Hoy en un momento previo a las elecciones paso en Argentina. Me hago la pregunta sobre que características tiene una buena conversación. Para empezar a cultivar momentos más luminosos en nuestras familias, entre amigos, en el trabajo, o en pareja, entre vecinos o quien sea que se pueda dar aquellas conversaciones que nos estimulen un enriquecimiento intelectual y reconforte o incluso incomode nuestro espíritu, pero que nos lleve a hacer preguntas que nos muevan las ideas hacia lo nuevo. Esto implica coexistir, no precisamente con quien no piensa igual que yo, pero también, estar presente en esa conversación, la escucha atenta, y tantas otras virtudes que cultiva en nosotros esas conversaciones que conmueven el alma y la intelectualidad hacia la construcción de lo que pensamos como instrumento transformador de nuestra realidad.