Cuando trazo mi línea de vida, me doy cuenta que desde que soy adolescente comencé a presentar síntomas de bipolaridad. No fue hasta que tenía 36 años que fui diagnosticada. Antes de mi diagnóstico viví años tormentosos. No sabía qué me pasaba, por qué mis cambios de humor eran tan drásticos, por qué me sentía triste sin razón y por qué a veces parecía tener toda la energía del mundo.  

En este episodio me presento vulnerable. Relato y profundizo el proceso que me tocó vivir antes de ser diagnosticada con trastorno bipolar y como he aprendido a aceptar, vivir y ser feliz.  

Mi trastorno es sólo un bono a mi vida que de por si es compleja, dramática y fabulosa.   
Ahora elijo ver mi creatividad y períodos de energía como regalos que puedo usar para alcanzar mis sueños. Definitivamente, dentro de mí diagnóstico, lo positivo pesa más que lo negativo, solamente debo recordar constantemente que necesito aprovechar al máximo las mejores partes de este viaje y lidiar lo mejor que pueda con los retos. 

Estoy segura que muchos necesitan escuchar experiencias como la mía. Estoy segura que muchos necesitan saber que definitivamente hay luz al final del túnel .

Con mi relato les cuento lo que hubiese querido saber cuando comencé a conocerme de nuevo.