El gimnasio nunca decepciona cuando se trata de este tipo de situaciones, por más que uno quiera obviarlas, es imposible. La otra vez hablamos sobre los hostil que es el gimnasio, hoy hablamos por la mala, que digo mala, pésima por no decir desastrosa gestión de las comunicaciones en el gimnasio.

Todos sabemos que el éxito de una buena relación, de todo tipo, es una buena comunicación. Pues acá pareciera que piensan lo contrario, porque no sólo es ineficiente, por no decir prácticamente inexistente, sino que realmente deja muchísimo que desear, se vuelve prácticamente inútil.

Con algunos ejemplos concretos, aunque no son únicos, en este episodio, comento lo mal que se comunica el gimnasio con sus clientes, sobre todo en los temas importantes y urgentes. Es más, pareciera que entre más importante el tema, más ineficiente debiera ser la comunicación.

Bueno y eso que aún no he hablado, sobre lo tardado que es que envíen la factura, acostumbrado a que en todos lados emiten el documento en el mismo instante en que reciben el pago, acá sorprende que pasen más de quince días después, para que al fin envíen el documento, ¿estará enterada la Superintendencia de Administración Tributaria? ¿es esto legal o al menos correcto?

Pasen adelante, denle al botón del play y escuchen mientras revisan su correo electrónico, para ver si algún día se dignan a informar las cosas importantes.