En este episodio de La Biblia en un año, vemos a Pablo continuar su misión tras dejar Éfeso. Viaja por Asia predicando sin descanso, fortaleciendo a las iglesias y manifestando el poder de Cristo al resucitar al joven Eutico, quien cayó desde una ventana durante una larga noche de enseñanza. Más adelante, sabiendo que en Jerusalén le esperan pruebas, Pablo reúne a los ancianos de Éfeso para compartir sus últimas palabras: mantenerse firmes, cuidarse de los falsos maestros y recordar que su vida solo tiene valor si cumple la misión que Dios le ha dado. Este episodio nos recuerda que seguir a Jesús exige valentía, fidelidad y una entrega total al propósito divino. Pablo, guiado por el Espíritu Santo, persevera aun cuando el camino implica sacrificio, mostrando que una vida dedicada a Cristo encuentra su verdadera fuerza en la obediencia y en la confianza plena en Dios.

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