la atención sobre el declive de una buena parte de las 12.000 especies aves que el organismo monitorea año tras año. Según los últimos datos, el 11% de las aves del mundo están amenazadas, es decir dentro de las categorías "en peligro", "en peligro crítico" y "vulnerables". Y el 61% de las aves del mundo están en declive debido a la pérdida de hábitat por la tala de árboles y la expansión agrícola, explica Jon Paul Rodríguez, especialista en aves y presidente de la Comisión de Superviviencia de especies, una de las comisiones científicas de la UICN. "Centroamérica África son de las dos regiones en las que ha ocurrido una mayor proporción de estas disminuciones", detalla Rodríguez. La UICN emite también una alerta con respecto a los polinizadores en Europa. Cerca de 100 especies de abejas silvestres europeas están amenazadas. Las tortugas verdes, un caso ejemplar de conservación de las especies En otros casos -no son muchos- se ha logrado revertir esta tendencia inquietante de pérdida de biodiversidad. Gracias a una ambiciosa política de conservación en varios países, la población de tortugas verdes, presentes en las aguas tropicales de los océanos del mundo, se ha recuperado un 28% desde los años 1970, según las estimaciones científicas. "En las playas, las tortugas verdes son muy vulnerables al saqueo de los nidos (...) y mientras están nadando en alta mar son capturadas accidentalmente por las redes de pesca de los barcos rastreros", detalla Jon Paul Rodríguez. La prevención del saqueo de los huevos en las playas de nidificación y la implementación de redes de pesca con compuertas que permiten a las tortugas escaparse han permitido que se recupere la población. Declive generalizado de la biodiversidad La disminución global de la biodiversidad a un ritmo acelerado es una de las tres crisis ecológicas que enfrenta el planeta. Y este año, seis especies fueron declaradas oficialmente como "extintas", entre ellas la musaraña de la isla de Navidad, una especie de caracol cono, ambas extintas desde finales de la década de 1980; el zarapito de pico fino, un ave migratoria costera avistada por última vez en Marruecos en 1995; y tres pequeños mamíferos australianos. "Muchas veces la gente me dice '¿qué importa que se extinga una especie?' Y mi respuesta siempre es que hay que trazar la raya en algún momento.  Creo que hemos causado la extinción de suficientes especies como para entender y para aceptar que tenemos que prevenir la extinción de más", advierte el científico Jon Paul Rodríguez. Entrevista completa con el ecólogo venezolano Jon Paul Rodríguez, presidente el grupo de Supervivencia de las especies de la UICN:
Esta semana en Vida en el planeta, volvemos sobre la vida de la reconocida primatóloga Jane Goodall quien falleció a los 91 años a principios de octubre. La britanica dedicó su vida al estudio del comportamiento de los chimpancés y revolucionó nuestra vision de estos animales, con estudios que demostraron que tienen mucho más en comun con los humanos de lo que se pensaba. La voz de Jane Goodall se apagó a principios de octubre, pero sus saludos en "lenguaje" chimpancé, que solía compartir con la audiencia al inicio de sus conferencias, pasarán a la historia. La reconocida primatóloga británica, quien falleció el 1ro de octubre a los 91 años, revolucionó nuestra manera de percibir a los grandes monos. Con sus estudios pioneros sobre el comportamiento animal en particular la doctora Jane Goodall reveló a la comunidad científica que los seres humanos no eran la única especie animal en utilizar herramientas. Famosa por sus abrazos con los chimpancés, esta científica y también activista mediática demostró también que los chimpancés son seres sintientes que experimentan emociones, tienen personalidades propias y participan en guerras. Y durante la segunda parte de su trayectoria se convirtió en una defensora incansable de la biodiversidad y del clima. Para evocar la vida de Jane Goodall, conversamos con Federico Bogdanowicz, director del Instituto Jane Goodall en España y responsable de proyectos de conservación en Senegal. Federico buenos días. Escuche la entrevista completa aquí:
La conferencia anual sobre el Clima, la Cop30, que este año tendrá lugar en Brasil se acerca. Pero a pesar de la urgencia climática, los grandes productores de gas y petróleo planea aumentar la extracción de energías fósiles, indica un informe publicado este lunes. Para limitar el calentamiento global a entre 1.5°C y 2°C grados Celsius el mundo debería reducir drásticamente el uso los de combustibles fósiles. Pero las previsiones de producción a 2030 y 2050 indican lo contrario. A pesar de que la temperatura media en Europa ya ha aumentado 2.3°C desde la era preindustrial, los esfuerzos de los países que más contribuyen al cambio climático son aún insuficientes. “Aún lo países están proyectando producir más del doble de la cantidad de combustibles fósiles que sería compatible con el objetivo del Acuerdo de parís”, indica Paola Yanguas, asesora de política energética, economista en el IISD, Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible, y coautora del reporte ‘Brecha de producción de combustibles fósiles 2025’ que analiza los 19 mayores productores del mundo. "Y lo que dice el reporte es que los países tienen planes de producir mucho más combustibles fósiles de lo que nos dicen las proyecciones de la demanda. Es preocupante que todavía no haya un reconocimiento sobre la necesidad de disminuir la producción de combustibles fósiles", agrega Yanguas. La combustión de carbón, petróleo y gas es la principal causa del calentamiento global que desencadena una serie de consecuencia catastróficas para el clima. La producción de carbón, petróleo y gas prevista para 2030 representa más del doble (120% más) del volumen que permitiría limitar el calentamiento global a 1,5ºC, el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París, según los cálculos del Instituto de Medioambiente de Estocolmo (SEI). Los autores del informe observan incluso que la brecha entre estas trayectorias de producción y los volúmenes compatibles con las ambiciones climáticas internacionales se ha profundizado desde la última edición de este estudio, publicada en 2023. Escuche el podcast completo:
Este mes de septiembre, en Colombia, se cumplen 9 años desde la firma del acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las Farc. Varios grupos armados siguen presentes en el país. Pero el fin del conflicto en algunas regiones permitió a numerosas familias volver a las tierras que tuvieron que huir debido a los combates. Algunas de ellas emprendieron negocios de turismo eco responsable que tienen sello de "destinos de paz". Esta semana en ‘Vida en el planeta’, escucharemos el relato de Enilda Jiménez, directora de la reserva natural Surikí en el Golfo de Urabá en el norte de Colombia. La vida de Enilda Jiménez es un concentrado de la agitada historia reciente de Colombia, un país que intenta reconstruir y reconciliarse después de las atrocidades del conflicto armado. Enilda Jiménez tiene 45 años, es psicóloga de profesión. Junto con sus 20 hermanos, creció en el norte de Antioquia, una provincia pobre y devastada por el conflicto armado hasta que la desmovilización de los paramilitares a principios de los 2000 y el proceso de paz de 2016 permitieran a algunas familias volver a sus tierras de origen. Su relato empieza en los años 90 cuando su padre, dueño de una finca ganadera y bananera, fue asesinado por negarse a colaborar con los paramilitares que controlaban la región.   Tras varios años de desplazamiento en otra región, y gracias a la justicia transicional y a un proceso de restitución de tierras, Enilda y sus hermanos pudieron regresar a los predios que los paramilitares les habían arrebatado: más de 400 hectáreas de tierras agrícolas, bosques tropical y ríos donde abundan las aves, los monos titis y los jaguares. En esta tierra del Golfo de Urabá en el norte de Colombia donde hubo durante décadas hubo asesinatos y destrucciones, los Jiménez crearon la reserva natural Suriki en 2021, un proyecto de esperanza y de vida en simbiosis con la naturaleza.  La familia Jiménez optó por reconciliar la actividad ganadera y el cuidado del medioambiente y de la fauna. "Nos dedicamos al turismo regenerativo", para que "cuidar un ecosistema pueda volverse un modelo de generación de recursos", explicó Enilda Jiménez, a RFI. Esta es la historia de una familia que hizo las paces con un pasado doloroso y con la naturaleza. Escuche el podcast: Invitada: Enilda Jiménez.
Noruega puso en marcha el primer servicio de almacenamiento geológico del CO2. Varios países invierten cientos de millones de dólares en esta tecnología de captura y almacenamiento de CO2 para hacer algunas industrias más verdes. Pero los obstáculos financieros y técnicos aún plantean serias dudas sobre la eficacia de este método que algunos presentan como una solución para luchar contra el cambio climático.   A finales de agosto, Northern Lights, el primer servicio comercial de transporte y almacenamiento de CO2 en el mundo inició sus operaciones en Noruega. Funciona de la siguiente manera: una cementera alemana capturó el dióxido de carbono que sale de las chimeneas de sus fábricas, luego es convertido en gas licuado, transportado en barcos a la terminal de Bergen en Noruega y finalmente inyectado por tuberías a 2600 m de profundidad en las capas geológicas de las costas noruegas. Este método, llamado secuestro y almacenamiento de carbono, CCS en inglés, busca capturar 5 millones de toneladas de CO2 anualmente, para evitar que este gas sea liberado a la atmósfera.   Varios sectores industriales y países industrializados invierten millones de dólares en esta tecnología que consideran como prometedora para limitar las emisiones de Co2, principal gas de efecto invernadero, y así luchar contra el cambio climático. “Se pone unas instalaciones en las instalaciones industriales que generan humos en los que se encuentra el CO2, se recoge ese humo, se separa el CO2 y ese transporta hasta un lugar geológico adecuado donde se va a almacenar de forma permanente. De esta manera, lo que hacemos es evitar que este CO2 se vaya a la atmósfera”, explica Paula Canteli, ingeniera de minas, Instituto Geológico de España.  Esta tecnología está destinada principalmente a “estas industrias que generan CO2 con absoluta independencia del combustible que utilizan.  Es un CO2 que se produce en el propio proceso industrial. El ejemplo más sencillo es en la industria cementera, donde se coge la roca caliza, se mete en un horno y entonces se rompe la molécula generando ese CO2 que queremos capturar y almacenar. Ocurre en otras industrias, como en la siderúrgica, en las acerías o en el vidrio, por ejemplo", detalla Paula Canteli.  Tanto en Europa como en Estados Unidos, han surgido también varios proyectos para captar las emisiones de CO2 de plantas a carbón. Sin embargo, muchos de estos proyectos fueron cancelados, quedaron a la etapa de proyectos piloto, o generaron gastos públicos descomunales con pocos resultados apuntaba en 2022 el Institute for Energy Economics and Financial Analysis (IEEFA).  La infraestructura de captacion y almacenamiento de Northern Lights, conformado por tres empresas energéticas (TotalEnergies, Equinor y Shell), busca entonces recuperar el CO2 de industrias europeas para almacenarlo a 2600m de profundidad bajo el lecho marino. “Es muy prometedora y además muy necesaria, porque para ciertas industrias no hay ninguna otra solución que contribuya al cambio climático”, asegura Paula Canteli.  Escuche la entrevista completa: Riesgos de fuga  La tecnología CCS no está exenta de riesgos. En un informe de 2005, el panel intergubernamental de expertos sobre cambio climático, IPCC, recordaba que almacenar el CO2 en capas geológicas presenta riesgos de fuga. Una fuga masiva de Co2 seria no solo tóxica sino también dramática para el clima. El almacenamiento de millones de toneladas CO2 en dos campos de gas offshore de Noruega, Sleipner y Snovit demostró que el CO2 liquido puede desplazarse de manera imprevista en las capas geológicas.  Pero el principal obstáculo para el desarrollo de la captura y el almacenamiento del Co2 es su altísimo costo y muchos proyectos de este tipo recibieron millonarios subsidios de los gobiernos. En Europa, por ejemplo, los proyectos de captura de carbono permitirán capturar 50 millones de toneladas de Co2 al año, en lugar de 2 millones de toneladas actualmente. Según la Agencia internacional de la energía, se necesitaría secuestrar cada año al menos 100 veces más CO2 anualmente si queremos cumplir con el acuerdo de París. Una cifra de momento irrealista dado las inversiones multimillonarias que esto necesitaría para construir las infraestructuras de captación del co2 en plantas eléctricas y fábricas y para edificar miles de kilómetros de carboductos.  Un informe reciente publicado en la revista Nature, indica además que el mundo tiene muchos menos lugares para almacenar de forma segura el Co2 de lo que afirmaba la industria. 'Nuestros hallazgos dejan en claro que es una herramienta limitada para luchar contra el cambio climático" concluyen los autores del estudio.  Escepticismo de las ONG Las ONG ecologistas que defienden el clima por su parte son muy escépticas en cuanto a la captura y almacenamiento de carbono. En 2021, más de 500 organizaciones llamaron a los responsables políticos a rechazar la captura y el almacenamiento de CO2. “Es muy difícil valorar o garantizar una completa estanqueidad de los depósitos y que eso no venga fugándose”, advierte Javier Andaluz Prieto, coordinador de asuntos de clima y energía en la ONG Ecologistas en Acción (España).  El activista duda además de la eficiencia real de la captura de Co2 en materia de mitigación de las emisiones de Co2: “Nadie está haciendo una valoración completa del ciclo integral y de las emisiones asociadas a este método de captura. Porque si a las emisiones que ya producen industrias hay que sumar las emisiones asociadas al transporte en barco hasta Noruega o las emisiones asociadas a todo el proceso de mantenimiento y construcción de almacenamiento geológico en profundidad, probablemente las cuentas no salgan tan bien y no se observen unas reducciones tan elevadas”, apunta, entrevistado por RFI.  A pesar de las dudas sobre la factibilidad de este método, la Unión Europea financia 26 proyectos de captura y almacenamiento por un costo de más de 4 mil millones de euros de inversiones. Las ONG ambientalistas y los climatólogos indican que, para luchar adecuadamente contra el cambio climático, la prioridad es reducir el uso de combustibles fósiles, principal fuente de gases de efecto invernadero que tenemos que recortar en un 42% de aquí a 2030 si queremos evitar las consecuencias dramáticas del calentamiento global qua ya estamos viviendo.   Entrevistados:  Paula Canteli, ingeniera de minas, Instituto Geológico de España  Javier Andaluz Prieto, coordinador de asuntos de clima y energía en la ONG Ecologistas en Acción (España). 
La Amazonía es azotada por una expansión criminal sin precedentes. La FCDS, una organización ambientalista, documentó la presencia de grupos criminales en el 69% de los municipios de la Amazonía noroccidental, un territorio que abarca 6 países de Suramérica, con impactos graves en la biodiversidad y en las poblaciones locales. Es el pulmón de nuestro planeta y la mayor reserva biológica del mundo. Y, sin embargo, la Amazonía se está convirtiendo con el tiempo en un bastión de las mafias. En un informe de 110 páginas titulado Amazonía en disputa, la ONG ambientalista Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) detalla la presencia de al menos 17 grupos criminales armados en la parte noroccidental, una región que cubre el 65% de la Amazonía y que se extiende en Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y Venezuela. Los grupos armados identificados en la región son Comando Vermelho, Comandos de Frontera, Estado Mayor Central (EMC), Estado Mayor de Bloques y Frente (EMBF), Segunda Marquetalia, Primeiro Comando da Capital (PCC), Ejército de Liberación Nacional (ELN), Primeiro Comando da Panda (PCP), Familia del Norte (FDN), Piratas dos Solimões, Tropa do Rei (TDR), Los Choneros, Nueva Generación, B13, La Constru, Tren de Aragua y Rápidos del Amazonas. El narcotráfico, la minería ilegal y el tráfico de fauna son algunas de las actividades de estos grupos. Con múltiples consecuencias ambientales: la deforestación afecta el bosque tropical y puede llevarlo al punto de no retorno, es decir reducir su capacidad de regenerarse y capturar CO2. Con datos de las autoridades nacionales, de investigadores locales y de organizaciones en el terreno, la FCDS establece que “estos grupos operan en al menos el 69% (348) de las 456 unidades territoriales de acuerdo con la división administrativa de cada uno de los países”. La presencia criminal es tal que los autores del informe identifican una situación de "gobernanza criminal" en la que estos grupos armados controlan la movilidad, el derecho de reunión, interfieren en elecciones, corrompen las instituciones y recurren al reclutamiento forzado. En esta investigación, la FCDS alerta sobre las amenazas ambientales y sociales derivadas de esta presencia. "Yo empezaría por señalar el proceso de degradación ambiental y de pérdida de control territorial dentro de los territorios indígenas a nivel fronterizo”, indica con Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible que coordinó el informe “Estos territorios son hoy por hoy un objetivo estratégico de ese proceso de criminalidad, porque son corredores de movilidad, porque son territorios en los cuales hay intereses económicos concretos como el tema del oro, el tema de la madera, el tráfico de personas, la movilidad de las armas y la movilidad de los narcóticos”, detalla Botero. Escuche la entrevista completa: ¿Quién tiene la culpa? El auge criminal en la Amazonía es el resultado de décadas de abandono estatal, de la falta de oportunidades económicas para las poblaciones y también de una falta de responsabilidad internacional, denuncia Botero. “Europa, Estados Unidos y Asia generan una demanda comercial por los productos que están rompiendo la Amazonía. ¿Quién compra el oro que está hoy destrozando este territorio? ¿Quién está entrando centenares de cabezas de animales de ganado para generar procesos de lavado alrededor de estas economías y posteriormente generando también expectativas en burbujas de especulación financiera? ¿Quién está comprando más narcóticos?”, se pregunta Rodrigo Botero. “Pues en general son los países que llamaríamos industrializados”, sentencia. Amenazas ambientales de gran envergadura El informe Amazonía en disputa alerta sobre la contaminación por mercurio ligada a la minería clandestina de oro, que alcanza una gran envergadura en la Amazonía. Naciones Unidas calcula que la minería artesanal en Suramérica emitió 600 toneladas por año en 2019. En el parque natural Yaigojé Apaporis en Colombia por ejemplo, se encontraron concentraciones de mercurio en el cabello de los habitantes hasta 22,98 μg/g, casi 10 veces superiores a límites recomendados por la OMS. “Los flujos de distribución de mercurio en [los países de la Amazonia Noroccidental] no han sido controlados. Tenemos una entrada de mercurio proveniente de México que entra por Bolivia también de manera descontrolada y en general hoy ya tenemos un mapeo de grandes zonas del Amazonía con muy altos de contaminación en suelos y en aguas. Encontramos que ya empiezan a haber evidencias de malformaciones genéticas en diferentes países”, dice Rodrigo Botero, entrevistado por RFI. El informe establece además un balance crítico de las políticas de lucha contra la contaminación por mercurio en Perú, Colombia, Brasil y Venezuela, principalmente centradas en operativos militares sin enfoque socio económico para atender la situación de pobreza de las poblaciones locales. “En el caso del Perú, en 2019 el gobierno de Martín Vizcarra ejecutó la Operación Mercurio, cuyo objetivo principal fue combatir y erradicar la minería ilegal aurífera de pequeña escala. La operación se proyectó para una duración de dos años. En el primer año, se logró desalojar aproximadamente al 92% de los mineros ilegales, lo que representó una reducción de la actividad, y se reportó una disminución de hasta el 90% en la deforestación asociada. (...) A pesar de los esfuerzos, los avances iniciales no fueron sostenidos, los esfuerzos militares no se consolidaron en el tiempo, y la minería ilegal resurgió en la región. Desde la implementación de la Operación Mercurio, esta actividad se triplicó en Madre de Dios y el 98% de las áreas previamente recuperadas volvieron a ser explotadas”, detallan los autores del informe. “En el otro lado está la deforestación. Y la deforestación se alimenta de todas estas economías ilegales y de criminalidad y se alimenta porque es una forma de lavado muy importante”, apunta Botero. Uno de los síntomas de esta acelerada deforestación es el crecimiento exponencial de la actividad ganadera. “El crecimiento de un hato ganadero no tiene comparación con ninguna otra región del continente. Recordemos que en los últimos años el hato ganadero en Bolivia ha crecido 16% y 30% en Colombia. Eso significa millones de nuevos animales que están entrando para cambiar de manera irreversible estas regiones de la Amazonía y deforestar”. En las conclusiones del informe, su organización formula una serie de recomendaciones que van más allá del simple uso de la fuerza para luchar contra estas bandas criminales. Como es desarrollar inteligencia, investigación criminal sobre las rentas económicas, los intermediarios del crimen, prevenir el lavado de activo, así como proteger a los líderes ambientales.
En las costas mexicanas se ha registrado este año un récord de arribo de sargazo, esta alga color café que deja un olor fétido cuando se descompone en las playas. Para monitorear la crisis del sargazo, que ocurre cada primavera desde 2011, y cuyos orígenes aun no quedan muy claros para los científicos, México acaba de abrir un centro de observación.  Desde 2011, las playas del mar Caribe, desde las Antillas hasta República Dominicana pasando por las costas de Yucatán, reciben cada año miles de toneladas de sargazo a partir de la primavera boreal Cuando flota en alta mar, el sargazo constituye un hábitat favorable para numerosas especies. Pero cuando invade las playas, se descomponen, emiten un gas que huele a huevo podrido y que es peligroso para la salud si alcanza altas concentraciones y asfixian a varias especies que no reciben luz de la superficie. El fenómeno natural llamó la atención de los científicos del mundo: se desató abruptamente en 2011, se repite cada año desde entonces. Históricamente, la masa de sargazo se concentraba en el Atlántico norte, en el llamado Mar de los Sargazos, bien conocido por los navegadores y mencionado por Cristóbal Colón. Pero a partir de 2011, las algas empezaron a proliferar en también en toda la región caribeña. "El Caribe como lo conocimos ya no existe", observa la investigadora Brigitta Von Tussenbroeck, que estudia el sargazo desde hace varios años. Los científicos aún nadan aun en aguas turbias para identificar las causas de este fenómeno. Se manejan varias hipótesis. Se pensó inicialmente que los abonos de la industria agrícola en Suramérica y en África podrían alimentar el crecimiento de estas algas. Pero estudios más recientes indican que un cambio de la circulación de vientos en el Atlántico podría haber empujado estas algas en el Caribe donde la temperatura más elevada del agua favorece su multiplicación. El cambio climático podría ser uno de los factores que explican este cambio de circulación de los vientos. Año tras año el arribo de sargazo constituye un reto ambiental y económico. Limpiar las playas cuesta millones de dólares. Entonces para enfrentar el problema, México inauguró en junio un centro de monitoreo ambiental y del sargazo, basado en Cancún. “Con el arribo masivo de sargazo en esta temporada 2025 en el Caribe mexicano, necesitábamos tener unos ojos que nos guiaran desde el primer momento para hacer el proceso de contención y de limpieza y saber en donde estaban arriban el sargazo, en qué playas”, explica a RFI Esteban Amaro, director del Centro de Monitoreo ambiental y del Sargazo de Cancún. Para sus labores de monitoreo, el centro utiliza datos satelitales de la Agencia Espacial Europea (ESA), “particularmente Sentinel II, Sentinel III y Sentinel 5P, que con parte de la constelación satelital Copernico”, detalla Amaro. Según cálculos científicos, se evaluó en 50 millones de toneladas la mancha de sargazo en el Atlántico este año. “De este grueso, mas o menos el 1% llegó al Caribe mexicano. Y de esto, el 10 por ciento ha ido recalando en las playas. Hoy en día, llevamos una recogida de sargazo de unas 70 mil toneladas. De aquí a lo que falta por terminar la temporada, posiblemente recolectemos 100 mil toneladas. Es el triple de lo que se recolectó en el 2024”, calcula Esteban Amaro. Dado que los arribos masivos de sargazo representan ahora una nueva normalidad, convertir esta masa de algas en biofertilizantes, bioplásticos o biocombustible permitiría convertir la crisis en oportunidades. Pero estas iniciativas aún no han llegado a escala industrial y no permiten absorber los miles de toneladas de sargazo que llegan cada año a las playas del Caribe mexicano.
Al norte de la capital boliviana, los Tacana lucha por conciliar desarrollo económico y respeto al medioambiente. Esta comunidad indígena desarrolla actividades como la pesca sostenible y batalla contra la contaminación por mercurio, derivada de la minería ilegal río arriba. En esta edición de Vida en el planeta viajamos a Bolivia, al norte de La Paz donde la comunidad tacana desarrolla varios emprendimientos que concilian desarrollo económico y medioambiente. Adalid Medina Capiona, comunicador social de la comunidad indígena tacana, documenta los retos ambientales de esta comunidad indígena, como la contaminación por mercurio, la presencia de pez invasor, el paiche y la tala ilegal de madera. Un ejemplo de resistencia y de creatividad. Medina es también uno de los testigos de Voces de Madidi e ePOP; dos plataformas de Radio Francia Internacional para darle la voz a las comunidades rurales afectadas por el cambio climaticos y otros retos ambientales. Escuche la entrevista completa:
Una investigación comprobó que las tierras gestionadas por los pueblos afrodescendientes de cuatro países suramericanos tienen menos probabilidades de ser deforestadas que las otras tierras de la región. Los autores del informe indican que las prácticas agrícolas ancestrales de estos pueblos son altamente sostenible para preservar los ecosistemas. Ya se había comprobado que los pueblos indígenas de las Américas cumplen un papel de guardianes de los ecosistemas. En 2024, gracias a datos satelitales, una investigadora brasileña junto con dos colegas británicos observaron que las tierras comunitarias indígenas en la Amazonía brasileña presentan tasas de deforestación un 83% inferiores en comparación con las zonas no protegidas.  En el mismo orden de idea, un nuevo informe de la ONG estadounidense Conservation International indica que los pueblos afrodescendientes del continente americano también asumen una función crucial en la preservación del bosque tropical. Las tasas de deforestación de las comunidades afrodescendientes son entre 29% y 55% inferiores a las tasas observadas en parcelas vecinas, según el informe. El dato es importante en un contexto de urgencia ambiental en el que preservar el bosque es indispensable para limitar el calentamiento global y preservar la biodiversidad de especies de nuestro planeta.  Este se debe a sus prácticas agrícolas específicas, traídas de África. Tanto los marrones de Surinam, representados, como los  miembros de los mocambos de Brasil y los pueblos de los palenques colombianos, todos ellos comparten técnicas agrícolas heredadas de la tradición africana. Estas comunidades agrarias aún mantienen una relación de simbiosis con la naturaleza, muy lejos de los métodos destructivos de la agricultura extensiva o el extractivismo que arrasa con miles de hectáreas de bosque amazónico cada año.  Es lo que ha observado con cifras Martha Rosero, directora de inclusión social en la ONG Conservation Internacional y coautora del informe. Esuche la entrevista completa aquí: 
Una expedición científica francesa buscaba identificar los barriles de residuos radiactivos vertidos en el océano Atlántico durante el siglo XX. Miles de barriles fueron detectados gracias a un robot submarino de alta tecnología. RFI conversó con uno de los directores científicos de esta misión inédita a 4000 metros de profundidad. ¿Qué tan degradados están los barriles que contienen residuos radiactivos vertidos en el océano Atlántico? Para responder a esta pregunta, científicos del Centro Nacional de Investigación Francesa, el CNRS, apoyados por un buque y un submarino de la Flota Oceanográfica Francesa exploraron las profundidades del océano Atlántico durante cerca de un mes entre junio y julio de 2025. Entre 1946 y 1990, los países que disponían de la energía nuclear han vertido al mar más de 200 000 barriles de desechos radiactivos de baja y mediana intensidad como guantes o muestras de laboratorios. Aunque no se trataba de restos de combustible radiactivo, estos contenedores radiactivos representan hoy una contaminación oceánica que está prohibida desde 1990. Desde entonces, se tenía poca información sobre sobre el estado de los barriles, razón por la cual una treintena de científicos participaron en la misión Nodssum, por ‘vigilancia de los desechos nucleares vertidos al mar’, por sus siglas en inglés Tras un mes de expedición en el Atlántico norte a unos 1000 km de las costas francesas, el equipo internacional de científicos de la misión Nodssum logró detectar más de 3000 barriles con residuos radiactivos. “El propósito principal de esta misión era establecer una base de conocimiento de la zona donde se han realizado estos vertidos y tomar muestras asociadas a una cartografía de barriles para evaluar los posibles impactos que estos vertidos tuvieron en los ecosistemas del océano profundo”, explicó a RFI el jefe científico de la misión, el geólogo Javier Escartín, a su regreso a tierra. Gracias a 15 inmersiones, el robot de alta tecnología Ulyx, capaz de detectar objetos de 5 cm a hasta 6000 metros de profundidad, permitió detectar más de 3000 barriles y fotografiar 50 de ellos. El estado de los bidones “Vemos que hay estados de degradación variables”, observa Javier Escartín, tras revisar los datos fotográficos.”  Hay algunos que parecen intactos físicamente, otros que parecen deformados, otros que están completamente deformados y vemos que hay una materia negra que de algunos de estos barriles se esparce por el suelo. La superficie de estos barriles, que es metálica por la textura, parece corroída.” Sin embargo, dada la baja o mediana intensidad de los desechos radiactivos contenidos en estos bidones, el científico descarta un eventual peligro radiactivo. “Vemos que hay fugas en algunos de los bidones, creemos que es alquitrán, que es la materia que contiene los residuos radiactivos, quizás haya contaminación, pero si la hay, al menos en base a los resultados que tenemos, es de muy baja actividad y que no supone ningún peligro”, asegura. La pregunta ahora que se ha identificado la ubicación de estos barriles es si se podrían extraer de las profundidades oceánicas. “Nuestra información será utilizada para ver lo que se hace por la zona. Pero en principio hay una cantidad de barriles demasiado grande para poder realizar cualquier tarea de recuperación”, indica Javier Escartín. “Hay 200 000 barriles, están a 5000 m de profundidad. Se podría realizar desde el punto de vista técnico, pero sería un coste absolutamente astronómico. Si hay algún problema radiológico, supongo que lo que se hará es indicar que es una zona peligrosa”, concluye el científico. En las próximas semanas, se analizará en laboratorio los niveles de radiactividad de las muestras marinas (sedimentos, peces y agua de mar) tomadas a unos cien metros de los barriles. Y una segunda misión está prevista con un robot submarino para tomar muestras más cercanas a los barriles de residuos nucleares. Escuche la entrevista completa:
Wildres Rodríguez Wood se define como una guardiana del océano. Esta bióloga hondureña viajó hasta la cumbre de los océanos de Naciones Unidas en Niza, Francia, para llevar una voz que poco se escucha: la de las comunidades costeras hondureñas que enfrentan varios desafíos como la ausencia del estado, la sobrepesca y deforestación. Durante una mesa redonda en la tercera cumbre de los océanos de la ONU en Francia, la biológa hondureña Wildres Rodríguez Wood, oriunda del departamento costero de Gracias a Dios, recordó con emoción sus vínculos familiares con el océano. “Yo he sentido que he nacido siendo una guardiana del océano. Traigo ya en mi ser en mi sangre el querer cuidar, proteger y conservar nuestros océanos. Mi papá es pescador, entonces yo desde muy pequeña salía con el mar", comentó Rodríguez, entrevistada por RFI en Niza en junio, al margen de la cumbre. Rodríguez Wood es, además, la primera mujer bióloga de la comunidad misquita, principal pueblo indígena del noreste de Honduras. De preparar el pescado seco para la Cuaresma, Rodríguez Wood pasó más tarde a ser bióloga, un destino poco común para los miembros de la comunidad misquita, alejada del sistema universitario. Hoy, a través de la ONG de protección marina Ilili -que significa ‘tiburón’ en misquito-, la bióloga realiza talleres de pesca sostenible con mujeres y jóvenes de las comunidades pesqueras. “Les enseñamos las buenas prácticas pesqueras, cómo saber las tallas de un pez, por ejemplo, si ya mide 30 cm ya se puede comer o no se puede comer”. En entrevista con RFI, la bióloga y activista alertó también sobre los desafíos ambientales y sociales que enfrenta su comunidad. “Uno de los desafíos que tenemos es la pesca industrial que ha estado haciendo pesca de arrastre. Según nuestra ley de pesca hondureña, a nosotros los pescadores artesanales nos han dado las 3 millas náuticas para pescar. Pero resulta que los barcos o la pesca industrial han estado haciendo pesca de arrastre en esas 3 millas náuticas”, denuncia. “Se están llevando los alevines, peces, medusas, crustáceos, todo cae en esas mallas”, insiste la bióloga. Esta práctica de pesca agresiva y mortífera para la biodiversidad coincidió con una caída drástica de los stocks de pescado, constatan los pescadores. “Otra amenaza que nosotros tenemos es la deforestación. Personas ajenas a la región han ingresado ahí y han estado haciendo prácticas indebidas como ser la deforestación, para la ganadería extensiva. Estamos pidiendo al gobierno que saque a estas personas”, agregó. La bióloga aprovechó su presencia en la cumbre de los océanos para alertar también sobre las condiciones socio económicas de las comunidades misquitas. “Hablemos de conservación, pero hablemos también de los otros desafíos que tenemos como pueblos indígenas: no tenemos acceso a la educación ni a la salud”, enfatizó Wildres Rodríguez. Escuche el podcast completo:
Dentro de tres años, el mundo habrá superado +1.5°C de calentamiento global. Para evitar que se agrave el cambio climático, urge reducir emisiones de CO2 y proteger los bosques. En Colombia, por ejemplo, miles de familias reciben incentivos económicos a cambios de sus labores de conservación o de reforestación de las zonas boscosas. Reportaje en el centro de Colombia. Alcanzar la finca de la familia Cárdenas desde Medellín implica recorrer un paisaje de colinas verdes, una pista de tierra y cruzar varios arroyos hasta adentrarse en un bosque tropical húmedo. Un letrero indica por fin que hemos llegado a la reserva natural Los Monos. Es aquí donde los Cárdenas, una familia campesina que llegó hace alrededor de una década tras ser desplazada por el conflicto armado, decidió reforestar algunas parcelas. El proyecto busca sustituir la ganadería extensiva – muy dañina para los ecosistemas – por el ecoturismo mediante la restauración de varias hectáreas de tierras deforestadas. Bajo un techo de paja, Alejandro, uno de los hermanos Cárdenas nos recibe. Comparte con nosotros una limonada fresca y nos cuenta la historia de la reserva privada Los Monos. La familia de campesinos colombianos recibe el apoyo de la ONG ambiental Masbosques que identifica tierras prioritarias para la conservación y canaliza fondos para ayudar a las familias campesinas a reforestarlas. Una vez que las familias firman un acuerdo de conservación, la organización monitorea el cumplimiento de los compromisos de conservación o reforestación por vía satelital y con visita en el campo, explica a RFI Heiler Orozco, técnico de Masbosques. En este caso, los recursos provienen de empresas privadas, mediante programas de compensación ambiental -obligatoria o voluntaria-, y permite pagar alrededor de 80 euros mensuales por predio a cada familia que se comprometa a reforestar una parte de su terreno. Para compensar la pérdida de recursos en los predios que se dedicaban al ganado, los Cárdenas optaron por desarrollar el ecoturismo. En esta región particularmente biodiversa donde abundan tucanes, monos y jaguares, la riqueza de la naturaleza suscita el interés científico de académicos que acuden a la zona para formar a sus estudiantes, así como turistas de zonas urbanas. Fue por este motivo también que la zona fue identificada como corredor de conservación priotario. El pago por servicios ambientales a comunidades rurales existe también en otras regiones de Colombia. En 2023, la entonces ministra de ambiente Susana Muhamad extendió el programa Conservar Paga a miles de familias de la Amazonía Colombia, muy golpeada por la deforestación. Cerca de 4000 familias del sur de Colombia reciben una remuneración mensual de entre 80 y 190 euros para conservar el medioambiente, y mantener sus ingresos. Escuche aquí el reportaje completo: Realización técnica: Fabien Hilly.
El Parlamento francés debate una ley para reconocer parcialmente la responsabilidad estatal en el escándalo de la clordecona, un pesticida particularmente nocivo para la salud humana y el medioambiente, masivamente aplicado en los cultivos de plátanos de las Antillas francesas. Miles de trabajadores quedaron envenenados y miles de hectáreas de tierras están contaminadas. "Cuando trabajábamos en los cultivos, el producto caía sobre nosotros. Fumigaban por vía aérea. También tocábamos el producto para sacarlo de las bolsas y llevarlo al campo. Todo el mundo resultó envenenado”, recuerda con emoción esta extrabajadora del sector agrícola en Martinica. Como esta mujer, miles de trabajadores del sector platanero de las Antillas francesas fueron envenenados por la clordecona, un pesticida usado durante dos décadas en Martinica y Guadalupe en los cultivos de plátanos, pese a que su alta toxicidad para los animales y el medioambiente ya había sido comprobada. La codicia del sector del plátano en las islas caribeñas y la complicidad de las autoridades francesas de 1972 a 1993 llevó a uno de los mayores escándalos sanitarios franceses con cerca de 10.000 trabajadores intoxicados, miles de hectáreas de tierras y costas contaminadas y una isla, Martinica, con la tasa de cáncer de próstata más elevada del mundo. Escuche el programa completo en versión audio: Todo inició en 1972 cuando las autoridades francesas autorizaron el uso de la clordecona, un insecticida, para luchar contra la proliferación de gorgojos un insecto que devora los cultivos de plátanos en las islas francesas de Martinica y Guadalupe. Tres años después, obreros estadounidenses de la planta química de Virginia donde se fabricaba esta sustancia presentaron graves síntomas neurológicos y en los testículos. El incidente llevó a Estados Unidos a prohibir el uso de la clordecona. En 1979, la organización mundial de la Salud, OMS, a su vez declaró el producto como posiblemente cancerígeno. Además, ya se conocían los efectos neurotóxicos y de perturbación endocrina de la clordecona. A pesar de estas alertas, Francia mantuvo sin embargo la autorización de aplicación de este producto hasta 1993. Y no fue sino hasta 2007 que las alertas de médicos llevaron a las autoridades francesas a atender la crisis. “Durante 50 años se aplicó clordecona por helicópteros, por avión o directamente por los jornaleros, sin guantes. Ha sido comprobado que estos productos causan problemas de vista, sordera, problemas respiratorios, cáncer. Ha habido muchas parálisis faciales también, sobre todo entre las mujeres que cortaban las hojas deterioradas de los plátanos, denuncia Yvon Serenus, presidente del colectivo de los exjornaleros envenenados por la clordecona en Martinica. La contaminación alcanzó una magnitud tal, que se ha detectado clordecona en la sangre del 92% de la población de Martinica, según un estudio de 2018 de las autoridades sanitarias francesas. Perturbación endocrina, alteración de la fertilidad, cáncer e impactos nocivos para el sistema nervioso, para el hígado, los riñones y el riñón... La lista de los efectos de la clordecona en la salud humana es larga. “Un día que andaba de compras con mis hijos, le dije a mi hija que ya no veía nada. No podía ver el precio de los objetos. Mi hija me llevó a casa. Fui al médico. Y el médico pidió que me operaran inmediatamente el ojo para evitar complicaciones cerebrales”, recuerda la exjornalera martiniquesa, que prefiere no revelar su nombre. Indemnizaciones parciales Este escándalo sanitario ha dado sin embargo a indemnizaciones mínimas. El estado francés ha negado su responsabilidad en el envenenamiento de miles de trabajadores. Solo un centenar de ellos ha logrado obtener indemnizaciones de unos 300 euros mensuales, una suma ridícula comparada con el costo de la vida en las Antillas francesas donde la mayoría de los productos son importados de la metrópoli. Hoy exigen que la justicia reconozca que la degradación de su estado de salud es la consecuencia directa de su exposición a la clordecona. “Me quedé intoxicado. A mí me operaron del estómago. Me quitaron todo, una úlcera que estaba a punto de causarme una hemorragia y me pusieron una víscera artificial. Fueron los bekés que me envenenaron. Tienen que darme una compensación, reconocen que cometieron errores y que abusaron de nosotros”, insiste otro exjornalero entrevistado por Jeanne Richard de RFI, en Martinica. El caso de la clordecona es un síntoma más de la injusticia social que aun reina en este territorio francés de ultramar donde los bekés, descendientes de los colonos blancos de la metrópoli francesa representan el 1% de la población de Martinica, pero poseen la mitad de las tierras. La salud de los jornaleros, afrodescendientes, fue sacrificada para generar ganancias para los terratenientes denuncia Yvon Serenus, sindicalista agrícola. "Sentimos rabia contra el estado francés y contra los que nos envenenaron. Envenenaron al pueblo martiniqués de manera intencional. ¡Los dirigentes del sector platanero pidieron al gobierno francés la autorización de comprar la patente de la clordecona y se la concedió! A pesar de que sabían muy bien que este producto era nocivo”, enfatiza Serenus. Tierras contaminadas hasta 2070 La batalla de las víctimas de la clordecona para obtener reparaciones avanza a pasos de tortuga. No fue sino hasta 2007 que el estado francés puso en marcha el llamado ‘plan clordecona’. De 2021 a 2027, se dedicarán 130 millones de euros en agricultura, salud, medioambiente y educación para mitigar la contaminación por el pesticida. Pero borrar la huella de décadas de envenenamiento parece una tarea titánica. Según cifras oficiales, 20.000 hectáreas están contaminadas por la clordecona, es decir el 40% de la superficie agrícola de la isla. La pesca está prohibida en agua dulce y decenas de kilómetros de costas también contaminadas por el pesticida que podría persistir hasta 2070 en niveles detectables en la naturaleza. En el plano judicial, un grupo de 1286 personas obtuvo en febrero pasado una primera victoria ante un tribunal francés que declaró el estado francés responsable por el escándalo sanitario, pero solo obligó las autoridades a dar compensaciones financieras por 'perjuicio moral' a las víctimas que pudieron comprobar que su enfermedad estaba directamente vinculada a la exposición a la clordecona. Otra batalla se juega ahora en el parlamento francés. El senado aprobó por unanimidad una propuesta de ley que reconoce la "responsabilidad parcial" del estado francés en el escándalo de la clordecona en las Antillas. Un reconocimiento simbólico que no implicará indemnizaciones automáticas para las víctimas. Un programa de Raphaël Morán, con entrevistas de Jeanne Richard en Martinica (Francia). Realización técnica: Charly Amadou.
Desde la Cumbre de los océanos de Niza, ambientalistas pidieron acciones para proteger el krill, un mini crustáceo que juega un papel fundamental para la alimentación de pingüinos y ballenas. Pero la población de krill está amenazada por el cambio climático y la pesca industrial noruega que lo utiliza para producir alimentos de mascotas. A pesar de la ausencia de Estados unidos, en la cumbre de la ONU sobre los océanos en Francia, se alcanzaron avances tímidos pero alentadores para enfrentar los desafíos ambientales del mundo marino. Tras una semana de discusiones con 12 000 delegados internacionales, la diplomacia francesa afirma que la cumbre fue un éxito. Más países se sumaron al tratado de Alta Mar para proteger las aguas internacionales, la coalición de naciones contra la minería submarina y aumentará la superficie de áreas marina protegidas de 8% a 10%. Una tendencia positiva, aunque muy lejos del objetivo de proteger el 30% de los mares para frenar el declive de la población de peces y de otras especies, por ejemplo. Al término de la conferencia de Niza, RFI conversó con el experto en protección marina Maximiliano Bello de la Fundación Blue Marine basada en Washington. RFI: La tercera cumbre de los océanos de Naciones Unidas en Niza tras una semana de discusiones con 12.000 delegados. La diplomacia francesa afirma que la cumbre fue un éxito. El Tratado de Elta mar debería entrar en vigor en enero de 2026. ¿Qué tanto se ha avanzado aquí en Niza en este aspecto?  Maximiliano Bello: Efectivamente, Francia hizo algo muy inteligente al traer el tratado acá para que muchos países pudieran ratificarlo de una vez. Estamos mucho más cerca de las 60 ratificaciones, cifra necesaria para que el tratado entre en vigor. Una vez que eso pase, entonces empezaremos con las Conferencia de las partes para los océanos. Por lo tanto, eso fue un muy buen paso. Lamentablemente no alcanzamos la cifra de 60 países en la reunión, pero nos la cumbre dejó muy cerca. Estamos hoy día en 51 países Por otra parte, está la moratoria (pausa) sobre la minería submarina. Aquí en Niza se sumaron varios países: son 40 países ciertos los que se han sumado entonces a esta moratoria, que es clave porque obviamente RFI: Uno de los objetivos del Tratado de Alta mar (BBNJ por sus siglas en inglés) es impulsar la creación de áreas marinas protegidas en aguas internacionales. ¿En qué regiones sería urgente impulsar la creación de áreas marinas protegidas?  Maximiliano Bello: En todas partes y para eso es justamente muy importante que tengamos un acuerdo de Alta Mar vigente. Porque no podemos pensar el 30% de la protección del océano si no tenemos posibilidad legal para crear áreas marinas protegidas en alta mar también, en la Antártida, por ejemplo. Hemos visto muchos países declarar aquí en Niza nuevas áreas marinas protegidas. Hay que destacar Polinesia francesa que está protegiendo con distintas formas 4,5 millones de kilómetros cuadrados de su área económica exclusiva. Pero más importante todavía, alrededor de 1 millon de kilómetros cuadrados de ‘no tocar’, que es, la mejor calidad de las áreas protegidas. Chile va a expandir el área protegida de Juan Fernández y Desventurada. Además, es proyecto liderado por pescadores artesanales y que va a llevar a Chile a superar el 50% de la protección. Es cierto que están avanzando, sin embargo, estamos esperando que ciertos países eliminen la pesca destructiva dentro de sus áreas marinas estratégicas. O sea, hay áreas marinas protegidas que tienen pesca destructiva: no tiene ningún sentido. RFI: En en esta cumbre del océano en Niza, también se ha avanzado en materia de lucha contra la contaminación plástica, otro reto que enfrenta el océano.  Maximiliano Bello: Acordémonos que hay 3 grandes amenazas al planeta y al océano. La contaminación, y no solamente por plástico que es la más visible. Otra amenaza es la pérdida de la biodiversidad, de la cual la amenaza principal es la pesca y tenemos el cambio climático. En el caso de los plásticos, cierto, hay un empuje para poder llegar a un acuerdo que sea vinculante, pero que además sea robusto, que sea ambicioso sobre terminar con esta problemática. RFI: Durante esta cumbre hemos visto dirigentes del mundo de varias naciones dando discursos muy ambiciosos sobre la protección de los océanos pero que fueron criticados por algunas organizaciones ambientales por el contraste con las políticas nacionales que efectivamente implementan. ¿Ha notado esta contradicción de algunos dirigentes entre sus palabras y sus actos? Maximiliano Bello: El caso de Europa nos preocupa muchísimo, porque efectivamente España, Francia, Grecia, Reino Unido están ahora avanzando algo, pero muchos de estos países siguen manteniendo esta práctica la pesca de arrastre de fondo en las áreas protegidas. Se sigue utilizando el arte de pesca que está reconocido incluso por la FAO, como el arte de pesca más destructivo que existe. Esperábamos de parte del presidente Macron un algún tipo de anuncio de justamente para cortar con eso. Lamentablemente no ha ocurrido, esperamos también de más países de la Unión Europea que avancen en eso. En Costa Rica también se sigue haciendo uso de la legislación de una forma muy negativa para poder seguir destruyendo los ecosistemas o especies como los tiburones que debieran ser considerados especies silvestres y que están en especies que están en manos de la pesca. RFI: Las organizaciones de la sociedad civil y pescadores artesanales han denunciado intensamente en esta Cumbre de la ONU los impactos negativos de la pesca industrial que merma los stocks de peces. Algo similar está ocurriendo también en la Antártida. ¿Por qué alertan en particular sobre la pesca del krill, un mini crustáceo? Maximiliano Bello: Es el elemento básico de toda la cadena alimenticia de la Antártica, el cual está siendo explotado en inmensas cantidades. Esta pesca, junto con el cambio climático, pone en gran vulnerabilidad a un ecosistema que es altamente frágil, del que se alimentan animales como pingüinos, focas y ballenas. Tenemos una nueva campaña para poder pedir el fin de esa pesca. Para pedir el cierre de las aguas antárticas para la pesca de krill. Noruega es el principal pesquero de krill. ¿Y para qué? Para poder producir alimento de salmón, y alimento de mascotas. Entonces imagínate, envían barcos desde Noruega hasta la Antártica para luego llevarse ese alimento a Noruega, para luego mandar esos salmones a todo el mundo. La huella climática, la huella de carbono de ese salmón es impresionante y no contribuye a la seguridad alimentaria. Es puramente un negocio. Escuche la entrevista completa:
Entre la pesca ilegal china, la disminución de las poblaciones de peces y la contaminación de las aguas, los pescadores a pequeña escala enfrentan varios retos que necesitan soluciones urgentes. RFI conversó con pescadores de Chile y Senegal en la cumbre de Niza en Francia. El océano está siendo saqueado y la sobrepesca amenaza a más de un tercio de las especies de peces. En la cumbre de la ONU sobre el océano, lideres políticos y científicos están de acuerdo que es hora de actuar para gestionar el océano de manera sostenible y frenar el grave declive de las especies de peces. Desde el puerto de Niza a orillas del Mediterráneo, lugar de la cumbre, voces de la sociedad civil alertan sobre la disminución de las pesquerías debido a la pesca industrial. En las aguas suramericanas, por ejemplo, se estima que 600 barcos chinos pescan grandes cantidades de peces en aguas internacionales frente a las costas de Ecuador, Peru y Chile. Pescadores artesanales denuncian incluso la incursión de estos barcos en las aguas territoriales. En la cumbre de Niza, Zoila Bustamante Cárdenas, oriunda de la región de Puerto Montt al sur de Chile, representa a la Unión de pescadores artesanales de Latinoamérica y alerta sobre esta depredación.  “Nosotros hoy día tenemos un gran problema en Latinoamérica, que son estas flotas que llegan como poblaciones a nuestros países de Latinoamérica y no solamente a Chile, sino que la prácticamente a la mayor parte de los países de Latinoamérica a depredar todo lo que encuentran. De hecho, nosotros ahora en Chile tenemos barcos chinos que andan pescando jibia y dicen que van a carena”, dijo a RFI. El pescador Salatou Sambou, coordinador de una concesión de pesca en la región de Casamanza en Senegal describe el mismo fenómeno en las costas atlánticas del oeste de África: “los recursos pesqueros empezaron a disminuir de manera drástica desde que los barcos chinos llegaron a la región”, constata. “Si África esta empobrecida y si perdemos hijos en el mediterráneo, se debe en parte a los barcos chinos que vienen a saquear nuestros recursos de forma ilegal e irresponsable”, denuncia Sambou, desde la cumbre de Niza, y llama al gobierno chino a actuar. La sobrepesca china, y la pesca de arrastre de fondo, así como la pesca con palangre han afectado duramente los stocks de pesquerías. Según la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 35% de las pesquerías están sobreexplotadas. En Chile por ejemplo, esta cifra alcanza 53, según la ONG Oceana. Una tendencia que impacta directamente a los pequeños pescadores confirma Zoila Bustamante quien tambien presidente la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile, Conapach. “En Chile tenemos varias pesquerías y algunas están hoy día en colapso y otras están recuperadas. Desde el año 2012 hasta la fecha de merluza austral, por ejemplo, nosotros teníamos una cuota de pesca de 18.000 toneladas de pescado. Hoy día tenemos 14.000 toneladas porque cada vez cada vez que tenemos el problema de que la pesquería esté en media colapsada, el comité científico baja las cuotas y a nosotros también nos restringen", comentó a RFI. Otras especies por ejemplo han logrado recuperarse gracias a planes de manejo. “En el tema bentónico, por ejemplo, los pescadores artesanales hemos ido recuperando las pesquerías con planes de manejo y con áreas de manejo. Nosotros tenemos en Chile, tenemos comités científicos que ven en qué estado está la biomasa, y entregan una cuota de pesca”, detalla Bustamante. La acuicultura Entre las propuestas para mantener los ingresos de los pescadores y la soberanía alimentaria, la FAO promueve la acuicultura, o granjas agrícolas en las zonas costeras. Pero el modelo suscita dudas entre algunos pescadores artesanales como en Chile, segundo productor mundial de salmón. “La acuicultura de salmón deja muchísimos impactos. Primero, la feca el salmón, muy concentrada, porque los crían en jaulas. Segundo toda la comida que el salmón no se alcanza a comer, que también queda en el fondo marino; todos los plásticos y redes que quedan en el fondo marino cuando las empresas cambian de lugar, así como los pontones que se hunden en el borde costero. Entonces nosotros como pescados artesanales no vamos a defender una acuicultura de especie introducida”, denuncia la pescadora a RFI.  Por su lado, las organizaciones de la sociedad civil piden limitar la pesca industrial y eliminar el uso de palangres y la pesca de arrastre, técnicas muy dañinas para los ecosistemas marinos, así como reducir los subsidios estatales a la industria pesquera.
En el documental peruano 'El otro río', que se estrenó en París, la activista ambientalista alerta sobre la depredación ambiental en la región amazónica de Loreto en Perú. En la cinta, Herrera documenta en particular el tráfico de animales y de madera. De estos retos ambientales habló con RFI a su paso por la capital francesa. Esta semana Vida en el planeta recibimos a Fiorella Herrera, activista medioambiental peruana, autora de 'El otro río', un documental sobre la extracción de recursos naturales en el río Napo, en la Amazonía peruana. A su paso por París, seleccionada por la Iniciativa Marianne del gobierno francés para empoderar a activistas defensores de los derechos de varios países, Herrera abordó con RFI los distintos retos ambientales que enfrentan las comunidades locales en Perú. A través de su ONG We can be heroes, Herrera ha luchado contra la contaminación por plástico a través de una iniciativa que se convirtió en ley. Y desde 2018, lidera el proyecto 'Salva tu Selva', protegiendo aproximadamente 25,000 hectáreas de bosque primario en la Amazonía y conservando 35 especies en peligro de extinción, incluyendo el jaguar. Escuche la entrevista completa:    En su documental 'El otro río', que se estrenó en París a finales de mayo, Herrera documenta y denuncia las afectaciones al medioambiente en la región amazónica de Loreto como el tráfico de fauna -como monos, guacamayas y jaguares-, la tala ilegal de madera y minería clandestina con el uso de dragas artesanales en los ríos.
El gobierno colombiano busca triplicar la meta anual de erradicación de los narcocultivos. Para ello, el ministro de Defensa no descartó el uso del controvertido glifosato. RFI recibió en sus estudios al líder indígena Hernando Chindoy, del pueblo inga que logró erradicar totalmente los cultivos de amapola gracias a un proyecto comunitario. Revivir territorios azotados por la violencia, eliminar los narcocultivos y proteger los saberes ancestrales y el medioambiente, a esto se ha dedicado incansablemente y con éxito Hernando Chindoy, vocero y líder indígena colombiano del pueblo inga, un grupo cultural de unas 30.000 personas que viven en el suroeste de Colombia y en Ecuador.Su labor de defensor de la identidad cultural y del territorio inga, como gobernador de un territorio indígena, fue reconocido con el titutlo de doctor honoris causa de la Universidad de las Artes de Londres. Actuaulmente se encuentra en Francia a invitación del gobierno francés con la iniciativa Marianne, para impulsar a nivel internacional su proyecto de educación superior en territorios indígenas.El caso de su comunidad, Aponte, en el sur del país, fue un modelo de sustitución de cultivos ilícitos que busca precisamente impulsar el gobierno de Gustavo Petro. Ante el un auge de los cultivos de coca en varios departamentos del país, las autoridades colombianas anunciaron en abril una meta de erradicació de 50.000 hectáreas de cultivos de coca. Una meta ambiciosa si tomamos en cuenta que la cifra de erradicación de cultivos ilícitos en 2024 fue de 9403 hectáreas. El gobierno anunció que ofrecerá hasta 313 dólares a los campesinos que se sumen al programa de sustitución de cultivos. También surgió una polémica sobre el posible del glifosato, un peligroso herbicida. El ministro de Defensa colombiano Pedro Sáchez anunció la compra de glifosato para destruir plantaciones de coca, antes de aclara que no se reanudarán las aspersiones aéreas de dicho producto.Chindoy contó a RFI el proceso de esta transición desde los cultivos ilícitos hacia la producción de alimentos, a principios de los años 2000.Como guardián del territorio, Hernando Chindoy también abordó también el caso de la comercialización del yagé, o ayahuasca, planta clave para la medicina tradicional inga. "Al Putumayo llegan aviones llenos de gente buscando yagé. Se ha convertido en un tema de folclor", lamenta Chindoy.
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