En Europa vemos cómo se señalan y censuran partidos como AfD en Alemania, y esa lógica parece haber llegado ya a España. Desde Moncloa se apunta contra el tercer partido más votado del país, lo que plantea una pregunta clave: ¿Quién decide qué partidos pueden existir en democracia? Mientras se cuestiona la legitimidad de opciones políticas, se abre una reflexión sobre el verdadero sentido de la libertad política en nuestras sociedades. Al otro lado del Atlántico, el movimiento MAGA de Trump también se sacude. Sus bases reaccionan, incluso quemando sus propias gorras, ante lo que consideran traiciones. Allí, el votante exige. Aquí, muchas veces, se resigna.

Por otro lado, el campo español vive una situación crítica que va más allá de lo económico. Según Fernando Paz, estamos ante una ofensiva política y cultural que busca desarraigar la identidad rural en favor de imposiciones globalistas. Europa desmantela sus raíces mientras impone normas que empobrecen al agricultor y vacían nuestros pueblos. El campo no solo pide ayudas: exige respeto, dignidad y la recuperación de su papel como pilar de la nación