¿Dónde está el límite de la charca? Es una pregunta que nos hacemos mucho, ya que el otro día, en Malasaña, con una agüita con misterio y un pincho de tortilla por 12 €… nos dimos cuenta de que lo puro, o lo de antes, era más disfrutable que los inventos de ahora. Que si hamburguesas en paellas, que si panettone con chocolate Dubái… No podemos más. Charlie Kirk hubiera fundado un bar llamado “Casa la Abuela 2”, donde por una tapa te hubieran dado una kirkificación. Y, como hay varias cuentas que nos inspiran a ser quienes somos —cuentas como Autobuses Madrid, Marvel Dreamer, Las Linternas de SHIELD—, ayyy, solo de pensarlo me dan ganas de llorar de verdad. Mil gracias a todas estas cuentas por ser tan puras y dar tanto cringe, que nosotros nos nutrimos de ello. A partir de mañana habrá un aplauso multitudinario para dar las gracias a esta gran labor. Será en un famoso territorio llamado Isla de Epstein. Os esperamos a todos.

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