Nikko Allen Jenkins (16 de septiembre de 1986 Colorado, Estados Unidos). tuvo una infancia para nada envidiable, y procedía de una familia famosa por su alto índice de violencia aplicada a todo: abusos físicos y actividades homicidas que sus padres organizaban. Su primer acto criminal con tan solo 7 años; estaba involucrado en peleas de todo tipo. Con tan solo 15 años había secuestrado y asaltado con agravantes de violencia.
Nikko Jenkins cometió cuatro homicidios y dijo a la policía que aquellos actos fueron sacrificios a Apophis, (una deidad egipcia). Fue acusado de los cuatro cargos de homicidios y le llevaron a juicio. Durante el juicio, empezó a con un comportamiento llamativo ante la corte, empezó a hablar en otros idiomas, gritar como un animal y a reírse mientras los fiscales narraban los detalles de los homicidios de sus víctimas. En mayo de 2017, Nikko Jenkins fue sentenciado a muerte y sentenciado a 450 años de prisión.

Dirigido y presentado por Humberto Pérez-Tomé y con la colaboración del criminólogo Ramón Chippirrás

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