Durante más de dos décadas habían gobernado Rumania con puño de hierro, pero pasaron en cuestión de horas de ser los líderes supremos, a cadáveres acribillados por más de cien disparos frente a un pelotón de fusilamiento. Su muerte simbolizó el colapso de un régimen construido sobre el terror, la propaganda y un culto a la personalidad que rivalizaba con los peores ejemplos del estalinismo.

 En menos de una semana, el imperio que habían consolidado se desmoronó bajo el peso de una revuelta popular que finalmente había perdido el miedo.

El comunismo caía en todo el mundo, y también en Rumania llegaría el final…

Pero no nos adelantemos…

Para entender mejor esta historia viajemos hasta el 25 de diciembre de 1989… EL DÍA QUE EJECUTARON A LOS CEAUCESCU.

Distribuido por Genuina Media

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