'Jardincitos' de infancia
Description
La tensión entre padres y maestros empieza en la guardería, con una sillita muy pequeñita en la que tienes que sentarte y una retahíla de palabras diminutivas. Al final de la reunión acabas con el culo encajado en la silla y la cara dolorida por llevar todo el día con la boquita de piñón. Todo sea por nuestros hijos. Ser padre de niños muy pequeños exige hablar como tontitos y llevar pincitas en el pelito porque hemos aceptado que nuestra hijita nos peine esa mañana.
Y no sólo eso, sino que al ir a recoger al niño a la guardería tenemos que aguantar el chaparrón de la maestra. Que dan ganas de decirle: ¿pero no lleva mi hijo todo el día con usted? ¡échele la bronca a él y ya me lo contará luego!. Los profesores de guardería son unos entusiastas, unos motivados, todo es luz, color y pastelitos.
Sólo rezas para que no le hayan mandado deberes para casa. Porque seguro que te toca pasar la tarde cantando en bucle "En el auto de papá" (o similares) hasta que te entren ganas de vender el coche e ir en patines a la guarde.