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La Memoria del Vino

La Memoria del Vino
Author: La Memoria del Vino
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La Memoria del Vino es un proyecto de Cultura Líquida para la divulgación y digitalización de la memoria oral. Archivos sonoros sobre la vida rural y la cultura del vino, un patrimonio inmaterial de prácticas, expresiones y conocimiento transmitido entre generaciones.
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El padre de Juana solía decir que sus hijas aprendieron antes a trabajar que a jugar. Su madre murió muy joven y desde pequeña iba al campo. Ella fue una de tantas personas que tuvieron que irse del pueblo y lo hizo con Fermín, su marido. Ambos nos cuentan sus recuerdos y la importancia del vino como recurso económico.
Félix Fernández (1935) nació poco antes de estallar la Guerra Civil. Sus abuelos tuvieron que reconstruir todas las fincas y lo hicieron teniendo en cuenta el clima, los terrenos y la tierra que tenían. Repasamos con él la cultura del vino de un viticultor que desde los 10 trabajó la viña. Nos habla de la poda antigua y de la actual, de los oficios vinculados a la viña y al vino, de las tinajas de su pueblo y de las cualidades del vino de San Martín de Valdeiglesias.
Se define como agricultor de toda la vida y vive en el pueblo donde nació. Ha tenido una vida muy intensa desde los 18 años, edad en la que se hace cargo de las propiedades de su padre. Se fue formando en el sector agrario, entró en el mundo del cooperativismo con el convencimiento pleno de que era la solución para los agricultores y fue presidente de Cocope (cooperativa de Peñafiel). Conoce muy bien la historia de la zona y con el charlamos sobre la cultura del vino de la región, la transformación del campo y su futuro.
Carmen “la millana” lleva toda la vida viviendo en la casa de sus abuelos y donde nació su madre. Allí fue a vivir Carlos cuando se casaron. Ha trabajado la viña desde muy pequeña, pero también ha cuidado los animales, la huerta, el despacho de lech, etc. A pesar de que su vida “no ha sido un camino de rosas” cuenta, con la alegría del apego al pueblo, sus recuerdos y anécdotas que recuerda con mucho detalle. Siguen teniendo viña y un antiguo lagar en Fuentenebro. Carlos, con casi 90 años, va todos los días al campo a trabajar.
Santos siempre ha sido un apasionado del vino. Desde el Bar Yagüe en el pueblo de Bernardos, él y su mujer Casilda Arranz han transmitido la cultura del vino a todos los que se han acercado a su casa de comidas, un referente gastronómico de la comarca. Hace unos meses decidieron parar y cerrar el bar que los abuelos de Santos inauguraron hace 40 años. Su carta de vinos y conocimiento de la zona decían mucho de su profesionalidad y pasión. Ellos también son memoria del vino.
Charlamos con Luis Lastras, nacido en San Martín de Valdeiglesias en 1943. El oficio del vino le viene de su padre, de quien aprendió todas las labores del campo. Aún elabora su propio vino y aceite de sus olivos.
Recuerda que a los 8 años iba a vendimiar con los carros después del toque de campana de la iglesia del pueblo. Su vida ha estado dedicada al campo, la viña, el ganado, el cereal…a lo que había para ganarse la vida. Nos habla de cómo funcionaban los lagares comunales, de los arrieros que venían a comprar vino, de la viticultura local, del esplendor de Fuentenebro y del cambio en las últimas décadas.
Nos encontramos con Víctor en el ayuntamiento de su pueblo, junto a Tomás Madrazo, el alcalde de Quintanilla de Arriba. Se ha dedicado a la viña desde pequeño y sus recuerdos son pura sociología del vino. Alegre y divertido, su relato ya es parte de la historia local. Nos recitó un poema y hasta cantó una canción popular. Sigue haciendo vino de unas “viñejas” que tiene.
Ricardo nació en 1950 y fue la primera persona en trabajar las fincas de Meín hace 35 años. De la zona recuerda el castillo de Valgarreiros, que está al lado de la bodega, porque era un lugar de juego y estaba todo en ruinas, la relevancia histórica de sus viñedos y los últimos monjes que habitaron el monasterio de San Clodio. Nos cuenta cómo poco a poco fueron plantando variedades locales en Meín y, sobre todo, su aprendizaje con la gente mayor de la zona.
A Cipriano le llaman “el Arús”. Nació en 1932. Fue criado y casado en San Martín de Valdeiglesias (Madrid), como sus padres, un labrador y una costurera. Trabajó como ganadero, oficio con el que recorrió todas las dehesas y montes del entorno. Araba las viñas de los vecinos que le pagaban la huebra y también tuvo las suyas propias, que dejó a sus hijos. Con el recuerdo de su mochila de cuero y sus largos días en el campo, nos cuenta cómo fue su vida
Ambos nacieron en Nieva. Isabel en 1938 y Marcos en 1935. Llevan casi 60 años casados y nos recuerdan una infancia marcada por las vendimias y una vida dedicada al campo. Los padres, abuelos y tatarabuelos de Marcos e Isabel también eran de Nieva y tuvieron majuelos porque se dedicaron siempre a la agricultura y a la viña. Han vivido en la misma casa de Nieva desde que se casaron. Su memoria forma parte de la historia de la cultura del vino en Nieva.
Su padre falleció durante la vendimia de 1965. Su vida transcurrió entre viñas, unas pocas ovejas y vacas, y dos borricos. También trabajó como jornalero y en el molino de la cercana explotación minera de Aguacae, de las que nos cuenta las pésimas condiciones laborales de la época. Aunque las minas llevan décadas cerradas, la mica, el cuarzo y el feldespato también son parte de la historia de Fuentenebro.
A los 14 años quiso dejar de estudiar para dedicarse al campo. Una vida intensa que nos relata con detalle, como el recuerdo de ver a su abuelo bajando los cubanillos por la ladera hasta el carro, salir de la escuela e ir a coger palos, a escardar o ver cómo su madre trenzaba las mostelas. Un vida con momentos duros como los años 60 con la “agricultura de azadón” y los cambios sociales: el éxodo rural, el cooperativismo, la mecanización del campo…Ya jubilado, trata de imaginarse el futuro. Pedro sigue yendo al campo y escribe, otra de sus aficiones.
Entrevistamos a Santiago Redondo en una edificación a pie de viña de unos 150 años que perteneció a su padre y a su abuelo. Nació en Peñafiel en el año 1955 y desde muy pequeño ya le llevaban a los majuelos. Lo que más le gustaba era podar y donde más se divertía era en la vendimia. Su abuelo fue cachicán y sus padres tenían una pequeña viña, aunque también trabajaban para otras personas. Nos cuenta su primer pago como jornalero y el porqué la gente abandonó el viñedo.
Francisco Javier (1946) nació y se crió en Santiuste de San Juan Bautista, pequeño pueblo de Segovia, en el año 1946. Salió de la escuela con 13 años y desde entonces ha estado siempre vinculado a la agricultura. Su abuelo y su padre le enseñaron a atender la labranza, a cavar y a podar las cepas viejas de verdejo. Aún sigue haciendo la poda con tijeras tradicionales. Quedamos con él en el bar del pueblo para que nos cuente algunos de sus recuerdos.
Su padre llegó a Fuentenebro (Burgos) desde Carmena (Toledo) para trabajar en la mina. En la actualidad, ella es la propietaria del Museo del Vino de Fuentenebro, cinco bodegas subterráneas unidas y excavadas a mano hace más de 200 años, un proyecto que ha tardado muchos años en desarrollar. Además, regenta el restaurante “El rincón del pasado” desde hace más de 15 años. Hacemos una visita al museo con Begoña, gran conocedora de la cultura e historia del pueblo burgalés.
Nacido en el año 1935, Roberto Lázaro, viticultor de Mélida, comenzó a trabajar en la viña cuando terminó el colegio, a los 14 años. Reconoce que tuvo suerte porque en aquella época muchos no pudieron estudiar. Siempre le gustó el campo, aunque las labores fueran duras.
Rufino nació en 1945 y sigue viviendo en su mismo barrio de Peñafiel (Valladolid). Siempre le ha gustado la viña y sus primeros recuerdos son de la infancia. Nos cuenta que aprovechaba la siesta de su padre para coger las tijeras e ir a podar porque era tan pequeño que solo le dejaban coger palos. Sus padres, Teodoro y Ciriaca, elaboraban vino en la lagareta del pueblo. Nos relata que en Peñafiel se hacían comportas y cubas que luego un carpintero montaba en la bodega. Esta es su historia.
Alberto Benito Mayor, viticultor de Fuentenebro, falleció unas semanas después de esta entrevista. Con él y su mujer Soledad estuvimos conversando y recordando parte de su vida, un legado sonoro que ahora compartimos