1. Definición:

- Las larvas astrales son consideradas parásitos energéticos, es decir, entidades sin conciencia desarrollada que se alimentan de la energía vital (también llamada *prana*, *chi* o *éter*) de los seres humanos, especialmente de aquellos con vibraciones bajas (miedo, ira, tristeza, adicciones, etc.).

- No tienen un cuerpo físico, sino que existen en el plano astral o etérico, cercano al mundo material.

2. Formación:

- Según el ocultismo, estas larvas pueden generarse a partir de:

- Emociones y pensamientos negativos repetitivos (ej.: odio, rencor, angustia).
- Hábitos dañinos como el consumo excesivo de drogas, alcohol o comportamientos autodestructivos.
- Magia negra o maldiciones, donde son creadas intencionalmente para dañar a alguien.
- Entornos cargados de negatividad, como lugares con violencia o sufrimiento acumulado.





3. Apariencia:

- Algunos videntes o personas con percepción extrasensorial las describen como masas oscuras, gelatinosas o con formas de gusanos o insectos que se adhieren al aura.
- En otras tradiciones, se les asocia con sombras o nieblas densas alrededor de una persona.

Efectos de las larvas astrales

Estas entidades pueden causar diversos síntomas en quienes las "hospedan":

- Físicos: Fatiga crónica, dolores sin causa médica, pesadez corporal.
- Emocionales: Depresión repentina, irritabilidad, pensamientos obsesivos o autodestructivos.
- Espirituales: Bloqueo en el desarrollo espiritual, sensación de vacío existencial, dificultad para meditar o conectar con energías positivas.

¿Cómo se adquieren?

1. Autogeneración:

- Una persona puede "crear" larvas astrales a través de sus propios patrones mentales y emocionales negativos.

2. Contagio energético:

- Por contacto con personas o lugares cargados de negatividad (ej.: hospitales, prisiones, sitios donde hubo muertes violentas).

3. Ataques psíquicos:

- Enviadas deliberadamente mediante brujería o magia negra.