Cabe señalar que los días cercanos a la luna llena son aquellos en los que la Tierra se ve colmada de luz, ya que durante el día el sol alumbra, y en la noche es la luna la encargada de irradiar su luz sobre la Tierra. Esto sugiere que son momentos perfectos para acceder a nuevas claridades y para trascender las fronteras de la comprensión. Por esta razón, durante el plenilunio, las partículas que flotan en la atmósfera son atravesadas por los rayos de luz del sol y de la luna, lo que augura días en los que la dinámica corporal, mental y emocional experimenta cambios significativos, que pueden ser potenciados con una actitud adecuada.

Así, incluso sin darnos cuenta, estamos rodeados de un caudal de energía lumínica que nutre nuestras células, atraviesa nuestros cuerpos y nos recuerda nuestro origen luminoso, al igual que las posibilidades que existen para aprovechar esa claridad, ya sea en los procesos de pensamiento o en una comprensión más profunda sobre la vida y su verdadero propósito.

Nuestro horóscopo se basa en el desplazamiento cotidiano de la luna y brinda orientación sobre escenarios muy específicos a los que cada persona está expuesta, según su signo de nacimiento.

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