Muchos piensan que si las cosas del mundo estuvieran bien organizadas, de tal modo que todos tuviesen lo suficiente, entonces existiría un mundo feliz y pacífico; pero yo temo que esto no será así si individualmente no hemos comprendido el verdadero significado de las cosas. Dependemos de ellas porque internamente somos pobres y encubrimos esa pobreza del ser con cosas, y estas acumulaciones externas, estas posesiones superficiales, llegan a ser tan vitalmente importantes que por ellas estamos dispuestos a mentir, a defraudar, a luchar y a destruirnos unos a otros.

Actualmente se habla de lo mucho que necesitamos una revolución, pero ¿que clase de revolución es necesaria? Quizá lo que necesitamos es una revolución a todos los niveles, política, social, económica, etc, pero la verdadera revolución es descubrir al verdadero ser humano al verdadero ser humano, porque aun somos unos desconocidos para nosotros mismos y desde la ignorancia poco se puede hacer para resolver los problemas que nosotros mismos hemos creado. Siguiendo en la línea del programa anterior, continuemos nuestro recorrido por la complejidad de nuestra naturaleza, descubriendo y comprendiendo quienes somos y que nos mueve. Comenzamos el programa de hoy.