Cuando te digo que la vida es cambio constante y que solo la atención plena en el momento presente nos da la posibilidad de fluir con nuestra verdadera yo, no solo te lo repito a vos para que no te olvides sino que me lo reafirmo a mí misma para que yo tampoco lo olvide. Porque a mí también me pasa a veces; por momentos el piloto automático se activa y me encuentro siguiendo recetas de otr@s, cumpliendo expectativas externas y desoyendo mi voz interior. 

Ese es el preciso instante en donde me doy cuenta de que tengo que parar. Escucharme. Sentirme (clave!). Volantear. barajar y dar de nuevo.

Por eso, siguiendo con la actitud mindfulness del mes que es el No esforzarse, en el episodio de hoy te comparto cómo soltando el control y la autoexigencia (¡y no sabés cuánto me costó hacerlo!) pude abrir espacio a partes mías que estaban dormidas. 

Cuando dejás de esforzarte y salís del modo HACER para entrar en el modo SER, algo pasa. Porque si todo está lleno, completo, al 100%... ¿cómo puede aparecer algo nuevo?

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