DiscoverTENDENCIEROS INDUSTRIALES245 – Cuando un sensor desafía lo imposible: IoT en entornos extremos
245 – Cuando un sensor desafía lo imposible: IoT en entornos extremos

245 – Cuando un sensor desafía lo imposible: IoT en entornos extremos

Update: 2025-10-08
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Introducción





¿Te imaginas un sensor que funcione en Siberia, resista huracanes en el Caribe y resista la corrosión del océano? En nuestro más reciente episodio de “Tendencieros Industriales”, Aitor e Iker desmontan la idea de que “eso es ciencia ficción” y revelan cómo el IoT industrial ya opera en condiciones que harían temblar cualquier smartphone.





En este artículo exploramos los temas centrales del episodio: robustez física, autonomía energética, conectividad en lugares imposibles, fiabilidad, seguridad y hacia dónde va el futuro del IoT extremo.





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1. ¿Qué es un entorno extremo para un sensor?





Para empezar, conviene definir qué entendemos por entorno extremo. No basta con una lluvia ocasional o temperaturas altas: hablamos de condiciones que exceden lo habitual. Pensemos en:






  • Temperaturas severas (por ejemplo, –40 °C en Siberia o +70 °C en zonas desérticas)




  • Humedad, salitre, corrosión marina en plataformas offshore




  • Viento, tormentas, vibraciones, polvo abrasivo




  • Entornos explosivos o químicos




  • Zonas remotas sin infraestructura: sin red eléctrica, sin cobertura celular, sin WiFi





Estos factores combinados convierten a cada sensor en un dispositivo que debe funcionar como un “soldado solitario” en condiciones que matarían a muchos equipos.





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2. Robustez física: cómo se diseñan para durar





Para que un sensor sobreviva a lo imposible, debe cumplir con exigencias técnicas muy elevadas:





Certificaciones exigidas






  • En Europa, ATEX es obligatoria en zonas explosivas; fuera de Europa, IECEx es su equivalente internacional.




  • Para resistencia contra polvo y agua: clasificaciones IP67 / IP68




  • En EE. UU., normas NEMA como NEMA 4X o 6P para proteger contra agua, polvo y corrosión




  • En aplicaciones más exigentes, pruebas bajo normativas militares como MIL‑STD-810, para vibraciones, golpes, ciclos térmicos extremos




  • En ambientes corrosivos, los recubrimientos cumplen normas como ISO 12944 para protección a largo plazo





Materiales y diseño constructivo





Se emplean aleaciones resistentes (inox, aluminio especial, polímeros reforzados) y sellados herméticos. Muchos sensores usan encapsulados y juntas especiales para aislar componentes sensibles.
Algunos fabricantes ofrecen versiones “explosion-proof” o intrínsecamente seguras para atmósferas con gases o polvo.





El objetivo es que estos sensores “aguanten el chaparrón” literal, sin fallar en condiciones extremas.





3. Fiabilidad, autodiagnóstico y mantenimiento predictivo





De nada sirve que un sensor sobreviva si no puedes detectarlo cuando empieza a fallar, o si “morirá” sin aviso:






  • Las paradas no planificadas pueden costar USD 125.000 por hora en industrias críticas (refinerías, minería, plataformas, etc.).




  • Por eso se recurre al mantenimiento predictivo habilitado por IoT: sensores que se autoevalúan, redundancia, monitoreo constante.




  • El mercado global de mantenimiento predictivo ya movía miles de millones y crece con tasas anuales (CAGR) de ~17 %.




  • En el episodio, Aitor e Iker destacaban cómo un sensor remoto, en mitad del océano o la cordillera, sigue enviando alertas antes de un fallo o anomalía.





Es decir: no basta con “Sobrevivir”; hay que avisar antes de morir.





4. Energía y autonomía: cómo alimentarse sin enchufes





En entornos remotos no hay electricidad, así que los sensores deben generar o administrar su propia energía:






  • Baterías especializadas de baja autodescarga y tolerancia extrema




  • Paneles solares incluso en zonas con poca luz




  • Tecnologías alternativas como energía piezoeléctrica: convertir vibraciones o movimientos en electricidad




  • Estudios recientes (por ejemplo, de MDPI 2025) proponen ajustes dinámicos de voltaje/temperatura para extender la vida útil de baterías en condiciones extremas





Un sensor en Alaska o en un oleoducto ártico debe sobrevivir, alimentarse y funcionar sin intervención humana durante años.





5. Conectividad desde lugares donde ni WhatsApp llega





Quizás el gran desafío: ¿cómo transmitir datos si no hay red celular ni WiFi?





Conectividad satelital






  • En España existe Sateliot, startup que ha logrado inversiones del BEI y del Estado para desplegar conectividad IoT satelital.




  • Sateliot ya tiene contratos firmados por cientos de millones y aspira a crecer con servicios globales.




  • Gracias a estos sistemas, un sensor en medio del océano puede enviar datos con latencia aceptable y bajo consumo.





Redes terrestres de baja potencia






  • LPWAN (Low Power Wide Area Network) como LoRaWAN son esenciales para comunicaciones de largo alcance y bajo consumo.




  • Ejemplos: Actility (millones de dispositivos conectados), ZENNER, alternativas de conectividad no terrestre (NTN).




  • Proyecto marítimo “Constelación Atlántica”: sensores en océano monitorizan fauna, clima y rutas, apoyados en LPWAN y satélite.





Así, aunque el sensor esté en terreno hostil, tiene “voz” para enviar datos.





6. Seguridad y ciberseguridad: proteger lo invisible





Un sensor expuesto en alta mar o una plataforma petrolera no puede ser un eslabón vulnerable:






  • En 2024, el 70 % de organizaciones industriales sufrieron incidentes de ciberseguridad en sistemas operativos industriales.




  • Un ataque puede costar entre USD 200.000 y 1 millón dependiendo del impacto.




  • Por eso los sensores IoT extremos incorporan: cifrado de datos, autenticación fuerte, segmentación de redes, monitoreo activo.




  • Con IoT + Machine Learning se detectan anomalías: por ejemplo, en parques eólicos offshore se anticipan fallos o riesgos de incendio.





La ciberseguridad no es opcional: es p

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